Esta no ha sido la mejor semana para la administración de Jaime Rodríguez Calderón, “el Bronco”. Entre los motines, ahora mejor conocidos como “protestas” en el Penal de Cadereyta, que dejaron como saldo cuatro muertos y más de veinte heridos. Además de esto, debemos de agregarle el arresto en los Estados Unidos del Fiscal de Nayarit y compadre de Jaime, Édgar Veytia, acusado de ser “narcotraficante a gran escala” por una corte en Nueva York y ser un asociado del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El arresto de Veytia, no se debe a otra cosa, más a que Joaquín Guzmán Loera, “el Chapo” ya comenzó a soltar la sopa a las autoridades de Estados Unidos, tal y como lo anticipaban muchos expertos en la materia.
Aunque el arresto de un fiscal, involucrado en el narcotráfico puede ya hasta sonar “pan de cada día” en nuestro país, Veytia podría llevarse de encuentro a varios de sus asociados políticos.
De entrada, el Partido Revolucionario Institucional, se encuentra ante otra crisis, en pleno año electoral en el estado de Nayarit. Aunque el gobernador de aquella entidad, Roberto Sandoval, ha negado que el supiera de las actividades ilícitas de su aliado político y fiscal, esto no deja bien parada a la administración priista ante la opinión pública. Pero, otro que se podría llevar daño colateral es nada más y nada menos que el gobernador independiente de Nuevo León.
Ayer mismo, el Bronco, admitió su cercana amistad con Veytia y además de esto, aseguro que el fiscal acusado de narcotráfico, comprobaría su inocencia. Eso sí, dejo en claro, que desconocía “sus malas acciones” y solo lo conocía por “sus buenas acciones”.
La cuestión aquí es que Veytia no es acusado de cualquier cosa. Está siendo acusado, por tráfico de drogas, pero en gran escala. El gobierno estadounidense busca confiscarle bienes por 250 millones de dólares. Lo malo para Jaime en todo esto, es que el veía a Veytia como un posible miembro de su gabinete, después de haber ganado las elecciones a la gubernatura del estado en el 2015. Incluso, consideró ponerlo como Procurador del Estado, en lugar del abogado Roberto Flores.
Todo esto se debe a dos razones, una, es bien sabido que el Fiscal de Nayarit, dio dinero para la campaña de Jaime en el 2015 y también, Jaime quería traer la estrategia de combate a la inseguridad de Nayarit a Nuevo León. De las dos, la primera es la que considero más grave.
Si la campaña de “el Bronco” recibió dinero de Édgar Veytia en el 2015, es muy probable que ese dinero venía directamente del narcotráfico, específicamente del Cártel Jalisco Nueva Generación, mismo con el que se liga al fiscal.
Por más que uno quiera minimizar este hecho, no se puede. De esto mismo se le ha acusado por años a Enrique Peña Nieto, de haber recibido dinero del narco en su campaña, en específico de Humberto Moreira y Los Zetas.
Por otro lado, la defensa que ha comenzado a montar Jaime alrededor de su amigo, vuelve la situación más preocupante. Jaime debió de haberse limitado ayer a admitir la amistad, pero no decir que está seguro que Leytia comprobara su inocencia, ni mucho menos hablar de sus buenas o malas acciones.
Ciertamente el gobernador tiene que responder claramente, cuáles fueron sus nexos con el Fiscal de Nayarit, y decir si este, dono o no, dinero para su campaña en el 2015. Y admito que me parecería poco creíble que Jaime, teniendo una amistad tan estrecha con Édgar Leytia, no supiera sobre los turbios negocios en los que estaba metido su compadre y sus nexos con uno de los cárteles más importantes a nivel nacional.
Bien dice la frase, “dime con quién andas y te diré quién eres…”.
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