Amy Dorris contó al diario británico The Guardian este jueves que el presidente estadounidense, Donald Trump, la agredió sexualmente durante el US Open de tenis de 1997.
La exmodelo acusó al magnate de besarla y tocarla sin su consentimiento, acusaciones que han sido desmentidas de acuerdo a los abogados del mandatario en el mismo periódico, a menos de siete semanas de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
“Me metió la lengua en la garganta mientras lo rechazaba. Entonces me apretó más, puso sus manos sobre mi trasero, mis pechos, mi espalda, todo“, asegurando que le había pedido a Trump que parara. “Me sentí violada, obviamente, pero todavía lo estaba procesando y solo quería volver y hablar con todos, pasármelo bien porque, no sé, me sentí presionada a hacerlo así“, afirmó.
Éste, que tenía 51 años en aquel momento, ignoró su rechazo, precisó. “Estaba atrapada por su abrazo, no podía salir“, dijo.
Dorris ha proporcionado pruebas de su visita al torneo y de su encuentro con Trump, entonces casado con su segunda mujer, Marla Maples, ya que el magnate era amigo de su entonces pareja, Jason Binn. También han corroborado la versión personas de su entorno a las que le contó el encuentro poco después de que tuviese lugar, incluido un psicólogo.
Acusaciones previas
El presidente estadounidense ha sido acusado de agresión o acoso sexual por más de una decena de mujeres, entre ellas una editorialista, E. Jean Carroll, que lo acusa de haberla violado a mediados de los años 90.
Trump niega esas acusaciones, en el caso de E. Jean Carroll, desmintió su denuncia alegando que no era “su tipo de mujer“.
Binn no se ha pronunciado al respecto, aunque los abogados de Trump han asegurado al medio británico The Guardian que no recuerda que Dorris le relatase un episodio como el que ahora cuenta su ex novia. Dorris no recuerda si le contó todos los detalles, pero sí que le instó a pedir a Trump que la dejase.
Los abogados del magnate han preguntado por qué Morris siguió quedando con Trump y por qué no presentó una denuncia ante las autoridades.
Al respecto Dorris alega que se sintió “abrumada” y que no procesó lo que le había ocurrido hasta después. “Las personas pasan años junto a otras que han abusado de ellas, eso es lo que ocurre cuando te pasa algo traumático te congelas“.
Finalizó asegurando que se planteó dar un paso al frente en 2016, cuando varias mujeres salieron públicamente a relatar historias similares contra Trump, pero desistió por el temor al daño que pudiese provocar en su familia. Ahora, afirma que quiere darles una lección a sus hijas de 13 años: “Que nadie te haga nada que tú no quieras“.
Con información de El Universal