Nuevo León 21: pobreza

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El 2021 representa un año decisivo para Nuevo León y el futuro que queremos lograr. Se llevarán a cabo 620 elecciones de cargos públicos, entre las cuales está la elección del próximo gobernador o gobernadora. Esto es de vital importancia porque nuestras decisiones electorales, o pueden ayudarnos a tener una transición inteligente hacia un Nuevo León más sostenible y resiliente, en comparación al que tenemos actualmente, fruto de la era previa a la pandemia, o pueden hacer que dicha transición se vuelva remota o, en todo caso, muy difícil de alcanzar. 

Es por eso por lo que, en esta ocasión y durante las próximas ediciones de este espacio de opinión, estaré compartiendo algunas reflexiones sobre ciertos temas que considero importantes que tomemos en cuenta y que son centrales para la construcción de un Nuevo León que, no solamente crezca económicamente, sino que lo haga de manera sostenible e incluyente, con una perspectiva de resiliencia y justicia social. Esto, en su conjunto, hará que seamos más y mejores en la era post COVID-19. 

El primer tema que comentaré es el de la pobreza. Una sociedad no puede alcanzar su máximo potencial en términos de crecimiento económico, acumulación de capital humano y físico, etc., si una gran cantidad de su población se encuentra en condiciones de pobreza y vulnerabilidad. Además, este problema no solamente tiene implicaciones relacionadas a ineficiencias económicas, sino que, incluso, tiene alcances directos en la estabilidad política/democrática que una sociedad pueda llegar a tener, ya que, ¿cómo puede haber estabilidad en un lugar donde no se garantizan los derechos mínimos de vivienda, alimentación, educación y trabajo?

Este es un tema que nos debe interesar resolver a todas y todos, dado que, su resolución es condicional, si es que queremos resolver otros problemas como la eliminación de las desigualdades por ingreso, género y/o raza, u otros. 

Para saber cual es la situación de la pobreza en Nuevo León basta con revisar la información que proporciona el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la cual se puede encontrar fácilmente en su página de internet. 

De acuerdo con el CONEVAL, en 2018 había 773,000 neoloneses/as viviendo en condiciones de pobreza, de los cuales, 25,200 eran pobres extremos. Considero que estos números podrían parecer engañosos ya que, muchas veces se celebra que Nuevo León es de los estados con menores índices de pobreza, el estado con el primer lugar en movilidad social, etc., sin embargo, si bien la proporción de pobres no es tan alta como en otros estados, existe una gran proporción de personas en condiciones de vulnerabilidad. 

Esto hace que surja la pregunta ¿de qué sirve ser considerado “no pobre”, si la condición en la que te encuentras es tan parecida a la pobreza, ya que cuentas con diferentes carencias sociales y un ingreso insuficiente para suplir tus necesidades? 

En Nuevo León, en 2018 había 2,182,800 personas en condición de vulnerabilidad. De este universo, 1,832,700 de neoloneses/as eran vulnerables por carencias sociales, mientras que 350,100 lo eran por ingreso, pues este no es suficiente para cumplir con sus necesidades básicas.  

Si Nuevo León es considerado un estado altamente competitivo (revisar el Índice de Competitividad Urbana del IMCO), con una gran capacidad de crecimiento económico y uno de los mejores en términos de indicadores educativos, ¿cómo puede ser posible que tengamos a una población altamente vulnerable y una que, aunque parece relativamente poca, sufre de las calamidades de la pobreza moderada y extrema? 

El proceso electoral en el que nos encontramos actualmente debe de servirnos para avanzar en la dirección correcta que nos lleve a la solución definitiva de este problema de injusticia social que tanto nos afecta como sociedad neolonesa. Nuestros candidatos y candidatas deben ofrecernos soluciones factibles para nuestros pobres; los previos a la pandemia y los que se sumaron a partir de esta crisis. Es una deuda que no se debe postergar. 

Instagram/Twitter @toniuniversal 

En un día se define todo

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Empieza el 2021 y lo recibiremos platicando de las elecciones al Senado que se llevan a cabo hoy mismo, 5 de enero, en Georgia, Estados Unidos.

 Verás, estas votaciones son de suma importancia porque el resultado de hoy definirá en buena parte la presidencia de Joe Biden. ¿Por qué? Te platico.

En Noviembre pasado, como recordarás, se llevaron a cabo las elecciones generales en Estados Unidos. Además de muchísimos cargos locales, los ciudadanos eligieron a su próximo presidente y a sus representantes, y algunos estados también votaron por senadores. 

Los resultados ya los conocemos: Joe Biden es el presidente electo, y los demócratas mantuvieron la mayoría en la Cámara de Representantes. Sólo falta determinar la composición del Senado en su totalidad.

Hasta el momento, el Partido Republicano tiene 50 senadores, y los demócratas 48. 98 lugares de 100, siendo los 2 restantes los que se disputan hoy. Si el partido de Donald Trump gana al menos uno de los dos lugares, mantienen su mayoría, y con eso, la capacidad de bloquear gran parte de la ambiciosa agenda que enseña Joe Biden. 

Con 51 o 52 votos es más que suficiente para que leyes o resoluciones importantes, como las de protección al medio ambiente o las de ayuda económica durante la pandemia, no pasen del piso del Senado y sean congeladas.

Si los demócratas ganan ambas carreras mañana, el Senado terminará en un 50-50. Según sus leyes, en caso de empate, el voto definitivo lo tendría la Vicepresidenta Kamala Harris, demócrata. Es por lo que en papel, el partido azul tendrá mayoría en todo el brazo legislativo del gobierno estadounidense.

Son dos carreras muy diferentes. 

Lo que sucede en Georgia es que si ningún candidato obtiene la mayoría de votos, se tiene que disputar una segunda vuelta, o runoff, como ellos le llaman. En la primera carrera, el senador David Perdue (R) enfrentó a Jon Ossoff (D). El republicano le ganó al demócrata por casi dos puntos, pero no alcanzó la mayoría, finalizando con 49.7% de los votos, y por eso es que vuelven a enfrentarse ahora.

La otra carrera es más extraña. La senadora Kelly Loeffler (R) no llegó a Washington ganando una elección. Fue designada por el gobernador del estado tras el retiro de su antecesor. En esta elección en particular no hay primarias, por lo que todos los candidatos sin importar el partido son colocados en la boleta de la elección general. De todos estos, que son más de una decena, cinco sobresalieron en las encuestas, pero Raphael Warnock (D) fue el que más votos obtuvo, el 32.9% de las preferencias. Al seguirle la senadora Loeffler, con 25.9%, ambos avanzan al runoff, mismo que se vota hoy.

Es por esto que la elección en Georgia, estado donde se encuentra Atlanta, es de gran importancia. ¿Podrán los republicanos mantener el control del Senado y así ser oposición de Biden? ¿O los demócratas obtendrán mayoría en ambas cámaras y así podrán completar su agenda?

Quedamos pendientes. Que tengan un excelente inicio de año.

Paridad total en las gubernaturas del 2021

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El 14 de diciembre pasado el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) dictó una sentencia en la cual ordenó que los partidos políticos nacionales postulen a siete mujeres como sus candidatas en los quince estados en los cuales se renovarán las gubernaturas en el 2021. Estas líneas tienen como objetivo presentar una breve reseña de este histórico caso.

En principio, recordemos que este caso se deriva de las demandas que se presentaron en contra del acuerdo del Instituto Nacional Electoral (INE) por el que se dio respuesta a unas consultas estratégicas de una aspirante a la gubernatura de Michoacán por MORENA (Selene Lucía Vázquez Alatorre) y dos organizaciones de la sociedad civil, Equilibra y Litiga. (INE/CG569/2020).  En este acuerdo el INE determinó, entre otras cosas, que los partidos políticos nacionales debían postular al menos a 7 mujeres como candidatas a las gubernaturas; que los partidos locales debían registrar una candidatura de género distinto a la que registraron en la elección anterior, y, en el caso de los partidos locales de nueva creación, debían postular preferentemente a mujeres a las gubernaturas. 

Este acuerdo fue impugnado y, en síntesis, las demandas de los partidos estaban dirigidas a revocar la obligatoriedad de la postulación de al menos 7 mujeres candidatas a las gubernaturas, mientras que las de las ciudadanas y organizaciones consideraban que el acuerdo del INE no era suficiente, porque no obligaba a que las quince candidaturas fueran para mujeres, o al menos ocho, y dado que no se establecían bloques de competitividad o gubernaturas reservadas para mujeres.

El 14 de diciembre, por mayoría y después de una discusión poco clara de casi cuatro horas de duración, la Sala Superior del TEPJF determinó revocar el acuerdo del Consejo General del INE. Esta determinación judicial se sustenta en los siguientes argumentos: (i) el INE carece de las facultades para tomar esta medida; (ii) existe omisión de las Legislaturas al no haber regulado la paridad en las gubernaturas; (iii) la Sala Superior, considerando la obligatoriedad del principio constitucional de paridad total, debe llenar dicho vacío legislativo; (iv) se ordena directamente a los partidos políticos nacionales que respeten el principio de paridad postulando a 7 mujeres candidatas a las gubernaturas y a 8 hombres candidatos, lo cual deben informar al INE a más tardar el 30 de diciembre y, en caso de incumplimiento, se negará el registro de candidaturas de varones. (SUP-RAP-116/2020 y acumulados).

Tanto el acuerdo del INE, si bien ya revocado, como la sentencia del TEPJF asumen la enorme disparidad en el acceso de las mujeres a los cargos ejecutivos estatales. El INE realizó el recuento de las personas que han ocupado las gubernaturas entre 1953 y 2020 y los resultados muestran una diferencia mayúscula: solamente 7 mujeres (el 2%) han ocupado dichos cargos; frente a 344 hombres (98%). 

La medida aprobada al menos abordará la parte de las postulaciones, lo cual es un avance importantísimo. En efecto, considerando las personas que se han mencionado como precandidatas en los quince estados que renuevan el poder ejecutivo local, puede observarse el obstáculo de entrada (la postulación) que enfrentan las mujeres: En MORENA se mencionan a 23 mujeres y 36 hombres como posibles personas precandidatas; en el PAN, 7 mujeres y 34 hombres; y en el PRI, 9 mujeres y 35 hombres (Campaigns & Elections México, “Destino 2021. Encuestas por región”). En otras palabras, con estas condiciones desiguales de competencia interna, para las mujeres resultaría prácticamente imposible remontar esta enorme brecha sin una medida como la postulación obligatoria de 7 mujeres candidatas por partido político a las gubernaturas. 

No obstante, la probabilidad de que las mujeres efectivamente sean gobernadoras de sus estados no aumentará solamente con la obligación de la postulación. En este sentido, tienen razón las ciudadanas y organizaciones que de forma estratégica han litigado este caso: Se requieren otras medidas como bloques de competitividad. Sin éstos, los partidos políticos pueden adecuar las postulaciones de mujeres en estados en los que tengan menor probabilidad de ganar la elección. Así lo ha demostrado, por ejemplo, la postulación de candidaturas de mujeres a las presidencias municipales en Nuevo León, si no se establecen segmentos de competitividad, tal como ya se hará para el 2021.

Este tipo de medidas no fueron establecidas por el INE o por el TEPJF. Esto les corresponderá, según se indica en la sentencia, a las legislaturas federal y locales para antes del inicio del siguiente proceso electoral en que se renueven gubernaturas. Desafortunadamente ya sabemos qué pasará en los congresos: Consumirán el tiempo hasta el último minuto o, peor aún, serán omisos y requerirán de litigios para obligarles a cumplir con esta parte de la sentencia. 

En suma, buenas noticias de fin de año al haberse dado un paso más hacia la garantía de la igualdad entre mujeres y hombres para el acceso a las gubernaturas estatales. Sin embargo, falta aún mucho para lograr su plena efectividad, probablemente por medio del establecimiento de bloques de competitividad. Pero para que se logre esto se requieren congresos con una agenda de empoderamiento de las mujeres en todos los cargos públicos, electivos o de nombramiento. Y, sin duda, como demuestra este caso, se necesita del activismo vía litigios estratégicos de las mujeres, de la ciudadanía y de las organizaciones de la sociedad civil.

El recuento de las reformas constitucionales de AMLO

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El final de un año es generalmente un buen momento para hacer un recuento de las cosas que han acontecido en cierto período. En esta colaboración me referiré a las reformas constitucionales de los primeros dos años de gobierno del Presidente López Obrador, de cómo se votan estos decretos en las Legislaturas Estatales y la manera en que se han aprobado dichas reformas en el Congreso de Nuevo León. Este recuento hace corte de caja el 18 de diciembre del 2020.

Contando el número de artículos modificados o adicionados de la Constitución, durante la administración de AMLO se han reformado 40 artículos constitucionales. Con relación a las cinco presidencias que le antecedieron, este número de cambios le otorga el quinto lugar. La prelación de las administraciones es la siguiente: 1ª Enrique Peña Nieto con 155 artículos reformados; 2ª Felipe Calderón, 110 artículos; 3ª Ernesto Zedillo, 78; 4ª Carlos Salinas de Gortari, 55. En la administración de Vicente Fox Quesada se adecuaron 31 artículos constitucionales. Debe tomarse en cuenta que AMLO tiene dos años en el gobierno; si mantiene este ritmo de artículos reformados, en su tiempo podrían llegar a modificarse ciento veinte artículos, con lo cual terminaría su gestión en el segundo lugar de más artículos constitucionales modificados.

Considerando que ya se han publicado diez decretos de reformas constitucionales en veinticuatro meses de ejercicio del gobierno de López Obrador, esto significa que, en promedio, en esta gestión se culmina un procedimiento de reforma constitucional cada 2.4 meses. Y, asumiendo que esta será la primera presidencia que finalizará su período el 30 de septiembre del 2024, en los cuarenta y seis meses que aún le restan a AMLO todavía podrían aprobarse y publicarse 19 decretos de reformas constitucionales.

Pasemos ahora a las materias que se han reformado en la Constitución en estos dos años.

Los temas de las reformas han sido los siguientes: (1ª) Extinción de dominio (14 de marzo del 2019); (2ª) Guardia Nacional (26 de marzo del 2019); (3ª) ampliación de los supuestos delictivos para la procedencia de la prisión preventiva de oficio (12 de abril del 2019); (4ª) reforma educativa (15 de mayo del 2019); (5ª) paridad de géneros (6 de junio del 2019); (6ª) reconocimiento de pueblos y comunidades afromexicanas (9 de agosto del 2019); (7ª) consulta popular revocación de mandato (20 de diciembre del 2019); (8ª) prohibición de condonación de impuestos (20 de diciembre del 2019); (9ª) salud para el bienestar y pensiones no contributivas para personas adultas mayores (8 de mayo del 2020); (10ª) movilidad y seguridad vial (18 de diciembre del 2020).

Debe señalarse que cuatro decretos de reforma constitucional están por finalizar, muy pronto, el procedimiento de reforma constitucional. Los temas que impactarán estos decretos son: Juventud, reforma judicial, nacionalidad y fuero constitucional. De estos decretos falta solamente la aprobación de las Legislaturas, la declaratoria por las Cámaras o la publicación del Ejecutivo. Esto es, en las semanas siguientes se incorporarán cuatro modificaciones más a la Constitución.

Veamos enseguida las votaciones que se han dado en las Legislaturas de los estados para la aprobación de los diez decretos de reforma constitucional publicados en estos primeros dos años de gobierno de AMLO.

Es de remarcar que todos estos decretos han obtenido las votaciones aprobatorias de más de diecisiete entidades federativas, el cual es el mínimo de votos que se requieren para la aprobación de una reforma constitucional (art. 135 CPEUM). También llama la atención que la reforma constitucional de la Guardia Nacional obtuvo la aprobación unánime de las 32 Legislaturas estatales y que sólo en cuatro de ellas ha habido votos en contra de algunos Congresos locales: la correspondiente a la extinción de dominio registró el voto en contra del Congreso de Guanajuato; la relativa a la ampliación de delitos en los que es procedente la prisión preventiva oficiosa contó con dos Legislaturas en contra: Chihuahua y San Luis Potosí; y las que reformaron temas sobre el reconocimiento de pueblos y comunidades afromexicanas y la revocación de mandato fueron votadas en contra también por Guanajuato. 

Por lo que hace a la forma de votación del Congreso de Nuevo León, destaco lo siguiente. Los diez decretos fueron aprobados en nuestro Congreso: 6 por unanimidad de votos de las y los diputados presentes (aquí incluyo una votación que registra una abstención y  treinta y siete votos a favor) y 4 por mayoría de votos. También destaco que tanto en la 

Comisión de Puntos Constitucionales como en el Pleno del Congreso del Estado, los dictámenes para la aprobación de los decretos de reforma constitucional prácticamente no tienen discusión y, por ende, son aprobados el mismo día que son presentados en la Comisión o en el Pleno. Por ejemplo, considerando el número de días que corren entre la aprobación en la Comisión y su discusión y aprobación en el Pleno, 3 dictámenes se resolvieron en ambos órganos el mismo día; 2 dictámenes tomaron un solo día entre ambas sesiones; 1 dictamen tomó dos días; 2 dictámenes llevaron siete días; 1, trece días; y 1, 15 días. Los dictámenes en donde se aprecia mayor rechazo por diputadas y diputados locales de Nuevo León es en los referentes a la reforma educativa (24 votos a favor y 15 en contra) y respecto de la reforma sobre salud para el bienestar y pensiones no contributivas para personas adultas mayores (26 a favor y 16 en contra). Ahora, destaco que en cuatro de los decretos de reforma constitucional que conoció nuestro Congreso su votación resultó intrascendente, porque se dio con posterioridad a la publicación del decreto de reforma en el Diario Oficial de la Federación (paridad de géneros, pueblos afromexicanos, revocación de mandato y salud para el bienestar).

En conclusión respecto a este recuento: Nuestra Constitución continúa siendo reformada muy fácilmente. La administración de AMLO podría finalizar en el segundo lugar de modificaciones de las últimas seis presidencias. Los temas de las reformas son muy variados: Muchos de ellos recogen parte del programa político del Presidente, por ejemplo, la revocación de mandato, la prisión preventiva para delitos derivados de hechos de corrupción, la salud para el bienestar y las pensiones para personas adultas mayores, etc.; otros más, son completamente coyunturales, como la prohibición de condonación de impuestos; algunos son muy importantes en cuanto a ampliación de derechos, como la paridad total entre géneros.

Por otro lado, las Legislaturas estatales no están realizando propiamente una función de control sobre las reformas constitucionales. Lo cual no es muy distinto a lo que ha sucedido en recientes períodos presidenciales. En particular, el Congreso de nuestro estado, por lo general, aprueba de forma unánime las reformas constitucionales y destina muy poco tiempo para su discusión y deliberación.

Finalmente, una pregunta que debemos formularnos es cuánto estamos haciendo desde la sociedad civil organizada, desde las universidades, desde los medios de comunicación, para discutir los grandes temas, instituciones y derechos que se están incorporando cada dos meses y medio a nuestra Carta Magna. Tal vez sea tiempo de que no solamente exijamos a las personas que nos representan políticamente que cumplan su función de deliberación y control sobre la reforma constitucional, sino que también nos involucremos cada día más como sociedad en las reformas constitucionales en nuestro país para que, así, poco a poco, podamos pasar a tener una Constitución viva, y no solo un documento ideal en el diseño, pero poco conocido y menos respetado por las personas.

El nuevo tema de conversación

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Ha sido un año difícil y cansado. Sé que a ti, como a mí, ya te cansa escuchar del COVID-19 por todas partes. Es el único tema en los noticieros, te aparece cada dos publicaciones en redes sociales, y en la mesa con la familia todas las conversaciones terminan en lo mismo: la pandemia.

Así nos la hemos llevado ya un año completo, y es evidente que el tema seguirá presente en los meses posteriores. Sin embargo, 2021 abordará al COVID desde la esperanza y no desde el miedo, frustración y angustia.

Y es que lo que tanto esperábamos desde el inicio de esta crisis por fin llegó. Las vacunas comenzarán a ser parte fundamental de nuestras conversaciones de la vida diaria. 

Estas vacunas, tanto de Pfizer como Moderna y otros laboratorios, son enormes logros de la comunidad científica, mujeres y hombres dedicados completamente al desarrollo de una solución al gigante problema que enfrenta la humanidad. Es de admirar su incansable labor y sus efectivos resultados.

Aquí en México, el gobierno federal ya firmó contratos para adquirir 198 millones de vacunas de Pfizer, AstraZeneca y CanSino, según datos de Animal Político.

La indicación es comenzar esta misma semana con la vacunación a personal médico, inicialmente en la Ciudad de México y Coahuila. A lo largo del 2021 se inmunizará a la gran mayoría de los sectores de la población, siendo primeros los que más riesgo corren de enfermar de gravedad.

En papel todo suena ordenado y eficaz. En el campo, la situación es diferente. La logística para distribuir casi 200 millones de vacunas debe ser perfecta para cumplir con las metas establecidas. Esperemos que el gobierno realice su labor de manera correcta y se tome a esta jornada de vacunación como la más grande prioridad. No estamos para que sea tema político o sea utilizado con fines electorales. La vida de las y los mexicanos está en juego.

Países como Estados Unidos y el Reino Unido, que registran números alarmantes de contagiados, ya han iniciado con una extensa labor de inoculación a su personal médico. Comenzando con Pfizer y Moderna, las demás vacunas se irán sumando a la solución colectiva de esta pandemia.

Se ve la luz al final del túnel. Mantengamos la esperanza de que el trabajo de la comunidad médica y la comunidad científica ha valido la pena, y más temprano que tarde saldremos de esta.

¿Qué opinas?

Quiero aprovechar este espacio para agradecerte a ti, que me leíste durante el 2020, por dedicarle unos minutos de tu semana a mis columnas. Agradecimiento especial a quienes me dieron la oportunidad de colaborar en Altavoz y a quienes me dan constante retroalimentación.

A todas y todos les deseo una Felices Fiestas llenas de amor, salud, paz y alegría.

Nos leemos en 2021.

#ElNidoDelGavilán: “Para y por lo local”

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En una temporada en que los destapes están a la orden del día, las coaliciones se siguen definiendo y los partidos definen candidatos, también hay otras opciones que buscan ponerse en el radar político local.

El reto sigue siendo invitar a los jóvenes a votar y si bien, siempre han formado parte de movimientos sociales y políticos, los partidos sistemáticamente han relegado a los jóvenes en sus mítines al no ser parte del electorado meta. Asimismo, los movimientos juveniles de los partidos generan políticos jóvenes que hablan, actúan y se comportan como sus jefes de mayor edad.

Kumamoto y su movimiento en Jalisco inspiraron a muchas y muchos de que era posible combatir las maquinarias electorales de los partidos. La elección pasada se tuvo a Alejandra del Toro, candidata a diputada local por el distrito 6 de Monterrey, logrando alrededor 4000 votos, con poco o nada de presupuesto, fichas comparado a lo que operó el PAN para ganar ese distrito.

Ahora para 2021, en esta susodicha vía independiente algunas figuras empiezan a recabar a firmas, entre ellos está Futuro Florece, una A.C que continúa el proceso de cambio detonado por Alejandra, ahora buscando impulsar 4 jóvenes a diputaciones locales y una federal. Con ellos traen temas como el concepto moderno de ciudad y una sociedad de derechos. Discusiones poco abordadas frente al discurso individualista y que vale la pena introducir en el debate local.

Hay que escucharlos, analizar sus propuestas y definir si se coincide o no con ellas y ellos en su visión política y social (primero revisar que estamos en el distrito donde compiten, claro está), pero sobre todo, valorarlos como opciones viables para buscar que sean punta de lanza de incidencia política de calidad y de derechos, algo que los partidos de siempre no traen en su agenda.

Lo dicho, dicho está.

La burla hecha alianza electoral

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La narrativa que Andrés Manuel López Obrador construyó desde hace ya muchos años, esa de la existencia de la mafia del poder, del ya famoso “PRIAN” o “PRIANRD” parecía simplemente una estrategia para dividir, un ataque sin fundamentos lógicos con el cuál el Presidente ganó mucha popularidad. Parecía nada más que un apodo a sus adversarios, algo que no podía ser tangible. Pero no. Cuesta trabajo aceptarlo, pero López Obrador, en este caso, siempre tuvo la razón. 

Cuando escribo siempre busco la imparcialidad y dar mi punto de vista desde lo objetivo, pero esta vez me cuesta trabajo esconder la ya inmensa vergüenza que me invade como ciudadano al ver en lo que se ha convertido la política mexicana.

Hace un par de meses, en un conversatorio al que fui invitado, se me preguntó sobre la posibilidad de ver realmente una alianza PRI-PAN buscando el voto en 2021. Expresé que me parecía ilógico por ambas partes. De lado del PAN, sería traicionar sus ideales (los que les quedan) al meterse a la casa del partido rival de siempre – el PAN existe directamente como oposición dura al PRI corrupto y dictador del siglo XX. Aliarse con ellos argumentando que es con el fin de salvar a México, es simplemente abandonar una política de ideales, y arropar una política de búsqueda de poder.

Por el lado del PRI, es un poco la misma historia. De ellos ya sabíamos la ambición de poder, pero aceptar una alianza pública con Acción Nacional, su contrario de toda la vida, es dejar atrás a sus militantes y a su estructura, para únicamente fortalecer el discurso del presidente. Del PRD no es sorpresa; el que alguna vez fue referente de la izquierda mexicana está a meses de desaparecer como partido político nacional, y una alianza sólo les causará más daño y división.

Eso que expresé en aquel conversatorio, al parecer está completamente equivocado.

No se vayan con la finta de que el 17% de preferencias que tiene el PAN y el 16% de preferencias que tiene el PRI van a hacer la suma perfecta. Muchas personas que jamás apoyarían al PRI son precisamente panistas, y viceversa. Esta coalición electoral que respalda al pasado no tiene al futuro de México como finalidad y objetivo.

Si bien es verdad que Morena está siendo una decepción, fallando en la mayoría de sus promesas y únicamente obedeciendo las instrucciones del Presidente, lo único que causa esta alianza opositora es fortalecer al partido oficialista.

Una elección debe dejar de ser sobre votar por el menos peor. Sabemos que panistas y priístas ya le fallaron a México en repetidas ocasiones. Por eso mismo, se le dio la oportunidad a Morena, misma que desaprovecharon y fallaron catastróficamente. Por donde se vea, ambos bandos han traicionado la confianza de la gente. 

Juntos Haremos Historia y PRIANRD, por igual, buscan solamente la victoria efímera y el poder absoluto. En sus planes no está el progreso de la nación y el bienestar de la gente que tanto necesita a un buen gobierno. Eso lo dejaron a un lado.

Nuestro futuro va más allá de elegir al que menos daño le haga a México. Depende de todas y todos construir las alternativas viables en las que dejemos las prácticas del pasado en donde deben de estar, y miremos fijamente hacia el futuro con paso firme. 

Existe, sin duda, la alternativa para ver a un México mejor. A un México justo, incluyente, limpio, estable, en progreso y en paz. Y definitivamente esa alternativa no empieza ni por quienes ahorita nos gobiernan, ni por quienes buscan regresar bajo las siglas que ya son una burla nacional: PRI, PAN y PRD.

Tomemos cada detalle en cuenta, y votemos pensando México y en nuestra gente.

#ElNidoDelGavilán: “Se compra fierro viejo: Morena NL”

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En los últimos días se están posicionando candidatas y candidatos a lo largo y ancho de la República para los puestos en disputa en 2021. 

En el caso nuestro, en Nuevo León, los partidos ya postulan perfiles, sin embargo, el caso de Morena es muy especial. Un partido fundado en torno a la figura de Andrés Manuel, con una ideología que pretende evocar el nacionalismo revolucionario, cobijó y sigue cobijando a perfiles de todo tipo (Priistas como Bartlett y Monreal y panistas como, Germán Martínez, Manuel Espino o la propia Judith Díaz como coordinadora de programas federales en NL) y con alianzas extrañas con el Verde, el PT y el nefasto PES.

En este cobijo, ahora simula una competencia interna para la candidatura a la gubernatura, todo para legitimar a Clara Luz como candidata, lo cual significa abrirle las puertas de par en par a Abel Guerra y las bases priistas de Escobedo que es quien realmente maneja u opera políticamente a su esposa.

En estos días se ha afirmado en prensa que el partido coquetea con Colosio Jr, con Maderito y otras figuras de la política local, en un acto insultante para la militancia y simpatizantes.

Morena necesita formar figuras propias, tener una escuela formativa (como ya la tiene el PRI y el PAN), dejar el caudillismo y forjar una institucionalidad de largo plazo, algo que ningún partido de izquierda en México ha logrado, ni siquiera el PRD.

Sin embargo, al mismo tiempo, cada día Morena se aleja de esos ideales de izquierda que alguna vez avisó, girando hacia un pragmatismo extremo y mantiene, al menos en lo local, esa política de reclutar mercenarios de todo tipo con el único aval de tener cierto capital político y una actitud convenenciera respecto a Andrés Manuel.

A como están las cosas, la militancia tanto nueva como de la vieja escuela de izquierda las tienen de perder. Morena anda como ropavejero reciclando candidatos, ¿quién quiere cambiarse de partido?, ¿quién anda libre?. .Se compran colchones, lavadoras o algo de fierro viejo que vendan .

Lo dicho, dicho está.

Participación ciudadana y supervisión civil en las instituciones policiales

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La eficacia, profesionalismo y vigilancia en el actuar de las corporaciones policiacas, son unos de los grandes pendientes en las instituciones de seguridad pública en nuestro país. Actualmente, dichas instituciones enfrentan diversos retos importantes en su desempeño; de acuerdo con datos de la ENVIPE 2019 realizada por el INEGI, el 52.8% de la población percibe a los policías municipales como poco o nada confiables, y el 67.9% de los encuestados percibe a dichas policías como corruptas. Estos datos estadísticos demuestran que dichas corporaciones sufren de amplios márgenes de desconfianza ciudadana, y ello tiene como consecuencia una falla sistemática en los esfuerzos de preservar la paz social, y resulta preocupante dada la naturaleza y relevancia de las tareas de los elementos de seguridad pública. 

En un país como el nuestro, donde el Estado de Derecho y la democracia son elementos en un estado aún de consolidación, incrementar la confianza y legitimidad de las instituciones es un imperativo social, jurídico y político, aún más, cuando hablamos del ius puniendi o poder punitivo del Estado. Cuando analizamos la actuación de los elementos de seguridad pública, lo hacemos desde dos dimensiones; la primera sería el actuar particular ante un caso concreto, ejemplo de esto es cuando una persona solicita ayuda ante la comisión de un delito. En segundo término, existe la dimensión global o colectiva, el cual se enfoca en el desempeño generalizado de una institución policiaca, ya sea desde sus estrategias internas así como las políticas públicas en materia de seguridad pública. Es en esta segunda, donde encontramos los controles externos ciudadanos o de participación civil. Por ello, impulsar una vida democrática-participativa al interior de este tipo de instituciones dedicadas a la seguridad, determinará en gran medida el éxito en sus tareas.

Dicho lo anterior, la vigilancia o control externo policial es una herramienta importante para aumentar la legitimidad social, permite que las políticas y actuaciones institucionales se adecuen a las dinámicas particulares de su eje territorial de acción,  y aumenta la rendición de cuentas en las corporaciones policiacas. Desde dicha perspectiva democrática, la supervisión civil de la seguridad pública sería un mecanismo importante para acercar a estas instituciones con la ciudadanía para generar una mayor confianza y responder a las demandas que esta tenga en relación con el desempeño de la seguridad pública. En ese orden de ideas, David H. Bayley (2006) ha mencionado que los pilares de una reforma policial democrática  son: 

  • orientación a la ciudadanía 
  • Respeto a la legalidad 
  • Respeto a los derechos humanos 
  • Transparencia y Rendición de cuentas

Cómo podemos apreciar de lo anterior, desde la orientación ciudadana hasta la transparencia y rendición de cuentas, se encuentran íntimamente relacionados con la vigilancia ciudadana externa de las corporaciones, ya que esto permite que personas interesadas o especialistas puedan involucrarse y participar en las políticas y estrategias de seguridad pública. Una institución policial debe medirse, no sólo por su efectividad en la tarea de seguridad púbica, sino también, en la supervisión y rendición de cuentas por parte de la ciudadanía. Al establecer estos mecanismos externos, las corporaciones pueden atender directamente las exigencias ciudadanas sobre su comportamiento y desenvolvimiento en la sociedad, creando un binomio importante entre participación ciudadana y derechos humanos que permiten que las organizaciones civiles o colectivos ciudadanos jueguen un papel importante. De acuerdo con la organización Causa en Común basados en la experiencia internacional, estos mecanismos tiene como beneficio: 

  • incrementar la confianza ciudadana 
  • Asegura procesos claros de quejas y denuncias 
  • Promueve investigaciones exhaustivas e independientes 
  • Incrementa la transparencia y la rendición de cuentas 
  • Disuade las conductas policiales indebidas 

En primer punto, me gustaría referirme al campo normativo, y para ello es obligado analizar la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la cual regula a las instituciones policiales a nivel federal, local y municipal. En dicho ordenamiento se establece en su artículo 12 último párrafo, que el Consejo Nacional de Seguridad Pública podrá “invitar por la naturaleza de los asuntos a tratar, a las personas, instituciones y representantes de la sociedad civil que puedan exponer conocimientos y experiencias las para el cumplimiento de los objetivos de seguridad pública”. En ese orden de ideas, el Título Octavo de esta Ley, en sus artículos 128, 129, 130, 131, 132 y 133, regula la participación ciudadana, su objeto y materias, sin embargo, estos preceptos normativos resultan insuficientes para lograr alcances deseables, ya que no prevé instrumentos concretos para facilitar dicha participación ni la manera de su operación a nivel local, el cuál resulta el más afectado en términos de legitimidad social y corrupción. Para ilustrar lo anterior, reproduzco de manera textual el precepto normativo relativo al artículo 128:

“Artículo 128.- El Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana establecerá mecanismos eficaces para que la sociedad participe en el seguimiento, evaluación y supervisión del Sistema, en los términos de esta ley y demás ordenamientos aplicables.

Dicha participación se realizará en coadyuvancia y corresponsabilidad con las autoridades, a través de:

I. La comunidad, tenga o no estructura organizativa, y

II. La sociedad civil organizada”.

Como se puede apreciar, este Centro Nacional será el encargado de establecer los mecanismos de participación de ciudadana en las tareas de seguridad pública, y el mismo artículo señala que esta participación puede ser para fines de supervisión del sistema nacional de seguridad pública, esto lo podemos traducir a que la ley máxima de las corporaciones policiacas permite los mecanismos externos de evaluación y control ciudadano. Aquí vemos la primera falla de diseño, ya que esta participación no será directamente con las corporaciones policiacas sino con otra institución a fines, y esto no se circunscribe a las autoridades federales, sino como bien establece el artículo 129: 

Artículo 129.- El Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana impulsará las acciones necesarias para que la Federación y las entidades federativas y los Municipios establezcan un servicio para la localización de personas y bienes, que promueva la colaboración y participación ciudadana”.

El artículo anterior, una falla en la técnica legislativa es el uso de la palabra “impulsará las acciones necesarias” omitiendo el deber u obligación para que la colaboración ciudadana sea un mecanismo obligado en todo el sistema nacional de seguridad pública. En el mismo orden de ideas, y confirmando que la ley prevé la figura de control y vigilancia externa con organizaciones o colectivos civiles, estos mecanismos pueden versar en los términos del artículo 131: 

I. Participar en la evaluación de las políticas y de las instituciones de seguridad pública.

II. Opinar sobre políticas en materia de Seguridad Pública;

III. Sugerir medidas específicas y acciones concretas para esta función;

IV. Realizar labores de seguimiento;

V. Proponer reconocimientos por méritos o estímulos para los Integrantes de las Instituciones;

VI. Realizar denuncias o quejas sobre irregularidades, y

VII. Auxiliar a las autoridades competentes en el ejercicio de sus tareas y participar en las actividades que no sean confidenciales o pongan en riesgo el buen desempeño en la función de Seguridad Pública.

Derivado de lo anterior, si bien, las fracciones I, II, III y IV del artículo 131 preven que exista una coordinación y participación por parte de organizaciones civiles o la comunidad sin estructura organizativa, la Ley no mandata a las entidades federativas para que necesariamente existe un mecanismo de vigilancia y control ciudadano, lo cual contradice la naturaleza misma de estos mecanismos de supervisión ciudadana. Este título no define lo que se entiende cómo sociedad civil o colectivo ciudadano, y tampoco enuncia las formas con las cuales puede participar, no siendo específico con las formas o incidencias locales para permitir esto. Cuando hablamos de mecanismos de supervisión o control externo ciudadano, no puede limitarse a simplemente contemplar la figura en la ley sin dotarlo de facultades que permitan su efectividad, ya que no se logran los alcances de rendición de cuentas. En términos institucionales, en México tenemos órganos de supervisión al interior de las corporaciones policiacas, el primero son las Unidades de Asuntos Internos y las ONGs especializadas en temas de seguridad pública, sin embargo, “estos organismos carecen de uno o dos factores que consideramos indispensables para la supervisión policial efectiva: 

  1. autonomía, 
  2. competencia, y
  3. exhaustividad”.

En virtud de lo anterior, la actual administración federal ha creado e impulsado el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica aprobado por elConsejo Nacional de Seguridad Pública el 8 de julio de 2019, sin embargo, también resulta insuficiente respecto a las formas o mecanismos para implementar la participación ciudadana efectiva a nivel local, si bien, dicho documento menciona que el objetivo del Modelo es el “fortalecimiento de las policías municipales y estatal ” para “mejorar la percepción de seguridad e incrementar la confianza en las instituciones policiales (SESNSP, 2019, p. 55), esta política pública no profundiza ni realiza un análisis a fondo sobre los principios y figuras para que la sociedad pudiera participar desde el ámbito colectivo en las estrategias de seguridad pública o aquellos procesos internos como la capacitación y formación policial. Esta supervisión civil no se contempla como un mecanismo clave en el actuar de la seguridad pública, ya que como bien ha señalado Antia Mendoza citando a Dash sobre las funciones principales de los sistemas de supervisión civil en las instituciones policiacas, se encuentran:

“- Supervisar los procesos de queja en contra de los cuerpos policiales

– Atender y satisfacer la queja ciudadana

– Documentar, analizar e interpretar patrones de abuso o violaciones a los

derechos humanos por parte de los servicios policiales

– Detectar necesidades de carácter técnico, estructural o de gestión en las

instituciones policiales

– Evaluar prácticas y desempeño policial

– Emitir informes y recomendaciones para fortalecer y mejorar la práctica

policial

– Participar en la construcción de políticas públicas que contribuyan a la

modernización y democratización de la policía”

Tanto el Modelo Nacional de Policía y justicia cívica como la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública no concretan mecanismos, alcances y consecuencias de la participación de la sociedad civil en las funciones de la seguridad pública, esta falla en el diseño jurídico-institucional tiene cómo consecuencia que todo la vigilancia o control externo policiaco quede completamente a la potestad de la voluntad política, y aquí tenemos un punto débil que debe ser tomado en cuenta ante los altos índices de violencia y desconfianza ciudadana a las instituciones. Cuando se permite que exista una participación ciudadana en aras establecer un control externo, las policías pueden aprovechar la información que las organizaciones y/o colectivos pueden aportar a su laborar, abonando a una mejor capacitación así como entender la perspectiva de la ciudadanía, convirtiéndose en aliado de las exigencias ciudadanas. Es importante que estos mecanismos puedan contemplar medidas coercitivas o instrumentos de sanción cuando derivado de los ejercicios de control ciudadano, se perciban actos u omisiones contrarios a la ley y el desempeño de sus laborales, y como resultado tendremos instituciones legitimadas y profesionalizadas. Contemplar y fomentar los controles externos policiales permitirá transitar a un modelo de seguridad pública cerrado y opaco a uno abierto que permita una vigilancia constante de su actuar, democratizando el ejercicio de la seguridad pública en nuestro país. 

Referencias 

INGEI. Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2019. 

INEGI. Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2019. 

Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública. 

González Reyes, Pablo Jesús. (2003). Participación ciudadana en la evaluación de la política de seguridad pública: el caso de Baja California. Estudios fronterizos, 4(8), 57-72. Recuperado en 24 de octubre de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-69612003000200003&lng=es&tlng=es

SESNSP. Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica. Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. 

Mendoza Atia, (2008), Supervisión de la policía por sociedad civil ¿transición hacia la reforma policial democrática?, Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C. (Insyde). México: junio de 2018.

Bayley, D. (2006). Changing the Guard. Developing Democratic Police Abroad.Oxford, Press, USA. 

Una consulta más

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Nuevamente les vengo a escribir del mecanismo de consulta en México. Un mecanismo que emocionó al legislarse pero que ha perdido credibilidad por la manera en la que se aplica en nuestro país; una manera que simplemente no se apega a lo que establecen las leyes para su debida formulación. 

He escrito antes sobre la consulta popular de las elecciones de 2018 y la “consulta” que hubo del NAICM, pero ahora nos enfrentamos a otro escenario: una consulta ciudadana en Nuevo León sobre el tema fiscal. Primero, es importante destacar que sí hay una diferencia entre consulta popular y ciudadana: Según la Ley de Participación Ciudadana para el estado de Nuevo León, la popular se realiza únicamente en jornadas electorales federales y en conjunto con la Comisión Electoral Estatal, la cual valora que la pregunta en cuestión no sea tendenciosa o contenga juicios de valor y que no sea referente a temas tributarios, administración pública interna y regulación del Congreso del Estado o el Poder Judicial. Por otro lado, la consulta ciudadana la realiza independientemente el poder ejecutivo estatal o municipal y no existen restricciones en cuanto a los temas. 

Entonces el Congreso del Estado no fue nada ingenuo en plantear esta consulta como ciudadana y no como popular, porque eso les permite realizarla antes de la jornada electoral y también que fuera sobre el tema fiscal que tanto ha causado división entre los ciudadanos y gobernadores. Técnicamente, sí se está cumpliendo con todos los requisitos de forma para utilizar este mecanismo de participación ciudadana. 

Pero hay algo más, que es lo que me llevó a escribir este artículo, y es sobre el tema y la pregunta en sí. El Poder Ejecutivo y Legislativo de Nuevo León ya se pusieron de acuerdo y determinaron que la pregunta para la consulta será la siguiente: “Hoy por cada peso que Nuevo León aporta al gobierno federal solamente se le devuelven 29 centavos. ¿Estás de acuerdo en que se modifique el mecanismo de distribución para que Nuevo León reciba más recursos a favor de sus habitantes?”. 

Sinceramente, ¿quién en su sano juicio diría que no a esa pregunta? ¿Me estás preguntando que si quiero más dinero para que nos vaya mejor? ¡Pues claro que sí! Aquí se puede ver otra buena decisión del Congreso para hacer esta consulta una consulta ciudadana, porque es una pregunta totalmente tendenciosa y con juicios de valor. Es impactante que mencionen la cifra sobre como Nuevo León solo recibe 29 centavos por cada peso que contribuye (y es la única cifra que usan para respaldar su postura para recibir más dinero), pero lo que los impulsores de esta consulta no te cuentan es que aún con esto, Nuevo León es el quinto mayor estado en recibir participaciones federales (lo pueden revisar en el cuadro 7 http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5603570&fecha=27/10/2020). Los impulsores también dicen que como Nuevo León es el tercer estado en aportar al PIB nacional (que sí es), por eso se nos debería de regresar más, pero tampoco te cuentan que el cálculo para las participaciones y aportaciones federales para los estados no solo se basa en el PIB sino también en la cantidad de población que se tiene, la cantidad de impuestos locales que recaudan y otros factores como carencias sociales para algunos fondos del ramo 33. Recapitulando: en Nuevo León, sí somos la tercera entidad con mayor aportación al PIB y sí se nos regresa 29 centavos por cada peso, pero aún así somos el quinto mayor estado con participaciones federales y hay más factores sobre el PIB para recibir este dinero. 

Ahora, otra cuestión sobre esta consulta ciudadana es que se va a llevar a cabo electrónicamente entre el 6 de diciembre y 28 de febrero. Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2018 del INEGI, en Nuevo León, solo 66.5% de la población cuenta con acceso a internet desde sus casas. Entonces hace falta que el gobierno defina cómo es que toda la ciudadanía del estado va a poder participar en esta consulta.

No se pueden andar diciendo verdades a medias para obtener más dinero. El gobierno primeramente debería de tener una planeación estratégica sobre sus recursos y transparentar qué es lo que hace con el dinero que ya recibe antes de andar pidiendo más. Y si van a realizar la consulta tienen que asegurar que todas y todos puedan participar, sino solo va a ser una consulta más para que las clases sociales medias y altas que cuentan con internet en sus hogares y dispositivos electrónicos puedan ejercer su participación ciudadana.