Desde que tomó funciones como presidente del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya tenía una cosa muy clara: quiere ser presidente de la república.
A pesar de no arrancar como el candidato natural para abanderar la oferta azul, ni mucho menos inmiscuirse en polémicas entre los presidenciables, hoy, a paso lento pero seguro, parecer ser el mejor librado de sus competidores al interior del PAN.
Y es que la campaña en caída constante de Margarita Zavala parece estar muy lejana de las preferencias al interior del partido, y al exterior, no termina por generar el arrastre que le gustaría. Además, el no haber sido electa nunca por el voto y confianza de los ciudadanos, pareciera ser una loza que la mantiene alejada de la simpatía de la gente en las calles.
Mientras, Rafael Moreno Valle, sigue sumando a su causa, abonando a un candidato fuerte, dispuesto a ir con las alianzas que vislumbra el Frente Amplio Opositor. Deja una gestión en Puebla que se vislumbra en desarrollo e infraestructura, su destacada preparación académica y su colmillo político le posicionan como otra opción fuerte para ocupar la candidatura presidencial panista.
Pero Anaya es un caso especial, refrescó al Partido Acción Nacional y por si fuera poco, los resultados le han acompañado. Hoy el PAN posee el mayor número de gubernaturas que ha logrado en su historia, pugnaron por la elección de Coahuila y al parecer la ganará, mientras en Nayarit su triunfo fue impecable. Aunado a los resultados que lo avalan, cada que aparece en televisión nacional aprovecha la oportunidad para dejar claro que es un político joven, pero que la juventud para nada está peleada con la capacidad y el coraje para llevar las riendas de un país. Sus debates con Beltrones y Ochoa le han valido ganarse la preferencia al interior de su partido y la atención al exterior, los constantes ataques que le han referido por su vida privada y específicamente por su riqueza, le han hecho lo que el viento a Juárez.
Ricardo Anaya logró triunfar ante la exigencia de Margarita Zavala por definir, cuanto antes, a un candidato presidencial panista, cuestión que evidentemente no le beneficiaba en tiempos. Ha resistido embates de sus contrincantes que le acusan de ser juez y parte en el proceso de designación y además hoy encabeza las negociaciones por el Frente Amplio Opositor, mismo que podría ser la plataforma que termine por catapultarlo como el presidenciable elegido por la corriente azul.
La paciencia y su visión de estratega le han bastado para ‘batear’ a las figuras de Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle. Su capacidad y una pizca de suerte le han ayudado a obtener los resultados que lo respaldan como dirigente nacional.
Caballo que alcanza siempre gana y a poco menos de un año para la contienda presidencial, las encuestas ya le favorecen al político joven que llegó al PAN para quedarse.
Como diría un’ ilustre’ y cínico político, Ricardo Anaya ha logrado “paciencia, prudencia, verbal contingencia. Dominio de ciencia. ¿Presencia o ausencia? según conveniencia.