El Derecho a la Vivienda: El debate

Comparte este artículo:

Las diputadas Martha Ávila y Valentina Batres del Congreso de la Ciudad de México, presentaron una Iniciativa para modificar el Código Civil de dicha entidad, cuya intención es dar frente a una problemática real y con efectos que serán exponencialmente mayores por la pandemia de COVID-19. Hay que recalcar que esta propuesta legislativa tiene como origen el esfuerzo de diversos activistas en materia de derechos humanos y colectivos como son la Coalición Internacional para el Hábitat, 06000 Plataforma Vecina, el Observatorio de la Colonia Juárez, entre otros. Ello, como bien plasma la iniciativa en su exposición de motivos, tiene como punto central el derecho a la vivienda, mismo se encuentra consagrado a nivel constitucional local en el artículo 9 apartado E; también y desde un plano internacional, la Observación General 4 del Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales menciona que los Estados deberán tomar diversas medidas para poder ejercer plenamente el derecho a la vivienda, entre ellas, la iniciativa en cuestión hace énfasis en la seguridad jurídica, asequibilidad y gastos soportables, que al ser conjugados, nos permite garantizar una vivienda digna para todas las personas. 

El panorama mundial y nacional respecto a esta pandemia, nos ha obligado a tomar diversas medidas para mitigar sus efectos, entre ellas, el confinamiento y aislamiento social; sin embargo, ello presupondría que para tomar dichas medidas como “quedarse en casa” debemos analizar el estado que guarda el derecho a poder acceder a una casa. También, un gran problema que se añade a esta desigualdad de acceso, se encuentran los estragos económicos, ya que la misma Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé un incremento del desempleo global entre 5.3 a 24.7 millones de personas y la disminución de ingresos, así como la incertidumbre económica y los efectos en los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, incrementado la pobreza y pobreza extrema a corto plazo. Es aquí donde radica la importancia de poner sobre la mesa una iniciativa de esta naturaleza,. 

Esta iniciativa modifica diversos artículos del Código Civil de la Ciudad de México en los cuales se propone, en primer término, reconocer una figura jurídica denominada “arrendamiento de vivienda” el cual es un contrato de arrendamiento pero con un fin social, ello para maximizar dicho derecho humano con alternativas jurídicas. Se establecen derechos del arrendatario haciendo énfasis en la seguridad jurídica de dicho contrato escrito; de igual manera, se contemplan mecanismos alternativos de solución de controversias sobre las condiciones que impidan el cumplimiento de un contrato para que pueda replantearse. 

Los tiempos actuales nos invitan reflexionar soluciones que puedan dar frente a las grandes dificultades, como son el acceso a derechos cuyo ejercicio se ve impedido aún más por este contexto. Por supuesto que las críticas y comentarios no se hicieron de esperar, generando que diversos sectores empresariales, políticos y de oposición de dicho partido proponente, califiquen la iniciativa como una medida “comunista” o que elimina la “propiedad privada”, sin embargo, considero sumamente grave que en lugar de reconocer un problema latente que afecta a miles de personas en la Ciudad de México, construir un producto legislativo de calidad y amplio, se prefiera simplemente el tergiversar y descalificar. Cualquier iniciativa es perfectible y habrá que ver el procedimiento legislativo y los comentarios que se realicen en la Comisión encargada de su Dictaminación, pero que no quede duda de la urgencia de soluciones, las dimensiones del problema y la necesidad de replantear figuras jurídicas con las necesidades y fenómenos sociales y económicos actuales, respetando en todo momento los derechos humanos y los principios constitucionales. Debate, dialogo y más debate. 

reneramirezbenitez@gmail.com 

Dos Narcisos

Comparte este artículo:

En referencia al encuentro de presidentes en Washington, hace unos días, Ramón Alberto Garza evocaba la reunión de dos narcisos o más bien de dos personalidades narcisista, y tiene razón, pero cabe recordar que Narciso no lo es si no tiene un espejo en frente, y los dos presidentes se escogieron mutuamente de espejo. 

Trump, menospreciando al espejo mexicano que no sirve a su lucimiento personal, abrevio su discurso y se limitó a no injuriar, a no resaltar lo que el presidente mexicano le arrancó con relación a los migrantes y a los dreamers, y con relación a César Duarte, parte de la agenda personal de AMLO. Buscó sacar raja con un electorado hispanófono que él desprecia profundamente, y que no rebasa al nivel de su caddie en un campo de golf.  

Para AMLO, la oportunidad de disponer de un espejo de la talla del presidente de los Estados Unidos, independientemente de su calidad moral e independientemente de su actitud visceral profundamente antimexicana, aprovechó para hacer comparaciones históricas que su contra parte hubiera tenido muchas dificultades en mencionar, evocó una relación de negocios que difícilmente alcanza a entender en vista de su visión retrograda de la situación económica y de su peso en el bienestar de la población y buscó cosechar votos de los millones de mexicanos registrados en las listas electorales mexicanas y con residencia en Estados Unidos. Puede ser que el espejo Trump le permitió obtener más beneficios para los compatriotas en situación semi legal del otro lado del muro que para los que vivimos del lado de la bandera tricolor. 

Los dos salieron del encuentro como ganadores, más bien diría que no hubo perdedor en la reunión. 

Interesante caso para la historia de la diplomacia, cuando los presidentes de dos países se reúnen persiguiendo objetivos individuales totalmente diferentes y probablemente más ligados a su futuro propio que al futuro común de los dos países. 

La lucha por la paridad de género

Comparte este artículo:

Este año se cumplen 65 años desde que las mujeres ejercieron el derecho a votar en México por primera vez. Si bien fue un paso importante en México, fuimos de las últimas naciones latinoamericanas en lograrlo. Desde entonces los avances en equidad de derechos para las mujeres en el resto del ámbito público ha dado mucho que desear. 

Uno de los ejemplos más claros lo acabamos de vivir con lo sucedido en el Congreso de Nuevo León esta semana. Después de que varios colectivos presionamos por casi mes y medio a l@s diputad@s para que aprobaran una Paridad Total en diversas leyes, el mandato constitucional no se cumplió. 

El asunto de la paridad cobra relevancia por la desigualdad y discriminación que día a día viven las mujeres en los sectores público y privado. El objetivo de la reforma, que ya está aprobada a nivel federal y era cuestión de homologar con la legislación estatal, era asegurar piso parejo y acceso a las mujeres a puestos de relevancia en el Poder Judicial, la Comisión Estatal Electoral, así como otras instituciones. También buscaba proteger con mayor amplitud a las mujeres en temas de violencia de género en el ambiente político y electoral. Todo esto quedó a medias. 

Hay quienes defienden a l@s diputad@s diciendo que se logró un primer avance y que después habrá una segunda vuelta de las reformas, pero lo importante era aprobarlas previo al 9 de julio para que pudieran aplicar en las elecciones del 2021. Dicho de otra manera los partidos en Nuevo León, principalmente el PAN y PRI, vuelven a proteger sus intereses sobre los de la ciudadanía con miras a una elección. 

Lo sucedido es muy similar a lo vivido en 2017, cuando los partidos viendo la aproximación de la elección del 2018 pasaron al vapor reformas electorales y constitucionales para proteger sus intereses. En ese momento se inventaron listas de plurinominales y golpearon un sistema democrático probado y funcional en Nuevo León, el de los mejores perdedores. Es así como posicionaron a sus alfiles en esta lista de dos a fin de asegurar que sus liderazgos estuvieran en el Congreso, independientemente de si la ciudadanía los votó o no. O mejor dicho a pesar de que la ciudadanía no los votara. 

Seguimos sin entender los beneficios sociales, económicos y políticos de promover la inclusión y apertura de las estructuras gubernamentales a toda la ciudadanía. Casos de éxito sobran en donde la perspectiva de las líderes han logrado cambiar el enfoque del ejecutivo para atender a los más necesitados. Nueva Zelanda, Finlandia, Escocia, Alemania, son sólo algunas de las naciones que se han visto ampliamente beneficiadas por contar con mujeres que han roto los paradigmas de la política tradicional y han impulsado a sus países a un bienestar social real. También vemos liderazgos jóvenes en el ámbito legislativo de diversos países. Mujeres que han hecho de las reuniones de comisiones y audiencias públicas, eventos previamente ignorados, momentos en los que parece haber una mayor rendición de cuentas y una verdadera voz de la ciudadanía.

En estos países encontramos que argumentos económicos sobran, las mujeres han logrado impulsar a las empresas con mayores rendimientos, han logrado impulsar el desarrollo de sus países y un crecimiento económico sostenido y no inflacionario, han logrado proteger a las minorías discriminadas y asegurar un piso parejo en el mercado para su desarrollo. Todas estas políticas públicas han sido enfocadas en la sociedad y no en los intereses de unos cuantos. Eso es lo que tenemos que romper. 

Si bien vemos que a nivel internacional se están cerrando las brechas de género y en México se han logrado avances importantes con la aprobación de derechos progresivos de las mujeres y legislación de paridad para asegurar una representación política, aún hay mucho camino por recorrer. Urge apretar el paso, si seguimos votando por los mismos partidos seguiremos teniendo la misma lentitud en reformas trascendentes para que “se hagan en dos vueltas”, la misma discriminación donde la paridad es una “lucha de mujeres” y la misma desigualdad de oportunidades y espacios de representación que se disfraza de “meritocracia”.  Si queremos un mejor Congreso hay que votar por es@s candidat@s que no están con los mismos de siempre y que van a impulsar la construcción de un piso parejo para tod@s. 

Para más información escucha el episodio de “La lucha por la paridad de género” de Kristian con K en Spotify

https://open.spotify.com/episode/6bosAK6mgDadS8ZRdF8GLc

#Kleroterion: “Homenaje a un gigante”

Comparte este artículo:

Ese pudiera ser el título de la fotografía en la que el Presidente López Obrador rinde respetos de pie frente al Monumento a Lincoln, el Presidente estadounidense que abolió la esclavitud y salvó a su país de dividirse.

La imagen, que será recordada como una de las mejores durante el sexenio de López Obrador, está cargada de simbolismo. 

Por un lado representa un sincero homenaje de nuestro pueblo hacía un Presidente que en su tiempo manifestó su apoyo a México en contra de las injusticias de Estados Unidos. 

Como Congresista Lincoln acusó en 1847 a la Cámara de Representantes y al presidente James Polk de invadir México sin provocaciones.

Pero no sólo eso, años más tarde siendo ya Presidente se negó a reconocer al Emperador Maximiliano y dio su apoyo al gobierno de Benito Juárez. 

Conociendo la influencia del benemérito de las Américas en López Obrador era de esperarse que nuestro Presidente hiciera este reconocimiento.

Sin embargo hay otras coincidencias entre Lincoln y el tabasqueño que vale la pena mencionar. 

En su momento Lincoln luchó en contra de quienes estaban a favor de la esclavitud, apostó por construir una sociedad más justa y equitativa, convencido de que ello salvaría del fracaso a Estados Unidos.

Ese fue uno de los detonantes de aquella guerra de civil con la cual un grupo de políticos del sur de ese país pretendían dividir en dos a Estados Unidos. 

Es célebre aquella frase de Lincoln en uno de sus discursos:

“Una casa dividida contra sí misma no puede seguir en pie. Creo que este gobierno no puede continuar, de forma permanente, mitad esclavo y mitad libre”. 

No deja de llamar la atención que al igual que Lincoln, López Obrador encabeza la reivindicación de los más desprotegidos, los más pobres, los olvidados de su país.

Porque aunque todavía haya quien lo niegue, la realidad es que nunca antes un Presidente y un gobierno habían estado tan comprometidos con saldar la deuda histórica que se tiene con los más pobres, y hay que decirlo también, con las comunidades indígenas.

Si bien López Obrador no abolirá la esclavitud, si aspira a abolir la desigualdad histórica a la que el pueblo de México ha sido sometido.

Pero las coincidencias también tienen su lado peligroso sobre el cual hay que estar prevenidos.

Al igual que le sucedió a Lincoln en su momento, hay un grupo contrario a López Obrador que está iracundo por las decisiones y posturas que el Presidente ha tomado y pretenden organizar un movimiento separatista. 

Bien harían estos antipatriotas con leer un poco de historia para saber cómo acaban los movimientos ilegítimos como el que encabezan.

Pero sobre todo con bajarse de su pedestal y salir de su burbuja para que se den cuenta del lado de quien está el apoyo del pueblo, quizás así abandonen de una vez por todas sus delirios separatistas. 

Derechos Humanos y Democracia en tiempos de COVID-19

Comparte este artículo:

La emergencia sanitaria ocasionada por el coronavirus en México ha puesto a prueba nuestras instituciones, entramados jurídicos y principios políticos. El “coronavirus mostró con claridad hasta dónde ha llegado en algunos casos el divorcio entre la teoría y la práctica de la democracia. Nuestro sistema de salud, incluso antes de la epidemia de COVID-19, se encontraba en una situación en el cual no se garantiza el derecho de acceso y servicios de calidad. La configuración de nuestro sistema de salud data de 1943 y comprende de dos sectores: público y privado. En el sector público, tenemos el sistema universal y el de seguro social (derechohabientes), la realidad, es que existe una “falta de coordinación entre los distintos niveles y sitios de atención, duplicación de los servicios y la infraestructura, capacidad instalada ociosa y servicios de salud prestados en el sitio menos apropiado, en especial, en los hospitales” (Corona González, 2017). En términos históricos, en la década anterior, el 50% de la población en México no contaba con ningún tipo de seguro médico, y de acuerdo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE por sus siglas en inglés), la inversión pública de México en su sistema de salud, entre 2003 a 2013, aumentó de 2.4% a 3.2% del PIB, y dicho aumento no se tradujo en una mejoría real y sustantiva. Siguiendo los datos de la OECDE, en términos comparativos, México es uno de los países que menos recursos destina al sistema de salud público, ocasionando que el gasto de bolsillo se encuentre en el 45%, obligando a que las familias mexicanas destinen una gran cantidad de dinero ante una necesidad médica, lo que reduce el acceso y genera que las familias caigan en una incertidumbre financiera ante algún tema médico.

A grandes rasgos, la realidad del sistema de salud es completamente distinta a los parámetros constitucionales, que si bien podemos argumentar que el sistema universal vive un cambio de Seguro Popular a Instituto de Salud para el Bienestar, las carencias y gasto siguen siendo iguales, y no está demás mencionar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la Resolución 1/2020 le recomienda a los Estados parte garantizar el derecho humano a la salud, pero no sólo desde una manera simple o reduccionista, y refiere a que todas las personas tienen derecho a “gozar del más alto nivel de bienestar físico, mental y social. Asimismo, que este derecho incluye la atención de salud oportuna y apropiada, así como los elementos esenciales e interrelacionados de disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad de los servicios, bienes e instalaciones de salud, incluyendo los medicamentos y los beneficios del progreso científico en esta área, en condiciones de igualdad y no discriminación”. En el mismo sentido, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha establecido que el artículo 4to de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), prevé una protección a este derecho desde dos dimensiones: una privada y una pública, haciendo referencia a que privada es un caso particular y la pública a la generación de las condiciones por parte del Estado haciendo efectivo este derecho “para gozar del máximo grado posible de bienestar y de protección a la salud (Amparo en Revisión 237/2014), porque la salud pertenece a un grupo denominado Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales o DESCA por sus siglas, los cuales se pensaban no podían hacerse efectivos ya que eran algo abstracto, pero ello ha cambiado y hemos visto sentencias como las ya mencionadas, en los cuales nuestro máximo tribunal ha determinado que este derecho humano “debe ser garantizado a fin de que las personas disfruten del más alto nivel de salud”(Amparo en Revisión 251/2016) y de esta manera es claro que no es algo en abstracto y que la realidad del sistema de salud de nuestro país, no se encuentra en un nivel deseable y conforme a los parámetros de los derechos humanos, reafirmando esta brecha de la realidad con los contenidos constitucionales y convencionales. Por ende, tenemos una oportunidad de construir políticas públicas que atiendan esta difícil realidad que afecta a millones de persona en nuestro país.

Dos de los principios constitucionales de los derechos humanos son la indivisibilidad e interdependencia, ello quiere decir, que debemos entenderlos como un todo, ya que al afectar un derecho humano también se afecta otro, dado que está unidos como un conjunto de concepciones fundamentales en favor de la dignidad de todas las personas, así se ha establecido en instrumentos internacionales en materia de derechos humanos como la Proclamación de Teherán y la Declaración de Viena.

Sin embargo, estamos viendo que a nivel local, diversos gobiernos estatales iniciaron a promover acciones con penas sin el mayor sustento jurídico al igual que restringir derechos de manera desproporcionada, apostándole a medidas del populismo o punitivismo penal. Los actos hacían (y continúan haciendo) efectos similares a un Estado de Excepción (de facto) que tiene efectos serios en el ejercicio de derechos durante una situación o tiempo determinado.”Al menos los estados de Michoacán, Jalisco, Tamaulipas, Nuevo León, Yucatán y Coahuila emitieron decretos o medidas en ese sentido, y algunos municipios en Veracruz y Nuevo León restringieron la movilidad, con distintos resultados”(Escobedo, 2020), dentro de estas restricciones, se impusieron medidas punitivas como multas e incluso penas corpóreas (prisión preventiva). En primer término, estas acciones son a todas luces contrarias a la constitución, ya que nuestra Carta Magna es clara con la autoridad competente para limitar o suspender derechos o garantías, y el proceso inicia con la solicitud del Poder Ejecutivo Federal al Congreso de la Unión, siendo este último quien determinará la procedencia, finalizando con la revisión de la SCJN sobre su constitucionalidad y validez tal y como establece el art. 29 de la CPEUM. Sin embargo, este acto tiene limitantes claros a ciertos derechos que entran dentro de la lógica de suspensión, y las medidas deben apegarse a principios como legalidad, racionalidad, proclamación, publicidad y no discriminación. De acuerdo con la Oficina en México de la Alta Comisionada de la Nacionales Unidas para los Derechos Humanos “existen al menos 46 instrumentos (11 a nivel estatal y 35 municipales) que establecen medidas de emergencia, algunas de ellas restrictivas de derechos y con sanciones que llegan a la posibilidad de investigaciones penales“(Peña, 2020).

Lo anterior contradice acciones emitidas por el c (CGS) que dictan un “resguardo domiciliario voluntario” apelando una corresponsabilidad  ciudadana y conciencia colectiva. Al penalizar y hacer uso de medidas punitivas o intimidatorias por parte de los estados, responde a presiones sociales y estímulos políticos y en ningún momento son parte de una política pública o estrategia bien argumentada o instrumentada, limitar derechos no debe ser una regularidad o primera opción y es una medida extraordinaria que históricamente sólo se ha usado una vez en nuestro país y fue durante tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Es fundamental el apego al orden constitucional durante estos tiempos, y “más nos vale cuidar hoy las formas jurídicas, porque estas formalidades serán las que nos cuiden en un futuro“. (Sánchez de Tagle y Vivanco Lira, 2020), ya que dicho respeto influye en los procesos democráticos del país que no pudieran entenderse sin los derechos humanos.

Un tema preocupante es la punitivización de las medidas sanitarias, no sólo desde el aspecto jurídico-formal sobre la falta de facultades de los gobiernos estatales, sino como fenómeno constante en la vida política y jurídica tanto a nivel federal como local. Primero que nada, me refiero al uso desproporcionado del derecho penal o del uso de la fuerza sin respeto al principio de ultima ratio (último recurso) recayendo en un “populismo penal”, que es hacer un uso regular del “ius puniendi” o monopolio del uso de la fuerza del Estado a manera de “política pública” con tónica represiva”como si el aumento de las penas fuera a garantizar de una u otra forma el cumplimiento de las condenas (Torres, 2010).

Sin embargo, una característica de esta forma de “gobernanza penal” es parte una política sin estándares racionales o científicos, simplemente son resultados de impulsos populistas que tanto a corto y largo plazo lesionan la democracia. El término Populism punitivenesses utilizado por primera vez en 1995 por Anthony Bottoms, tiene como origen la necesidad de estudiar las políticas criminales que tienen como principal objetivo ampliar sus catálogos de delitos e incrementar penas, sin embargo, “son concepciones donde la clase política se aprovecha de los sentimientos colectivos, para lograr buscar aceptación ante la comunidad. La cual se verá traducida en el número de votos para las campañas electorales“(Arrieta, 2018) tergiversando el Derecho Penal como protector último de los bienes jurídicos fundamentales de la sociedad. Este tipo de formas son características de Estados-nacionales autoritarios en los cuales las instituciones no tienen como prioridad los principios democráticos, sino la rentabilidad política. Como bien escribió Bobbio en su obra Liberalismo y Democracia,  uno de los objetivos de la democracia sustantiva es la igualdad de sus ciudadanos, pero esto no puede lograrse con acciones que buscan en todo momento una desproporción y una tensión entre el uso recurrente de la privación de la libertad y los valores democráticos constitucionales.

Son una salida fácil a una realidad compleja que no puede resolverse con actos cuyos efectos no abonarían a garantizar un bienestar para todos, y dicha ineficacia de formulación e instrumentación se debe al “tránsito por ese delgado filo de la navaja, entre el voluntarismo puro (vox populi, vox dei), que abocaría a la irracionalidad de la ley, (Paredes, 2016). Ninguna crisis en materia de salud debe ser un facilitador para menoscabar los derechos humanos y la democracia, que para bien o mal, nos ha costado mucho construir; lo que podemos hacer es utilizar nuestro escenario actual para elevar la calidad de las respuesta gubernamentales y políticas públicas tanto a nivel federal como local. Entender que no importa la incertidumbre de la situación, tenemos que pensar en todos los miembros de nuestra sociedad a la hora de resolver (o intentar resolver) un problema actual o inminente, y apostarle a consolidar una conciencia y  responsabilidad ciudadana, así como fortalecer una cultura de la legalidad para no tener que recurrir a medidas punitivas y detener ese delicado y  preocupante camino que estamos tomando. Bien lo dice un refrán popular “las crisis no hacen a una persona, pero revelan de qué está hecha”, la pandemia del COVID-19 en México ha dejado al desnudo los talantes autoritarios y antidemocráticos que siguen vivos y latentes y presentes en gran parte de la clase política mexicana. Como bien cuestiona J. Zavala: ¿qué resulta razonable hoy pero sería aberrante mañana?.

Bibliografía consultada

Corona González, R. D. (2017), El Sistema de Salud en México: De la fragmentación hacia un Sistema de Salud Universal. Memorias 12CNMI. Colegio Nacional de Especialistas en Medicina Integrada. México.

Oficina de la Alta Comisionada, Procedimientos Especiales, Organos de Tratado y otros mecanismos de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas. Directrices esenciales para incorporar la perspectiva de derechos humanos en la atención a la pandemia por COVID-19. ONU. 3 de abril de 2020.

Paredes Castañón J. M. (2016). Punitivismo y Democracia: Las “necesidad sociales” y la “voluntad popular” como argumentos político-criminales. Libertas, Revista de la Fundación Internacional de Ciencias Penales. No. 2 (julio). Pág. 153-202.

Torres, N. C. (2010). Populismo punitivo en Colombia: una aproximación a la política legislativa de las recientes reformas de los delitos sexuales. Cuadernos de investigación, Escuela de Derecho – Universidad Eafit, 84. Bogotá.

Cuando las cosas se hacen bien: AMLO en EEUU

Comparte este artículo:

No hay día que a López Obrador no se le critique por su forma de comunicar. Acostumbrados a su ritmo pausado en las mañaneras y por el uso de expresiones coloquiales (a veces displicentes), el discurso de ayer en el marco de su visita a Estados Unidos fue, en todo sentido de la palabra, extraordinario.

El discurso del presidente logró empatar lo barroco de la diplomacia mexicana con su relato de austeridad y nostalgia por la historia. Fue elocuente, incisivo y convincente. Envió un mensaje de equidistancia de fuerzas entre ambos países y puso en baluarte los activos de México para el fortalecimiento de la economía de la región. En pocas palabras, un acierto.

Es verdad que hubo un momento de condescendencia y adulación a Trump y a su administración que sonaron fuera de lugar, pero AMLO también supo manejar la tribuna y el espacio donde se encontraba. Por supuesto que es exagerado decir que México ha recibido comprensión y respeto por parte de Trump y que ha sido gentil con nuestro país, pero la firme sentencia de que “hay agravios que no se olvidan” resonó con fuerza.

Más allá del clásico juego de honores y de buenos deseos propios de la diplomacia, nuestro país sale fortalecido en tiempos convulsos y de mucha incertidumbre. Mucha buena vecindad, mucha amistad, mucha fraternidad, pero eso sí, cada quién viendo por lo suyo. Para uno, la reunión era crucial porque necesita frenar la estrepitosa caída del PIB y atraer inversión extranjera. Para el otro, una oportunidad de comunicar gestión y grandes triunfos con los que intenta recuperar su posición en las encuestas, pues se juega el puesto en poco tiempo.

Es verdad que son contadas las ocasiones en las que el presidente se ha involucrado en asuntos de política exterior y por ello su actitud en este encuentro sorprende aún más. El López Obrador de ayer es, sin temor a equivocarme, la mejor versión de él que hemos visto hasta ahora, y este discurso es quizá el mejor que el presidente haya dado, y vaya que le gusta hablar y escucharse a sí mismo.

A todas luces, una reunión exitosa que demostró que el servicio diplomático de nuestro país está muy bien preparado. Su comunicación fue más allá de las palabras: el viaje en vuelo comercial, las visitas a los monumentos de Juárez y Lincoln (con sus respectivas coronas de flores), y hasta el uso de una corbata conmemorativa con los diseños de todas las águilas que alguna vez han estado en el escudo nacional, son pequeños detalles que aportan congruencia y terminan por redondear la visita.

Este López Obrador es el que muchos quieren y el que otros temen, pues seguramente habrá un repunte en las encuestas de aprobación. Las cosas se pueden hacer bien, sólo hace falta que se lo propongan.

#ElNidoDelGavilán: “Vecinos”

Comparte este artículo:

Es cuestión de horas para que Andrés Manuel haga su primera visita diplomática de su gobierno. No es cosa menor, visitará al mismísimo Donald Trump.

En una relación bilateral donde Trump ha sido “amistoso” con el presidente, pero violento en su política migratoria, esta es la oportunidad perfecta para que utilice a AMLO como invitado a su show personal y a su campaña.

El Presidente va a jugar con fuego a la Casa Blanca porque lo que representa Donald Trump y como se conduce. Es verdad que el motivo es para refrendar la firma y entrada en vigor del nuevo TLC, ahora T-MEC, sin embargo, Andrés Manuel no es un hombre que guste ser actor de reparto ante la audiencia. Le gusta liderar, ser el monopolizador de la conversación y el tema, sin embargo, está en casa ajena y sin hablar el idioma del anfitrión tendrá que contenerse.

El encuentro que encumbra a Marcelo Ebrard como “vicepresidente” y principal enlace con la Casa Blanca, lo hará ver como traductor y como interlocutor entre ambos mandatarios.

La gran pregunta es: ¿Qué gana Andrés Manuel políticamente hablando?. La respuesta que se verá en los siguientes meses, me parece que es poco o nada. Trump puede hablar del muro o de algún tema polémico y muy difícilmente encontrará oposición, mas que una sonrisa evasiva. Y aún más ridículo será si agradece por el “great job” que hace la Guardia Nacional en Chiapas.

¿Qué pudiera hacer AMLO, entonces? Poco, no hay mucho margen de maniobra, el viaje tenía que llegar si o si y quizás ahora es mejor que luego en plena contienda contra Joe Biden. Así, Andrés Manuel va a bailar al son que le pongan. “El límite es el respeto a la soberanía” es una bonita frase que pronunció, pero que desde Casa Blanca y en general, en la política bilateral, rara vez ha sido cumplida y mucho menos respetada.

¿Trump gana puntos de cara a la elección? Es difícil cuantificar debido a que al electorado norteamericano, en general, poco le interesa la figura de un presidente mexicano. La Jornada reportó que los principales medios han dado una cobertura menor. Sin embargo, la exhibición de una relación positiva puede “legitimar” los dichos de Trump sobre migración y su obsesión con el muro que “México pagó” de una u otra manera con la Guardia Nacional.

Habrá que estar muy pendientes del encuentro entre 2 personajes tan polémicos, tan carismáticos y tan importantes en este lado del planeta.

Lo dicho, dicho está.

México destina apenas el 0.4% del PIB a programas de apoyo económico por el COVID-19

Comparte este artículo:

El gobierno mexicano ha invertido cerca de 92 mil millones de pesos en apoyos fiscales para reducir el impacto económico por el Covid, lo que representa el 0.4% de su Producto Interno Bruto.

Los recursos se han destinado principalmente en transferencias directas (se adelantó 2 meses el pago de pensión para alrededor de 8 millones de adultos mayores) y en un millón de créditos de 25 mil pesos para micro, pequeñas y medianas empresas.

Para hacer una comparación, la plataforma “México ¿cómo vamos?” analizó lo que otros países han invertido. Alemania (36%), Reino Unido (18.8%) y Estados Unidos (14.8%) son las naciones con mayor inyección de gasto público. 

Si se compara con países emergentes, nuestro país también se va al fondo de la lista. Colombia por ejemplo está destinando 7.9% del PIB, Chile el 10.3% y Perú el 12%. Incluso países más pequeños como Guatemala (3.4%) destinan una proporción mucho mayor que nuestro país. 

Los paquetes de apoyo fiscales incluyen principalmente transferencias directas a personas físicas, recursos para empresas, apoyo a trabajadores y condiciones preferenciales para pago de impuestos. 

El comparativo que expone la plataforma “México ¿cómo vamos?” enfatiza la falta de acciones que el gobierno federal ha tomado para disminuir el impacto económico de la pandemia. 

Una propuesta que hemos reiterado diversas ocasiones en Reporte-19 es la del Ingreso Único Vital, que le daría a familias impactadas por la pandemia hasta 3700 pesos por 3 meses. 

Esta propuesta ha sido ignorada tanto por el presidente López Obrador, como el partido en el poder, Morena, probablemente por un cálculo político, dado que la idea provino de la oposición.

Si el gobierno mexicano busca apoyar la recuperación deberá dejar de lado el discurso de austeridad para enfocarse en uno de gasto público responsable, lo cual también debiera incluir la contratación de deuda de forma calculada.

Ante el escenario de emergencia, la mayoría de los países están solicitando préstamos, lo que pudiera generar que los créditos disponibles se encarezcan en el mediano plazo.

La Iniciativa Privada también tendrá un rol fundamental en identificar y promover oportunidades de inversión que contribuyan a reactivar la economía.

Siempre hay una primera vez

Comparte este artículo:

Esta semana quedará recordada en la historia de la política mexicana. Por primera vez desde que asumió la Presidencia de la República, hace más de 580 días, el Presidente López Obrador ha decidido hacer un viaje oficial. Y claro que tenía que ser a Estados Unidos.

En papel, es necesaria esta visita. Recién entro en vigor el T-MEC después de años de negociaciones, y estamos en vísperas de una fuerte reapertura económica para aliviar los estragos causados por la pandemia del COVID-19. 

Digamos que los motivos para que el Presidente visite la Casa Blanca son suficientes. Los problemas (porque claro que hay problemas) son el momento político que se vive allá y la incongruencia del mismo AMLO en su forma de tratar a Trump.

En primera: el ambiente político en Estados Unidos es tenso, es frágil. El candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, aventaja a Donald Trump en todas y cada una de las encuestas realizadas, por un margen mínimo de 8 puntos. El sitio de estadística política FiveThirtyEight.com estima que Biden lleva 10 puntos de ventaja en promedio, y The Economist le da un 90% de probabilidades de ser el siguiente presidente. 

Para alguien tan soberbio y egoísta como Donald Trump, esto es inadmisible. Los temas raciales, su mal manejo de las protestas, su incapacidad para escuchar a las minorías y sus extrañas formas de tratar la pandemia han hecho que una considerable cantidad de votantes norteamericanos no lo quieran por 4 años más. Es por eso que reanudó sus famosos mitines políticos, empezando por Tulsa, Oklahoma. Y es por eso que recibe en estos momentos al Presidente de México. Quiere hacer sentir a su pueblo que la economía, el comercio y las relaciones con el mundo van bien. 

Expertos en el tema consideran que la visita de López Obrador es una jugada electoral para beneficiar a Trump. Y aunque ambas partes lo niegan, es fácil darse cuenta de la realidad.

En segunda: la (no muy sorprendente) incongruencia de López Obrador en sus maneras de referirse a Trump. Cuando era candidato, el ahora presidente no dudaba en atacar las formas del presidente estadounidense. Decía que “lo pondría en su lugar”, y hasta escribió un libro titulado “Oye, Trump” en 2017, en el cual ataca incontables veces el actuar de Peña Nieto (que efectivamente, fue pésimo) y hasta comparó a Trump y su movimiento con Hitler y los nazis. 

El mismo Donald Trump en sus tiempos de candidato usó de bandera política el odio hacia los mexicanos y los migrantes en general. Las frases “Make America Great Again” y claramente “Build That Wall” nacen a partir del desprecio que este señor tiene y transmitió a sus seguidores en contra de México. 

También Marcelo Ebrard fue objeto de críticas. El ahora canciller mexicano pidió votar por Hillary Clinton en 2016 diciendo “derrotemos la xenofobia anti mexicana de Trump”. Y hoy, Ebrard y López Obrador consideran amigo al que un par de años atrás llamaban tirano ¿Por qué será?

Esperemos que en esta visita, el Presidente López Obrador nos sorprenda a muchos y haga correctamente su labor. Además de tocar temas económicos, los temas sociales y de migración son también de gran importancia en esta relación bilateral. Los ojos de todo el país estarán observando, esperando salir bien parados de esta crucial reunión. 

Viva México. 

Gobernar en tiempos de pandemia

Comparte este artículo:

La actitud de los gobernantes frente a la pandemia dice mucho sobre su carácter y sus capacidades. Existen los autoritarios y amenazantes, al estilo del gobernador del estado de Nuevo León. Amenaza multa por andar en la calle fuera de los horarios del “toque de queda”, pero no específica el monto de las mismas. 

Deja abierta la puerta a todos los abusos de parte de los encargados de aplicar la medida. ¿Son legales o no, tales multas? ¿Las tiene que ratificar el Congreso en una ley especial o tiene él las facultades de definir el monto? De la misma manera, amenaza arresto de 36 horas. ¿Es legal arrestar alguien por el simple hecho de andar fuera de su casa a ciertos horarios? ¿Tiene facultades el gobernador para ordenar esto por decreto, o ni siquiera por decreto, por simple afirmación? 

Cuando aplicaron medidas de esta naturaleza en España y en Francia, desde un inicio, se conocía el monto de la multa que cualquier policía tenía autoridad suficiente para aplicar, ya que estaba sustentada en una medida con valor legal. La multa en Francia era de 35 euros (casi 1,000 pesos). 

Hay gobernantes capaces de informar con firmeza, sin usar tono amenazante pero que no deja lugar a dudas sobre la intención detrás de las medidas. En el caso de Miguel Treviño, alcalde de San Pedro Garza García, la firmeza sustituye la amenaza, particularmente cuando esta no tiene soporte legal. No se puede pretender limitar la libertad de transito, pero se puede disuadir de transitar, no se puede prohibir un paseo, pero se vale dificultar su acceso y dar instrucciones a los vigilantes de convencer a los paseantes que no es el momento de estar ahí. 

Hay también gobernantes que por no entender los motivos de las restricciones requeridas, desvían la plática y sacan sus propios datos para justificar lo bien que administraron la crisis, ya que los muertos por millones de habitantes son menos que en otros países con los cuales se igualan el número de muertos. ¿Le hará alguna gracia a los parientes y amigos de los difuntos que la estadística presidencial intente disimular el drama humano que viven? 

Desgraciadamente, parece que falta bastante para que el fenómeno epidémico atenúe su fuerza mortal, ya que la afirmación mentirosa que ya domaron el virus no está en absoluto sostenida por la acumulación de datos proporcionados por el mismo gobierno, que se traducen en curvas siempre ascendente y no planas o descendentes como para generar esperanza que el regreso a la normalidad es más que un discurso, sino una realidad por llegar. 

Obviamente, los gobernantes no están preparados para tales situaciones. Sin embargo, su actitud frente a estas crisis dice mucho sobre su capacidad de gobernar y de cosechar apoyos de la población.