Rechaza AMLO pronósticos de Banxico

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Esta mañana, el presidente Andrés Manuel  López Obrador dijo no coincidir con las proyecciones del Banco de México sobre una caída del PIB para este año de cerca de 8.8% y la pérdida de empleo formales en millones, por lo que estimó que están regresando las inversiones al país.

Acerca de los pronósticos del Banco de México somos muy respetuosos de la autonomía del Banco de México, desde luego no coincidimos con sus proyecciones, nosotros pensamos que nos vamos a recuperar pronto“, afirmó el día de hoy durante l la mañanera.

Al respecto, comentó que: “Los pronósticos de ayer del Banco de México están peor que los pronósticos del Fondo Monetario Internacional para México. Salieron más, bueno, realistas“. Luego de que Banxico estimó que la economía nacional podría caer entre 4.6 y 8.8 por ciento este año y se perderán hasta un millón 400 mil empleos formales ante la crisis por el Covid-19.

El titular del ejecutivo declaró que debido a la crisis económica mundial, los fondos de inversión sacan sus capitales para protegerse en otras naciones, sin embargo, están regresando al País.

Se debe a que con la crisis mundial, o sea esa es mi explicación, los que invierten, sobre todo los fondos de inversión, buscan mayor protección para su dinero y por eso cambian el destino de sus inversiones o sacan inversiones de países emergentes a países como Estados Unidos, como Japón. Van a refugiarse en dólares, en yenes (…) Lo que ha venido sucediendo (…) sobre el comportamiento del peso con relación a otras monedas, sin embargo, en los últimos tiempos están regresando inversiones por eso se está apreciando el peso“, concluyó.

Con información de El Norte

 

Hasta 8.8% caería el PIB y 1.4 millones de personas serían despedidas: Banxico

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Debido a la incertidumbre por la duración y profundidad de la crisis económica en el país a causa de la pandemia, el Banco de México (Banxico) se vio obligado a ajustar a la baja sus pronósticos de contracción para el Producto Interno Bruto (PIB) de este año.

Las expectativas de caídas para el sector productivo van de -4.6% y -8.8 por ciento este año, lo cual implicaría la pérdida de entre 800 mil y 1.4 millones de puestos de trabajo formales, señaló la entidad este miércoles en su informe trimestral correspondiente al periodo enero-marzo de 2020.

Establece que para 2021 existe el riesgo de que desaparezcan otras 200 mil plazas o bien se generen 400 mil puestos de trabajo.

Banxico estimaba en febrero pasado, antes de que México tomara alguna medida en contra de la llegada del coronavirus, que el país tendría un crecimiento del PIB de entre 0.5 y 1.5 por ciento.

La entidad gobernada por Alejandro Díaz de León realizó tres escenarios para la economía mexicana para este y el siguiente año.

Al primero lo catalogó “Tipo V”, que estima una contracción de -4.6 por ciento del PIB este año con un rebote del 4 por ciento para 2021.

Un segundo, llamado “Tipo V profunda”, donde habría una caída de la actividad productiva de -8.8 por ciento con un rebote de 4.1% para el próximo año.

Y, el tercero, denominado “U profunda”, que prevé una contracción de -8.3 por ciento para este año con otra caída de -0.5 para 2021.

Por su parte, el subgobernador del banco central, Jonathan Heath, advirtió que se debe tener mucho cuidado en la etapa de recuperación y desconfinamiento, ya que si es prematuro se corre el riesgo de caer en el peor de los escenarios que es enfrentar una segunda fase, es decir una doble recesión.

El Banco de México no descarta que haya recortes adicionales en la calificación de la deuda soberana y de Pemex, no obstante, espera que la entrada en vigor del T-MEC en julio próximo, propicie mayores inversiones.

Economistas de BBVA México han alertado que el 26.6% de la población en el país caiga en situación de pobreza extrema, lo que representaría, alrededor de 12.3 millones más de personas en tal situación.

(Fuente: El Mañanero Diario)

AMLO y el PIB: cómo medir el desarrollo de un país

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Esta columna es parte del análisis que realizamos en Reporte-19, un producto de Altius Consultores para orientar en la toma de decisiones. Consulta el reporte completo en https://bit.ly/Reporte19 

El presidente López Obrador anunció en días pasados que propondría un índice “alternativo al Producto Interno Bruto” para medir el desarrollo de México. 

Afirmó que el “modelo mexicano” de medición del desarrollo puede seguir incluyendo el PIB, pero también otros factores como desigualdad social y la “felicidad”.

Para definir el nuevo índice se convocaría a matemáticos, economistas, sociólogos, antropólogos, entre otros especialistas. 

La discusión sobre la pertinencia del PIB como principal indicador para medir la economía y/o el desarrollo de un país no es nueva. Desde hace años especialistas económicos y sociales alrededor del mundo han discutido y propuesto maneras alternativas para medir el desarrollo. 

El PIB mide la salud de la economía en términos de crecimiento, lo cual en sí mismo es útil. Pero no mide el impacto en la vida de las personas en términos de bienestar, desigualdad o acceso a oportunidades.

Es en este sentido que se han creado otros indicadores internacionales como el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el Índice de Progreso Social lanzado en 2014 por la organización Social Progress Imperative, dirigida por Michael E. Porter, de Harvard, y por el economista Michael Green.

Si bien es pertinente discutir cómo medir de mejor manera el bienestar y desarrollo de una nación, lo que AMLO propone no deja de ser conveniente para tratar de orientar la discusión más allá del Producto Interno Bruto como indicador de medición, pues los pronósticos económicos son muy poco alentadores para el país. En días recientes Goldman Sachs empeoró el pronóstico para el país a una contracción de 8.5% en 2020.

Además, durante la campaña de 2018 el entonces candidato de Morena tuvo como argumento recurrente el que México debería crecer al 4% anual en términos del PIB.

Ahora bien, el gobierno de México no es el único en anunciar una medida similar. En China, el primer ministro Li Keqiang informó que se ha decidido no establecer un objetivo de crecimiento anual este año, pues se “dará prioridad a estabilizar el empleo y garantizar el nivel de vida”.

Apenas el año pasado, Nueva Zelanda dejó a un lado el PIB para priorizar lo que denominaron el bienestar real de su población. “Si bien el crecimiento económico es importante, y es algo que seguiremos buscando, por sí mismo no garantiza las mejoras de los estándares de vida de los neozelandeses” señaló la primera ministra, Jacinda Arden. 

En suma, es positivo que se enriquezcan las metodologías e indicadores para medir el desarrollo y bienestar, sin embargo, estas no tendrían por qué sustituir al PIB, sino simplemente complementarlo. 

Pese a crisis mundial, AMLO reitera que país crecerá 6% al final de su sexenio

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Este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que aunque ya traba en la elaboración de un Índice Alternativo para medir el Bienestar, que incluirá la felicidad, se mantiene la meta de crecimiento económico de 6% al final de su sexenio.

Dijo que tendrá el indicador del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) pero también otro sobre los niveles de bienestar del pueblo.

“No quiere decir si hay crecimiento hay bienestar, eso está probado que no siempre es así, crecer es que se acumule riqueza, pero no implica que esa riqueza se distribuya con equidad, con justicia. Por eso necesitamos medidas de otra manera (…) el bienestar material y del alma”, dijo López Obrador en #LaMañanera.

El mandatario puso como ejemplo que en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari hubo crecimiento, pero fue cuando se registró en el país la mayor desigualdad económica y social.

Además, el político tabasqueño, recordó la frase de una canción de protesta que decía “no te dejes engañar cuando te hablen de progreso, porque tú quedas flaco y ellos aumentan de peso”.

En cuanto al nuevo índice, dijo que ya está integrando un equipo multidisciplinario para su elaboración.

Bienestar, ¿de la 4T o de México?

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Dejemos de medir el PIB y enfoquémonos en el bienestar, dice nuestro presidente López Obrador. Convenientemente llega el cambio de paradigma después de más de un año y medio de decisiones económicas e inversiones fallidas.

No sólo se ha realizado una política de austeridad pésimamente implementada, se han violado contratos en repetidas ocasiones afectando la inversión nacional y extranjera. Se insiste en proyectos prioritarios que son obsoletos y perjudiciales para el medio ambiente. Y aunado a todo esto, no hay apoyo real a Micro y Pequeñas empresas en la pandemia a pesar de ser el 99% de nuestra economía formal y dar trabajo al 52.5% de la Población Económicamente Activa. Justo en el 1er trimestre del año cuando se contrae 1.6% el PIB es cuando llega el Bienestar a México.

La palabra de moda en la 4T es bienestar, Secretaría del Bienestar, tarjetas del bienestar, economía del bienestar, políticas que busquen el bienestar, tandas para el bienestar, entre otras tantas políticas, conceptos e ideas. Sobre esta línea se quiere construir la nueva medición del desarrollo de México.

Bienestar es aquel estado de una persona en donde sus condiciones físicas y mentales le producen un sentimiento de satisfacción y tranquilidad. El bienestar que buscamos lo podemos relacionar con nuestras necesidades, primero aquellas básicas para vivir, como seguridad, alimentación, salud y vivienda. Posteriormente hay que tomar en cuenta aquellas necesidades de autorrealización como individuos, tal como justicia, equidad, educación, trabajo, derechos políticos y sociales, entre otros.

López Obrador hoy sale a decir que se está trabajando en el desarrollo de un indicador del bienestar que considere igualdad social, felicidad, crecimiento, y al parecer otros temas que aún no toma en cuenta el Ejecutivo. Además menciona que es un trabajo que vamos a aportar al mundo ya que se medirán otros países con el nuevo indicador mexicano.

Lo que llama la atención es la clara separación de su indicador con todas las mediciones que actualmente existen y tienen años siendo registradas. Para darnos una idea de la cantidad de mediciones, a continuación menciono las que más destacan y son utilizadas a nivel internacional: el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, la Iniciativa para una Vida Mejor (Better Life Index) de la OCDE, el Índice de Calidad de Vida de The Economist Intelligence Unit, los Indicadores de Desarrollo Global del Banco Mundial, el Índice de Progreso Real, el Índice de Desarrollo Económico Sostenible, e incluso se tiene el World Happiness Report diseñado por la ONU.

Además de todas las mediciones internacionales aquí en México contamos con el CONEVAL, organismo autónomo que desde 2004 mide la pobreza, el bienestar y el desarrollo en México. Este organismo ha sido reconocido a nivel mundial por su transparencia, innovación y calidad de información recopilada a través de los años para una mejor toma de decisiones. En su momento fue clave al repensar la medición de la pobreza, y se pasó de una medición puramente de ingreso a una multidimensional, donde justamente se consideran los rubros ya mencionados de bienestar. Gracias a estas mediciones a nivel nacional e internacional podemos identificar el avance que se ha logrado en la reducción de pobreza alimentaria y pobreza extrema en las últimas décadas, algo que se puede perder por la falta de apoyo económico en la pandemia.

Indicadores, índices, mediciones, datos, organismos e instituciones sobran, y aún así la 4T quiere diseñar su propio indicador. Y es justo en este momento donde se pierde el valor real del objetivo de bienestar. En lugar de diseñar algo nuevo, ¿no sería mejor tomar en cuenta lo ya existente? Si tenemos a uno de los mejores organismos de medición de la pobreza y desarrollo ¿no es más conveniente apoyarnos de los expertos y lo que ya tenemos para construir algo mejor?

En definitiva contamos con la información y los especialistas para cambiar nuestro paradigma económico. El bienestar nos da un mejor entendimiento de nuestra realidad y del desarrollo que debemos buscar como sociedad e individuos. Enfocarnos en las necesidades básicas y de autorrealización de todos los mexicanos es más importante que conocer si estamos produciendo más o menos.

Pero si se quiere lograr este cambio es necesario un esfuerzo colectivo de sociedad, empresarios y gobierno, se debe de trascender el ámbito político de dimes y diretes para ver los beneficios que se puede dar a la mayoría de los mexicanos. Es necesario que López y la 4T dejen su bandera política y vean que el bienestar no es su creación ni su idea, es lo que nos va a llevar a juntos construir un mejor país.

Para más información de la lucha contra la pobreza en México escuchar capítulo de “Pobreza y Crecimiento Económico” de Kristian con K en Spotify.

Alerta JP Morgan que PIB de México caería 40% en el segundo semestre

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JP Morgan (JPM) estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) de México podría caer 40% o más en términos anualizados en el segundo trimestre del año.

Esa previsión equivale a una caída de 8.77% en la medición que usualmente da a conoce el INEGI en el segundo trimestre con relación al previo.

A detalle, JPM indicó que el sector de la producción industrial podría caer 42% a tasa anualizada en el segundo trimestre, mientras que el sector servicios se colapsaría un 47.5%.

La institución financiera señaló que realizar pronósticos es una actividad riesgosa, pero que, de hecho, sus proyecciones podría ser conservadoras.

“En todo caso, pensamos que nuestros modelos probablemente subestiman la caída que se pueda dar en las actividades en México”.

Faltando una semana para que se conozcan datos relevantes del comercio de bienes para abril, la correduría alertó que los resultados serían terribles.

“Esperamos que los datos de comercio sean muy débiles. Las exportaciones manufactureras y las importaciones de materias primas podrían caer 46.5 por ciento por mientras que las importaciones no petroleras y de bienes de capital se desplomarían 55 y 70 por ciento respectivamente”.

(Con información de Grupo Reforma)

AMLO anuncia que trabaja en una fórmula para medir el bienestar; sustituye al PIB

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El Presidente Andrés Manuel López Obrador comentó esta mañana que trabaja en una porpuesta para medir el bienestar, el cual sustituirá al PIB y dijo estar dispuesto a presentarla ante la CEPAL.

Estoy trabajando sobre un nuevo índice para medir el bienestar, un índice alternativo al llamado Producto Interno Bruto, que va a medir sí el crecimiento, pero también el bienestar y grados de desigualdad social“, explicó en la conferencia matutina.

Para dicha labor, a la que, dicho sea de paso, agregará la medición de “la felicidad”, convocará a cronometristas, matemáticos, psicólogos, economistas, sociólogos, y otros especialistas.

Se le preguntó si, “¿También convocaría a la Cepal?“.

A lo que respondió: “Sí, también, para que hagamos algo nuevo, yo voy a hacer el planteamiento del problema y voy a plantear la hipótesis, y vamos a desarrollar algo nuevo e importante“.

Así mismo, aseguró que su propuesta no les va a gustar a los tecnócratas; “pero ya ven que si no les gusta a ellos a lo mejor es mejor para nosotros“. Por lo que a modo de conclusión, insistió en que para él, el crecimiento no sirve si va acompañado de desigualdad, “no es crecer por crecer, tiene que haber crecimiento con austeridad, honestidad, bienestar, cultura, y felicidad“.

Con información de La Razón

Coparmex prevé 1.3 millones de desempleados en junio.

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La falta de apoyos del Gobierno federal de acuerdo con la crisis que generó la pandemia por el Covid-19, provocará que en junio se alcance el número de 1.3 millones de personas desempleadas, por lo que la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) pidió a las autoridades federales sumarse a “salario solidario”.

Considerando que de marzo a abril cerraron 19 mil 667 empresas, aunque se abrieron en ese mismo periodo 12 mil 978.

El presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, dijo que “si se mantiene la tendencia que han observado las empresas y el país, si no hay un elemento nuevo, si o si llegaremos al 1.3 millones, no habrá resultados distintos haciendo las cosas iguales”.

A cada minuto se pierden 8 empleos, por lo que se lanzó un llamado al gobierno: “Ahórrate el desempleo, rompe la alcancía” porque la solución la tiene el gobierno si subsidiara una parte de los salarios de 19.9 millones de trabajadores formales, afiliados ante el Seguro Social.

Con ello, señaló, el costo máximo que tendría que incurrir el gobierno para implementar esta medida es de 1.2% del PIB, si se considera un gasto mensual de 95 mil 183 millones de pesos durante tres meses.

La propuesta es que el gobierno subsidie hasta el 50% de los salarios y la empresa el otro 50% de los 13 millones 497 mil trabajadores que ganen de 1 a 3 salarios mínimos; y dar subsidios menores a los 5 millones 340 mil empleados que ganen de 4 a 10 más salarios mínimos y que incluso los de más de 10 salarios deberán de aceptar una reducción temporal, de manera que el gobierno y la empresa otorguen cierto porcentaje.

La analista económica de Coparmex, Mylene Cano, dijo que el escenario es que se pierdan entre 1 y 1.5 millones de empleos, aunque se podría agravar más la situación. Sin embargo, aún no se sabe si en mayo será más fuerte el impacto en el empleo.

 

 

 

 

(Con información de El Universal)

Crecimiento o Desarrollo

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Durante las últimas semanas hemos presenciado un debate intenso entre la 4T y sus detractores. La actual pandemia nos ha llevado a analizar el sistema económico global. Esto aunado a un férreo rechazo de López Obrador a dar crédito a la medición de la producción y crecimiento, el Producto Interno Bruto o PIB. 

México inicia el 2020 con una contracción del casi 2% del PIB en el primer trimestre del año. A esto hay que sumarle que en los últimos meses se ha tenido un estancamiento económico, donde prácticamente no hay cambio en el PIB de nuestro país y no estamos creciendo. Con números en mano salen expertos diciendo que AMLO nos está llevando al precipicio, y sus promesas de 3%, 4%, ó hasta 5% no se darán al menos en sus primeros tres años de gobierno. Mientras que desde la otra esquina escuchamos a la 4T pregonar que el crecimiento no es de importancia, sino hay que buscar el bienestar. Ante esta situación de blancos y negros es preciso detenernos un momento y analizar qué pasa y qué es mejor. 

Para entender estos argumentos hay que remontarnos a la creación y uso del PIB como indicador económico. Posterior a la crisis de 1929 el Presidente Hoover estaba buscando como levantar la economía, razón por la cual invitó a un brillante y joven profesor ruso, Simon Kuznets, con el fin de explicar al Congreso que la recuperación estaba a la vuelta de la esquina. En los siguientes años Kuznets diseñó el PIB a fin de considerar cuánto se podría producir para incentivar la economía. Es así como el PIB se convirtió en el indicador de referencia económica a nivel global, donde básicamente se plasman los bienes y servicios producidos en un periodo de tiempo determinado. 

A pesar de las advertencias de Kuznets de no incluir a ciertas industrias como la militar, publicidad y el sector financiero, no se hizo nada al respecto y el PIB terminó considerándolas para tener mejores cifras. Para darnos una idea de las consecuencias en Gran Bretaña el sector bancario era menos de 1% del PIB en 1950, pero para 2008 en plena crisis financiera su porción ya era de 9%. Esto gracias a un mayor involucramiento durante los 70s con el fin de hacer más “productiva” la optimización del dinero y sus rendimientos, los cuales por décadas se han quedado en los bolsillos de unos cuantos. 

Esta medición de la “realidad” económica ha llevado a casos ilógicos de registrar dónde se encuentra la riqueza. Como ejemplo podemos tener un árbol en un parque público que a pesar de dar sombra, dar frutos, ser filtro de contaminación y reducir el calor ambiental no tiene aportación alguna al PIB, pero si talamos ese árbol y de ahí hacemos lápices entonces ya se registraría la producción y el crecimiento económico. 

Es así como el día de hoy consideramos que lo que producimos, independientemente de su utilidad y fin, es más importante que lo que tenemos y no registramos. No hay medición de la riqueza social generada por los parques, educación, salud, entre otras tantos rubros que son esenciales para una sociedad. Pero sí hay medición de la “utilidad” generada por un asesor financiero moviendo dinero en su computadora intercambiando acciones o derivados multiplicando esa “riqueza”. 

Hoy la pandemia nos lleva a repensar el sistema económico que queremos diseñar a futuro. No es viable continuar con los mismos indicadores y muchos países lo saben y están tomando cartas en el asunto. Nueva Zelanda, Escocia, India, Sudáfrica y muchos otros están optando por nuevos indicadores que midan la realidad social y el bienestar de sus ciudadanos. 

No podemos irnos al extremo de desestimar por completo la producción del país pero hay que preguntarnos, ¿de qué sirve hacer lápices si nos vamos a quedar sin árboles? De qué sirven 100 bancos que sólo estén “optimizando” el uso del dinero si de ahí no se redistribuye nada para el bienestar de la sociedad? De qué sirve seguir utilizando como referencia única el PIB si la pobreza, desigualdad, mala educación y pésima salud sigue siendo el yugo en México? ¿Y tú qué consideras más importante?

Para más información de temas actuales escucha mi podcast en Spotify “Kristian con K”.

Presenta Nuevo León plan de reactivación económica

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El secretario de Economía y Trabajo, Roberto Russildi, presentó el plan de reactivación económica para el estado de Nuevo León, acompañado por el secretario de Salud, Manuel de la O.

Russildi informó que este miércoles la entidad termino con la fase crítica de la pandemia por el COVID-19 y que el proceso para la reactivación iniciará oficialmente el 18 de mayo.

“La medida de la reactivación económica es un balance entre la atención médica y la economía, mientras tengamos las camas de cuidados intensivos necesarias y los decesos se mantengan al mínimo posible, tendremos que blancor la caída del PIB que se refleja en pérdida de empleados y en inseguridad”, indicó el funcionario.

El plan esta confirmados por 4 fases, mismas que tendrían una duración de entre 2 y 4 semanas cada una.

La Fase 0, de preparación, inició el día de ayer y culminará el próximo 27 de mayo y se espera que el 50% del PIB sea activado en esas dos semanas. La Fase 1, iniciará el 28 de mayo y terminara el 25 de junio o antes, dependiendo  del avance de la pandemia; la segunda fase igual se contempla que dura entre 2 a 4 semanas e inicie tentativamente el 12 de junio, mientras que la Fase 3, la última, se contempla comenzarla el 27 de junio y dure hasta el 22 de agosto, para ese momento el 100% del PIB estará activo.

El titular de Economía y Trabajo estatal, destacó que Nuevo León ha sido reconocido por mantener controlado el número de contagios y decesos a causa de este virus.

Por otro lado, señaló que para que las empresas comiencen a operar de nuevo deben de cumplir los parámetros de sana distancia, lavado de manos, uso de gel antibacterial así como cumplir con las normas establecidas para evitar contagios de COVID-19.

El funcionario advirtió que si no se cumplen las medidas sanitarias se corre el riesgo de retroceder con el avance de la reactivación económica en el Estado.

“Si recaemos en las medidas de seguridad y sanidad vamos a contagiarnos de nuevo y sería retroceder, si cumplimos con lo que se dice, de 6 a 8 semanas se puede reactivar la economía, si no no se irá a 14 a 16 semanas por no cumplir las indicaciones que se establece”, dijo.