Esta última semana he leído infinidad de comentarios respecto a la salud del presidente en redes sociales. Buenos deseos de algunos, otros con rumores, incluso leí a quien le daría gusto ver que se le complicara la enfermedad, o incluso que perdiera la vida.
Me parece que pensar eso es lo más bajo que puede mostrar un ser humano. Se puede estar en desacuerdo con la gente, pero desearles el mal es hasta macabro. Tantita humanidad no les vendría mal.
Además, y es el tema que vamos a tocar hoy, me he dado cuenta que mucha gente no dimensiona la crisis que azotaría a México en caso de la falta total del presidente.
Tomemos en cuenta que, nos guste o no, nos gobierna un hombre con una inmensa popularidad, tal vez una nunca antes vista. Esa popularidad se traduce en una legitimidad que absolutamente nadie más en México tiene. Cualquier otra persona encabezando el Ejecutivo Federal en estos tiempos no tendría ni una pizca del respaldo con el que cuenta Andrés Manuel.
Eso es sólo lo primero. Según el artículo 84 constitucional, Olga Sánchez Cordero asumiría la titularidad del Ejecutivo, en lo que el Congreso de la Unión designe a quien vaya a terminar el sexenio en un lapso no mayor a sesenta días. ¿En serio creen que en Morena se puedan poner de acuerdo en sesenta días?
Regeneración Nacional, el partido en el poder, tiene mayoría en ambas cámaras. Tuvieron un ascenso meteórico y eso está causando muchas rupturas internas. Lo pueden ver claro y en alta definición con sus procesos para definir candidatas y candidatos, tanto a las gubernaturas como a las alcaldías y al Congreso. Designan a uno sin revelar la encuesta, el contrincante no acepta, renuncia y arma un escándalo. Con el que renuncia se van sus seguidores, porque en ese partido siguen a los personajes, no a la ideología. Si no pueden organizarse para elegir candidato en Tlaxcala, no hay razón para pensar que se podrán organizar para elegir presidente.
El partido oficialista tiene políticos de carrera y algunas figuras jóvenes notables, pero ninguno tiene la popularidad de la que goza el presidente. Y cabe resaltar que todos los servidores públicos electos de ese partido, son producto del efecto AMLO. A él le deben su cargo. López Obrador es el único pegamento que mantiene unida a esa institución.
En una ocasión escribí que Morena tiene ya los mismos problemas que tuvo el PRI setenta años después de su fundación, o aquellas diferencias que llevaron al PRD a ser lo que son hoy. Veríamos tribus impulsando a personajes como Delgado, Sheinbaum, Ebrard, Monreal, entre otros, sin olvidar que evidentemente la oposición también metería su mano impulsando a algunos posibles candidatos.
Definitivamente no habría consenso en poco tiempo, lo que nos llevaría a una crisis política que no podríamos soportar. El gabinete y los partidos estarían tan ocupados en la pelea por espacios que los realmente afectados serían las y los ciudadanos.
Esperemos que el Presidente López Obrador se recupere bien y se recupere pronto. Su estado de salud es tema de seguridad nacional. Pero también esperemos que con esto, modifique la estrategia claramente fallida del Gobierno de México para enfrentar a la pandemia. Estamos en un punto crítico y ya no hay espacio para errores.
¿Qué opinas al respecto?