Aseguran que Nuevo León pierde $10 mil millones por distribución fiscal

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Los cambios de criterio en la fórmula de distribución fiscal le cuestan actualmente casi 10 mil millones de pesos a Nuevo León, sostuvo el Tesorero estatal Carlos Garza.

Dijo que al aprobarse en 1980 la actual Ley de Coordinación Fiscal, el principal criterio para la distribución de los recursos federales era cuánto se captaba en cada Entidad federativa, pero gradualmente se dio mayor peso a la población de cada Estado.

Así, dijo en una conferencia de prensa virtual, hoy existen Estados que reciben hasta 14 pesos por cada peso que la Federación recauda en su territorio, mientras Nuevo León recibe sólo 29 centavos.

En 1980, estrictamente, se asignaban los recursos a las Entidades en función de la recaudación de impuestos federales en cada Entidad, y a través del tiempo lo que van a encontrar es una fórmula más confusa que premia a las Entidades que tienen más población“, dijo Garza.

Las cifras fueron mostradas durante una conferencia de prensa virtual en la que el Gobernador Jaime Rodríguez y Diputados de los tres grupos mayoritarios en el Congreso local anunciaron una consulta pública en la que pretenden preguntar a la población del Estado si debe o no cambiar el Pacto Fiscal.

La consulta propuesta no plantea un escenario específico, pues eso dependería de que en una nueva convención nacional hacendaria se acuerden nuevos criterios de distribución de los ingresos federales.

Garza resaltó que Nuevo León es la segunda Entidad que más aporta a la Federación, sólo detrás de la Ciudad de México, y la tercera en el PIB.

No estamos peleados con que en el País pueda haber redistribución de la riqueza y los ingresos, pero, ¿qué se ha logrado en 40 años?“, cuestionó.

Indicó que Entidades como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, que reciben mucho más de lo que aportan a la recaudación federal, tienen aún los menores índices de escolaridad o expectativa de vida.

 

(Con información de El Norte)

Afección por la ilegalidad

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Hoy, estamos a punto de que concluya septiembre, un mes que sin lugar a dudas es sumamente relevante para la vida pública del País. Incluso, ha sido catalogado como el “mes patrio“, pues celebramos el Día de los Niños Héroes, el Grito de Dolores y el Día de la Independencia de México; por lo cual estimo que se trata del mes de nuestra identidad nacional.

Además, es relevante por que a más tardar el 8 de septiembre, el Ejecutivo Federal en cumplimiento a lo señalado por el artículo 74 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, debe hacer llegar a la Cámara de Diputados el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, mismo que será aprobado a más tardar el 15 de noviembre siguiente y que esencialmente tiene como objetivo el ordenamiento del gasto público, esto es, señalar las erogaciones que realizará la Federación durante el año siguiente, incluyendo dentro de las mismas las participaciones que a cada Entidad Federativa corresponden.

Cabe mencionar, que el rubro de participaciones a las entidades federativas, desde el comienzo del mandato como Presidente de la República de Andrés Manuel López Obrador, ha sido año tras año cuestionado, principalmente por los simpatizantes de la “Alianza Federalista” que se inconforman y lo califican de injusto.

No obstante, dicho calificativo (que no es más que un disparate de pazguatos), se da pues erróneamente pretenden realizar un juicio de valor (subjetivo) sobre facultades regladas y no discrecionales.

Esto, pues el procedimiento de asignación de participaciones previsto en la Ley de Coordinación Fiscal, establece una facultad reglada para la Administración Pública Federal, es decir, señala de manera concreta la conducta determinada que la autoridad federal debe seguir, siendo en el caso que nos ocupa, la asignación del 20% a las entidades federativas de la recaudación federal participable, atendiendo a las fórmulas previstas en el ordenamiento de mérito.

Situación, por la que en este caso no es atinado pretender otorgar un alcance subjetivo al concepto de justicia, pues se insiste, estamos en presencia de facultades regladas, no discrecionales que pudieren variar al arbitrio y capricho de la administración.

Así, el alcance de lo justo e injusto, tratándose de facultades regladas, como lo son la asignación de participaciones a las entidades federativas, debe realizarse a través de un juicio de validez, es decir, ¿si es válido o no conforme a la ley, asignar a las entidades federativas una cantidad menor a lo que recaudan por concepto de impuestos federales?.

La respuesta a la interrogante del párrafo anterior, es: sí; pues el artículo 2do de la Ley de Coordinación Fiscal esencialmente señala que el fondo general de participaciones se constituirá con el 20% de la recaudación federal participable, de ahí, que a todas las entidades federativas se les devuelva en principio menos recursos de los que recaudan por concepto de impuestos federales.

Situación, por la que es inconsecuente considerar injusto que se les devuelvan menos recursos de lo que recaudan a las entidades federativas, en tanto, la asignación de participaciones se trata simplemente de la aplicación de las fórmulas contenidas en la Ley de Coordinación Fiscal, en donde no tienen cabida la arbitrariedad o razonamientos subjetivos.

Cabe aclarar, que lo anterior no quiere decir que únicamente el 20% sea invertido en las entidades como erróneamente lo pretenden hacer ver quienes simpatizan con la “Alianza Federalista”, pues ese 80% que conserva la Federación se trata de recursos utilizados para la creación y mantenimiento de tribunales, hospitales, escuelas, IMSS, ISSSTE, INFONAVIT, carreteras, seguridad pública, puentes internacionales y puertos; ejemplificado regionalmente en la rehabilitación de la refinería en Madero, la creación de la línea 3 del tren ligero en Jalisco, la presa libertad en Nuevo León, etc. Prácticamente inversión en todo el País.

Finalmente, quien insista en calificar de injusta la aplicación de las fórmulas contenidas en la ley, únicamente evidencia su afección por la ilegalidad.

Solicita Delgado austeridad a Nuevo León

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El coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados y candidato a la dirigencia nacional del mismo partido, Mario Delgado, pidió austeridad en Nuevo León y advirtió que en 2021 la entidad recibirá únicamente lo que por ley de corresponde, esto ante las quejas de varios personajes políticos sobre mal trato en materia presupuestal que ha recibido la entidad por parte de la Federación.

“Es un presupuesto para una condición económica extraordinaria, por lo tanto evidentemente no va alcanzar para todos. Aquí lo que se trata es hacer un esfuerzo entre todos para que alcance, eso tiene que ver que se aprieten el cinturón y hagan austeridad los Gobierno de los Estados.”, dijo Delgado durante su visita a Nuevo León para sostener eventos con militantes de su partido en su campaña rumbo a la dirigencia nacional.

“Hay gobierno que tienen situación compleja, se voltean y piden deuda para mantener una realidad que no existe y mantener un tren de gasto que es insostenible porque no están dispuestos a ver en el espejo y a ver qué se cortan, no hablo de la mano, del presupuesto que haya austeridad”, agregó.

Durante uno de los esbeltos se le cuestionó que si hay algún compromiso para Nuevo León en el tema presupuestal del 2021.

“Absolutamente que se va a respetar la ley, se les va a dar cada peso que según la Ley de Coordinación Fiscal le corresponde, ni un peso menos. Claro que estamos de acuerdo de aumentar el presupuesto para el Estado, necesitadnos que nos digan de dónde y lo aumentamos”, expreso.

Por último,, aprovechó para cuestionar a la Alianza Federalista integrada por 10 gobernadores del país, entre ellos el mandatario de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, al calificarlos de “comodinos” de sólo estirar la mano, y no quererse apretar el cinturón en la crisis económica que se vive.

Impuestos, el tabú que paraliza México

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La historia de México ha sido definida por su amplitud geográfica y variada. Hemos sido víctimas de un país con tanto territorio y un centralismo político histórico, sobretodo a partir de la revolución y el nacimiento del PNR. Ese centralismo político creció entretejido a un centralismo económico y ha definido la recaudación y gasto del dinero público por más de cuatro décadas.

La concentración de poder político estableció un sistema fiscal en el que la federación fuera la principal beneficiada. No sólo en una mayor recaudación y recolección de impuestos, sino en una distribución que la presidencia en turno establecería a placer. Fue así como se creó el Pacto Fiscal a través de la Ley de Coordinación Fiscal en 1978. 

La palabra prohibida en México es impuestos. No se habla al respecto, no se pregunta al respecto. Es un suicidio electoral y quien llegue a decir que son necesarios más impuestos es llevado a la hoguera pública. Como tantos tabúes, lo que no se platica y dialoga se queda en la ignorancia y no se soluciona. 

La constitución en el art. 72 fracción XXIX establece algunos impuestos pero no hay claridad recaudatoria en temas de consumo, ingreso y otras actividades económicas de importancia. Esto termina en una concentración fiscal federal donde el IVA, ISR y IEPS son un 80% del total de impuestos en el país. Esta concentración impositiva, el vacío legal constitucional y el centralismo político fueron la tormenta perfecta para secuestrar al sistema fiscal mexicano. El PRI vio la oportunidad y la tomó, pero ese PRI ya no existe y el México de hoy es muy distinto al de hace 4 décadas. Morena tiene mayoría, pero es otorgada por el pueblo y no es eterna. Y es ahora quien tiene la oportunidad de diseñar un sistema fiscal equitativo.

No sólo la historia es nuestro verdugo, también la pésima administración y la falta de rendición de cuentas. México es el país con una de las peores recaudaciones de la OCDE. Recaudamos sólo 16.2% del PIB del país, mientras que el promedio de los países de la OCDE es 34.2%, prácticamente el doble. El control federal es claro ya que recauda 93 centavos de cada peso de impuestos en México. Pero a pesar de ser los principales responsables en IVA como en ISR su recaudación es muy baja, con 6.4% y 7.2% del PIB mientras que en la OCDE el promedio es de 11% y 11.3% respectivamente. La situación empeora cuando la pasamos a la recaudación estatal y municipal donde sólo hay esfuerzos para recaudar menos de 5 centavos y menos de 2 centavos de cada peso de impuestos. Esto termina siendo un 0.7% del PIB por las entidades y 0.3% del PIB por los municipios, mientras que el promedio de la OCDE es 5.5% y 3.8%. Básicamente tenemos uno de los peores sistemas recaudatorios a nivel internacional cuando podríamos estar recaudando más del doble a nivel federal y hasta 8 y 10 veces más a nivel estatal y municipal.

Los culpables son muchos, principalmente una enorme informalidad que produce 22.7% de la economía mexicana y tiene el 57% de los trabajos. A esto hay que sumarle un endeble Estado de Derecho y una aplicación de la ley a cuentagotas y preferencial. Además hay pésima repartición de los recursos, con fórmulas que no promueven una mejor recaudación y castiga a las entidades y municipios que intentan resolver este problema. Es tan clara la mala distribución que el presupuesto de las entidades depende en 80% de la federación. Sumado a los problemas operativos llega el jaque mate con la democracia y la división política, donde el sistema fiscal mexicano es abusado por parte de los políticos y los partidos. Donde se señalan unos a otros eternamente para jalar recurso a su molino y lo que nunca llega es una solución integral. En la lana cada quien protege sus bolsillos y todos terminan perdiendo al mantener el mismo sistema inequitativo. 

Urge claridad impositiva, reformar la Constitución y las leyes a fin de priorizar el desarrollo local mediante sistemas fiscales estatales. Es imprescindible que sean las entidades quienes tengan la preponderancia impositiva dada la necesidad de usar los impuestos de acuerdo al contexto, economía y necesidades locales. Los estados saben dónde hay mayor urgencia de gasto, y la economía premia la inversión local y el desarrollo social. Además hay una reducción burocrática importante que promoverá la eficiencia administrativa. 

Pero todo esto se debe de acompañar con transparencia en cada centavo, un registro total de los recursos públicos. No más opacidad sindical, no más opacidad partidista y congresional. Necesitamos auditorías independientes y contralorías ciudadanas que ataquen el desvío de recursos sin necesidad de la validación de sus ejecutivos. Ya no se puede ser juez y parte. 

Si bien la reforma al Sistema Fiscal no es la única solución, sí asegura que los recursos sean invertidos de una mejor manera de acuerdo a las necesidades locales y no las impuestas por la federación. Y lo mejor de todo esto es que hay mucho espacio para mejorar antes de empezar a cargar más el bolsillo de la ciudadanía.

Para más información del Sistema Fiscal Mexicano escucha el episodio de “Impuestos y su recaudación” de Kristian con K

https://open.spotify.com/episode/5xk1Ne9DVdUiv8VeKcOiqy

Intimidades Públicas: “Más allá de la #Ley3de3”

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Cuando el hartazgo es sumamente considerable, cualquier solución parece ser suficiente.Esolam

La iniciativa ciudadana denominada como “Ley 3 de 3” está haciendo historia. No sólo junto más de 600 mil firmas ciudadanas para poder ser enviada al Senado de la República institucionalmente como una iniciativa ciudadana, sino también está marcando una agenda ciudadana dentro del ámbito público sin precedentes. En ese sentido, pareciera que no habría porque estar en contra de la “Ley 3 de 3” –que dicho en términos legislativos expide la Ley General de Responsabilidades Administrativas-, cualquier persona con el mínimo hartazgo del ámbito público está a favor de que esta iniciativa ciudadana se haga realidad.

Pero ¿por qué no resulta suficiente la “Ley 3 de 3”? Más allá de que encausa un hartazgo ciudadano hacia un tema sumamente relevante del ámbito público como lo es la corrupción, pareciera que gran parte del fondo se centra en transparentar 3 declaraciones por parte de los servidores públicos y generar incentivos para denunciar actos de corrupción, cuando en la realidad para acabar con la corrupción se requiere mucho más. Con esto, no quiero decir que presentar las 3 declaraciones –patrimonial, intereses y fiscal- esté mal, sólo que vale la pena conocer el contexto general que acontece actualmente en nuestro país respecto a este tema.

…si bien la iniciativa “3 de 3” involucra aspectos sensibles de la ciudadanía, debemos ver que el Sistema Nacional Anticorrupción es un mecanismo integral que modifica como el andamiaje legal actual, para lograr erradicar de una vez por todas eso que la ciudadanía no tolera más: la impunidad.

El año pasado se aprobó la reforma Constitucional que generó las bases para crear lo que se denominó como “Sistema Nacional Anticorrupción”, y que en otras palabras, se refiere a generar un sistema de coordinación con el cual los tres niveles de gobierno tengan los mecanismos legales e institucionales para combatir la corrupción y acabar con la impunidad. Asimismo, dicha reforma Constitucional además de crear estas bases –la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción-, busca crear o modificar otras 6 leyes –la Ley General de Responsabilidades Administrativas, la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal Administrativa, la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, la Ley General de Contabilidad Gubernamental, la ley de Coordinación Fiscal y la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas– con la intención de fortalecer institucionalmente desde todos los ámbitos, es decir, una serie de reformas que generan un sistema integral.

Es importante mencionar que el artículo 108 de la Constitución actualmente obliga a los servidores públicos a presentar su declaraciones patrimonial y de intereses sin excepción. En todo caso habría que incluir en la Ley de la materia –Ley General de Responsabilidades Administrativas- la obligación de los servidores públicos de presentar también su declaración fiscal.

…vale la pena seguir de cerca esta serie de importantes reformas que actualmente están en discusión. Porque de estas discusiones legislativas, no sólo versaran los textos legislativos que brindaran más obligaciones a los servidores públicos respecto a la transparencia y anticorrupción, sino que será un parteaguas en la vida política y democrática de las instituciones públicas

Desafortunadamente el debate sobre la “Ley 3 de 3” se centra en la transparencia de las mismas. Es decir ¿Es realmente necesario que los servidores públicos de forma obligatoria no sólo presenten sus tres declaraciones, sino también las transparenten al escrutinio público? Aquí es donde vale la pena profundizar.

Habrá quienes defiendan el hecho de que al ser un funcionario público tu vida en su totalidad es público, incluido lo que has hecho antes de formar parte de la administración pública. Y habrá quienes digan que con realizar las declaraciones resulta suficiente. A mi parecer, la reforma Constitucional y las leyes secundarias son un sistema que abarca mucho más que 3 declaraciones. Son los cimientos institucionales por los cuales existirá un combate frontal no sólo para combatir la corrupción sino también para prevenirla.

Es por esto, que si bien la iniciativa “3 de 3” involucra aspectos sensibles de la ciudadanía, debemos ver que el Sistema Nacional Anticorrupción es un mecanismo integral que modifica como el andamiaje legal actual, para lograr erradicar de una vez por todas eso que la ciudadanía no tolera más: la impunidad.

Por estas razones, vale la pena seguir de cerca esta serie de importantes reformas que actualmente están en discusión. Porque de estas discusiones legislativas, no sólo versaran los textos legislativos que brindaran más obligaciones a los servidores públicos respecto a la transparencia y anticorrupción, sino que será un parteaguas en la vida política y democrática de las instituciones públicas, y por ende, de los servidores públicos de nuestro país.

En fin, el apoyo a la iniciativa “3 de 3” es importante, pero definitivamente no resulta suficiente.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

“Dimes y Diretes”: Congreso vs. Bronco

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La cosa esta de color hormiga entre el congreso local y el gobierno estatal en Nuevo León. Mientras Jaime Rodríguez “el Bronco” amenaza y garantiza que no aprobará la nueva Ley de Coordinación Fiscal, que esta semana la mayoría de los diputados aprobaron. Entre esto y la gradual eliminación de la tenencia me queda algo en claro: el congreso local va con todo para tirar el proyecto de candidatos independientes no sólo a nivel local, sino a nivel nacional.

Me queda algo en claro: el congreso local va con todo para tirar el proyecto de candidatos independientes no sólo a nivel local, sino a nivel nacional.

No es secreto que “el Bronco” es el máximo representante a nivel nacional de los futuros candidatos por vía independiente de México. Si Jaime fracasa, entonces hay garantía que los partidos políticos (y sí MORENA y AMLO entran en esta categoría) no tendrán una “piedra en el camino” en el 2018. ¿Qué sacamos de esto? Pues que la indicación de Anaya y de Beltrones a nivel local esta más clara que el agua “háganle como puedan pa’ tirar al Bronco”.

El estado necesita fondos de donde vengan, después de la macro deuda que dejaron, nada más y nada menos, que los gobiernos priístas de Natividad y Medina.

El primer indicio de este compló —como diría el buen Peje— fue la que aprobaron y forzaron los diputados en las gargantas del poder ejecutivo. En un momento en el cual el estado necesita fondos de donde vengan, después de la macro deuda que dejaron, nada más y nada menos, que los gobiernos priístas de Natividad y Medina.

El segundo indicio, y el más tremendo hasta el momento, es este de la Ley de Coordinación Fiscal. Total que ahora los diputados se dieron cuenta que el Estado recibe demasiados fondos y los municipios casi nada. Lo que queda claro es que al PRI se le esta yendo la lana que recibía de “Golden Boy” Medina y ahora la quiere recibir de sus alcaldes priístas. Quieren seguir la rateadera los rojos sangre.

Y el Bronco ahora quiere vetar la ley, y se le echan encima los legisladores. Me pregunto, ¿porqué los diputados de las pasadas legislaturas nunca dijeron nada por los vetos que tanto Natividad y Medina utilizaron constantemente? Al parecer ahora sí les tiembla la mano.

ES HORA de que el gobernador se ponga las pilas y vete esta ley que claramente quiere hundir todos sus planes para el 2016.

ES HORA de que el gobernador se ponga las pilas y vete esta ley que claramente quiere hundir todos sus planes para el 2016. ES HORA que Jaime ponga la casa en orden y no le tiemble la mano en dar su opinión y punto de vista de cara a cara con los diputados el sábado.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”