Ayer mientras estaba estacionado afuera de un local en la Colonia Vista Hermosa, un automóvil, que claramente quería saltarse la fila que había sobre Av. Terranova para incorporarse a Av. Gonzalitos, rozó el lado izquierdo de mi coche.
Al momento del rozón, inmediatamente me baje de mi unidad, para revisar el daño, que fue mínimo. El otro automovilista, igualmente descendió de su automóvil, y al yo reclamarle que se fijara y tuviera más cuidado al manejar, me recriminó que lo estaba insultando y que por suerte tuvo la cortesía de pararse y no fugarse. Después de los dimes y diretes, le dije que se retirara (perder una hora o más en lo que llega el seguro por un rozón, no lo vale).
La verdad es que en los últimos meses he visto muy de cerca la posibilidad de sufrir una colisión vial, ya sea en mi automóvil o a bordo de mi bicicleta, por lo tanto, un rozón es lo menos que me pudo haber pasado. Saber que un día alguien te atropellará cuando vayas en tu bici o que alguien te impactará mientras vas en tu coche, no es un sentimiento normal, pero la nula cultura vial de muchos automovilistas en Monterrey hacen que el sentimiento sea común.
Según cifras de “¿Cómo Vamos Nuevo León?”, en un periodo de seis meses hubo 377 muertes y 1101 lesionados por colisiones viales en el estado. También, desde 1997 ocupamos el primer lugar a nivel nacional en colisiones viales, según cifras del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de Nuevo León.
Las razones detrás de las colisiones son muchas: exceso de velocidad, manejar bajo la influencia del alcohol o drogas, ir texteando (una que se ha vuelto muy común), no respetar los altos y los semáforos, la pobre infraestructura vial que hay en la ciudad, andar de gandalla y tratarse de saltar las filas, y la lista, sigue, sigue y sigue.
Pero aparte de estas razones lógicas detrás de los incidentes, yo detecto otra: el descontrol en el otorgamiento de licencias de conducir. En México las licencias de manejo se dan como si fueran actas de nacimiento. No hay un examen de manejo estricto, el examen escrito y oral son una broma (muchas veces recibes ayuda de la gente que lo aplica). El resultado de esto, son muy malos conductores en la calle, mismos que se vuelven un peligro al volante.
En Finlandia, por ejemplo, son alrededor de tres años de capacitación para obtener la primera licencia. Esa primera licencia dura dos años, en los cuales el conductor no debe de tener ni una sola multa, puesto que esto implicaría más capacitación o incluso el retiro de la misma.
En Alemania es algo parecido, los exámenes de manejo no son solo teóricos, también son de práctica, y el costo de una licencia es de €1,400.00 (alrededor de $1,800.00 USD), nada barata.
Muchos nos quejamos del reglamento de tránsito homologado en Monterrey, pero la verdad es que, ¿cuántos lo respetamos al 100%? Es hora de que en Nuevo León se pongan reglas más estrictas en cuanto al otorgamiento y retiro de licencias para manejar.
Si texteas y manejas, que se te reitre la licencia. Si manejas bajo la influencia de drogas o alcohol, que se te retire la licencia. Si cometes más de tres infracciones, que se te suspenda la licencia por tres meses, y si reincides, que se retire por completo.
Que 377 personas hayan muerto y 1101 hayan resultado lesionadas en colisiones viales, en tan solo seis meses, no es normal. Las cifras hablan de un serio problema de cultura vial en nuestra entidad, y solo la ciudadanía, junto con las autoridades, pueden lograr un cambio en las estadísticas.
P.D. Agradezco a Luisa Peresbarbosa por su apoyo en la realización de esta columna. Les recomiendo seguir a MoVAC, organización que se dedica todos los días a concientizar a los ciudadanos sobre la necesidad de cultura vial en nuestro estado.
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