Plantea Santiago Nieto desaparecer billetes de 500 y mil pesos

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El titular de la Unidad de Inteligancia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Santiago Nieto, afirmó que se estudia la posibilidad de eliminar o reducir la circulación de los billetes de alta denominación como de 500 y mil pesos.

Esto lo comentó durante una reunión virtual con legisladores de Movimiento Ciudadano, aquí Nieto ofreció las razones por las que la UIF estudia esta posibilidad.

Creo que este es nuestro compromiso más grande para poder mejorar la calidad del sistema financiero en México y, con ello, impactar en las campañas electorales es reducir el uso del efectivo, y esto implica empezar reduciendo o eliminando los billetes de alta denominación, de mil o 500 pesos“, aseguró.

Nieto ve aquí una posibilidad para combatir el lavado de dinero particularmente en campañas electorales. Esto luego de los recientes videoescándalos donde miembros del senado, primero, y luego el hermano del presidente, reciben dinero en efectivo de dudosa procedencia. 

Para el servidor, los billetes de alta denominación puede significar el traslado de grandes cantidades de dinero en menor espacios lo que, dice, “permite tener una mayor operación de lavado de dinero“.

En el mismo sentido subrayó la dificultad de fiscalizar el efectivo, dado que 63% de las operaciones del país se mueven mediante esta forma. Aseguró la UIF es capaz de detectar el flujo del dinero cuando se empieza a depositar en cuentas de particulares o a adquirir bienes en efectivo.

Esta acción, sin embargo, podría significar problemas puesto que el billetes de 500 pesos es el más utilizado por los mexicanos, de acuerdo al Banco de México ya que 4 de cada 10 billetes que están circulando en el territorio nacional son de 500 pesos. De acuerdo a los datos, al cierre de agosto había en circulación un total de 5 mil 150 millones de billetes, de las cuales 2 mil 296 millones (44.6 por ciento) eran de 500 pesos.

En orden de importancia, el segundo más usado es el de 200 pesos con 882 millones (17.1 por ciento) de 200 pesos; sigue el billete de 100 con 693 millones (13.4 por ciento); el de 50 con 601 millones (11.7 por ciento) de 50; el de 20 pesos 580 millones (11.3 por ciento) y el de mil pesos, con 72 millones (1.4 por ciento) de la denominación de mil pesos.

Con información de Vanguardia

 

 

Yo te vi, yo te vi robando

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Nos queda menos de un año de paz. Dentro de muy poco, tendrás que elegir entre los candidatos a la presidencia y serás atacado por intensas y agotadoras campañas electorales.

Durante esta temporada, tu mente será invadida por eslóganes, carteles, imágenes y cancioncitas que se quedarán rebotando en las paredes de tu memoria contra tu voluntad y a veces para siempre.

Quizá hayas notado que gran parte de la música y de las imágenes utilizadas por los políticos para empatizar contigo y tatuarse dentro de tu cerebro, en muchas ocasiones le pertenecen a personas que poco o nada tienen que ver con el proceso electoral.

Esto no es de extrañar, ya que es más difícil que recuerdes quién es Antonio Tarek, si su nombre llega a ti a través de una canción completamente original a que si lo conoces mediante un lamentable cover de la canción “Happy” de Pharrell Williams (probablemente así hasta recuerdes, como yo, que el candidato pertenecía al distrito 17).

Porque aunque hagan el ridículo y nos provoquen vergüenza ajena, estos spots se quedarán en nuestros recuerdos y quizá hasta los compartiremos con otras personas con el objetivo de burlarnos.

Ejemplos hay muchos: Omar Bernardino modificó la canción “Toma que toma” y Raúl García Ruiz hizo lo propio con “El Serrucho”, ambos con resultados repugnantes.

En Veracruz realizaron una alteración de la canción “Quiero que me quieras” de la película “Rudo y Cursi” sustituyendo la frase: “Yo te vi, yo te vi llorando” por: “Yo te vi, yo te vi robando” y la acompañaron de imágenes de Fidel Herrera.

Hasta a Ernesto Chavana le robaron su canción “El Rey de Tribal” para promocionar a Diego Leyva Merina, logrando la improbable hazaña de empeorar una canción ya de por sí horrible.

Y por supuesto, uno de mis casos favoritos: René Díaz González utilizando imágenes de la Rana René para su campaña electoral y después defendiéndose de las acusaciones con el “sólido” argumento de que su rana era diferente porque no tenía patas y el cuello era distinto al de Kermit The Frog de Estados Unidos a la que, por cierto, el candidato se refirió como la rana Kevin.




Debo decir que esto no es exclusivo de México. En España, el partido conservador (PP) utilizó la canción “La Trampa” de Manu Chao. En Francia, Sarkozy hizo uso de “Kids” de MGMT. En Argentina, se colgaron carteles con fotografías de Messi y Maradona acompañados de mensajes políticos y en Perú Carmen Lozada se añadió descaradamente como una más de las Chicas súper poderosas.

Derechos de autor, productores, artistas, intérpretes, derechos de imagen, derechos marcarios y un largo etcétera, son pisoteados por los intereses de la clase política.

Me parece que lo anterior tiene relación con el impacto que el internet ha causado en la manera en que percibimos las creaciones artísticas. Hoy, de forma inmediata y excesivamente sencilla, todos podemos acceder a casi cualquier canción, película, pintura, fotografía, etcétera y realizar modificaciones a ellos tampoco es muy complicado.

Esta simplificación en el acceso al trabajo de otros, de ninguna manera significa que los derechos de autor hayan dejado de ser violados; incluso los memes que llevas en tu celular vulneran derechos de terceros. Que muy pocos hayan mostrado interés en iniciar acciones legales en contra del uso, modificación y difusión no autorizadas de sus trabajos, es algo muy diferente.

Quienes elaboran las campañas políticas y participan en su difusión, están también inmersos en este nuevo contexto cultural y por ello, cada vez es más común ver que los políticos no sólo hagan uso de obras ajenas sin contar con el debido permiso de los titulares de derechos, sino que a veces hasta se atrevan a alterarlas, o bien, que utilicen la imagen de cualquier figura pública para los fines que consideren convenientes.




Porque este acceso simplificado, no sólo permite que los trabajos de otros sean utilizados para hacer chistes o bromas, sino que muchas veces se usan también para difundir mensajes ideológicos.

Lo anterior, no es un acto exclusivo de la clase política. Precisamente esta semana Matt Furie, creador de “Pepe la Rana” decidió dejar de dibujarla (la asesinó dentro del comic) porque ésta comenzó a ser utilizada por grupos de extrema derecha y supremacía blanca en Estados Unidos, sin que el autor tuviese control alguno y sin que parezca haber explicación aparente de dicha circunstancia

Controlar a los ciudadanos en internet y el uso que hacen de los trabajos artísticos de alguien más, no ha sido una labor sencilla. Podría decirse que sigue siendo uno de los principales retos actuales, al grado en que se ha generado modelos de protección a los derechos de autor muy diferentes como Creative Commons.

Sin embargo, creo que más allá de los ciudadanos comunes, es relevante señalar que resulta absurdo que quienes aspiran a legislar o a formar parte de la administración pública, no tengan conocimiento ni respeto por los derechos de terceros. Inmensa ironía que nos inviten a confiar en ellos para garantizar el estado de derecho, auxiliándose precisamente con violaciones de derechos.

No ignoro que existen asuntos mucho más graves y delicados en el proceder de los políticos en campaña pero no por ello deberíamos ignorar esta vergonzosa contradicción.

Entonces sugiero algo muy sencillo: Denuncia a los candidatos que hagan este tipo de payasadas, vía Twitter o cualquier otro medio que tengas al alcance para contactar a los titulares de derechos, tal y como se ha hecho en otros países. Después de todo, si los políticos nos van a hostigar por meses con sus espantosos trabajos mal hechos y robados, nosotros podemos hostigarles haciéndoles pagar las consecuencias de ello.

Aunque haya asuntos más urgentes en la agenda, en este sí puedes intentar hacer algo sin necesidad de un gran esfuerzo.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

 

El origen del gasto electoral

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El fin de semana pasado culminamos un proceso electoral en el que más de 30 millones de ciudadanos tuvieron la oportunidad de votar en elecciones para elegir a 12 gobernadores, 966 alcaldes y los representantes de 13 congresos estatales. Además, nuestro país vivió un momento histórico al elegir a los integrantes de la asamblea que habrá de diseñar la Constitución de la Ciudad de México. Si bien, las elecciones son una muestra de la democracia de México, éstas no dejan de representar un costo para nuestro país.

Si bien, las elecciones son una muestra de la democracia de México, éstas no dejan de representar un costo para nuestro país.

Según el artículo 53 de la Ley General de Partidos Políticos, en México es posible recibir recursos económicos por dos fuentes: el financiamiento público que es aquel otorgado por el Instituto Nacional Electoral (INE) y el financiamiento privado que son las aportaciones de militantes y simpatizantes, del autofinanciamiento o de rendimientos financieros, fondos y fideicomisos. Con la fiscalización se monitorea el origen del dinero utilizado por los partidos políticos y candidatos, el cual debe provenir de fuentes permitidas por la ley, que no pasen los topes establecidos y que se realicen a través del sistema bancario mexicano.

No obstante, durante las campañas políticas se mueven grandes cantidades de dinero en efectivo, las cuales no están permitidas por la ley porque es difícil llevar un control de quién otorga el apoyo y para qué es utilizado. Además, los partidos o candidatos que reciben el recurso económico pueden estar incentivados a otorgar beneficios una vez que resulten electos. La cifra oficial del gasto que se realiza en los procesos electorales puede discrepar de la real.

Se estima que tan solo en el presupuesto de los institutos electorales estatales y en los gastos ordinarios de los partidos políticos se han gastado más de 8,500 millones en 2016, más del doble que en el 2010. El gasto en las elecciones se ha incrementado de forma importante en los últimos años, principalmente derivado de la reforma político-electoral. Permitir la participación de candidatos independientes, fomentar el voto en comunidades alejadas y llevar una mayor fiscalización de los recursos implica un gasto adicional para la nación. Incentivar la democracia en el país cuesta.

Se estima que tan solo en el presupuesto de los institutos electorales estatales y en los gastos ordinarios de los partidos políticos se han gastado más de 8,500 millones en 2016, más del doble que en el 2010.

Como toda inversión, se espera que el gasto durante las campañas electorales brinde un beneficio. Como país esperamos que el financiamiento público a los partidos políticos nos permita fomentar la democracia y tener a los gobernantes que queremos. Pero el financiamiento privado puede ser visto de la misma forma, por lo que surge la interrogante de qué es lo que se espera recibir con el apoyo brindado por particulares en época electoral.

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¿Quieres democracia? ¡Paga por ella!

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Cuando me encontraba en Suiza en el verano del 2012 tuve un debate muy interesante con un estadounidense sobre la forma en la cual cada uno de nuestros países financiaba las elecciones presidenciales (recordemos que en aquel año Estados Unidos y México tuvieron elecciones a la Presidencia). ¿Por qué el debate? Te explico a continuación.

En México todos sabemos que cada año cierta cantidad de dinero del erario público se destina al Instituto Nacional Electoral (INE). Después de asignar el presupuesto, el INE se encarga de repartirlo entre los partidos políticos de acuerdo al porcentaje de votos que hayan obtenido a nivel nacional en los comicios de un año anterior. A diferencia de nuestro país, en la Unión Americana, las cosas se manejan de una manera muy diferente, debido a que tú como ciudadano y votante decides si quieres o no aportar dinero en las campañas de recolección de fondos de los partidos políticos y si se da el caso también a los candidatos que se estén postulando a diferentes cargos públicos.

A diferencia de nuestro país, en la Unión Americana, las cosas se manejan de una manera muy diferente, debido a que tú como ciudadano y votante decides si quieres o no aportar dinero en las campañas de recolección de fondos de los partidos políticos y si se da el caso también a los candidatos que se estén postulando a diferentes cargos públicos.

Con esta explicación y el debate que tuve en ese verano del 2012, llegué a la conclusión que en México parece que hay un sistema de que si queremos democracia, debemos pagar por ella. En las elecciones de hace un año el INE dio un total de 5.199 mmdp a los partidos políticos, ya sea para sus campañas electorales, para actividades específicas y para el sostenimiento de las actividades ordinarias permanentes. De hecho el presupuesto asignado en ese año ha sido el mayor desde 1997, esto según información del INE.




Para las campañas que terminan ya este próximo 5 de junio se asignaron 3.953 mmdp y de igual manera son para gastos de campaña, y sostenimiento de actividades ordinarias permanentes. Realmente viendo este tipo de cifras quedé asustado, pero de igual manera me doy cuenta de cuanto se gasta por año para mantener el sistema democrático en el que vivimos y que muchos dudan que funcione correctamente, opinión que en lo personal no comparto.

Lo que sí creo es que es exagerada la cantidad de dinero que se va a los partidos políticos, y aunque viene siendo cierto que muchos sí hacen campañas de recolección de fondos y reciben en muchas ocasiones donativos, estos no son representativos a comparación de la cantidad que reciben de nuestros impuestos.

Por esto mismo se ha manejado ya en varias ocasiones que tener un partido político es absolutamente todo un negocio y muy redituable. No por nada vemos que en cada periodo de elecciones que nacen nuevos partidos políticos, que en muchas ocasiones carecen de ideología e incluso estructura. En el caso de Nuevo León el año pasado tuvimos el Partido Cruzada Ciudadana que tenían como candidato a la gubernatura a Luis Farías. La familia Farías lleva décadas viviendo del erario público teniendo un partido político – Cruzada Ciudadana – y no dudemos que para el 2018 resurja y nuevamente reciba una parte del pastel y con eso viven.

Ahora si vamos a ejemplos a nivel nacional, podemos hablar del famoso Partido Verde Ecologista de México, que desde su registro en 1986 ha pertenecido a una sola familia, la Familia González. También nos encontramos con ejemplos como Andrés Manuel López Obrador, que aclarando no tengo nada en contra de esta figura política, resulta imposible no cuestionar de donde ha podido sostener sus recorridos por toda la República Mexicana, siendo la respuesta muy obvia, con el presupuesto que se le asigna a los partidos políticos que ha pertenecido y al que actualmente dirige. De igual manera otros negocios disfrazados de partidos políticos son el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Nueva Alianza (PANAL) el cual fue fundado por la controvertida Maestra Elba Esther Gordillo.

De igual manera otros negocios disfrazados de partidos políticos son el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Nueva Alianza (PANAL) el cual fue fundado por la controvertida Maestra Elba Esther Gordillo.

Para evitar casos como los antes mencionados, lo que propongo es alejarnos de un sistema que se ha vuelto un negocio para unos pocos y ver hacia el sistema que tienen países como los Estados Unidos. Eso sí, el debate siempre ha estado en que si vamos a un sistema de donaciones y recaudación de fondos es muy probable que ciertos grupos de poder apoyen a partidos y candidatos a cambio de favores. Aunque viene siendo cierto que es una debilidad de ese sistema, no lo hace más diferente que el que tenemos actualmente, pues repito que los partidos políticos son negocios incluso en ocasiones familiares y que poco reditúan en la vida política de nuestro país.

Es hora de despertar y ver alternativas en el manejo de la democracia en nuestro país, el sistema bajo el que nos regimos actualmente lleva muchas décadas y tiende a quedar obsoleto, necesitamos mecanismos que hagan que la voz del ciudadano no se escuche solamente el día de las elecciones sino muchos meses e incluso años antes de emitir el voto. Solamente con un sistema de recaudación de fondos y donaciones podemos combatir la invasión de partidos políticos e incluso mejorar el tipo de candidatos a puestos públicos que tenemos hoy en día.

¿Tú qué opinas?

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Sobre Edgar para la Presidencia y algo más…

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El fin de semana fue muy destacada la noticia de que Edgardo Martínez, mejor conocido como “Edgar se cae” se estaba lanzando para la Presidencia de México. Si alguien no se acuerda de Edgar, les refresco la memoria, es el chavo que se volvió muy famoso en el 2006 por un video en YouTube en el cual se caía.

Obviamente Edgar no se lanzó a la presidencia de México y todo se trata de un simple proyecto escolar de la clase de Marketing Político en mi Alma Mater la Universidad de Monterrey. Lo sorprendente de la situación, y fue algo que comente en mis redes sociales y son cuestiones que me preocupan, es cómo la gente fácilmente se fue con la finta y comenzaron a echar pestes del joven y por ende el sistema político mexicano. Lo preocupante de esto, no son solo los insultos a Edgar, sino también que la gente no tomara en cuenta dos cosas:

1. Leyeron tan solo el titular de las notas periodísticas sin dar “click” para leer el artículo completo donde se explicaba que era un simple proyecto escolar.

2. Hay gente que no sabe que este año no hay elecciones a la presidencia de México o en todo caso, desconocen la ley electoral la cual prohíbe expresamente a cualquier persona a comenzar una campaña antes de tiempo, a menos que seas AMLO (sacarsmo).

Obviamente Edgar no se lanzó a la presidencia de México y todo se trata de un simple proyecto escolar de la clase de Marketing Político en mi Alma Mater la Universidad de Monterrey.

Esto nos habla mucho del porqué tenemos a los gobernantes que tenemos sinceramente. Si hay personas que no son capaces ni siquiera de abrir un el hipervínculo de una nota periodística y juzgan solo el título, ¿cómo podemos estar seguros que estos individuos antes de emitir un voto se fijan en las propuestas y el perfil de un candidato? Sí, es algo que nos debe de preocupar a todos.

Adicionalmente a notas como la de Edgar, podemos ver otro tipo de trabajo “periodístico” y lo pongo entre comillas porqué es más trabajo facticio de notas de medios dudosos que uno puede ver en Facebook y otras redes sociales. Estas noticias van desde que el hijo de Enrique Peña Nieto salió del closet hasta que Estados Unidos está invadiendo México con equipo militar. Nuevamente lo que sorprende es cómo la gente compra la historia y no realizan su “investigación” o por lo menos no se fijan que medio es el que lo está publicando.

Si hay personas que no son capaces ni siquiera de abrir un el hipervínculo de una nota periodística y juzgan solo el título, ¿cómo podemos estar seguros que estos individuos antes de emitir un voto se fijan en las propuestas y el perfil de un candidato? Sí, es algo que nos debe de preocupar a todos.

A nivel local lo mismo podemos ver con notas ficticias de movimientos en bancadas del congreso local, disque renuncias seguras en el gabinete de Jaime Rodríguez Calderón, o que hay gente conspirando para desbancar a alguna diputada y quedarse con el puesto. Todas estas historias, infundadas son con un solo motivo, grillar y engañar a los ciudadanos y claro crear desinformación.

Es muy importante que nosotros como lectores nos demos cuenta de donde obtenemos nuestra información, y además de eso, antes de hacer algún tipo de opinión sobre la historia no hacerla en base a un titular sino leer el artículo completo. En otras palabras no comerse el chicle .

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