Con el voto del consejero Gabriel Corona en contra, el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) declaró la validez de la contienda del 4 de junio pasado y entregó la constancia de mayoría como gobernador electo al priista Alfredo del Mazo.
Tras anular 23 mil 677 votos de las alrededor de 70 casillas ordenadas por el Tribunal Electoral Estatal (TEEM), el cómputo estatal, basado en las actas de los 45 distritos locales, otorgó a Del Mazo Maza dos millones 40 mil 709 votos; para Morena se contabilizaron un millón 871 mil 542 sufragios.
Previo a la declaratoria de validez, Corona Armenta consideró que durante el proceso electoral “no se cumplieron a cabalidad los principios de certeza, libertad del sufragio y autenticidad de la elección”.
Para el consejero, existen factores cuantitativos y cualitativos que ponen en tela de juicio los resultados, como el uso de programas sociales para la coacción del voto, incluso en periodo de campaña, y distribuidos en 188 actos masivos; los espectaculares de Virtud Ciudadana para llamar al abstencionismo, y las 10 denuncias promovidas ante la FEPADE por la aparición de cruces y cabezas de cerdo a las afueras de instalaciones partidistas previo a la jornada para generar psicosis.
El consejero propuso sin éxito la apertura de las más de seis mil casillas avaladas durante el cómputo distrital (pues sólo se recontó la mitad) para que el proceso no fuese cuestionado y no dejara lugar a dudas.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) justificó que las acusaciones son sólo una estrategia mediática.
Alfonso Bravo, representante del PAN, señaló que el proceso estuvo cuestionado de principio a fin por acciones como las ferias de regalos de la Federación, el uso político de la PGR contra la oposición, amenazas a beneficiarios de programas sociales, y servidores públicos y funcionarios apoyando de forma abierta al candidato oficial.
El representante del PT, José Ascención Piña, consideró que el proceso adoleció de equidad.
Morena lamentó la parcialidad del IEEM desde la integración de los órganos desconcentrados, al permitir la campaña de agresiones contra morenistas durante la contienda, la entrega de la tarjeta rosa a cambio de información electoral de los ciudadanos como un mecanismo de coacción, las llamadas de madrugada a los votantes para sembrar el odio contra Delfina Gómez.
Durante el cómputo, Ricardo Moreno advirtió que al menos siete actas distritales (de las 45) no fueron suscritas por la mayoría de los consejeros y representantes partidistas, algunas carecían de sellos, de tal manera que se traducen en documentos simples, fácilmente alterables y sin valor legal.
Con más de dos horas de anticipación, cuando aún se discutía la legalidad de la entrega de la constancia de mayoría, el mandatario mexiquense Eruviel Ávila la dio por hecho y felicitó al gobernador electo a través de su cuenta de Twitter.
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