El nepotismo como ideología política

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Cada quien es libre de tener su postura política dentro de la vida pública de México. Sin embargo, si hay algo en lo que todas y todos podemos coincidir es que la corrupción es el principal o uno de los principales males que aquejan a nuestro país.

Normalmente a la corrupción se le ve como lavado de dinero, desvío de recursos, etcétera. Muchas veces pasamos por alto una de las formas más viles y descaradas de corrupción: el nepotismo.

El nepotismo es, según la RAE, la desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o los cargos públicos. Ya se te vinieron a la cabeza varios ejemplos, seguramente.

Verás, en México esta es una práctica común, tristemente. No nos tenemos que ir tan atrás en la historia. Para mantenerlo actual, nombremos algunos ejemplos de nepotismo en México únicamente en el siglo XXI.

En Coahuila, de 2005 a 2011 gobernó Humberto Moreira, del PRI. Después de un gobierno interino de 10 meses de Jorge Torres, el siguiente gobernador, de 2011 a 2017, fue Rubén Moreira, hermano de Humberto. Si bien Rubén tuvo que ganar la elección, su designación como candidato estuvo directamente ligada al hecho de que el gobernador del estado era su hermano.

En Puebla, de 2011 a 2016 el gobernador fue Rafael Moreno Valle, del PAN. Después, Antonio Gali tuvo una breve gubernatura de tan sólo dos años. La siguiente gobernadora del estado fue Martha Erika Alonso, esposa de Rafael Moreno Valle. Ella gobernó diez días, pues trágicamente perdió la vida en un accidente aéreo junto con su esposo.

En Veracruz, el gobernador de 2016 al 2018 fue Miguel Ángel Yunes, del PAN. En 2018, el candidato del PAN a la gubernatura fue Miguel Ángel Yunes Márquez. Su hijo. Y en el PRI estatal está el otro lado de la familia Yunes, primos del exgobernador y que también han sido candidatos al máximo cargo público de Veracruz.

En Oaxaca, de 1998 al 2004 gobernó José Murat, del PRI. En 2016, el candidato y ahora gobernador fue Alejandro Murat, su hijo. Raro, ¿no?

Ahora hablemos de quien en varias ocasiones (y hay tuits que lo demuestran) denunció al nepotismo priísta y panista y lo catalogó de vil corrupción y de prácticas monárquicas.

Así es: cuando AMLO era opositor, le parecían aberrantes estas prácticas (y si lo son). Pero vale la pena hacer espacio para demostrar que su gobierno y su partido también cayeron en lo mismo.

La verdad es que investigando encontré bastantes casos, pero nombraremos los más notables.

El esposo de la ex Secretaria de Economía y actual Vicepresidenta del INEGI, Graciela Márquez, es subgobernador del Banco de México. 

La Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, es hija de Bertha Luján, fundadora de Morena y muy cercana al Presidente. Pablo Sandoval, delegado federal en Guerrero y aspirante a gobernador del estado, es hermano de Irma Sandoval, Secretaria de la Función Pública.

Rodrigo Abdalá, sobrino de Manuel Bartlett, es delegado federal en Puebla. Y también Miguel Torruco Garza es el líder de CONABOX y encabeza las listas de Morena a una diputación federal plurinominal. Es hijo del Secretario de Turismo, Miguel Torruco. ¿Y el cambio, apá?

Por último y tal vez el más descarado, es el nombramiento (a través de una encuesta fantasma) de Evelyn Salgado, hija de Félix Salgado Macedonio, como candidata a gobernadora de Guerrero en sustitución de su padre.

Nos queda claro que nada ha cambiado. Le duele a México que el poder siga concentrado en unos pocos, y que sea mentira la narrativa de que el control lo tiene el pueblo. Este 6 de junio, nosotras y nosotros tenemos la oportunidad de elegir quien nos gobernará y quien nos representará. Te pido por favor te informes, y no le regales tu decisión a quien ya nos hizo daño y no tiene intenciones de aportar al progreso de nuestras ciudades y nuestros estados.

¿Qué opinas al respecto?

Nueve

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Griselda Álvarez (Colima, 1979), Beatriz Paredes (Tlaxcala, 1987), Dulce María Sauri (Yucatán, 1991), Rosario Robles (D.F., 1999), Amalia García (Zacatecas, 2004), Ivonne Ortega (Yucatán, 2007), Claudia A. Pavlovich (Sonora, 2015), Martha Erika Alonso (Puebla, 2018), Claudia Sheinbaum, (Ciudad de México, 2018). Sólo ellas, en toda la historia mexicana, han ocupado el cargo de gobernadoras en nuestro país.

Un camino minado de prejuicios, estereotipos y obstáculos es a lo que las mujeres se han enfrentado en México para acceder a los puestos de toma de decisión. Se han necesitado reformas legislativas, lineamientos y sentencias para quitar algunos de estos obstáculos de su paso (aunque aún muchos permanecen). 

Sin embargo, en aquellos puestos en donde no hay reglas de postulación en materia de género, los institutos políticos olvidan sus discursos y compromisos, para voltear a ver de manera casi exclusiva a sus militantes hombres, tal es el caso de los cargos a las gubernaturas de las entidades. 

Sociedad civil, academia, activistas del país han alzado la voz para solicitar la inclusión de lineamientos en materia de paridad de género en gubernaturas para derribar las puertas cerradas que mantienen los institutos políticos a estos cargos. El INE, por su parte, se encuentra trabajando en criterios al respecto para que la mitad de los cargos que se disputarán en este proceso electoral (7 u 8 de las 15 gubernaturas) sean destinados a las mujeres. 

Sin embargo, en los medios se han vertido ya posturas de resistencia por parte de algunos partidos políticos, recargados en argumentos sobre la imposibilidad de acatar estas posibles nuevas reglas por los “tiempos”, cuando desde siempre debieron contar con procesos con igualdad de oportunidades y más ahora en el tiempo de #ParidadEnTodo. 

Recordemos, además, que los partidos cuentan con presupuesto etiquetado específicamente para el impulso de liderazgos de sus mujeres militantes. Mujeres hay, obstáculos para que lleguen, más. Las resistencias por alcanzar una verdadera democracia incluyente continúan. El machismo en los institutos políticos persiste al oponerse una y otra vez a la llegada de mujeres al poder. 

Miguel Ángel Porrúa defiende publicidad del libro de Moreno Valle

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Desde el mes de abril que salió el libro “La Fuerza del Cambio” del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, ha visto un incremento positivo en la aceptación ciudadana en cara al 2018. Ante esto, el editor Miguel Ángel Porrúa dijo que desconoce cuánto se ha gastado en la promoción del libro, pero, aseguró que están avanzando en la hornada de la publicación.

Ante las constantes quejas y supuestos, el editor se quejó de la insistencia y “jiribilla” sobre la campaña publicitaria que ha tenido el libro de Moreno Valle y aseguró que las críticas que se han hecho hasta ahora son sólo “por molestar”.

El senador Miguel Barbosa, arremetió en contra de Ángel Porrúa y Moreno Valle, asegurando que se ha utilizado la empresa con fines fraudulentos y de lavado de dinero, por lo que la editorial debería de ser fiscalizada, esto por la promoción constante de “La Fuerza del Cambio”. Ante estas severas acusaciones, Porrúa expresó que al no tener las pruebas es mejor “que se quede callado” el senador de Morena.

Tras su reciente visita en Puebla, Moreno Valle estuvo acompañado del  actual gobernador Antonio Gali Fayad; el alcalde de Puebla, Luis Banck; su esposa y secretaria General del PAN, Martha Erika Alonso; los integrantes del gabinete estatal y simpatizantes del ahora aspirante a la presidencia en el 2018.

Al término del evento y a una sola voz gritaron a coro “Rafa Presidente, Rafa Presidente”.