El Cambio Empieza Dentro

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Los problemas sociales y económicos de nuestro entorno son responsabilidad de todos nosotros. Funcionarios, académicos, estudiantes, empresarios, trabajadores y ciudadanos en general, cada uno de nosotros participamos en diferentes escalas y de distintas formas en el curso de nuestra actualidad, de modo que todos somos parte del problema, pero mejor aún: somos parte de la solución.

La forma más sencilla de no resolver un problema es criticando, buscando culpables a los cuales condenar y repetir incesantemente cuán mal está la situación. Lastimosamente esa es la forma de actuar de muchas personas cuando se trata de problemas sociales de nuestra ciudad, estado o país. El caso más ilustrativo para esto es la política mexicana. No es necesario hacer introducción alguna a los errores cometidos y a las fallas axiomáticas de los gobiernos, no obstante debemos ser conscientes de que todos somos parte del problema.

La forma más sencilla de no resolver un problema es criticando, buscando culpables a los cuales condenar y repetir incesantemente cuán mal está la situación. Lastimosamente esa es la forma de actuar de muchas personas cuando se trata de problemas sociales de nuestra ciudad, estado o país. El caso más ilustrativo para esto es la política mexicana.

Es injusto exigir honestidad a los servidores públicos y políticos cuando nos robamos la señal de WI-FI del vecino. Es incoherente ofendernos por casos de desvío de recursos cuando al pasarnos un alto ofrecemos “mordida” al oficial de tránsito. Es ilógico reclamar al empresario que paga bajos sueldos cuando no cumplimos con nuestras actividades laborales.

Por supuesto que lo anterior no justifica los grandes apuros sociales y fallas de nuestro sistema, el mal actuar debe ser corregido y castigado conforme marque la ley. Sin embargo la cuestión es resolver problemas y no hacerlos más grandes.

Como participantes de una sociedad debemos encargarnos de ser la mejor versión de nosotros mismos para poder aportar lo mejor de nosotros a esta sociedad. Una persona que se cultiva frecuentemente y se preocupa por tener mayores conocimientos será una persona que pueda tomar mejores decisiones y obtener mejores resultados. Alguien que sólo crítica y continuamente condena los actos de los demás sólo hace más grande el problema y contribuye a alimentar la ignorancia social y el conformismo.

Como participantes de una sociedad debemos encargarnos de ser la mejor versión de nosotros mismos para poder aportar lo mejor de nosotros a esta sociedad. Una persona que se cultiva frecuentemente y se preocupa por tener mayores conocimientos será una persona que pueda tomar mejores decisiones y obtener mejores resultados.

Cada uno de nosotros tiene algo que aportar desde su ámbito de actividad y tenemos la responsabilidad como ciudadanos de hacerlo con la mayor calidad posible. Si todos actuamos como habitantes del México en el que queremos vivir, de pronto viviremos en ese México.

Nuestra forma de actuar y conducirnos debe ser congruente con nuestros ideales y valores, y siempre dirigida al crecimiento y desarrollo de nosotros mismos, de nuestros semejantes y por consecuencia de nuestras ciudades y estados.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Fuero político: el “pégame pero no me dejes” legal

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Entre los principios que definen a un estado de derecho se encuentra la justicia, misma que contribuye a que existan diversos factores que integran una dualidad. Una de las manifestaciones básicas de la justicia radica en el hecho de que todo individuo sea juzgado por la ley, sin contar con privilegios como los que podría tener una persona con título nobiliario en países donde esta costumbre continúa vigente. De igual manera, la justicia debe entenderse no solo en ser juzgado por la misma ley que se aplica a todo mexicano, sino también en el hecho de ser congruentes. No puede haber democracia si no se juzga de la misma forma a cada ciudadano. Algunos defenderán a capa y espada que es necesario el fuero para que los servidores públicos no sean víctimas de ataques orquestados por opositores.

Sin embargo, de ser la posibilidad de tener en riesgo la libertad, imagen moral o integridad el motivo por el que existe este tipo de inmunidad llamado fuero, se tendría entonces que extender el fuero a diversos profesionistas, quienes arriesgan incesantemente la vida misma y no poseen una inmunidad que resulte en que la decisión de salvar su integridad física o moral recaiga sobre sujetos de su misma área de trabajo que determinen si estos deben ser o no procesados penalmente. Tanto periodistas, activistas, bomberos y doctores, por mencionar algunos, todos y cada uno de ellos arriesgan no solo su imagen pública, sino su vida a favor del pueblo más que cualquier funcionario y ninguno posee actualmente una protección que los ayude a seguir sirviendo a su gente aún cuando se tengan presuntas pruebas de participación en actos ilícitos.

Tanto periodistas, activistas, bomberos y doctores, por mencionar algunos, todos y cada uno de ellos arriesgan no solo su imagen pública, sino su vida a favor del pueblo más que cualquier funcionario y ninguno posee actualmente una protección que los ayude a seguir sirviendo a su gente aún cuando se tengan presuntas pruebas de participación en actos ilícitos.

Asimismo, si el argumento a favor del fuero es la ausencia por motivo de que al proceder penalmente se impida el ejercicio de responsabilidades del servidor público, se debería recordar que este cuenta con un suplente, para que tome su lugar cuando sea necesario; para que lo cubra todo el tiempo que haga falta. Si esto es realizado en cualquier empleo ¿por qué no habría de realizarse dentro de la política?

En las variadas esferas laborales, los patrones, los consumidores y demás implicados deben pagar el precio de que un empleado, tal vez muy capaz, se ausente por diversas causas, como por ejemplo, una procedencia penal y deba de reemplazársele todo el tiempo que permanezca la causa que lo impide realizar su labor. En la política, el pueblo está dispuesto a pagar ese precio que se paga en los demás sectores de trabajo, debido a que el fuero es equiparable a decir que: el remedio es peor que la enfermedad.

Además, como se ha observado a lo largo de la historia de nuestra nación, desde tiempos pasados hasta la actualidad, el fuero no ha servido más que para mantener en la impunidad a aquellos funcionarios que han tomado la decisión de traicionar al pueblo y han optado por perjudicarlo y despojarlo de su dignidad; con ejemplos como Medina y Duarte, en el norte y sur, respectivamente, el fuero ha demostrado ser la herramienta perfecta para que los políticos continúen empobreciendo, oprimiendo y censurando a los ciudadanos; aunado al pensamiento caudillista que parte de la sociedad mexicana posee, da como resultado que esta misma inmunidad sea considerada como una especie de “pégame pero no me dejes”, de carácter legal: ya que para salir adelante ocupamos un líder obligatoriamente, no importa si este ha cometido un acto ilícito, pues más vale estar mal acompañados que solos, pues como ciudadanos no podemos hacer algo sin ayuda de nuestros políticos.

…como se ha observado a lo largo de la historia de nuestra nación, desde tiempos pasados hasta la actualidad, el fuero no ha servido más que para mantener en la impunidad a aquellos funcionarios que han tomado la decisión de traicionar al pueblo y han optado por perjudicarlo y despojarlo de su dignidad…

He ahí una justificación pobre que a veces llega a emplearse para mantener vigente el fuero político. No obstante, como sociedad siempre se puede cambiar y comenzar a hacer frente a esta situación, exigiendo la derogación de este artilugio, cuya función no radica más que en conservar este régimen, donde individuos con la responsabilidad de velar por los intereses populares se reparten el botín que proviene de cada uno de nosotros como contribuyentes.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

¿Fuero mal entendido?

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Era una noche de octubre de 1913 y el Senador Belisario Domínguez se encontraba en su habitación de su hotel cuando fue sacado y llevado al cementerio de Xoco en Coyoacán en la Ciudad de México donde fue asesinado a punta de balazos, no sin antes que le cortara la lengua su enemigo profesional, el Dr. Aureliano Urrutia, con el fin de enviársela al entonces presidente, Victoriano Huerta. Tras darse a conocer los hechos y que Huerta había estado detrás del asesinato del Dr. Domínguez, Victoriano disolvió el Congreso y mando encarcelar a 90 diputados.

Con ese oscuro capítulo de la historia posrevolucionaria de México, en 1917 nació la figura de la inmunidad procesal o mejor conocido como “fuero”. Lo que entendemos con esto es que realmente este artículo de nuestra Constitución, nace no para darle privilegios infinitos a los Diputados y Senadores de la República, al contrario la idea original era protegerlos del Presidencialismo que existía en la época, ¿qué fue lo que pasó?

Lo que nació como una ley que protegía a los Diputados y Senadores de cualquier acusación en su contra por sus declaraciones y que adicionalmente garantizaba un balance entre poderes, puesto que de ésta manera se salvaguardan de eventuales acusaciones sin fundamento, es hoy por hoy el máximo símbolo de impunidad y corrupción en nuestro país.

La inmunidad procesal o fuero se ha ido viciando con el tiempo hasta llegar a lo que es, una cobija de protección para funcionarios públicos que han hecho algún delito, como el robo al erario, desvío de recursos, tráfico de influencias, entre otras cosas. Hoy para iniciar un proceso penal contra un funcionario público tiene que realizarse un juicio de desafuero, que solamente el Poder Legislativo puede proponer, tal y como fue el caso de Andrés Manuel López Obrador en el 2006. En el caso de Diputados y Senadores es de la misma forma, sus propios compañeros tanto de Cámara como de Partido.

La inmunidad procesal o fuero se ha ido viciando con el tiempo hasta llegar a lo que es, una cobija de protección para funcionarios públicos que han hecho algún delito, como el robo al erario, desvío de recursos, tráfico de influencias, entre otras cosas.

Durante las recientes semanas se ha propuesto y discutido, tanto en el Congreso Local de Nuevo León, como a nivel federal eliminar el fuero que tienen alrededor de mil 854 servidores públicos, entre los que figuran desde Diputados Locales, hasta el Presidente de la República. El fin de eliminar el fuero, para los que lo han propuesto, es que los servidores públicos no puedan seguir escudándose con esta norma.

Tal y como lo dijo esta semana por este portal Jorge Rodríguez, el chapulineo es uno de los males de la política mexicana, y yo consideró que otro de los males es el “fuero” que hoy gozan todas nuestras autoridades. Por otro lado, como Mauricio López lo mencionó, la #Ley3de3 no es lo único que se debe de hacer para combatir la corrupción, algo con lo que concuerdo, pues de igual manera tenemos a la inmunidad procesal impidiendo en más de una ocasión los ejercicios de transparencia y rendición de cuentas.

Durante las recientes semanas se ha propuesto y discutido, tanto en el Congreso Local de Nuevo León, como a nivel federal eliminar el fuero que tienen alrededor de mil 854 servidores públicos, entre los que figuran desde Diputados Locales, hasta el Presidente de la República.

Coincido con los puntos de vista de que se debe de eliminar el fuero de todos los funcionarios públicos, puesto que ya en nuestros tiempos no existe más el presidencialismo que había antes y después de la Revolución Mexicana. Al contrario, hoy en día el Poder Legislativo tiene en ocasiones más poder que el mismo Poder Ejecutivo. De igual forma, el fuero ha entorpecido en más de una ocasión las investigaciones contra funcionarios corruptos. Los que han cometido algún delito de una u otra manera consiguen la forma de “chapulinear” a otro puesto con el fin de seguir con el fuero, esto lo hemos visto en casos como el del ex edil de Monterrey, Fernando Larrazábal, quien en su momento saltó de alcalde a Diputado Plurinominal, con el fin de protegerse de una potencial investigación en su contra.

El fuero es en sí uno de los males del sistema político mexicano. Sin su eliminación completa no habrá Sistema Nacional Anticorrupción o leyes que puedan procesar de manera correcta a servidores públicos que han delinquido durante sus funciones. Por lo tanto, me uno a las voces ciudadanas que han pedido que se elimine por completo el fuero, ya que, desde mi punto de vista, ha sobrevivido a su propósito original.

“Chapulineo” y otras artimañas políticas para eludir el poder demoráctico

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En la política mexicana bien se sabe que, existen lagunas y privilegios dentro de la ley, los cuales fungen como herramientas para aquellos servidores públicos, cuya hambre de poder se encuentra muy por encima del objetivo principal de su cargo: servir al pueblo. Entre aquellas herramientas se pueden concebir, entre las más escuchadas, al fuero político: entendido como una inmunidad la cual “salva”, por medio del voto del congreso que se erige como juez, a los funcionarios públicos de ser procesados penalmente.

Asimismo, entre tales “artimañas” cabe resaltar al chapulineo; este mismo se comprende como un artilugio a través del cual, un servidor público puede pedir permiso a su partido (y no a la ciudadanía que lo votó) para desocupar su cargo popular, con el objetivo de competir por otro igualmente, designado por el voto. Cabe destacar que, como se ha observado en diversos casos, en la ley no existe ningún impedimento para que, le sea impedido volver a aquel funcionario a su cargo anterior luego de haber perdido la contienda electoral.

…considero que, uno como funcionario público, debe tener la vergüenza y el compromiso suficiente para ocupar el cargo por el que la gente lo eligió, no la mitad de este mismo, o un cuarto o un tercio, sino TODO el tiempo que dura el cargo popular; los ciudadanos no elegimos a una persona para que este una parte del periodo de tal puesto…

Los ejemplos de esta traición hacia la voluntad del pueblo (hay que llamar a las cosas por su nombre) sobran; Ivonne Álvarez, con su conocido “dobleteo” en la materia, primero pediría licencia para dejar su cargo de Presidenta municipal con el fin de competir por la senaduría. Posteriormente, esta misma nuevamente pediría licencia del cargo nombrado previamente para contender por la gubernatura de Nuevo León, resultando en el ya conocido desenlace, donde pierde las votaciones, y como era de esperarse, vuelve al senado sin el más mínimo remordimiento.

Otro ejemplo destacable radica en la ex-alcaldesa de Monterrey: Margarita Arellanes. Como muchos recordarán, a pesar de su pésima administración como presidenta municipal, esta tuvo un mayor deseo por el poder que el del hecho de sentir vergüenza, por lo que decidió imitar los pasos de su contraparte priísta (Ivonne Álvarez), e intentó recurrir al llamado “chapulineo”, con el fin de competir por la candidatura a gobernador por el Partido Acción Nacional. El desenlace fue el esperado: Arellanes teniendo por pérdida la candidatura, con su imagen más golpeada de lo que ya se encontraba, y contemplando el fin de su carrera política.

En la política mexicana bien se sabe que, existen lagunas y privilegios dentro de la ley, los cuales fungen como herramientas para aquellos servidores públicos, cuya hambre de poder se encuentra muy por encima del objetivo principal de su cargo: servir al pueblo.

Estos ejemplos del chapulineo nos hacen reflexionar, a cada uno de nosotros, en el hecho de que como ciudadanos, no nos podemos permitir este tipo de conductas entre nuestros servidores públicos, los cuales como menciona su nombre, son nuestros servidores y no al contrario. Que si daña el derecho a ser votado el luchar por eliminar la posibilidad de chapulinear dirán algunos partidarios de esta práctica. No obstante, considero que, uno como funcionario público, debe tener la vergüenza y el compromiso suficiente para ocupar el cargo por el que la gente lo eligió, no la mitad de este mismo, o un cuarto o un tercio, sino TODO el tiempo que dura el cargo popular; los ciudadanos no elegimos a una persona para que este una parte del periodo de tal puesto, yo voté por una persona para que sea gobernador 6 años, no 5 ni 4, sino 6 años completos. Lo mismo con los alcaldes, diputados, senadores y demás cargos, por lo que si un político desea conservar o recuperar su credibilidad, y le importa un poco su gente, que no “chapulinee”, y respete la decisión de quienes lo votaron.

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¿Democracia en riesgo? Crítica a la reforma del artículo 59 constitucional

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Las anécdotas, relatos e historias que nos contaban cuando niños sobre aquella lucha revolucionaria, en la que el pueblo mexicano derrocó a Díaz y cuyos resultados fueron, entre muchas cosas, el establecimiento del principio “No reelección” en las bases democráticas, parecen ir camino al olvido; esto debido a que, a partir del 2018, los diputados federales y locales, senadores y alcaldes podrán ser reelectos en forma consecutiva.

De acuerdo a la reforma del artículo 59 constitucional, realizada en el 2014, se establece que “Los Senadores podrán ser electos hasta por dos periodos consecutivos y los Diputados al Congreso de la Unión hasta por cuatro periodos consecutivos. La postulación sólo podrá ser realizada por el mismo partido o por cualquiera de los partidos integrantes de la coalición que los hubieren postulado, salvo que hayan renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato.”

Asimismo, en cuanto a los presidentes municipales, regidores y síndicos, cada constitución local adecuó la reelección dentro de la misma; en el caso de la constitución de Nuevo León se estipuló en el numeral 124 lo siguiente: “Los Presidentes Municipales, Regidores y Síndicos de los Ayuntamientos, podrán ser electos consecutivamente hasta por un periodo adicional. La postulación solo podrá ser realizada por el mismo partido o por cualquiera de los partidos integrantes de la coalición que lo hubieren postulado, salvo que hayan renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato. Los presidentes municipales de los ayuntamientos no podrán ser electos para el periodo inmediato, en municipio diverso al cual se desempeñaron como tales.”

…es altamente posible que los partidos políticos no postulen nuevamente a aquellos que prefieran los ciudadanos, sino a aquellos que más acoplados se encuentren a sus intereses; dejando así la gran probabilidad de hacer a un lado a los diputados o senadores que hicieron una buena labor pero que no supieron alinearse a los intereses de sus respectivos partidos.

Ahora bien, en virtud de mantener la fidelidad con el encabezado del artículo, y tomando en cuenta que todo juicio de valor debe encontrarse dotado de un análisis objetivo con el fin de fortalecer una postura determinada, se procederá a dictar los puntos que explican el motivo por el cual se considera a las reformas actuales de reelección inmediata como un problema para instituir una democracia progresiva.

En primer lugar, cabe destacar el sometimiento al que se encuentran los servidores públicos ante el partido del que forman parte, ya que, de acuerdo con la reforma, serán los partidos políticos a los que pertenecen los que se encargarán de postular nuevamente a los mismos como candidatos de la agrupación política. Dicho esto, surgen dos interrogantes. La primera ¿Qué pasaría en el supuesto donde la ciudadanía desee reelegir a un funcionario público mas, sin embargo, su partido debido a cuestiones internas, opte por no otorgarle la reelección consecutiva? ¿Ahí donde quedó aquel poder del pueblo que se supone, estas reformas a la constitución iban a fortalecer?

No debemos olvidar que actualmente, en los partidos políticos existen intereses particulares que bien podrían considerarse por encima de la voz del pueblo. Es por esto mismo que me mantengo escéptico en el hecho de que los partidos vayan a otorgar nuevamente la postulación al funcionario que los ciudadanos acepten, y en su lugar, sean guiados en primera instancia por aspectos ajenos a la aprobación del pueblo. Resumiendo lo anterior, es altamente posible que los partidos políticos no postulen nuevamente a aquellos que prefieran los ciudadanos, sino a aquellos que más acoplados se encuentren a sus intereses; dejando así la gran probabilidad de hacer a un lado a los diputados o senadores que hicieron una buena labor pero que no supieron alinearse a los intereses de sus respectivos partidos.

Considero que un grupo considerable de jóvenes… no tendrían oportunidad frente a una persona que lleva mayor número de años y sobretodo, mayor número de contactos en su partido los cuales opten por postularlo nuevamente como candidato.

Por otra parte, la segunda cuestión habría de ser la siguiente: ¿Qué hay de los funcionarios públicos independientes? En base al mecanismo de requerir un partido político, o coalición, para que un servidor pueda recurrir a la reelección consecutiva, se pone en tela de juicio el destino que les deparará a aquellos diputados, senadores y alcaldes que ganaron en un inicio las votaciones de forma independiente. Tal cuestión debería ser replanteada lo más pronto posible, pues de no ser así, aquellos afectados no tendrían más opción que recurrir a mecanismos como el juicio de amparo.

Asimismo, otra cuestión que vale la pena destacar es la opacidad total en cuanto al distrito por el cual podrán volver a fungir como candidatos aquellos ciudadanos que laboran en el congreso. Prácticamente, no existe especificación alguna en la constitución federal que comprometa a que los partidos postulen nuevamente para el mismo distrito a sus militantes, sino que, al contrario, pareciera que estos podrían ocupar algún otro distrito diferente al que representaron en primer lugar. Este supuesto habrá de aplicar, en el escenario donde un diputado o senador hayan cambiado de domicilio, con el objetivo tal vez, de volver a comenzar en un espacio geográfico donde no se sepa de su ineficiencia.

…actualmente, en los partidos políticos existen intereses particulares que bien podrían considerarse por encima de la voz del pueblo. Es por esto mismo que me mantengo escéptico en el hecho de que los partidos vayan a otorgar nuevamente la postulación al funcionario que los ciudadanos acepten…

Finalmente, un argumento de carácter ajeno a lo estipulado de forma ortográfica en la reforma, es el asunto de la alternancia y de las oportunidades robadas a los que desean incursionar por primera vez en la vida política. ¿Qué pasará con aquellos jóvenes militantes de algún partido, que aspiran iniciar como diputados de su distrito, pero que, lamentablemente se encuentran con que es postulado nuevamente el mismo funcionario de la legislatura pasada? Considero que un grupo considerable de jóvenes pertenecientes a una agrupación política no tendrían oportunidad frente a una persona que lleva mayor número de años y sobretodo, mayor número de contactos en su partido los cuales opten por postularlo nuevamente como candidato.

Son por estos motivos, que antes de optar por esta reforma, sería conveniente defender la no reelección con el mismo ahínco y el mismo amor hacia lo justo y hacia lo que es democrático, tal como lo hizo Madero en su momento.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”