“Nayarit es una evidencia de los buenos logros que hemos tenido en materia de seguridad”, fueron las palabras del presidente de México, Enrique Peña Nieto, durante un evento en aquella entidad. Ese 17 de febrero, aún no se sabía que unas semanas después el Fiscal de Nayarit sería arrestado por autoridades estadounidenses, por el delito de narcomenudeo y ser operador del Cártel Jalisco Nuevo Generación.
Los logros que presumía en esa entonces Peña Nieto, se debieron más que nada a una Pax Narca, es decir, un acuerdo entre el fiscal y uno de los cárteles, con el fin de que estos tuvieran el control absoluto de la plaza.
Tal y como lo decía el viernes de la semana pasada, el arresto del Édgar Veytia, ha puesto en jaque a figuras políticas a nivel nacional. Ahora también está levantando cuestionamientos sobre la relación que tenía el fiscal con el presidente de México y si este último sabía que Veytia, tenía nexos con el CJNG.
Desde agosto del año pasado, la Revista Proceso, había abordado los varios cuestionamientos y señalamientos en contra del Fiscal de Nayarit, por sus nexos con el narcotráfico. Desde ese entonces, también ya se hablaba sobre la protección que le daba al CJNG, por lo tanto, parece un tanto increíble que el presidente desconociera la oscura historia de Veytia y que, a pesar del mismo, tuvo la desfachatez de presumir los “logros” en materia de seguridad en el estado.
Por otro lado, el CJNG es el que mayor crecimiento ha tenido durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Durante la administración de Felipe Calderón, el cártel tenía presencia solamente en tres entidades, siendo estás: Colima, Jalisco y Nayarit. Hoy, según información de Narco Data, el cártel opera en ocho entidades más: San Luis Potosí, Veracruz, Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Guerrero, Estado de México, Michoacán y Morelos.
El CJNG se ha vuelto uno de los mayores rivales del Cártel de Sinaloa, mismo que hasta hace unos meses lideraba el afamado narcotraficante, Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”. Mismo que en enero de este año fue extraditado por el gobierno mexicano a los Estados Unidos. No por nada, nos debe de sorprender que la orden de arresto contra el Fiscal de Nayarit, haya vendió de la misma corte y misma fiscalía, que lleva el caso de Guzmán Loera.
Claramente, el arresto de Édgar Veytia, es una venganza por parte del narcotraficante sinaloense, en contra de uno de sus mayores rivales. Pero también, el arrestó puede llevar esto a un nivel mucho más alto, donde altos funcionarios de los gobiernos estatales y del gobierno mexicano, estén directamente ligados con el narcotráfico.
La pregunta importante que se le debe de hacer de cara Peña Nieto, es si sabía o desconocía los nexos de Édgar Veytia con el CJNG. Y de no saberlo, es una tacha muy grande en el historial de un presidente ya de por si golpeado políticamente.
______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”