Financiamiento Hipster

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La penetración bancaria en México, es decir el otorgamiento de crédito como porcentaje del Producto Interno Bruto es de las más bajas en América Latina con menos de 25%, mientras países como Chile y Brasil mantienen este indicador en 72% y 45%, respectivamente.

Las causas de lo anterior son diversas, pero la realidad es que conseguir un crédito bancario en México puede ser un proceso largo y tedioso que impide que varios sectores de la población tengan acceso al financiamiento.

Los requerimientos que ofrece un banco tradicional imposibilita que muchas personas logren obtener un crédito para proyectos productivos (como comenzar un negocio) o incluso para reestructurar sus deudas y, en contraparte, existen microfinancieras o Sofomes cuyos requisitos y autorizaciones son más laxos y rápidos pero acarrean un alto costo financiero para el que recibe financiamiento.

Sin embargo, día a día crece en México (y en el mundo) una nueva forma de otorgar créditos denominada Peer to Peer Lending, donde interactúan de forma directa y sin instituciones financieras, el acreditante (el que presta) y el acreditado (al que le prestan). Abreviado P2P, es una forma de préstamo entre personas, donde un lado invierte (presta dinero) y el otro recibe financiamiento.

Como parte de la revolución Fintech, a través de plataformas en línea la gente que quiere invertir su dinero y obtener mejores rendimientos que los que ofrecen productos financieros comunes ponen a disposición sus recursos a personas que buscan un préstamo rápido.

La ventaja para el prestamista es que el pago de los intereses que le hace el prestatario, es mayor al rendimiento que ganaría en un banco, en otras palabras gana más al prestar su dinero que al invertirlo en instrumentos bancarios. A su vez, el beneficio para el prestatario es que puede obtener crédito de forma más sencilla, con menos requisitos y a menor tasa que en una institución financiera tradicional.

La tasa de interés del préstamo se obtiene en función al riesgo que representa el que pide prestado con base a su historial crediticio (utilizando Buró de Crédito). Mientras mayor sea la probabilidad de impago mayor será la tasa de interés que pague y viceversa. Para el que presta, recibir una mayor tasa de interés (más rendimiento) implica aceptar un mayor riesgo de que el prestatario no pague el crédito.

A pesar de sus bondades, este esquema crediticio conlleva riesgos principalmente para el prestamista. En primer lugar, el crédito otorgado no tiene una garantía real como una casa, un terreno, o inventarios. En segundo término, el dinero invertido/prestado es a un plazo forzoso, por lo que si el prestamista desea recuperar su dinero antes del vencimiento del préstamo, debe “vender” esa deuda a otra persona, corriendo el riesgo de no recuperar el 100% de sus recursos.

Para mitigar lo anterior, siguiendo una importante regla de las inversiones, las plataformas P2P diversifican el dinero de los inversionistas en portafolios compuestos por múltiples préstamos. De esta forma, una persona no presta sólo a otra, sino a un conjunto de personas para mitigar el riesgo de impago.

Y bien, ¿cómo ganan dinero las empresas de P2P Lending? Estas plataformas cobran una comisión por las transacciones realizadas. De esta forma, la empresa genera ingresos por los servicios de intermediación, análisis y operación.

Estas plataformas en México son reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores que opera con base en la Ley de Ahorro y Crédito Popular, lo cual brinda mayor certeza jurídica a estas transacciones y seguridad a las partes involucradas.

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México en los Olímpicos

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La semana pasada en este espacio comentamos la crisis deportiva y los resultados de la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos de Rio 2016.

Asimismo terminamos hablando de que el deporte es educación y que es vital en nuestra sociedad. Y en efecto, el deporte debe ser un eje rector en las secretarías de Educación de los estados, si bien, no es su responsabilidad directa pues existen comités o consejos del deporte para cada estado, si debe existir una vinculación directa.

Un ejemplo claro es la ausencia de torneos deportivos de gran escala en las escuelas públicas desde primaria hasta preparatoria. En nuestra ciudad, la UANL nos ha demostrado que la inversión en deporte importa y deja dividendos positivos. La Universidad ha sido anfitriona de numerosas universiadas y torneos nacionales, y sus atletas han trascendido nacionalmente.

Sin embargo, el esfuerzo queda corto, las escuelas públicas viven una crisis de infraestructura, de contenidos, de espacios adecuados para la docencia, crisis laborales y demás situaciones que no permiten que un director se avoque a que sus alumnos compitan en diversos deportes.

Como dijimos, el problema más grande del deporte en México, aparte de la corrupción es la planeación inadecuada. La planeación inadecuada provoca la falta de deportistas en numerosos deportes y/o la mala estrategia.

Un ejemplo claro es que México tenga esperanzas en pocos deportes. México compite “de buena manera” a lo mucho en clavados, taekwondo y futbol quizás. ¿Usted sabe que en estas olimpiadas, México llevó un equipo femenil de esgrima y tiro con arco?, ¿Sabía que México tuvo un atleta en bádminton y en equitación?.

Es muy difícil tener atletas de alto nivel cuando no compiten con nadie. Es correcto que existen los Juegos Panamericanos y los Juegos Centroamericanos, pero no son suficientes y en muchos deportes no son parámetro.




Hay deportes que deberían impulsarse en este país a gran escala, como el voleibol de sala, el tenis, el tenis de mesa, el bádminton, deportes que son bajo techo y no requieren una gran inversión económica en equipamiento.

Cuando se habla de mala estrategia es que el deportista no compite al máximo de su potencial por la ineptitud de entrenadores o directivos. Un ejemplo claro lo mencionó Nelson Vargas, panelista del canal 11 del Politécnico Nacional en estos Juegos, y es que en natación se debe entrenar conforme a las características físicas de los atletas que coincidan con los nuestros.

No se puede entrenar a un atleta mexicano como a Michael Phelps si no tienen el mismo peso o altura porque sería ilógico. Bien dice Vargas, que hay que copiar los modelos de Japón y China donde sus atletas a pesar de ser muy bajos de estatura y peso en comparación con otro países, compiten de buena forma usando técnicas enfocadas a sus características.

Hay deportes como la halterofilia o el box donde México tiene potencial pero el rezago es cada día más grande contra países que modernizaron sus técnicas y entrenamientos. Ejemplo son Azerbaiyán, Uzbekistán y Kazajistán, repúblicas ex soviéticas que se modernizaron en sus prácticas y son potencia mundial en esos dos deportes muy por encima de Rusia, su antigua metrópoli.

Otra opción es buscar y captar talento en otras partes del mundo para capacitar a los nuestros. México fue potencial mundial en marcha en los 80’s gracias al trabajo espléndido del gran polaco Jerzy Hausleber . En clavados hay entrenadores chinos, en taekwondo y arqueros hay entrenadores coreanos. La capacitación es clave y no nos podemos quedar atrás.

Instalaciones hay, faltan atletas, faltan apoyos para competir. Entre más y más jóvenes practiquen todos los deportes olímpicos, el país tendrá mejores atletas y tendrán un mejor futuro para sus familias.

Lo importante no es solo competir sino mejorar en cada prueba, en cada deporte donde se compita. México no está a la altura de Estados Unidos, pero si está a la altura de América Latina donde debe tratar de imponerse siempre como estándar principal.

Lo dicho, dicho está.

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Jugada Olímpica de Slim

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Hasta hace poco tiempo, existía en México un incuestionable duopolio televisivo con el cual era imposible competir. Televisa y TV Azteca controlan un mercado donde acaparan el 99% de los ingresos por publicidad televisiva y el 94% de las estaciones de televisión abierta.

Sin embargo, las empresas de Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego sufrieron un revés que deja entrever que el duopolio puede comenzar a perder su poderío: Carlos Slim posee los derechos exclusivos de transmisión de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016 en toda América Latina, exceptuando Brasil, a través de todas las plataformas de medios.

Por medio de una app de Claro Sports, propiedad de América Móvil, más de 400 millones de personas en México y en diversos países de Sudamérica podrán disfrutar de Rio 2016 a través de sus celulares de forma gratuita y con acceso las 24 horas.




Además, con la alianza estratégica que Claro Sports celebró con Google para que éste pueda transmitir en vivo el certamen deportivo, el Ingeniero Slim reafirma que va un paso adelante que la mayoría y sabe reconocer las nuevas formas de competir y crear valor.

América Móvil, podrá vender sus derechos exclusivos de transmisión a otras plataformas y televisoras, lo que demuestra el poder de negociación y presencia que la compañía insignia de Carlos Slim tiene en el mercado de transmisión de contenidos.

Con la adquisición en 2013 de los derechos de transmisión de los Juegos Olímpicos, Slim dio un fuerte golpe y una dura lección a Televisa y TV Azteca, que dejan ver su visión de largo plazo y estilo único de hacer negocios.

La estrategia del cuarto hombre más rico del mundo tiene dos principales connotaciones contra Azcárraga Jean y Salinas Pliego.

La primera (y menos grave) es el efecto económico directo por los ingresos por concepto de publicidad que las televisoras dejarán de percibir. Si bien directivos de las televisoras niegan ver un efecto negativo en sus ventas, la realidad es que dejarán ir un potencial incremento en su negocio y sobre todo el desprestigio de sus marcas al verse imposibilitados para transmitir las Olimpiadas.

La segunda (y más importante) es que la maniobra del gigante de las telecomunicaciones deja ver la fragilidad del duopolio que comienza a resentir la presencia de una competencia emergente. Derivado de la Reforma de Telecomunicaciones y de los avances tecnológicos en materia de transmisión de video, la televisión tradicional irá perdiendo poder y presencia en el mediano plazo y dejará su lugar a las nuevas plataformas de broadcasting que han sabido adaptarse a las nuevas tendencias. La pérdida de poder mediático, más que económico, será lo que más afecte a Televisa y TV Azteca en los próximos años.

La astucia de Slim demuestra que una industria tan cerrada puede ser lentamente fracturada y desplazada con innovación tecnológica.

Aunque desde una óptica general, la transmisión exclusiva de los Juegos Olímpicos por Claro Sports es sólo un rasguño al poder de Televisa y TV Azteca, marca el inicio de una nueva etapa de alternancia y participación de nuevos competidores en la industria de la televisión mexicana.

Con información de:
www.elfinanciero.com.mx
www.cnnexpansion.com
www.milenio.com

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PAZ EN COLOMBIA: ¿COLOMBIA EN PAZ? EL CONFLICTO ARMADO EN SU PRIMERA FASE

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El 23 de junio de 2016 se firma en la Habana, Cuba, el cese al fuego entre el Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).

¿Estamos siendo testigos del fin de un conflicto armado interno de más de medio siglo de existencia (54 años para ser exactos)? Para entender el significado de dicho acuerdo, conviene recordar las raíces históricas del conflicto y hacer un repaso de las intentos (abortados y “exitosos”) para alcanzar la paz en Colombia.

Solo así podremos evaluar sus prospectos de éxito. Naturalmente, esta labor no se puede realizar en un corto artículo de opinión, por lo que dedicaré varias columnas al tema. Este mes muestro las particularidades históricas de la primera fase de este conflicto. Más adelante, revisaré los obstáculos a la paz, analizaré la historia de este proceso, y disertaré sobre sus probabilidades de “exito”.

Las particularidades del conflicto armado colombiano

Durante la Guerra Fría, se desarrolla en el “Tercer Mundo” lo que se identifica como “Guerras de Baja Intensidad”. Se trata de enfrentamientos militares entre grupos armados patrocinados por las superpotencias – los Estados Unidos (EEUU) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) – y Estados soberanos, pero cuyos efectos se limitan a nivel local.

Para algunos, estas son guerras idealistas, sobre todo si se compara con la violencia étnica, la cual parece a primera vista irracional (los genocidios en la antigua Yugoslavia y Ruanda son dos claros ejemplos al respecto), y a la “narco-violencia”, alimentada supuestamente por la codicia y el egoísmo individual de criminales que buscan enriquecerse a toda costa.




En los “años dorados”, señala la versión romántica del guerrillero asociada al Che Guevara, se defendían ideales progresistas solidarios ligados entre otros a la justicia social.

En América Latina, la mayoría de esfuerzos revolucionarios fueron de “izquierda” (contra dictaduras “de derecha”), aunque también hubo esfuerzos contrarrevolucionarios, es decir de grupos armados apoyados por la derecha, que se levantaron contra gobiernos de izquierda ajenos a la definición convencional de democracia. Esta imagen es, por supuesto, reduccionista.

Se ignora, por ejemplo, que en la mayoría de los casos latinoamericanos, la URSS no tuvo un rol directo en el expansionismo revolucionario (la influencia de Fidel Castro es más significativa). Además, esta imagen desatiende factores internos como pobreza, injusticia, desigualdades, y represión, que han alimentado legítimamente reivindicaciones sociopolíticas en la región.

En fin, desconoce que movimientos revolucionarios de izquierda iniciaron guerras contra gobiernos de centro-izquierda elegidos democráticamente, como lo hizo Sendero Luminoso en el Perú. Es decir, cada actor armado en América Latina es particular, y en ese sentido, los actores armados colombianos no son la excepción.

Las FARC no fueron, al menos en sus inicios, una guerrilla ideológica con un universo conceptual claro y un proyecto alterno de sociedad. Al contrario, son el prototipo de la guerrilla campesina que nace como grupo de autodefensa, y cuyo ideario ideológico es definido por primera vez en los años 1970s.

Además, las FARC nunca recibieron grandes sumas de dinero de patronos externos, sino que desde un inicio financian su esfuerzo de guerra de manera interna, principalmente por medio de la extorsión, los secuestros, y el pago de peajes o cuotas. El conflicto en Colombia es entonces “diferente”, pues no obedeció a factores geopolíticos internacionales.

Además, el esfuerzo revolucionario nunca se hizo en contra de una dictadura, sino más bien contra el Frente Nacional, un régimen que si bien no era democrático en el sentido liberal del término, tampoco cuadraba con el autoritarismo tradicional latinoamericano. Y a partir de 1991, la lucha fue contra lo que muchos expertos coinciden en definir como una democracia representativa.

La transformación del conflicto armado colombiano a través del tiempo

La violencia política en Colombia solo se entiende si se enmarca en un contexto histórico que, para los efectos de este ensayo, ubicaré en el periodo conocido como “La Violencia”, una guerra civil entre los partidos Liberal y Conservador que se desata oficialmente en abril de 1948, con el homicidio del José Eliecer Gaitán (líder del Partido Liberal para las elecciones de 1949).

Asesinatos, agresiones, persecuciones, y otros, son parte de ese marco de violencia perpetrado por paramilitares, reclutados por los conservadores, para defender el gobierno de Mariano Ospina Pérez (1946-50) ante la inestabilidad creada por “el Bogotazo” (turbas populares generadas por el asesinato de Gaitán).

Para poner fin a “La Violencia”, liberales y conservadores acuerdan en 1956 la creación del “Frente Nacional” (el cual entra en vigencia en 1958), un pacto que distribuye equitativamente los puestos administrativos estatales entre ambos partidos (Poderes Ejecutivo, Legislativo, y Judicial) y determina previamente los resultados electorales (alternancia entre los dos partidos tradicionales) durante 16 años (1958-76).

El acuerdo permitió poner fin al único gobierno que ha llegado al poder en Colombia por medio de Golpe de Estado en el siglo XX, el del General Gustavo Rojas Pinilla (1953-57), respetando la despolitización de la policía por él iniciada y la desmovilización de algunas de las guerrillas liberales activadas durante “La Violencia”. Pero el pacto también generó resistencia.

En 1962, el gobierno de Guillermo León Valencia (1962-66) atacó una de las “Repúblicas Independientes” (que no reconocían la autoridad estatal), bajo control de una comunidad de campesinos que se habían negado a entregar las armas, y que se habían refugiado en esa zona para escapar del acoso de las autoridades. Este es el inicio de ataques destinados a “pacificar” el país y a extender el imperio de la ley del Estado colombiano en su territorio.

En 1964, estos grupos se reagruparon en el denominado “Bloque Sur”, y en 1966 se convirtieron en las FARC. Un origen igualmente contestatario ante el Frente Nacional tiene el Movimiento 19 de Abril (M-19), una guerrilla urbana que se levantó en 1974 ante el “fraude electoral” cometido en 1970 sobre el General Rojas Pinilla (candidato presidencial que perdió frente al del Frente Nacional).

Comunidades indígenas también se armaron en 1984 para defenderse de los ataques de militares, terratenientes, Gobierno, y otros grupos, creando el Movimiento Armado Quintín Lamé (MAQL). Orígenes más ideológicos tienen el Ejército de Liberación Nacional (ELN), un grupo fundado en enero de 1965 por sacerdotes armados (Teología de la Liberación) y estudiantes universitarios recién llegados de Cuba (adeptos al “foquismo” del Che), y el Ejército Popular de Liberación (EPL), una guerrilla originalmente maoísta, fundada en julio de 1967, que en 1975 viró hacia la línea marxista-leninista. Pero estos modelos “socialistas” sirvieron, en el mejor de los casos, tan solo como marcos de referencia.

Sin el afán de adentrarnos en la minucia de las diferencias ideológicas de las guerrillas, deseo destacar que otros fenómenos de igual importancia para explicar la violencia en Colombia han quedado por fuera de este análisis, como lo son el financiamiento, por parte de las élites agrarias (con el entrenamiento del Ejército), de grupos de autodefensas (o paramilitares), y el surgimiento de una élite económica rural ligada al florecimiento del narcotráfico (que luego se reagrupó en los Carteles de Medellín y de Cali).

La conjunción de todos estos factores hacen que la década 1980 sea especialmente violenta en Colombia, con cinco grupos guerrilleros activos luchando contra el Estado (en esa época el país se gana la reputación de ser un “laboratorio guerrillero”), paramilitares atacando a las guerrillas, y dos carteles de droga luchando entre sí, contra el Estado, y contra las guerrillas.

El clímax de este cuadro se alcanzó a finales de la década, cuando cuatro aspirantes presidenciales, Jaime Pardo Leal (Partido Unión Patriótica), Bernardo Jaramillo Ossa (sustituto de Pardo Leal), Luis Carlos Galán (Partido Liberal), y Carlos Pizarro Leongómez (Alianza Democrática M-19) son asesinados.

Colombia está al borde del colapso, y probablemente en parte gracias a ello, se abre una oportunidad para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente que permite, entre otros, eliminar los rezagos del Frente Nacional.

Procesos de Paz de Colombia (primera parte)

Durante esta primera fase del conflicto armado (1962-90), se llevan a cabo dos procesos de paz. El primero, liderado por el Presidente Belisario Betancur (1982-86) es severamente criticado, pues se señala que consistió en un cese al fuego sin punto de llegada. Fue como detener el enfrentamiento armado en la teoría (lo cual además no sucedió en la práctica), sin discutir los términos de la paz.

El proceso, que se alarga por tres años, termina abruptamente en 1985, con la trágicamente recordada toma del Palacio de Justicia por parte del M-19. El ejército contraataca y produce un baño de sangre en donde mueren 98 personas, entre ellos once magistrados.

El segundo proceso tuvo lugar durante el Gobierno de Virgilio Barco (1986-90), y produjo la desmovilización de tres movimientos guerrilleros. El M-19 firmó un acuerdo de paz el 26 de abril de 1990, el EPL lo hizo el 16 de mayo (una parte del grupo rehusó a desmovilizarse), y en mayo de 1991, se llega pacta con el MAQL.

Se aprobó, con participación de los exguerrilleros desmovilizados, la nueva constitución política, que entró en vigencia en 1991. Pero el ELN y las FARC-EP no participaron en ese proceso. Conversaciones adicionales entre estos dos grupos y el Gobierno de César Gaviria (1990-94), tuvieron lugar en Caracas (Venezuela) y en Tlaxcala (México) en 1991 y 1992. El ELN se fragmentó y un acuerdo de paz con un sector del mismo, la denominada “Corriente Renovación Socialista” es alcanzado el 9 de abril de 1994.

Dos son los elementos que deseo rescatar aquí. Por un lado, las FARC-EP y el ELN, las guerrillas más antiguas de Colombia, han siempre sido reacias a negociar. De ahí el valor del acuerdo recientemente alcanzado en la Habana. Por el otro, el conflicto armado colombiano entra a inicios de los años 1990 en una segunda fase.

Los paramilitares crecerán y fundarán las “Autodefensas Unidas de Colombia”; las FARC-EP entran en un nuevo proceso de expansión vinculado a su incursión en la economía del narcotráfico (eso es lo que la “historia oficial” reza), y el ELN, junto a los rezagos del EPL, continúan en actividad.

Se trata de un contexto de “paz fragmentada”, es decir de un marco en donde se logró el tan ansiado cese al fuego definitivo con tres guerrillas menores, pero en donde los dos grupos revolucionarios históricamente más importantes de Colombia, el ELN, y las FARC-EP, se levantaron más fuerte que nunca. A este nuevo marco es al que le dedicaré mi atención en la próxima entrega de esta columna.

Fernando A. Chinchilla
Ciudad de México (Julio 2016)

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Pokémon Go es un éxito y llegó al #1 en la App Store

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La nueva aplicación que atrapó a los fans de Pokémon llegó ayer a muchas partes del mundo en sus versiones de iOS y Android después de estar sólo disponible para Australia, Nueva Zelanda y Japón. Parece que hay mucha gente interesada en convertirse en maestros Pokémon atrapando los icónicos personajes de Nintendo en el mundo real ¡Y a donde quiera que vayan!

El juego se mantiene en el puesto número uno de las aplicaciones “gratuitas” desde la noche del miércoles y los entrenadores no dudaron en salir a explorar. Pokémon Go fue desarrollado por Niantic Labs y es un gran punto de partida para Nintendo y la serie de Pokémon ya que para ser el segundo juego de la compañía se espera que se convierta en algo mucho más grande.

Algunos usuarios han enviado sus quejas debido a que el juego consume totalmente la batería de los celulares. “Después de atrapar tres pokémon en el transcurso de 10 minutos, vi mi batería en 11 %” Afirmó un jugador. El problema ya está presionando a Niantic para que se solucione rápidamente.

Desafortunadamente para los fans de Latinoamérica, ya no podrán disfrutar de la misma forma el juego en sus smartphones. Sabemos cómo lograron ingeniárselas para conseguirlo pero la aplicación ha sido bloqueada en algunas partes de América latina debido a que se han infringido las normas y puede tener consecuencias para los usuarios.

Hasta el momento no se sabe la fecha exacta en la que Pokémon Go estará disponible en Latinoamérica, pero se espera que sea pronto. Probablemente con el mismo éxito que está teniendo en otras partes del mundo. ¿Qué opinas?

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El empoderamiento ciudadano como la mejor solución

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“Todos roban”

“Los honestos se extinguieron”

“Los políticos son todos corruptos”

“El poder corrompe”

“Ningún honesto puede ganar elecciones”

Estos pensamientos están más arraigados de lo que pensamos en la ciudadanía latinoamericana. Ahora, la pregunta es, ¿la corrupción ha absorbido a la política y por ello hay un descreimiento generalizado o, por el hecho de que se ha arraigado una desvalorización de la política en general esta se ha podido ir alejando de cualquier regla ética o moral?

Jamás hay que olvidar que para que las instituciones democráticas funcionen como deben el ojo controlador de los ciudadanos no debe dar respiro, porque es cuando se mira para un costado que quienes tienen la obligación de gobernar en pos del bienestar común se sienten cómodos para actuar de forma indebida.

Si quienes depositan la confianza en un candidato sólo recuerdan que su participación en la vida democrática es necesaria cada cuatro años, luego no tienen derecho moral a reclamar o quejarse cuando dicho funcionario abandona su puesto con varios millones en su maletín y un desastre irreparable en su cartera.

Siguiendo con las frases populares podríamos recordar la famosa “La culpa no es del chancho sino del que lo alimenta”. ¿Por qué motivo se cree que aquel rostro que aparece sonriente en una boleta o en un spot propaganda será un ser angelado y honesto que se desvelará por las noches alimentando a los desnutridos y abrigando a los sin hogar?

Tal vez sería algo que nos podría responder un psicólogo o un sociólogo, tal vez responde a la misma necesidad que ha tenido la humanidad desde tiempos inmemoriales de adorar a Dioses perfectos capaces de recompensar o castigar a su antojo. Sobre todo, Dioses a los cuales se les pueda reclamar cuando las cosas tomen un curso diferente al esperado, a modo de deshacerse por completo de la responsabilidad propia.

En definitiva, no puede exigirse lo que uno no está dispuesto a dar, casi como en una relación amorosa. Difícilmente un funcionario se ocupe de lo que le preocupa a un ciudadano común si este no se involucra ni se informa esforzándose por comprender una lógica de poder en la que cada vez hay menos lugar para los desentendidos.

La clásica división entre el ámbito privado y el público ya queda obsoleta, hoy en día ya no pueden pensarse estas relaciones pendulares sin considerar el lugar, cada vez más influyente, de la ciudadanía y los medios masivos de comunicación. Estamos ante una ciudadanía que se empodera y exige, esta parece ser la única y la forma más efectiva para enderezar las instituciones democráticas de América Latina.

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EL TRATADO DE COMERCIO DE ARMAS CONVENCIONALES

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El Tratado de Comercio de Armas (o Arms Trade Treaty, ATT) es un acuerdo internacional que entró en vigencia en diciembre de 2014, y que busca regular el comercio internacional ilegal de armas convencionales a escala planetaria. El objetivo del acuerdo es evitar el trasiego de “armas pequeñas”, es decir de revólveres, rifles, carabinas, fusiles de asalto, etc., de minas terrestres y marítimas, y de todas las armas que no son de destrucción masiva. Las bombas (y las bombas de racimo), los cohetes, y todo tipo de misil, pueden entonces ser considerados como “armas ligeras”, siempre y cuando no lleven, por supuesto, ojivas biológicas, nucleares o químicas.

Criticado por unos treinta Estados que siguen reclamando, con un anacrónico discurso antiglobalización, la primacía de su soberanía en el sistema internacional sobre la de los tratados internacionales (de seguro como excusa para proteger intereses ligados a la compra de armas) y por diversos actores sociales de derecha, que ven en él una amenaza a la libertad a la autodefensa–esto sucede sobre todo en los Estados Unidos (p.ej. la National Rifle Association) pues en América Latina los grupos sociales más bien presentan el tema como una cuestión humanitaria, el ATT merece nuestra atención. No solo los datos de la Oficina de las Naciones Unidas para el Crimen y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) señalan que al menos el 41% de los crímenes que se cometieron en el 2013 fueron perpetrados con armas pequeñas, sino que América Latina y el Caribe sigue siendo la zona más insegura del mundo. En 2015 once de los veinte países más violentos del orbe se encontraban en América Latina y el Caribe: Honduras, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Colombia, y Trinidad y Tobago son más inseguros que República Democrática del Congo (RDC); Ruanda es más seguro que Brasil, y la violencia letal en México es más alta que la de Nigeria, Guinea Ecuatorial, Botsuana, y Namibia. Debe entonces ser de nuestro interés conocer, investigar, y darle seguimiento a cualquier iniciativa que, de una forma u otra, pueda contribuir a poner freno a la inseguridad que viven los ciudadanos latinoamericanos y caribeños.

En 2015 once de los veinte países más violentos del orbe se encontraban en América Latina y el Caribe: Honduras, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Colombia, y Trinidad y Tobago son más inseguros que República Democrática del Congo (RDC); Ruanda es más seguro que Brasil, y la violencia letal en México es más alta que la de Nigeria, Guinea Ecuatorial, Botsuana, y Namibia.

De la institucionalización del régimen de regulación del comercio de armas

Desde los años 1990s, sectores sociales en diversas partes del mundo se movilizaron para denunciar la existencia de un comercio internacional no regulado de armas. El tema saltó a las prioridades en la agenda internacional porque el fin de la guerra fría marcó el término del “equilibrio del terror”, aquella “estabilidad” resultante de la amenaza de un cataclismo mayor (en caso de que alguna de las superpotencias accionara el gatillo nuclear). La prioridad en términos de seguridad pasó entonces a cuestiones de desarme y de control nuclear. Algunos expertos podrán indicar, no sin razón, que la popularización del paradigma de la “seguritización”, según el cual la seguridad debe ser entendida como una construcción social y una disputa política (ver, por ejemplo, Carla Álvarez Velazco, 2016), explica el aumento de interés en el control de armas convencionales.

Pero lo cierto es que objetivamente se registró a partir de los años 1990 un aumento en las muertes por homicidio en la mayoría de países en vías de desarrollo.

En 1997, premios Nobel de la paz como Oscar Arias, Elie Wiesel, Jody Williams, el Dalai Lama, y José Ramos-Horta, apoyados por organizaciones como Amnistía Internacional, presentaron la idea de establecer estándares éticos para el comercio de armas. En 2001 se adoptó una iniciativa (voluntaria), por parte de la United Nations Conference on the Illicit Trade in Small Arms, llamada “Programme of Action to Prevent, Combat and Eradicate the Illicit Trade in Small Arms and Light Weapons in All Its Aspects” (PoA) y en 2007 se creó un grupo de expertos para elaborar un reporte de factibilidad que llevó a la aprobación, por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 2 de abril de 2013, del ATT. Al respecto, hay que señalar que este instrumento legal debe apenas ser considerado un primer paso en la larga reglamentación del comercio de armas, pues claramente no interfiere en el comercio de armas a lo interno de los Estados, y no reglamenta nada en torno al derecho ciudadano a portar armas. Tampoco prohíbe la exportación de tipos específicos de armas ni cuestiona regulaciones nacionales existentes. El tratado solo obliga a sus signatarios a monitorear el movimiento del comercio de armas, para asegurarse que se respeten los embargos existentes y que las armas comerciadas no terminen en manos equivocadas.

Tres retos de la cooperación interamericana en la materia

Es claro que cualquier intento por regular el comercio de armas convencionales se enfrentará a poderosos intereses económicos de las industrias de los países exportadores más importantes, que son los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, y Rusia). Pero más allá de lo obvio, desearía resaltar que en la actualidad, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Haití, Honduras, Surinam, todos países firmantes, no han ratificado el tratado. Dos países, Nicaragua y Venezuela, ni siquiera aparecen como signatarios. Un primer reto para América Latina y el Caribe consiste entonces en asegurarse que el conjunto de países firmen y ratifiquen el tratado, a pesar de las presiones económicas nacionales e internacionales que pueden existir para debilitar su implementación.

Un primer reto para América Latina y el Caribe consiste entonces en asegurarse que el conjunto de países firmen y ratifiquen el tratado, a pesar de las presiones económicas nacionales e internacionales que pueden existir para debilitar su implementación.

En segundo lugar, se deben fortalecer los diferentes escenarios de cooperación regional y sub-regional, desde la ONU hasta la Organización de los Estados Americanos (OEA), pasando por la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el Sistema de Integración Centroamericano (SICA), y la Comunicad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Así como en otras épocas se denunció la “condicionalidad cruzada” al referir a los requisitos bancarios exigidos por diversos organismos internacionales para otorgar préstamos a los países aquejados por la crisis económica de los años 1980s, ojalá podamos pronto referir a la “cooperación cruzada” para señalar redes horizontales de cooperación transnacional. Y para evitar escaramuzas políticas, tal vez lo mejor sea privilegiar la cooperación técnica. Al fin y al cabo, deben existir estrategias consistentes, objetivas, y no-discriminatorias que aseguren la vigencia del tratado. Las partes deben establecer y mantener sistemas nacionales de control para generar datos comparables con otros Estados, no solo por transparencia–las listas nacionales son remitidas y compartidas con las otras partes–sino también para permitir evaluar el avance en su cumplimiento. Deben también designar un punto nacional de contacto para compartir información, y considerar medidas de reforzamiento de la confianza para reducir los riesgos a la paz y a la seguridad internacionales y, finalmente, tomar medidas para que las armas comerciadas no sean desviadas. Los escenarios multilaterales antes mencionados pueden, en su conjunto, ayudar a establecer y a implementar criterios técnicos que permitirán alcanzar grados de eficacia de la cooperación en la materia.

En tercer lugar–y esto puede ser más complicado–se trata también de darle contenido a la declaración de la Segunda cumbre de la CELAC (2014), según la cual América Latina y el Caribe son una “zona de paz”. Ello puede toparse con dos obstáculos mayores. Por un lado, los Estados no tienen la capacidad institucional para hacer valer el imperio de la ley en todo su territorio. La ausencia estatal es más fuerte en las zonas fronterizas, alejadas de los centros urbanos y políticos. Mientras esta siga siendo la regla, seguirá el comercio ilegal floreciendo sin dificultad, no por intención de las autoridades, sino por omisión en el control de las actividades ilícitas. Este problema no será resuelto mañana, pero su complejidad no es excusa para no avanzar en una solución. Por el otro, algunos de los gobiernos actuales en la región tienen concepciones diferentes sobre cómo reforzar su seguridad. Sin buscar discutir las mutaciones recientes y el significado actual de la noción de “seguridad”, debo señalar que en abril de 2016 se anunció la adquisición a Rusia, por parte de Nicaragua, de 50 tanques de guerra T-72B, 12 sistemas de defensa antiaérea ZU-23-2, dos helicópteros Mi-17V-5, un lote de vehículos blindados, lanchas patrulleras y coheteras, y otros. El gobierno de Ortega, que maneja un discurso de paz, de lucha contra el narcotráfico y de reforzamiento de las capacidades del Ejército para la atención de desastres naturales, no ha explicado las razones y objetivos de dicha compra. Lo mismo puede ser argüido en el caso de Venezuela, que, según el Instituto de Investigaciones de Paz, ocupa el 18 lugar a nivel mundial en cuanto a países compradores de armamentos, y que habría gastado en 2015 USD 162 millones en compras de armas a China (147 millones), Estados Unidos (6 millones), Austria (5 millones) y Holanda (4 millones).

Deben también designar un punto nacional de contacto para compartir información, y considerar medidas de reforzamiento de la confianza para reducir los riesgos a la paz y a la seguridad internacionales y, finalmente, tomar medidas para que las armas comerciadas no sean desviadas.

Conclusión: lo importante no es inventar la rueda, sino hacerla rodar

El comercio internacional de armas abarca tanto transferencias legales (generalmente en el marco de acuerdos gubernamentales), ilegales (si autorización gubernamental), y las que se encuentran en “zonas grises” (cuya legalidad es incierta pero su ilegalidad es dudosa). El ATT busca reglamentar un fenómeno mundial que se concentra en donde existen conflictos armados, violencia, y crimen organizado. Por ello es que América Latina y el Caribe son regiones especialmente interesadas en darle seguimiento a la implementación de este nuevo instrumento de cooperación multilateral. Hasta ahora, 85 Estados han ratificado el ATT, y 47 más están en proceso de hacerlo. Desde su entrada en vigencia, se organizó la primera conferencia de los Estados parte, que tuvo lugar en Cancún (México) del 24 al 27 de agosto de 2015. En esa reunión, se logró tomar decisiones básicas como escoger una sede para la Secretaría del tratado (Ginebra), pero no logró adoptar las plantillas de documentos necesarias para que los Estados completaran su reporte inicial de implementación en diciembre de ese año. Es decir, a los obstáculos políticos y propios a la región latinoamericana, se añaden los obstáculos técnicos propios a la implementación de nuevos regímenes de cooperación internacional. La segunda conferencia de Estados parte del tratado tendrá lugar durante el segundo semestre de 2016, y sus resultados deberán ser analizados con detalle.

El ATT busca reglamentar un fenómeno mundial que se concentra en donde existen conflictos armados, violencia, y crimen organizado. Por ello es que América Latina y el Caribe son regiones especialmente interesadas en darle seguimiento a la implementación de este nuevo instrumento de cooperación multilateral.

Las compras de armas de Nicaragua y Venezuela son transacciones legales. Y aunque no lo fueran, estos países no aparecen como signatarios del tratado, por lo que no están sujetos a sus disposiciones. El ATT representa, sin duda, un paso en la dirección correcta, pero se trata también de un muy tímido progreso, pues la problemática relacionada a las armas de fuego no tiene que ver únicamente con las armas que son comerciadas ilegalmente–es cierto que el trasiego ilegal es un problema–sino también con aquellas que son comercializadas legalmente. Es aquí, me parece, en donde se encuentra el meollo del asunto. La lucha será entonces intensa, no solo contra las cúpulas de poder locales que pueden usar la compra de armas como un botín político, sino también contra la industria manufacturera, que gana billones anualmente. Y si se habla de construir una cultura de paz, entonces habrá también que trabajar a nivel local en cada uno de los países signatarios para forjar usos y costumbres que vayan más acorde con el espíritu de este esfuerzo de reglamentación.

Fernando A. Chinchilla
New York City (Junio 2016)

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Sangrando invisibilidad, normalidad e impunidad

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La semana pasada se registró uno de los hechos más indignantes e inhumanos en Brasil, la violación colectiva de una menor de 16 años a manos de 33 hombres. Este hecho logró movilizar a una parte de la sociedad brasileña ya que, la manera en que se dio a la luz la noticia fue a través de un video que se divulgó por las redes sociales. Este acontecimiento por sí solo es indignante, sin embargo lo que desata es aún más indignante; la cultura de la violación.

El término nace en 1970 con la segunda ola del feminismo, diversos académicos la definen como una serie de creencias que provocan o fomentan la violencia de los hombres contra las mujeres, provocando la normalización de éstas acciones. De acuerdo a Chris O’Sullivan, el sexismo es una pieza fundamental en la cultura de la violación, ya que, los actos de sexismo se emplean comúnmente para validar y racionalizar las prácticas misóginas. Por ejemplo, los chistes sexistas pueden fomentar un desprecio del bienestar de la mujer, o una víctima de violación podría ser culpada, alegando que lo “estaba buscando” por la forma en que se vestía o actuaba. ¿Es posible que el término se haya empleado desde 1970 y siga siendo vigente? Nos convertimos en el ejemplo perfecto a implementar en las investigaciones de éstos académicos.

…los chistes sexistas pueden fomentar un desprecio del bienestar de la mujer, o una víctima de violación podría ser culpada, alegando que lo “estaba buscando” por la forma en que se vestía o actuaba. ¿Es posible que el término se haya empleado desde 1970 y siga siendo vigente? Nos convertimos en el ejemplo perfecto a implementar en las investigaciones de éstos académicos.

Vivimos en sociedades donde la violación es permitida y normalizada. En México, Brasil y el resto de América Latina se responsabiliza a la propia víctima sobre la violación. En Brasil tan sólo el 35% de los casos de violencia sexual son notificados a las autoridades, muchas refieren el sentimiento de culpa y vergüenza como los motivos primordiales para no denunciar. Es de sorprenderse el porcentaje y es que, una de las preguntas que se hizo en el interrogatorio a la joven fue “¿acostumbras practicar sexo en grupo?”. ¿Por qué esa pregunta era necesaria? ¿Importa acaso cuál o cómo lleva su vida sexual? Fue violencia sexual y nada lo justifica.

Las cifras en México no son menos alarmantes y es que de acuerdo al INEGI, sólo 1 de cada 3 mujeres comenta con sus familiares la experiencia; menos de 2 de cada 10 busca apoyo en alguna institución pública y el 8% acude a las procuradurías estatales de justicia. De este porcentaje, 3 de cada 4 interpone una denuncia. Éstas cifras solo comprueban lo arraigado que está la cultura de la violación además de la impunidad que existe únicamente en México o Brasil, sino en América Latina.

¿Por qué tomó tanta atención mediática el caso de la adolescente brasileña? No sólo por la brutalidad e impunidad que quedaron en evidencia, sino porque provocó que se visibilizara esta cultura. Brasil de acuerdo al “Informe Anual de Seguridad Pública de Brasil” en el 2014 registró 47.000 violaciones cada año, una cada 11 minutos. El 15% de las violaciones en el país son colectivas, hasta en un 40% de los casos se involucran drogas para someter a la victima y para hacerlo más alarmante, el 71% de los casos las víctimas tienen menos de 18 años.

Vivimos en sociedades donde la violación es permitida y normalizada. En México, Brasil y el resto de América Latina se responsabiliza a la propia víctima sobre la violación. En Brasil tan sólo el 35% de los casos de violencia sexual son notificados a las autoridades, muchas refieren el sentimiento de culpa y vergüenza como los motivos primordiales para no denunciar.

En México de acuerdo a el Comité de Violencia Sexual de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) entre 2010 y 2015 registró 3 millones de casos de violencia sexual, 600 mil casos por año. El estudio demuestra que el 90% de las víctimas de violencia sexual son mujeres, 4 de cada 10 víctimas son menores de 15 años, 9 de cada 10 agresiones son cometidas por hombres y el 60% de las agresiones suceden en el hogar de las víctimas.

Esta violencia se caracteriza por su invisibilidad, normalidad y su impunidad. Pero como sociedad, ¿nos identificamos con estas características?, ¿Por qué seguimos permitiendo actos sexistas, misóginos y de violencia?, ¿Nos merecemos eso?, ¿Hasta cuándo vamos a detener tanta violencia? Visibilicemos nuestros privilegios, hagamos anormal la cultura de violación y busquemos que se castigue cualquier acto de violencia. Dejemos de minimizarla. Porque sigo buscando un México en el que las calles, las noches, las fiestas, las esquinas obscuras y los vestidos cortos me pertenezcan sin miedo. Donde ser “sola” sea sinónimo de seguridad.

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Polvo eres y en polvo te convertirás

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El viejo adagio bíblico, que describe el ciclo de la vida del hombre, parece profesar ahora también el ciclo de vida de nuestra comunidad. La Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey, que era poco más que polvo en 1596, literalmente, de poco a poco, a polvo está volviendo en este 2016.

Los distintivos cerros y montañas de nuestra metrópoli permanecen como referentes internos. Pero hacia afuera, en lo externo, empiezan a ser desplazados de su histórico papel de señalamientos naturales –indicaban antes la llegada próxima a la Sultana del Norte– por una verdosa nata de contaminación, que es cada vez más permanente y menos intermitente.

La tolva de suciedad que nos cubre, delata desde lejos una generalizada falta de compromiso regiomontano con un medio ambiente sano. La Avenida Cuauhtémoc huele a smog de camión urbano, y el corazón de la ciudad, sobre todo de Colón hacia el norte, a escombro. Cruzar hacia Bernardo Reyes; ver las vías del tren que pasan cerca del Centro; o ir a la Colonia Moderna, confirma la profecía del polvo.

Los distintivos cerros y montañas de nuestra metrópoli permanecen como referentes internos. Pero hacia afuera, en lo externo, empiezan a ser desplazados de su histórico papel de señalamientos naturales –indicaban antes la llegada próxima a la Sultana del Norte– por una verdosa nata de contaminación, que es cada vez más permanente y menos intermitente.

La Organización Mundial de la Salud, publicó la semana pasada que Monterrey es una de las ciudades con peor calidad de aire de América Latina. Padecemos de dos males; de dos polvos: partículas PM 2.5, que son más pequeñas y producen más daño (en esta medición aparecemos en tercer lugar del Continente); y partículas PM 10, que son un poco más grande y pueden detenerse, en parte, por el sistema respiratorio (en esta medición obtuvimos el séptimo lugar). En el Área Metropolitana de Monterrey, dependiendo del sector, las distintas fuentes contaminantes, causantes de nuestra condición “empolvorada”, contribuyen en variadas proporciones a la totalidad del problema. En Santa Catarina, García y el poniente de San Pedro, las 49 pedreras y las industrias crecen en su porcentaje de responsabilidad. Al oriente de la ciudad, en Juárez, Guadalupe y Cadereyta, los azufres emitidos por la refinería de PEMEX juegan un papel mucho más preponderante. Además, existen más de 18,000 empresas establecidas en el área conurbada que contaminan. Otro problema, es el de los carros.

Sin haber herramientas claras para medir por separado, en un promedio generalizado de toda la ciudad, qué porcentaje del problema de contaminación del aire es ocasionado por los carros y cuánto por la industria, el Dr. Gerardo Mejía del Tec de Monterrey, calcula que ambos factores representan un 80%. En el Tec, también se ha estimado que el costo por persona, calculando la pérdida de productividad, la disponibilidad de pago y los gastos en salud, del problema de la calidad de aire lo es de 1,900 millones de dólares al año. Esto representa un costo per cápita de 422 dólares anuales, considerando 4.5 millones de habitantes en el Área Metropolitana de Monterrey.

Atacando únicamente un solo factor, el gobierno del estado, que encabeza Jaime Rodríguez Calderón, ha insistido en una política irresponsable por insuficiente, ante las recientes alertas internacionales entorno al problema. El programa de la verificación vehicular, no constituye una solución integral para resolver el tema de la calidad del aire en Nuevo León. De acuerdo con las evaluaciones del Centro de Tecnologías para el Desarrollo Sostenible del Tec de Monterrey, la solución debe de incluir estrategias de movilidad y transporte; de inspección en la industria; de planeación urbana; y de establecer más parques y programas de reforestación.

…el gobierno del estado, que encabeza Jaime Rodríguez Calderón, ha insistido en una política irresponsable por insuficiente, ante las recientes alertas internacionales entorno al problema. El programa de la verificación vehicular, no constituye una solución integral para resolver el tema de la calidad del aire en Nuevo León.

El viernes pasado, junto con Mauro Guerra, el Presidente del PAN en Nuevo León; Annia Gómez; Lalo Leal, el Secretario de Acción Juvenil, y dos diputados del Grupo Legislativo de mi partido, Hernán Salinas y Marcelo Martínez; los jóvenes del PAN pedimos al Gobernador una solución responsable y de largo plazo, en la que se incluya a todos los sectores de la sociedad, para atender el problema de la contaminación del aire. La verificación vehicular ha fallado en otros lugares y las voces de los expertos y de las organizaciones civiles reclaman, como alternativa un programa de inspección y mantenimiento. Además, aprovechar el problema como una excusa para crear conceptos de impuestos o cobros adicionales a los ciudadanos, es salirse por la tangente y no atacar el tema de frente: el gobierno tiene que estar dispuesto a absorber el costo político de vigilar a la industria; sacar a las pedreras del área metropolitana; y regularizar las emisiones de la refinería de Cadereyta.

Que tenemos un mejor gobierno que el que teníamos, es tan indiscutible como que la postura mediática del gobierno es insuficiente. Sin embargo, ha faltado una propuesta innovadora y con carácter para atender este tema. Esperamos subir el nivel de la discusión y que el “Bronco” adopte la postura que necesita Nuevo León. En la misma serie de análisis del Tec, se calcula que si seguimos así, en 40 años, a valor presente, el problema de la mala calidad del aire llegará a representar un costo por persona anual que oscilará alrededor de los 210,000 pesos “que representan el exceso en gastos de salud al aumentar la contaminación por atender a una persona de unos 65 años hasta su fallecimiento”.

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Texto de Ciudadanos a Jaime Rodríguez Calderón sobre #MonterreyVI

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Ing. Jaime Rodriguez Calderón
Gobernador Constitucional del Estado de Nuevo León
Presente

Somos un grupo de ciudadanos y representantes de diversas organizaciones sociales y colectivos que nos oponemos a la realización del Acueducto Pánuco-Cerro Prieto, Proyecto Monterrey VI, el cual plantea que la solución a los requerimientos de agua para Nuevo León, es el trasvase de agua del Río Pánuco.

Como seres humanos, por derecho propio, expresamos nuestra inconformidad a dicho proyecto por consideraciones legales, éticas, morales, científicas y económicas.

Aprovechamos que estamos frente a usted, para plantearle las siguientes consideraciones:

1. Considerando que usted el 29 de agosto de 2015, en el evento del Foro Monterrey, se comprometió, explícitamente, a que dicho proyecto no se haría; y con sorpresa, vimos que después de reunirse con Enrique Peña Nieto, el ejecutivo federal, declaró que Monterrey VI si se realizaría, en una clara acción que implica no honrar su palabra; le hacemos un reclamo puntual, aunque respetuoso, por haber defraudado de este modo a la ciudadanía.

2. Considerando que el tema del agua es un asunto vital para todos; le informamos que estamos dispuestos a coadyuvar a encontrar soluciones sustentables a este problema, poniendo toda nuestra capacidad, talento, buena disposición, conocimientos, experiencia, y amor a nuestro país y a Nuevo León.

3. Considerando que el derecho al agua es un derecho humano; esto también implica que cualquier decisión en la implementación de cualquier proyecto que se aplique se respeten los derechos humanos de los mexicanos. Cualquier proyecto debe evitar el despojo a los pueblos originarios y campesinos, el daño a los ecosistemas y la corrupción en la aplicación de los recursos invertidos en ellos.

4. Considerando que el gobierno que usted encabeza, antes de determinar cualquier proyecto hídrico para Nuevo León; debe de empezar a trabajar sobre los asuntos básicos:

a. Captación de toda el agua de lluvia, que cada vez que llueve cobra vidas y colapsa la zona metropolitana.

b. Manejo eficiente del agua en el campo y en la ciudad. En el caso del campo principalmente en las zonas de riego.

c. Campaña masiva e intensiva de educación para usuarios urbanos y agrícolas, que inicie a ras de tierra, en las escuelas, en las iglesias, en los mercados, en los cruceros, en la televisión y radio públicos, etc.

d. Restauración ecológica en la zona metropolitana y sus cerros (espacios naturales, áreas naturales protegidas), para favorecer la captación, infiltración y aprovechamiento del agua, y además coadyuvar a resolver el terrible primer lugar, en América Latina, de aire con partículas suspendidas, microgramos por metro cúbico de polución anual PM2.5, más del triple de lo que indican las directrices de la OMS.

e. Combatir la avaricia de los desarrolladores y fraccionadores que infringen toda ley y ética, y que están acabando los cerros, coludidos con malos funcionarios. Si bien mucho de esto tiene que ver con permisos municipales, también es cierto que como ejecutivo usted tiene que llamar a formar un gran frente en contra de esta devastación ambiental.

f. Dejar de liberar agua de las presas El Cuchillo y La Boca en circunstancias no justificadas.

g. Que se acabe de una vez por todas con el uso patrimonialista de pozos de agua clandestinos, particulares y de empresas.

Si no se hace esto, no habrá agua que alcance, sea cual sea el proyecto que se realice.

5. Considerando que este proyecto hídrico, de traer agua contaminada del río Panuco a nuestras presas, es un proyecto que implica una carga financiera muy onerosa a las finanzas públicas, prácticamente quebradas y que afecta derechos humanos de pueblos originarios y campesinos pobres, que lastima ecosistemas y que tiene implicadas a empresas “favoritas” tanto del Presidente de la República como del ex gobernador Rodrigo Medina de la Cruz; solicitamos, bajo el amparo de los artículos 1 y 8 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:

PRIMERO: Que se haga una Consulta Pública en torno al Proyecto Hídrico que necesita Nuevo León, llámese Monterrey VI o de otro modo, considerando para la misma todas las alternativas que está evaluando el Fondo de Agua Metropolitano de Monterrey.

SEGUNDO: Demandamos una respuesta puntual a los asuntos básicos planteados del apartado a) al g).

 

Monterrey, Nuevo León a 19 de mayo de 2016

El domicilio convencional de los que suscribimos está petición es el ubicado en José L. Garza 2701, esquina Constantino de Tárnava en la Colonia Chepevera, en Monterrey, N.L., con atención a Liliana Flores Benavides.

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