La Nueva Normalidad

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En estos días he escuchado mucho sobre la “nueva normalidad” y me he puesto a pensar cómo debería ser y cuál es la realidad en la que merecemos vivir. Pensando en lo ideal, las siguientes palabras llegaron a mi mente…..

La nueva normalidad, esa en la que las mujeres no corran peligro en su propia casa y que al tener un problema y llamar buscando auxilio, sean atendidas por autoridades preparadas, eficientes y empáticas, porque el aumento del 60% en llamadas por violencia en esta cuarentena, existe y no es falso. Incluso una normalidad, en la que poco a poco, el sentir peligro tanto en casa como en la calles se vuelva algo desconocido, que los más de 4 mil asesinatos entre abril y mayo no vuelvan a ocurrir. 

Necesitamos vivir en la nueva normalidad, esa que respete el medio ambiente y las áreas protegidas, aquella que no ceda las tierras al mejor postor. Esta, donde los procesos de producción tengan en cuenta el cuidado del planeta, antes que el beneficio propio. Esa realidad, en la que el gobierno se preocupe por las energías renovables y no le apueste a proyectos viejos y fallidos. 

Se debe buscar una normalidad, donde todos tengamos los mismos derechos y el Estado nos brinde servicios eficientes. En la que todos los niños, donde sea que vivan, tengan acceso a una educación de calidad y a una infraestructura educativa digna, que realmente les brinde las herramientas para lograr esa movilidad social tan anhelada, que aun parece ser solo una utopía. 

Una realidad en la que las personas puedan ser libres, como sea que elijan serlo, sin miedo a ser juzgados y reprimidos por el mismo sistema heteronormado y patriarcal. Aquella, en la que mujer pueda decidir sobre su cuerpo y el Estado no se crea dueño de este. 

Se necesita una nueva normalidad, si, cambiando de forma y de fondo, sin divisiones y estigmas, como bien dicen muchos: todos remando para el mismo lado. Esta normalidad, que reconozca a todos como personas que tienen el derecho a desarrollarse de manera plena, sin importar su raza, religión, preferencia sexual y lengua. 

Aquella en la que el gobierno no dividida a la población, ni destruya instituciones. Una, en la que el poder no sea centralizado en un solo individuo, sino que sea usado para fortalecer los organismos gubernamentales existentes. Esta que tiene como fin, brindar un verdadero bienestar para la ciudadania, más allá de caprichos y desplantes. Esa debería de ser la Nueva Normalidad, la que realmente se necesita.

Golpe de Estado energético

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El golpe de Estado energético que propinó Rocío Nahle García, titular de la Secretaría de Energía a nombre de la cuarta transformación y por orden del presidente de México y de quienes desde sus escondites le dictan la política para avanzar en la instauración del socialismo totalitario en México, constituye un atropello grosero al orden jurídico vigente y desatará cientos de amparos, protestas de gobiernos extranjeros y posturas agresivas de empresas extranjeras que tuvieron fe en la reforma energética del régimen anterior. 

Al congelar inversiones por más de 7,000 millones de dólares, casi la misma cantidad que la que resulta de la absurda cancelación del NAIM de Texcoco, provocará demandas por la misma cantidad más daños y perjuicios, lo cual agregado a lo de Texcoco acabará haciendo parecer el FOBAPROA de Ernesto Zedillo como una tómbola de kermes parroquial. Obviamente, con cargo al contribuyente mexicano que acabará pagando la energía eléctrica más cara del mundo, además de la más contaminante. 

La cuarta transformación no respeta los Acuerdos de París, ni tampoco la salud de los mexicanos, como ya lo demostró su ausencia de manejo de la crisis del COVID-19. ¿Será este pronunciamiento autoritario una pifia de una funcionaria removible en caso de que las protestas internacionales pongan en peligro la estabilidad del gobierno, o será solamente un movimiento adicional que juegan los estrategas e ideólogos de la cuarta transformación (mexicanos y extranjeros de todo pelo), frente a la ausencia de reacción enérgica de la sociedad mexicana? 

¿Se puede creer que funcionarios mexicanos sean tan torpes que promueven con todo conocimiento de causa el uso del peor combustóleo capaz de envenenar a gran parte de la población? ¿Lo sabe y lo entiende AMLO? Si no lo entiende, que dios le perdone su ignorancia incorregible, si lo sabe, tendrá el presidente tanto afán de poder que sería capaz de perjudicar la salud de millones de los ciudadanos catalogados como pueblo sabio? 

El presidente se puso en un tobogán muy resbaloso. Ya no entiende cuales son los límites del poder. Anticipa actos futuros y asume que ya prevalece la dictadura a la cual anhela.

Otros Datos…

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El coronavirus ha sido la excusa perfecta para olvidar en la agenda pública lo que las marchas y protestas feministas habían logrado. Si bien esta emergencia sanitaria es un caso extraordinario que se debe de atender, no podemos descartar, aminorar o negar la crisis en materia de perspectiva de género que se vive y se ha vivido en México. 

Hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la famosa  “mañanera”, afirmó que el 90% de las llamadas por violencia doméstica al 911 son falsas. También manifestó que la violencia no es un valor propio de las familias mexicanas y que este confinamiento ha reunido a las familias para reforzar sus lazos. Curiosamente, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, declaró que no ha disminuido la violencia de género en el país. De igual forma, la ONU ha dicho que debido a este periodo de aislamiento en América Latina han incrementado los casos de abuso doméstico, resaltando los casos de México, Argentina y Brasil.  

Antes de la contingencia, el tema de discusión nacional  era el alarmante número de feminicidios, violaciones y agresiones realizados de forma descarada en nuestro país. Por fin se había obtenido la atención internacional, de los medios de comunicación y del gobierno. Ahora, no solamente se ignora, si no que también se niega su existencia por nuestro mandatario. “Yo tengo otros datos…” es ya la respuesta más desgastada del titular del ejecutivo federal. Pero la pregunta debe ser ¿cuánto más podremos tolerar esta  respuesta? Pareciera que su propio equipo encargado de darle estos “datos” dice lo contrario a lo que el presidente declara en cada mañanera. Ya fue suficiente de tanta incongruencia, y desconozco el  mundo fantástico en el que vive Andrés Manuel, pero claramente no es el México de la realidad. Un buen gobierno es aquel que busca alcanzar los ideales político-sociales, pero la única forma de lograrlo es atendiendo a la realidad, le acomode o no al ejecutivo. 

No se puede continuar maquillando la realidad, no  se debe aplazar más la toma de acciones. Bajo la situación actual será cada vez más difícil visibilizarse para exigir al gobierno nuestros derechos básicos, pero te invito a ti que lees esto que no te detengas y hagas dentro de tus posibilidades este reclamo para evitar la invisibilización de esta crisis que tanto padecemos las y los mexicanos.

Esta semana se ha demostrado algo positivo también, que si nos juntamos y alzamos la voz  podemos lograr la acción de las autoridades competentes. Tal es el caso de lo acontecido con “Johnny Escutia” y la youtuber Yuya. En el que por medio de la denuncia en redes sociales por el repulsivo y deleznable contenido de sus “letras”,  en las que describe de forma explícita cómo abusar, violar, matar y desmembrar a una mujer. Gracias al apoyo e indignación de miles de usuarios fueron retiradas sus “canciones” (o mejor dicho discurso de odio) de las distintas plataformas digitales de reproducción. Aquí se refleja cómo la misma sociedad unida y organizada puede reclamar y hacer justicia, misma que el gobierno por su falta de empatía o habilidad para abordar estos temas es incapaz de solucionar. 

Este caso al igual que muchos otros evidencia que estamos profundamente alejados de la realidad que nuestro presidente elucubra. Es doloroso y lamentable pero no incurable. La incapacidad del gobierno para llevar dos agendas públicas es evidente e imperdonable para las y los mexicanos,  ya que deja un inmenso vacío en la búsqueda de una perspectiva de género como política pública. Por un lado es evidente que en esta crisis sanitaria no se han tomando las mejores decisiones en cuestión de política sanitaria para las y los mexicanos, ya que tenemos un rezago significativo en materia de salud, y por el otro el gobierno muestra su incompetencia en abordar el ya muy dicho y discutido problema de la violencia de género.

El presidente como reiteramos tiene “otros datos”, mismos que nunca parecieren ser claros, demostrando que su gobierno no cuantifica o le da la importancia necesaria a estas tragedias humanitarias. Uno no puede mejorar lo que no puede medir, quizá si escuchara al Subsecretario Hugo López Gatell, sabría que ‘es un error metodológico pensar que sólo lo que se ve existe y lo que no se ve no existe’, por decir lo menos.

Basta del silencio, si tenemos hoy esta emergencia sanitaria ataquemos de forma paralela también a la crisis de derechos humanos que afecta a las mujeres. Unidos podemos y como mexicanos lo lograremos. Ni una más, y ni una menos.

Alerta, el coronavirus generará millones de pobres en México

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Esta columna es parte del análisis que realizamos en Reporte-19, un producto de Altius Consultores para orientar en la toma de decisiones. Para consultar el reporte completo entra a https://bit.ly/Reporte19

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) presentó el estudio “La política social en el contexto de la pandemia por el virus COVID-19 en México”.

Anticipa aumentos en la pobreza por ingresos, la pobreza laboral y el riesgo de que grupos de ingreso medio enfrenten condiciones de pobreza, al no haber políticas dirigidas a ese segmento.

El instituto señala que la pobreza podría incrementarse en un aproximado de 7.9% (entre 8.9 y 9.8 millones de personas). Por su parte, el número total de personas en situación de pobreza extrema aumentaría entre 4.9% y 8.5% (6.1 y 10.7 millones de personas).

Esto no son cifras menores, estamos hablando que aproximadamente el 15% de la población total del país pasará a una situación de pobreza o de pobreza extrema. Es decir, habría un incremento de casi un 50% en el número total de personas en pobreza (considerando que en 2018 el porcentaje de pobres era del 42%).

Para tratar de evitar esta que es a todas luces una tragedia social, el Coneval propone un aumento en el gasto social de hasta 1,2% del PIB (137,288 millones de pesos) para ampliar y fortalecer las medidas emergentes desplegadas a partir de los programas prioritarios, mejorar su capacidad operativa y asegurar una focalización adecuada.

El organismo concluye poniendo el dedo en la llaga y es que señala la falta de medidas por parte del gobierno federal para quienes han perdido su fuente de ingreso y para los sectores urbanos más expuestos.

Llama la atención la falta de flexibilidad que ha demostrado el Presidente López Obrador, pues en lugar de diseñar medidas emergentes focalizadas a la población y zonas que más sufrirán los efectos económicos, parece instalado en el mismo discurso y programas que tenía antes de la pandemia.

La afectación a la población de ingreso medio podría ser particularmente aguda, pues al no existir programas o redes de apoyo focalizadas a este segmento, el riesgo de caer en pobreza aumenta.

A mayor vulnerabilidad, mayor afectación. De ahí que cobre relevancia la discusión del Ingreso Único Vital que se está promoviendo en la Cámara de Diputados para otorgar transferencias por tres meses a las familias más vulnerables.

Este ingreso está siendo apoyado por la oposición a Morena (PAN, MC), pero está sumando cada vez más legisladores y organizaciones de peso como el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, Nosotrxs y Oxfam México.

Siendo el de Morena un gobierno que ha puesto el énfasis en poner primero a los pobres y a las transferencias directas a grupos vulnerables, en principio sería extraño que hubiera una negativa a una medida de esta naturaleza, pero el factor político podría terminar pesando más.

Oposición sin doctrina, ni ideas

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Durante el transcurso de esta semana, ha vuelto el falso y agotado debate sobre la militarización del País en relación con la estrategia de seguridad y la guardia nacional.

Lo anterior, derivado de la publicación en el Diario Oficial de la Federación el 11 de mayo, del “ACUERDO por el que se dispone de la Fuerza Armada permanente para llevar a cabo tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria”, en el cual, esencialmente se señala que la Fuerza Armada permanente participará de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada subordinada y complementaria con la Guardia Nacional en las funciones de seguridad pública mientras esta institución desarrolla su estructura y por un periodo máximo de cinco años.

Además, porque diversos legisladores y dirigentes de partidos políticos como por ejemplo: Damián Zepeda, Marko Cortes, Clemente Castañeda etc; aprovecharon para señalar que la publicación del referido Acuerdo “es inconstitucional”, “un fracaso absoluto de la guardia nacional” y “un retroceso gravísimo para el orden público“.

No obstante, debe decirse que los señalamientos realizados y referidos en el párrafo anterior, resultan incongruentes y extemporáneos.

Incongruentes, pues quienes hoy tachan de inconstitucional el Acuerdo del 11 de mayo, pasan por alto que este documento únicamente parafrasea el artículo Quinto transitorio de la reforma Constitucional publicada el 26 de marzo de 2019, por la que se crea la Guardia Nacional y que ellos mismos votaron a favor.

Incluso, el Senador Clemente Castañeda después de la votación afirmó que se constituyó un marco de actuación para las Fuerzas Armadas, apegado a parámetros de convencionalidad, respeto a derechos humanos y rendición de cuentas”.

De ahí que exista una falta de coherencia entre lo dicho y actuado.

Extemporáneos, por que los señalamientos que hoy cobardemente realizan debieron haberlos efectuado cuando tuvieron a su consideración la propuesta de reforma Constitucional que crea la Guardia Nacional, que se insiste votaron a favor y no así, a más de un año de la votación y publicación de la reforma.

Sin embargo, mas allá de asignar calificativos a las declaraciones vertidas, a los mexicanos debe preocuparnos que hoy nuestro País carece de una necesaria oposición.

Lo anterior, pues quienes se autodenominan de oposición reducen todo a bataholas, reyertas sin doctrina, ni ideas y una descalificación total de lo que hace el adversario, lo cual en nada ayuda y si empobrece al debate público. 

 Ante este escenario, es claro que a los mexicanos nos urge contar con una verdadera oposición, lo cual evidentemente no significa estar en contra o ser antagónico de todo lo que realiza el gobierno, sino más bien, críticas razonadas, congruentes, constructivas, que nutran el debate público y sobre todo con propuestas que enriquezcan la toma de decisiones.

Finalmente, como alguna vez lo dijo un verdadero y fetén opositor (Diego Fernández de Cevallos) “en todos los Países civilizados de la tierra, las oposiciones que se respetan a veces votan a favor de las propuestas del gobierno y a veces en contra. Solo quien padece de sus facultades asume que para ser honesto se tiene que estar en contra del gobierno, eso no lo aguanta ningún País”. 

Crecimiento o Desarrollo

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Durante las últimas semanas hemos presenciado un debate intenso entre la 4T y sus detractores. La actual pandemia nos ha llevado a analizar el sistema económico global. Esto aunado a un férreo rechazo de López Obrador a dar crédito a la medición de la producción y crecimiento, el Producto Interno Bruto o PIB. 

México inicia el 2020 con una contracción del casi 2% del PIB en el primer trimestre del año. A esto hay que sumarle que en los últimos meses se ha tenido un estancamiento económico, donde prácticamente no hay cambio en el PIB de nuestro país y no estamos creciendo. Con números en mano salen expertos diciendo que AMLO nos está llevando al precipicio, y sus promesas de 3%, 4%, ó hasta 5% no se darán al menos en sus primeros tres años de gobierno. Mientras que desde la otra esquina escuchamos a la 4T pregonar que el crecimiento no es de importancia, sino hay que buscar el bienestar. Ante esta situación de blancos y negros es preciso detenernos un momento y analizar qué pasa y qué es mejor. 

Para entender estos argumentos hay que remontarnos a la creación y uso del PIB como indicador económico. Posterior a la crisis de 1929 el Presidente Hoover estaba buscando como levantar la economía, razón por la cual invitó a un brillante y joven profesor ruso, Simon Kuznets, con el fin de explicar al Congreso que la recuperación estaba a la vuelta de la esquina. En los siguientes años Kuznets diseñó el PIB a fin de considerar cuánto se podría producir para incentivar la economía. Es así como el PIB se convirtió en el indicador de referencia económica a nivel global, donde básicamente se plasman los bienes y servicios producidos en un periodo de tiempo determinado. 

A pesar de las advertencias de Kuznets de no incluir a ciertas industrias como la militar, publicidad y el sector financiero, no se hizo nada al respecto y el PIB terminó considerándolas para tener mejores cifras. Para darnos una idea de las consecuencias en Gran Bretaña el sector bancario era menos de 1% del PIB en 1950, pero para 2008 en plena crisis financiera su porción ya era de 9%. Esto gracias a un mayor involucramiento durante los 70s con el fin de hacer más “productiva” la optimización del dinero y sus rendimientos, los cuales por décadas se han quedado en los bolsillos de unos cuantos. 

Esta medición de la “realidad” económica ha llevado a casos ilógicos de registrar dónde se encuentra la riqueza. Como ejemplo podemos tener un árbol en un parque público que a pesar de dar sombra, dar frutos, ser filtro de contaminación y reducir el calor ambiental no tiene aportación alguna al PIB, pero si talamos ese árbol y de ahí hacemos lápices entonces ya se registraría la producción y el crecimiento económico. 

Es así como el día de hoy consideramos que lo que producimos, independientemente de su utilidad y fin, es más importante que lo que tenemos y no registramos. No hay medición de la riqueza social generada por los parques, educación, salud, entre otras tantos rubros que son esenciales para una sociedad. Pero sí hay medición de la “utilidad” generada por un asesor financiero moviendo dinero en su computadora intercambiando acciones o derivados multiplicando esa “riqueza”. 

Hoy la pandemia nos lleva a repensar el sistema económico que queremos diseñar a futuro. No es viable continuar con los mismos indicadores y muchos países lo saben y están tomando cartas en el asunto. Nueva Zelanda, Escocia, India, Sudáfrica y muchos otros están optando por nuevos indicadores que midan la realidad social y el bienestar de sus ciudadanos. 

No podemos irnos al extremo de desestimar por completo la producción del país pero hay que preguntarnos, ¿de qué sirve hacer lápices si nos vamos a quedar sin árboles? De qué sirven 100 bancos que sólo estén “optimizando” el uso del dinero si de ahí no se redistribuye nada para el bienestar de la sociedad? De qué sirve seguir utilizando como referencia única el PIB si la pobreza, desigualdad, mala educación y pésima salud sigue siendo el yugo en México? ¿Y tú qué consideras más importante?

Para más información de temas actuales escucha mi podcast en Spotify “Kristian con K”.

IVA a Millennials y Militarización en México

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¿Por que el IVA a Netflix si fue tendencia en twitter para los millennials y la militarización de México no? Eso es el resultado de dos México distintos. 

Durante estos días vimos de todo: jóvenes rechazando el 16% de valor agregado “por afectar su economía” y por otro lado, quien abrazaba la idea “si somos privilegiados, debemos pagar” pero aquellos que protestaban por impuestos, no lo hacen con la militarización en México. 

El problema de ambas situaciones no es si el IVA disminuye la pobreza o que el Gobierno inventa impuestos y es incapaz de brindar seguridad, el problema es que nuestra generación solo abraza las causas que están arriba del iceberg y no las profundas siendo igual que omiso que el gobierno. Tal vez porque no prenden en redes, tal vez porque no son mediáticas en nuestra generación o porque ya nos acostumbramos a ellas.

Prueba de ello, es el alcance mediático en redes de ambas políticas públicas mencionadas: Mientras el IVA representa un impuesto indirecto, que nunca se etiqueta para programas sociales y que su objetivo solo es aumentar las recaudaciones fiscales, en contra sensus, la militarización del País es el resultado de una política de Estado en materia de seguridad fallida, donde en lugar de apostar a combatir las causas que provocan la violencia, se despliega a los efectivos del ejército por “carecer de Instituciones” y solo ser reaccionarios ante la ola de violencia. Prueba de ello es Magdalena de Kino, Sonora ayer.

¿Entonces tenemos un Gobierno que nos aumentan la recaudación de impuestos mientras pero no es capaz de brindar un ambiente seguro e incentivar y ofrecer mejores oportunidades a los jóvenes y tener una movilidad social real y no protestamos por ello?

Mientras la encuesta sobre disponibilidad y uso de tecnologías de la información y comunicación en los hogares menciona que solo el 65.8% de los mexicanos tenemos acceso a internet, lo seguro es que mientras caímos en la cortina de humo del IVA, no nos dimos cuenta que el 100% de los mexicanos vivimos en una inseguridad constante en medio de una ingobernabilidad de las instituciones con un gobierno oportunista de la miseria. 

Esto nos explica porque tenemos un Presidente sordo a los millennials: El gobierno actual no nos representa ni busca hacerlo. Tiene una base mayoritaria que busca mantener y no hay juventud que sea firme opositora real. No hablo de marchas o anarquismo, hablo que ni siquiera nosotros estamos conectados entre nosotros y tampoco tenemos la representación en los espacios de gobierno.

Ejemplo de lo anterior, es un gobierno que desaparece institutos de emprendimiento, recorta apoyos sociales como guarderías infantiles para madres solteras y institutos de la juventud atados de manos que no sale de redes sociales.

Aunque irónicamente este articulo no saldrá de Twitter, Instagram o Facebook, nosotros somos privilegiados y eso, debería hacernos entender que tenemos una mayor responsabilidad social. Obligación que va más allá que estar detrás del escritorio.

Nuestra generación debe ir más allá, ir por las causas profundas que lastiman a nuestras generación. Buscar la participación social real. Buscar crear más mesas de diálogos con coincidencias entre los colectivos que diferencias. Crear iniciativas de ley y actividades de impacto al Sistema Político. Organizaciones de la sociedad civil que coaccionen a más organizaciones y grupos homogéneos partidistas que incentiven la vida política del país, pero fuera de Twitter. 

Mientras no busquemos incentivar el diálogo y la crítica en TODOS los jóvenes mexicanos, no solo en Twitter, seremos una generación más que madure y nos olvidemos de las causa que aún existen en México. Mientras no exijamos al gobierno nos represente realmente, todos los días en México seguirán existiendo pobres, asesinatos y feminicidios por un odio que no sabemos identificar. pobre jovenes, asesinatos de jóvenes y feminicidios de mujeres jóvenes.

Es nuestro tiempo millennials. A los centennials les tocará después. 

#Kleroterion: “Antes de volver a la Nueva Normalidad”

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Alrededor del mundo países de todos los rincones empiezan a sacudirse la cuarentena que el coronavirus nos obligó a guardar. 

De un día a otro tuvimos que hacer un alto casi total y nos encerramos con la convicción de que esa era la forma correcta de defendernos del virus.

Lo que ocurrió durante estos meses no tiene precedente en la historia moderna de la humanidad y habrá quien se pregunte si reaccionamos de forma adecuada, pero a ciencia cierta eso quizás nunca se sabrá. 

Lo que sí podemos saber es que después del coronavirus ya nada volverá a ser igual.

Repentinamente el mundo que conocíamos no existe más. Madrid, Nueva York, Londres, Ciudad de México, Monterrey no son ya las mismas ciudades. 

No es sólo que ahora luzcan semivacias y que la gente vaya con la cara cubierta cuando sale a la calle… Todo cambio.

Todo cambia cuando te dicen que un beso o un abrazo a la persona que quieres te puede matar.

Todo cambia cuando reunirte con los que profesan tu misma religión para hablar con dios se convierte en un peligro.

Cuando algo que no puedes ver, ni oler, ni imaginar te roba tu libertad.

Todo cambia  cuando los hospitales se convierten en campos de guerra y los soldados de tu ejército en guerra usan batas blancas y no uniforme militar.

Repentinamente el dinero ya no sirve de nada, el enemigo invisible no distingue sexo, color de piel, nacionalidad ni mucho menos clase social. 

Todo cambia cuando el ser humano, tan acostumbrado a dominarlo todo,  despierta un día sabiendo que no es más que otro ser vivo en este planeta…

Cuando de golpe volvemos a reconocer nuestra fragilidad. 

Ahora que nos preparamos para seguir adelante y salir de este encierro te invito a que te des el tiempo de reflexionar…

¿Para qué sirvió todo esto? ¿Qué aprendí? ¿Cuál es el mensaje que la vida, Dios, la naturaleza o el universo nos quieren dar?

Date cuenta que allá afuera el mundo siguió su curso, pero al mismo tiempo nunca volverá a ser el mismo de antes…

Entiende que lo que hemos vivido es una oportunidad para crecer como individuos, como país, como especie, como sociedad.

Date la oportunidad de descubrir el mensaje y la enseñanza que nos deje el coronavirus… Reflexionalo antes de volver a esta nueva normalidad.

Endeudarse hoy es perjudicar el futuro de las siguientes generaciones

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La crisis de 2008 fue sistemática y se desarrolló primero en el sector financiero, esta misma colapso debido a una burbuja en el sector inmobiliario en Estados Unidos, a esta crisis se le conoció como la crisis de las hipotecas subprime. Después de los hechos del 11 de Septiembre del 2001 la reserva federal de los Estados Unidos (FED) mantuvo su tasa de interés al 1% al momento de esta decisión era muy barato pedir prestado dinero lo cual los llevó a un exceso de gasto en donde todo se dirigió a la compra de vivienda. El problema fue que sin ingresos y con una morosidad muy alta. La FED aumentó su tasa hasta un 5% lo cual ocasionó que la oferta de vivienda fuera mayor a la demanda lo cual produjo la burbuja. En fin eso fue el 2008 y la crisis que explotó. 

Actualmente estamos enfrentando una crisis que dio inicios con factores externos el 7 de marzo con la guerra petrolera entre Arabia Saudita y Rusia. Esta guerra provocó el Lunes 9 de marzo un desplome en todas las bolsas del mundo. El 26 de marzo Standard & Poor’s (S&P) junto con las demás calificadoras como Fitch Ratings y Moody’s bajaron la calificación de México para el grado de inversión, la baja calificación emitida por estas instituciones de prestigio provocó una fuga de capitales, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera informó que durante esta nueva crisis han salido más de 95,000 mdd. 

Dentro de una economía cuando hay una reducción de un factor de producción, en este caso la mano de obra se afecta la capacidad de producir bienes y servicios y se elevará directamente costo de las empresas debido a la escasez de trabajadores. El hecho de que se está viviendo un desempleo cíclico es alarmante, lo único que podemos esperar tanto como trabajadores y consumidores es llegar a una expansión dentro del ciclo económico, la expansión hará que reduzca el fenómeno del desempleo cíclico y poder esperar un aumento en el ingreso. 

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el martes dio a conocer que durante abril, se perdieron más de medio millón de trabajos. El problema actual del COVID-19 no está controlado, el riesgo para reabrir la economía es demasiado elevado. Mucha gente dependía de su trabajo  y hoy su futuro está en manos del gobierno. Nuestro vecino ha implementado una Renta Básica Universal la cual sin duda ayudará directamente a la economía de las familias Estadounidenses, este plan ayuda a todos sin importar si se es empleado o desempleado, esto con un fin de cubrir las necesidades básicas y disminuir las necesidades económicas. 

¿Es necesario en nuestro país una Renta Básica Universal? 

Sin duda el dar una Renta Básica Universal a la gente en nuestro país tendría grandes desventajas, como por ejemplo, gente que no la necesita la recibiría y sobre todo que será un gran incentivo para no trabajar. Aqui en Mexico ya existe un programa similar: Jovenes Construyendo el Futuro. 

Quizás nuestros programas sociales no están dirigidos a quienes de verdad lo necesitamos. Nuestro gobierno se siguen endeudando y la inversión extranjera sigue corriendo de nosotros. La crisis del 2020 va a acabar no solo con nosotros mismos sino que también con nuestro país. 

La danza de cifras por el COVID-19, ¿miente el gobierno federal?

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En días pasados prominentes medios internacionales publicaron reportajes sobre el tamaño de la magnitud del coronavirus en México. 

Una estimación publicada en El País y basada en datos oficiales del sistema de salud, ubica el número de contagiados entre 620,000 y 730,000. 

El medio hizo el cálculo con base en el exceso en las atenciones médicas por ETI (Enfermedad Tipo Influenza) e IRAG (Infección Respiratoria Aguda Grave) con respecto a años pasados. 

Según El País, con datos oficiales del modelo centinela, esta cifra asciende a 43,166 casos (hasta la semana 9) y representan el 6% del total de enfermedades de ese tipo, por lo que el total de casos serían alrededor de 730 mil.

Por su parte el New York Times señala que en la CDMX se podrían estar dejando de informar cientos o incluso miles de muertes por coronavirus. De acuerdo al medio norteamericano el total de muertes en la capital del país ascendería a 2,500, un 75% más de las informadas por el gobierno federal y casi la misma cifra que el total nacional de fallecimientos (3,000 al momento del reportaje). 

Una cosa es segura y es que la contabilidad perfecta o exacta en una pandemia es inviable, y la apuesta por el modelo Centinela (de muestreo y proyección) por parte del gobierno federal fue abierta desde el principio. 

El mismo gobierno ha reconocido en múltiples ocasiones que sus cifras son una muestra con la que toman decisiones y que más que ocuparse en tratar de sacar una estimación exacta, su prioridad es evitar el colapso en el sistema de salud.

El éxito del modelo elegido y su prioridad está precisamente en esa variable. Hasta el momento, ninguna entidad ha tenido un colapso hospitalario en disponibilidad de camas con ventilador. 

Incluso las estimaciones presentadas por el NYT ponen a la ciudad de México por debajo de otras grandes urbes, como Nueva York o Madrid, donde los casos y fallecimientos han sido inmensamente mayores. 

El foco no debe estar en si la cifra que proporciona el gobierno federal es precisa o no, sino en que su estrategia de basar la toma de decisiones en el modelo Centinela logre el cometido de evitar la saturación hospitalaria y por ende una catástrofe en el manejo de la pandemia. 

La gran preocupación que existe es el consenso internacional respecto a la necesidad de desarrollar sistemas masivos de pruebas, no solo en esta etapa, sino para lograr mantener estabilidad en la nueva normalidad. Ahí es donde el modelo federal encontraría su principal limitación.

Esta columna es parte del análisis que realizamos en Reporte-19, el producto de análisis de Altius Consultores para brindar perspectiva y herramientas a tomadores de decisiones durante la contingencia.

Para consultar el reporte completo entra a https://bit.ly/reporte19altvz