#ContraPortada: “Radiografía Nuevo León: Clara Luz Flores, cerca de hacer historia”

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Lo digo muy claro, si mañana fueran las elecciones en Nuevo León tendríamos gobernadora, un hecho anecdótico, histórico y de especial relevancia en una época donde las mujeres han tomado, ellas mismas, el lugar que les pertenece.

Pero ni mañana son las elecciones, ni tenemos claro para dónde irá la alcaldesa de Escobedo y ahí, en su color, definirá si le alcanza o no para ocupar ese anhelado lugar en la historia del Estado.

Y así comienza la historia…

– Los 11 atentados –

Clara Luz Flores Carrales pertenece a un selecto grupo de mujeres que fungen de alcaldesas en México y particularmente en el contexto de Nuevo León. 

Ser mujer en México es de alto peligro, ser alcaldesa en la época de mayor inseguridad de Nuevo León representaba una situación de vida o muerte, así lo constató Clara Luz quien embarazada y en su primer periodo como alcaldesa vivió 11 atentados entre los que incluyeron bombas, ataques por parte de infiltrados en su propia policía y ataques planeados por el crimen organizado.

Clara Luz se enfrentó a la muerte solo dos días después de haber tomado protesta como alcaldesa de Escobedo, la policía municipal que ella dirigía la atacó con armas largas y con una patrulla no identificada.

Lo más difícil, contó, es tener que vivir lejos de su familia para evitar que intentaran hacerles daño a sus seres más queridos.

El enemigo estaba en casa.

¿Valió la pena? 

– Los aciertos como alcaldesa – 

Su trabajo como alcaldesa, fuera de los escándalos y con resultados visibles la han posicionado como la carta más fuerte para ocupar la silla de gobernadora en el 2021.

El modelo de seguridad implementado en Escobedo que ha sido reconocido por los altos mandos de la seguridad a nivel nacional, le dieron un rol protagónico en el escenario estatal, acompañada de programas de justicia cívica, policía de proximidad y dignificación del policía municipal en el complejo del C4.

– La Salida del PRI – 

El 2018 fue un año de matices y contrastes. Por un lado, el triunfo demoledor de Andrés Manuel López Obrador de la mano del Movimiento de Regeneración Nacional, y por el otro, la estruendosa derrota del PRI a nivel en todo el país.

Tan grande fue la derrota del PRI provocada por innumerables acusaciones de corrupción, impunidad y enriquecimiento ilícito de varios de sus miembros, bien reflejadas en la estafa maestra, las casas blancas, Odebrecht y un largo listado, que se plantearon incluso hasta cambiar de nombre.

En esa elección nadie quería cargar el logo del PRI, sus candidatos escondían las siglas del partido y preferían entonces anunciarse como “candidatos ciudadanos”.

Todo esto derivó en una desbandada de sus integrantes, perdiendo incluso 5 millones de afiliados en todo México, todos querían saltar antes del inevitable hundimiento del que fue su partido.

Todos, incluyendo a Clara Luz, que en febrero de este año decidió dar un paso al costado y deslindarse de todo lo que tuviera que ver con el tricolor, argumentando en lo oficial “falta de compatibilidad con el PRI” pero entre comidas se sabe que fueron otros detonantes los que concretaron su salida, dentro de ellos el debilitamiento del grupo político al que ella pertenecía.

Fuera del PRI… ¿Lista para preparar el camino?

– La buena relación con AMLO y Durazo –

Muerto el PRI, ahora ¿para dónde? Fue la pregunta que todos se hicieron de manera inmediata.

El trabajo realizado en materia de seguridad la llevó a presidir la Conferencia Nacional de Seguridad Pública Municipal, donde el secretario de Seguridad y Protección ciudadana, Alfonso Durazo, le rindió protesta.

Y así comenzó la buena relación con tres actores clave del gobierno federal: El Presidente, el secretario de Seguridad y la secretaria de Gobernación.

Los rumores sobre su incorporación a MORENA comenzaron a acrecentarse y unos días después le pregunté de manera directa: ¿Deja el PRI para irse a MORENA? A lo que me respondió sin claridad, pero dejando la puerta abierta de una eventual incorporación al partido de su nuevo amigo, el presidente.

Siempre será bueno llevarse bien con el hombre que acumula todo el poder del país, ¿no es así, Clara Luz?

– Del Tercer Lugar al Primer Lugar –

Y llegó la pandemia, llena de cambios y reconfiguraciones en la geografía política de Nuevo León. 

A unos los destrozó, pero a otros los posicionó como nunca, es el caso de Clara Luz quien ni con los resultados de seguridad, ni con su buena relación con el gobierno federal había logrado arrebatar las preferencias al Senador Samuel García, pero los errores del Senatore le acomodaron el tablero.

Fue en junio donde, aún sin haber mencionado el tema, las encuestas ya la daban como favorita para ser gobernadora de Nuevo León, los caminos se le acomodaron tanto que, sin destaparse públicamente, el silencio la posicionó como la persona idónea para darle estabilidad a un gobierno que lleva 5 años sin tenerla.

Sin partido, pero con las puertas abiertas en todos lados, la alcaldesa de Escobedo tiene el sartén por el mango y en los próximos días definirá su futuro, al menos de manera pública, porque en lo privado ya conoce perfectamente su próximo destino.

– ¿Clara Luz por el PAN? –

Me he reunido un par de veces con la alcaldesa de Escobedo, han sido reuniones públicas y sabidas por todos, una en el C4 de Escobedo y otra en su casa, en el mismo municipio.

Ahí, entre comidas, la plática sobre el Estado, el panorama político y los retos que vienen para ella, entramos a un tema clave: ¿con qué partido?

Ahí me confesó que la habían buscado de todos lados, incluidos partidos que pareciera ya tienen candidato.

No quise preguntar más, respeto mucho la privacidad y la confianza de las personas en todos los ámbitos, pero entre broma y no, me presentó con su hijo pequeño: “Él es César, él anunciará en la televisión y en la radio cuando tu mami sea gobernadora” siguieron las risas, pero me dejó pensando.

Si el PAN no tiene candidato y Clara Luz no tiene partido… ¿esa combinación daría el triunfo? Mis pronósticos como analista me dicen que sí.

El PAN es la marca política más importante y mejor valuada del Estado pero no tienen candidato o candidata, bueno al que tienen no lo quieren, no hace falta decir nombres.

Clara Luz es la figura mejor posicionada en las encuestas, pero no tiene partido y sí las puertas abiertas en todos lados, ella será la única dueña de su destino y eso en política no es cosa menor ni común.

Entre comidas con otros actores panistas me dejaron claro, ven con buenos ojos a la alcaldesa y no solo no la descartaban, sino que la apoyarían si así lo decidiera la cúpula de su partido.

¿Es la combinación ganadora?

– Hay un pero: Abel Guerra – 

Y si esa es la combinación correcta, entonces ¿por qué no lo han cerrado aún? Pregunté a un actor político muy importante de los azules en una comida en San Pedro, su respuesta fue contundente: “estamos midiendo el riesgo de tener a Abel en esta alianza”.

Y aunque la alcaldesa ha demostrado tener los tamaños, la capacidad y la determinación para gobernar es inevitable hacerse esa pregunta. 

Abel Guerra es uno de los políticos más hábiles de Nuevo León y me atrevo a decir de México, basta platicar media hora con él y entenderás de que estoy hablando. Esa misma habilidad lo convierte en un peligro para un partido que no goza de la mejor coordinación posible. El PAN prefiere perder antes de que ganen elementos que no representan sus intereses, no lo digo yo lo dicen los números.

¿En verdad alguien cree que Víctor Fuentes perdió en San Nicolás siendo un bastión panista? ¿De verdad creen que Rebeca Clouthier se quedó sola en la impugnación de la elección de San Pedro porque quiso?

Dicho esto, la combinación exitosa tiene un riesgo por evaluar, Abel y su habilidad política.

Que no se mal entienda, la que toma decisiones, gobierna y está muy capacitada es Clara Luz y de ganar no tengo duda que será solo ella quien gobierne; pero inevitable poner al análisis que comparte a diario con el elemento que más dudas causa al panismo de Nuevo León.

– Conclusión –

Los resultados de Clara Luz Flores en combinación con los errores de sus contrincantes la tienen posicionada como la figura política más adelantada en la carrera a gobernadora, pero la clave sigue siendo una: ¿por qué partido será candidata?

No soy adivino ni pretendo serlo, pero en mi análisis está muy claro… si va por el PAN, gana. Si va por MORENA, no lo sé.

Lo digo con mucha responsabilidad, de manera clara, directa y objetiva.

Lo escrito, escrito está.

La(s) materia(s) de la consulta popular

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La Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó la materia de la consulta popular planteada por López Obrador para enjuiciar a ex Presidentes de México. Esta es una decisión de enorme relevancia para la democracia mexicana. Para lograr la aprobación, en la Corte se construyó una mayoría de Ministras y Ministros que no señaló claramente cuál era la materia de la consulta que consideraba constitucional y, en razón de esta indeterminación, la mayoría reformuló una pregunta muy compleja que requerirá de un instructivo para que el electorado pueda comprender su verdadero alcance.

Primero lo positivo del debate en el Pleno de la SCJN. Para la mayoría de las y los Ministros, la función del máximo tribunal constitucional en esta parte del procedimiento debe ser garantista del derecho humano de participación política. Coincido en que esta debe ser la aproximación, porque solamente así se logra potenciar la participación política de las y los mexicanos. Algo semejante expresé en este mismo espacio en junio de 2019, cuando el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Nuevo León dejó pasar una oportunidad histórica y prefirió analizar restrictivamente las peticiones de consulta popular estatales formuladas en ese momento. En aquel entonces me pregunté si el Tribunal tenía claro que las normas de las consultas populares garantizaban el derecho humano de participación política y, por ende, debían ser interpretadas de la forma más favorable a las personas. La mayoría de las y los Ministros ahora han definido correctamente que las consultas populares se refieren al derecho humano de participación política. Esto debe ser reconocido.

En una sociedad democrática, las inconsistencias lógicas de los tribunales también deben ser puntualizadas, tal vez aún más que los aciertos. En este caso, considero que la Corte tuvo dos errores: Por un lado, no fijar con claridad cuál es la materia de la consulta popular peticionada por el Presidente de la República; y por el otro, como consecuencia de la falta de claridad en la materia, redactar la pregunta de la consulta popular en términos tan abstractos que hace que prácticamente todo y nada quepa en la materia de lo que se consultará.

Del artículo 26 de Ley Federal de Consulta Popular se desprende sin lugar a duda que el procedimiento que corresponde a la Corte consiste en lo siguiente: 

Primero, resolver sobre la constitucionalidad de la materia de la consulta popular.

Segundo, revisar que la pregunta derive directamente de la materia de la consulta;  que no sea tendenciosa o contenga juicios de valor; que emplee lenguaje neutro, sencillo y comprensible y que produzca una respuesta categórica en sentido positivo o negativo. En esta misma fase, y de ser el caso, la Corte deberá realizar modificaciones a la pregunta para que ésta sea congruente con la materia de la consulta y que cumpla con los criterios que demanda la Ley.

Tercero, notificar a la Cámara de origen la resolución que emita, dentro de las 24 horas siguientes.

Como puede observarse, el primer paso lógico-jurídico del papel de la SCJN consiste en analizar la constitucionalidad de la materia de la consulta popular. Justo esta fue la primera operación que realizó la Corte en 2014 en los cuatro expedientes de revisión de constitucionalidad que se presentaron en ese año y los cuales fueron declarados inconstitucionales. 

Es cierto que la Suprema Corte de Justicia, como todo tribunal constitucional, debe realizar el encuadramiento de la materia que someterá al parámetro de regularidad constitucional respectivo y, en este caso, como sostuvo la mayoría, debe realizar esa definición de alineamiento desde la posición que sea más favorecedora del derecho humano de participación política. Para lograr fijar la materia de una consulta, el alto tribunal está obligado a considerar de forma completa lo presentado por el peticionario. Esta tarea no era nada sencilla para la Corte, dada la narrativa compleja y deliberadamente abstracta que caracteriza al Presidente de la República, no obstante, en su escrito de petición de consulta López Obrador plantea en diversas ocasiones expresiones que relacionadas con el juicio penal de los ex Presidentes, y fue en ese sentido que su pregunta incluía las palabras “investigación, sanción y presuntos delitos”.

Una vez consolidada la labor de encuadramiento sobre la materia de una consulta popular, el análisis de constitucionalidad debe centrarse en las materias que no pueden ser consultables, por ejemplo la restricción de los derechos humanos y sus garantías. Es este el núcleo de la labor constitucional de la Corte y de ahí lo esencial de que fije con claridad cuál es el objeto de una consulta popular. Como sostengo, dado que la SCJN no logró establecer con claridad cuál era la materia sobre la cual debía realizar su control de constitucionalidad, dentro del marco de análisis a favor de la participación política, era natural que ninguna de las materias no consultables se actualizara en este caso y que en cualquier caso la mayoría de la Corte concluyera su constitucionalidad. 

La perspectiva garantizadora de la participación política, sin embargo, también requiere que la Corte, responsablemente, y dentro de los parámetros planteados por el poder peticionario, establezca una sola materia de consulta, porque de lo contrario no será posible un debate público y democrático sobre el objeto de la consulta, porque todos tendremos una interpretación distinta sobre lo que “realmente” versa la consulta.

Desde mi perspectiva, la mayoría de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no estableció con claridad cuál era la materia que aprobaron como constitucional.

Según la versión taquigráfica de la sesión, para la y los Ministros que consideraron inconstitucional la materia de la consulta trataba sobre la investigación y la sanción penal a ex Presidentes de México (1988-2018). La minoría estuvo conformada por el Ministro Aguilar Morales (quien preparó el proyecto original), la Ministra Piña Hernández y el Ministro Franco González. Aunque el Ministro Pardo Rebolledo al final votó en este grupo, en un momento del debate consideró estimar constitucional la materia si ésta se definía como una amnistía a ex Presidentes que debería ser aprobada por el Congreso.

El problema principal se generó con la indeterminación de las otras 5 interpretaciones sobre lo que verdaderamente constituía el objeto de la consulta: 

El Ministro Presidente Zaldívar Lelo de Larrea consideró que se trataba de un tema de “diseño y rumbo de la política criminal”. El Ministro Ortiz Mena, expresó que se trataba de una “facultad del Ejecutivo Federal para destinar recursos humanos y materiales en el sentido de recabar y allegarse los elementos necesarios para analizar la actuación de ex Presidentes”. La Ministra Ríos Farjat argumentó que en realidad era “un cauce democrático a una demanda social orientada el esclarecimiento y la justicia”. La Ministra Esquivel Mossa y el Ministro Pérez Dayán defendieron que el objeto estaba relacionado con “responsabilidades administrativas de los servidores públicos en contra de actos de ex Presidentes, así como a la participación ciudadana en el combate a la corrupción”. Para el Ministro González Alcántara, el objeto de la consulta era “el esclarecimiento de la verdad”.

Como puede apreciarse, la mayoría votó como constitucional no una, sino cinco materias de la consulta popular.

Una vez fijada la materia de una consulta y su constitucionalidad, el análisis y la eventual reformulación de la pregunta debe ser un consecuencia natural y objetiva de la materia declarada constitucional; esto último es una obligación para las personas integrantes del Pleno de la Corte, no es facultativo. Sólo así se entiende que la legislación imponga el deber de que la pregunta “derive directamente de la materia de la consulta”.

La pregunta quedó redactada así: ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

Algunas dudas: ¿Cómo responderemos a una pregunta que incluye al mismo tiempo el sí y el no? ¿Qué significa esclarecimiento? ¿A qué decisiones políticas se refieren? ¿Hasta qué años pasados se refiere la pregunta? ¿Actores políticos son solo ex Presidentes o también otros sujetos como ex titulares de Gubernaturas, de Ayuntamientos, de Poderes legislativos y judiciales, ex dirigentes de partidos políticos?

En suma, las materias de esta consulta popular que la Corte declaró constitucionales, así, en plural, condujeron a una pregunta indeterminada y equívoca. Si bien aún falta la aprobación por parte de la mayoría de las Cámaras, muy seguramente en agosto del 2021 acudiremos a las urnas para pronunciarnos sobre al menos cinco materias de la consulta y lo haremos con una pregunta abierta y abstracta. Justo todo lo contrario de lo que necesitamos para ser una sociedad más informada, más participativa, y, por qué no, más unida. 

Una recuperación económica desigual

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De acuerdo con el Banco Mundial [1], la pandemia del COVID-19 ha pronunciado muchas de las desigualdades en la sociedad. Asimismo, ha evidenciado lo faltos de resiliencia y capacidad de respuesta de muchos países, sobre todo de aquellos en vías de desarrollo. El economista Andy Sumner [2], del King’s College London, ha mencionado que la crisis actual está demostrando cuan ligero y deficiente ha sido el progreso en muchos lugares del mundo. 

Como en cualquier crisis, los grupos vulnerables son quienes más resienten los efectos negativos resultantes a partir de esta. En este sentido, debido a que la crisis que enfrentamos, además de ser sanitaria, es económica, uno de los grupos vulnerables más afectados ha sido el de las mujeres, debido a que muchas de estas son trabajadoras del sector informal, con empleos no remuneradas o con salarios precarios – de acuerdo con el informe Perspectivas Sociales y de Empleo en el Mundo – Tendencias 2020 [3], de la OIT, a pesar de que en América Latina y el Caribe, el nivel medio de estudios de las mujeres supera actualmente al de los hombres, estas siguen ganando un 17% menos que los hombres -. Esto significa que este grupo tiene una propensión mucho mayor a caer en condiciones de pobreza. 

Actualmente, en México nos encontramos frente a una polémica de gran importancia, la cual tiene que ver con el rumbo que tomará la posición (de por sí precaria) de las mujeres en el mercado laboral. Esto debido a que, son las trabajadoras mexicanas quienes, dentro del mercado laboral en general, están teniendo mayores dificultades para reincorporarse ante la pandemia, lo cual nos habla de que la reactivación económica en México, iniciada en mayo de este año, ha sido desigual. 

Solo basta con revisar el diagnóstico elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) [4] titulado Mujer en la economía pos-covid. De acuerdo con esta organización, liderada por la reconocida economista mexicana Valeria Moy, las trabajadoras mexicanas cuentan con algunos retos importantes, como, por ejemplo: 1) una reincorporación laboral lenta en comparación a la masculina y 2) una concentración de las trabajadoras mexicanas en sectores productivos relacionados a los servicios, los cuales han sido los más afectados por la pandemia. 

En cuanto al primer reto, el diagnóstico demuestra, con base en los datos de la ENOE 2020, que las mujeres no han regresado al mercado laboral al mismo ritmo que los hombres. Con el confinamiento, entre marzo y abril, las tasas de participación económica de hombres y mujeres pasaron de 76.4% a 61.3% y 44.9% a 35%, respectivamente. Sin embargo, en julio la tasa masculina se encontraba en 72.2%, frente a la tasa femenina de 39.2%. 

Lo anterior nos lleva al segundo reto ya que, una de las posibles causas de esta lentitud en la recuperación económica de las trabajadoras mexicanas puede estar relacionada con el hecho de que las mujeres trabajan principalmente en el área de servicios. De acuerdo con el diagnóstico, el 53% de las trabajadoras mexicanas trabajan en el sector servicios, frente a un 36%, en el caso de los hombres.

La presentación de evidencia, por parte del IMCO, sobre este tema, deja mucho para reflexionar en cuanto a cómo hacerle para no echar por la borda lo mucho o lo poco construido en términos de inclusión femenina en el mercado laboral. Asimismo, para pensar en qué políticas públicas deben diseñarse para apoyar a las millones de mujeres que se están viendo afectadas por esta situación (sobre todo cómo apoyar a aquellas mujeres que se quedaron sin empleo y son jefas de familia, sin una pareja de apoyo. De acuerdo con los datos presentados en el diagnóstico, son más de 5 millones de mujeres las que se encuentran en esta situación). 

Una recuperación económica desigual solo provocará que la economía mexicana siga sin llegar a su máximo potencial en términos de generación de riqueza. 

Twitter @jale_997 

[1] Banco Mundial (2020). Protección para las personas y las economías: políticas integradas en respuesta a la COVID-19. Recuperado de https://www.bancomundial.org 

[2] The Economist (2020). The pandemic is plunging millions back into extreme poverty. Recuperado de https://www.economist.com/international/2020/09/26/the-pandemic-is-plunging-millions-back-into-extreme-poverty?fsrc=scn/tw/te/bl/ed/fromplaguetopenurythepandemicisplungingmillionsbackintoextremepovertyinternational

[3] OIT (2020). World Employment and Social Outlook – Trends 2020. Recuperado de https://www.ilo.org/global/research/global-reports/weso/2020/lang–en/index.htm 

[4] IMCO (2020). Evidencia de las afectaciones económicas del COVID-19 en la mujer. Recuperado https://imco.org.mx/evidencia-de-las-afectaciones-economicas-del-covid-19-en-la-mujer/

¿Y el concierto de inconstitucionalidades?

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Con un resultado inesperado y contrario a todos los pronósticos por parte de analistas y comentaristas, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró constitucional la consulta para enjuiciar a expresidentes, en el proyecto de Revisión Constitucional 1/2020. Con una votación dividida de 6 contra 5, siendo la mayoría a favor de la constitucionalidad de la consulta y en contra del proyecto del ministro Luis María Aguilar, que pretendía declarar la inconstitucional dicha consulta, ya que, en palabras del ministro “se trata de un concierto de inconstitucionalidades que pudieran incidir negativamente en el acceso a la justicia, la persecución de los delitos y el Estado de Derecho mismo”. Hay que dejar claro que todo el análisis del pleno tuvo como punto de partida el artículo 35 de la constitución que establece como derecho de la ciudadanía en su fracción VIII, votar en consultar populares. Sin embargo, la pregunta que era objeto de la consulta, al preguntar sobre la persecución penal de una persona o grupo de personas, mostraba un claro conflicto de derechos, entre el derecho a la participación ciudadana contra el debido proceso y presunción de inocencia. 

La Corte tenía la tarea de revisar la constitucionalidad del objeto o materia de la consulta. En la discusión, pudimos apreciar los diversos argumentos a favor y en contra. En primera instancia, dentro de los argumentos a favor de validar la constitucionalidad de la consulta para investigar y enjuiciar a expresidentes, tenemos el mencionado por el Ministro Presidente, Arturo Zaldívar, quién consideró que la consulta no tenía carácter vinculante u obligatoria a las autoridades para realizar actos, sino que es una forma para que se privilegie la participación ciudadana en la formulación de la política criminal, y argumentó que esto no está prohibido por nuestra constitución general. Lo demás  ministros que se pronunciaron a favor de la constitucionalidad de la consulta, expresaron que la materia o materia de la consulta son responsabilidades administrativas y por lo tanto la constitución no limita dicha materia en su artículo 35,  e incluso, un Ministro mencionó que la consulta versa en el derecho a la verdad sobre hechos pasados y que debe privilegiarse el derecho de las ciudadanía a participar en un ejercicio como el de la consulta. 

Del otro lado, tuvimos intervenciones como el de la ministra Piña Hernández quién argumentó que la consulta es inconstitucional dado que es claramente vinculante, tal y como lo establece el artículo 35 fracción VIII numeral 2do,  ya que al realizar una consulta como ésta, le daría un trato privilegiado o diferenciado sólo porque ocuparon el cargo de Ejecutivo Federal, y también mencionó que es inconstitucional dado que se está cuestionando el derecho de acceso a la justicia de víctimas y la reparación integral del daño, los cuales no pueden ser sometido a una votación o ejercicio democrático ya que son derechos humanos y garantías constitucionales. 

Otro de los argumentos contundentes fueron los expresados por el ministro Laynez Potisek, quién expresó que estamos ante una restricción de derechos humanos como la presunción de inocencia y debido proceso, lo cuales están directamente prohibidos por la constitución para ser sometidos a consulta (art. 35 fracción VIII numeral 3), de igual manera, el ministro mencionó que la pregunta se response a sí misma, ya que se está sometiendo a consulta lo que jurídicamente están obligadas a hacer las autoridades de procuración de justicia, y dado se está ante una discusión que involucra derechos humanos, la Corte debía defender los derechos humanos a pesar del clamor popular. El ministro finalizó con esta frase: “los jueces constitucionales no somos nombrados para tener popularidad, nosotros no. Nunca el Poder Judicial, nunca las Fiscalías. La Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene que garantizar la constitución y los derechos humanos, aún en contra de las mayorías. La justicia no puede ser sometida a consulta”.  

Sin duda, estamos ante una situación sin precedentes que nos dejó ver una división notoria al interior de nuestro máximo tribunal como no habíamos atestiguado en años recientes. La Corte modificó la pregunta original, eliminando las palabras “autoridades pertinentes”, “investiguen y sancionen la presunta comisión de delitos” y se suprimieron los nombres de los expresidentes. A mi parecer, la decisión era clara, el fondo de la consulta es a todas luces inconstitucional, ello no significa que se deba dejar en impunidad las acciones de los gobiernos anteriores, sin embargo, no se necesita una consulta para que las autoridades realicen su trabajo, y ésta obligación es mayor cuando una administración federal ha insistido en el combate a la impunidad y la corrupción como un eje central de sus objetivos de gobierno. Esta es una decisión que le sumará legitimidad con un sector de la sociedad, pero que en otro sector pierde el sentido natural que tiene una corte constitucional, al ser el órgano encargado de limitar las acciones del poder y que sus actos estén dentro de los marcos jurídicos y constitucionales. La Corte era nuestra última trinchera y contrapeso, ahora no queda claro cuál será el futuro de las próximas decisiones fundamentales que vienen, este es un precedente peligroso que puede vulnerar nuestro Estado Constitucional de Derecho. Muy bien dijo la Ministra Piña: “mi responsabilidad es no ceder a más presiones que las que me dicta la constitución”. 

reneramirezbenitez@gmail.com 

¿La mejor democracia del mundo?

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Las portadas de los periódicos de todo el mundo comparten una opinión similar sobre el primer encuentro entre los candidatos Joe Biden y Donald Trump: ha sido el peor debate de la historia. Tan malo fue que lo califican de “broma”, “desastre”, “humillante” y hasta “mierda”. Una emisión que podría ser preferible dejar en el olvido, pero que pone en evidencia una verdad incómoda sobre la transfiguración que ha vivido la política.

¿Qué pasó para que los políticos dejaran de proponer planes de gobierno y ahora se dediquen a insultarse los unos a los otros? ¿En qué momento dejaron de importar las ideas de fondo y se pensó que era una buena idea que, en lugar de tener apoyos, los candidatos sólo fueran “populares”?

Quizá la respuesta es que esta situación es producto de una paradoja. Por un lado, existe una sociedad que está harta de los políticos, de la política y que pidió nuevas formas y a outsiders con la esperanza que se cumplieran sus necesidades, pero que ante los malos resultados que estos puedan dar, se sienten desencantados porque la alternativa entonces es lo que ya se tenía antes.

Justo esto es lo que le está viviendo el electorado estadounidense. Vio en Trump la respuesta a una necesidad de “ya no más políticos”, pero ignoró el hecho de que el empresario, una vez dentro del Despacho Oval, ya no iba a ser más “un empresario” y se institucionaría. Ahora que los malos resultados de la gestión de la pandemia son palpables, con un poco de tristeza o nostalgia voltean a ver a los políticos tradicionales y esto hace que haya que plantearse una disyuntiva nociva: o quedarse con los que vinieron “desde fuera” pero que no dieron resultados, o volver al modelo de antes que tampoco cumplía. En pocas palabras, elegir el menos peor.

Es cierto que un candidato que conecta bien con la sociedad y se comunica en un lenguaje sencillo suele conseguir más apoyos, pero ésta es tan sólo una estrategia de tantas y en ningún momento agota todas las instancias. La llamada “mejor democracia del mundo” está viviendo su peor periodo de desgaste en lo que va de la historia moderna y es evidente que llega muy débil a estos tiempos de incertidumbre. Los estadounidenses están pagando el precio de diluir tanto la retórica política y de decidir su voto de la misma manera en la que lo harían si tuvieran que decidir entre comprar un producto u otro o entre ver una película u otra.

Si se sigue creyendo que un político sólo por ser popular está capacitado para ganar una elección, entonces esta situación continuará, porque cuando lleguen al gobierno y no sepan hacer el trabajo y su única salida sea pedir a los asesores soluciones para mantener el índice de aprobación, las cosas terminarán tan mal que nos llevarán al mismo punto de partida. 

Lo que están sintiendo los estadounidenses después de ver a un Trump autoritario, imprudente e indecente, y a un Biden sumiso, con poco temple y que no soporta la tensión, está muy bien representado por un video de The Daily Show narrado por Steve Buscemi. Para mí, el título del video es lo que justificará el triunfo demócrata dentro de unas semanas: “Joe Biden: acceptable under the circumstances“.

#ContraPortada: “Radiografía Nuevo León: ¿Qué necesita Samuel para ser Gobernador?

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Si hoy fueran las elecciones a GOBERNADOR O GOBERNADORA de Nuevo León, no tengo duda, tendríamos a una mujer ganadora. La pandemia llegó a sacudir absolutamente todo, a unos más que a otros.

Por ello es especialmente relevante hacer una radiografía de lo que los medios de comunicación no pueden o no quieren contarte, lo que en reuniones fuera de horario se sabe con detalle.

LA CAÍDA DE SAMUEL

En política como en casi todo en la vida, lo difícil no es subir sino mantenerse, es el caso que describe perfecto al Senador Samuel García.

Su ascenso meteórico se construyó mediante su exposición en redes sociales, ahí pasó de ser un diputado de minoría, de esos que rara ocasión figuran, a convertirse en el personaje político con mayor crecimiento en Nuevo León. Sus redes lo impulsaron incluso a ser ejemplo de los jóvenes que se interesan en política a nivel nacional.

Las encuestas le marcaron el camino, durante varios meses fue el favorito para ser GOBERNADOR de Nuevo León, pero llegó la pandemia… y la boda.

Y de todos a los que dañó la pandemia, el caso de Samuel fue un verdadero huracán, devastador e intenso, su caída fue aún más rápida que la velocidad de la luz.

La boda: 

La congruencia es un valor que en la política no abunda pero que es inevitablemente necesaria para quien aspira a ser protagonista en una elección. Mientras Samuel exigía al presidente y al actual gobernador que se tomarán todas las medidas de precaución posibles, mientras sus mensajes en redes sociales llamaban a la prudencia que amerita una pandemia mortal, el error tomó mayor intensidad.

Se casaba por todo lo grande en el lugar más emblemático posible: La Catedral de Monterrey. Una boda que ciertamente tuvo a pocas personas, entre familiares y muy cercanos, terminó por marcar el primer episodio de la apatía a la figura del Senador.

No puedes andar pidiendo prudencia y casarte en plena pandemia, aunque no esté mal, es un error que no te puedes permitir si quieres ser gobernador. 

¿Lección aprendida?

La empresa fantasma: 

Usuarios en redes sociales acusaron a su ahora esposa, Mariana Rodríguez, de vender equipo médico como protección al Coronavirus.

Esos mismos usuarios dejaron ver que la empresa que se encargaba de las ventas de guantes y cubrebocas N95 realmente no existía, con una dirección y un número de teléfono de otra empresa (berinais.com) en un edificio abandonado, y todo esto cuando miles de mexicanos perdían la vida a causa del COVID.

La indignación por supuesto no se hizo esperar, los ataques al Senador y a su esposa fueron contundentes, tanto que no tuvo de otra que aceptar el error y donar parte del material a personal médico y ciudadanos en general.

Segundo golpe, ¿lección aprendida?

El Doctorado Patito:

Una de las cosas que más ‘presumía’ el Senador en redes sociales radicaba en su preparación académica, dos doctorados en menos de 35 años y un tercero por llegar. 

Para quienes gustan de la academia y han tenido el privilegio (en México es oportunidad de pocos) de estudiar un doctorado, resultaba prácticamente imposible tener dos doctorados y un tercero por llegar a su edad; a esto habría que sumarle una empresa productiva y una carrera política en claro crecimiento, para ser honestos hasta Superman habría quedado sorprendido.

Para el Senador era posible, hasta que se dio a conocer que la escuela en la que estudió su segundo doctorado había desaparecido, los responsables se fueron sin pagar la renta y el inmueble ubicado en Espinosa y Galeana, en el centro de Monterrey, se encontraba ubicado encima de una taquería muy famosa de la ciudad, sí, en una taquería.

Los señalamientos continuaron debido a que, en una de sus publicaciones sobre ese doctorado en redes sociales, se apreciaban diferencias notorias en las firmas del Rector de la famosa universidad ITAC, José Luis Cubillas de León.

Las inconsistencias y las dudas comenzaban a crecer, las encuestas le empezaban a pegar duro y la popularidad del Senador iba en caída libre.

Tercer golpe, ¿lección aprendida?

“Estás enseñando mucha pierna”:

Llegó el golpe destructor. Esa sobre-exposición que lo colocó en lo más alto de las preferencias en Nuevo León, fue la misma espada que terminó por darle un golpe contundente.

En una transmisión en vivo por sus redes sociales de una cena íntima con su esposa en la que aprovecharían para platicar del confinamiento vivido por Mariana tras dar positivo a COVID, durante la conversación el Senador pensó que ella estaba enseñando “mucha pierna”.

Y remató con la frase: “me casé contigo para mí, no para que andes enseñando” situación que hizo explotar las redes sociales.

Los señalamientos de misógino y violento no se dejaron esperar, cayeron sobre el Senador con tal fuerza que no tuvo de otra más que salir, otra vez, a aceptar su grave error y pedir ayuda para re-educarse en el machismo que aceptaba vivía dentro de él.

Un golpe que hizo aún más eco con la carta abierta del diputado y amigo personal de Samuel, Luis Donaldo Colosio, sumado al mensaje de Jorge Álvarez Máynez desde la cúpula nacional y el silencio que permeo en otros miembros importantes del partido. 

La caída se había consumado.

Las dudas (¿sembradas?)

La pandemia lo cambió todo. De ser el favorito para ocupar la silla que dejará Jaime Rodríguez Calderón a incluso cuestionamientos al interior del partido sobre sí tendrían que hacer un cambio de estafeta sobre el candidato naranja.

Analistas políticos y periodistas de la ciudad comenzaron a ver en Samuel a una figura que se estaba bloqueando solo, que estaba construyendo una crónica del fracaso anunciado y que sería muy complicado levantarse de la factura que le dejaba la COVID. 

Las dudas se disiparon hace algunos días con las visitas del dirigente nacional Clemente Castañeda y la más reciente del fundador de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, quienes decidieron darle el espaldarazo y cobijarlo en el camino a unos meses de la elección más importante de los últimos años.

¿Qué pasará?

Conclusión Radiografía Samuel:

La situación es muy complicada, el Senador Samuel García ha vivido el cielo y el infierno en solo unos meses y el panorama no es del todo claro.

Para que Samuel gane necesita varias combinaciones:

  • Que Clara Luz vaya por MORENA y con ello represente el voto PRO-AMLO que dividiría la elección en dos bloques, en Nuevo León el presidente de México no es bien recibido.
  • Aglomerar a otros partidos en una alianza sin precedentes, donde tendría que convencer (¿mediante qué acuerdos?) a partidos minoritarios que le permitan consolidar el bloque anti-AMLO.
  • Medir sus fuerzas con el PAN y ponderar la victoria por encima de las diferencias marcadas, no irán juntos en lo público, pero quedan pendiente las negociaciones entre comidas, de esas de las que pocos nos enteramos.
  • Una exitosa campaña de Luis Donaldo Colosio para la alcaldía de Monterrey, representaría el plus de confianza que necesitará Movimiento Ciudadano para la gubernatura.
  • Convencer al electorado indeciso, en ese hay muchos jóvenes que estaban con él pero que luego de errores consecutivos hoy no tienen ni idea de por quién votar, por qué votar.
  • Concretar el capital de apoyo de la iniciativa privada, lograr que confíen en él como un buen guardián de sus intereses, más aún después de una pandemia que nos deja la peor crisis económica de la historia reciente.

En síntesis, Samuel García sería gobernador solo bajo un número importante de combinaciones, de las que la gran mayoría no dependen de él. 

El precio a pagar por los errores cometidos es muy alto y hoy definitivamente ya no es el favorito para ocupar la silla que está por dejar El Bronco.

Si bien yo no lo descartaría, el panorama es desfavorable para el político naranja.

Lo escrito, escrito está.

Violencia de género y las respuestas del gobierno

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Me duele vivir en un México en el que a las mujeres y a las niñas las violentan, las violan, las desaparecen, las matan, las dejan tiradas en campos valdíos, en sus propias casas, en el terreno de sus universidades, en las calles. Un país en donde reina la impunidad para los  múltiples (¡y diarios!) casos de feminicidios. 

Un México en el que, cuando las mujeres se levantan y toman las calles exigiendo justicia, el Estado les responde con:

 1. Represión de la protesta, como sucedió en los casos de Guanajuato (22 de agosto), Cuidad de México (28 de septiembre), Estado de México (11 de septiembre), por mencionar algunas.

2. Detenciones arbitrarias en el marco de las manifestaciones (como ejemplo, las más recientes protestas llevadas a cabo en Guanajuato y Chihuahua).

 3. Desligitimación del movimiento feminista, llamándolas infiltradas, falsas feministas, entre otros (des)calificativos en las conferencias mañaneras y en el discurso público.

4. Invisivilización de las cifras reales de violencia de género, como cuando se declaró en el más reciente Informe Presidencial que los feminicidios habían disminuido, mientras que, contrario a lo ahí expuesto y de acuerdo a las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre enero y julio de 2020 se registraron 556 feminicidios, lo que representa un incremento de 5.4 por ciento con respecto a 2019.

5. Desacreditación de quienes apoyan al movimiento feminista, resultando en el despido de una mujer que donó a la Okupa en la Comisión Nacional de Derechos Humanos  (como resultado de las declaraciones de Jefa de Gobierno de CDMX).

6. Bloqueo de recursos para refugios de mujeres en situación de violencia de género durante la pandemia.

7. Propuesta de reducción del presupuesto de INMUJERES para 2021. 

8. Propuesta de extinción de fideicomisos, incluyendo apoyo a protección a periodistas y personas defensoras de derechos humanos.

Y sigue la lista. 

Y, mientras tanto, no hay propuestas puntuales para fortalecer las alertas de género, no se habla de impulsar políticas públicas más eficientes en materia de acceso a la justicia para las mujeres, no se impulsan nuevos programas para prevenir la violencia de género, para construir nuevas masculinidades; no se comprenden las razones de las protestas ni se construyen propuestas con perspectiva de las víctimas, de las mujeres que buscan a sus hijas e hijos, que quieren justicia para sus hijas, para sus familiares víctimas de feminicidio.

Primer debate presidencial de EE. UU. 2020: Una proyección de la crisis actual en la clase política estadounidense

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El análisis de un debate presidencial debería de tener un enfoque especial en la sustancia del debate y en la calidad de los argumentos expuestos por ambos candidatos, pero este no es el caso. Estados Unidos es la potencia indudable en la coyuntura internacional actual, lo cual hace que este debate sea de suma importancia, no solo para los ciudadanos de dicho país. A lo anterior, tenemos que añadir también la situación económica, social y sanitaria actual derivada de la pandemia por el Covid-19. 

Sin embargo, en este caso, la situación es distinta. Aún y cuando EEUU se encuentra en el centro mediático de la Pandemia por Covid-19, no fue suficiente para que los candidatos orientaran sus exposiciones a que el público llegara a conocer el mensaje, proyecto o incluso ideología de cada uno. Entre interrupciones, gritos, moderador desesperado y falta de preparación; el mensaje no logró transmitirse al elector. 

Las reacciones del electorado hacia el debate presidencial no pueden entenderse de otra manera más que de las dos siguientes. La primera, el electorado decepcionado al no encontrar lo que buscaban en el debate, personas que buscaban en el debate las razones ideológicas o de proyección que los ayudaran a tomar una decisión simplemente quedaron vacíos al final del debate. Por otro lado, la segunda reacción pertenece a aquellos que -independientemente del lado político en el que se encuentren- ya tienen su decisión bien tomada, y el debate solo despertó sus pasiones a favor o en contra de alguno de los candidatos. 

Ambos candidatos tuvieron una parte de la culpa del por qué el debate fue tan poco enriquecedor. Por un lado, el presidente Donald Trump mostró desde el inicio que no iba a dejar que su contrincante hablara sin interrupciones. A pesar de que a Trump se le vio más preparado en sus respuestas, fueron pocas las respuestas que dejó contestar sin interrupción a su contraparte.  Las interrupciones por parte del actual presidente llegaron a tanto que el moderador tuvo que intervenir en varias ocasiones e incluso alzar el volumen de voz. 

Más que una estrategia por parte de la campaña de Trump, el esfuerzo a interrumpir en variadas ocasiones es una muestra del carácter del actual presidente. Esto se puede inferir al comparar su actuar -idéntico- al momento de debatir en contra de Hilary Clinton en 2016, aún y teniendo una coyuntura, contrincante y temas distintos. Trump, tal como lo hizo en las elecciones pasadas, apostó en el debate al despertar emociones en el elector. Si bien, esto ayudó a la campaña de Trump en 2016, la situación actual es muy distinta, lo cual podría cambiar el resultado de la elección en esta ocasión. 

Por otro lado, en mi opinión, el ex vicepresidente Joe Biden, fue quien perdió el debate. Biden no perdió solamente por dejarse mostrar como el niño débil acosado del salón, también fue por su falta de preparación. Biden se quedaba callado cada vez que Trump lo interrumpía, bajaba la mirada, y dejaba hablar a su contrincante. Es cierto que dicho actuar es el correcto para un debate -presidencial-, sin embargo, el elector no siempre responde al deber ser. Es decir, un elector común que vea el debate podría pensar que Joe Biden es débil, y no tiene la capacidad para enfrentar a Trump o algún otro adversario, aunque no sea así en la realidad. 

Pero, dejando a un lado, por un momento, las repetidas interrupciones por parte de Trump, Biden mostró muy poca preparación en sus respuestas, a preguntas que eran de esperarse en este primer debate. Temas como las protestas en contra de instituciones de policía, racismo, impuestos, cambio climático y el mismo Covid-19, eran preguntas que definitivamente se preguntarían en el debate, a las cuales Biden se reducía a responder contrastando “lo mal que Trump lo estaba haciendo” en dichos temas. Biden tuvo muy pocas oportunidades, debido a tanto grito e interrupción, pero cuando sí tuvo la posibilidad de explicar sus planes de una manera clara que pudiera atraer electorado, simplemente no lo hizo. 

Ninguno de los candidatos logró exponer algún proyecto o idea clara -relevante- sobre los temas que más importan al electorado estadounidense. Al contrario, el debate pudo incluso causar más confusión en el espectador. Este primer debate presidencial del 2020 ha demostrado que la política de Estados Unidos ha ido en declive en las últimas décadas, en términos de calidad sustancial en las propuestas de los candidatos. No queda más que esperar que ambos candidatos respeten más las reglas y se preparen más para los próximos debates. 

El regreso del incómodo

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En la política mexicana siempre hay de qué hablar. Siempre hay algún tema nuevo que comentar, o sorpresas inesperadas para platicar. Esta ocasión no es diferente. Hoy toca hablar sobre el regreso de Ricardo Anaya a la escena pública y lo que significa para México.

En las últimas semanas, hemos visto al excandidato presidencial muy activo en redes sociales, cosa que no se veía desde hace ya más de dos años. Nos anuncia la publicación de su nuevo libro, que es meramente una excusa para lanzar una ambiciosa campaña mediática en contra de las acciones del Presidente de México. Creo que a estas alturas las intenciones de Ricardo ya son más que evidentes, pero veamos:

Nadie puede negar que la victoria de López Obrador en las elecciones de 2018 fue contundente, y que ningún otro candidato tenía una real oportunidad de salir vencedor. Al terminar esa jornada, el excandidato de la coalición Por México al Frente, desapareció de la escena pública. Uno que otro tuit con su familia de vez en cuando, pero nada que anunciara su regreso. Hasta ahora.

Regresó para hacerle frente de manera directa al presidente. Lo acusa de megalómano, de modificar la historia a su beneficio, y de conducir al país a una crisis sin precedentes. No anuncia sus planes personales, pero sí que regresa de lleno. Y tengan por seguro que lo veremos en las elecciones del 2021.

Todo parece indicar que Anaya no se va a tomar la molestia de ser candidato o hacer campaña. No le interesa gobernar su estado, o ganar algún distrito. Lo acomodarán hasta arriba de las listas plurinominales del PAN a la Cámara de Diputados, para tener un lugar prácticamente asegurado. Desde ahí, le asignarán la coordinación de su bancada o le buscarán la presidencia de alguna comisión importante desde la cual pueda ser muy incómodo para López Obrador.

Si Morena pierde mayoría en el congreso, esta supuesta ruta de Anaya significará aún más. Desde su puesto como líder importante en San Lázaro tendrá 3 años para gestionar su nueva campaña a la Presidencia de la República, o bien alistar a alguien más. 

Anaya tiene un gran punto a favor, y un gran punto en contra. Su punto a favor es que es evidentemente uno de los más grandes opositores del Presidente. Lo confrontó sin miedo, lo acusa sin rodeos, y, según sus palabras, ofrece propuestas de solución a los desastres de la actual administración. Si mueve sus fichas inteligentemente, recuperará terreno frente a un AMLO con una fuerza absoluta en ambas cámaras. 

Su punto negativo, sin embargo, es que regresa a tratar de unificar un partido que él mismo rompió. Recordemos que su candidatura la disputó con Margarita Zavala y que ella terminó por renunciar al PAN, acusando actitudes autoritarias de Anaya, entonces presidente del Comité Ejecutivo Nacional.

Esperemos su regreso no sea por pura ambición personal. Si Ricardo Anaya quiere ganarse de nuevo algo de confianza de la gente, debe construir, no dividir, coincidir con aquellos que se oponen a López Obrador, y entendiendo que no todo gira alrededor de él. Si consigue el poder que espera tener, que sea buen líder y le proporcione espacio a mujeres y hombres capaces. Esperemos que todos estos videos y su campaña en redes sociales realmente sean por el bien de México, como él dice, y no solamente una estrategia para reposicionar su imagen.

Y tú, ¿Qué piensas?

“Primero los pobres” y el Capitalismo Social

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En su “Agenda Ciudadana” publicada este domingo en el periódico El Universal bajo el título esperanzador de “Cómo entendernos”, el historiador Lorenzo Meyer nos deja sin respuestas a una pregunta que lanza en forma, por demás imprudente, ya que resulta que no tiene respuesta ni alternativas de solución que ofrecer. 

Remontando a Humboldt y a Daniel Cosío Villegas, llega a la conclusión que “el reajuste de las relaciones sociales mexicanas debió hacerse hace tiempo, pero no hubo la voluntad de emprender tamaña empresa”. Evoca la nueva filosofía del gobierno electo democráticamente en 2018, basada en el nuevo paradigma “primero, los pobres”. 

Lorenzo Meyer omite mencionar que la política económica y presupuestal del nuevo régimen se basa en este lema, pero que no toma en cuenta la estructura socio económica existente, ni las relaciones de fuerza entre gobierno y sociedad productiva. Lorenzo Meyer deja sin solución su pregunta de “Cómo entendernos” que no sabemos si es una propuesta o una pregunta abierta que quisiéramos ver contestada en otras colaboraciones. 

No cuestiona si la afirmación “Primero, los pobres” es realista o simplemente un grito populista para ganar votos fáciles. No cuestiona si se puede construir una nueva sociedad sobre la premisa de primero los pobres, y si esto permitirá generar los recursos necesarios para sostener la base del nuevo régimen. Primero los pobres, implica recursos, para regalar cómo lo presupone el nuevo gobierno, o cómo debería ser, para generar las condiciones que permitan crear empleos y nuevas fuentes de riqueza, cómo lo dictan los cánones de una economía sana y prospera. 

La historia que Lorenzo Meyer debería haber puesto en el escenario es la del capitalismo social desarrollado en Monterrey durante el siglo XX, y brutalmente interrumpida por el asesinato de Eugenio Garza Sada en 1973, camino que de haberse prolongado hubiera cambiado la vida social de México, y hubiera amortiguado los efectos demoledores del neoliberalismo de los últimos 35 años. 

Lorenzo Meyer no tiene respuesta que ofrecer a su planteamiento de “Cómo entendernos” porque no se atreve a explorar la alternativa del capitalismo social que están volviendo a poner en el escenario en círculos empresariales y sociales regiomontanos. 

Ojalá tenga a bien explorar este camino que permitirá el bienestar que tanto ofrece un presidente que desborda de discursos, pero que con todo y los genios de la cuarta transformación, carece de propuestas para lograr sus propósitos, más generosos que sustentados en un realismo pragmático.