La biotecnología se refiere a toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. (Wikipedia). La biotecnología tiene aplicaciones en importantes áreas industriales, como la atención de la salud, la agricultura, con el desarrollo de cultivos y alimentos mejorados, usos no alimentarios de los cultivos, por ejemplo plásticos biodegradables, aceites vegetales y biocombustibles, y cuidado medioambiental a través de la biorremediación, como el reciclaje, el tratamiento de residuos y la limpieza de sitios contaminados por actividades industriales.
Además, se aplica en la genética para modificar ciertos organismos. La biotecnología es esencial para el desarrollo de una ciencia moderna y vanguardista. En semanas recientes, la directora del Conacyt decidió eliminar la biotecnología del reglamento del Sistema Nacional de Investigadores. Dejó así en suspenso quienes están estudiando esta ciencia que según Conacyt no tiene existencia y no merece apoyo oficial ninguna.
Obviamente, las protestas no se hicieron esperar y al día siguiente, la directora tuvo que publicar una corrección estipulando que si bien desaparecía la denominación “biotecnología” se encontraba ahora clasificada en otras tres categorías con otra nomenclatura, agregando confusión adicional al caos provocado por la desaparición de un término que solamente en la UNAM dispone del Instituto de Biotecnología, el cual tiene 60 grupos de investigación, y alrededor de mil 300 personas que laboran en él; ha sido muy activo en medio de la pandemia por Covid-19, con trabajos sobre el proceso de diagnóstico basado en la técnica RT-PCR.
La biotecnología, es uno de los campos más importantes de la ciencia en el país: “Hoy debe haber aproximadamente 9 mil profesionales activos que trabajan biotecnología en México, es la tercera parte de los investigadores a nivel nacional. En el país se ofrecen 614 programas de estudio a nivel licenciatura en áreas relativas a la biotecnología, y hay 320 posgrados a nivel nacional con más de 7 mil inscritos, en los que la línea de trabajo es la biotecnología, la llamen o no así; hay 500 empresas biotecnológicas que tienen sede en México, de las cuales 33% son de salud; 19%, industria en general; 14, alimentos, y 13%, medio ambiente”.
La Dra. María Elena Álvarez-Buylla, nieta de refugiados republicanos españoles de la guerra civil, se caracteriza por querer desarrollar una ciencia para apoyar las clases desprotegidas (en las cuales no hay científicos) y poder empujar técnicas (no tecnologías) para apoyar la agricultura primitiva del sureste, siguiendo ene esto las líneas generales de un presidente analfabeto (en términos científicos) que pretende regresar el país a los tiempos de Benito Juárez.
Es este regreso a un oscurantismo nefasto que estará en juego en las elecciones del 2021. Más vale estar bien informado, antes de creer en todas las patrañas de corrupción en los fideicomisos que acaban de suprimir de un voto vengativo los legisladores levanta dedos que pretenden apoyar un régimen que está destruyendo las oportunidades de México para seguir presente en el siglo XXI.