Mientras los “Servidores de la Nación” trabajan de puerta en puerta, de llamada en llamada telefónica, para colocar en dos días 200 mil créditos a la palabra en las zonas urbanas del Estado de México, Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y Puebla, las autoridades de diferentes instancias de los tres niveles de gobierno, siguen alegremente con declaraciones contradictorias que no ayudan a entender cual es la verdadera situación de la pandemia en México.
Mientras la Secretaría de Salud y Asistencia Pública, estima que había 104 mil 562 casos positivos de Covid-19 en el País, hasta la semana 15 de la epidemia, es decir, del 5 al 11 de abril, (¿quien sabe porque hasta hoy sueltan una información vieja de 3 semanas?), la sub secretaria de la misma dependencia, la que está en manos del mago de las proyecciones, reporta que al día 3 de mayo, ayer, había 23,471 contagiados, de los cuales ya fallecieron 2,154.
El índice de mortalidad resulta bastante distinto según los números de contagiados. Lastima que el número reportado por la SSA resulta de extrapolación estadística y no de pruebas reales aplicadas para detectar los casos de contagio. Pruebas que fueron frenadas por la incapacidad de conseguir los reactivos necesarios, y cuando se había logrado conseguirlos, la autoridad federal la detuvo. ¿Porqué?
Mientras el Dr. López Gatell anuncia el pico de contagiados para el 6 de mayo, aquí en Nuevo León, el secretario de salud, Dr. Manuel de la O, lo pronostica para final del mes de mayo. ¿3 semanas de diferencia sobre qué bases? Y obviamente, pide que el confinamiento se extienda hasta esta fecha. ¿Habrá medido las consecuencias económicas de tal recomendación?
A nivel nacional, se incluyeron en las actividades esenciales la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el tren maya. Para esta obras, no se detiene la actividad. Imitando el ganso mayor, el alcalde de San Pedro Garza García, el independiente Miguel Treviño, está a punto de ordenar la reanudación de las obras públicas municipales, básicamente la terminación de los parques públicos.
¿Será que los albañiles y contratistas de la obra privada en el municipio no comen o no tienen también necesidad apremiante de regularizar su actividad y sus ingresos? Y, el secretario de salud de manifestar su rechazo, sin poder impedir la decisión del alcalde.
El Covid-19 está exhibiendo una muestra de las incongruencias de la administración pública. Incongruencias que no disminuirán el número de fatalidades de este difícil episodio histórico que vive el país, junto con el resto del planeta.