La Revolución descafeinada y light en 2016

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Un aniversario más se cumple del movimiento social que sacudió al país hace 106 años. Y más allá de las facciones o analizar cómo se desenvolvió el proceso, la pregunta es ¿qué queda de la Revolución?

Alguna vez aquel que iba a defender el peso como un “perro”, José López Portillo, se autonombró el último presidente de la Revolución… Y es que conforme pasó el tiempo, los ideales, las personas, las instituciones, el imaginario colectivo que dejó este proceso, cambió.

 




Hasta los años cuarentas, había un buen número de Veteranos, exlíderes que tenían cierta influencia todavía. Para que ir más lejos, el General Lázaro Cárdenas, un baluarte de la revolución institucionalizada, si es que el término se puede acuñar.

En los años cincuenta, se fundó el PARM por ex veteranos de la Revolución, pero sin lugar a dudas, la herencia más grande de la Revolución fueron la Constitución y el PRI. Algunos me dirán que Pemex es parte de esa herencia, puede ser, pero está algo influido con la visión socialista de gobierno del General Cárdenas.

La Constitución Mexicana y el PRI son los dos últimos rastros que viven de la Revolución. La Secretaría de la Reforma Agraria también perduró, pero duró años en el olvido desde los noventas.

La pregunta es ¿vale seguir viviendo de los ideales de la Revolución o sentirse parte de la Revolución? El mundo cambió y la sociedad mexicana también, los contextos cambiaron, las leyes mismas cambiaron.

Por eso, tenemos una Constitución que es reformada cada media hora, la visión de los constituyentes de 1917 ya no es la del 2016. Y en cuanto al PRI, seguir viviendo de la trasnochada idea de la Revolución cuando no tiene a un solo miembro activo que haya sido veterano te deja más preguntas que respuestas.

Pongámonos a pensar en todo lo que creó la Revolución y ya no existe. La repartición agraria, los ejidos, el PARM, la no reelección, PEMEX en venta de garaje, leyes referentes al Distrito Federal, entre otras.

El salto histórico no lo quieren dar los partidos porque la Revolución es un ideal nebuloso que todos amamos, celebramos y vemos como algo idílico y sin matices. Un ideal del que los partidos y en específico los partidos de izquierda siguen haciendo negocio mental.

Para cerrar, hay dos temas interesantes y algo absurdos pero que sobreviven herencia y producto de la Revolución. En los requisitos para ser diputado o senador se exige ser “MEXICANO POR NACIMIENTO”, si usted ve los requisitos en la comunidad europea, Estados Unidos y algunos países de América Latina, el requisito es ser ciudadano solamente.

Esto hace y crea que todo mexicano por naturalización es un ciudadano de segundo nivel y eso que hasta hace pocos se ha reconocido la posibilidad de poseer una doble nacionalidad. Para muestra, vea el registro de debates de 1917 sobre los artículos que abordan el tema de la nacionalidad y el estatus de los extranjeros donde se ve un nacionalismo reacio y un claro desprecio al extranjero.

El mismo Vicente Fox, en los años cincuenta, no hubiera podido ser presidente al tener una madre de origen español. Dicha modificación vino en los noventas que suavizó el requerimiento para ser presidente diciendo que al menos uno de los padres fuera mexicano por nacimiento.

Y finalmente, el absurdo más grande que aún permanece es la Ley a Favor de los Veteranos de la Revolución (DOF, 7-I-1950). Una ley, repito, vigente, que protege a toda y todo aquel que haya prestado servicios activos a la Revolución entre el 19 de noviembre de 1910 y el 5 de febrero de 1917.

Así, si usted se enroló a los 16 años, el 4 de febrero de 1917, al cuarto a las 12 de la noche, tienen derecho, usted, a sus 115 años de edad, su esposa y concubina y sus hijos… menores de 18 años. Excepto, para todo aquel que luchó junto con Victoriano Huerta.




Cuando era niño, recuerdo que en Cumbres 1er sector, enfrente del parque donde termina la Avenida Enrique C. Livas existía una casa sola y casi abandonada que decía que ahí era la Asociación de familiares de los Constituyentes por Nuevo León en 1917. Ese lugar en poco tiempo se convirtió en una taquería….

En 1946, don Daniel Cosío Villegas anunció que la Revolución había muerto. La visión de país para el siglo XXI debe valorar la herencia de 1917 pero de ninguna manera seguir viendo este movimiento anárquico y disruptivo como un ideal de gloria y plenitud que no fue ni buscó ser.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Misa de cuerpo presente: PEMEX

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Otra vez ocurrió una tragedia donde el nombre de Petróleos Mexicanos está metido y ahora no fue otro despilfarro del sindicato o tráficos de influencia, fueron víctimas humanas, trabajadores que murieron víctimas de la negligencia de la dirigencia de la planta y de Mexichem.

La existencia de accidentes no es algo extraño en la industria petrolera, pero la incompetencia en el manejo y en el mantenimiento es algo tan mexicano que nos hemos acostumbrado a solo agachar la cabeza y llorar por las víctimas como en todos los temas que impactan negativamente la nación.

No tengo la más mínima confianza en lo que vaya a o deje de hacer José Antonio Gonzalez como director de PEMEX, que simplemente es un sepulturero más que tratará de que el cajón fúnebre luzca de buena madera. Con privatización o no, el anuncio de la muerte de la petrolera tarde o temprano llegará y a decir verdad quizás ya estamos preparados para el funeral.

Esto es parte de la sistemática degradación de PEMEX, poco a poco ha ido avanzando el cáncer; desde tiempos del infame Joaquín Hernández Galicia alias “La Quina” que se robó hasta las tuercas de las refinerías para llegar a la dictadura actual del otro traidor de la clase obrera llamado Carlos Romero Deschamps que por salud mental no quiero pensar cuánto se ha robado. Aquella empresa nacional creada a bien por el General Cárdenas ahora es solo un recuerdo de algo que fue y no volverá a ser. Una empresa que mataron, sí , Pemex no murió por el mercado internacional, no fue la OPEP, no fue el “imperialismo yankee”. Fueron Los Pinos, su sindicato ruin y los compadres del presidente en turno que han manejado la empresa.

Como es una costumbre muy mexa, todo lo que toca el gobierno lo termina empeorando, ejemplos no faltan: Pemex, Conasupo, CFE, Luz y Fuerza, Concarril, etc. Ustedes, la clase política mataron a la empresa, tú, Carlos Romero… ustedes son los traidores, vendidos, ratas, ladrones, cobardes, anti-obreristas, ustedes que son los que se van a enriquecer con la venta no van a poner ni un peso por los trabajadores muertos en los accidentes, no pusieron ni pondrán un peso por las ciudades petroleras como Minatitlán o Coatzacoalcos que van a terminar temblando para ver que hacen en el “after Pemex”.

Hoy en Coatzacoalcos perdieron muchos no solamente Pemex; perdieron el trabajador a pie, su familia, los proveedores, las tiendas de autoservicios hasta el que vende tacos afuera de las plantas, el impacto a la cadena económica es terrible y nadie ha salido a dar la cara por esta bronca que tiene a la ciudad paralizada.

La existencia de accidentes no es algo extraño en la industria petrolera, pero la incompetencia en el manejo y en el mantenimiento es algo tan mexicano que nos hemos acostumbrado a solo agachar la cabeza y llorar por las víctimas como en todos los temas que impactan negativamente la nación.

De los discursos bonitos de los 54980965 directores que ha tenido PEMEX a largo de su historia no come la gente, no come el trabajador que arriesga su vida bajo condiciones paupérrimas solo por la “hueva política” de ponerse a trabajar como empresa que es y no como concesión de poder del presidente.

No tengo la más mínima confianza en lo que vaya a o deje de hacer José Antonio Gonzalez como director de PEMEX, que simplemente es un sepulturero más que tratará de que el cajón fúnebre luzca de buena madera. Con privatización o no, el anuncio de la muerte de la petrolera tarde o temprano llegará y a decir verdad quizás ya estamos preparados para el funeral.

Estimado lector, sobre Pajaritos hay que llorar, pero las lágrimas son para los obreros, los que si amaron a PEMEX, no para el gobierno, ellos no merecen nada.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”