Seguramente ya a estas alturas escuchas día tras día algo relacionado a las elecciones del 2021. Yo ya te platiqué sobre la magnitud de este proceso y la cantidad de cargos que se están en juego. Pero hay cosas que normalmente a primera vista no se notan, y que vale la pena resaltar, con la finalidad de que en nueve meses el voto de la ciudadanía sea informado y responsable.
Antes que nada, la importancia que se le debe de dar al proceso de renovación de la Cámara de Diputados. En primera, se juega la mayoría que mantiene la alianza de la Cuarta Transformación, que de perderla dificultaría que muchos de los proyectos del Presidente avancen. Los partidos de oposición (PAN, PRI, PRD, MC y posiblemente México Libre) buscan diversificar el voto para romper con el altísimo número de diputadas y diputados que la 4T mantiene, con la finalidad de restarles poder legislativo.
Al Artículo 84 Constitucional, que habla sobre los escenarios en caso de la falta del Presidente, se le añadió lo siguiente el 20 de diciembre de 2019:
“En caso de haberse revocado el mandato del Presidente de la República, asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo quien ocupe la presidencia del Congreso; dentro de los treinta días siguientes, el Congreso nombrará a quien concluirá el período constitucional.”
La revocación de mandato, según lo estipulado, se llevará a cabo en 2022. Si López Obrador es revocado de su sexenio, y la oposición en ese entonces ocupara la mayoría en la Cámara de Diputados, existe la posibilidad de que asuma el Ejecutivo Federal un político ajeno a MORENA, según lo establece la Constitución. De ahí la razón por la cual la 4T no se puede permitir perder.
También el presidente y los partidos ya iniciaron sus movimientos de cara al siguiente año:
Sabemos que la campaña de firmas para “enjuiciar a los expresidentes” es grilla electoral, pues en este país se puede enjuiciar si hay suficientes pruebas sólidas en su contra, no hace falta una encuesta. Todo este tema es para medir la popularidad del Presidente, nada más. También la rifa del avión.
El partido del gobierno, MORENA, se encuentra en un proceso interno para elegir a sus dirigentes, aquellos que guíen al partido a mantener y aumentar su presencia en toda la República. Las divisiones internas se tienen que resolver para evitar una ruptura profunda que termine por significar su derrota electoral, apenas tres años después de ascender a la cima.
PRI y PAN, por su parte, lanzan campañas de desprestigio en contra del gobierno federal por el pésimo manejo de la pandemia, de la seguridad y de las finanzas, para posicionarse como opciones capaces de gobernar y legislar a partir de 2021. Ambos partidos se mantienen punteros en algunos distritos y municipios donde MORENA no ha podido establecerse del todo.
Movimiento Ciudadano este mes ha anunciado que competirá sólo en las elecciones en todos los niveles, y se establecen como una oposición ordenada y cercana a la gente, lo que descarta una alianza con el PAN o el PRD, y que les abre las puertas a aumentar su presencia en San Lázaro y buscar ganar algunas gubernaturas.
México Libre sigue luchando contra corriente para consolidarse como partido político. El PVEM reafirma su alianza (sin sentido) con el bloque de la Cuarta Transformación.
Consideren, estimados lectores, que de lo que suceda el 6 de junio de 2021 se establecerá el rumbo de la nación por al menos los siguientes tres años. Tenemos aún mucho tiempo para informarnos, involucrarnos de así quererlo, y votar responsablemente.
¿Qué opinas?