Apesta. Aquí algo huele mal.
Atraparon a Duarte en medio de las campañas electorales y justo cuando el PRI tiene la soga en el cuello en las gubernaturas de EDOMEX, Nayarit y Coahuila.
Apenas lo atrapó la INTERPOL y comenzaron las sospechas y teorías conspirativas. Y no es que seamos sospechosos por naturaleza, es que así nos han hecho. En el 1988, el curioso apagón electoral colocó a Salinas arriba de Cárdenas; en el 94, Colosio fue asesinado por una conspiración; en el 2006, tuvimos al primer presidente no oficial porque la “mafia del poder” lo obligó a perder; en el 2015 el primer gobernador independiente ganó prometiendo que se quedaría los 6 años como mandamás, no ha pasado ni la mitad de su periodo y ya se sospecha que tiene hartos suspiros por la presidencia de México.
Que si atraparon a Duarte en época electoral, que si el PRI ya no aguantaba más, que ¿por qué no antes?, ¿Apoco sí pudieron atrapar al Chapo pero no a un AMIGO del presidente? ¿Por qué ahorita en campañas electorales? ¿Duarte apoyaba a AMLO económicamente? ¿Por qué sonrió cuando lo atraparon? ¿De verdad lo van a procesar? ¿No será que hay arreglo en lo oscurito?
La cosa es que sospechamos porque los políticos nos han dado tantos madrazos que ya no sabemos por dónde viene el siguiente. Atrapar a Duarte no solo era una responsabilidad del gobierno, porque primero fue responsabilidad del electorado no haberlo elegido. Ya elegido y robando, no debió haber huido. Ya escapado, no debieron haber tardado tanto en atraparlo.
Muchos factores mal, con un resultado que era ya urgente para darle una bocanada de aire al presidente con la peor calificación en la historia. Quizás en la última llamada entre Peña y Duarte, la conversación en pocas palabras pudo haber sido así: “Perdóname amigo, pero es tu cabeza contra la mía.”
Usted cree que Duarte realmente fue tan… poco audaz como para equivocarse al hacer viajar a sus hijos y familiares a Guatemala, en un avión privado a nombre de los Duarte, con una maleta llena de dólares y euros. A los niveles de inteligencia que tuvo este señor para lograr saquear las arcas públicas de Veracruz, esto no me suena nada congruente.
Entonces ahora los priistas aplauden a priistas que atraparon a un priista. Así las cosas. Que yo no fui, fue teté y esta es la nueva generación del PRI.
Aquí algo huele mal.
Si no nos vemos, pues nos escribimos.
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