Y arranca uno de los periodos de mayor intensidad política y de mercadotecnia del país, las elecciones federales, el pasado viernes 8 de septiembre el Instituto Nacional Electoral, el INE, dio luz verde al inicio de la temporada de las #Elecciones2018. Pero por que serán tan emblemáticas estas en comparación a otras, bueno, la respuesta es bastante compleja, y no es solo la crisis política que aqueja el país, la falta de ideologías y líderes en los partidos o la incertidumbre social por el futuro de México, sino que, para el recién reformado INE, serán sus primeras elecciones presidenciales y, afortunadamente o desafortunadamente, no será cualquier elección, sino todo lo contrario, será la más grande de la historia del país, donde se disputan más de 3,400 cargos públicos en los tres niveles de gobierno en las 32 entidades federativas. La rivalidad entre partidos es más grande que nunca y el papel de las redes sociales juega un papel fundamental para vigilar el proceso permitiendo a la sociedad civil estar al pendiente de cada movimiento con el fin de evitar otros “errores” como en pasadas elecciones, fraudulentas como en 1988 o controversiales en 2006.
Comenzamos con la precampaña y registro de coaliciones, se arman los equipos, pero aún sin nombrar a todos los capitanes, el PRI, estratégicamente, sin mencionar a uno definitivo, el PAN, en conflictos internos que ni ellos mismos se entienden, el PRD, tanteando las aguas y MORENA, el único con decisión tomada desde su fundación en 2014.
Posteriormente, un periodo de precampañas, sin independientes ¡claro!, proporcionándoles a los partidos cierta ventaja o al menos algo más de tiempo sobre los apartidistas, ya que ellos comenzarán a la par de la fecha oficial del registro de candidatos el 15 de febrero, ese día sabremos con toda certeza cuáles serán los nombres que aparecerán en la boleta y que tan sangrienta será la contienda, veremos si el INE, como árbitro, este lo suficientemente preparado para contener esta pelea de gallos y no se le salga uno del huacal.
Y es que el INE se ha mostrado bastante seguro al respecto, tanto así, que ya se encuentra preparando debates más intensos y espera poder ser capaz de presentar más de uno el próximo año. Pero manejar a una lista nominal de más de 88 millones de personas, y en aumento, no será nada fácil, y con mayor razón si se espera que el próximo año sea las elecciones con mayor participación ciudadana.
Ya veremos si esta nueva institución cumple con las expectativas o se mantiene en el promedio de su antecesor, el IFE. Sin embargo, no me queda nada más que decir que: “la primera vez duele” pero espero que no sea México y sus ciudadanos los que sufran más esta curva de aprendizaje y adaptación por parte del INE o las consecuencias de su “inexperiencia” por ser de tan reciente creación. La clave será haber aprendido de errores pasados, aprovechar las nuevas tecnologías y ser lo más transparentes posibles para demostrar que los cambios de esta administración fueron para bien.
Será una larga temporada de ataques y eso que esto, apenas comienza.