#Kleroterion: “Todos podemos ser héroes: Quédate en Casa”

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Dicen que no salgas de casa, pero nadie te dice cómo le vas a hacer para alimentar a tu familia.

Dicen que es un invento del gobierno, pero ¿acaso los que han muerto por este virus también son inventos?

Hablan de números, cifras de contagiados, recuperados, muertos, pero nadie te dice: Tranquilo, guarda la calma. Todo va a estar bien.

Dicen, dicen, y dicen que te quedes en casa, que hagas ejercicio, que uses Netflix para entretenerte pero… ¿Cuántas personas pueden permitirse eso en nuestro país?

Todos hablan, opinan y sugieren hacer cosas… Pero quién les dice a los más pobres toma, ahí te va algo para comer.

A los que no tienen internet. Ni se la pasan en redes sociales.Los que no tienen miedo del desabasto, pues no tienen con qué abastecerse.

¿Que si estoy preocupado?


laro que sí. Pero no sólo por la epidemia, también por la polarización que nos impide darnos cuenta que de esta solo vamos a salir bien si trabajamos juntos. 

¿Que si tengo miedo?
Todos los días. Miedo a que enferme mi familia, mis amigos, miedo de que esta pandemia escale a magnitudes incontrolables.

Miedo a que enfermen todos y cualquiera. Porque este virus no conoce de estatus social, ni tampoco de género ni color de piel. Este virus no discrimina. Le puede dar al fifí y también al chairo,

Tengo miedo a que la imprudencia, el odio y la irresponsabilidad acaben con nuestro país. Con nuestro Nuevo León. Con nuestra gente.

Pero también hay que decirlo: TENGO ESPERANZA.

Porque  este virus nos ha demostrado que en este mundo sí existen los héroes.

Héroes que se están uniendo a combatir este virus.

Ellos no usan capa y ellas tampoco vuelan.

Están en los hospitales. Esos héroes son los enfermeros, doctores, doctoras y todo el personal de salud que lucha cada día por arrebatarle víctimas a este virus

Esos héroes están también en las calles vestidos de policías, de bomberos, de paramédicos, todos pendientes para cuidar de ti, de mi, de todos.

Héroes que están sus laboratorios construyendo ventiladores o cuidando de sus trabajadores asegurándose de que tengan lo necesario para que puedan quedarse en casa.

Tú también puedes ser un héroe.

Solo quédate en casa.

Hagamos una pandemia que contagie al mundo de buenas acciones.

Vamos a salir adelante.

Y todo va a estar bien.

Urge un Jefe de Estado

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En forma por demás simbólica, dentro de un Palacio Nacional vacío y desalmado (¿qué guionista puede haberle sugerido un escenario tan desesperante y pesimista, un hombre pequeño y solito en medio de este Palacio silencioso?), AMLO demostró que pretende seguir manejando el país, él solito, pero no logró demostrar ser capaz de alcanzar la estatura de Jefe de Estado. Le quedó muy grande el Palacio Nacional. 

A México, le urge un Jefe de Estado que pueda ocupar el Palacio Nacional. Creí que había regresado Luis Echeverría con sus informes somníferos, y mientras esperaba el mensaje de un presidente de la República, me dormí de aburrición; el mensaje del Jefe del Estado nunca llegó. 

México tiene un problema serio. Diez segundos para evocar el “compromiso” de los empresarios de mantener empleos, cero segundos para enumerar los apoyos que se les ofrecerá. Está clara la intención hostil contra los empresarios, en particular los pequeños y medianos. Mientras se alarga la lista de negocios no esenciales, mientras se materializan las amenazas de cierre forzado de negocios por parte del Estado de Nuevo León, se acerca a toda velocidad el choque frontal de una población sin ingresos y de un levantamiento social peligrosísimo. 

Eliminar aguinaldos (violatorio de la ley laboral) no creará los 2 millones de empleos que surgirán de la nada. ¿Serán para los meseros que protestaban fuera de Palacio durante el discurso y cuyos gritos se alcanzaron a oír? Empieza Semana Santa, tiempo sagrado para los mexicanos. Aminorarán los reclamos hacía la autoridad y las protestas de los desempleados. Pero no se resolverán los problemas ni por “milagros por decreto” cómo lo sugirió Salvador Benítez en su editorial dominical. 

Tantas especulaciones acerca de una reconformación del gabinete quedaron suspendidas en el aire. ¿Se harán en Semana Santa? El Presidente no puede seguir trabajando con un equipo financiero que discrepa tanto de sus posturas. 

Tendrán que venir las rupturas. Demorarlas, no las hará menos visibles, ni menos dolorosas. ¿Se atreverá a ir a su rancho de “La Chingada” para el descanso de Pascua sin haber tomada las decisiones necesarias? ¿O preferirá anunciarlas desde “allá”? ¡Seguimos con símbolos!

#ContraPortada: “Como anillo al dedo”

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La pandemia del Covid-19 ha venido a conmocionar la forma en que percibimos el mundo, más de un millón de casos confirmados y la factura de muertes se cuentan en miles. Los daños a la salud pública son catastróficos, el caos se respira tanto en el primer mundo como en sus realidades opuestas; lo único cierto es que después de esta pandemia la vida ya no será como antes.

México no es la excepción y en poco más de un mes la pandemia se cuenta a razón de 1, 510 casos confirmados y más de 50 muertes. Mención aparte para los severos daños a la economía nacional que causará el paro de miles de PYMEs en el país, esquemas empresariales que contemplan el 56% de la economía nacional y que albergan millones de empleos para mexicanos que viven al día.

Los especialistas más optimistas señalan que los empleos perdidos serán contados en millones, las PYMEs cerradas en decenas de miles y apuntan incluso a una recesión económica, panorama oscuro en un país que no se distingue por la prevención y, francamente, donde la reacción suele quedar corta.

En medio de todo lo anterior, el presidente de México tuvo la osadía de mencionar en su mañanera que la situación le venía “como anillo al dedo” y que esto representaba el escenario ideal para demostrar que la 4T y sus cambios de fondo van en serio.

¿A quién en su sano juicio “le viene bien” una emergencia con estas consecuencias? A Andrés Manuel López Obrador, solamente a él. Un presidente que ha quedado muy ‘chiquito’ en medio de un problema tan grande, escondido-como no suele verse- detrás de los técnicos y científicos que sí tiene en su equipo pero que rara vez escucha.

Un presidente que le ha hecho un monumento a la ignorancia, siendo el primero en estropear las precauciones que su propio Sub-Secretario de Salud anuncia con rigor todos los días.

Las situaciones son innumerables: el restaurante en Oaxaca, la visita a Badiraguato y el saludo a la mamá del “Chapo”, los tumultos en los aeropuertos y sus giras que no paran, en un país que ciertamente tampoco lo ha hecho. 

¿Terquedad? ¿Un llamado a la calma? ¿Ignorancia senil? Muchos posibles caminos, pocas respuestas.

La pandemia aún tiene consecuencias graves por dejar en México, y en medio de la posible renuncia de Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el panorama para el mandamás de la 4T podría caerle “como anillo al dedo”… pero para perder escaños y poder en las elecciones intermedias del próximo año, que dicho sea de paso, no le caería mal a un país que se olvidó de la importancia de los contrapesos en sus 3 poderes, distintos colores y una corona más pequeña para el rey.

El país más bonito del mundo

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El país más bonito del mundo, aquel que tiene grandes riquezas, personas generosas y ricas tradiciones. El que sus paisajes te dejan sin aliento y su gastronomía te atrapa hasta rayar en la gula.

Además de tantos regalos que muestra a todo aquel que se digne a mirar, este es el lugar más feliz del planeta, no existe esquina en el que no se escuche la carcajada de un niño, familias riendo después de un chiste que solo el que nace en este lugar lo entiende, parejas agarradas de la mano y jóvenes de fiesta sin motivo aparente.

En medio de todas sus bondades, también están sus defectos. Este gran país alberga 52.4 millones de personas en situación de pobreza, miles y miles de individuos, que no tienen el recurso para desarrollarse plenamente. 61 mil 637 personas desaparecieron tan solo el año anterior, 10 mujeres son asesinadas al día por el simple hecho de ser mujer. Una sociedad casi rota, que sufre de desigualdades, desgracias, una violencia latente y gobernantes que parecen burlarse de sus gobernados, quienes lo único que piden, es que actúen.

Estas personas se olvidan de algo muy importante, que juntos pueden lograr grandes cosas y combatir esos infortunios que no permiten ver la belleza a su alrededor. Ejemplos son muchos, el extraordinario apoyo brindado a las víctimas de un sismo que ocurrió años atrás, organizaciones sin fines de lucro luchando contra la violencia de género, instancias que asisten a personas con discapacidad, migrantes y a individuos en distintas situaciones de vulnerabilidad. Inclusive, el ayudar a un extraño a cargar las bolsas del mercado y brindar comida en tiempos de pandemia, son acciones que vuelven a un sitio con grandes problemas, un lugar lleno esperanza.

La fuerza de esta sociedad organizada es infinita y cada uno de sus miembros, no debe olvidar el poder que tiene para cambiar las cosas y que hasta en tiempos de desgracia, el sol puede brillar….. en el país más bonito del mundo.

La autorregulación del mercado en tiempos de pandemia

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El COVID-19 y su consecuente efecto en la economía, han orillado a los Estados a tomar acción para responder a las necesidades de su población, puesto que el mercado se ha demostrado incapaz de regularse en esta crisis.

Incluso los países que de manera histórica se han visto en pro de que el mercado decida el futuro de su economía, han estimulado la intervención del Estado por medio de “mecanismos de rescate” para la población que ve su ingreso mermado por el estancamiento económico, consecuencia del COVID-19. En el transcurso de las últimas semanas, se han mostrado acciones del gobierno estadounidense (el Estado de mayor explícito apoyo a la autorregulación del mercado) con el objetivo de dotar a sus ciudadanos con servicios de acceso a la salud, y a bienes básicos como alimentación y servicios públicos en estos tiempos de crisis. El pasado 27 de marzo, el presidente Donald Trump firmó el “Coronavirus Bill” donde se compromete a entregar $1,200 dólares a millones de americanos; de la misma manera, ha invertido en buscar que los hospitales atiendan a pacientes que no cuentan con seguro de gastos médicos mayores, y se compromete a reembolsar los gastos efectuados por el mismo hospital. Es así que en vista de la necesidad de recursos para manutención diaria, así como de espacios en hospitales, se demuestra el valor de la capacidad gubernamental para proveer a sus ciudadanos, sin que cada simple servicio sea “ganado” por el trabajo intensivo de su ciudadanía. 

En cada país, se viven situaciones y niveles de desarrollo diversos; no obstante, la situación sanitaria actual impacta a cualquier ser humano y no discrimina con base en la cuenta bancaria de los pacientes infectados. De esta manera, al verse afectado el planeta entero por la posibilidad de contagio por coronavirus y la obligación ciudadana de mantenerse en resguardo, se perciben las necesidades humanas a flor de piel y sin dejar lugar para debatir respecto a modelos económicos. La vieja argumentación basada en medio siglo XX, de que el acceso gratuito a bienes básicos se acusa de socialismo, y que no es compatible con los principios de “grandes economías”, como las de Norteamérica o Europa Occidental, se vuelve obsoleta e incluso absurda. Al vernos en medio de una crisis de salud, donde lo que se espera es la supervivencia, el Estado se vuelve la autoridad capaz de procurar el bienestar poblacional a pesar de que esto implique una inversión importante que no se han visto dispuestos a realizar en el pasado. 

De esta manera, la realidad que se vive con el COVID-19 ha forzado a los gobiernos de gigantes capitalistas, a “meter mano” en la búsqueda del bienestar y, sin buscarlo así, a contradecirse con su propia crítica hacia la intervención del Estado. En tiempos de crisis, el mercado no puede autorregularse sin afectar la dignidad de las personas, pero está en la autoridad, permitir que esa dignidad se vea violentada, o no. 

#EspacioPúblico: “Susana Distancia no viaja en camión”

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Mantener la distancia y evitar el contacto físico. Así de sencillas son las recomendaciones internacionales para reducir la propagación del coronavirus. Acciones básicas y sencillas de entender, pero en ocasiones parecen difíciles de ejecutar. 

En México, para hacer mas sencilla la comprensión de estas nuevas reglas básicas de convivencia en tiempos de pandemia, se creo el personaje de Susana Distancia. Una especie de super heroína que representa a cualquier persona responsable.  Al extender sus brazos de forma lateral, nuestra heroína hecha en México logra una distancia adecuada con otras personas para evitar el contagio. 

Gracias a Susana Distancia se han realizado marcas en el piso de las filas de los supermercados, tiendas de conveniencia, bancos, y otros negocios para mantener una separación entre las personas y lograr evitar posibles contactos con personas contagiadas, muchas de ellas sin saber que lo están. 

Pero Susana pierde sus poderes al momento de subir al transporte público del área metropolitana de Monterrey. 

Las rutas urbanas, la Ecovía y el Metro de la ciudad lucen a diario con unidades llenas, con gente amontonada sin respetar espacios sugeridos y las estaciones muestran filas enormes de personas sin aplicar distancia para tomar las unidades, en especial en horas pico. 

El problema no es sencillo. Por un lado, tenemos una considerable población a la que le es imposible dejar de laborar y quedarse en casa porque depende de lo que generan diariamente con sus trabajos, muchos de ellos informales que no cuentan con ningún patrón ni seguro social que responda por ellas y ellos. Para este segmento está primero obtener el recurso que les dará de comer que cualquier otra cosa.

Por otro lado, tenemos un transporte que poco tiene de público y mucho de intereses privados que no es capaz de abordar una emergencia de salud con las acciones adecuadas para mantener la integridad de sus usuarios y se limita a seguir dando el servicio sabiendo que puede tener consecuencias fatales, pero buscando la forma de no llegar a la quiebra financiera. Se le ha cuestionado a autoridades y transportistas sobre las acciones ejercidas para evitar una propagación de contagios y básicamente no hay respuestas ni alternativas. 

Por un tercer flanco hay un gobierno rebasado que invita a la población a quedarse en casa sin dar alternativas a las personas más necesitadas que les es imposible mantener el aislamiento por motivos de sobrevivencia.  Llevar despensas y kits de entretenimiento son más acciones de foto que de prevención de salud. 

Y para cerrar el cuadrado perfecto del contagio está un sistema de salud estatal con autoridad limitada a recomendar y no a dar solución a los latentes focos de transmisión masiva del virus.  En otros países los responsables de salud limitaron el transporte público a solo personas sentadas dentro de las unidades, no tener contacto con conductores y no reducir las frecuencias; aquí se ha visto poco o nada de cambios. 

Estamos ante una situación nunca vista y se ha tenido que improvisar en muchos aspectos de nuestra vida. En ocasiones ha costado trabajo por significar cambios en nuestro estilo de vida.  Para otras personas hacer cambios significa la vida y necesitan la ayuda del gobierno para poder estar seguros. 

Esperemos que se empiecen a tomar acciones urgentes para mitigar los riesgos de contagio en el transporte antes que se propague en sectores vulnerables que será difícil controlar. 

Susana Distancia lucha adentro del transporte público pero sus poderes se pierden cada vez que alguien la empuja, la avienta y le baja los brazos para quedar atrapada entre la gente.  Mejor baja del transporte y se enfoca en los lugares que la ven con respeto.  Necesita la ayuda de Memo Evo Seguro como aliado en el transporte. Pero aún no sabemos dónde está.

Federalismo y COVID-19

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La complicada situación del Coronavirus en todo el país, ha forzado que el gobierno federal tome medidas a través del Consejo General de Salubridad. Este órgano está previsto en la Ley General de Salud, como la autoridad sanitaria que “define prioridades, la expedición de acuerdos y la formulación de opiniones al Poder Ejecutivo Federal, para fortalecer la rectoría y la articulación del Sistema Nacional de Salud” y todas sus disposiciones son obligatorias para las autoridades administrativas del país, en términos de los artículos 73 fracción XVI, Base 1a de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 4to fracción III de la Ley General de Salud. Toda la estrategia nacional la ha dictado el Consejo a través de los Acuerdos que se han publicado en el Diario Oficial de la Federación desde el 23 de marzo, ello para poder darle validez jurídica a todas las medidas institucionales de combate y mitigación del COVID-19. Desde mi perspectiva, el Gobierno Federal ha mantenido un control positivo de la situación desde el aspecto de salud, sin embargo, existen deficiencias y vacíos jurídicos que han dado pie a diversas acciones desde gobiernos estatales (y lamentablemente también municipales), en donde se atribuyen facultades que no tienen, realizando acciones preocupantes, vulnerando así la constitución y diversos derechos humanos. Este escenario genera un desorden institucional dejando en clara evidencia una nula coordinación entre la federación y las entidades federativas sobre la pandemia. 

Este actuar por parte de gobernadores, es parte de ese frágil federalismo en México, establecido en el artículo 40 constitucional. Para aquella persona ajena al término, federalismo  significa un “arreglo político institucional basado en la distribución funcional y territorial del poder entre un ámbito central o ámbitos locales (estados, provincias o territorios) independientes o federados, los cuales participan de un pacto que se sustenta en la Constitución” (Olamendi, 2000). De una manera sencilla, el federalismo nos permite un mayor control y orden sobre todo el ejercicio público, como decía Alexis de Tocqueville “el federalismo implica la unión de estados soberanos que, en conjunto, integren el gran cuerpo de la unión”. Ello ha implicado diversos retos en México, ya que presume un mayor control al ejercicio del poder, y un “arbitraje de la fuerza” (Vázquez Pando, 1996). En lo que llevamos de contingencia y medidas extraordinarias, el Consejo General de Salubridad ha actuado de manera eficiente desde una visión centralizada del fenómeno, sin embargo, ese ha sido su error constante. En el desarrollo de estos hechos, se ha obviado la participación de los gobierno estatales o su papel durante la emergencia, haciendo que ante este vacío de participación las entidades federativas reaccionen, en muchas ocasiones, violentando de manera flagrante la constitución. De lo anterior, tenemos a estados como Yucatán, Sonora, Nuevo León, Jalisco, Hidalgo, Coahuila, Baja California Sur  y Tamaulipas, entre otros, que han aprobado medidas que violan el derecho a libre tránsito, seguridad jurídica, libertad, a la salud, y atribuciones de índole federal, entre otros. También resulta sumamente peligroso el camino que diversos municipios están tomando, como cerrando municipios enteros como en el caso de Yucatán, e incluso impiden el acceso a personas no originarias de su comunidad. Los gobierno estatales y municipales, deben apegarse al art. 13 de la Ley General de Salud, el cual nos define las competencias entre la federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, y que de igual manera dicta que la autoridad máxima en estas situaciones es la Secretaría de Salud Federal. Todo este panorama delicado, podría generar un conflicto grave de gobernabilidad y falta de certeza en las políticas de emergencia, pudiendo contrarrestar todos los esfuerzos institucionales de mitigación del virus, vulnerando de manera sistemática derechos humanos. Una emergencia de esta naturaleza no debe dar entrada a vulneración de la constitución y los ordenamientos jurídicos, ya que al hacerlo, se abre una puerta muy peligrosa que terminaría por destruir un Estado de Derecho que sigue en constante construcción. 

Las autoridades federales, y en especifico, el Consejo General de Salubridad, debe construir un protocolo o lineamientos básicos que deben seguir los gobierno estatales y municipales, es urgente una política integral en donde se oriente e de linea a las figuras locales dentro de la ecuación contra el COVID-19. Es claro que el punto más débil de las políticas sanitarias de emergencia, son justamente las entidades federativas, que parafraseando a M. Cejudo y Gómez Álvarez, “los gobiernos (locales) han actuado en las últimas semanas sin entenderse como parte de una estrategia integral, sino como respuestas específicas a diversos estímulos: la presión ciudadana o mediática, la oportunidad política y, en algunos casos, la falta de conocimiento científico”. En ningún momento se trata de una centralización absoluta, sino de un respeto de esferas de actuación constitucional y administrativa, entender la dinámica de reparto de tareas. Ahora más que nunca, necesitamos medidas homologadas y una coordinación entre la administración pública federal y  las estatales. La precisión de las políticas públicas y la respuesta eficaz son pilares fundamentales dentro del combate al virus, sin embargo, la federación debe evitar a toda costa un vacío de autoridad debido a la falta de claridad de las medidas en las esferas estatales, y las “autoridades tienen a su disposición un cúmulo de herramientas con márgenes de flexibilidad”(Tortolero, 2020) que permiten un respeto a nuestro orden jurídico nacional. No podemos argumentar que una situación compleja como la actual, sea motivo para iniciar una serie de acciones sin fundamento jurídico básico, al contrario, podemos utilizar al COVID-19 como una oportunidad de mejorar, afinar y reconstruir un federalismo endeble y difuso en situaciones de emergencia. Estos son tiempos de dejar las popularidades políticas a un lado, y tener el cuidado de la salud como un máximo institucional con total apego a los cánones constitucionales. Como bien dijo el Dr. Hugo López Gatell: “De lograr una disminución en los casos del virus, no será un logro del Gobierno de México, será un logro del pueblo mexicano”. 

Comunicación, COVID y América Latina

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En todo el mundo, los líderes políticos han tenido que prepararse para comunicar en estos tiempos de crisis y algunos han tenido más éxito que otros. Mensajes emblemáticos como los de Macron y Trudeau han hecho eco a nivel mundial, pero no todos han tenido la misma suerte, como lo es el caso de Boris Johnson o el de Donald Trump. En América Latina, los líderes también se enfrentan al reto. Dentro de todos los casos, podría decirse que existen tres que son muy paradigmáticos: Bukele, AMLO y Bolsonaro.

Bukele, el outsider que vino a romper la política de El Savador, fue tendencia en redes por el video donde anuncia las de suspensión de pagos de servicios básicos. Es importante notar que lo hace mirando a mirando a cámara y asumiendo de manera contundente el rol de la autoridad. En un país que en 2015 se situaba entre el top 10 a nivel mundial en la escala de mayor impunidad, se entiende perfectamente que discursos donde un hombre amaga con él personalmente encarcelar a cualquiera que toque los recursos, se aplaudan.

Aunque el video es un éxito comunicativo y la estrategia del miedo siempre es muy útil, al presidente no le interesa que su imagen a nivel mundial sea la de un dictador. ¿Cómo contrarrestarla? Sencillo: haciendo uso de su faceta como joven y suavizando su imagen a través de una entrevista vía Instagram Live con Residente, el artista emblema del antiimperialismo y voz en contra del neocolonialismo estadounidense.

Continuando con los casos, ahora viene le turno de México. En este caso, lo que acontece es la mala implementación de una buena estrategia. En tiempos de crisis siempre es recomendable que los expertos sean quienes comuniquen, pues se entiende que la legitimidad de la información que presentan viene desde el ámbito científico (y no hay nada más preciso que eso). La mala implementación está, para mala fortuna del propio presidente, en él mismo.

Primero, al intentar minimizar los potenciales efectos de la crisis. Ante un escenario global de alerta, las declaraciones que iban en dirección contraria a esta instrucción trascendieron más que nunca: México era visto como el único país que tomaba a la ligera la crisis (a pesar de que los hay otros peores, como más delante abordaré).

En segunda instancia, porque AMLO es político sobreexpuesto, con gusto por los reflectores y que siempre echa mano de su liderazgo carismático para responder ante cuestionamientos. Después de llevar meses consecutivos siendo el protagonista de las portadas, estaba claro que buscaría mantenerse como el protagonista. Esto fue evidente el día que, ante un juicio directo que Obrador, la contestación del ahora afamado epidemiólogo López-Gatell fue un nervioso “más o menos”; respuesta nociva en tiempos de crisis.

No obstante, una vez la crisis se agravó, fue curioso ver que el discurso cambió, pero el principal portavoz de este mensaje no fue el presidente, sino el Subsecretario. Esto, aunque el tiempo se encargará de determinarlo, seguramente le traerá buenos réditos a largo plazo a la 4T. Pasamos del “síganse abrazando” al decreto de alerta durante todo abril. Bien por corregir la plana.

Finalmente se encuentra el modelo “Bolsonaro”: renuente, agresivo, combativo, incrédulo y egocéntrico. Los medios brasileños no paran de hacerle críticas. Su figura encarna al populismo de derecha en América Latina. Mientras el conteo no sea significativo, lo más seguro es que se mantenga así.De aumentar, muy seguramente la actitud del presidente tendrá que virar tal como sucedió en EEUU con Trump donde, lejos de admitir que hubo un mal manejo de la crisis, buscará que el culpable sea alguien ajeno al pueblo brasileño.

No debería descartarse que se replicara la frase del estilo del “virus chino” acuñada por Trump para referirse al “coronavirus”. Además, este mal manejo tampoco es nuevo en él: basta con recordar la mala gestión durante la crisis del Amazonas para entender que muy difícilmente cambiará el método.

Sea lo que sea, lo más importante es entender que cuando la gente está expectante de lo que el líder va a decir, el mensaje debe transmitir seguridad, confianza y esperanza.

Apoyo, Solidaridad y NO Mezquindad

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El 10 de marzo de 2020, la Cámara de Diputados aprobó por mayoría de dos terceras partes la iniciativa presentada por el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador por la que se reforma el artículo 4º Constitucional, en materia de bienestar, votando únicamente en contra el grupo parlamentario del PAN, la cual el 24 de marzo fue aprobada casi por unanimidad en la Cámara de Diputados.

Aunque aún esta pendiente su publicación en el Diario Oficial de la Federación, esta reforma además de tutelar los servicios de salud para las personas que no cuentan con seguridad social, viene a consagrar en la parte dogmática de nuestra Constitución los apoyos económicos para personas con discapacidad permanente, pensiones no contributivas para adultos mayores y un sistema de becas para estudiantes. 

Situación, que indubitablemente servirá para cerrar la brecha de desigualdad en el País y ayudará a garantizar el cumplimiento de otros derechos humanos, a saber, alimentación, vivienda, educación, salud, seguridad social, trabajo, etc.

Prácticamente, la reforma se trata de una protección reforzada por parte del Estado a personas que por cuestiones de edad o estado físico se encuentran en una situación de vulnerabilidad.

Así, estimo que despojándonos de toda ideología política, olvidando de quién viene la iniciativa, quién voto a favor, quién en contra, etc. y aunque suene a perogrullada debemos afirmar y calificar que si bien aún queda mucho por hacer, reformas como esta nos acercan cada vez más a un verdadero Estado de Bienestar.

Máxime, que pocos podrían estar en desacuerdo con temas como el que hoy nos ocupa, pues como personas y mexicanos sabemos que nuestros adultos mayores y quienes tienen alguna discapacidad requieren apoyo y solidaridad.

No es óbice, el falaz y criminal argumento de que se trata de clientelismo político; pues como bien lo sostuvo el Senador José Alejandro Peña Villa “los programas sociales ya no serán dádivas y no se entregarán como favores a cambio de votos”.

Lo anterior, pues al integrarse al texto constitucional los referidos apoyos económicos se convirtieron en derechos que pueden ser exigibles por el ciudadano, por lo cual en lo sucesivo dejarán de ser partidas graciosas y discrecionales con las que el gobernante en turno pretenda obtener un indebido beneficio electoral y que tanto daño han hecho a la democracia mexicana.

En consecuencia, hoy el Estado Mexicano se encuentra obligado a garantizar la entrega de los citados apoyos económicos a la población vulnerable (adultos mayores y personas con discapacidad). 

Debiendo precisar, que si bien principalmente le corresponde al Gobierno federal la tarea de materializar el acceso a este derecho, las Entidades federativas y los Municipios en términos de lo dispuesto por el artículo 1º Constitucional tienen la obligación de promover, respetar, proteger, garantizar y evidentemente no obstruir su entrega, pues al estar previsto en la parte dogmática de la Constitución los apoyos económicos y pensiones no contributivas hoy constituyen un derecho fundamental.

Por lo cual, resulta inconcuso que los Estados y Municipios tendrán que abstenerse de las hoy recurrentes prácticas revanchistas en contra de la entrega de los programas sociales.

Por último, quiero insistir nuestros adultos mayores y quienes tienen alguna discapacidad requieren apoyo, solidaridad y sobre todo no mezquindad.

#ElNidoDelGavilán: “Oposiciones en tiempos de coronavirus”

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Este lunes, el canciller Marcelo Ebrard leyó el decreto del Presidente el cual sostenía la declaración de Emergencia Sanitaria por causa de fuerza mayor. Mientras eso sucedía, en el twitter, aun se discutía que “el expresidente” estaba promoviendo una fake news sobre la visita de AMLO a Badiraguato y su encuentro con la madre del Chapo. Posterior al anuncio de Ebrard y la plana mayor que le acompañó, algunos líderes de opinión de Twitter renegaban de que no se decretó un Toque de Queda o un Estado de Excepción, estos petit fascistas reclamaban una falta de carácter desde el gobierno.

Hay que decirlo, es verdaderamente lamentable que la oposición esté perdiendo el tiempo en medio de una crisis tan grave. Además, de lo anterior, tenemos el caso de Alfaro, gobernador de Jalisco, haciendo el ridículo con las pruebas que nunca llegaron y por otro, Samuel García, el hombre que ha acusado al gobierno de todo, extrañamente se casa en medio de la pandemia importándole poco los llamados a permanecer en el hogar y retando a las autoridades con su comportamiento.

Ahora con 3 gobernadores infectados, es el mejor momento para coordinar estrategias entre estados y federación y lograr un manejo adecuado de lo que está por venir en la epidemia. El mejor consejo para la oposición es que descansen y permanezcan en casa, y siempre recuerden amiguitxs: “Cuando tomen, no twitteen”. 

Lo dicho, dicho está.