LA ÉPOCA DEL EXTREMISMO

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En el mundo actual el pensamiento de distintas culturas, creencias e ideologías radica en el extremismo de una posición que cree tener, a costa de todo y de todos, la verdad absoluta.

Estás con Estados Unidos y la popularidad de Obama o te inclinas por la Rusia de Vladimir Putin; apoyas a la religión aún con sus arcaicas leyes divinas o eres un inhumano que ha caído en el pecado mortal. Eres heterosexual “sano y normal” o eres de los “open mind” con problemas de género.

Lo cierto es que esta cultura ha causado división, confrontación y eventualmente guerras inútiles en donde lo único que se pone en juego es la condición de quién pierde más.

Lo cierto es que esta cultura ha causado división, confrontación y eventualmente guerras inútiles en donde lo único que se pone en juego es la condición de quién pierde más.

Los intelectuales quieren dictar cómo y para qué vive el ser humano, están convencidos de tener la verdad total ignorando que el ser humano no entra en generalidades, que justamente es su espontaneidad la que lo hace único y que las leyes del “buen vivir” hace años que dejaron de funcionar.

En la era de los Millennials asociados a los emprendedores están quienes los acusan de “flojos” o faltos de seriedad, y estos a su vez, criminalizan la antigua cultura laboral en donde la oficina, 8-10 horas y un jefe era la mejor manera de obtener un mejor futuro basado en la seguridad. ¿Quién tiene razón? A ciencia cierta todos y ninguno.

Quieren que tomemos una postura sobre el aborto, sobre la pena de muerte, sobre los matrimonios igualitarios; quieren que apoyemos o ataquemos a la política, que llamemos corruptos a los servidores públicos a menos de que trabaje con ellos. Quieren obligarnos a elegir entre dos opciones totalmente opuestas, niegan la existencia de grises porque todo aquí es blanco y negro.

Ya no se premia la elocuencia, el equilibrio o la ecuanimidad. ¿Por qué tengo que estar en contra o a favor de la pena de muerte?, ¿por qué debo elegir apoyar o criticar a los matrimonios igualitarios?

Estas posiciones hacen más grandes las brechas sociales, marcan y delimitan las divisiones en una sociedad que necesita encontrar cohesión y unión. El mundo está urgido de encontrar grises, de lograr acuerdos en dos posiciones totalmente opuestas y de lograr la supervivencia humana en base a la tolerancia y la libertad.

Ya no se premia la elocuencia, el equilibrio o la ecuanimidad. ¿Por qué tengo que estar en contra o a favor de la pena de muerte?, ¿por qué debo elegir apoyar o criticar a los matrimonios igualitarios? Estas posiciones hacen más grandes las brechas sociales, marcan y delimitan las divisiones en una sociedad que necesita encontrar cohesión y unión.

No confundamos la apatía con la libertad, la tolerancia con el desinterés y mucho menos sigamos permitiendo que un grupo minoritario de personas en el mundo decidan la manera en la que “tienen que vivir” el resto de los seres humanos.

Permitamos que los grises nos ayuden a eliminar el extremismo, encontremos alianzas y acuerdos, toleremos al que le vale madre una u otra posición y solo quiere vivir en paz.

¿Quién dicta la belleza sino los ojos que la miran de diferentes perspectivas?, así mismo para el mundo.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Qué hacer con los árbitros de las elecciones locales

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El próximo 5 de junio habrá elecciones en 13 estados: Baja California, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Aguascalientes, Tamaulipas, Zacatecas, Oaxaca, Quintana Roo, Veracruz, Puebla, Tlaxcala e Hidalgo. Con excepción de Baja California, en todos ellos se renovará la Gubernatura del Estado. Además, en la Ciudad de México los capitalinos seleccionarán a una parte de las personas que redactarán la primera Constitución de la CDMX.

Sin considerar las elecciones constituyentes en la CDMX, las cuales fueron encomendadas directamente al Instituto Nacional Electoral (INE), en el resto de los estados ha sido una constante el cuestionamiento de los árbitros electorales: Secretarías Ejecutivas removidas (Veracruz y Durango); elecciones locales atraídas por el INE (Durango); denuncias de intervención de los Gobernadores en turno en las decisiones de las y los Consejeros Electorales de los Órganos Públicos Locales Electorales (OPLEs); inacción para sancionar, en suma, árbitros electorales sin confianza y sin legitimidad.

También es de mencionarse el caso de Chiapas, en donde la totalidad de sus 7 Consejeras y Consejeros fueron removidos de sus cargos por actuar fuera de la Ley (SUP-RAP-118/2016). De hecho, el próximo 31 de mayo concluirá el concurso para la designación de nuevos integrantes del Consejo General en el OPLE de Chiapas (también se designa en esa fecha a un nuevo Consejero de la CEE, aunque la vacante se deriva de la renuncia de una de sus integrantes, actual Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Nuevo León).

Sin considerar las elecciones constituyentes en la CDMX, las cuales fueron encomendadas directamente al Instituto Nacional Electoral (INE), en el resto de los estados ha sido una constante el cuestionamiento de los árbitros electorales…

Recordemos que en la reforma constitucional de 2014, se expresó como razón para la construcción del nuevo modelo de la administración electoral en México que existía control por parte de los Gobernadores en los Institutos Electorales de los Estados. En este sentido, se aprobó otorgar la rectoría de ciertos procedimientos al nuevo INE (fiscalización, integración de casillas, capacitación, ubicación de casillas, Servicio Profesional Electoral Nacional…).

Una actividad esencial que se atribuyó al INE fue la de nombrar y, en su caso, remover, a las Consejeras y Consejeros en los OPLEs. Esta facultad correspondía antaño a los Congresos Locales en donde, se argumentaba, los Ejecutivos Locales operaban libremente para designar a personas afines a sus proyectos políticos. Ahora, con dos procesos de designación de Consejeros de los OPLEs bajo la conducción del INE (2014 y 2015), tal parece que los problemas siguen siendo los mismos.

¿Qué hacer, entonces, con los árbitros de las elecciones locales, con los OPLEs? Evidentemente, para quien escribe desde un estado de la Federación, desaparecerlos no es opción (aunque haya personas que así lo propongan: Consejero Electoral Roberto Ruiz y Magistrado Electoral Flavio Guzmán). La solución debe pasar por su fortalecimiento, no por su eliminación.

En ese sentido, lo primero que debe hacerse es reconocer que, igual que el INE, los OPLEs cuentan con una estructura de doble naturaleza: Una de corte profesional y de carrera. Y otra con una dimensión política. Para los servidores públicos de base profesional ya comienza a operar el Sistema Profesional Electoral Nacional. Para la segunda, aún con los procedimientos implementados por el INE, no se logra generar confianza.

¿Qué hacer, entonces, con los árbitros de las elecciones locales, con los OPLEs? Evidentemente, para quien escribe desde un estado de la Federación, desaparecerlos no es opción … La solución debe pasar por su fortalecimiento, no por su eliminación.

Por tanto, una segunda decisión que debe tomarse es asumir la profesionalización completa de quienes deseen ser Consejeras y Consejeros. Esto implica al menos dos decisiones normativas importantes: Por una parte, que la designación recaiga en la mejor opción posible, de acuerdo a parámetros objetivos; y, por la otra, la oportunidad de reelección hasta por un período más de Consejeras y Consejeros, con lo cual pueda garantizarse una trayectoria profesional medianamente estable.

En suma, la clave respecto a lo que se debe hacer con los árbitros electorales en los estados reside en aquello que hemos hecho en el IFE-INE desde 1989-90: La profesionalización y el espíritu de cuerpo que responda a la Constitución, a la Ley y a una ética pública de carácter democrático. En ese sentido, dejemos en el Consejo General del INE la dimensión política de las elecciones y en los OPLEs el aspecto técnico y operativo, bajo estándares profesionales y objetivos.

Si no tomamos ese paso adicional, seguramente en 2017 y 2018 sabremos de más cuestionamientos de los árbitros electorales, de más remociones de Consejeras y Consejeros en los estados, de más elecciones atraídas por el INE o, tal vez…, estaremos discutiendo la creación del Instituto Central Electoral (ICE).

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El Cambio Empieza Dentro

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Los problemas sociales y económicos de nuestro entorno son responsabilidad de todos nosotros. Funcionarios, académicos, estudiantes, empresarios, trabajadores y ciudadanos en general, cada uno de nosotros participamos en diferentes escalas y de distintas formas en el curso de nuestra actualidad, de modo que todos somos parte del problema, pero mejor aún: somos parte de la solución.

La forma más sencilla de no resolver un problema es criticando, buscando culpables a los cuales condenar y repetir incesantemente cuán mal está la situación. Lastimosamente esa es la forma de actuar de muchas personas cuando se trata de problemas sociales de nuestra ciudad, estado o país. El caso más ilustrativo para esto es la política mexicana. No es necesario hacer introducción alguna a los errores cometidos y a las fallas axiomáticas de los gobiernos, no obstante debemos ser conscientes de que todos somos parte del problema.

La forma más sencilla de no resolver un problema es criticando, buscando culpables a los cuales condenar y repetir incesantemente cuán mal está la situación. Lastimosamente esa es la forma de actuar de muchas personas cuando se trata de problemas sociales de nuestra ciudad, estado o país. El caso más ilustrativo para esto es la política mexicana.

Es injusto exigir honestidad a los servidores públicos y políticos cuando nos robamos la señal de WI-FI del vecino. Es incoherente ofendernos por casos de desvío de recursos cuando al pasarnos un alto ofrecemos “mordida” al oficial de tránsito. Es ilógico reclamar al empresario que paga bajos sueldos cuando no cumplimos con nuestras actividades laborales.

Por supuesto que lo anterior no justifica los grandes apuros sociales y fallas de nuestro sistema, el mal actuar debe ser corregido y castigado conforme marque la ley. Sin embargo la cuestión es resolver problemas y no hacerlos más grandes.

Como participantes de una sociedad debemos encargarnos de ser la mejor versión de nosotros mismos para poder aportar lo mejor de nosotros a esta sociedad. Una persona que se cultiva frecuentemente y se preocupa por tener mayores conocimientos será una persona que pueda tomar mejores decisiones y obtener mejores resultados. Alguien que sólo crítica y continuamente condena los actos de los demás sólo hace más grande el problema y contribuye a alimentar la ignorancia social y el conformismo.

Como participantes de una sociedad debemos encargarnos de ser la mejor versión de nosotros mismos para poder aportar lo mejor de nosotros a esta sociedad. Una persona que se cultiva frecuentemente y se preocupa por tener mayores conocimientos será una persona que pueda tomar mejores decisiones y obtener mejores resultados.

Cada uno de nosotros tiene algo que aportar desde su ámbito de actividad y tenemos la responsabilidad como ciudadanos de hacerlo con la mayor calidad posible. Si todos actuamos como habitantes del México en el que queremos vivir, de pronto viviremos en ese México.

Nuestra forma de actuar y conducirnos debe ser congruente con nuestros ideales y valores, y siempre dirigida al crecimiento y desarrollo de nosotros mismos, de nuestros semejantes y por consecuencia de nuestras ciudades y estados.

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El fantasma del populismo

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En la política, bien se sabe de la técnica del discurso descalificador, que lleva por objetivo atacar a aquellos individuos o grupos que contrarían los ideales propios y representan un peligro para estos mismos. Ejemplos como la conocida frase “eje del mal”, mencionada por George Bush en un discurso realizado en el 2002, (por medio del cual pretendía designar a una serie de países como “aliados del terrorismo”), hasta casos más recientes como el del partido político español PODEMOS, acusado por diversos agentes de ser pro ETA, muestran la clara vigencia de este recurso. Ahora bien, actualmente es apreciable un calificativo particular utilizado con frecuencia, mismo que pretende agrupar a un conjunto de personajes con rasgos aparentemente similares; se trata del conocido “término”: populismo.

Ahora bien, actualmente es apreciable un calificativo particular utilizado con frecuencia, mismo que pretende agrupar a un conjunto de personajes con rasgos aparentemente similares; se trata del conocido “término”: populismo.

Sin embargo, aquellos lectores no muy familiarizados con dicho término se preguntarán ¿en qué consiste el populismo? Pues bien, si se empieza a analizar lo dicho por diversas figuras del mundo político, el populismo podría resumirse en lo siguiente: acervo de discursos y actitudes, que encaminan a concebir un adversario (entidad colectiva en gran parte de los casos) como el responsable de la mayoría de los males que sufre la población de un país, así como el hecho de decir a la ciudadanía lo que esta quiere escuchar y colmarla de falsas promesas. Habiendo dicho esto, y siendo realistas ¿qué político se libra de no haber hecho todo lo anterior al menos una vez en campaña? ¿No es, lo previamente establecido, un reflejo de cómo está nuestra política actualmente? Lo que plantean los implícitamente autodenominados “enemigos del populismo” no es ese término carente de sustento y de argumentos sólidos, sino que va hacia algo más sencillo y practicado desde el nacimiento de la política: la demagogia.

Entendida como aquel discurso donde se pretende atrapar al ciudadano mediante propuestas irrealizables, oratorias cautivadoras que exaltan los sentimientos y crean simpatía con el aspirante a algún cargo público, la demagogia (sea en forma total o parcial) es un mal del que lamentablemente pocos servidores públicos se escapan. ¿Que si el hecho de mencionar que el avión presidencial del mandatario en turno será vendido una vez que la persona que lo mencionó, sea votada para ejecutivo es demagogia? Seguro que sí, tanto como el hecho de declarar la nueva independencia (caso Bronco) de un estado en el que se ganó la gubernatura, o bien, como el pavonearse en redes sociales, cambiando constantemente las fotos con el fin de intentar ganar simpatía de las minorías (caso Peña).

Entendida como aquel discurso donde se pretende atrapar al ciudadano mediante propuestas irrealizables, oratorias cautivadoras que exaltan los sentimientos y crean simpatía con el aspirante a algún cargo público, la demagogia (sea en forma total o parcial) es un mal del que lamentablemente pocos servidores públicos se escapan.

No obstante, volviendo al eje central, ¿por qué motivo se ha optado por encasillar de populistas a ciertos personajes? O mejor dicho ¿qué características ideológicas comparten en común estos mismos? Dejando de lado el concepto de “demagogia” (debido a que, a mis ojos claro, no hay político que se salva de adoptarla) puede decirse que, tanto grupos políticos que han sido “insultados” con este término, como PODEMOS en España, Syriza en Grecia, y hasta MORENA en México, coinciden en replantear un aspecto clave de la democracia: devolver la soberanía al pueblo y volver a las raíces de lo que se conoce como la cosa pública (mejor conocida como república. A pesar de tales descalificaciones, por individuos que incluso lucran y viven de concebir al populismo como el mayor de los males (Gloria Álvarez, por ejemplo), cayendo por cierto en la paradoja de ese supuesto populismo al emplear uno de sus elementos, la lucha por tener un gobierno auténticamente democrático y republicano deberá de seguir, y si algo nos ha mostrado la historia es que las personas que lograron cambiar al país fueron en algún punto tachados por los grupos de poder, tal como ahora.

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Según algunos, la mejor medicina

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Según algunos, una cura para la corrupción en el estado de Nuevo León, es la famosa Ley de Participación Ciudadana. Tras su promulgación, el día de ayer, autoridades del Estado, junto con las organizaciones civiles, se reunieron en el patio central del Palacio de Gobierno.

La ciudadanía nuevoleonesa juega un papel muy importante dentro de esta ley, porque estos mismos podrán participar dentro de las decisiones políticas del Estado. Además, se debe considerar a la participación ciudadana como un derecho, generando y fortaleciendo la democracia. Esta ley se deriva del mal desempeño que las autoridades han tenido en la toma de decisiones, en unas dejando atrás el bien común de los nuevoleoneses, dejando que la corrupción los enferme y se apodere de ellos.

La Ley de Participación Ciudadana es para todos, invitar a la ciudadanía a que actúe y se desarrolle como una, con un mismo objetivo: el bien común. Nuevo León, se encuentra en la necesidad de que su población interactúe en estos temas, adentrándose en las decisiones que son responsabilidad de todos, ver por las necesidades tanto de su comunidad como las del estado y hacérselo saber a las autoridades. Tener la confianza de evaluar a los políticos que nos gobiernan, desde los alcaldes, los diputados y hasta el mismo gobernador, con el fin de ver el desempeño que han tenido en su puesto, y viendo este, tener el poder de decidir sobre si se queda en el cargo o se va.

Nuevo León, se encuentra en la necesidad de que su población interactúe en estos temas, adentrándose en las decisiones que son responsabilidad de todos, ver por las necesidades tanto de su comunidad como las del estado y hacérselo saber a las autoridades.

Sabemos que esta ley, opta o se sustenta de varias herramientas para ejercer la democracia, para ello la ciudadanía debe y tiene que esta enterada sobre las anteriores. La promulgación de la ley es solo un paso para el combate contra la corrupción e impunidad en Nuevo León, mientras que la tarea del Congreso del Estado solo quedó en aprobarla. Ahora es tarea de los nuevoleoneses hacerla cumplir y valer, informarse sobre esta y así poner el práctica su objetivo. Y me atrevo a decir que seria en vano el esfuerzo y dedicación de años de quienes presentaron esta ley, si el ciudadano no la hace cumplir.

Como anteriormente mencioné, esta ley como muchas otras son suma responsabilidad de la ciudadanía que se ejerzan. Necesitan resolverse los problemas de Nuevo León, que aunque no lo crean, la mayoría de los nuevoleoneses se ven afectados por las malas decisiones que se toman desde arriba. Nuestro gobernador, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, en el evento acerca de la promulgación de la ley, mencionó una frase: “Todos somos sometidos a esta participación…”—dijo. Con la intención de recalcar que todos, absolutamente todos los ciudadanos somos responsables de esta ley, proviniendo de un origen en donde el gobierno tiene la necesidad de mejorar al estado, así como de integrar a la sociedad.

Nuestro gobernador, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, en el evento acerca de la promulgación de la ley, mencionó una frase: “Todos somos sometidos a esta participación…”—dijo. Con la intención de recalcar que todos, absolutamente todos los ciudadanos somos responsables de esta ley…

Es ahora cuando debemos exigir que se verifiquen las cuentas públicas del estado, así como el desempeño que ha tenido cada funcionario público, enterarse sobre las iniciativas presentes en el Congreso del Estado de Nuevo León, ver las necesidades de tu comunidad y acercarte a tu representante, con el fin de buscar el bien común para todos.

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“El Talón de Aquiles” # 9: Radiografía de un Laberinto

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Por primera vez en cuatro años y medio le tomé el pulso al aparato burocrático mexicano. Voy directo al grano. He aquí mis dos conclusiones luego de esta modesta pero intensa experiencia: (1) la presunción de culpabilidad lleva a la culpabilidad y (2) el desordenado cambio para generar eficacia termina generando más desorden. Afortunadamente, lo último que se pierde es la esperanza. Veamos en detalle estas observaciones.

La presunción de culpabilidad lleva… ¡a la culpabilidad!

El Talón de Aquiles de la burocracia mexicana se resume de la siguiente forma: todo ciudadano es fundamentalmente culpable hasta que demuestre lo contrario. A sabiendas de lo odioso que son las comparaciones, me permitiré señalar que en Canadá, país que conozco bien, no solo se parte de la idea contraria, es decir que el ciudadano es inocente hasta que muestre lo contrario, sino que existe además en ese país una cultura positiva de servicio público, en donde el empleado público considera un privilegio – sí, leyó bien: un privilegio – servir a sus semejantes. Sabe el servidor, además, que es su responsabilidad hacer bien su trabajo, pues su sueldo proviene del esfuerzo colectivo generado por los impuestos. La historia es bien diferente en México: muchos de los servidores públicos tienen poco de “servidores”. O mejor dicho, no sirven para nada, tanto literal como figurativamente. He calculado que en el mejor de los casos, se necesita ir a una dependencia pública al menos dos veces: la primera para saber por qué no se pudo hacer el trámite esa primera vez y la segunda para hacerlo. Eso es así, si tiene suerte o si es meticuloso con los requisitos. Porque no es nada extraño perderse en la tramitología burocrática.

He calculado que en el mejor de los casos, se necesita ir a una dependencia pública al menos dos veces: la primera para saber por qué no se pudo hacer el trámite esa primera vez y la segunda para hacerlo.

Recientemente, tuve que ir dos veces a un segundo piso, esperar 45 días hábiles, pasar al primer piso de la misma dependencia para cotejar todo de nuevo, cumplir con nuevos requisitos y sacar copias, para nada. Presenté cinco veces los originales hasta que un día me dijeron que debían verificar que los originales fueran… originales. Ese día decidí tomar vacaciones de la burocracia. ¿Por qué hay tanta informalidad en México? Basado en estas experiencias, propongo dos formas de responder a esta pregunta. La cultura del “no se puede” produce tal pérdida de tiempo y de energía, que muchos deciden, si pueden, no hacer nada (aun cuando preferirían estar en regla). Pero cuando los trámites son indispensables, la carrera de desconfianza alcanza tales proporciones que los controles burocráticos cruzados improbables e inverosímiles terminan atizando la creatividad ciudadana a límites inimaginables. Sería mejor cotejar los documentos una o dos veces, confiar en el trabajo de los colegas y acompañar al ciudadano a alcanzar su objetivo, que por cierto es cumplir con las normas legales que el mismo Estado le impone. Pero eso es imposible: en México somos culpables ante el empleado público y ante tal laberinto, terminamos siendo culpables de verdad, ya sea por inacción o por invención.

Sin un cambio integral y ordenado, las reformas a favor de la eficacia crean… ¡más ineficacia!

En principio, la informatización y puesta en línea de los servicios públicos deberían aligerar la tramitología y acercar el Estado al ciudadano. Eso es cierto si se respetan dos principios. Primero, internet complementa, no sustituye, la oferta de servicios. Si se ponen los formularios en línea pero se retiran de la oficina, los que no tienen acceso a internet no podrán realizar su trámite, aunque se presenten en la oficina y tengan todos sus documentos, pues primero deberán “ir a Internet” para imprimir sus formularios. Esto es así en un país en donde personas van a papelerías a solicitar que les envíen un email. Lo he visto: por MXP 10 (USD 0.80) el cliente dicta su mensaje como en los tiempos de los jefes, las secretarias y las máquinas de escribir. Un gobierno en línea, tal y como se implementa en México, crea entonces una odiosa discriminación entre ciudadanos conectados y desconectados. Se inventa además un paso adicional en el triatlón burocrático.

Si se ponen los formularios en línea pero se retiran de la oficina, los que no tienen acceso a internet no podrán realizar su trámite, aunque se presenten en la oficina y tengan todos sus documentos, pues primero deberán “ir a Internet” para imprimir sus formularios.

El segundo requisito para que una reforma informática genere los resultados esperados, tiene que ver con la eficacia y transparencia en el manejo de la información. Si los trámites son digitalizados y “subidos” a Internet, pero no se rediseñan las páginas para que la información sea fácilmente accesible, entonces este cambio produce más ineficacia: el ciudadano, por más conectado que esté, terminará frustrado por no encontrar la información. Tal vez habrá intentado obtener respuesta telefónica, pero al no obtener éxito, probablemente deberá presentarse en la oficina para que le expliquen en donde encontrar la información… en Internet. Si tiene suerte, es decir si el funcionario conoce la respuesta, deberá ir a buscar un acceso a internet para imprimir, llenar el requisito y entonces volver a presentarse, ahora sí, con los papeles, en la oficina. Y si no tiene suerte, ya sea porque le tocó uno de esos empleados que exigen fotocopias redondas o porque interactuó con uno que intentó ayudar pero no sabía–en México existe también un serio problema de formación de empleados, tanto en empresas privadas como en el sector público– pues habrá, ahí sí, que implorar a la virgencita de Guadalupe, para que por lo menos no se “caiga el sistema”. Es decir, ser un ciudadano conectado no es suficiente.

Si los trámites son digitalizados y “subidos” a Internet, pero no se rediseñan las páginas para que la información sea fácilmente accesible, entonces este cambio produce más ineficacia: el ciudadano, por más conectado que esté, terminará frustrado por no encontrar la información.

El problema es tan serio, que se ha generado un mercado informal que vive a la sombra de esta ineficacia. Alrededor de las dependencias públicas hay papelerías en donde, por MXP 20.00, se pueden sacar citas por internet (cuando se pide este requisito para poder ser atendido), bajar formularios (que nadie logra encontrar por sí mismos). En estos negocios, el personal de fotocopiadora aconseja a su clientela cómo sobrevivir a esta deriva burocrática: no ponga el recibo a la derecha porque se lo rechazan: póngalo a la izquierda. Hágalo al revés, porque al derecho no se lo van a aceptar. Y también existen los “filólogos”. Me refiero aquí, por supuesto, a los especialistas en hacer las interminables filas a las que la administración nos tiene acostumbrados, y que aquellos que tienen un trabajo no se pueden dar el lujo de hacer. ¿Cómo explicar a un Jefe que se lleva días haciendo la misma fila para hacer el mismo trámite, sin resultado alguno? Es mejor pagarle a alguien para que se pelee por uno y que luego regrese con el trámite completo.

Conclusión: no todo está perdido (al menos hay esperanza)

Debo ser justo: en este laberinto burocrático, también me he topado con servidores públicos que sí son serviciales. Admiro, lo acepto, las leyes que obligan a contratar personal con capacidades diferentes. Y, a nivel organizacional, existen algunas islas de eficiencia dentro del mar de ineficiencia.

…en este laberinto burocrático, también me he topado con servidores públicos que sí son serviciales. Admiro, lo acepto, las leyes que obligan a contratar personal con capacidades diferentes. Y, a nivel organizacional, existen algunas islas de eficiencia dentro del mar de ineficiencia.

Existen programas de calidad que funcionan, por lo que algunas sedes se esfuerzan constantemente por ocupar los primeros puestos en atención al cliente. Otras oficinas funcionan con estándares de primer mundo, exigiendo la menor cantidad posible de papeles y simplificando al máximo el acceso a formularios en Internet. El Estado no es solo una colección de frustraciones e ineficiencias. Sin embargo, me queda un sabor amargo, pues mi argumento es más profundo y tiene que ver con la sociedad en la que queremos vivir: ¿Por qué debemos suponer que nos quieren engañar en vez de partir del supuesto que podemos ser solidarios? ¿Por qué vivir en una sociedad de desconfianza cuando podemos hacerlo en una sociedad basada en la confianza? Si en Canadá se puede, de seguro que en cualquier otro país latinoamericano también se debe poder. No. No es idealismo. Se trata de exigir, de reclamar los servicios a los que tenemos derecho, en los estándares de calidad que merecemos, y de no ser castigados por ello.

Fernando A. Chinchilla
Ciudad de México (México), mayo de 2016

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¿Y dónde están los asesores?

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Durante los últimos meses se ha visto una alta exposición mediática de los actores políticos con afortunadas o desafortunadas declaraciones, tanto en temas de gobierno, propuesta, metodologías e indicadores que nos hacen preguntarnos ¿y dónde están los asesores?

Hace unos días escuchamos una declaración de Jaime Rodríguez “El Bronco” donde afirmó que “yo nunca dije” que se haría una inversión en infraestructura de salud, cuando durante su campaña manejó entre sus principales ejes a la salud, educación y seguridad. Compararse con Donald Trump o la más reciente que buscará ser candidato independiente a la Presidencia de la República en el 2018, solo sí hace las cosas bien en Nuevo León, cuando en campaña juró y perjuró que estaría durante los seis años gobernando el Estado ¿Dónde está la gente “preparada” que contrató (o despidió) para echarle la mano en su gobierno independiente? ¿compararse con Trump o el Tuca Ferreti?

Hace unos días escuchamos una declaración de Jaime Rodríguez “El Bronco” donde afirmó que “yo nunca dije” que se haría una inversión en infraestructura de salud, cuando durante su campaña manejó entre sus principales ejes a la salud, educación y seguridad.

Días más tarde, Manuel González aseguró que se eliminarían las cuotas escolares para erradicar o prevenir la violencia doméstica justificando que “los hombres se enojan por no tener con qué pagar y ésa es una de las razones por las que golpean a las esposas”; aquí cuestionaría a las organizaciones civiles dedicadas específicamente a la violencia intrafamiliar para ver si entre sus variables se encuentran las “cuotas escolares”. ¿Dónde están los asesores que sí saben de indicadores y correlaciones y no lo dicen al tanteo?

Recuerdo cuando el ex Secretario de Hacienda Ernesto Cordero, dijo que hay familias que pueden tener casa, automóvil y pagar colegiaturas en escuelas privadas con un ingreso mensual de $6,000 pesos. Similar la situación de Antonio Martínez Torres, ex titular de SEDESOL en Tamaulipas quien aseguró que con $320 pesos es suficiente para que una familia en zona urbana puede “sobrevivir” durante una semana ¿en serio? Habrá que preguntarle a los 55.3 millones de personas en pobreza y a los otros 11.4 millones que están en pobreza extrema, para ver si opinan lo mismo.

Ted Cruz también lleva su tajada al suspender su campaña por la candidatura del Partido Republicano y dejar el camino libre a Donald Trump. Aunque el número de delegados no le favorecía ¿Dónde están los asesores que lo debían mantener motivado hasta el final de la campaña?

Ted Cruz también lleva su tajada al suspender su campaña por la candidatura del Partido Republicano y dejar el camino libre a Donald Trump. Aunque el número de delegados no le favorecía ¿Dónde están los asesores que lo debían mantener motivado hasta el final de la campaña?

No olvidemos a Julión Álvarez y su famosa frase “Si una mujer no sabe trapear, no sirve”. Hay de todo en la viña del señor.

Un sinfín de declaraciones de todos los temas y en todos los niveles de gobierno que nos hacen pensar una y otra vez ¿Dónde están los asesores? ¿Ellos nos gobiernan? Pues sí, con razón estamos como estamos.

La preparación académica sumada a la experiencia permiten a los consultores y analistas ofrecer un escenario de certidumbre y dar la información oportuna para evitar las tan famosas declaraciones desafortunadas.

A veces los políticos o servidores públicos subestiman la labor de un Consultor o Analista Político. En varias ocasiones he visto que estas personas minimizan la información o datos que ofrecemos cuando tienen la función de servir al ciudadano y dar tranquilidad en situaciones de interés público, pero ante los medios presentan información que reciben “por ahí” y es donde empiezan a llegar las declaraciones desafortunadas (y por consecuencia, los memes).

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Exhibiendo a México en Internet

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Hace unos cuantos días comenzó a hacerse viral el video de una chica que trataba de sobornar a oficiales de tránsito con un billete de $100 pesos tras haber chocado ligeramente con varios automóviles y estar en completo estado de ebriedad. Gracias a esta acción, Lorena Daniela hoy se llama Lady $100. Hace algunos años también se viralizó otro video donde se exhibió a mujeres faltándole al respeto a los agentes de tránsito y ahora son referidas como las Ladies de Polanco… pero verdaderamente ese no es el problema.

La clase alta mexicana –y no solamente esa– está acostumbrada a mirar por encima del hombro a todos los servidores públicos y más si se tratan de los que ‘velan’ por nuestra seguridad. Estamos acostumbrados a faltar al respeto a la autoridad y hacemos caso omiso a tantas recomendaciones que nos indignamos cuando los agentes comenten un error, pero no nos ponemos a pensar que mucho de lo que pasa es porque está en nosotros. ¿Qué hubiera pasado si Lorena Daniela no hubiera conducido aquella noche? Estoy casi seguro de que solamente la seguiría conociendo el mismo grupo de personas que sabía de su existencia hace menos de un mes, pero también sé que seguiría intentando sobornar a oficiales de tránsito en cuanto tuviera la oportunidad.

La clase alta mexicana –y no solamente esa– está acostumbrada a mirar por encima del hombro a todos los servidores públicos y más si se tratan de los que ‘velan’ por nuestra seguridad. Estamos acostumbrados a faltar al respeto a la autoridad y hacemos caso omiso a tantas recomendaciones…

Por otro lado, el problema presenta una óptica que no solamente tiene que ver con cómo la sociedad se maneja, sino cómo ‘nos cuidan’. En México, los sueldos de los policías y agentes de tránsito varían mucho dependiendo de la zona donde se encuentren y el rango o cargo que ostenten. Según información del Sistema Nacional de Seguridad Pública (2011), un policía de bajo rango en Tamaulipas puede ganar tan poco como $3600.00 MX, mientras que su homónimo en Aguascalientes recibe más de $18000.00 MX. En Nuevo León, según esta misma información, un policía estatal tiene un sueldo promedio de aproximadamente $9500.00 MX mensuales. Por cierto, si gustan consultar más datos como este, sólo se necesita hacer una búsqueda rápida en Google.

¿Qué se puede esperar de la calidad de servicios de seguridad si los policías ganan una mínima parte de lo que podrían obtener por participar, por ejemplo, en actividades del crimen organizado? La brecha de ingreso que existe entre los padres de una chica que conduce un auto de lujo en completo estado de ebriedad por las calles de Guanajuato y el sueldo de un policía de su entidad (aprox. $8300.00MX al mes), es probablemente tan grande que no solamente se puede medir en términos de sueldos e ingresos, sino que también pone en evidencia la carencia de valores como el respeto y la congruencia.

Aunque suene alarmista, nos estamos enfrentando a un tiempo donde lo oculto ahora es público y lo embarazoso es ‘lo que vende’: lo viral es lo de hoy. La era del desarrollo de las telecomunicaciones es tan impresionante que nuestra sociedad puede estar completamente sincronizada a unas cuantas publicaciones en Facebook, algunos mensajes de WhatsApp, o a un video de YouTube. La comunicación es tan rápida, que la vida de las personas puede terminar en instantes, como ha sucedido con otros casos de personas que tras ser exhibidas en Internet, han optado por quitarse la vida.

Aunque suene alarmista, nos estamos enfrentando a un tiempo donde lo oculto ahora es público y lo embarazoso es ‘lo que vende’: lo viral es lo de hoy. La era del desarrollo de las telecomunicaciones es tan impresionante que nuestra sociedad puede estar completamente sincronizada a unas cuantas publicaciones en Facebook, algunos mensajes de WhatsApp, o a un video de YouTube.

Más allá de la burla, el mayor aporte que puede hacer este tipo de videos “denuncia” es que nos dejan entrever las carencias y las necesidades que tiene nuestra misma gente: carecemos de cultura vial, de respeto, de educación cívica y de valores y principios que alienten el buen vivir. En México, seguimos adoleciendo las consecuencias de vivir en una sociedad paternalista donde las decisiones se siguen tomando desde arriba, donde el dedo del rango más alto pesa más que el sudor de la clase media mexicana, y si no, volteen a ver a ‘Los Porkys’.

¿De qué lado te gustaría estar: del lado del México impune donde no nos enteramos de nada y cada quien vive lo suyo, o donde nos damos cuenta de que la impunidad se compra a billetazos o se construye con relaciones de compadrazgo, amiguismo y se aprovecha de la estructura patriarcal?

Con todo respeto, ahí se las dejo.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Fuero político: el “pégame pero no me dejes” legal

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Entre los principios que definen a un estado de derecho se encuentra la justicia, misma que contribuye a que existan diversos factores que integran una dualidad. Una de las manifestaciones básicas de la justicia radica en el hecho de que todo individuo sea juzgado por la ley, sin contar con privilegios como los que podría tener una persona con título nobiliario en países donde esta costumbre continúa vigente. De igual manera, la justicia debe entenderse no solo en ser juzgado por la misma ley que se aplica a todo mexicano, sino también en el hecho de ser congruentes. No puede haber democracia si no se juzga de la misma forma a cada ciudadano. Algunos defenderán a capa y espada que es necesario el fuero para que los servidores públicos no sean víctimas de ataques orquestados por opositores.

Sin embargo, de ser la posibilidad de tener en riesgo la libertad, imagen moral o integridad el motivo por el que existe este tipo de inmunidad llamado fuero, se tendría entonces que extender el fuero a diversos profesionistas, quienes arriesgan incesantemente la vida misma y no poseen una inmunidad que resulte en que la decisión de salvar su integridad física o moral recaiga sobre sujetos de su misma área de trabajo que determinen si estos deben ser o no procesados penalmente. Tanto periodistas, activistas, bomberos y doctores, por mencionar algunos, todos y cada uno de ellos arriesgan no solo su imagen pública, sino su vida a favor del pueblo más que cualquier funcionario y ninguno posee actualmente una protección que los ayude a seguir sirviendo a su gente aún cuando se tengan presuntas pruebas de participación en actos ilícitos.

Tanto periodistas, activistas, bomberos y doctores, por mencionar algunos, todos y cada uno de ellos arriesgan no solo su imagen pública, sino su vida a favor del pueblo más que cualquier funcionario y ninguno posee actualmente una protección que los ayude a seguir sirviendo a su gente aún cuando se tengan presuntas pruebas de participación en actos ilícitos.

Asimismo, si el argumento a favor del fuero es la ausencia por motivo de que al proceder penalmente se impida el ejercicio de responsabilidades del servidor público, se debería recordar que este cuenta con un suplente, para que tome su lugar cuando sea necesario; para que lo cubra todo el tiempo que haga falta. Si esto es realizado en cualquier empleo ¿por qué no habría de realizarse dentro de la política?

En las variadas esferas laborales, los patrones, los consumidores y demás implicados deben pagar el precio de que un empleado, tal vez muy capaz, se ausente por diversas causas, como por ejemplo, una procedencia penal y deba de reemplazársele todo el tiempo que permanezca la causa que lo impide realizar su labor. En la política, el pueblo está dispuesto a pagar ese precio que se paga en los demás sectores de trabajo, debido a que el fuero es equiparable a decir que: el remedio es peor que la enfermedad.

Además, como se ha observado a lo largo de la historia de nuestra nación, desde tiempos pasados hasta la actualidad, el fuero no ha servido más que para mantener en la impunidad a aquellos funcionarios que han tomado la decisión de traicionar al pueblo y han optado por perjudicarlo y despojarlo de su dignidad; con ejemplos como Medina y Duarte, en el norte y sur, respectivamente, el fuero ha demostrado ser la herramienta perfecta para que los políticos continúen empobreciendo, oprimiendo y censurando a los ciudadanos; aunado al pensamiento caudillista que parte de la sociedad mexicana posee, da como resultado que esta misma inmunidad sea considerada como una especie de “pégame pero no me dejes”, de carácter legal: ya que para salir adelante ocupamos un líder obligatoriamente, no importa si este ha cometido un acto ilícito, pues más vale estar mal acompañados que solos, pues como ciudadanos no podemos hacer algo sin ayuda de nuestros políticos.

…como se ha observado a lo largo de la historia de nuestra nación, desde tiempos pasados hasta la actualidad, el fuero no ha servido más que para mantener en la impunidad a aquellos funcionarios que han tomado la decisión de traicionar al pueblo y han optado por perjudicarlo y despojarlo de su dignidad…

He ahí una justificación pobre que a veces llega a emplearse para mantener vigente el fuero político. No obstante, como sociedad siempre se puede cambiar y comenzar a hacer frente a esta situación, exigiendo la derogación de este artilugio, cuya función no radica más que en conservar este régimen, donde individuos con la responsabilidad de velar por los intereses populares se reparten el botín que proviene de cada uno de nosotros como contribuyentes.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

¿Fuero mal entendido?

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Era una noche de octubre de 1913 y el Senador Belisario Domínguez se encontraba en su habitación de su hotel cuando fue sacado y llevado al cementerio de Xoco en Coyoacán en la Ciudad de México donde fue asesinado a punta de balazos, no sin antes que le cortara la lengua su enemigo profesional, el Dr. Aureliano Urrutia, con el fin de enviársela al entonces presidente, Victoriano Huerta. Tras darse a conocer los hechos y que Huerta había estado detrás del asesinato del Dr. Domínguez, Victoriano disolvió el Congreso y mando encarcelar a 90 diputados.

Con ese oscuro capítulo de la historia posrevolucionaria de México, en 1917 nació la figura de la inmunidad procesal o mejor conocido como “fuero”. Lo que entendemos con esto es que realmente este artículo de nuestra Constitución, nace no para darle privilegios infinitos a los Diputados y Senadores de la República, al contrario la idea original era protegerlos del Presidencialismo que existía en la época, ¿qué fue lo que pasó?

Lo que nació como una ley que protegía a los Diputados y Senadores de cualquier acusación en su contra por sus declaraciones y que adicionalmente garantizaba un balance entre poderes, puesto que de ésta manera se salvaguardan de eventuales acusaciones sin fundamento, es hoy por hoy el máximo símbolo de impunidad y corrupción en nuestro país.

La inmunidad procesal o fuero se ha ido viciando con el tiempo hasta llegar a lo que es, una cobija de protección para funcionarios públicos que han hecho algún delito, como el robo al erario, desvío de recursos, tráfico de influencias, entre otras cosas. Hoy para iniciar un proceso penal contra un funcionario público tiene que realizarse un juicio de desafuero, que solamente el Poder Legislativo puede proponer, tal y como fue el caso de Andrés Manuel López Obrador en el 2006. En el caso de Diputados y Senadores es de la misma forma, sus propios compañeros tanto de Cámara como de Partido.

La inmunidad procesal o fuero se ha ido viciando con el tiempo hasta llegar a lo que es, una cobija de protección para funcionarios públicos que han hecho algún delito, como el robo al erario, desvío de recursos, tráfico de influencias, entre otras cosas.

Durante las recientes semanas se ha propuesto y discutido, tanto en el Congreso Local de Nuevo León, como a nivel federal eliminar el fuero que tienen alrededor de mil 854 servidores públicos, entre los que figuran desde Diputados Locales, hasta el Presidente de la República. El fin de eliminar el fuero, para los que lo han propuesto, es que los servidores públicos no puedan seguir escudándose con esta norma.

Tal y como lo dijo esta semana por este portal Jorge Rodríguez, el chapulineo es uno de los males de la política mexicana, y yo consideró que otro de los males es el “fuero” que hoy gozan todas nuestras autoridades. Por otro lado, como Mauricio López lo mencionó, la #Ley3de3 no es lo único que se debe de hacer para combatir la corrupción, algo con lo que concuerdo, pues de igual manera tenemos a la inmunidad procesal impidiendo en más de una ocasión los ejercicios de transparencia y rendición de cuentas.

Durante las recientes semanas se ha propuesto y discutido, tanto en el Congreso Local de Nuevo León, como a nivel federal eliminar el fuero que tienen alrededor de mil 854 servidores públicos, entre los que figuran desde Diputados Locales, hasta el Presidente de la República.

Coincido con los puntos de vista de que se debe de eliminar el fuero de todos los funcionarios públicos, puesto que ya en nuestros tiempos no existe más el presidencialismo que había antes y después de la Revolución Mexicana. Al contrario, hoy en día el Poder Legislativo tiene en ocasiones más poder que el mismo Poder Ejecutivo. De igual forma, el fuero ha entorpecido en más de una ocasión las investigaciones contra funcionarios corruptos. Los que han cometido algún delito de una u otra manera consiguen la forma de “chapulinear” a otro puesto con el fin de seguir con el fuero, esto lo hemos visto en casos como el del ex edil de Monterrey, Fernando Larrazábal, quien en su momento saltó de alcalde a Diputado Plurinominal, con el fin de protegerse de una potencial investigación en su contra.

El fuero es en sí uno de los males del sistema político mexicano. Sin su eliminación completa no habrá Sistema Nacional Anticorrupción o leyes que puedan procesar de manera correcta a servidores públicos que han delinquido durante sus funciones. Por lo tanto, me uno a las voces ciudadanas que han pedido que se elimine por completo el fuero, ya que, desde mi punto de vista, ha sobrevivido a su propósito original.