CNTE: Enemigo Público

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El miércoles pasado hubo otra marcha de maestros en el centro de Monterrey. Cerca de las 18:00 las calles aledañas a la macroplaza fueron cerradas y cientos de policías fueron desplegados para mantener el orden público. Naturalmente el caos vial se acrecentó en cuestión de minutos y el enojo de los automovilistas hizo lo propio.

Al escuchar sobre estas movilizaciones apurado salí de la oficina (ubicada en el centro) para asistir a mis clases de maestría y por unos cuantos minutos estuve cerca de quedar atrapado entre las calles del centro y en consecuencia faltar a clases.

Afortunadamente lo logré. Pero qué ironía que por culpa de los bloqueos y manifestaciones de los “maestros” no iba a poder llegar a la universidad, ¿no?

Es tiempo de usar la fuerza pública sin inhibiciones ni remordimientos. Cuando el diálogo no es suficiente, cuando no se entienden razones, cuando el inconforme adopta una actitud violenta y salvaje para expresar o defender sus ideas, el siguiente paso para poder garantizar el bien general de la población es la fuerza pública. Estas personas deben ser tratadas como los criminales que son.

No podemos seguir permitiendo que gente como ésta violente nuestro entorno. Para los pseudo activistas que su argumento contra lo anterior será que “el gobierno opresor violenta nuestro derecho de manifestarnos, el ejército reprime al pueblo con violencia” y un largo etcétera de posiciones sofistas, deben saber que los enfrentamientos entre Gobierno y CNTE no se han dado por el simple hecho de ser maestros, como muchos ilusos argumentan.

Las pugnas se dan porque estos “educadores” han violentado, incendiado, bloqueado, golpeado. Su derecho de manifestarse acaba cuando transgreden el derecho de la educación, del circular sin bloqueos, del disfrutar un país sin violencia.

La fuerza pública actúa y actuará cuando los “manifestantes” dan razones para hacerlo. Cuando se trata de plantones con violencia y la afectación de miles de personas ajenas al problema, por supuesto que el ejército y la policía tendrán que actuar con violencia. El hecho de ser ciudadano no te exime del cumplimiento de la ley.

¿Dónde está el derecho de los niños de asistir a la escuela? ¿Dónde quedan los padres de familia que quieren educación de calidad para sus hijos? ¿Por qué tenemos que soportar bloqueos y violencia que afectan nuestra vida diaria? ¿Qué pasa con los miles de personas que no pueden llegar al aeropuerto, al hospital o a su oficina por culpa de los manifestantes?

El pasado conflicto en Oaxaca dejó pérdidas de $150 millones de pesos (mdp) para el sector hotelero y $28 mdp para el restaurantero, de acuerdo al Gobierno de Oaxaca. Conforme a la Asociación Guatemalteca de Exportadores, los bloqueos carreteros que impiden la llegada de productos de países centroamericanos a Oaxaca y otros estados del sur han generado pérdidas de $10 millones de dólares (mdd).

La Cámara de Comercio Servicios y Turismo de la CDMX reportó la afectación a 2,833 comercios y pérdidas de $35 mdp diarios. En Michoacán el Consejo Económico y Social de ese estado cuantifica en $680 mdp la merma durante el primer semestre de este año. ¿Por qué nuestra economía tiene que soportar esto?

Además, en los últimos tres años de inconformidades de la CNTE los estragos han sido numerosos bloqueos al aeropuerto de la CDMX, en detrimento de las miles de personas que viajan por placer o negocios; un plantón de cinco meses en el zócalo capitalino, afectando el turismo y el comercio de esa zona; incendio a las oficinas del PRI en Chilpancingo y una del INE en Oaxaca, amenazando vidas y pérdidas de infraestructura.

El diálogo terminó. Se debe tratar a quien atente contra la nación con todo el peso de la ley y la fuerza del Estado mexicano.

Si es necesario recurrir a la violencia para asegurar la seguridad y derecho de los millones de ciudadanos afectados por estos haraganes así tendrá que ser. CNTE, su teatro se ha terminado, nuestra policía y ejército debe acabar con quien siga alentando estas actitudes retrógradas. Gobierno Federal, es tiempo de utilizar sin pudor alguno la competencia de la fuerza pública.

El avance y transformación de México está en el aula de clases para las futuras generaciones, no en los pretextos para no impartir la educación.

http://expansion.mx/empresas/2016/07/07/bloqueos-en-oaxaca-provocan-perdidas-millonarias-a-exportadores-centroamericanos

http://expansion.mx/economia/2016/07/05/las-protestas-de-la-cnte-han-dejado-perdidas-de-680-mdp-en-morelia

http://expansion.mx/nacional/2016/07/06/maestros-contrarios-a-la-reforma-educativa-protestaran-en-la-cdmx

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Cinco años de Lucha: Reforma Constitucional de Derechos Humanos

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El pasado 10 de junio se cumplieron cinco años de la publicación de la reforma constitucional de derechos humanos. Se trata de una de las reformas constitucionales más importantes de la historia y pudiera llegar a ser la más importante, aunque eso depende de que realmente se lleve a la práctica.

La importancia de la reforma radica no sólo en sus contenidos, sino en que por primera vez, quizá desde la propia expedición de la Constitución en 1917, se plantea una reforma estructural al catálogo de derechos humanos. Hasta antes de la del 2011, las reformas de derechos humanos se caracterizaban por ser adiciones puntuales para incorporar o reglamentar uno o varios derechos, en forma aislada y a veces inconsistente.

La reforma de 2011, en cambio, intenta estructurar en un sistema coherente y funcional, los múltiples derechos ya reconocidos. Lo hace a través de poner en el mismo nivel a los que reconocen la Constitución y los tratados internacionales. Pero también estableciendo principios que obligan a las autoridades a interpretar los derechos en forma coherente, considerando su interdependencia y garantizando la mayor protección.

Sin embargo, reformar la Constitución no implica automáticamente cambiar la realidad. A cinco años de la reforma la realidad de los derechos humanos en México ha continuado deteriorándose. La desaparición de los estudiantes en Ayotzinapa, las ejecuciones en Tlatlaya, las masacres de los penales de Cadereyta y el Topo Chico y del Casino Royale en Nuevo León, son sólo algunos ejemplos de hechos atroces de violación a derechos humanos ocurridos bajo la vigencia de la reforma.

A ello habría que sumar la situación de amenaza constante en la que periodistas y defensores de derechos humanos ejercen su trabajo, la cooptación política de las ombudsperson, la crisis financiera del Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos, generada por el desinterés de los Estados –entre ellos México– que se traduce en aportaciones económicas raquíticas para su sostenimiento y un largo etcétera.

¿Quiere esto decir que la reforma es un fracaso? A mi modo de ver no. Al contrario, la reforma es en sí misma valiosa y mucho puede contribuir a que saquemos al país de esta grave crisis. En todo caso, la realidad que enfrentamos pone en evidencia que la reforma es insuficiente por sí sola para revertir el deterioro en la situación de los derechos humanos en México.

Para ello, un aspecto clave y que hasta ahora se ha descuidado es la educación para generar una cultura de derechos humanos en autoridades y ciudadanos. Es esta, me parece, la única estrategia que ataca el problema de raíz y la que en el mediano y largo plazo puede dar los mejores resultados.

En este sentido son sumamente destacadas resoluciones protectoras de derechos humanos dictadas por organismos y tribunales internacionales, federales y locales; la capacitación en derechos humanos a funcionarios públicos que llevan a cabo instancias como la Secretaría de Gobernación y los esfuerzos de organizaciones de la sociedad civil como el CEEAD que promueven cambios en la educación jurídica para fortalecer la enseñanza de los derechos humanos. Sin embargo, son todavía esfuerzos aislados que necesitan potencializarse a partir de un mayor compromiso de autoridades y ciudadanos con la causa de los derechos humanos.

La reforma penal de 2008 es un buen ejemplo de una mala práctica para su implementación. Si la implementación hubiera iniciado por la capacitación en el nuevo sistema en vez de por su infraestructura necesaria, quizá ahorita, cuando está por agotarse el plazo para su plena entrada en vigor, estaríamos afinando los detalles técnicos de las salas de audiencia en vez de estar capacitando policías.

A cinco años de la reforma de derechos humanos, estamos aún a tiempo de cambiar la estrategia para su implementación y reforzar la educación en derechos humanos como la única herramienta que permite una solución sostenible en el largo plazo a la grave crisis de derechos humanos que enfrentamos y de la que la reforma por sí sola no nos salvará.

Eduardo Román González
Investigador y Responsable del Programa de Derechos Humanos del CEEAD A.C.
eroman@ceead.org.mx

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CAER PARA CRECER

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Education is the most powerful weapon which you
can use to change the world…

Nelson Mandela

Acabo de concluir una etapa muy importante en mi vida. La semana pasada participé en el Inter-American Human Rights Moot Court Competition, para lo cual fueron meses intensivos de preparación, esfuerzo, dedicación, estrés y felicidad.

Siempre había escuchado la frase: “nadie vuelve igual de un Moot Court”, y creo que hasta este momento, cuando estoy sola, pensando en todo lo que pasé, realmente puedo decir que no hay frase más verdadera.

Es importante mencionar que no logramos pasar a la semifinal, ocurrieron cosas que a veces por más que quieras no puedes controlar. Sin embargo, me di cuenta de algo que me hizo poner los pies en la tierra: el saber que realmente no sé nada; algunas personas me dirán que estoy exagerando, pero no es así. Desde los más profundo de mi corazón, estoy consciente y feliz de lo mucho que me falta por aprender y comprender sobre mi carrera, y sobre todo en el ámbito de derechos humanos.

Siempre había escuchado la frase: “nadie vuelve igual de un Moot Court”, y creo que hasta este momento, cuando estoy sola, pensando en todo lo que pasé, realmente puedo decir que no hay frase más verdadera.

En algunas ocasiones creo que nos endiosamos creyendo que conocemos todo, a veces nos dejamos de cuestionar las cosas y pasamos sólo a afirmar. No sé si en esta etapa del proceso eso me pasó a mi, pero sí sé lo mucho que me marcó perder. Sí hay una María antes y después del Moot Court. Ayer recordé “El libro salvaje” de Juan Villoro y al Tío Títo diciendo la frase: “hay gente que cree que entiende un libro porque sabe leer. Ya te dije que los libros son como espejos: cada quien encuentra ahí lo que tiene en su cabeza. El problema es que solo descubres que tienes eso dentro de ti cuando lees el libro correcto.” Eso quiero que me pasé a mí, que cada libro que lea sea mi espejo. Leer para conocer y conocerme.

Y caigo en cuenta que, si realmente queremos cambiar el mundo donde vivimos debemos empezar por nosotros mismos, a ser más humildes y reconocer que nos falta mucho por aprender, la educación es fundamental para seguir creciendo, las derrotas necesarias para seguir luchando. A veces lo que más habla sobre nosotros es recordar todas las veces que hemos fallado y decir: “lo estoy volviendo a intentar”.

Vivimos en un país que atraviesa un sinfín de problemas, entre los que se pueden encontrar violaciones a derechos humanos, desigualdad e injusticias sociales, falta de educación, entre otros. Sin embargo les quisiera recordar que nosotros somos el presente de un México nuevo, no es por escucharme utópica (como la mayoría me dice), es por escucharme real, como decía el Ché: “seamos realistas y hagamos lo imposible”.

Para todas las personas que me han dicho, “las cosas no cambian”, “qué bonito es en la teoría pero en la vida real no es así”, “una cosa es el deber ser y otra el ser”, “no seas ingenua”. Sé que no tienen razón, no soy ingenua, ustedes lo son por no creerse lo suficientemente capaces para cambiar, por no querer fallar y preferir la comodidad, optar por la indiferencia (el asesino que nos ha matado como país) y dejar las cosas en su lugar.

Vivimos en un país que atraviesa un sinfín de problemas, entre los que se pueden encontrar violaciones a derechos humanos, desigualdad e injusticias sociales, falta de educación, entre otros. Sin embargo les quisiera recordar que nosotros somos el presente de un México nuevo…

Las y los invito a unirse a una lucha que no es mía, sino de millones de mexicanos (as), que busca la justicia social, la igualdad de condiciones y oportunidades, y la no violencia, para poder vivir en un mundo ideal como alguna vez manifesto Rosa Luxemburgo: “ un mundo en donde todos seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

Tenemos un área inmensa de oportunidades para que cada quien aporte su granito de arena, desde nuestra trinchera podemos decidir, cambiar y vivir en el país que queremos, no del que nos quejamos.

Estoy agradecida con todas las personas que me topé en el camino, con Gaby mi compañera y amiga, pues sin ella no hubiera podido enriquecerme de esta experiencia de la forma en que lo hice, Ale, María José, Daniela, Eduardo, Samuel, Karla, Karen, Diego, y sobre todo Miguel.

He aprendido que con cada victoria vienen tres derrotas anticipadas, y cada batalla perdida, será después una guerra ganada.

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Cultura de procesos para elevar la productividad

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Mucho se ha hablado de la importancia de la educación para elevar la productividad de las personas. La transmisión del conocimiento se lleva a cabo en los distintos grados académicos, pero igual de importante es la educación que se adquiere con la práctica. Los primeros pasos de la vida laboral de una persona son muy importantes, incluso si el trabajo que se realiza no está relacionado directamente con la profesión elegida. Un trabajo en un restaurante de comida rápida, por ejemplo, puede ser de gran ayuda para aprender la importancia de seguir los procesos productivos y lograr elevar la productividad de las empresas.

La transmisión del conocimiento se lleva a cabo en los distintos grados académicos, pero igual de importante es la educación que se adquiere con la práctica. Los primeros pasos de la vida laboral de una persona son muy importantes, incluso si el trabajo que se realiza no está relacionado directamente con la profesión elegida.

En los países desarrollados los jóvenes combinan sus estudios con trabajos de medio tiempo, lo cual es considerado uno de los factores que han contribuido a elevar la productividad de estas naciones, ya que los jóvenes aprenden en un ambiente real la importancia de seguir los procesos productivos. En Estados Unidos, por ejemplo, la quinta parte de la población que conforma su mercado laboral inició en trabajos relacionados con los restaurantes de comida rápida, a lo que se le atribuye la disciplina de seguir procesos prestablecidos para garantizar la eficiencia en la producción.

El éxito de muchas empresas está basado en el proceso que utilizan para producir su bien o servicio. El seguimiento minucioso de cada acción preestablecida es lo que garantiza la homogeneidad del producto. Otra de las ventajas de seguir un proceso es la optimización del tiempo y los recursos, lo que ayuda a aumentar la eficiencia en la operación. La teoría de cómo llevar a cabo un proceso se aprende en la escuela, pero es en el ambiente laboral donde se conoce realmente la importancia que esto tiene para el éxito de una empresa.

El éxito de muchas empresas está basado en el proceso que utilizan para producir su bien o servicio. El seguimiento minucioso de cada acción preestablecida es lo que garantiza la homogeneidad del producto. Otra de las ventajas de seguir un proceso es la optimización del tiempo y los recursos, lo que ayuda a aumentar la eficiencia en la operación.

Existen ventajas al estudiar y tener un trabajo de medio tiempo, el mercado laboral valora las competencias que se adquieren al combinar estas dos actividades. Sin embargo, es importante que los jóvenes que por necesidad o elección propia opten por esta opción, no descuiden su desarrollo académico. Los trabajos de medio tiempo pueden ser una gran ayuda para sembrar en las personas la cultura del trabajo y desarrollar una serie de competencias que pueden contribuir en el éxito profesional. No obstante, es de suma importancia que las personas continúen con su aprendizaje en la universidad.

Hoy en día la generación millennial es la que está entrando al mercado laboral, la cual se conforma por más de dos millones de personas entre 20 y 30 años. Las empresas y el sistema educativo tienen que conocer y aprovechar la forma en que esta nueva generación aprende y utilizar su capacidad para contribuir a elevar la productividad.

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“EL TALÓN DE AQUILES”: EL ROL DEL PROFESOR TERCERMUNDISTA

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Siempre recordaré mi primera clase de maestría, cuando el profesor de metodología, al abordar tópicos relacionados al desarrollo de las ciencias, indicó que la diferencia entre los estudios de grado (bachillerato y licenciatura) y de post-grado (maestría y doctorado) es la siguiente: en el primer caso seguimos siendo consumidores de conocimiento, mientras que en el segundo nos convertimos en productores. El contraste, que no solo se aplica a la Ciencia Política sino al conocimiento en general, no es mínimo; tiene implicaciones en complejos procesos sociopolíticos de África, América Latina, y en otras latitudes del mundo. Desearía hoy salirme del comentario de actualidad tradicional para atraer la atención sobre un tema tal vez no muy de moda, pero sobre el cual debemos reflexionar si lo que deseamos es heredar a las generaciones futuras un mejor mundo que en que nos tocó vivir: se trata del rol del profesor, en concreto del de Ciencia Política, particularmente en los países en vías de desarrollo. Procedo en dos tiempos: primero delineo lo que necesitamos y luego explico por qué no somos capaces de producirlo.

¿Somos capaces de producir el conocimiento científico que nuestros países necesitan? … ¿Somos los profesores de Ciencia Política en los países en vías de desarrollo capaces de producir o adaptar instrumentos conceptuales para entender mejor las realidades que nos rodean?

Importar conceptos pensados para otras realidades. Los conceptos elaborados por europeos y estadounidenses se aplican más o menos bien a otras realidades. Algo muy corrupto en Alemania puede no serlo en México; lo que es inestable en Latinoamérica, puede ser estable en África; y nuestros regímenes políticos, menos autoritarios que los de antaño, no son tan democráticos como los de otros países. El problema de la comparabilidad de contextos diferentes es mayor, pues si aceptamos que todo es único, que nada se compara, no podríamos identificar regularidades que nos permitan comprender nuestro mundo. No podríamos entonces hacer “Ciencia” y, por lo tanto, como decía un buen amigo, más que “Ciencias Políticas”, estaríamos ejerciendo “Fiestas Políticas”. Este es de hecho uno de las grandes cuestiones de los estudios comparados: ¿Pueden los conceptos viajar? ¿Podemos crear nociones válidas en diversas realidades? El debate sigue su curso, y no es mi objetivo zanjarlo aquí. Mi punto es que si queremos comprender mejor nuestro mundo, debemos generar nuestros instrumentos de medición, o al menos adaptar los existentes con la rigurosidad necesaria para garantizar la exactitud de nuestras mediciones.

Consecuentemente, como sociedades, debemos invertir en investigación y desarrollo (I+D), y esto aplica no solo a las “ciencias duras”, sino a todas las ramas del quehacer humano: la cultura, las artes, y por supuesto, a las Ciencias Sociales. Estoy convencido que vista con seriedad, la Ciencia Política puede ser más difícil que otros saberes más “exactos”, pues el arte de interpretar con precisión al zoon politikón, depende del control que podamos ejercer sobre factores aleatorios y subjetivos. Por ello, una de mis preocupaciones siempre ha sido enseñar a trabajar con meticulosidad, con el mayor de los respetos por nuestra profesión. Y esto lleva a preguntarnos: ¿Somos capaces de producir el conocimiento científico que nuestros países necesitan? O, para expresarlo en los mismos términos de la pregunta inicial: ¿Somos los profesores de Ciencia Política en los países en vías de desarrollo capaces de producir o adaptar instrumentos conceptuales para entender mejor las realidades que nos rodean? Mi respuesta, más allá de las excepciones que por suerte siempre encontramos, es negativa. Y ello se debe principalmente a tres factores que explico a continuación, y que nos relegan a una posición de consumidores de Ciencia Política.

… no solo nuestros países no invierten para crear lo que necesitamos, sino que la élite intelectual es cooptada por los países desarrollados, que ofrecen medios más favorables para el desarrollo profesional.

Producir vs. consumir. El primer factor que condena al profesor tercermundista a un rol de consumidor, es la presión en la carga de enseñanza a la cual es objeto, sobre todo si el mismo se desenvuelve en universidades privadas cuyas finanzas dependen exclusivamente de los ingresos provenientes de las colegiaturas. Con una asignación equivalente a ocho, a veces a diez cursos anuales, los cuales se adicionan a responsabilidades administrativas, de representación institucional, y de investigación aplicada (consultorías pagadas por clientes según un esquema que privilegia la privatización del conocimiento), es difícil, como intelectual, hallar el tiempo para leer, reflexionar, diseñar, financiar, implementar, redactar, y publicar, investigación innovadora. Con un poco de suerte, podremos tal vez testar teorías, pero no con la rigurosidad requerida dadas las múltiples distracciones a las que somos objeto. En los países primermundistas, enseñar lo que investiga no solo es posible sino que no es excepcional, como sí lo es en el ambiente universitario privado latinoamericano.

Estoy convencido que vista con seriedad, la Ciencia Política puede ser más difícil que otros saberes más “exactos”, pues el arte de interpretar con precisión al zoon politikón, depende del control que podamos ejercer sobre factores aleatorios y subjetivos.

El segundo factor, el cual afecta de sobremanera a algunas universidades públicas, tiene que ver con la politiquería. Ninguna entidad de educación superior, privada o no, del norte o del sur, está exenta de la política mal entendida; es decir, del trueque de favores y de las adulaciones interesadas, pero sus consecuencias son más significativas en las escuelas de Ciencia Política tercermundistas. Para nadie es un secreto que partidos políticos tradicionales pueden insertar en las aulas universitarias sus esquemas clientelistas para reclutar profesionales, profesores y estudiantes, bajo la promesa de trabajos estables bien remunerados. Lo que deberían entonces ser núcleos generadores de cambio se convierten en máquinas de propaganda para explicar lo inexcusable y para defender estructuras anacrónicas que ahogan la innovación que necesitamos. Mientras las universidades públicas de nuestros países sigan siendo presa de los tentáculos de la politiquería–y aquí no estoy obviando el hecho que las estadounidenses (y de otras latitudes) no puedan ser presa de intereses corporativos–difícil será que produzcan conocimiento científico válido que nos permita cambiar hechos sociales tan reprochables como las inexcusables brechas de desigualdad, los insoportables niveles de pobreza, y los insultantes grados de corrupción.

Tercero, el especialista que busque alcanzar la excelencia, deberá inmigrar a donde están las oportunidades. Es decir, no solo nuestros países no invierten para crear lo que necesitamos, sino que la élite intelectual es cooptada por los países desarrollados, que ofrecen medios más favorables para el desarrollo profesional. Lo confieso, me considero cómplice de esta fuga de cerebros desde 1997, cuando salí de Costa Rica para radicarme en Canadá. Y aunque en estos últimos años alguna contribución habré hecho en México, sigo pensando que mucho más útil serían mis contribuciones en Centroamérica. Estas condiciones, lejos de ayudar a producir conocimiento en nuestros países, lo obstruyen y nos condenan a nosotros, los profesores de ciencia política, a ser espectadores, consumidores pasivos, cuya principal función es repetir lo que otros propusieron. ¿Sabe usted que la mejor biblioteca sobre la intervención de Naciones Unidas en El Salvador se encuentra en… Nueva York?

Para nadie es un secreto que partidos políticos tradicionales pueden insertar en las aulas universitarias sus esquemas clientelistas para reclutar profesionales, profesores y estudiantes, bajo la promesa de trabajos estables bien remunerados.

Cosas en las que debemos pensar para mejorar. El profesor que solo enseña y no investiga, pierde competitividad, y con él su país, pues se priva del ejercicio y desarrollo de destrezas que habría podido poner al servicio del tan necesitado desarrollo. Eso es cierto en las ciencias duras, y también en las sociales. Hoy, la riqueza es producto de la innovación patentada. Nuestros gobiernos lo saben, y por ello destinan sumas crecientes a I+D. Pero la brecha entre los países tercermundistas y las economías desarrolladas es inmensa. Además, habría que ver cuánto de esos recursos se destinan a la I+D en Ciencia Política; sospecho que el porcentaje varía entre lo raquítico y lo inexistente. Claro, el tema del lugar de las Ciencias Sociales en nuestras sociedades–el neoliberalismo ha tenido profundos efectos sociales, entre ellos la impresión de que las artes y las humanidades no sirven para nada porque no son rentables en el sentido mercantilista del término–es complejo y amerita no uno, sino varios artículos. Valga por ahora mencionar que mientras nuestros países no inviertan en I+D, seguirán generando menos riqueza; y mientras sigamos siendo consumidores, mientras estemos obligados a emigrar para ser productores, mientras estemos expuestos a sobrecargas académicas excesivas o a lógicas politiqueras, será muy difícil que podamos contribuir a generar lo que necesitamos para lograr el cambio. Decía un buen amigo que la función del “académico” no es seguir las tendencias, sino orientarlas. Que así sea entonces, empezando por esta tribuna.

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Sobre el incremento salarial a los maestros

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Después de todas las protestas, las marchas, las evaluaciones, las quejas y todos los acontecimientos relacionados con el tema de la evaluación docente y la reforma educativa, recientemente se ha aprobado un incremento salarial a los profesores que hayan obtenido notas sobresalientes en la evaluación, dijo Aurelio Nuño, Secretario de Educación Pública del Gobierno Federal. Como dato, el incremento salarial será correspondiente al 35% del salario actual del profesor.

La pregunta obligada (y un tanto indiscreta): ¿cuánto ganan los maestros en México? De acuerdo con la organización Mexicanos Primero (2010), las respuestas son muy variables. Para poner un rango, en primer lugar habría que hacer una división del territorio nacional por regiones y nivel socioeconómico para determinar con precisión ‘de a cuánto’ va el asunto. Según datos del organismo, uno de cada cinco maestros del Estado de México gana menos de $10,000.00 MN al mes, lo cual contrasta con el promedio nacional calculado de poco más de $27,000.00 MN mensuales o con el hecho de que, en Sonora, tres de cada diez maestros tienen sueldos pon encima de los $40,000.00 MN. Nada mal.

La pregunta obligada (y un tanto indiscreta): ¿cuánto ganan los maestros en México? De acuerdo con la organización Mexicanos Primero (2010), las respuestas son muy variables.

Otra información al respecto revela que hay una clara distinción entre aquellos que trabajan en el sector rural en comparación con quienes están en escuelas denominadas ‘generales’, pues éstos segundos ganan entre 1.5 a 2.3 veces más que los que se encuentran en el campo. Además, y según la misma fuente, uno de los principales problemas tiene que ver con la asignación de las plazas a maestros, pues existen constantes reclamos que indican que hay quienes han logrado obtener una de estas plazas sin siquiera haber concretado los estudios magisteriales.

Como es costumbre, México sigue ocupando los últimos puestos en cuanto al índice salarial en comparación con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde los mejor parados resultan ser los canadienses, esto según información de 2013. No obstante y para hacer un poco de justicia, es posible decir que el incremento salarial está bien merecido con las indicaciones que se han planteado, pues si al final de cuentas el objetivo es garantizar que los profesores hagan mejor su trabajo y que se reivindique el oficio del maestro, la medida es adecuada.

Ahora bien, que si lo que se quiere es buscarle un poco más ‘el prietito en el arroz’, podríamos empezar a hablar acerca de quiénes y bajo qué circunstancia fueron aplicadas las evaluaciones, quiénes fueron los encargados de revisar todas las pruebas y a quiénes habría que recurrir en caso de que se presentara alguna anomalía si llegara a haber algún agraciado con el incremento que, en estricto sentido, no debería estarlo.

Y ya para cerrar, de tarea les encargo que, de manera creativa y usando material reciclaje, diseñen una medallita para la SEP y para Aurelio Nuño, pues parece que ha logrado aplacar las aguas y sí va a sacar diez.

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La Colombianización de Monterrey

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medellin

La semana pasada hablamos de la visita del Dr. Sergio Fajardo a Monterrey. El modelo “Medellín” que transformó la ciudad en términos educativos, culturales, políticos, sociales, urbanísticos y económicos.

Los alcaldes del área metropolitana de Monterrey han ido en varias ocasiones a Medellín a “importar” conceptos que puedan ser aplicados en Monterrey.

Primeramente, el contexto histórico de Medellín es parecido al de Monterrey, ciudades norteñas, con alta relevancia nacional, que tienen un río que divide la ciudad en dos y que llaman Ciudades Industriales cada una en su país.

El narcotráfico, el crecimiento del comercio informal, el crecimiento demográfico explosivo, el desborde institucional y la corrupción política son características que han compartido, dando una imagen de ciudad fracasada y rebasada.

A continuación voy a hacer un análisis en diferentes rubros de lo que sí se puede aplicar y no lo han hecho y lo que no se puede importar.

Lo que se puede importar:

Plan de acción

En 2003, el alcalde Fajardo planteó un gabinete cívico-técnico compuesto por expertos en cada área que buscaba un modelo integral de gestión. En Monterrey, se han planteado planes metropolitanos de desarrollo, esto ha quedado en una bonita idea.

Educación

El gobierno de Medellín puso énfasis total al tema educativo como punta de lanza de cambio. Con el eslogan “Medellín la más educada” inició un proceso de creación de espacios educativos en toda la ciudad, parques, bibliotecas, centros recreativos, centros de innovación y de ciencia- tecnología en todas las zonas incluso en las más marginadas y olvidadas.

En Monterrey, los barrios populares sistemáticamente se le han dado obras de poco gasto y poco calado. Existen siete centros comunitarios tan solo en el municipio de Monterrey. Sin embargo, dichos centros son del gobierno del Estado y no son administrados por personal municipal. Esa es una diferencia grande con el caso colombiano. Es decir, en el caso de Medellín, el gobierno municipal fue el encargado y administrador, no el departamento de Antioquia.

Un dato interesante sería conocer el impacto de estos centros en los índices de violencia y educación porque en el sector de La Alianza, por dar un ejemplo, la marginación se observa a flor de piel. Tan es así que el elevado número de teléfonos públicos en la colonia habla de la carencia de líneas fijas.

Urbanismo social

Medellín decidió transformar el transporte público (camiones, metro, metrobus, metro cable) buscando mayor inclusión, mayor alcance y mejor infraestructura en toda la ciudad. En Monterrey, para variar, el gobierno trae un debate de cambiarle los colores a los taxis… Sigue siendo un transporte caro, pobre infraestructura, déficit de coberturas y que no están integrados metro, camión, ecovía y metrobus de manera suficiente. Si bien existen programas como los de la tarjeta feria donde en un primer transbordo se paga la mitad, hay que recordar que el servicio del metro no se paga con tarjeta Feria y que si alguien aborda desde la Macroplaza, el metro para ir por la Ecovía por avenida Lincoln, el pago del metro ya no incluye algún descuento por abordar una ruta alimentadora como la del Barrio Acero en Solidaridad. O también mencionar que la instauración de la Ecovía afectó enormemente en los tiempos a la gente de Valle Verde o Santa Cecilia que ahora tienen que transbordar dos sistemas para ir al centro cuando antes abordaban un solo camión.

Inclusión y equidad

El gobierno municipal de Medellín buscó integrar, en colaboración con la sociedad, el tejido social por medio de políticas públicas de apoyo a los niños, a las comunidades marginadas y con alta presencia de programas sociales en los territorios donde los narcos reclutaban gente a sus filas. El alcalde Aníbal Gaviria con su programa “Buen Comienzo” atacó la marginación y desnutrición en los jardines de niños.

En el área metropolitana de Monterrey, ningún municipio tiene programas sociales en las zonas que manejan las pandillas o los narcos que hayan trascendido más allá de una administración.

Seguridad

De ser una de las ciudades más peligrosas del mundo, sus índices delictivos bajaron de 381 a 26 muertes por cada 100 mil habitantes.

La principal tarea del gobierno fue impulsar la educación, la integración y la cultura en la ciudad principalmente en los barrios más bajos y subrayo: el enfoque no fue en incrementar la represión.

En el área metropolitana de Monterrey, a pesar de contar con el CISEC (Centro de Información para la Seguridad de Estado, de Evaluación y Control de Confianza), Fuerza Civil, con la Universidad de Ciencias de la Seguridad, el resultado más exitoso ha sido la presencia de la Marina y el Ejército que son instituciones que no deberían deambular en las calles haciendo el trabajo de otros… como la policía. Y vemos que los alcaldes (caso San Nicolás) proponen aumentar el número de elementos u otros que alegan que hay que incrementar el armamento en los policías dado que el que tienen no les sirven para competir.

Como mencioné anteriormente, los gobiernos de Medellín atacaron fundamentalmente las zonas de reclutamiento o de almacenamiento de droga y geográficamente sus áreas de influencia. Es decir, el gobierno por medio de diferentes políticas públicas obstaculizó la llegada del narco a ciertos barrios. En nuestra área metropolitana, la estrategia ha sido clara y llanamente resolver el problema a balazos, a desarticular banda por banda y a ser reactivos a las balaceras cuando el ejemplo se nos ha dado de que es una pérdida de tiempo repetir el proceso, cuando se pudiera ocupar los barrios del narco de manera permanente, no solo con policías, sino con otras instituciones que ayuden a la población a salir de la marginación que viven.

Transparencia

Medellín ha transparentado sus cuentas públicas en las diferentes administraciones desde finales de los 90s hasta finales de los 2010s. Asimismo, la gente participa en las licitaciones de obra pública haciendo propuestas y sugerencias. En el caso de los parques, bibliotecas y centros comunitarios, los vecinos de la zona participaban en la selección del terreno, el nombre del centro y hasta el color de la edificación.

En el área metropolitana de Monterrey, ningún alcalde ha tenido interés en abrir las licitaciones a la opinión pública. Pocos conocen quienes son los proveedores y poco sobre lo que se ofreció a cambio. En cuanto a obra pública, tampoco se consensa con los vecinos y siempre la vialidad es un caos en las zonas de obras porque nunca se difundió con lujo de detalles el impacto de la obra en la zona.

Observaciones

El Modelo Medellín es un programa pragmático, directo, abierto con la población en un sistema que permite dicha participación y que contó con la voluntad política. En el área metropolitana de Monterrey a pesar de la existencia de la Asociación Metropolitana de Alcaldes, pocos resultados hemos visto en conjunto.

Apenas hoy, San Nicolás y Guadalupe sostuvieron un acuerdo de patrullajes bilaterales. Esperemos que la Asociación no quede en una bonita idea como otras en el pasado.

La desigualdad rampante en Monterrey es un claro ejemplo de las fallidas políticas públicas implementadas. En mi análisis, en general la mayoría de las medidas adoptadas en Colombia se pueden implementar, con excepción de algunas medidas de seguridad. El eje de la educación probó ser eficiente en la transformación, ese debería ser también el eje en Nuevo León para su transformación.

Lo dicho, dicho está.

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Aurelio Nuño y el “cómo sí”

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Desde que se dieron a conocer las reformas estructurales en febrero de 2013, se han recibido ataques desde diferentes ámbitos de que “esto no funciona”. Sin embargo, algo de lo que carecemos los mexicanos –siempre– es de paciencia.

Desde que se dieron a conocer las reformas estructurales en febrero de 2013, se han recibido ataques desde diferentes ámbitos de que “esto no funciona”. Sin embargo, algo de lo que carecemos los mexicanos –siempre– es de paciencia.


Nos cuestionamos en gran medida si ya bajó la luz (Reforma Energética), leemos en los periódicos que los maestros no quieren presentar la evaluación educativa (Reforma Educativa), que todavía tenemos a Televisa o TvAzteca sin competencia (Reforma en Telecomunicaciones) o si nos van a aumentar los impuestos (Reforma Fiscal).

Muchos piensan que hoy se promulga, y mañana ya queremos ver resultados. Así no funcionan las cosas.

Pero como escribí anteriormente, carecemos de “paciencia”. Para poder llegar a promulgar alguna reforma constitucional, es necesario un análisis exhaustivo: observar, planear y diseñar desde diferentes perspectivas y replantear lo que se ha estado haciendo. Muchos piensan que hoy se promulga, y mañana ya queremos ver resultados. Así no funcionan las cosas.

Hace unos días, el Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, anunció un plan llamado “La Escuela al Centro”. Apenas se está presentando el proyecto y es triste leer en medios electrónicos (periódicos o redes sociales) que atacan sin conocimiento de causa. Algunos hasta piensan en irse a manifestar por ignorancia o porque les “dijeron” que los iban a dejar sin “chamba” –otra vez–.

Vamos por partes: este proyecto consiste en mejorar la organización política, administrativa y laboral de las escuelas a nivel nacional, a partir de seis puntos:

• Reducir la carga burocrática
• Dar más recursos a las escuelas
• Fortalecer los consejos técnicos escolares.
• Lograr una participación social activa
• Mejorar el uso del tiempo en la jornada académica
• Implementar las escuelas de verano.

Cada uno de estos puntos, que se verán aplicados a partir del ciclo escolar 2016-2017, permitirá alcanzar un mayor aprovechamiento académico y utilizar los recursos, según las necesidades de cada institución académica.

¿Qué es lo que están buscando? Que los maestros regresen a las aulas y dejen de lado la carga burocrática de la que muchos se estaban quejando; que cada escuela organice su calendario según sus necesidades, pero con el mismo número de horas al año y mejorar el uso efectivo del tiempo en los salones de clase; aprovechar las vacaciones de verano y ofrecer actividades deportivas, culturales y de aprovechamiento académico; que los Consejos Técnicos Escolares elijan el día y la hora que más les convenga para realizar estas sesiones.

Algunos ni siquiera se han puesto a leer a que se refieren con esta transformación académica, y es muy común observar que somos resistentes al cambio, porque “siempre se ha hecho así”.

Algunos ni siquiera se han puesto a leer a que se refieren con esta transformación académica, y es muy común observar que somos resistentes al cambio, porque “siempre se ha hecho así”. No damos pie al famoso “beneficio de la duda”, que lo exigimos para unas cosas, pero lo negamos para otras.

Se están abriendo las puertas a que haya más oportunidades para nuestros niños y jóvenes que asisten a las escuelas públicas se preparen y sean más competitivos en el ámbito académico. Que los padres de familia se involucren más y que los maestros se dediquen a enseñar. No es posible que consideremos que la educación pública en otros países es muchísimo mejor, porque les enseñan y los padres de familia “no pagan”, porque sus impuestos sí se ven reflejados.

Quieren tener trabajo, pero se niegan a trabajar; quieren que les vaya mejor, pero se resisten al cambio. Si toda esta flexibilidad laboral y académica no los “convence”, entonces, no sé que estén buscando los maestros.

Hay que buscar el “cómo sí”.

Como dicen por ahí, hay que buscar el “cómo sí”.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

LA EDUCACIÓN QUE QUIERO PARA MIS FUTUROS HIJOS

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Para un joven de 23 años que, como todos, quiere comerse al mundo lleno de adrenalina y sin miedos profundos, resulta complejo el detenerse a reflexionar sobre su pasado y cómo fue que repercutió en lo que ahora soy y sobretodo en mis expectativas de quién o qué quiero ser. Además, como un recién egresado, mi preocupación debería ser la misma que la de mi madre: ¿ahora qué sigue? Pero afortunadamente mi vida no es nada común.

En la escuela siempre fui uno de esos niños aplicados que además podía disfrutar la vida sin necesidad de estar pegado a un libro o ‘macheteando’ cada concepto que mis maestros repetían para obtener una calificación agradable a los ojos de mi familia; me bastaba con escuchar, comprender y poner en práctica lo que pensaba, jamás fui un niño que aceptaba todo lo que sus maestros o mayores decían, no sé si por rebeldía o curiosidad, pero necesitaba entender el porqué de las cosas. Cierto es que a medida que avanzaba de grado o nivel educativo mi interés hacia la escuela era menor, consideraba que el aula estaba muy alejada del mundo real, por lo tanto, no le prestaba mayor atención. De ser un niño excelencia de primaria y secundaria pase a bachillerato como un estudiante promedio y en licenciatura me bastaba con acreditar las materias para concluir mi ciclo académico.

Entendí entonces que la escuela era una simulación poco cercana de la vida real llena de obstáculos que no se solucionan con conceptos repetidos para salvar un examen.

Afortunadamente mi habilidad en el mundo real era mucho mayor a la que desarrollaba en el aula, comencé, a como mis ideas me daban a entender, en el mundo empresarial cuando apenas cursaba mi segundo semestre de carrera. Entre triunfos y fracasos iba forjando una experiencia llena de retos, entre más avanzaba más conectado estaba con un mundo muy distante de la escuela tradicional; entendí entonces que la escuela era una simulación poco cercana de la vida real llena de obstáculos que no se solucionan con conceptos repetidos para salvar un examen.

Mi pasión por la educación es producto de mi rebeldía y los huecos constantes que tuve en mi camino por las escuelas oficiales de mi país que, sin culparlos, hacían lo que podían con los recursos que tenían a la mano. También es un homenaje a todos esos maestros que tuve; de esos buenos maestros que, por un sueldo no competitivo, daban su vida porque aquellos niños que consideraban como sus hijos, para que algún día lograran ser alguien en este mundo. Es resultado de 6 años de trabajo, investigación y esfuerzo fungiendo como maestro y asesor de los modelos educativos en escuelas privadas que contaban con una infraestructura cinco veces mejor a las escuelas públicas pero que tampoco resultaba un diferenciador real entre los alumnos con capacidad de pagar contra los que su condición económica les obligaba a estudiar en la escuela más cercana a su casa. La educación entonces necesitaba un plus de manera urgente.

Por ello, urge diseñar y construir la escuela en la que queremos que nuestros hijos estudien.

Soy un joven de alma vieja, de esos que se preocupan de cómo vivirán sus hijos que aún no nacen. Por ello, urge diseñar y construir la escuela en la que queremos que nuestros hijos estudien; pero no para cumplir con un requisito social que culmina con la entrega de un título universitario sino porque desde el aula se encuentre la manera en la que solucionaremos los problemas sociales de mi país y del mundo; la escuela que prepare a nuestros hijos para crear lo que su imaginación les permita enfocado a disminuir la pobreza, activar económicamente a las comunidades menos favorecidas y a vivir más felices. Porque a eso llegamos al mundo, ¿no?, a dejar un legado y a ser muy felices.

El día que nos demos cuenta que la educación es el factor que puede detonar y hacer crecer nuestra economía entonces los grandes empresarios entenderán que es un gran negocio; y le apostarán a mejorar la educación… aunque sea sólo por negocio.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Mejor educación, mejores ciudadanos

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Todos somos parte de la educación, una parte de nuestra población está recibiendo clases, otros más forman parte del cuerpo docente de alguna escuela, y a muchos, incluyéndome, nos corresponde el llevar a nuestros hijos a clases y motivarlos en aquellos días cuando levantarse de la cama es todo un reto para ellos. La educación de una persona no sólo compete al alumno y al maestro, somos muchos los responsables de formar parte de este proceso; la familia y el gobierno también tienen un rol muy importante.

La educación es una parte fundamental en la vida de las personas, hasta hace unos años considerábamos que un niño se educaba al asistir a la escuela, y este proceso terminaba cuando recibía un título universitario. La sociedad en la que vivimos ahora nos ha impulsado a cambiar nuestra forma de pensar, hoy en día las personas no se conforman con una carrera universitaria, se esfuerzan por estudiar uno o más posgrados. En un mundo que cambia constantemente es difícil creer que el conocimiento no evoluciona.

Una educación no está completa si se dejan de lado los valores humanos.

El mayor nivel de escolaridad ha permitido que la población sea más crítica con su entorno, y esto ha ocasionado que participe en el proceso de construir un mejor lugar para vivir. Es así como hemos entendido que una educación no está completa si se dejan de lado los valores humanos. Creo que son admirables todas aquellas personas que han estudiado y se han preparado para desempeñar alguna profesión, pero que además realizan su trabajo con honestidad, compromiso, respeto e integridad.

El no maltratar a los animales y el cuidar los recursos naturales son muestras de una sociedad más educada.

La educación no sólo se demuestra con mayores grados de estudio, la forma en que tratamos a las personas que nos rodean y a nuestro medio ambiente también son señales de que tan bien educados estamos. El no maltratar a los animales y el cuidar los recursos naturales son muestras de una sociedad más educada. En la actualidad sabemos que al proteger al ecosistema podemos mejorar nuestra calidad de vida, pero de lo contrario, la explotación desmedida de nuestros recursos naturales se traduce en costos y perjuicios para la sociedad.

El dinero que el Gobierno destina a educación es una inversión.

El Gobierno tiene el deber de ofrecer educación gratuita hasta el nivel medio superior, pero también debe de seguir fomentando los programas donde se enseñe a nuestra población a cuidar los recursos naturales. El dinero que el Gobierno destina a educación es una inversión, por ejemplo, los programas para concientizar a la población de no tirar basura pueden evitar problemas de inundaciones por alcantarillas tapadas y los costos asociados con esto. Por su parte, las campañas para concientizar a la población sobre el cuidado del agua hacen que las personas utilicen este servicio de forma racional y no la desperdicien.

Una población más educada implica de un esfuerzo continuo en el cual no sólo intervienen maestros y alumnos, las familias deben de fomentar los valores humanos y el gobierno debe de continuar ofreciendo educación al alcance de todos. En la medida que logremos tener una mejor educación vamos a contar con mejores ciudadanos, personas que no sólo persigan el bienestar propio, sino que estén comprometidas con tener un bienestar común.

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