La ciencia y el Brexit

Comparte este artículo:

En estos días hemos visto a todos los politólogos y comunicadores del mundo hablar del famoso Brexit. Bien cita Hector Aguilar Camín en Milenio a Borges diciendo “La democracia es la exageración de la estadística”.

Y cierto es, al final, el peso de unos cuantos decidieron por otros, algo intrínseco de la democracia. Ahora que el resultado ya está y el ultranacionalismo está en boga hay que analizar las lecciones que nos deja.

El primer punto es el abrir el debate sobre el mecanismo de contabilizar los votos en un referéndum de tan alta importancia. El simple hecho de que Inglaterra tenga una mayor población que Irlanda del Norte, Escocia y Gales pone a estos países más pequeños en una posición inferior y aunque si bien es cierto, el voto popular británico fue quien decidió el resultado, no tomó en cuenta que el voto del galés y el inglés no está supeditado a los mismos intereses aún y siendo británicos los dos.

Otra pregunta y quizá la fundamental es conocer el “mindset” del voto. Considero que el tema del Brexit debe verse desde el punto de vista de cada británico y no del que mejor le convenga a México o a determinado país. El ciudadano británico cayó en el discurso populista nacionalista de una Bretaña para los británicos, un discurso aislacionista que en pleno siglo XXI suena arcaico y retrógrada aun y con todas las consecuencias anunciadas que esto pudiera traer según expertos y analistas de todo el mundo.

Sin embargo, respecto a esto, Jesús Silva-Herzog escribe “Los tercos quieren pintar el voto británico como la victoria de los tontos, la imposición de los ignorantes, el triunfo del resentimiento”. En su perspectiva, que me parece válida, nos hace buscar entender el razonamiento del ciudadano común, en un concepto, el rechazo a las élites y a su ciencia. Se votó contra los dominantes, fue un triunfo moral para muchos negando la realidad científica planteada por expertos.

Silva-Herzog sentencia diciendo “El desprestigio de los datos abre la puerta a las peores demagogas”, una verdad contundente que resume esa negación de los datos, ese rechazo a los economistas y su mundo, ese rechazo a los analistas de la burocracia. El apego a la identidad, el nacionalismo, la desconfianza y la inseguridad minaron las conciencias de muchos votantes a tomar tan drástica decisión.

El Brexit constituye el hecho histórico más transcendental en Europa desde la caída del Muro de Berlín. Las consecuencias no me atrevo a pronosticarlas, ni para bien ni para mal, sigo pensando que la ciencia de la economía nos dará el mejor consejo, al menos ella no está sujeta ni a votos ni al gusto de nadie.

Lo dicho, dicho está.

______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

México Respecto al Brexit

Comparte este artículo:

“The best argument against democracy is a five-minute conversation with the average voter”Winston Churchill.

La votación de Gran Bretaña respecto a permanecer o no en la Unión Europea es sin duda el tema más vasto de los últimos tres días. El viernes 24 de junio se conoció el resultado por el cual el Reino Unido dejará de ser miembro de la unión de países europeos a la cual se incorporó en 1973.

En un ejercicio democrático, con una estrecha diferencia de votos (51.9 vs 48.1), los británicos se pronunciaron a favor de salir de la Unión Europea, ocasionando así un sinfín de consecuencias políticas, económicas y sociales que tendrán impacto en todo el mundo incluyendo México.

Considerando que vivimos en un mundo económicamente entrelazado donde los hechos de un país repercuten en todos, ¿cuáles son las consecuencias económicas del Brexit? :

• Las relaciones comerciales derivadas de tratados de libre comercio tendrán que ser negociados nuevamente. Actualmente el comercio entre Europa y Reino Unido alcanza los $575,000 millones de dólares (mdd).

• La Confederación Británica de la Industria calculó una pérdida de entre 550,000 y 950,000 empleos locales en los próximos 4 años.

• Una salida de bancos de Londres a otras ciudades europeas como París o Frankfurt. Lo cual conllevaría un traslado de miles de empleos del sector financiero (que representa 8% del PIB) fuera de Reino Unido.

• Importantes cambios regulatorios en servicios financieros transnacionales entre Gran Bretaña y Europa.

• Un fuerte golpe a la industria británica, que más del 40% de sus productos son exportados al resto de Europa; y la pérdida de subsidios a la agricultura que actualmente otorga la Unión Europea a agricultores de Reino Unido.

¿Qué va a pasar en México en el corto plazo?

• De primera instancia la paridad cambiaria frente al dólar se verá afectada. Inversionistas con moneda mexicana venderán su posición para refugiarse en el dólar, generando así un encarecimiento de éste respecto al peso.

• La Secretaría de Hacienda y Crédito Público anunció un recorte adicional al gasto corriente (gastos de operación) del gobierno federal por $31,715 millones de pesos (mdp) para hacer frente a la volatilidad económica.

• Existirán más incentivos para que el Banco de México aumente las tasas en su próxima reunión del 30 de junio para controlar el tipo de cambio.

• México tendrá que suscribir un nuevo acuerdo comercial con el Reino Unido. Que si bien el comercio entre éstos sólo es de $5,000 mdd anuales, la Secretaría de Economía tiene preparado ya un borrador del acuerdo.

De primera instancia, el viernes pasado los mercados financieros (acciones, divisas, petróleo, oro, etc.) sufrieron fuertes caídas por el pánico generado por la noticia. Dado que los mercados se mueven, en parte, de forma irracional y emocional, el Brexit ocasionó ventas masivas por parte de inversionistas asustados alrededor del mundo.

Las bolsas europeas cerraron en un profundo terreno negativo, destacando Londres -3.15%, París -8.04%, Alemania -6.82%, Grecia -13.42% y España -12.35%. En Asia las pérdidas fueron un poco moderadas y en América la Bolsa Mexicana perdió -2.73%, el Dow Jones -3.39%, el NASDAQ -4.12% y Brasil -2.82%.

El petróleo WTI cedió -1.05% a 48.85 y el Brent -5.01% a 48.36. En cuanto a monedas, la Libra esterlina (GBP) se devaluó frente al dólar (USD) -8.25% y frente al peso (MXN) -4.95%.

La transición de separación durará dos años, la cual estará llena de negociaciones que los mercados financieros resentirán para bien y para mal. Mientras tanto, las expectativas económicas en general derivadas del Brexit son, en su mayoría, pesimistas.

*Columna escrita con información al viernes 24 de junio. Con datos de CNN Expansión, El Financiero y Bloomberg.

______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

El Brexit: Un golpe bajo a la gobernanza global

Comparte este artículo:

El resultado inmediato y más evidente que ha causado la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) es la caída de la libra esterlina y por ende el desplome de los mercados financieros alrededor del mundo. Sin embargo, este hecho histórico no solamente tendrá implicaciones económicas a nivel global sino también podría ser el inicio del final de uno de los proyectos más ambiciosos de las democracias occidentales. Como podemos recordar, el proyecto de la Unión Europea tiene sus antecedentes desde la segunda mitad del siglo XX con la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero.

Esta institución tenía como propósito facilitar el intercambio de materias primas entre los países que estuvieron en conflicto durante la Segunda Guerra Mundial por lo que a pesar de que buscaba el acercamiento económico también pretendía crear una región libre de conflictos bélicos. No obstante, fue hasta el año de 1993 cuando entró en vigor el Tratado de Maastricht que surgió el proyecto de la UE que actualmente conocemos. En sus inicios, este proyecto era la tendencia a seguir a nivel global puesto que enarbolaba los valores tanto del liberalismo económico como político, que promovían un mercado abierto e inclusive el libre tránsito de personas.

Con el paso del tiempo, muchas regiones intentaron llevar a cabo este tipo de iniciativas, como el MERCOSUR en Sudamérica o el NAFTA plus en Norteamérica. Sin embargo, ninguna de estas integraciones regionales tuvo los mismos resultados que Europa.

Esto se debía principalmente a las grandes divergencias que hay entre los países que integran estas regiones, algo que en teoría no había entre los países europeos. En el año 2008, con la crisis financiera internacional, se presentó la primera gran dificultad de esta integración europea puesto que quedaron en evidencia las grandes diferencias económicas que había entre los miembros, lo que llevó a varios países a cuestionarse su permanencia en esta unión, siendo uno de ellos el Reino Unido.

Hoy este mismo país es el primero en abandonar la Unión Europea, lo que ha causado de manera inmediata una inestabilidad en los mercados financieros y en los próximos meses la posible renuncia del primer ministro David Cameron. Sin embargo, esta histórica decisión que fue tomada por los ciudadanos refleja el desencanto que hay por ideas como el multiculturalismo, el libre comercio y tránsito e inclusive la cooperación internacional; mientras que fortalece otras como el nacionalismo, pragmatismo político y económico y la búsqueda de un Estado Nación menos interdependiente.

Por otra parte, esta decisión podría motivar a otros países que han estado inconformes dentro de la UE a salirse de ésta. En este contexto, no solamente sería un retroceso para Europa sino también para las iniciativas, casi utópicas, de una gobernanza global.

______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

EL TRATADO DE COMERCIO DE ARMAS CONVENCIONALES

Comparte este artículo:

El Tratado de Comercio de Armas (o Arms Trade Treaty, ATT) es un acuerdo internacional que entró en vigencia en diciembre de 2014, y que busca regular el comercio internacional ilegal de armas convencionales a escala planetaria. El objetivo del acuerdo es evitar el trasiego de “armas pequeñas”, es decir de revólveres, rifles, carabinas, fusiles de asalto, etc., de minas terrestres y marítimas, y de todas las armas que no son de destrucción masiva. Las bombas (y las bombas de racimo), los cohetes, y todo tipo de misil, pueden entonces ser considerados como “armas ligeras”, siempre y cuando no lleven, por supuesto, ojivas biológicas, nucleares o químicas.

Criticado por unos treinta Estados que siguen reclamando, con un anacrónico discurso antiglobalización, la primacía de su soberanía en el sistema internacional sobre la de los tratados internacionales (de seguro como excusa para proteger intereses ligados a la compra de armas) y por diversos actores sociales de derecha, que ven en él una amenaza a la libertad a la autodefensa–esto sucede sobre todo en los Estados Unidos (p.ej. la National Rifle Association) pues en América Latina los grupos sociales más bien presentan el tema como una cuestión humanitaria, el ATT merece nuestra atención. No solo los datos de la Oficina de las Naciones Unidas para el Crimen y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) señalan que al menos el 41% de los crímenes que se cometieron en el 2013 fueron perpetrados con armas pequeñas, sino que América Latina y el Caribe sigue siendo la zona más insegura del mundo. En 2015 once de los veinte países más violentos del orbe se encontraban en América Latina y el Caribe: Honduras, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Colombia, y Trinidad y Tobago son más inseguros que República Democrática del Congo (RDC); Ruanda es más seguro que Brasil, y la violencia letal en México es más alta que la de Nigeria, Guinea Ecuatorial, Botsuana, y Namibia. Debe entonces ser de nuestro interés conocer, investigar, y darle seguimiento a cualquier iniciativa que, de una forma u otra, pueda contribuir a poner freno a la inseguridad que viven los ciudadanos latinoamericanos y caribeños.

En 2015 once de los veinte países más violentos del orbe se encontraban en América Latina y el Caribe: Honduras, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Colombia, y Trinidad y Tobago son más inseguros que República Democrática del Congo (RDC); Ruanda es más seguro que Brasil, y la violencia letal en México es más alta que la de Nigeria, Guinea Ecuatorial, Botsuana, y Namibia.

De la institucionalización del régimen de regulación del comercio de armas

Desde los años 1990s, sectores sociales en diversas partes del mundo se movilizaron para denunciar la existencia de un comercio internacional no regulado de armas. El tema saltó a las prioridades en la agenda internacional porque el fin de la guerra fría marcó el término del “equilibrio del terror”, aquella “estabilidad” resultante de la amenaza de un cataclismo mayor (en caso de que alguna de las superpotencias accionara el gatillo nuclear). La prioridad en términos de seguridad pasó entonces a cuestiones de desarme y de control nuclear. Algunos expertos podrán indicar, no sin razón, que la popularización del paradigma de la “seguritización”, según el cual la seguridad debe ser entendida como una construcción social y una disputa política (ver, por ejemplo, Carla Álvarez Velazco, 2016), explica el aumento de interés en el control de armas convencionales.

Pero lo cierto es que objetivamente se registró a partir de los años 1990 un aumento en las muertes por homicidio en la mayoría de países en vías de desarrollo.

En 1997, premios Nobel de la paz como Oscar Arias, Elie Wiesel, Jody Williams, el Dalai Lama, y José Ramos-Horta, apoyados por organizaciones como Amnistía Internacional, presentaron la idea de establecer estándares éticos para el comercio de armas. En 2001 se adoptó una iniciativa (voluntaria), por parte de la United Nations Conference on the Illicit Trade in Small Arms, llamada “Programme of Action to Prevent, Combat and Eradicate the Illicit Trade in Small Arms and Light Weapons in All Its Aspects” (PoA) y en 2007 se creó un grupo de expertos para elaborar un reporte de factibilidad que llevó a la aprobación, por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 2 de abril de 2013, del ATT. Al respecto, hay que señalar que este instrumento legal debe apenas ser considerado un primer paso en la larga reglamentación del comercio de armas, pues claramente no interfiere en el comercio de armas a lo interno de los Estados, y no reglamenta nada en torno al derecho ciudadano a portar armas. Tampoco prohíbe la exportación de tipos específicos de armas ni cuestiona regulaciones nacionales existentes. El tratado solo obliga a sus signatarios a monitorear el movimiento del comercio de armas, para asegurarse que se respeten los embargos existentes y que las armas comerciadas no terminen en manos equivocadas.

Tres retos de la cooperación interamericana en la materia

Es claro que cualquier intento por regular el comercio de armas convencionales se enfrentará a poderosos intereses económicos de las industrias de los países exportadores más importantes, que son los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, y Rusia). Pero más allá de lo obvio, desearía resaltar que en la actualidad, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Haití, Honduras, Surinam, todos países firmantes, no han ratificado el tratado. Dos países, Nicaragua y Venezuela, ni siquiera aparecen como signatarios. Un primer reto para América Latina y el Caribe consiste entonces en asegurarse que el conjunto de países firmen y ratifiquen el tratado, a pesar de las presiones económicas nacionales e internacionales que pueden existir para debilitar su implementación.

Un primer reto para América Latina y el Caribe consiste entonces en asegurarse que el conjunto de países firmen y ratifiquen el tratado, a pesar de las presiones económicas nacionales e internacionales que pueden existir para debilitar su implementación.

En segundo lugar, se deben fortalecer los diferentes escenarios de cooperación regional y sub-regional, desde la ONU hasta la Organización de los Estados Americanos (OEA), pasando por la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el Sistema de Integración Centroamericano (SICA), y la Comunicad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Así como en otras épocas se denunció la “condicionalidad cruzada” al referir a los requisitos bancarios exigidos por diversos organismos internacionales para otorgar préstamos a los países aquejados por la crisis económica de los años 1980s, ojalá podamos pronto referir a la “cooperación cruzada” para señalar redes horizontales de cooperación transnacional. Y para evitar escaramuzas políticas, tal vez lo mejor sea privilegiar la cooperación técnica. Al fin y al cabo, deben existir estrategias consistentes, objetivas, y no-discriminatorias que aseguren la vigencia del tratado. Las partes deben establecer y mantener sistemas nacionales de control para generar datos comparables con otros Estados, no solo por transparencia–las listas nacionales son remitidas y compartidas con las otras partes–sino también para permitir evaluar el avance en su cumplimiento. Deben también designar un punto nacional de contacto para compartir información, y considerar medidas de reforzamiento de la confianza para reducir los riesgos a la paz y a la seguridad internacionales y, finalmente, tomar medidas para que las armas comerciadas no sean desviadas. Los escenarios multilaterales antes mencionados pueden, en su conjunto, ayudar a establecer y a implementar criterios técnicos que permitirán alcanzar grados de eficacia de la cooperación en la materia.

En tercer lugar–y esto puede ser más complicado–se trata también de darle contenido a la declaración de la Segunda cumbre de la CELAC (2014), según la cual América Latina y el Caribe son una “zona de paz”. Ello puede toparse con dos obstáculos mayores. Por un lado, los Estados no tienen la capacidad institucional para hacer valer el imperio de la ley en todo su territorio. La ausencia estatal es más fuerte en las zonas fronterizas, alejadas de los centros urbanos y políticos. Mientras esta siga siendo la regla, seguirá el comercio ilegal floreciendo sin dificultad, no por intención de las autoridades, sino por omisión en el control de las actividades ilícitas. Este problema no será resuelto mañana, pero su complejidad no es excusa para no avanzar en una solución. Por el otro, algunos de los gobiernos actuales en la región tienen concepciones diferentes sobre cómo reforzar su seguridad. Sin buscar discutir las mutaciones recientes y el significado actual de la noción de “seguridad”, debo señalar que en abril de 2016 se anunció la adquisición a Rusia, por parte de Nicaragua, de 50 tanques de guerra T-72B, 12 sistemas de defensa antiaérea ZU-23-2, dos helicópteros Mi-17V-5, un lote de vehículos blindados, lanchas patrulleras y coheteras, y otros. El gobierno de Ortega, que maneja un discurso de paz, de lucha contra el narcotráfico y de reforzamiento de las capacidades del Ejército para la atención de desastres naturales, no ha explicado las razones y objetivos de dicha compra. Lo mismo puede ser argüido en el caso de Venezuela, que, según el Instituto de Investigaciones de Paz, ocupa el 18 lugar a nivel mundial en cuanto a países compradores de armamentos, y que habría gastado en 2015 USD 162 millones en compras de armas a China (147 millones), Estados Unidos (6 millones), Austria (5 millones) y Holanda (4 millones).

Deben también designar un punto nacional de contacto para compartir información, y considerar medidas de reforzamiento de la confianza para reducir los riesgos a la paz y a la seguridad internacionales y, finalmente, tomar medidas para que las armas comerciadas no sean desviadas.

Conclusión: lo importante no es inventar la rueda, sino hacerla rodar

El comercio internacional de armas abarca tanto transferencias legales (generalmente en el marco de acuerdos gubernamentales), ilegales (si autorización gubernamental), y las que se encuentran en “zonas grises” (cuya legalidad es incierta pero su ilegalidad es dudosa). El ATT busca reglamentar un fenómeno mundial que se concentra en donde existen conflictos armados, violencia, y crimen organizado. Por ello es que América Latina y el Caribe son regiones especialmente interesadas en darle seguimiento a la implementación de este nuevo instrumento de cooperación multilateral. Hasta ahora, 85 Estados han ratificado el ATT, y 47 más están en proceso de hacerlo. Desde su entrada en vigencia, se organizó la primera conferencia de los Estados parte, que tuvo lugar en Cancún (México) del 24 al 27 de agosto de 2015. En esa reunión, se logró tomar decisiones básicas como escoger una sede para la Secretaría del tratado (Ginebra), pero no logró adoptar las plantillas de documentos necesarias para que los Estados completaran su reporte inicial de implementación en diciembre de ese año. Es decir, a los obstáculos políticos y propios a la región latinoamericana, se añaden los obstáculos técnicos propios a la implementación de nuevos regímenes de cooperación internacional. La segunda conferencia de Estados parte del tratado tendrá lugar durante el segundo semestre de 2016, y sus resultados deberán ser analizados con detalle.

El ATT busca reglamentar un fenómeno mundial que se concentra en donde existen conflictos armados, violencia, y crimen organizado. Por ello es que América Latina y el Caribe son regiones especialmente interesadas en darle seguimiento a la implementación de este nuevo instrumento de cooperación multilateral.

Las compras de armas de Nicaragua y Venezuela son transacciones legales. Y aunque no lo fueran, estos países no aparecen como signatarios del tratado, por lo que no están sujetos a sus disposiciones. El ATT representa, sin duda, un paso en la dirección correcta, pero se trata también de un muy tímido progreso, pues la problemática relacionada a las armas de fuego no tiene que ver únicamente con las armas que son comerciadas ilegalmente–es cierto que el trasiego ilegal es un problema–sino también con aquellas que son comercializadas legalmente. Es aquí, me parece, en donde se encuentra el meollo del asunto. La lucha será entonces intensa, no solo contra las cúpulas de poder locales que pueden usar la compra de armas como un botín político, sino también contra la industria manufacturera, que gana billones anualmente. Y si se habla de construir una cultura de paz, entonces habrá también que trabajar a nivel local en cada uno de los países signatarios para forjar usos y costumbres que vayan más acorde con el espíritu de este esfuerzo de reglamentación.

Fernando A. Chinchilla
New York City (Junio 2016)

______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”