Sobre ser migrante

Comparte este artículo:

Adonde yo soy tú somos nosotros Octavio Paz (1957) en Piedra de Sol.

Pocos temas son tan sensibles y complejos como el de la migración. Tal vez en un mundo ideal no sea necesario buscar una mejor vida lejos de donde has crecido, o tal vez una perfecta movilidad haga que las regiones se desarrollen de acuerdo con sus capacidades y ventajas comparativas. Ambos puntos vistos desde teorías radicalmente distintas.

Para tener un poco de contexto local y dimensionar la importancia de este tema para nuestro país, de acuerdo con datos oficiales de organismos de las naciones unidas, la diáspora mexicana es la segunda más grande del mundo (13 millones), seguida únicamente de la India (15.6 millones). La mayoría de los connacionales mexicanos residen, como era de esperarse, en Estados Unidos (~12 millones), país con el que conformamos el principal corredor migratorio en el mundo y es motivo suficiente para ser un tema complejo desde un punto de vista político.

Me parece que hablar de migración desde un punto de vista externo es contraintuitivo para el ser humano. Somos una especie que si algo nos ha caracterizado a lo largo de la historia es la condición nómada. Realmente no somos ni de aquí ni de allá. Por lo tanto, tratar de juzgarla resulta hasta hipócrita.

Hablando de la situación migratoria en acciones políticas. No creo que exista un departamento o política migratoria a la cual le pueda dar mi afinidad. Secretarías ineficientes, políticas inexactas y políticos tomando decisiones desde la completa ignorancia son males que comparte cualquier país en temas de migración, ya sea en América, África, Europa o Asia.

La sensibilidad que nos da el vivir cerca de los Estados Unidos nos hace darnos cuenta del parecido que tienen estas problemáticas presentes en nuestro país y en el vecino del norte. Cifras oficiales aseguran que, durante inicios de la administración de Trump en Estados Unidos, alrededor de 2,500 menores fueron ubicados en albergues u oficinas de detención, siendo separados de sus familias a raíz de la política de Tolerancia Cero. Luego de un escándalo mayúsculo alrededor del mundo tras darse a conocer esta noticia, Trump decidió echar atrás dicha política, reuniendo a las familias en el 2018; no obstante, las ineficiencias burocráticas provocaron que alrededor de 700 pequeños no encontraran a sus familias puesto que habían sido ya deportadas semanas antes, quedando varados en un país ajeno, sin sus papás. Completamente desamparados.

Las imágenes que mostró el congresista Ted Lieu en una audiencia en 2018 rompen el corazón… Cientos de niños habitando en un albergue rodeados de rejas, cubiertos de papel aluminio haciendo las veces de cobijas. El representante demócrata también compartió algunos audios, los cuales son aún más desgarradores, dando a conocer la desesperación de los pequeños. Dichos audios e imágenes fueron tomados por agentes de ICE.

Instituciones y políticas débiles ocasionan grades tragedias. Es de conocimiento público, pero no está demás reafirmar que México sufre de los mismos males que se critican a los Estados Unidos. Tanto en inefiencias políticas y gubernamentales como falta de empatía en la sociedad.

El pasado lunes 27 de marzo un centro del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez registró un incendio, en el cual 40 personas perdieron la vida y otras 27 resultaron heridas. Asfixiados, calcinados y encerrados en celdas fueron los últimos minutos de estas personas que buscaban una mejor vida. El incendio demuestra las heridas de nuestra política migratoria, tan graves como las de nuestro vecino del norte. Decenas de hombres se ahogaron en el humo frente a cámaras de seguridad, justo en los ojos de los guardias encargados de vigilarles.

Entrar en detalles de cómo sucedió esta lamentable situación no vale la pena, pero sí recalcar las condiciones en las que vivían en este “albergue”, que más bien la CNDH describe como un “modelo de alojamiento tipo carcelario, similar al utilizado en los Centros de Reinserción Social, que conserva criterios de contención y represión de las personas en contexto de movilidad, como si se les atribuyeran conductas delictivas”. Recordemos que estas personas habían sido arrestadas y trasladadas al centro de detención por no tener papeles en regla, pero no estaban acusados de ningún delito. Cuestión que tampoco se había cumplido acorde a la ley puesto que por lo menos dos de los migrantes detenidos tenían permiso para residir en México. Uno de ellos falleció.

Associated Press publicó recientemente que un abogado acusa al delegado del INM en Chihuahua, el contraalmirante Salvador González Guerrero, de haber dado la orden por llamada telefónica de no abrir la verja de los migrantes “bajo ningún motivo” durante el incendio.

A una semana del suceso, poco se le ha dado seguimiento desde la escena pública. Y, por supuesto, pocas consecuencias ha habido. Toda tragedia en nuestro país tiene una constante, no habrá consecuencias y nada va a cambiar.

Leyes y políticas como lo son en el tema migratorio se han construido, como dice el sociólogo francés, Émile Durkheim, no desde el Estado, sino como consecuencias de la moral a raíz de las condiciones de la vida común del pueblo. Hoy las leyes reflejan las necesidades y valores de la sociedad en la que se crean, y que son una expresión de la conciencia colectiva de esa sociedad. Según Durkheim, las leyes se originan a través de la presión social que ejercen los miembros de esta para regular el comportamiento y mantener el orden.

Sin darle un juicio de valor, tal vez hoy esa moral la compartimos los países norteamericanos. Todas esas injusticias que hoy los migrantes viven en Estados Unidos, por ejemplo, bajo el Título 42, donde de acuerdo con Human Rights First se han identificado casi 10 mil casos de secuestro, tortura, violación u otros ataques violentos contra personas expulsadas; las viven los centro y sudamericanos en nuestras tierras. Por lo menos uno de cada tres migrantes sufren de cualquier tipo de violencia a su paso por México.

Si bien, existen asociaciones o grupos de la sociedad organizados en favor de derechos de los migrantes y condenando las condiciones a las que se deben de enfrentar. La presión que ejercen es insuficiente y han sido muy poco apoyados. En México hay alrededor de 96 albergues para migrantes, y en su mayoría son operados por la sociedad civil; contrastando con las 58 estaciones migratorias operadas por el INM.

En temas tan complejos y donde la misma sociedad es responsable del bienestar de minorías específicas, Durkheim nos ofrece un poco de claridad a la hora de sacar conclusiones. Así como en otros tantos temas, pareciera que el cambio para vivir en una armonía colectiva no vendrá hasta que exista una re-priorización de valores sociales. Me parece que el debate entre si el cambio en leyes surge por cambios en la moral social o es precisamente al revés, encuentra una solución dando una responsabilidad a la sociedad; sin embargo, el cómo llegar a ese cambio es digno de ser profundizado en otro texto.

*Economista, consultor y tuitero

La era irreversible del multiculturalismo

Comparte este artículo:

A raíz de la campaña de Trump de “Make America Great Again” el discurso conservador extremo ha ido aumentando. En Estados Unidos se hicieron políticas estrictas de migración, separando familias en la frontera con México e inclusive no permitiendo la entrada de personas de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen por afiliar (erróneamente) el Islam con el terrorismo. 

A partir de este movimiento y de la victoria de Trump, salió a la luz el estadounidense “puro” a defender “su tierra” de los extranjeros. No solo se vieron afectados los latinos y los musulmanes por la discriminación, sino cualquier persona que no tuviera la apariencia del estadounidense “blanco”. Empezaron a surgir videos de gente siendo acosada y violentada física y verbalmente en supermercados, parques y espacios públicos en general por el hecho de verse diferente o hablar otro idioma que no fuera el inglés.

Y así como pasa en Estados Unidos, también sucede en otros países como Gran Bretaña, Francia y Alemania. Hace 2 días hubo un tiroteo en un bar en Hanau, Alemania, con 9 muertos y ha sido confirmado como un crimen impulsado por la xenofobia por el perfil de extrema derecha del asesino y porque más de la mitad de las víctimas eran turcos. 

En verdad a mi me intriga, ¿por qué se les hace tan difícil a las personas aceptar a gente de un contexto cultural diferente al suyo? ¿Por qué les causa tanto conflicto ver a alguien con un color de piel diferente o escuchar a alguien hablando otro idioma? Nadie pide dónde y cómo nacer y nadie debería de cambiar su manera de ser por querer encajar en una sociedad y sentirse aceptado. El ser respetado debería ser intrínseco sin tener que fijarse de qué nacionalidad, género o religión es uno.

Estamos en una era irreversible de multiculturalismo. La migración no es un fenómeno de la globalización, pues éste se remonta desde los nómadas hasta las colonizaciones de nuevos continentes. Pero la globalización sí ha permitido que hoy en día el intercambio cultural se dé más fácilmente y que las personas puedan explorar y migrar a lugares que les ayuden a crecer personalmente. Esta multiculturalidad no va a ser echada atrás porque un grupo de personas sienten que sus tradiciones y privilegios están “siendo atacados”. 

Trabajemos en enseñar a los demás que haber crecido en un contexto cultural diferente no es pecado, pues todas somos personas que deberíamos ser respetadas por el simple hecho de ser humanos. Nuestros derechos terminan hasta los que los de los otros empiezan, y la violencia en cualquier contexto es inaceptable. Luchemos para que en las próximas generaciones abunde la solidaridad sobre el odio y la división.

LOS JUEGOS DEL HAMBRE EN ESTADOS UNIDOS

Comparte este artículo:

Hoy se define una de las contiendas más feroces y frontales en las elecciones de Estados Unidos, quizá también la que más pareja se ha mantenido en la percepción del voto. ¿La razón? Ninguno ha logrado construir un proyecto que satisfaga las exigencias de los poco más de 58 millones de indecisos.

Como analista, me resulta necesario realizar un estudio objetivo sobre el posible resultado que se concrete al final del día, pero como nunca antes, me es imposible nombrar a un ganador ante el punto porcentual que ubica- sin gran claridad- a Donald Trump en la delantera. Les comparto los 3 “distritos” que deberán conquistar para ganar la elección:

1. Las minorías

Las minorías han definido el rumbo de los debates y spots en los que han participado ambos candidatos. Por un lado, Trump decidió iniciar su discurso rumbo a la presidencia atacando a la minoría con mayor representación en Estados Unidos: los latinos.

Por el otro, Hillary ha navegado entre mesura y apoyo intenso al mismo sector de la población. Lo interesante es que California (55), Texas (38), Florida (29) y Nueva York (29) son los Estados con mayor presencia de minorías dando un total de 151 electores y a su vez los que más aportan a la contienda, de ahí que la relevancia de éste sector sea por demás trascendental. Además, Illinois, el Estado con gran presencia de latinos, aporta otros 20 electores.

2.Los indecisos

El poco más de 18% de indecisos en Estados Unidos, con una representación poblacional de más de 58 millones de estadounidenses, juega un rol clave en la carga de la balanza. Para ello tengo dos vertientes que conforman este sector de electores:

 




A) Los indecisos tenderían a inclinarse por las ideas nacionalistas de Trump, pero no estarían dispuestos a expresarlas antes de la votación, razón por la que éste porcentaje se inclinaría en favor del magnate neoyorquino.

B) El porcentaje se inclinará por las personas que decidan salir a votar, es decir, la balanza será en favor de uno u otro dependiendo de qué sectores salgan a votar. Si salen a votar los latinos ganará Hillary Clinton, si salen a votar zonas rurales se inclinará en favor de Trump.

3.Factor Obama

A pesar de la indiscutible popularidad de Barack Obama y a la fascinación que causa su esposa Michelle cada que aparece en público, la realidad es que los Obama dejan la Casa Blanca con un nivel de aprobación muy por debajo de las expectativas creadas alrededor de su reelección.

Sin embargo, han sido utilizados constantemente en los mensajes que Hillary Clinton emite en su campaña. ¿El motivo principal? Barack Obama obtuvo la reelección ganando los Estados que mayor cantidad de electores tenían en el país.

Al decidir no deslindarse del factor Obama, Hillary se arriesga a que el presidente más popular del mundo tenga un voto decisivo en las elecciones de hoy, habrá que esperar para saber si fue un arma con la que mató o con la que fue sepultada.

Sin duda alguna estamos presenciando un choque de titanes, por un lado, la posibilidad de tener a la primera presidenta en la historia de la nación más poderosa del mundo y por el otro, a un showman que fue capaz de transitar del loco que se llenaba la boca de disparates, al candidato con serias posibilidades de ganar y construir una nueva posición global para Estados Unidos.

 




 

¿A quién deberíamos preferir en México? A ninguno y al que sea. Aún no tenemos- y no sé si algún día sucederá- la influencia suficiente para definir las elecciones del país vecino, lo que sí tenemos es la obligación total de asumir el trabajo que nos toca para hacer de México un país que año tras año dependa cada vez menos de Estados Unidos y cada vez más de sí mismo.

______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”