La capital del Estado es fruto codiciado cada tres años por la plana mayor de los políticos en Nuevo León, además de significar una catapulta natural a la gubernatura.
Nuevo León vive momentos políticos tensos, llenos de incertidumbre y rodeados de proyectos políticos que arrancan desde ya con el objetivo 2027.
En Monterrey las cosas pintan para que el proyecto de Adrián de la Garza apunte, otra vez, a la gubernatura de Nuevo León, en esta ocasión con más determinación y mejores vientos que el 2021.
Esto deja abierto un hueco grande en la sucesión que desde ya buscan los priistas y (algunos) panistas de la ciudad de las montañas.
Para nadie es un secreto que las principales tiradoras del tricolor son mujeres, apunten entre ellas a Lorena de la Garza, Ivonne Álvarez y Karina Barrón, las primeras dos con mayor fuerza.
Lorena que ha sabido hacer de la presidencia del Congreso el camino idóneo rumbo a la alcaldía; mientras que Ivonne con mayor recorrido y colmillo se convierte en una carta fuerte casi al natural.
Y del otro bando la cargada también va enfocada en femenino, con la inevitable llegada de Martha Herrera, un perfil querido y respetado por diversos sectores del Estado.
Llega a la COM naranja en busca de ponerle orden y unidad a un partido que, hasta ahora, poco había construido rumbo al 2027.
¿Y MORENA? Padeciendo los mismos males de siempre, sin figuras claras y determinantes que construyan un proyecto sólido que canalice la fuerza de la marca mejor posicionada de México.
Quien piense que las elecciones en Monterrey inician en dos años, échese una comida en el Mirador o dense una vuelta por el Obispado.
La lucha por Monterrey ya inició y parece que será duelo de mujeres.