Las tarjetas de crédito, ¿son buenas o malas?

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Las tarjetas de crédito, ¿son buenas o malas?, eso depende de cómo la uses. Son un instrumento financiero, en el cual obtienes un crédito y un medio de pago, veámoslo como un crédito que se torna flexible ya que puedes utilizarlo en tus gustos, criterio y el momento que desees.

Existe una gran variedad de tarjetas de crédito, debes saber cuál es la más adecuada para ti, y la manera de saberlo es revisando a detalles las ventajas y desventajas que te ofrece cada una de ellas.

¿Qué debes de comparar antes de elegir una tarjeta de crédito? Podemos encontrar muchas variables para compararlas, algunas de ellas son:

– Tasas de interés. El monto que pagarás por tu deuda de no realizarse el pago completo en tiempo y forma.

– Anualidad. Algunas tarjetas no tienen anualidad, o te regalan el primer año.

– CAT (Costo Anual Total). Esto te permite conocer el costo total del crédito, ¡es de suma importancia revisar el CAT para comparar!

– Comisiones, ¡que no se te pasa ninguna!, conoce todas las comisiones que pueden llegarte a cobrar por el uso de la tarjeta.

– Promociones. Es importante comparar este punto, quizás tengan alguna promoción exclusiva que te sea de gran utilidad por tus actividades diarias, costumbres, gustos, viajes, etc.

– Qué respaldo tiene la tarjeta en caso de ser clonada, robada o extraviada. Investiga su reputación respecto a casos de clonación que se resuelven a favor del tarjetahabiente, esto es muy importante.

Estos solo son algunos aspectos a revisar, investiga más variables que puedes llegar a comparar.

Ahora que ya tendrás una tarjeta de crédito, es indispensable que conozcas estos términos que aparecerán en tu estado de cuenta:

– Fecha de corte. Este es el día del mes en el que termina y comienza un periodo (oscila en promedio 30 días). Se registrarán todos los movimientos de tu tarjeta. A partir de tu fecha de corte, tendrás 20 días para liquidar tu deuda sin pagar intereses.

– Fecha límite de pago. El día límite para realizar tu pago, en el cual tienes tres opciones: pagar el mínimo (si solo pagas el mínimo, estás generando una “bola de nieve” que será difícil de detener), abonar más del mínimo, o hacer lo mejor y pagar por completo el monto utilizado de tu crédito.

– Pago para no generar intereses. Es el monto que debes pagar para no generar intereses. Este apartado incluyen aquellas compras que realizaste a meses sin intereses, por lo cual, el monto puede no ser el total de tu deuda, a excepción de que no hayas realizado ninguna compra a meses sin intereses.

– Domiciliación. Incluyo este termino, debido a que puede ser de gran utilidad. Esto es, cuando un cargo se estará realizando automáticamente (luz, teléfono, etc.) y despreocuparte por olvidar las fechas límites de pago y traslados.

Las tarjetas de crédito pueden ser tu mejor aliado, pero ten cuidado, también pueden ser tu principal razón de estrés y aquella que arruine tus finanzas. Esto depende de ti. No olvides que NO es una extensión de tu sueldo.

Nos leemos pronto, que el dinero te acompañe.

Coaliciones: Camino a la victoria

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A unos meses de definirse los contendientes para las elecciones de 2018, los partidos comienzan a dejar ver sus objetivos, estrategias y acciones políticas para poder llegar a la silla presidencial, teniendo a la mano infinidad de mecanismos que permitan esta meta. Una de las herramientas más utilizadas es aquella de la coalición entre partidos, una estrategia que ha ido creciendo, y que, gracias a ella, ha dado cabida a victorias inesperadas con grandes cambios en el sistema mexicano. Recordando la coalición victoriosa de PAN-PVEM, a cargo de Vicente Fox, ganando la presidencia en 2000, la primera transición política. O la ya muy usada asociación PRI-PVEM, misma que llevó a Enrique Peña Nieto a la presidencia, y que ha sido de gran utilidad en recientes elecciones para ambos partidos, brindando la posibilidad de hacerse de poder a lo ancho del país.

Es de gran notoriedad que los partidos más grandes están buscando consolidarse mediante esta vía, analizando la mejor combinación posible para lograr el triunfo el año próximo.

Pero una coalición no es una simple suma de votos, donde los partidos más chicos venden su fuerza al mejor postor (aquel que le brinde mayor posicionamiento político), las coaliciones tienen como principales objetivos ser una eficiente alternativa para tener acceso al poder, incrementar la pluralidad partidista y fomentar la democratización política mediante la participación de la oposición, sin caer en un bipartidismo que daña directamente al país.

Sin embargo, la esencia de las alianzas se ha perdiendo en México, desempeñándose incorrectamente, incumpliendo dichos objetivos y poniendo en duda la funcionalidad y credibilidad de la partidocracia. Los partidos más chicos han llegado al grado de venderse, por no decir prostituirse, bajo la bandera de una alianza política.

Y es que estos, los partidos pequeños, son los más grandes favorecidos como resultado de esta colectividad, sin importar si se consigue el triunfo o no. Debido a que la asociación les asegura mantener el registro y continuar en al ámbito político, anteponiendo sus intereses partidistas sobre la verdadera razón y función de las coaliciones. Se ha convertido en mera costumbre política y todo un negocio la asociación entre partidos, inclusive entre aquellos que ideológicamente son antagonistas. Los ideales quedan en segundo término cuando de sobrevivir se trata.

El abuso de esta práctica se ha monopolizado y los partidos de reciente creación o de menor tamaño juegan un rol de acompañantes en cada elección, en un juego político incoherente y tergiversado, donde un partido puede ser aliado de otro, aunque posean una idiosincrasia contraria, o aliarse en una región y ser adversarios en otra en el mismo año, en la misma elección.

Por lo pronto las alianzas partidistas son un mal no tanto necesario, pero sí muy presente en la vida política del país, donde a los partidos políticos más grandes se les acabo la capacidad de bastarse para sí mismos compitiendo solos, y dejando entrever que en la actualidad ningún partido logrará la victoria por méritos propios. No les queda más opción, que dejar a un lado toda vanidad y orgullo, juntándose hasta con su acérrimo rival, siempre y cuando esto les otorgue la presidencia, que para el 2018 no será cualquier victoria, sino un gobierno en la etapa de mayor incertidumbre política, social y económica.

El futuro del país pende de la próxima alianza y su capacidad para persuadir la mayor cantidad de electores. Esperemos se la más óptima y no la más incongruente.

¿Vacaciones? Conoce tus nuevos derechos como pasajero

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Sin importar si eres un viajero frecuente o no, si viajas por negocios o por placer, no podemos negar que hay reglas de las aerolíneas que muchas veces terminan por ser un dolor de cabeza para muchos usuarios que hemos vivido las injusticias que a veces implica utilizar este servicio. A muchos nos ha tocado sufrir retrasos o cancelaciones en los vuelos, robos en el equipaje e inclusive situaciones que por falta de información nos pueden llevar a realizar gastos innecesarios y muchas veces injustos por algunas normas abusivas de las aerolíneas nacionales. Recientemente entraron en vigor una serie de modificaciones a la Ley General de Aviación Civil que buscan proteger a los usuarios y convertir el servicio, en un servicio más amigable para los viajeros de nuestro país, tomando como ejemplo políticas y normas que se utilizan en otros países de América y Europa.

Las aerolíneas mexicanas tienen hasta 90 días hábiles para dar cumplimiento a los alcances de este decreto. Aun así, es importante conocer nuestros nuevos derechos como pasajero, considerando que en verano muchas personas suelen viajar más de los normal aprovechando el período vacacional. La primera modificación obliga a las aerolíneas a notificar vía teléfono o internet a los pasajeros con 24 horas de anticipación como mínimo sobre cualquier cambio en el itinerario de vuelo, si alguna notificación se diera dentro de esas 24 horas la aerolínea está obligada a comunicarlo tan pronto tenga certeza del cambio.

Otra modificación aún más importante es la de las compensaciones por retrasos en la hora de salida por culpa de la aerolínea, la cual estará obligada a regresarte el costo de 7.5% del boleto en retrasos entre 2 y 4 horas, si el retraso es mayor a 4 horas o si se cancela el pasajero puede exigir la devolución completa de su dinero.

Las aerolíneas ahora están obligadas a proporcionar transporte, alojamientos y alimentos a los pasajeros cuyos vuelos sean cancelados y no hayan terminado su viaje. También las aerolíneas solo tienen 10 días para indemnizar a los pasajeros tratándose del costo del boleto.  En caso que pierdas tu primer vuelo en un viaje la aerolínea no podrá negarte el embarque en tu vuelo de conexión, en otras palabras, se trata cada segmento como separado si se avisa con 24 horas de anticipación que se utilizará. En caso de sobreventa las aerolíneas se ven obligadas a ofrecer compensaciones como viajes y descuentos a los pasajeros del vuelo.

A los pasajeros con discapacidad no se les podrá hacer cargos adicionales por su condición, y es responsabilidad de la aerolínea asegurar que estas personas sean atendidas como lo necesitan. Los bebés menores a dos años pueden viajar gratis en el mismo asiento del padre/madre sin ningún cargo extra. En aeronaves para más de 20 pasajeros en vuelos nacionales e internacionales tienes derecho a llevar contigo una maleta de 25 kilos (15 kilos si la aeronave tiene una capacidad menor a 20 personas), además de un equipaje de mano de hasta 10 kilogramos.

Otros cambios importantes implican que las aerolíneas desde un principio están obligadas a publicar el costo total y desglosado del boleto, no pueden condicionar su compra a la contratación de ciertos servicios adicionales. También estas modificaciones obligan a las empresas nacionales a responsabilizarse del buen trato a las mascotas que pudiesen transportar los pasajeros. La destrucción o alteración del equipaje puede ser recompensado con pagos desde 6,039 hasta 11,324 pesos dependiendo de lo que declare el pasajero que contenía la maleta.

Todos estos cambios son importantes para la industria aeronáutica de nuestro país, que ha sido cuestionada por numerosos incidentes como la multa de 22.4 mdp que aplicó la PROFECO contra 5 aerolíneas por el cobro de la primera maleta o la reciente demanda colectiva en contra de Volaris por constantes quejas y fallas en el servicio.

México es el tercer país a nivel mundial con más pistas áreas (1,714 de las cuales 243 son pavimentadas) después de Estados Unidos y Brasil y actualmente se planea la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, por eso la importancia del tema. En 2016 la aviación civil en México transportó 82 millones de pasajeros, 10.7% más que en 2015 y considerando que esta industria emplea a más de 23 mil personas a nivel nacional la convierte en una parte importante de la economía y de la competitividad que tenemos como país.

#PulsoUrbano: “Mitos urbanos (Parte III)”

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Hablemos de hábitos. En las columnas anteriores nos concentramos en algunos mitos de la planeación urbana, el mercado e infraestructura. Pero, ¿qué pasaría si viviéramos en la Ciudad de nuestros sueños y resulta que un día “por obra y gracia” tenemos la mejor infraestructura, planeación urbana y un mercado activo hacia la construcción de ciudades de escala humana? Imaginemos…

Difícilmente esa ciudad podría ser sostenida en el tiempo si no cambiamos nuestros hábitos urbanos. Eso no quiere decir que todo el cambio esté en uno, pero sí que necesitamos hacernos corresponsables desde nuestros ámbitos privados como la familia, la escuela o las empresas para generar otras costumbres, dinámicas y cultura social que lo permita.

Hay hábitos muy sencillos que podemos hacer y que si impactan en mover el mercado porque somos consumidores en el sistema capitalista en que vivimos; y sí tienen una resonancia significativa en las exigencias hacia el Estado, que con sus políticos, funcionarios e instituciones respectivas son los legalmente responsables del diseño e implementación de proyectos públicos como regulación y vigilancia de proyectos privados. Claro, esto porque somos también habitantes con derechos.

Sin embargo, es un mito que pensemos que la responsabilidad de hacer la Ciudad recae única y exclusivamente sobre los “dueños” de ese mercado o los responsables en el Estado.

La obligación moral que sí depende del individuo tendría que hacernos actuar en la vida cotidiana para promover los cambios en hábitos más importantes que representan la transformación urbana del futuro.

“La gente no camina”, pues camine más porque de hecho aunque se tenga auto en casa, todos caminamos.

“La gente tira basura”. No sólo no la tire, aprenda a autoeducarse en su consumo, reciclaje, reuso y separación de residuos.

“La gente da moches para sus trámites en las oficinas de desarrollo urbano”. Intente no alimentar a la burocracia que vive de ese monstruo llamado corrupción.

Porque si enuncio más ejemplos nos daremos cuenta que no se trata de “la gente”, sino de nosotros. De lo mucho o poco que podemos contribuir para hacer una ciudad en donde está garantizada la calidad de vida colectiva tanto como la dignidad humana.

Es un mito que lo que se hace en lo privado no genere una consecuencia en lo público, porque el entramado urbano territorial es el hogar público llamado Ciudad.

#ElNidoDelGavilán: “Frente Amplio Democrático : Segunda Parte”

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Como se ha venido publicitando en medios desde hace un par de semanas, el PRD en un golpe de timón anunció la creación del Frente Amplio Democrático que palabras más, palabras menos busca alianzas de cara a 2018.

Bien se ha escrito ya en muchas partes sobre los pros y contras de dicha alianza, sin embargo, falta puntualizar cómo será esta y evitar que la discrecionalidad se apodere del mismo.

Este Frente que ha sido refutado y criticado, me parece que es una bocanada de aire fresco para el PRD que vive la crisis más grande en la década. Ya están saliendo muchos precandidatos, muchos “tapados” y esto es normal en estos tiempos. La clave aquí es cómo se va a elegir un candidato.

Algunas propuestas que ayudarían a legitimar dicho Frente es que se hagan debates públicos y transmitidos en medios entre los posibles candidatos, se deben buscar temas en común porque de nada sirve tener un Frente con visiones opuestas.

Del mismo modo hay que ciudadanizar el proceso, esto es, por medio de elecciones nacionales, es un reto difícil y complejo, pero si cada comité estatal del PRD pudiera ejercer como casilla y abrir dicha votación a cualquier ciudadano con pleno apoyo del INE daría un resultado contundente y claro de lo que la ciudadanía y/o los sectores de izquierda a nivel nacional desean.

Hay que seguir pendientes de lo que decida el PRD y el PAN si es que se confirma la alianza para definir los candidatos. La credibilidad del Frente no puede ser puesta en juego, tomar esto a la ligera sería un suicidio para ambos partidos que capitalizarán el PRI y/o Morena según el caso.

Lo dicho, dicho está.

Recursos y campañas políticas

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En materia de recursos para los partidos políticos y las campañas básicamente hoy dos grandes modelos en el mundo. Uno de baja regulación que permite la participación de los privados, las empresas y diversos sectores para financiar las campañas políticas. El ejemplo de este modelo es Estados Unidos. Cuando tuve la oportunidad de acudir a la Convención Nacional Demócrata el año pasado una de las cosas que más llamó mi atención era que compañías privadas se ostentaran como patrocinadoras de dicho evento.

El otro existente es uno que tiende a regular los recursos en los procesos de elección pública, sobra decir que nuestro país debido a diferentes razones se encuentra en este segundo grupo. Prácticamente cada acto de los procesos electorales está normado, y desde hace por lo menos 20 años se crean nuevas leyes.

Sin embargo, la realidad de las cosas es que existe una percepción y evidencias mayores respecto a que los procesos electorales se mueven desde márgenes en que se busca cumplir la ley para no cumplirla. Las campañas cuestan mucho más de lo que reciben los partidos políticos, el día de la jornada electoral se presentan operativos de compra del voto, y bajo el signo de las libertades políticas diferentes actores hacen campaña año con año, haya o no haya elecciones, ya sea con la excusa de ser Presidentes de un partido o líderes de un movimiento social alimentado con recursos públicos.

Hoy nuevamente el financiamiento a los partidos políticos y sus candidatos está a debate, el cual gira sobre aspirantes a cargos de elección popular que se promocionan y hacen gastos que no son considerados en la ley electoral, por lo que se presume rompen con el principio de equidad en futuras contiendas. El tema es que estos actores sin ser candidatos, ocupando un cargo público y sin estar vigente el proceso electoral invierten en posicionamientos que van más allá del gasto en comunicación social, es decir, se trata de inversiones para buscar que sectores amplios de la población los conozcan y con ello dispongan de mayores márgenes de  negociación política, lo cual por cierto es ingenuo y no al mismo tiempo.

La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales en su artículo 242 punto 3 asienta “Se entiende por propaganda electoral el conjunto de escritos, publicaciones, imágenes, grabaciones, proyecciones y expresiones que durante la campaña electoral producen y difunden los partidos políticos, los candidatos registrados y sus simpatizantes, con el propósito de presentar ante la ciudadanía las candidaturas registradas”; así las cosas se regulan elecciones con periodos establecidos, empero hay actos que salen del esquema, casos en los que funcionarios públicos o actores políticos que “no están en campaña”, pero se comportan como si estuvieran; por tanto, cabría preguntarse qué regulación aplicaría si se parte del supuesto de que destinan recursos públicos para promover aspiraciones futuras, las cuales son inciertas. Tocaría el turno entonces a las flamantes: Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción; Ley General de Responsabilidades Administrativas, y lo que corresponda de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, sin embargo será por demás complicado ponerles freno, dada la tendencia a que actúen con amplios márgenes de discrecionalidad en este y otros rubros.

En su caso, habría de preguntarse si la autoridad electoral regularía esta materia para evitar que los funcionarios en lugar de trabajar atendiendo sus responsabilidades ocupen cargos y recursos de áreas comunicación social para posicionarse.  También está el caso de que sin destinar recursos públicos, grupos de interés si los destinen para posicionar al actor político en cuestión. Sólo que la pregunta es cómo se podría evitar esto, si existe un régimen de libertades y cada quien puede apoyar a quien quiera más aún sino hay elecciones.

Las respuestas están en las leyes porque en un país con tantas carencias no deberían gastarse miles de millones de pesos cada año en campañas con o sin elecciones, además hay que reconocer que la última reforma electoral aunque trató de ser equitativa terminó por fortalecer a las castas, pues lo únicos que aparecen en los medios son los que tienen un puesto público, coartando la libertad de ser votados para el resto ante la imposibilidad de generar conocimiento ante la opinión pública. Pero la respuesta sustancial está en la ética política, materia casi olvidada ante la creencia de que en política todo se vale, sólo que eso no es política.

Radiografía anticorrupción: reformas locales pendientes

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Quizá de manera generalizada podamos afirmar que un fiel protagonista de las campañas políticas en los últimos 3 procesos electorales ha sido el discurso de la lucha contra la corrupción y las distintas promesas o estrategias que abanderaba cada candidata o candidato en la materia.

Por ello me parece particularmente importante destacar que a tan solo 14 días del plazo límite que tienen las entidades para la implementación de su propio sistema anticorrupción (derivado de la reforma federal que crea el Sistema Nacional Anticorrupción), el número de los estados que carecen de avances al respecto asciende a la cantidad de 13.

Para dejar el punto bastante claro, estamos hablando de un rezago presentado en el 40 por ciento de las entidades en México.

El IMCO, COPARMEX y Transparencia Mexicana desarrollaron una herramienta amigable y de gran utilidad para medir la calidad legislativa tanto de la reforma constitucional como de las leyes locales que dieran vida a los sistemas locales anticorrupción. De acuerdo a los datos arrojados por el “Semáforo anticorrupción: Monitoreo de los Sistemas Locales Anticorrupción”, Sonora y Baja California son los punteros en cuanto al desarrollo de legislaciones locales calificadas como “satisfactorias” (mediante la medición de 31 indicadores que reflejan aspectos relevantes de armonización con la norma federal). La herramienta identifica además las constantes deficiencias encontrada en relación a los comités coordinadores.

Como mexicanas y mexicanos preocupados por este tema, resulta de gran relevancia estar al pendiente del proceso de implementación de estos sistemas, ya que de ellos dependerá la efectividad en el combate de la corrupción en nuestro escenario más cercano: lo local.

#EspacioPúblico: “Todos somos millennials”

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Si naciste a mediados de los sesentas y antes de los ochentas seguramente tuviste una noche bohemia cantando a Silvio, Pablo y Aumary pensando que un mundo mejor era posible.  Y también es probable que terminaras trabajando para una empresa, viviendo en periferia y ahorrando para comprar uno o varios autos que hicieran más sencilla la vida.  Si no conoces los apellidos de los cantantes mencionados, seguramente naciste un poco después y quisiste cambiar el mundo desgarrándote la garganta cantando Creep o Seven Nation Army y ahora eres un empresario independiente trabajando desde casa o un Starbucks pagando tu casa y por supuesto un auto.

Y llegaron los millennials. Nativos digitales que valoran el contenido de la música de las generaciones anteriores y por supuesto quieren cambiar el mundo. La mayor parte de ellos trabajan, pero aquí la diferencia con la generación anterior: Muchos ya no quieren un auto.

De acuerdo a estudios realizados por Deloitte, factores como la baja capacidad de compra así como los altos costos de operación y mantenimiento de un auto reducen la expectativa de compra de un vehículo automotor para los jóvenes de esta generación. Estos factores han modificado algunos de sus gustos y ahora tienen más interés en otros temas como la tecnología, los viajes y el transporte alternativo y sustentable.

¿Qué estamos haciendo para ayudar a esa generación que ya no piensa tanto en tener un auto propio?

A diario escuchamos críticas negativas sobre la incorporación a la fuerza laboral de la generación millennial. Su manera en que se relacionan con el trabajo, problemas con la autoridad y su falta de compromiso son algunos de los factores que se les critica. ¿Alguna diferencia con las generaciones anteriores?  Me parece que solo ha pasado el tiempo y los que ya no somos parte de ese segmento de edad olvidamos que también fuimos los jóvenes que luchaban por abrirse paso en la vida ante una generación mayor que imponía sus formas y experiencias minimizando el valor de la opinión de los jóvenes.

Todos fuimos millennials. Recordarlo es empatizar con los nacidos después de 1984 y al menos en el tema de movilidad podemos ser parte de sus ideales y ayudarlos a provocar  un importante avance. Además, no parece una mala idea ser parte de la construcción de una ciudad con menos autos y mejor calidad de transporte y espacio público.

No es tan complicado ayudar.  Podemos empezar por racionalizar el uso del auto, reportar los abusos a las banquetas que han sido convertidas en estacionamientos, exigir mejoras en el transporte público, dejar de pensar que las ciclovías son algo imposible e inútil y lo más importante: no tener miedo a cambios en la manera de vivir una ciudad en la que el auto privado pierde espacio para dárselo a las personas y su convivencia.  

Una buena parte de los sueños no cumplidos de cada generación se deben a la falta de credibilidad lograda con las generaciones anteriores  y los obstáculos que éstas imponían. ¿Queremos que siga siendo así? Mejor pensemos que podemos ayudar a realizar sus ideales, quizás esta generación si lo logré y no estará dentro de veinte años preguntando por qué las cosas siguen igual. A ellos les queda más tiempo en el mundo. Que al menos sea parecido al que sueñan.

#ElTalónDeAquiles: “El Orgullo Gay”

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Durante el mes de junio, fuimos testigos de las “Marchas de la Diversidad” alrededor del mundo. El evento, que originalmente se llamó “Marcha del Orgullo Gay”, ha generado polémica desde su inicio, no solo por la oposición de segmentos reaccionarios de la sociedad, que ven aquí la desinhibida perversión inmoral de “los modernos”, sino también por los cuestionamientos de la propia comunidad LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual). El día oficial de celebración es el 28 de junio, pues se conmemoran las manifestaciones espontáneas y violentas contra una redada policial realizada en la madrugada del 28 de junio de 1969 en el bar neoyorquino Stonewall Inn. Otro momento habrá para hurgar en el pasado. Hoy, deseo elaborar sobre el significado de la marcha.

Por un lado, se argumenta que la marcha refuerza estereotipos sociales, pues miembros de la comunidad gay hay para todos los gustos. Los medios de comunicación siempre publican provocativas extravagancias (con lo que se desdibuja la diversidad), pero existen los twinks y los bears, los que parecen, pero no son (o tal vez sí), y los que no parecen, pero sí lo son. Hay almas de mujer en cuerpos de hombre (y viceversa), travestís que revindican su género, y gente que no cabe en moldes. Tanta es la diversidad, que recientemente se acuñó el término queer para incluir a los que no caben en nuestra fábrica de estereotipos. De hecho, debería referir a la comunidad LGBTIQ (Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, Intersexo, Queer) para ser políticamente correcto. La retórica social nos enseña que la “normalidad” está en la homogeneidad, pero la realidad muestra que la diversidad es lo “normal”.

Por otro lado, se arguye que la comunidad tiene prioridades. La homosexualidad aísla, deprime, discrimina. Por ser gay, se pueden sufrir ataques, incluso ser asesinado, o perder el trabajo y el apoyo familiar. Claro, la situación varía de una región a la otra. En los países del norte (con la notable excepción de Rusia, entre otros), los avances son significativos. Incluso, aquel elemento clandestino, rebelde, y anticonformista característico de la cultura gay anterior a los años 1990s, fue sustituido por la defensa de derechos conservadores. Esto no es necesariamente “malo”: si la mujer tiene el derecho de decidir si usa burka, un gay debe poder decidir si adhiere a hipotecas familiares del estilo Modern Family. Pero, en otras regiones, por ejemplo, en África o en Medio Oriente, la reivindicación es más necesaria que nunca, pues el simple hecho de visibilizarse cuesta caro. Las marchas siguen entonces teniendo una función, social, ya sea para denunciar, para celebrar, o para mostrar solidaridad internacional.

Hay muchas críticas más. Se lamenta, por ejemplo, el énfasis puesto en la “fiesta”, que lleva al consumo excesivo de drogas. Se señala también que la comunidad es víctima del “capitalismo rosa”, de una comercialización excesiva. Esas son, sin embargo, críticas aplicables a la sociedad en general. El alcoholismo y la adición a otros tipos de sustancias, sean estas lícitas o ilícitas, afectan a diversos segmentos sociales. Además, la sociedad actual ya no está constituida por “pacientes”, “estudiantes”, o “feligreses”, sino por “clientes”.

Siempre opiné que no hay por qué sentirse orgulloso de ser gay, así como tampoco se debe estar orgulloso de ser heterosexual. Pero las marchas no existen para eso, sino para recordarnos que nadie debe avergonzarse de ser lo que es. Además, el evento celebra la diversidad. Se trata de una oportunidad para que todos – niños, abuelas, personas con discapacidad, las pocas personas “normales” que por ahí deben existir, y sí, a miembros de la comunidad LGBTIQ – nos congreguemos en un ambiente de fiesta. La marcha será innecesaria cuando, en vez de ver preferencias sexuales o anticonformismos sociales, veamos amor, no del que requiere ser respetado, tolerado, o comprendido, sino del que no requiere ser juzgado. Mientras eso no suceda, la afirmación reivindicativa y la celebración, con orgullo, alegría, y sin remordimientos, seguirá siendo necesaria.

Fernando A. Chinchilla

Cholula (México), julio de 2017

 

#HojaDeRuta: “Cálculos Políticos rumbo al 2018”

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“Los guerreros victoriosos ganan primero y después van a la guerra. Los guerreros derrotados primero van a la guerra, luego buscan ganar” – Sun Tzu.

 

Una de las máximas habilidades en el arte del general, o estrategia, es la capacidad de cálculo. La guerra y la política guardan una relación íntima, vital en su esencia: la noción amigo-enemigo; el conflicto; la lucidez al tomar decisiones; la moral de la tropa; el espionaje; el engaño. Hitler erró en su cálculo de abrir múltiples frentes y buscar invadir Rusia en el invierno. Nixon erró en su cálculo de permitir y posteriormente negar el infame escándalo de espionaje de Watergate. El desafuero contra Andrés Manuel López Obrador fue calculado como una estrategia para destruirlo, y terminó por colocarlo como el principal personaje opositor al “sistema” y fortaleciendo su primera candidatura presidencial. Nos dice Sun-Tzu: “No hay más de cinco notas musicales, sin embargo, estas cinco crean más melodías de las que podrán ser escuchadas”. El cálculo estratégico requiere de un elemento primordial: la imaginación, y cuando esta falta, se nota.

“La reputación de McConnell como un maestro de la táctica recibe un golpe” fue un titular de ayer del New York Times tras el revés que sufrió el Senador republicano Mitch McConnell, que se vio obligado a posponer la votación de la ley de salud que echaría por la borda el famoso “Obamacare”, que provocaría que millones de personas pobres perdieran su servicio de salud y beneficiaría a quienes más tienen. McConnell apostó a que todos los senadores republicanos se unirían a la que quizá sea la principal promesa del llamado “Grand Old Party”: echar abajo el sistema de salud construido por Obama. Se equivocó.

Senadores de diversos estados se echaron para atrás por la razón más lógica del mundo: la (contra) reforma afectaría gravemente a muchísimos de sus electores, que en campaña vitorearon rabiosamente los dichos de Trump, muchas veces sin la conciencia de que estos cambios les afectarían también a ellos. Quizá los republicanos acaben pasando una versión regresiva (aunque menos agresiva) de la ley, pero el error de cálculo fue evidente.

Los meses siguientes serán fundamentales en términos de cálculo para actores locales y nacionales: ¿Tiene sentido para Jaime Rodríguez volverse el principal enemigo de la prensa, desde el gobierno, antes de una posible candidatura presidencial? ¿Le conviene al PAN y PRD una candidatura presidencial conjunta, o perderían credibilidad y acabarían allanando el camino a AMLO? ¿El PRI debería impulsar una candidatura propia competitiva y al mismo tiempo pensando en apuntalar la de otro partido o coalición, dada su baja reputación? ¿Debería AMLO considerar la posibilidad de construir un gobierno de coalición? ¿Las organizaciones civiles de Nuevo León deberían dedicar su tiempo y esfuerzo a construir base social, más que a participar en consejos o espacios tradicionales?

Vienen tiempos que exigen cálculos complejos, y por ende, de las mentes que puedan realizarlos.