En la renegociación del Tratado de Libre Comercio todos somos México

Comparte este artículo:

De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, las exportaciones totales de México aumentaron en los años de vigencia del Tratado de Libre Comercio con Norteamérica. En 1994 las exportaciones sumaron un total de 29 mil 843.7 millones de dólares hasta llegar a 197 mil 529.1 millones de dólares en el año 2017; de esa última cifra 165 mil 002.3 millones de dólares fueron exportados a Norteamérica y dentro de la región la cifra que se exportó a los Estados Unidos de Norteamérica fue de 159 mil 730.6 millones de dólares, es decir la mayor cantidad de nuestras exportaciones, poco más de 80 por ciento, se efectúan con socios comerciales en la región que cubre el TLCAN.

El Banco Mundial señala que en 1980 México tenía un volumen de exportaciones de 6 mil 338 mdd mientras que en 2015 tiene un volumen de exportaciones de 155 mil 162 mdd por lo que se puede asegurar el éxito económico de este tratado en términos económicos. Hoy México enfrenta una renegociación del TLCAN: desde la perspectiva del Gobierno de E.U.  que encabeza Mr. Donald Trump, resultó ser un tratado “terrible” para esa nación, dice que genera la pérdida de empleos norteamericanos y un déficit de 65 mil millones de dólares entre E.U. y México. La importancia del TLCAN o NAFTA es fundamental porque E.U. es el comprador mayoritario,  porque se exporta a la región más del 80% de las mercancías elaboradas en México, porque genera empleos y porque es un portal de crecimiento importante para nuestro país.

Como todo proyecto hay elementos que deben mejorarse, en especial en aspectos laborales y ambientales, así como en ramas económicas como el transporte, sin embargo los resultados del TLCAN muestran un balance positivo por lo que ahora, en el  momento de las negociaciones es necesario que México muestre una unidad básica dado que el TLCAN reporta mayores beneficios que aspectos negativos. Es momento de apoyar la negoción de la contraparte mexicana, que se integra  por políticos, empresarios y personas conocedoras del tema, para lograr mejores resultados, para reducir los costos de las presiones crecientes de los sectores de E.U., y para administrar el proceso de negociación.

Todos los temas que afectan al país son importantes, sin embargo, es necesaria una mayor verticalidad y una mejor postura de los actores políticos en la negociación del Tratado de Libre Comercio, y esto va desde la responsabilidad en las declaraciones, hasta la unidad política elemental cuando se entablan mesas de negociación con la nación más poderosa del mundo,  que dicho sea de paso se caracteriza por el pragmatismo en la toma de decisiones.  Hoy México no tiene un amigo en la Casa Blanca, tampoco las élites económicas que gobiernan ese país nos ven con buenos ojos, y los intereses de las grandes empresas presionan a la débil estructura decisional en los Estados Unidos.

México ha mostrado respeto, cautela, y conocimiento técnico en cada uno de los temas que se desarrollarán en la negociación, sin embargo, el equipo encargado de esta negociación precisa capacidad, apoyo y fortaleza política en la nación mexicana.  El momento político actual se define por las imprecaciones, los deslindes, las frases imprecisas, la tensión y hasta la falta al respeto más elemental entre los actores políticos. La ruta hacia el 2018 abre líneas de tensión en que pareciera que muchas cosas se subordinan a los lógicas de la política partidista y de los actores involucrados, antes de voltear a ver que nos estamos jugando el futuro tangible, concreto y efectivo del país.

En una negociación hay diversas mesas, una está en la capacidad de articular una estructura política sólida y posicionamientos razonables que muestren fortaleza política e institucional. Los partidos políticos son piezas estratégicas de conducción política nacional, y las diferentes asociaciones y grupos que existen en México también lo son, por ello,  hay que trabajar en construir unidad y confianza, hay cosas que nos toca hacer como actores políticos cuando lo que se negocia consiste en millones de empleos, inversiones y crecimiento económico, hay mucho que hacer cuando en la mesa del Tratado está un mejor futuro posible. 

Hoy todos somos México,  porque nadie, ningún partido y ningún gobierno o actor político va a suplir los empleos, las inversiones, las plataformas productivas y la interrelación con una de las tres regiones económicas más importantes del mundo. El futurismo político no puede realizarse a costo del desarrollo social y económico de millones de personas, por el contrario, la capacidad de nuestra política nacional es lo suficientemente madura para saber que gobierne, quien gobierne, al ciudadanía necesita trabajo, expectativas, desarrollo y paz.

#HojaDeRuta: “Momento de que México voltee al Sur”

Comparte este artículo:

“Aquí abajo, cada uno en su escondite. Hay hombres y mujeres, que saben a qué asirse. Aprovechando el sol y también los eclipses. Apartando lo inútil y usando lo que sirve. Con su fe veterana, el Sur también existe”.

El poema de Benedetti resuena en un momento de sacudidas geopolíticas en distintas partes del globo. Para México resulta de particular relevancia en un momento donde la “integración” (habría que analizar y cuestionar el alcance del concepto) del TLCAN, la gran apuesta económica de política exterior de los últimos 25 años, navega en aguas inciertas.

Aunque hoy los reflectores están puestos en la negociación del tratado, no hay que olvidar el contexto que la provoca: la llegada de la ultra derecha a la presidencia de Estados Unidos encarnada en la figura de Donald Trump, personaje que ha ejercido la vejación pública más cruenta hacia México que se recuerde en la historia contemporánea.

Es una negociación que parte no solo de un cambio político que ha provocado un efecto dominó, también parte de la indignidad, pues la autoridad política de México, en particular el presidente EPN, ha sido de una debilidad y tibieza tal que descorazona.

Hace algunos días fui invitado por Alianza Cívica a moderar un diálogo con Sara Tamez, vieja amiga que durante los últimos años se ha dedicado a trabajar en campañas políticas de Sudamérica. En particular, venía a compartir la experiencia de la reciente victoria de Lenín Moreno en la elección presidencial de Ecuador. Dentro de sus vivencias, contaba cómo mucha gente en el cono sur le reprochaba que México no volteaba hacia la región, que vivíamos solo viendo hacia el norte. Recordé de inmediato que me tocó vivir el mismo reclamo hace ya más de una década en Chile. Lo increíble es que México sí es referencia en múltiples aspectos en el hemisferio sur, desde la cultura popular hasta ciertos aspectos de su desarrollo.

Hoy nuestro país concentra poco más del 80% de sus exportaciones a Estados Unidos, menos del 3% a Canadá y 16% al resto del mundo (Reforma, 2017). Por supuesto que el argumento geopolítico, de aprovechar la proximidad con la economía más grande del mundo es racional y una meta deseable, pero eso no debería significar dependencia absoluta ni cortedad de miras, sobre todo en un momento donde el mismo país que pregonó el liberalismo económico a pies juntillas hoy apuesta por la cerrazón y el proteccionismo.

Por ejemplo, en la industria automotriz, que es el sector que mayor participación tiene en las exportaciones mexicanas hacia EEUU, con 23%, un trabajador norteamericano gana en promedio 29.5 dólares la hora, mientras que el mexicano gana 4.51. La diferencia es brutal, e ilustra el por qué México sigue y seguirá siendo atractivo para la maquila, pero también, cómo este modelo que ha hecho crecer sustancialmente las exportaciones no se ha traducido en crecimiento suficiente ni ha podido frenar el crecimiento de la pobreza y la desigualdad.

La renegociación del TLC sin duda es estratégica para nuestro país, pero también una llamada de atención, un grito y un destello que nos obliga a mirar hacia otras latitudes y replantear nuestro rol económico en función del lugar que queramos ocupar en el mundo, las ideas que representemos, el proyecto de nación que comencemos a construir.

Quizá como nunca antes, la visión de política exterior será de primer orden en la agenda de la sucesión presidencial de 2018. Habrá entonces que recordar que el sur también existe, lo mismo que el oriente: pero aquí abajo, cerca de las raíces, es donde la memoria ningún recuerdo omite. Y hay quienes se desmueren, y hay quienes se desviven. Y así entre todos logran, lo que era un imposible: que todo el mundo sepa que el Sur también existe”.

Arrancan la renegociación del TLCAN.

Comparte este artículo:

A más de 23 años de su entrada en vigor, Estados Unidos, México y Canadá pusieron este miércoles en marcha el proceso de modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El banderazo de salida estuvo a cargo del representante comercial de la Casa Blanca, Robert Lighthizer, del secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, y de la canciller canadiense Chrystia Freeland.

Freeland coincidió en que Canadá espera “una conversación productiva y constructiva”. “Hemos estado construyendo durante algún tiempo una muy fuerte relación entre Canadá y México, incluyendo una fuerte relación entre nosotros dos”, añadió.

Estados Unidos dejó por su parte en claro que pretende un calendario “ambicioso” y “agresivo” de renegociación del TLCAN, que resulte en beneficios para los tres países, de acuerdo con un funcionario de la Representación Comercial de la Casa Blanca.

Durante la primera ronda de negociación, los tres países definirán alrededor de 30 capítulos, compartirán propuestas de texto de forma clasificada, intercambiarán cifras comerciales y empezarán el proceso de identificar coincidencias y discrepancias.

Esta primera discusión se extenderá por espacio de cinco días en un hotel de la capital estadounidense. La segunda ronda tendrá lugar en México y la tercera en Canadá en algún momento del invierno.

Estados Unidos anunció que su meta en las negociaciones del TLCAN es eliminar los déficits comerciales con México y Canadá.

México ha señalado por su parte que busca que la modernización del TLCAN resulte en una mayor integración de los tres socios comerciales norteamericanos.

Canadá desea un acuerdo trilateral “más progresista” con salvaguardas laborales sólidas y disposiciones ambientales que combatan el cambio climático y reformar el proceso de solución de controversias entre inversionistas y Estado, para asegurar que los gobiernos tengan un “derecho ineludible” a regular en el interés público.

Renegociación del TLCAN y los salarios mexicanos, nada nuevo en nuestro futuro

Comparte este artículo:

Últimamente se ha creado mucho furor con respecto a la noticia exhibida por Bloomberg respecto a que “Durante la negociación del TLCAN, se buscara presionar al gobierno mexicano para incrementar los sueldos mínimos”. Para muchos puede ser una innovación, un apoyo para la sociedad, hasta un movimiento positivo del gobierno americano para favorecer a la sociedad mexicana. Pero la realidad no es así, México, ya se encontraba en pláticas para incrementar el salario mínimo en general, todo debido a las normas impuestas en, el ahora difunto, Acuerdo Transpacífico de cooperación.

El gobierno de Obama presiono al acelerar la firma de dicho tratado, donde no solo estipulaban la creación de nuevos salarios mínimos en múltiples países, sino también el renegociar los estatutos laborales y crear mejores estándares laborales entre todos aquellos países miembros. Pero ahora tenemos una nueva negociación en mano, liderada por el presidente de los Estados Unidos que, como hemos podido observar, tiene poco de negociador y más de impositor.

Pero veamos desde otra perspectiva, ¿Que conllevaría el aumentar los salarios mínimos en México?

Bueno, inicialmente mejoraría las oportunidades de múltiples trabajadores al aumentar sus ingresos, pero al mismo tiempo crearía nuevas problemáticas para pequeñas y medianas empresas que aún no han logrado estabilizar sus ganancias. Aunado a esto, las empresas mexicanas se ven constantemente ahogadas con impuestos duros, revisiones constantes y sin mencionar los costos que, por ley, deben de cubrir por parte de sus empleados, como lo son el seguro social, aguinaldos y demás.

Entonces, ¿Realmente estamos viendo un beneficio directo?

En mi opinión si es necesario que incremente el salario mínimo mexicano. Nos hemos quedado rezagados ante los aumentos en los costos de vida y la necesidad de otorgar mejores oportunidades a nuestra sociedad. El problema es simple, no existe en realidad una base para implementar directamente los aumentos sin afectar en general a la cadena laboral. Necesitamos reestructurar nuestras políticas fiscales y también otorgar beneficios tributarios a nuevas empresas. Así como mejorar las leyes laborales para que por fin exista un beneficio para tanto empleado como empleador.

La renegociación del TLCAN aún ni ha comenzado, por lo tanto todavía no podemos analizar ni percibir los posibles beneficios o daños que pueda atraer esto a la mesa. México tiene que imponerse ante el gobierno de los Estados Unidos, pues ellos también han creado una necesidad del comercio constante con nuestro país. En todo caso podríamos ver una nueva oportunidad en el comercio con Canadá, atrayendo nuevas inversiones de este gran país del norte y promocionando productos mexicanos en sus mercados. Los cuales aún no han sido tan explotados como el americano por nuestras empresas nacionales.

¡La Hora de la Verdad! Anuncian fecha para renegociación del TLC

Comparte este artículo:

La administración del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció esta mañana las fechas para la primera reunión para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Según fuentes de la agencia Reuters, las negociaciones entre los tres países se darían en siete reuniones a lo largo de siete semanas, comenzando con la reunión del 16 y 20 de agosto en Washington, D.C., antes de llegar a conclusiones sobre la renegociaciones.

Precisamente esta semana funcionario del gobierno estadounidense dieron a conocer la estrategia de negociación, con el énfasis puesto en bajar sus déficit comerciales con México y Canadá, así como también exigirles concesiones.

Con esto, Donald Trump, estaría cumpliendo una de sus propuestas de campaña, puesto que el presidente republicano considera que el TLCAN ha sido un desastre para su país y uno de los peores tratados de libre comercio que a firmado la Unión Americana.

Durante sus primeros meses en la Casa Blanca, Trump, amenazó con abandonar el tratado, pero al final opto por sentarse en las mesas de renegociación con México y Canadá.

Consulta Pública para la Renegociación del TLCAN

Comparte este artículo:

Esta semana la Secretaría de Economía y el Senado de la República han abierto sus respectivos portales para recibir propuestas y sugerencias para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. No cabe duda que hoy más que nunca es importante la coordinación entre los distintos sectores de la sociedad con el gobierno para poder buscar un tratado ameno para nuestro país ante los retos que enfrentamos por el discurso xenófobo y las amenazas proteccionistas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Nadie puede negar la importancia de este tratado para nuestro país, desde que entró en vigor el 1ero de enero de 1994 nuestro PIB total se ha duplicado y nuestros intercambios comerciales con el norte se han prácticamente triplicado. Los números hablan por si solos: cada día cruzan la frontera (3,142 km) México-Estados Unidos 70,000 camiones de carga, 300,000 vehículos y 1,000 millones de dólares. Hay 54 puertos fronterizos, el 11% de la población de EUA es mexicana, 5 millones de empleos directos dependen de las exportaciones entre nuestros países, 83 millones de personas viven en los estados fronterizos, poco más de la mitad de la inversión extranjera directa que recibió México en 2015 fue de EUA (52%: 15,797.5 MDD) y las remesas enviadas a nuestro país fueron de 23,683.8  MDD convirtiéndolas en parte fundamental de la actividad económica.

Hay dos neoleoneses que están tomando un liderazgo importante dentro de este proceso de renegociación del TLCAN, el primero, Ildefonso Guajardo, secretario de economía ha sido claro y firme en la postura de México, no aranceles, un tratado benéfico para los 3 países y que nada ni nadie está por encima de la dignidad de nuestro país. Con amplia experiencia en negociaciones comerciales Ildefonso ha iniciado platicas desde hace varios meses con grupos empresariales importantes de nuestro país que han estado “afilando navajas” para respaldar con estudios y datos las posturas del gobierno mexicano ante esta negociación por venir. El propio presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón mencionó que la iniciativa privada ha contratado despachos expertos en el tema, algunos que inclusive participaron en la negociación original del tratado hace 25 años.

Otra neoleonesa que está tomando un papel importante en este proceso es la Senadora Marcela Guerra, Presidenta de la Comisión de Relaciones con América del Norte la cual también está lanzando una consulta pública para coordinarse con las autoridades correspondientes y dar a conocer la postura del poder legislativo ante este importante proceso el cual de llevarse a cabo tendría que ser ratificado por el senado.

Renegociar el tratado también puede significar una oportunidad para mejorar en las áreas donde nos hemos rezagado o donde han surgido nuevas problemáticas que hace 25 años no existían. Tal es el caso del sector energético y la oportunidad de modernizarlo aprovechando la reforma energética y las reservas naturales de nuestros 3 países, el sector agropecuario donde ciertos productos estadounidenses como la pera, la manzana y el maíz han desplazado parte del mercado mexicano por lo que se puede buscar el mejoramiento tecnológico para ser más competitivos y proteger estas industrias nacionales, los temas migratorios y de movilidad laboral que son sumamente importantes considerando que muchas empresas tienen procesos de producción compartida, entre otros temas.

Contrario a lo que piensan muchos creo que no tenemos porque temer, por el contrario creo que esta situación más que preocuparnos, debe de ocuparnos en colaborar y aportar desde nuestras trincheras en la construcción de un tratado justo, moderno y benéfico para las tres naciones. Debemos de ver la renegociación desde el lado positivo, nuestras economías han cambiado y hay puntos que se deben mejorar. México no tiene porque regatear ni sentirse intimidado ante las amenazas norteamericanas, la interdependencia regional que tenemos con Estados Unidos y Canadá nos da elementos para presionar y con la buena disposición de los negociadores mexicanos del gobierno federal, legisladores, academia y empresarios auguro una negociación fructífera para nuestro país.

Fuentes: Secretaría de Economía, Forbes, Senado de la República.

 

Ciudadanos de primera

Comparte este artículo:

En todos lados escuchamos que tenemos a los políticos que merecemos. Eso se acabará cuando la ciudadanía esté más activa, organizada y sea menos permisiva. Estudios recientes del Instituto Nacional Electoral reflejan la frecuencia y el tipo de participación que está teniendo la sociedad y los resultados son poco alentadores.

Solamente un 20% de la gente participativa ha generado contenido o compartido información política en sus redes sociales (Facebook Twitter principalmente), un 18% ha participado en campañas políticas o de algún partido político, únicamente el 15% ha asistido a reuniones en cabildo municipal y sólo el 3% de la gente ha intentado convencer a terceros de votar sobre el candidato de su elección.

El éxito de la participación ciudadana dependerá principalmente de la experiencia previa y el involucramiento en asuntos del interés público. Mientras que tengamos ciudadanía desinteresada y sin experiencia, se abren las posibilidades de tener que seguir aguantando malos gobiernos. Hoy en el estado de Nuevo León tenemos ya una Ley de Participación Ciudadana que se verá reflejada en todos los reglamentos municipales a más tardar en septiembre, lo cual nos dará herramientas para fomentar y fortalecer el papel que deberá ir tomando la ciudadanía sin necesidad de estar condicionados al humor o apertura del gobernante en turno.

Una de las formas clásicas de ver cómo se da la participación ciudadana en las democracias es mediante la observación de la participación electoral. Los niveles de participación electoral en México son comparables o incluso mayores que los de algunas democracias consolidadas como Canadá, Estados Unidos, España o Francia. Sin embargo, lo que resulta preocupante para nuestro caso en México, siendo una democracia joven, es que sigue creciendo el abstencionismo, quizá gracias al descrédito en las instituciones y especialmente en los partidos políticos. ¿Cómo esperamos tener políticos de primera si no ejercemos nuestro voto?

“El que no habla, Dios no lo oye” y nada vale más que un ciudadano bien informado con ganas de aportar a su comunidad. Si somos ciudadanos de primera, merecemos políticos de primera y para eso tenemos que empezar por sumar, aportar y lograr lo que la mayoría queremos, un lugar con la mejor calidad de vida y oportunidades. Ciudadanos de primera elegirán candidatos de primera; no populistas y oportunistas.

#ElTalónDeAquiles: Hasta luego Venezuela

Comparte este artículo:

Se cumplen varias semanas de movilizaciones contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro. En marzo, catorce países de las Américas solicitaron a Caracas liberar sus presos políticos, permitir la creación de un canal humanitario para luchar contra la escasez, respetar la autonomía del Parlamento, y establecer un calendario electoral. Al 15 de mayo, más de 30 muertos y de quinientos heridos eran el saldo provisorio de este nuevo ciclo de conflicto social.

La situación venezolana viene degradándose desde hace tiempo, en una inexorable pero certera descomposición de la llamada revolución bolivariana. La trama es la misma: el proceso revolucionario bolivariano se enfrenta a una guerra económica, a un golpe continuado y fascista al poder para imponer por la fuerza una contrarrevolución de derecha. O, dicho al revés, la oposición democrática continúa resistiendo el avance de la cubanización de Venezuela dirigido por una trasnochada revolución que es todo menos progresista. Polarización. Hoy, en Venezuela, las instituciones, en vez de distribuir el poder, lo concentran, y por ello su control se convierte en el mayor baluarte de este juego de ajedrez en donde no existe posible ganador.

La crisis empeoró a fines de marzo de 2017, cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en manos del oficialismo, intentó adjudicarse las funciones del Legislativo, en manos de la oposición. Se comprueba así, según la oposición, el reino de una dictadura comunista disfrazada en el país. Además de solicitar que se reanudara el calendario electoral que preveía elecciones de gobernadores en 2016, se exigió entonces elecciones presidenciales anticipadas (las próximas están previstas para 2018). La oposición está envalentonada: siete de cada diez venezolanos no apoyan el gobierno de Maduro.

El Palacio de Miraflores (Casa Presidencial) reaccionó de tres formas. Primero, decretó medidas paliativas, como el aumento del salario mínimo mensual de 150,000 a 200,000 bolívares. Se trata de una medida cosmética, pues es Venezuela el país con la inflación más elevada del mundo (el FMI estima que para el 2017, será de 720%). Segundo, planteó la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, lo cual sorprende pues admite que la Carta Magna bolivariana de 1999 debe ser sustituida. Para la oposición, que sólo parece concebir la derrota como desenlace, esta “Asamblea Nacional Prostituyente” no es un chance para revertir el declive, sino un paso en la consolidación del golpe de Estado oficialista iniciado con la suspensión a la elección de gobernadores y el intento de anulación de poderes al poder legislativo. En fin, en medio de fuegos pirotécnicos diplomáticos dignos del chavismo en su apogeo, Venezuela anunció su separación de la Organización de Estados Americanos (OEA). Para Caracas, el ente practica, por medio de su defensa al régimen democrático, una inaceptable injerencia en asuntos soberanos internos.

Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, EE.UU. Honduras, Jamaica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, y Uruguay, solicitaron al Consejo Permanente de la OEA, desde el 26 de abril, una reunión de cancilleres de las Américas para evaluar la situación. En medio de varios esfuerzos y de mucha decepción, el ente no ha logrado concretizar la reunión (al 15 de mayo, se esperaba que la misma tuviera lugar el último día del mes). Claro, la salida de Venezuela de la organización está lejos de ser un hecho, no solo porque Maduro no puede tomar esa decisión, al menos no en el marco constitucional actual, sino también porque en los 24 meses que tarda el proceso, mucho puede suceder, incluyendo el colapso del gobierno.

Dos signos preocupantes, creo, sin embargo, deben ser resaltados. Primero, la OEA sigue siendo fiel a su persistente incapacidad a constituirse en foro político interregional. Aplicar el artículo 19 de la Carta Democrática Interamericana de nada ayudaría a Venezuela e impondría una auto-exclusión del organismo del escenario nacional (como le sucedió con el caso hondureño en 2009). Segundo, si bien lo sé, hay que evitar ser marioneta de intereses privados (sobre todo en marcos tan polarizados como el venezolano), y soy el primero en argumentar que el primer creador del chavismo fue la miope y egoísta élite venezolana del Pacto de Punto Fijo, que vendió un proyecto de “democracia representativa” que con costos fue tal, se debe tener la lucidez de aceptar que la situación hoy no está bien en ese país: por poco no hay división de poderes, la economía es hoy más dependiente que nunca del petróleo, y el respeto de los derechos de las minorías no parece estar garantizado. ¿Hasta luego Venezuela? Esperemos que no.

Fernando A. Chinchilla

Lima (Perú) y Cholula (México), mayo de 2017

México listo para el TLC

Comparte este artículo:

Querétaro, México(18 de Mayo 2017).- El Presidente Enrique Peña Nieto afirmó que México esta listo para renegociar el Tratado de Libre Comercio (TLC), luego que el Gobierno de Estados Unidos envió  una notificación formal al Congreso.

Peña Nieto indicó que el plazo de 90 días para arrancar las pláticas formales van a crear las condiciones para llegar a un acuerdo entre los tres países: México, Estados Unidos y Canadá. Se espera llegar a una negociación.

“Tenemos la confianza en llegar a un buen acuerdo o una modernización del TLC, que tiene más de 20 años y evidentemente hay condiciones para tomar oportunidad de los cambios, de los avances tecnológicos  y del comercio electrónico” aseguró el Mandatario.

El Presidente dijo que su Gobierno va a insistir en que México, Estados Unidos y Canadá tienen una vasta oportunidad, en donde empresarios buscan beneficios mutuos de protección, crecimiento, desarrollo y competitividad de América.

Dentro del marco del “Centenario de la Constitución”, Peña Nieto tuvo la oportunidad de compartir la noticia del TLC y además de inaugurar el Macrolibramiento, obra que mide 86 kilómetros y costó 5 mil 755 millones de pesos. Esta obra es una promesa va a potencializar el comercio en la zona centro y norte del País.

El Talón de Aquiles: “Uno de esos Límites”

Comparte este artículo:

El martes 4 de abril, aviones de guerra atacaron la localidad de Khan Sheikhoun, Siria. Acto seguido, paramédicos observaron personas ahogándose, desmayándose, o presentando vómitos. También se notaron casos de espuma alrededor de la boca. Diversas informaciones apuntaron a la utilización de armas químicas por parte del Gobierno de Bashar al-Ásad, quien negó su responsabilidad.

Rusia, su más cercano aliado, indicó que el arsenal químico pertenecía a los rebeldes. No hay números precisos sobre el número de víctimas resultante de este nuevo episodio de utilización de armas químicas: algunos refieren a 58 muertos, mientras que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos apunta a 67 (y 300 heridos); otras fuentes cifran a más de 100 las víctimas mortales.

Tampoco se sabe qué se utilizó, si bien se apunta al uso de Gas Sarín, un agente nervioso 20 veces más letal que el Cianuro, difícil de detectar. Los países occidentales dieron por un hecho el uso de armas químicas por parte del Gobierno sirio – Rusia sigue insistiendo que la autoría del hecho no es clara – y más temprano que tarde, 59 misiles crucero Tomahawk estadounidenses, lanzados desde navíos desplegados en el mediterráneo, atacaron la base aérea Sharyat (asociada al programa sirio de armas químicas).

Un acto ilegal e inmoral

El inicio del uso de armas químicas en el mundo contemporáneo tiene lugar hace poco más de un siglo, el 22 de abril de 1915, cerca de Ypres (Bélgica), cuando tropas alemanas lanzaron 180 toneladas de clorhídrico asfixiante a los aliados, intoxicando a 15,000 personas.

La indignación de la opinión pública internacional fue tal, que diez años después, en 1925, se firmaba del Protocolo de Ginebra sobre las armas químicas y biológicas, el primer intento multilateral para impedir el uso de ese tipo de armas en contextos bélicos. El convenio es importante, si bien no penaliza la producción y almacenamiento de armas químicas (solo su uso). Además, muchos de los Estados que lo ratificaron se guardaron el derecho de usar estas armas contra los no firmantes, o como represalia si eran víctimas de armas químicas.

De hecho, durante la Guerra Fría, alrededor de 25 Estados desarrollaron armas químicas. Japón utilizó Gas Mostaza, Lewisita, Fosgeno, Cianuro, y otros durante su guerra contra China (1937-45).

Entre 1961 y 1971, Estados Unidos lanzó 72 millones de toneladas de Agente Naranja para destruir los bosques en donde se ocultaban guerrilleros vietnamitas. Las enfermedades y trastornos genéticos causados por la dioxina afectan hoy a más de tres millones de personas.

En 1988, Saddam Hussein, en el marco de la guerra Irán-Iraq (1980-88), bombardeó la ciudad de Halabja (Kurdistán Iraquí) con Gas Sarín, Tabún, Mostaza, y VX. Documentos publicados por Wikileaks señalan que Washington autorizó el uso de agentes químicos – fósforo blanco y uranio empobrecido –  en Faluya (2004), durante la guerra en Iraq.

Y en 2013 se denunció el uso de armas químicas por parte del régimen de Bashar al-Ásad, en Guta (suburbio de Damasco, la capital de Siria). Las víctimas se estiman a entre 281 y 1729. En esa ocasión, el Presidente Barack Obama aceptó no atacara Siria, a cambio de desarrollar negociaciones exitosas con Rusia para desmantelar el arsenal químico de al-Ásad.




También hay esfuerzos para eliminar la posibilidad que tales episodios se produzcan. En 1980, inició un proceso de negociación que llevaría a la firma, en 1992, de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, Producción, Almacenaje, y Uso de Armas Químicas y sobre su destrucción, conocida como la Convención sobre Armas Químicas (CAQ), que entró en vigencia el 29 de abril de 1997.

El acuerdo es importante al menos por dos razones. Primero, prohíbe, como es el caso del Protocolo de Ginebra, el uso de agentes químicos en las guerras. Pero además, ilegaliza su producción y almacenamiento, e incluye medidas de verificación. El empleo de herbicidas como método de guerra es prohibido, y los Estados firmantes se comprometen no solo a no usar agentes químicos con finalidades bélicas, sino también a no desarrollar, ayudar, alentar o inducir a otros Estados a producir este tipo de armas.

También se comprometieron a destruir los stocks existentes. Segundo, por primera vez se negoció un acuerdo multilateral, de aplicación universal, con un mecanismo de ejecución permanente – la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) – cuyo objetivo es la eliminación de una categoría de armas de destrucción masiva.

En suma, el uso de armas químicas es considerado una ofensa grave a nivel internacional. Siria ratificó la convención  el 14 de septiembre de 2013, la cual entró en vigor en ese país el 14 de octubre de ese mismo año. La utilización de armas químicas convierte entonces a los autores del ataque en violadores de la convención.

Además, pone al país en flagrante desacato de las resoluciones emitidas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Recuérdese que el mismo ha solicitado implementar el Comunicado de Ginebra (2012), que busca crear un gobierno de transición de consentimiento mutuo con amplios poderes ejecutivos.

También solicitó a las partes, en enero de 2016, asistir a “conversaciones de acercamiento” para discutir sobre un cese al fuego y un periodo de transición conducente a nuevas elecciones. Y si bien los ceses al fuego anunciados por Estados Unidos y Rusia (septiembre de 2016), así como Rusia, Irán y Turquía (enero de 2017) no surtieron ningún efecto, el uso de armas químicas no solo implica un fracaso en los intentos por resolver pacíficamente el conflicto, sino también una evidente escalada militar. Además, demuestra que el arsenal químico no ha sido desmantelado, como debía ser el caso a partir de 2013.

Una guerra compleja

Las raíces inmediatas del conflicto sirio se encuentran en la “Primavera Árabe” (2010-13), esa ola de democratización que se llevó a su paso a los regímenes de Hosni Mubarak (Egipto) y de Muamar Gadafi (Líbano). En Siria también, el pueblo se levantó contra un régimen autoritario, corrupto, iniciado por Háfez al-Ásad, en 1971, que no cumplía con las expectativas de la población.

Pero aquí la represión fue inequívoca. Las protestas estudiantiles prodemocráticas de marzo de 2011 fueron seguidas de la represión, lo cual generó indignación nacional y el pedido de renuncia de Bashar al-Ásad. El gobierno respondió entonces con más represión. Acto seguido, la oposición se armó para defenderse, y también para expulsar a las fuerzas gubernamentales de sus regiones. El gobierno etiquetó entonces a estos grupos de “terroristas”, y escaló el conflicto. Hasta aquí, la violencia colectiva es una de exclusión política, común en diversos contextos de conflicto armado interno.




Pero la guerra civil se complejizó cuando se transformó en una pugna entre la mayoría musulmana sunita, opositora, y los chiitas alauitas, grupo al que pertenece el Presidente al-Ásad. Claro, definir las identidades en conflicto en estos términos, es reduccionismo, pues en la oposición se encuentran amalgamados desde revolucionarios moderados (Ejército Libre Sirio, ELS), hasta islamistas yihadistas ligados al Estado Islámico (EI). También se encuentra a Tahrir al Sham, el mayor grupo armado opositor después del EI. Además, los kurdos del norte, que son otro elemento identitario del conflicto a considerar (con implicaciones en Turquía) buscan asentar su control sobre el territorio donde se encuentran presentes.

El rol de actores externos también es importante. Irán, que es chiita, es uno de los más cercanos aliados de al-Ásad, y puede haber invertido miles de millones en asesoramiento militar y armas. Además, por Siria pasan armamentos que Teherán envía al Hezbolá (Líbano). Para contrarrestar esta situación, Arabia Saudita (rival regional de Irán) ha financiado a grupos rebeldes sirios (incluyendo a islamistas). Ante el avance de los kurdos (simpatizantes del proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán) cerca de su frontera, Turquía decidió intervenir a favor de la oposición a los kurdos; dichos grupos también han logrado simpatía en Jordania y Qatar. Estados Unidos, por su parte, había evitado involucrarse más allá de su lucha contra el Estado Islámico. Y Rusia, como se indicó, es un fiel aliado de al-Ásad.

Ser o so ser (los policías del mundo): he ahí el dilema

Durante su campaña electoral, el Presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, advirtió que la superpotencia debería abstenerse de inmiscuirse en el conflicto sirio. Los Estados Unidos no son la policía del mundo. Hoy, el Secretario de Defensa, James Mattis, asegura que esa posición no ha cambiado. Los 59 misiles lanzados el 6 de abril pueden entonces ser vistos como un cambio radical en la posición aislacionista anunciada por Trump durante su campaña electoral, pero otros insisten en que es un operación cosmética que no tiene incidencia en el conflicto armado interno sirio.

En todo caso, Damasco calificó el acto de Washington como “idiota” e “irresponsable”, contrario al derecho internacional (pues se trata de una agresión a un Estado soberano). Rusia apoyó esta tesis y congeló sus canales de comunicación con Estados Unidos. Irán señaló que el ataque puede reforzar los grupos terroristas, complicando la resolución de conflicto.

Mientras “occidente” sigue bailando al ritmo de sus intereses geoestratégicos, para abril de 2016, la ONU estimaba que 400,000 personas habían muerto desde inicios del conflicto. A marzo de 2017, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos estimaba esta cifra a 465,000 los muertos; la ONU estimaba en ese mismo mes, que 4.8 millones de personas habían sido desplazadas. Se estima también que se requieren de USD 3,200 millones para ayudar a los 13,5 millones de personas urgidas de asistencia humanitaria dentro del país.




Otro momento habrá para discutir qué tanto cinismo, ignorancia, estrategia visionaria, o pragmatismo político refleja la operación estadounidense. Por ahora, el apoyo recibido de Alemania, Arabia Saudita, Canadá, Francia, Israel, Japón, Reino Unido, y Turquía, señala que el movimiento de Washington fue el correcto.

Washington ya se declaró dispuesto a repetir, incluso a ir más allá, si las condiciones lo ameritan. Ahora, más allá de las manipulaciones y oportunismos, que sin duda los hay – el realpolitik es inevitable aquí – usar armas químicas también es traspasar uno de esos límites trazados por el liberalismo, sobre el cual se base parte del sistema de cooperación multilateral internacional. Y en ese sentido, el ataque de Khan Sheikhoun no podía ni debía quedar impune. En el siglo XXI, ningún actor político debería contemplar, entre sus posibles acciones de guerra, el gasear ciudades repletas de población civil. Eso es, simple y sencillamente, inadmisible.

Fernando A. Chinchilla

San José (Costa Rica), abril de 2017

______________________________

– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”