La situación política en Venezuela ha alcanzado un punto crítico en vísperas de la controvertida toma de posesión de Nicolás Maduro, prevista para este 10 de enero. El régimen ha intensificado su campaña de represión contra figuras opositoras y ha lanzado acusaciones contra líderes internacionales que han expresado su apoyo a la oposición
venezolana.
Diosdado Cabello, ministro de Interior y Justicia, anunció la distribución de carteles de “se busca” con los rostros de expresidentes latinoamericanos, incluyendo a los mexicanos Vicente Fox y Felipe Calderón, a quienes calificó de “delincuentes” por su respaldo al líder opositor Edmundo González Urrutia.
En paralelo, la oposiciónvenezolana, encabezada por González Urrutia y María Corina Machado, ha convocado a movilizaciones masivas en Caracas para desafiar la legitimidad de Maduro.
Machado, quien llevaba meses en la clandestinidad, reapareció públicamente en una concentración en Chacao, proclamando: “No tenemos miedo”.
La represión interna se ha intensificado en los días previos a la ceremonia. El excandidato presidencial opositor Enrique Márquez fue detenido bajo acusaciones de planear un “golpe de Estado” durante la toma de posesión.
El gobierno venezolano también ha arrestado a varios extranjeros, a quienes tilda de “mercenarios” involucrados en conspiraciones desestabilizadoras.