“Universidades privadas, estacionamiento y autonomía”

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El grupo Fuerza Joven del PRI, de la mano de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) presentó una iniciativa ante el Congreso del Estado para reformar los artículos 209 y 342 (sin especificar de qué documento) buscando eliminar el cobro que hacen las universidades privadas por estacionamiento en sus instalaciones.

Argumentaron que el cobro por “uso de los cajones de estacionamiento son excesivos ya que además de tener el alumno que cubrir con sus elevados gastos de colegiatura también tiene que enfrentar este desembolso que puede ser estratosférico”.

¿Entonces si considero “estratosférico” el precio de la gasolina y “excesiva” la distancia entre mi casa y la universidad, ésta debe subsidiar mis traslados dado que tengo elevados gastos por cubrir? El ejemplo es un absurdo, pero lo planteo precisamente para mostrar que la iniciativa comparte la misma lógica.

Lección de economía básica: no existen los precios justos. Lo “justo” para el alumno es pagar el mínimo posible y lo “justo” para la institución privada es cobrar el máximo posible. ¿Entonces cuál debe ser el criterio para fijar el costo de un servicio que no es gratuito?

Dada la naturaleza jurídica de las universidades privadas, se encuentran en su derecho de fijar el precio según su discreción, y dada esa misma naturaleza privada, nadie obliga a los alumnos a inscribirse en esas escuelas, de la misma manera que no están obligados a llegar todos los días en transporte particular.




Volviendo con la reforma que fue presentada, el artículo 209 del mismo documento desconocido sería modificado para que quedara de la siguiente manera: “Los cajones de estacionamiento con los que están obligados a cumplir las instituciones educativas particulares, deberán ser proporcionados de forma gratuita, pudiendo considerarse una contraprestación voluntaria por la utilización de los mismos”.

Aclaración: las instituciones educativas particulares no están obligadas a proveer cajones de estacionamiento. De hecho, en su rol de agentes de cambio deben promover otras alternativas de transporte en pro de la movilidad urbana y por consecuencia, del medio ambiente.




La autonomía universitaria se entiende como la independencia política y administrativa respecto a factores externos de la propia universidad, por lo tanto, la iniciativa además atenta contra la autonomía de las universidades privadas.

Dicho sea de paso, lo aquí expuesto no aplica de la misma manera para las universidades públicas, pues tienen una naturaleza jurídica y un fin social distintos.

No dudo que más de uno de los autores intelectuales de esta propuesta estén conscientes de sus deficiencias (después de todo, son bastante elementales) y a pesar de ello las ignoren, optando por el asistencialismo que seduce con facilidad a los alumnos (posibles votantes).

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Los jóvenes y la izquierda

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¿Qué significa hoy en día ser de izquierda en México? ¿Significa seguir a López Obrador en su desprecio hacia las instituciones? ¿Justificar la vandalización de la propiedad privada por parte de los normalistas de Ayotzinapa? ¿Apoyar a la CNTE en sus bloqueos? Las posibles respuestas y la mera formulación de estas preguntas me dejan insatisfecho.

La concepción actual de la izquierda entre la población me parece errónea, y en gran medida el malentendido se debe a que no tenemos verdaderos representantes de ella.

Octavio Paz en alguna ocasión fue más lejos al afirmar que: “En México no hay una izquierda ni una derecha en el sentido ideológico. Llamamos de derecha a quienes sólo ven por sus intereses, y de izquierda a los que les gritan, queriendo estar en el poder”.




La “izquierda” como vemos, es un concepto difuso. Por ello en la actualidad hay quienes abogan por una actualización de los polos Izquierda – Derecha, a Liberal – Conservador (sin embargo, no son traducciones del todo).

En un intento por clarificar el concepto “izquierda” y su relación con los jóvenes (motivo de posterior análisis), opinan dos figuras un tanto atípicas en el contexto político de Monterrey (típicamente de derecha/conservador): la diputada local de Movimiento Ciudadano, Concepción Landa, y el diputado federal del PRD Waldo Fernández.

Para usted, ¿qué significa ser de izquierda?

Concepción Landa (CL): Para mí significa ser progresista, ver por el bien público y común, antes que los intereses individuales. Ser responsable con los que menos tienen, brindar un desarrollo humano y cultural con oportunidades para todos, asumir el compromiso de legar un mundo mejor para las generaciones futuras y el cuidado del medio ambiente

¿Hay un partido político que actualmente represente a los jóvenes?
CL: No, creo que los jóvenes se sienten más identificados con los ciudadanos sin afiliación partidista.

¿Por qué los partidos políticos de izquierda están tan fragmentados en México?
CL: Porque no piensan en que hay que unir esfuerzos y que nadie tiene la verdad absoluta. Hay una arrogancia ideológica enorme.

¿Por qué los partidos políticos de izquierda no tienen peso en Monterrey?
CL: Por el gran individualismo que existe en donde las acciones colaborativas y colectivas son de “comunistas” o “populistas”. Además de un esquema de verticalidad.




¿Para usted qué significa ser de izquierda?
Waldo Fernández (WF): Ser de izquierda, es respetar los derechos y libertades de todos. Ser tolerantes, ser incluyentes, respetar la pluralidad.
Soy un hombre que cree que todos nacemos libres y con igualdad de oportunidades, defender el derecho de todos a alcanzar sus metas sin hacer distingos, eso es para mí ser de izquierda.

¿Hay un partido político que actualmente represente a los jóvenes?

WF: Todos los partidos tienen espacios dedicados a los jóvenes, depende de ellos militar o participar activamente. Todos los partidos políticos actualmente han incorporado criterios de elegibilidad de jóvenes y han adoptado discursos y políticas encaminadas a este sector.
Lo importante es que los jóvenes participen sino en un partido político, en una asociación civil, en sus escuelas o como ciudadanos a construir un mejor país.

¿Por qué los partidos políticos de izquierda están tan fragmentados en México?

WF: Porque existen diferentes ideologías dentro de la izquierda. No sólo en el país sino en el mundo; algunas son más progresistas y otras más radicales.
Ante la pluralidad política, social y cultural que cohabita en el país, es común la dispersión de posicionamientos y con ellos la simpatía del electorado.

¿Por qué los partidos políticos de izquierda no tienen peso en Monterrey?

WF: En Monterrey tenemos una cultura y una idiosincrasia diferente al resto del país, aquí la cultura del esfuerzo que generalmente es identificada con el centro-derecha es muy bien vista y las políticas que implementa la izquierda no siempre son del agrado de la ciudadanía. El ciudadano tiene una idea equivocada de lo que es ser de izquierda. La izquierda también busca el progreso económico y social.

Podemos observar un elemento común en ambas definiciones de “izquierda”: el respeto a las libertades individuales implícito en la tolerancia y la pluralidad. Se añaden también como distintivos el combate a la pobreza y el cuidado del medio ambiente.

Me interesa ahora hacer un vínculo entre los expuesto sobre la “izquierda”, y los jóvenes porque los jóvenes somos mayoría, no sólo demográficamente sino también socialmente, es decir, tenemos cada vez mayor peso en la sociedad, en gran medida, gracias a que somos quienes mejor dominamos las nuevas tecnologías, lo que tiene 2 implicaciones directas:

1) Estar mejor informados.
2) Tener más vías de expresión.

Aunque entre los jóvenes hay diversas corrientes ideológicas, se tiende cada vez más al liberalismo (entiéndase por liberalismo el desarrollo y protección de las libertades individuales) y creo que es tiempo de aclarar y asumir lo que significa dicha postura ideológica para así encausarla hacia una auténtica representación política. Lo considero particularmente importante para evitar un mayor atraso social.




Esta tendencia al liberalismo por parte de los jóvenes no es exclusiva de México, se presentó antes con Joshua Wong (19 años) en Hong Kong, fundando el Demosistō (partido de centro izquierda pro-democrático), con Pablo Iglesias (38 años) en España fundando Podemos (izquerda), con Alexis Tsipras (42 años) en Grecia y su partido Syriza (coalición de partidos de izquierda e izquierda radical), Justin Trudeau (44 años) en Canadá con el Partido Liberal y Bernie Sanders en los Estados Unidos con su búsqueda de transformar al Partido Demócrata, todos estos casos teniendo en común un mensaje y agenda liberal dirigida a los jóvenes.

Para el caso de México, no creo que la solución sea crear un partido político, ya hay más que suficientes, lo que hace falta es depurarlos para que se conviertan en auténticos mecanismos de representación.

Para ello, será necesario que primero los jóvenes conozcan en qué consisten los posicionamientos de izquierda/liberales y escojan si deciden asumirlos como propios, la representación política vendrá por añadidura.

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El PAN y el catolicismo

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laicismo

El PAN fue fundado en 1939 y desde entonces, se ha alegado que es una institución vinculada a la Iglesia católica. Por supuesto, muchos de sus candidatos y electores son creyentes, pero no es de sorprender en un país donde el 80% de la población se declara católica.

En este artículo pretendo demostrar de manera breve la inexistencia de una inspiración religiosa en su fundación, así como en su desarrollo a lo largo de los años.

Lo hare mediante hechos y declaraciones de los arquitectos intelectuales y figuras del partido:

1) “don Manuel (…) quiso destacar una idea que después tuvo gran trascendencia: la necesidad de que el partido tuviera una integración pluralista, como un reflejo de la integración pluralista de la sociedad. Esta idea excluyó toda integración facciosa, religiosa o clasista del PAN y, de acuerdo con una concepción auténticamente democrática, sólo se requirió la coincidencia de principios básicos, que hicieran posible la unidad dentro de la diversidad”

2) “Gómez Morin (…) Desde un principio lo definió con claridad: el PAN sería un partido civil, incluso laico, sin definición religiosa alguna”

3) En entrevista concedida a los esposos James y Edna Wilkie entre 1964 y 1965, Cosío Villegas declaró: “Acción Nacional, contra lo que pueda creerse, no cuenta con ciertos apoyos (…) digamos, típicamente, la Iglesia católica… La Iglesia católica nunca le ha dado un apoyo abierto, ostensible, a Acción Nacional. Y dudo mucho que se lo dé, aún callada o silenciosamente.”

4) “No hay “bloques”, no hay papeles aprendidos de antemano para recitarse aquí, no hay ni puede haber sombra de coacción intelectual o moral, y menos aún de otros géneros.” La principal motivación del partido fue ofrecer una plataforma de auténtica representación política. Para lograrlo, era (y sigue siendo) indispensable el libre florecimiento de ideas (incluyendo por supuesto las religiosas, área que abarca los “otros géneros”).

5) El 17 de octubre de 1953 apareció en el Diario Oficial de la Federación un decreto en el que se anunciaba que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular. En ese entonces, la Iglesia católica en México sugería que las mujeres se apegaran a la tradición y no participasen en asuntos políticos. Contrario a lo establecido por la Iglesia, el PAN postuló a Norma Villarreal de Zambrano, quien se convertió en la primera alcaldesa de México, en San Pedro Garza García (1967-1969).

6) Recientemente, la Iglesia ha convocado a sus feligreses a manifestarse en contra del matrimonio igualitario. En una entrevista que Adela Micha realizó a Margartia Zavala hace un par de meses, se le preguntó su posición en torno al tema. La pre-candidata presidencial contestó: “Mira Adela, la Suprema Corte de Justicia ya se pronunció al respecto y dice que es discriminatorio prohibirlo, por lo que mi opinión está de más”. El senador y ex presidente de la Mesa Directiva, Roberto Gil Zuarth se pronunció a favor.

Es de resaltar el que prevalezca la distinción entre las opiniones personales y los asuntos de gobierno, más aún cuando se trate de un tema relacionado a los intereses del clero, siempre teniendo en mente la expresa laicidad del Estado en la Constitución. Para fortalecer esta laicidad, también se expresa en la Constitución la prohibición de establecer partidos políticos de afiliación religiosa.

Por lo tanto, en México, ni el PAN ni cualquier otro partido puede ser portavoz del Vaticano.

[1] Manuel González Hinojosa, Manuel Gómez Morin, El Político, Testimonios de la muerte de Manuel Gómez Morin, Editorial Jus, 1973

[2] Javier Garciadiego, Religión y Política en la Fundación de Acción Nacional, Letras Libres, mayo 2012

[3] Enrique Krauze, Convergencias Maderistas, Letras Libres, mayo 2012

[4] Informe a la Asamblea Constituyente de Acción Nacional, Manuel Gómez Morin, Constructor de Instituciones, Compilación y estudio introductorio de Carlos Castillo Peraza, Fondo de Cultura Económica, 1994

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Diputados Independientes Plurinominales

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Junto con la propuesta para que el puesto de Procurador de Justicia esté sometido a elección popular y de separar al Auditor Superior del Ejecutivo Estatal, el Gobernador puso sobre la mesa una petición para que en este periodo ordinario de sesiones recién iniciado, el Congreso añada a su agenda el reformar las leyes electorales así como el reglamento interno del Congreso para contemplar la figura de los Diputados independientes plurinominales. En este último punto me concentraré.

Los plurinominales surgen a nivel federal en 1977, durante la presidencia de José López Portillo, a recomendación de Jesús Reyes Heroles. Su razón de ser fue otorgar representación política a una demandante minoría que había sido ignorada por largo tiempo.

Apenas 14 años antes, se introdujeron los diputados de partido. Todo estaba bajo control priísta. Con esta acción se tendió a una lenta pero necesaria apertura democrática. Y aunque los escaños otorgados por la vía plurinominal no eran suficientes para si quiera incidir en las votaciones, había comenzado un proceso hacia una representación más auténtica (donde el 99% de los diputados no eran del PRI).

Conforme se fue consolidando la democracia mexicana (quizá sería oportuno fijar el año 2000 como fecha), la fórmula plurinominal fue perdiendo sentido. No existía un partido de Estado que impusiese restricciones a otras vías de representación.

Al contrario, se crearon (en cantidad desmedida) partidos políticos y todos ellos recibieron financiamiento del erario. Por ejemplo, en la elección presidencial de 2000, contendieron 11 partidos: el PAN y el PVEM en alianza, el PRI, el Partido Democracia Social, Partido Centro Democrático, Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, PRD en coalición con el PT, Convergencia, Partido Alianza Social y el Partido de la Sociedad Nacionalista.

Seguían existiendo minorías, sólo que ahora tenían sus plataformas políticas para competir democráticamente. 40 años después de la instauración de los plurinominales, el panorama político ha cambiado en todo México. Ahora son una figura de sobre-representación, una carga para las arcas públicas y un contrasentido del ideal democrático. Contrasentido aún mayor es la propuesta de diputados independientes plurinominales.

Imaginemos el caso de 2 candidatos independientes que compiten por una diputación en el mismo distrito. A presenta una plataforma liberal, a favor del matrimonio igualitario, el derecho al aborto antes de las 12 semanas de gestación y la legalización de las drogas con fines recreativos. B presenta una ultra-conservadora, en contra de los derechos de los homosexuales y a favor de la penalización del aborto y del uso de drogas en todos los casos. Por definición, un candidato sin partido es independiente (económica e ideológicamente) de otros.

Supongamos que ambos obtienen muchos votos, pero A gana la elección. La brillante propuesta le otorgaría un escaño a B, agrupándolo con A en una misma bancada (la de los independientes). No sólo se violaría el principio de no-agrupación de los candidatos independientes, sino también el ideológico de A, ganador de la elección y que ahora tendrá que hacer equipo con un opositor.

Como resultado, se obtiene una desnaturalización de las candidaturas independientes, pues las asemeja a los partidos, que sí se componen de una convergencia de ideas.

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2018 ya empezó… (Parte 1)

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Desde hace varias semanas, en los medios nacionales ya es tema de especulación la sucesión presidencial, cobran cada día más fuerza e intriga. Los aspirantes tejen alianzas en lo oscuro, lanzan al público Asociaciones Civiles y desde ya también, acusan a sus potenciales rivales, en ocasiones inclusive, de su mismo partido.

El esbozo del panorama político rumbo a la elección del nuevo presidente o presidenta de la República es sin duda de interés.

Sin embargo, no se ha fijado atención en las simultáneas carreras por otros cargos públicos.

En Nuevo León así va el panorama:

Gubernatura

El Bronco, lejos de desistir de sus aspiraciones presidenciales, las ha reforzado. Cerrado a la posibilidad de formar un bloque entre los independientes, Jaime Rodríguez confía en que un golpe mediático nacional de la envergadura de encarcelar a su antecesor, le brindará la posibilidad de competir en la contienda, misma que hoy día se ve improbable.




Estando decidido de querer participar (independientemente de los resultados alcanzados en su corta administración o los indicadores de opinión), seguramente lo haría rodeado de su equipo.

Es aquí donde surge la posibilidad de que Fernando Elizondo vuelva a asumir de manera interina la gubernatura del Estado, pues en el hipotético escenario, encaja con la necesidad de que alguien se quede al mando (1) y que no tenga intención de participar en la campaña presidencial por no formar parte del círculo cercano al gobernador (2). El propio Elizondo ha declarado no estar dispuesto volver a participar en una campaña, menos presidencial (2/2).

San Pedro Garza García

Se rumora que el diputado local Samuel García se lanzaría por la alcaldía. Rumor fundamentado en la efervescente popularidad del legislador (1). Sin embargo, esta popularidad como premisa de una candidatura potencialmente exitosa es cuestionable, puesto que el impacto que ha tenido en redes sociales (principal fuente de su notoriedad) no tiene origen exclusivo en la población sanpetrina, sino en gran medida, en el resto del área metropolitana, que no está facultada para votarlo.

Recordemos que llegó al Congreso por representación proporcional, que si bien es notorio por tratarse de haberle hecho competencia al municipio bastión a nivel nacional del PAN, sigue demostrando la precaria permeabilidad institucional de un partido como Movimiento Ciudadano tanto entre la población (2) como entre la clase política de Garza García (3). (0/3)

Quien sí tiene estos elementos a su favor es Homero Niño de Rivera, actual Secretario de Ayuntamiento. Cuenta con el respaldo de la clase política, encabezada por el alcalde (1) y ha sido electo por mayoría relativa a la Diputación Federal de la circunscripción, lo cual implica aceptación entre la población (2), así como respaldo entre la dirigencia partidista a nivel federal (3).

Su mayor desafío para competir sería la dirigencia estatal y municipal (4), que en la pasada elección mostró molestia ante la tercera postulación de Mauricio Fernández al cargo. Personajes como Alberto Coronado o Álvaro Suárez podrían complicarle el camino al exigir una renovación de grupos. (3/4)

Monterrey

La capital del Estado es pretendida por José Arturo Salinas, coordinador de la bancada del PAN en el Congreso Local. Habiendo sido director jurídico del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, se puede asegurar un respaldo por parte de la dirigencia nacional (1). En la dirigencia estatal, encabezada por su amigo Mauro Guerra, tiene también apoyo (2).

También ha sido diputado federal, pero a diferencia del caso de Niño de Rivera, esto no implica necesariamente reconocimiento ante la población (3), pues Salinas fue plurinominal.

Su mejor carta a jugar en este escenario es distanciarse de Margarita Arellanes e impulsar el proceso en su contra para así deslindarse del estigma corrupto de las administraciones municipales panistas.

La única posibilidad de que Salinas no compita es que se sume a nivel directivo de la campaña presidencial del PAN, siendo más afín a Ricardo Anaya. (2/3)

La diputada “independiente” Karina Barrón también aspira a llegar al Palacio de Cristal. La disidente de Acción Nacional carece de estructura (1) que si quiera la pueda colocar como contendiente, no tiene apoyo popular (2) y no hay forma que sus novedosos zapatos de 17,000 pesos le ayuden a conseguirlo. Sumen nula preparación académica y política (3). (0/3)

Adrián de la Garza, el alcalde en funciones tendrá la posibilidad de reelegirse en miras a la siguiente elección a gobernador. Hasta la fecha ha hecho un trabajo discreto (1), pero acciones contundentes contra las irregularidades de la administración anterior (2) lo elevarían hasta las nubes en los índices de aprobación. (1/2)

No descartemos a Felipe Enríquez, el candidato que perdió las elecciones contra Margarita Arellanes hace cuatro años y que fue enviado por su padrino, el entonces presidente electo, a Uruguay como embajador justo después.

Ayer (miércoles 17) sostuvo un encuentro privado con Enrique Ochoa Reza, en un marco de restablecer relaciones entre la dirigencia nacional del PRI y los liderazgos locales. Llama la atención que se le haya contemplada como un liderazgo local, pues desde aquella lección se mantuvo en el anonimato. ¿De qué hablaron?

El próximo viernes: Senado, San Lázaro y Guadalupe. Hagan sus pronósticos.

Hasta entonces.

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Monterrey, 1984

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La administración de Adrián de la Garza será marcada por el mayor programa en la historia del municipio (tal como lo anuncia); la inversión aprobada de $722’611,572 pesos para recarpetear 3’165,000 metros cuadrados de vialidad.

Vialidades Regias podría quedar opacado tan sólo por un proceso penal exitoso contra los protagonistas de la administración anterior (siendo el encarcelamiento lo más llamativo, la prisión domiciliaria lo mas plausible, y el embargo de bienes lo más necesario).

Sin embargo, existe un tercer proyecto axial en la agenda. A principios del mes de julio, el alcalde declaró que inundará la ciudad con cámaras de video-vigilancia. Sorpresivamente sus palabras no tuvieron ni hasta la fecha han tenido repercusiones mediáticas, siendo un tema proclive a polémica particularmente por dos motivos.

Primeramente, porque las finanzas municipales no se encuentran en condiciones para emprender tal idea, lo que forzara como únicas opciones a realizarla el contratar aún más deuda (improbable dado que el Congreso ya se la ha rechazado una ocasión), o el utilizar un esquema de financiamiento de Asociación Pública Privada (cuya licitación sería interesante).

Aquí seguramente aparecería el cuestionado José de Jesús Ortuño, experimentado empresario de la materia que en la pasada administración de Mauricio Fernández colaboró en el fallido proyecto de San Pedro Net.

En segundo lugar, porque los programas gubernamentales de video-vigilancia masiva suelen ser recibidos como golpes totalitarios a la población, al puro estilo de la novela 1984 de George Orwell.

Aquí es donde quiero concentrarme: en una muy breve exposición de las marcadas diferencias entre un programa gubernamental de seguridad pública (el cual creo necesario para reducir los índices delictivos) y una distopía totalitaria.

Un gobierno totalitario es aquel que pretende controlar cada aspecto de la vida de las personas: cómo pasan su tiempo (inclusive en privado), con quién se asocian, lo que pueden decir, e inclusive lo que piensan y sienten.




Partiendo de esta definición, se muestra erróneo sugerir que la sola implementación de cámaras de video-vigilancia convierten al gobierno en totalitario, puesto que en el caso de Monterrey, éstas se instalarían en lugares públicos (plazas, avenidas, etc.) y no privados (hogares, escuelas, oficinas) con el propósito de monitorear la posible actividad delictiva (robos, asaltos, asesinatos), tipificada en códigos que han sido promulgados de manera democrática.

Por lo tanto, no se invade la vida privada de los individuos ni se les persigue injustificadamente.

Hay quien alude a un derecho a la privacidad, el cual no se violenta debido a que, nuevamente, la video-vigilancia está instalada en los espacios públicos (y es en los privados donde se ejerce este derecho) así como tampoco se transgrede porque no tiene como propósito el exhibicionismo.

Resulta también imposible incidir en los pensamientos y sentimientos de la población a través de la video-vigilancia debido a que hace falta el factor propaganda, que sí está presente en 1984.

De igual forma se encuentran ausentes de la realidad en comparación con la novela, la presencia de guerra, desabasto, la prohibición de reunión y los campos de labores forzadas.

El contraste entre una realidad hipotética y la ficción terminan arrojando nulas similitudes, pero muestran quizá un miedo infundado ante una nueva estrategia para combatir a la delincuencia.

Estaré a la espera de que el tema cobre fuerza.

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