La Otra Pandemia: El Desempleo

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En los últimos dos meses, el pueblo mexicano se ha visto en la forzosa necesidad de enfrentarse a la ya conocida pandemia mundial de Covid – 19. Sin embargo, a pesar de la existencia de esta enfermedad y de la severidad de la misma, existen otros problemas que aquejan a los mexicanos. Entre ellos: una tasa de desempleo que no para de crecer. 

Pareciera que se trátase de otra pandemia, pero en el último mes los niveles de desempleo han experimentado una pendiente incluso mayor que la del número de contagiados. A la fecha, en México se tiene conocimiento de 27,634 casos de coronavirus. Sin embargo, de acuerdo a Banxico la cifra de desempleados ya supera los 700 mil. 

Para darnos una idea del panorama completo, es importante señalar que en el 2019 a nivel nacional se generaron 342,077 empleos formales. Esto quiere decir que en “lo que ha durado” la crisis del coronavirus en nuestro país, más del doble de los empleos generados en el año pasado se han perdido. Las repercusiones de esto son innumerables. Y es que además de lo difícil que se ha tornado la situación, muchos mexicanos han tenido que elegir entre su derecho a la salud y su derecho al trabajo. 

La pregunta aquí es, ¿de qué se van a sostener los hogares de los 700 mil mexicanos que se quedaron sin empleo? Y por otra parte, ¿cómo afrontaran la pandemia? 

En esfuerzos por negociar respecto a medidas para promover la reactivación económica, el Consejo Coordinador Empresarial presentó en días pasados un plan con diez puntos a seguir. Tristemente, esto solo dejo ver que preponderantemente quien ha tomado la iniciativa por hacer algo ante esta situación y sus posibles repercusiones, es el sector privado. Por parte de la Administración Pública Federal se habla de un fondo de 3 millones de pesos para apoyar, a través de créditos de 25 mil pesos tanto a empresas formales como informales. Siendo muy honestos, ¿qué nomina de empleados se cubre con 25 mil pesos? 

Hay una particularidad muy significativa en los comunicados e incluso en los discursos que vemos día a día. Desde que todo esto comenzó pareciera que hay una “guerra” por motivar o hacer creer que todas las empresas son grandes emporios o grupos de renombre. Para hacerle frente a la crisis actual es necesario que eso se desmienta. México se sostiene, realmente, de las pequeñas y medianas empresas. Específicamente para efectos del ámbito laboral, estas empresas generan el doble de empleos que las grandes empresas. Las cifras van más allá de los diez millones de empleos. Con esto podemos deducir, que si desprotegemos a los negocios pequeños, desprotegemos al país entero. 

Por otra parte, la falta de incentivos y apoyos a negocios de las categorías anteriormente mencionadas, podría derivar en mayores niveles de desempleo a los que ya se han visto. Y por ende, en un declive aún mayor de lo que se prevé para la economía nacional (7%). Desmotivar a las empresas y fomentar la incertidumbre solo promueve que más mexicanos se vean afectados por decisiones no asertivas por parte del Gobierno Federal. 

En estos momentos de crisis y antes de que se deteriore más la confianza hacia las autoridades e instituciones federales por parte del pueblo mexicano, es indispensable que haya una responsiva de cero tolerancia hacia las violaciones a los derechos humanos. Lo anterior, acompañado de una perspectiva de unión y por supuesto, de la implementación de todos los mecanismos que se consideren necesarios a fin de aminorar la contracción económica.  

#Desaprendamos: Los roles que matan

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El conflicto de la disparidad de género se ve presente sin importar las condiciones por las que pasen México o el mundo. La violencia doméstica sucede en momentos de crisis o en momentos rutinarios; la discriminación a la mujer en el acceso a las oportunidades sucede también sin respetar circunstancia.

Es así que, a pesar de los momentos difíciles actuales, la discriminación y la violencia contra la mujer continúan. La violencia doméstica se ha agudizado según lo comentó a principios de abril Phumzile Mlambo-Ngcuka, la directora ejecutiva de UN Women. Ella hace referencia a que las líneas de ayuda en Singapur y en Chipre registraron un aumento del 30 por ciento en las llamadas de emergencia, desde el inicio del confinamiento. Este fenómeno respalda uno de los fundamentos de la lucha feminista que sostiene que los autores de crímenes de odio contra las mujeres son en la mayoría de los casos, seres cercanos a la víctima; lo que hace de este tipo de violencia, un problema explícitamente de género. 

¿Pero de dónde viene todo esto?

 La desigualdad y el riesgo de sufrir de violencia de género tienen su origen en los roles fijos que determinan las circunstancias bajo las cuales viven las mujeres, que tienden a asociarse con una sumisión a la figura masculina. Esta disparidad comienza a estudiarse al emplearse por primera vez el concepto de “género” en 1968 en la literatura de Robert Stoller que trata la diferencia entre sexo como carácter biológico y el género como carácter social (por lo tanto, aprendido). A partir de aquí, se entiende el concepto como el resultado de un sistema que la sociedad ha adoptado como parte de la norma, que retrasa y limita los planes que las mujeres tienen para sus vidas, pero que no tiene ningún fundamento irrevocable.

Al hablar de una problemática social tan profunda, cuyas raíces yacen en la desigualdad de acceso a oportunidades educativas, laborales, y de desarrollo general para las mujeres; la desventaja en la que se estas se encuentran las afecta por medio de casi todas las actividades donde podrían involucrarse, incluyendo la arena política. Hay muy pocas mujeres en este ambiente, las mujeres representaron porcentajes menores al 4 por ciento respecto a los hombres, en la función como alcaldesas de diversos municipios de México del año de 1986, al 2006. También, en estudios realizados el año pasado por las Naciones Unidas, se mostró que el 90 por ciento de los Jefes de Estado y de Gobierno, eran hombres. Y es que la desventaja sistémica para el sexo femenino en la política no es solo el resultado de la falta de oportunidad a su disposición, sino de una deliberada traba por parte del sistema en el que se vive. La Dra. Pamela Campa, experta en Economía de Género, y actual profesora de la Stockholm School of Economics, mencionó en una conferencia de la el año pasado en que el hecho de ver rara vez a una mujer resultar victoriosa en contiendas de elección popular, desmotiva a otras mujeres a aspirar a ser contendientes en el futuro. También habló acerca de la trampa visual que se utiliza constantemente en diferentes países y en contiendas a diferentes niveles de gobierno. En algunas boletas para elecciones, los candidatos se acomodan en el orden alfabético de la inicial de su apellido; y conociendo este principio, muchas de las mujeres postuladas tienen -de manera coincidente- un apellido que inicia con las últimas letras del abecedario, lo que las convierte en las candidatas posicionadas en los últimos lugares de la boleta, y sin prioridad visual para quien vota. Situaciones como esta, demuestran la desigualdad estructural que daña y lastima la lucha por igualdad de derechos entre mujeres y hombres. 

Leamos sobre teoría feminista, entendamos la lógica detrás de los comportamientos que la sociedad ha adoptado y que (a pesar de que esta no sea la intención explícita), oprimen y lastiman a las mujeres. Estimulemos el desarrollo y la inclusión, apreciemos los esfuerzos por la preparación profesional de las mujeres, y aceptemos que la relación entre los géneros, debe ser una relación de cooperación y fortaleza, no una relación de poder.

Doña Roberta agitando el avispero

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Roberta Jacobson, ex embajadora de Estados Unidos en México, declaró a Proceso que el gobierno de Calderón tenía conocimiento de las andadas del tristemente célebre Genaro García Luna como empleado y aliado del Cartel de Sinaloa en su cargo como Secretario de Seguridad Pública.

Esto sin duda, causó un revuelo internacional, inesperado y que profundiza la rivalidad entre las facciones del expresidente y Andrés Manuel.

En la entrevista realizada por el periodista J. Jesús Esquivel, Jacobson negó que EU haya omitido alguna acción en contra de García Luna dado que, en sus palabras, el gobierno mexicano sabía lo mismo o más que ellos.  

Tras un silencio de día y medio y una carta publicada en twitter por el expresidente, donde -obviamente- negaba todo, la ex funcionaria norteamericana salió a aclarar lo que dijo: “No contaba con información corroborada” sobre los rumores que se tenían de García Luna, sin embargo, “había que procederse con cuidado siempre cuando se habla con funcionarios”.

Las palabras de Jacobson reflejan la profunda desconfianza que tiene Estados Unidos sobre el actuar de nuestros funcionarios y aún más la fragilidad de los interlocutores, pues García Luna, así como hablaba con ella y la DEA, así lo hacía con la familia Zambada.

La narcoguerra de Calderón, además de ineficaz y los innumerables muertos que nos costó, tiene como moño el que su hombre de mayor confianza recibía sobornos. Lo cual deja muy parada su “estrategia” y su futuro en “México Libre”.

También, la entrevista llega en un momento tenso para la causa de García Luna en juicio aún y francamente aporta poco al caso más que tweets, cachondeo de notas para los periodistas, un expresidente indignado y una exembajadora bastante tibia queriéndose zafar del show en el que solita se metió. 

García Luna tendrá que declarar en la Corte y las pruebas seguirán llegando. Ahí el expresidente, la exembajadora y todos lo que trabajaron con él tendrán que hablar de frente, sin tibiezas, sin declaraciones de aviento la piedra y escondo la mano, sin cartitas y sin twittear.

Las incongruencias del COVID-19

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Mientras los “Servidores de la Nación” trabajan de puerta en puerta, de llamada en llamada telefónica, para colocar en dos días 200 mil créditos a la palabra en las zonas urbanas del Estado de México, Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y Puebla, las autoridades de diferentes instancias de los tres niveles de gobierno, siguen alegremente con declaraciones contradictorias que no ayudan a entender cual es la verdadera situación de la pandemia en México. 

Mientras la Secretaría de Salud y Asistencia Pública, estima que había 104 mil 562 casos positivos de Covid-19 en el País, hasta la semana 15 de la epidemia, es decir, del 5 al 11 de abril, (¿quien sabe porque hasta hoy sueltan una información vieja de 3 semanas?), la sub secretaria de la misma dependencia, la que está en manos del mago de las proyecciones, reporta que al día 3 de mayo, ayer, había 23,471 contagiados, de los cuales ya fallecieron 2,154. 

El índice de mortalidad resulta bastante distinto según los números de contagiados. Lastima que el número reportado por la SSA resulta de extrapolación estadística y no de pruebas reales aplicadas para detectar los casos de contagio. Pruebas que fueron frenadas por la incapacidad de conseguir los reactivos necesarios, y cuando se había logrado conseguirlos, la autoridad federal la detuvo. ¿Porqué? 

Mientras el Dr. López Gatell anuncia el pico de contagiados para el 6 de mayo, aquí en Nuevo León, el secretario de salud, Dr. Manuel de la O, lo pronostica para final del mes de mayo. ¿3 semanas de diferencia sobre qué bases? Y obviamente, pide que el confinamiento se extienda hasta esta fecha. ¿Habrá medido las consecuencias económicas de tal recomendación? 

A nivel nacional, se incluyeron en las actividades esenciales la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el tren maya. Para esta obras, no se detiene la actividad. Imitando el ganso mayor, el alcalde de San Pedro Garza García, el independiente Miguel Treviño, está a punto de ordenar la reanudación de las obras públicas municipales, básicamente la terminación de los parques públicos. 

¿Será que los albañiles y contratistas de la obra privada en el municipio no comen o no tienen también necesidad apremiante de regularizar su actividad y sus ingresos? Y, el secretario de salud de manifestar su rechazo, sin poder impedir la decisión del alcalde. 

El Covid-19 está exhibiendo una muestra de las incongruencias de la administración pública. Incongruencias que no disminuirán el número de fatalidades de este difícil episodio histórico que vive el país, junto con el resto del planeta. 

#EspacioPúblico: “Te doy la mano, sin miedo”

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“Oye Lalo, tenemos una lista de cosas que necesitamos hacer y ya sabes que el médico nos tiene prohibido salir. ¿Nos podrías dar la mano?”.  Esa fue la llamada que recibí hace unos días.

Mis tíos Güero y Juany viven solos, son adultos mayores, sus hijos viven en otras ciudades y no tienen más familiares en la ciudad. Razones suficientes para salir de mi aislamiento social con las debidas precauciones y regresarles la paz.

Sin preguntar de manera específica cuáles eran sus necesidades por resolver, definimos una hora para mi visita. Llegué a la hora justa y ya mi tío me esperaba afuera de su casa con mascarilla, guantes, un bote de gel antibacterial, otro bote con cloro rebajado en agua y una lista de pendientes que incluían transacciones bancarias, pagos de servicios y, por supuesto, medicamentos y la lista del supermercado. Mi tía permaneció en el interior de la casa siguiendo al pie de la letra las instrucciones de su médico. 

Entre sucursales bancarias cerradas, tener que buscar cajeros multiservicios funcionando, ir a una farmacia específica que surte su arsenal de medicamentos y hacer una lista de supermercado con productos que no son los que habitualmente compro, la tarea me llevó casi tres horas. 

Entregué los pendientes resueltos y me puse a la orden para ayudar en cualquier otra preocupación. Me despedí sin los abrazos habituales, pero viendo que la tranquilidad regresaba a los azules ojos de Güero. 

¿Cuántas personas habrá en la ciudad que requieran ayuda en estos momentos y no lo sabemos?
¿Cuántas personas habrá que estén dispuestas a ayudar y tampoco lo sabemos?

No solo las personas mayores están pasando por momentos difíciles. Hay mucha gente sin empleo, los negocios pequeños sufren la falta de clientes, las familias pueden pasar momentos de ansiedad, la violencia doméstica se pude agravar y la desinformación en la que se vive la pandemia puede llevar a malas decisiones. 

Personas y organizaciones con estas preocupaciones, se han dado a la tarea de enfocar su tiempo y recursos para crear diversas alternativas que mitiguen los efectos de la pandemia.

Por ejemplo, por parte de la sociedad civil,  www.ayudamutuamty.mx surge como una plataforma ciudadana para conectar a quienes necesitan ayuda y a quienes pueden darla, https://apoya.cic.mx/ recibe apoyos en especie y promueve el voluntariado y https://comunidar.org/unirydar/ llega como la respuesta del empresariado regiomontano para afrontar la crisis, apoyando con equipo médico, ayuda económica a personas en situación vulnerable y, en su momento, buscará reactivar la economía lo más pronto posible.

Por el lado de gobierno, el municipio de Escobedo implementa www.escobedoencasa.com como una opción para apoyar el comercio local entre los mismos vecinos del municipio y pone a disposición una herramienta de emergencia para que mujeres que lo requieran estén seguras en casos de violencia doméstica. 

Me pareció muy importante saber de estas iniciativas, pero lo más valioso fue ver que se siga dando valor a lo comunitario independientemente del asilamiento que impide las interacciones en centros de trabajo o en el espacio público cercano como son la cuadra, el barrio o la colonia. 

Este es un buen momento para saber si conocemos a nuestros vecinos, para llamar a quienes tenemos tiempo de no saber de ellos, para buscar alternativas de ayuda y para poner en marcha la creatividad. Las contingencias no se resuelven de manera individual, siempre han sido una labor colectiva. 

Güero y Juany hoy están tranquilos en su casa y yo estoy tranquilo en la mía sabiendo que no les falta nada y que cuando necesiten resolver algo me pueden llamar. Y también estoy tranquilo sabiendo que existe una comunidad que está dispuesta a ayudar y se están creando los medios para hacerlo. Cuando el contacto físico pone en riesgo la salud, dar la mano cobra su verdadero sentido.

El Programa Anticorrupción del Gobierno Federal

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El treinta de agosto del 2019 se publicó en el DOF el Programa Nacional de Combate a la Corrupción y a la Impunidad, y de Mejora de la Gestión Pública 2019-2024 (PNCCI o  Programa Anticorrupción) del Presidente López Obrador. En esta entrega se analizará dicho programa. En primer término, con relación al fundamento jurídico para su expedición; posteriormente, en un aspecto de honestidad intelectual en cuanto a la cita de una fuente; y, finalmente, sobre si el PNCCI cuenta con un enfoque de derechos humanos, de acuerdo con las directrices de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El Programa Anticorrupción se sustenta en la obligación del Ejecutivo Federal de emitir, a más tardar el 30 de agosto del primer año de gobierno, un programa en el que se establezcan “(…) los criterios generales para promover el uso eficiente de los recursos humanos y materiales de la Administración Pública Federal (…)” (art. 61 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria). No obstante, dicha norma no es fundamento para un programa específico de combate a la corrupción. Esto es así, porque con la reforma constitucional de 2015 la facultad de diseñar la política anticorrupción del país corresponde al Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción (arts. 113 CPEUM y 9º, fracción III de la Ley General del SNA). Esperemos que no haya conflictos en la implementación del PNCCI y la Política Nacional Anticorrupción y los programas que de ella se deriven, porque este choque sería el mejor de los escenarios para las redes de corrupción que operan en el país.

Por otro lado, con relación a la honestidad en la cita de las fuentes utilizadas en el Programa Anticorrupción, es de señalarse que en él se parte de conceptualizar a la corrupción como “(…) una forma específica de dominación social sustentada en un diferencial de poder estructural en la que predominan el abuso, la impunidad y la apropiación indebida de los recursos de la ciudadanía” (PNCCI 2019: 3). Este concepto de corrupción se denomina “corrupción estructural” y fue delineado por la actual Secretaria de la Función Pública, Dra. Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, en su artículo From “Institutional” to “Structural” Corruption: Rethinking Accountability in a World of Public-Private Partnerships (2013). En este trabajo la Dra. Sandoval invita a trascender el enfoque micro organizacional de la corrupción, resumido en la fórmula de Klitgaard conocida como “corrupción es igual a monopolio del agente público (o de la acción pública) más discrecionalidad menos rendición de cuentas” (11). La Dra. Sandoval afirma en su investigación: “I define ‘structural corruption‘ as a specific form of social domination characterized by abuse, simulation, and misappropriation of resources arising from a pronounced differential in structural power“. (9). ¿Puede el Ejecutivo Federal usar una idea tomada de un libro de su Secretaria de la Función Pública sin darle crédito? Contundentemente no. No puede hacerlo aunque ella esté jerárquicamente subordinada al Presidente de la República. En cualquier institución educativa esto sería considerado un acto de deshonestidad académica.

Ahora pasemos a estudiar si el PNCCI cuenta con un enfoque de derechos humanos (EDDHH). Ya en mi colaboración anterior había sintetizado las directrices de la CIDH que se derivan de su documento Corrupción y derechos humanos: Estándares interamericanos (2019). Por cuestiones de espacio solamente me centraré en tres aspectos: Primero, en uno meramente formal consistente en el número de veces que se expresan las palabras derechos humanos en el Programa Anticorrupción; segundo, en analizar el PNCCI buscando si las víctimas de la corrupción están colocadas en el centro de dicho programa; y, por último, si el programa cuenta con un enfoque de género.

Muy difícilmente podría afirmarse que un programa anticorrupción cuenta con un EDDHH, si en él se expresan solamente en 3 ocasiones las palabras “derechos humanos”. Más aún, en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, del cual se deriva el PNCCI, se explicitan las palabras “derechos humanos” únicamente 9 veces. Puede aducirse que esto es una mera observación formal, pero considero que evidencia más bien el desdén en el enfoque de derechos humanos que debe tener toda política anticorrupción y, desde luego, los programas que de ella se deriven.

En segundo lugar, “el principio orientador y el punto de partida de toda política pública anticorrupción se asienta en la consideración de la centralidad de las víctimas de la corrupción” (CIDH 2019: 189). Me pregunto, ¿puede decirse que el PNCCI coloca en el centro de sus estrategias a las víctimas de la corrupción cuando no hay una sola mención relacionada con la reparación integral para las víctimas directas, indirectas y para la sociedad en su conjunto como se indica por parte de la CIDH? La respuesta sin duda es negativa. El Programa Anticorrupción no coloca en el centro de su acción a las víctimas de la corrupción. Si bien las tiene en cuenta en sus instrumentos de medición, no considera estrategia prioritaria o actividad puntual alguna en donde se contemple la reparación integral de las víctimas directas e indirectas de la corrupción. De hecho, cuando en el PNCCI se expresan los efectos de la corrupción en la sociedad no hay una sola mención sobre la violación de derechos humanos y, por ende, tampoco considera estrategias o actividades para la reparación integral de las personas víctimas de las diversas expresiones de la corrupción en nuestro país. En resumen, una política integral de reparaciones desde el EDDHH implica, según afirma la CIDH, dos dimensiones: i) “investigar, restituir, rehabilitar e indemnizar a las víctimas directas” y ii) “promover la justicia y fortalecer el estado democrático de derecho” (CIDH 2018: 64). Aunque pudiera contar con lo segundo como un presupuesto metodológico genérico, no tiene una sola estrategia o acción para la restitución, rehabilitación e indemnización de las víctimas de la corrupción.

Finalmente, uno de los principios que debe atender una política anticorrupción con enfoque de derechos humanos es la “inclusión de la perspectiva de género y diversidad” (CIDH 2019). Este enfoque, en cualquier política pública con EDDHH implica tres obligaciones al momento de la definición de las decisiones de política pública: en primer lugar, considerar el impacto diferenciado que puedan tener las medidas adoptadas en hombres y en mujeres; en segundo lugar, la inclusión de la opinión de ambos géneros, particularmente de las mujeres, en todas las etapas del ciclo de política pública; y, en tercer lugar, en qué medida las acciones adoptadas contribuirán a disminuir las brechas entre mujeres y hombres (CIDH 2018: 32). En otras palabras, y concentrado en la inclusión del enfoque de género, este principio debe promover “(…) que los grupos marginados o excluidos del disfrute de sus derechos sean identificados y que se formulen políticas que corrijan positivamente las desigualdades sociales para garantizar la realización universal de los derechos” (IPPDH 2014: 26). En el PNICC no hay una sola estrategia, ni siquiera una consideración de problema público, en donde se tome en cuenta a las mujeres y el impacto diferenciado que tiene la corrupción en ellas (ni siquier se menciona la palabra mujer o mujeres en el documento); en ese sentido, no se considera el análisis, ni aun exploratorio, de una muy preocupante cara de la corrupción que afecta desporporcionadamente a niñas y mujeres: la sextorsión (TI 2020).

En resumen, el Programa Anticorrupción del Ejecutivo Federal (2019-2024) tiene un fundamento jurídico cuestionable, tomando en cuenta la previsión constitucional de una sola política nacional anticorrupción; parte de una falla de honestidad intelectual al no reconocer la fuente del concepto de corrupción estructural del cual parte; y, finalmente, no tiene un enfoque de derechos humanos porque apenas menciona en tres ocasiones las palabras “derechos humanos”; no coloca en su centro a las víctimas directas o indirectas de la corrupción, dado que no propone mecanismos de reparación integral y, por último, no incluye una perpsectiva de género en su definición del problema, conceptualización del problema y tampoco en sus estrategias y sus acciones.

Fuentes consultadas.

CIDH. 2019. Corrupción y derechos humanos: Estándares interamericanos. OEA/Ser. L/V/II, doc. 236, 6 de diciembre, español.

CIDH. 2018. Políticas públicas con enfoque de derechos humanos. OEA/Ser.L/V/II.,

doc. 191, 15 de septiembre, español.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Última reforma publicada DOF 06-03-2020.

Instituto de Políticas Públicas de Derechos Humanos del MERCOSUR (IPPDH). 2014. Ganar derechos. Lineamientos para la formulación de políticas públicas basadas en derechos. Disponible en: http://www.ippdh.mercosur.int/wp-content/uploads/2014/12/GanarDerechos_Lineamientos1.pdf (consultado el 2 de mayo del 2020).

Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. Última reforma publicada DOF 19-11-2019.

Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción. Publicada DOF 18 de julio de 2016.

SANDOVAL-BALLESTEROS Irma E. 2013. “From ‘Institutional’ to ‘Structural’ Corruption: Rethinking Accountability in a World of Public-Private Partnerships”. En Edmond J. Safra Working Papers, No. 33. Disponible en: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2370576 (consultado el 2 de mayo del 2020).

SECRETARÍA DE ECONOMÍA. 2019. Programa Nacional de Combate a la Corrupción y a la Impunidad, y de Mejora de la Gestión Pública 2019-2024. DOF 30-08-2019.

Transparency International (TI). 2020. Breaking the silence around sextortion. The links between power, sex and corruption. Disponible en: https://www.transparency.org/whatwedo/publication/breaking_the_silence_around_sextortion (consultado el 2 de mayo del 2020).

Contrapeso o Mera Formalidad

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Desde el 27 de febrero de 2020, nuestro País se encuentra en una lucha sin cuartel contra un enemigo peligroso, silencioso y a veces letal al que resulta imperativo derrotar denominado COVID-19.

Aunque al día de hoy, el panorama aparentemente es alentador en comparación con lo que experimentaron otros países como Italia, España, Estados Unidos, etc., los mexicanos debemos seguir preparados y no bajar la guardia, pues todavía no ha pasado la peor parte de esta batalla.

Sin embargo, como en todas las batallas, esta situación ha vuelto patente algunas de nuestras fortalezas, como por ejemplo la solidaridad que internacionalmente nos ha sido reconocida y que ha sido pieza fundamental en esta lucha, pues entre todos hemos apoyado siguiendo las recomendaciones de aislamiento voluntario, sana distancia, ayuda entre vecinos, apoyos alimentarios, donaciones de sangre, entre otras.

Por su parte, también se han evidenciado algunas de nuestras flaquezas, dentro de las cuales identifico como la más destacada la fragilidad material de nuestro sistema de división de poderes.

Sobre todo, tratándose del servilismo villano que el poder Legislativo realiza para el poder Ejecutivo en las Entidades federativas y la Federación.

Al respecto, en nuestro País el principio de división de poderes se encuentra en el artículo 49 de la Constitución y esencialmente tutela que el poder público para su ejercicio se dividirá en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Dicho principio, históricamente tiene su base en los postulados de Aristóteles, Locke, y Montesquieu, quienes advirtieron la necesidad de dividir el poder público a fin de impedir su abuso, generando contrapesos pues solo el poder puede detener al poder.

Y es que hoy, al igual que hace 272 años vale la pena preguntarnos “cómo un gobierno puede no ser tiránico si el encargado de hacer ejecutar las leyes es al mismo tiempo el legislador”, “qué protección pueden tener los ciudadanos contra la arbitrariedad si en una sola mano se reúnen confundidos los poderes legislativo, ejecutivo y judicial” (El espíritu de las Leyes – Montesquieu).

Lo anterior, pues si bien es cierto, en nuestro País la separación de poderes obedece a la necesidad de contar con contrapesos, equilibrio y erradicar la arbitrariedad en el ejercicio del poder público y; aunque formalmente cumplimos con el referido principio al contar con un Presidente de la República, Cámara de Diputados (federal) Cámara de Senadores y Juzgadores, así como Gobernadores y Legislaturas Locales, la realidad es que materialmente el poder Legislativo a nivel federal y en las Entidades federativas resultan una mera o insignificante formalidad para la aprobación de determinadas acciones del poder Ejecutivo.

Esto, pues basta observar cómo esta pandemia que hoy nos aqueja ha sido un nicho de oportunidad para el titular del poder Ejecutivo federal proponiendo realizar modificaciones al presupuesto y para los titulares de los Ejecutivos estatales solicitando endeudamientos y ejerciendo acciones que desde su redacción se advierte que no necesariamente servirán para contrarrestar al COVID-19 y que han sido aprobadas, o lo serán, sin debatir, razonar u opinar por los poderes Legislativos.

Evidenciando así, la fragilidad material de nuestro sistema de división de poderes, en tanto el poder Legislativo más que un verdadero contrapeso que sirva para enriquecer las decisiones y el ejercicio del poder público, se ha convertido en un paso más que el Ejecutivo debe realizar antes de ejercer determinada acción.

Siendo oportuno precisar, que tampoco se trata de enfrentar ambos poderes como muchos legisladores de oposición (respectivamente) realizan su función, sino por el contrario, de enriquecer la toma de decisiones.

Ante esto, como ciudadanos resulta válido preguntarnos si verdaderamente nuestros Diputados Locales, Diputados Federales y Senadores ejercen un contrapeso o bien, si únicamente resultan una formalidad necesaria.

Finalmente, los legisladores deben tomar en cuenta que pertenecer a un partido político o grupo parlamentario nunca puede significar renunciar a su indormia o capacidad de razonar.

¿Y mañana qué?

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Bien dijo Pascal que la infelicidad del hombre se basa sólo en una cosa: que es incapaz de quedarse quieto en su habitación. Hoy nos damos cuenta que habemos muchos muy vacíos de alma; alma que explota en un momento tan complejo como este.

Sabemos que esto terminará, probablemente más tarde de lo que creemos, pero reafirmo que las calles que están hoy desiertas volverán a llenarse, abandonaremos nuestras trincheras de guerra quienes vivimos esto como tal, saldremos con los ojos iluminados de nuevo por luz, una luz diferente a la de las pantallas de celular, una luz verdadera, la que se asoma por tu ventana.

Pero, ¿será acaso que los que saldremos ese día seremos los mismos?, ¿qué tan diferente será el mundo? Hoy sabemos qué pasa, qué hay que hacer, pero ¿y mañana qué?

No es ningún engaño decir que inclusive antes de la pandemia existían voces que nos llamaban a pausar un poco, reflexionar sobre qué habíamos hecho mal como sociedad y qué cambios estábamos obligados a hacer desde diversos ámbitos.

Para crisis podemos poner un sinfín de ejemplos, y cada uno aglomera una serie de enseñanzas, desde los sismos, las guerras… hasta las pandemias. Hoy somos parte, desde mi perspectiva, de la posición de víctima y victimario. Durante décadas hemos inclinado la balanza a una estructura que castiga y agrava las consecuencias de dichas crisis teniendo como prácticas la reducción en el gasto dentro de muchas áreas, esto es parte de las políticas mal-llamadas “neoliberales” (la discusión de porqué digo que está mal utilizada esta expresión será para después).

Vivimos en un país que tan solo este año, de acuerdo al Presupuesto de Egresos de la Federación, ha recortado la inversión pública en la educación (-62%), la salud (-35%), el abastecimiento de agua potable (-11.2%), las comunicaciones y transportes (-17.6%); todo esto SOLAMENTE, repito, de un año a otro. Es increíble que contemos con una representación que tenga una cara hipócritamente de izquierda, con un cuerpo y entrañas “neoliberales“, enflacando cada vez más al gobierno.

A todo esto, y sin tratar de desviarme, mi punto regresa a decir que la pandemia nos ha dejado ver el otro lado de la globalización, un mundo tan conectado pero tan distante, tan cercano pero tan ajeno. Hoy queremos un futuro más parecido al pasado que hoy parece tan lejano.

¿Y mañana?

Lo que sucede hoy ya está, ya sucede y ya es nuestra realidad. Muy seguramente permanecerá ahí por los próximos años, será inevitable no traerlo a colación cada que nos veamos, no nos cansaremos de contarlo a nuestros hijos y nietos en el futuro. Mismo futuro que ya referimos hoy sin saber cómo será.

Están por un lado quienes opinan que este será el fin de una era, fin del capitalismo y la globalización como la conocemos; pero por otro lado están quienes creen que sucederá todo lo contrario, que será no menos que el regreso triunfal de la estructura que no ha dejado de funcionar en por lo menos los últimos 100 años.

Están también quienes creen que este será el inicio de regímenes más autoritarios, pero también quienes creen que se retomará la confianza en la democracia. Los que sueñan con un mañana brillante con una definición de ciudadano mucho más empoderado y los que leen los versículos del Apocalipsis en sus historias de Instagram.

Si me preguntan, he leído de todo, he encontrado argumentos muy sólidos desde varios lados, pero no puedo colocarme dentro de una definición correcta de qué es lo que pasará mañana. No lo sé.

Los cuestionamientos

John Stuart Mill, uno de los primeros filósofos ecologistas y economistas, describió en su libro Principios de economía política (1848) lo que llamaba una “economía de Estado estacionario“, esto como respuesta a lo que podría sustituir el aumento del nivel material como fundamento de la sociedad. Es decir, Mill reconoció el peligro de la sobrepoblación, por lo que la producción y el consumo dejarían de ser objetivo prioritario, ocasionando la reducción en la cantidad de seres humanos. “Un mundo lleno de seres humanos carecería de parejas floridos y de una vida salvaje“, decía. Esta es una de las ideas más utópicas que he leído, no obstante, no hay un fin para el crecimiento y las consecuencias del mismo, tal como lo planteaba en la teoría, ¿es la expansión sostenible indefinidamente? No sabremos de las consecuencias en el cambio climático, en las desigualdades, las rivalidades geopolíticas, en fin.

El enemigo silencioso para nuestra sangre, sudor y lágrimas

Bien dicen que los grandes asesinos de la historia de la humanidad son las bacterias, los virus y lo que han provocado a lo largo de nuestra existencia. Desde el sarampión hasta el sida o VIH. En septiembre del año pasado la Organización Mundial de la Salud publicó un informe en el que alertaba del riesgo potencial que se produjera una pandemia, y cuan profetas 2 meses después surgiría este nuevo coronavirus SARS-Cov-2.

La crisis que vivimos no es financiera, aquí no hay una disputa por dinero en los bancos, no hay una gota que derramara el vaso, pero lo que sí hay es una guerra, y hoy la vivimos; así el 2020 tiene un inicio del conflicto pero no habrá el registro de un fin. Y es que cuando un ser humano se encuentra andando por el estrecho camino de la vida y la muerte, su visión, prioridades, principios y su moral pueden cambiar radicalmente. Hoy no existen.

Una guerra es la que vivimos y hoy las palabras que pronunciaría Churchill no serían contra el fascismo, sino contra un virus y una enfermedad, un enemigo letal y silencioso. Más aún, hoy quedarían fuera de lugar estas frases luego de darnos cuenta cuán diminutos y débiles somos, siendo que el camino y pensamiento antropocéntrico ese momento debe quedar en el olvido. Un humano tiene un valor menor al que imaginamos, tal vez. Aunque dudo cambie nuestro pensamiento en el corto plazo.

Por supuesto, habrá quienes sufrirán más o menos de esta situación. Habrá quienes lo pierdan todo y quienes lo ganen en su lugar.

Somos diminutos

Hablando de cómo se ha vivido esta etapa de confinamiento, hemos sido bombardeados de recomendaciones y concursos de productividad, de libros, series, películas, idiomas que aprender, nuevas habilidades. Ignorando la posición desde la que enfrentamos la situación, suponiendo que todos vivimos en la misma burbuja. Esta competencia solo nos ha provocado una especie de preferencia a ese sentimiento provocado por la saturación de productividad, ante el sentimiento de vacío. Es decir, antes muero saturado que sólo.

Entre todas estas recomendaciones deberían existir aquellas que te inviten más al autoconomiento, al autocuidado, al manejo de las emociones para quienes nos arrinconamos en la desesperación y la incertidumbre.

Solo pensemos que tal vez debería ser importante saber en un futuro las consecuencias que tendrá esto en nosotros todo. Los casos de ansiedad y depresión que han aumentado, los lentos suicidios que ocurrirán de un tiempo a otro. Toda una generación que será afectada psicológicamente después de estos meses. ¿Qué cambiará en nosotros a la larga?

Entonces, si queremos un futuro diferente no creo que extrañar el pasado sea la mejor idea, ese pasado que hoy vemos tan lejano. Un pasado en donde la única normalidad era la crisis. Una crisis hoy infinitamente más deseable que otra.

Es difícil augurar un futuro preciso teniendo tantas nubes de emociones y pensamientos poco claros en nuestras mentes y lo digo por todos. Hoy no diferenciamos utopías de distopías, sino pánico y miedo de la realidad. Las divisiones que están en nuestro presente son producto de tantas circunstancias que hoy se han destapado por estas cegueras. No nos queda más que darle nombre a lo que vivimos y al cómo lo vivimos: llorar, gritar, escribir, dibujar. Pero todo esto a la vez de informarse y luchar, cada uno desde su trinchera.

La pandemia nos invita a pensar en que existen salidas, tan heroicas como las queramos, de la mano de una bata y un estetoscopio. Dignas de personajes épicos es que se está librando una batalla donde las armas las tienen quienes están en el frente de batalla. Donde lo único que tenemos nosotros, los no indispensables, es un litro de alcohol en gel, otro de whisky, un rollo de papel de baño y muchas horas de Netflix. Tal vez estamos obligados a pensarnos colectivamente, cooperativa y solidariamenteexigiendo una nueva realidad para todos. Pero no, hoy somos incapaces de quedarnos en casa, cuan ególatras y débiles que somos.

Lo que queda claro es que algo se quebró fuertemente en nuestro modo de existir y emergen así oportunidades para pensar y pensarnos distintos. Por un largo tiempo los abrazos y los besos, tan necesarios como son, tendrán que esperar, tendremos que ser distantes, pero no por ello deberá suceder menos amor.

Entonces… ¿y mañana qué? Supongo que por el mañana nos preocupamos después. Hoy solo queda citar de nuevo a Pascal y señalar lo infelices que somos por ser incapaces de quedarnos quietos en cuatro paredes y esperar que nada vuelva a la normalidad.

#Kleroterion: “¿Patriotas o separatistas?”

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De cara a la elección del 2021 y en plena pandemia algunos actores políticos se van con todo y le suben el tono a la confrontación política.

Distintos actores entre los que se cuentan gobernadores, senadores, diputados federales, diputados locales, militantes de partidos políticos entre otros, no esconden sus deseos y promueven la separación de país. 

Esta clase política piensa que los 30 millones de personas que votaron por este gobierno no estaban preparados para emitir su voto y pretenden imponer su juicio.

Tanto se han envalentonado que ya echaron a andar su maquinaria propagandística y son ya varios los portales y medios de comunicación que han publicado diversos reportajes haciendo eco de sus intentos separatistas.  

Es un momento tan crítico en la historia del país, los herederos de Santa Anna le apuestan a dividirnos en lugar de cerrar filas.

Su ambición los ha llevado incluso a filtrar encuestas que inflan su movimiento y a impulsar tendencias en redes sociales como el llamado “Nortexit”. 

Una parodia que plantea la fantasía política que persiguen: la separación de los estados del norte y sur de México.

Esta es la apuesta sin escrúpulos  de estos actores políticos que en lugar de unirnos en estos momentos difíciles opta por  esparcir odio y hablar de separatismo.

Quienes lo promueven pretenden que tú y yo renunciemos a todo lo que significa México para seguirlos a ellos. 

Porque no hablan por Nuevo León ni por la gente de sus estados, hablan por ellos y por su ambición política.  

¿Te imaginas renunciando a tu identidad y a nuestra cultura milenaria?

¿Estarías dispuesto cambiar de colores, a olvidarte de tu comida y tus raíces?

¿consideras cambiar tu historia y nunca volver a cantar tu himno?

Todo esto por seguirlos a ellos y la locura que representan. 

Esa es la oferta de quienes en medio de esta guerra contra el COVID, el enemigo invisible…

Ellos en lugar de ser patriotas… Prefieren el lado equivocado de la historia y deciden convertirse en separatistas.

¿Y tú de qué lado estás…. Del de los patriotas o del de los separatistas?

Aciertos y desaciertos en la acción política para la mitigación de la Pandemia por Covid-19 del gobierno de Lopez Obrador

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En un contexto de pandemia, los países -y sus jefes de Estado- toman principal importancia, ya que sus decisiones afectarán en el panorama social, económico y de salud de sus respectivos territorios y del mundo. Juzgando por los resultados actuales, muy pocos líderes de la comunidad internacional han atacado la situación de la mejor manera. 

Para determinar si cualquier jefe de Estado estaría haciendo un buen trabajo enfrentando la pandemia, tendrían que estar presentes políticas públicas para mantener estables las esferas principales para el bienestar de cualquier población -durante este contexto-: social, económica y de salud. 

Definitivamente, no podemos calificar las acciones para mitigar los efectos negativos del Covid-19 con una escala arbitraría del 1 al 100, o de una calificación de “bien” o “mal”. 

Los comentarios del mandatario mexicano comenzaron desde antes de que el virus llegara a México. Para principios de marzo, AMLO ya empezaba a abordar el tema del covid-19. Pero no lo hacía de una manera preocupaba, al contrario, el presidente se refería a la -entonces- epidemia como una enfermedad más, una enfermedad que “no era tan letal como dicen“. Inclusive, en contra del consenso científico que ya estaba preocupado por la certera pandemia que se veía venir, el presidente mexicano promovía que nos diéramos abrazos. La actitud del presidente mexicano parecía de burla; casi incrédulo a la veracidad de a pandemia, o incluso apático hacia esta. 

Fue hasta mediados de marzo, cuando la pandemia llegó a México, que el presidente comenzó a tomar el tema -un poco- más serio. Aún contando con cierto repele hacia los científicos y tecnócratas, y a la sorpresa de muchos, AMLO decidió delegar al subsecretario de salud Hugo López-Gatell como máximo vocero del gobierno mexicano ante la llegada de la pandemia a territorio mexicano. Entregarle el poder de acción a un científico como López-Gatell, especializado en epidemiología, parece haber sido un acierto para el plan de acción del presidente. 

Sin embargo, faltaron solo un par de días para que, el mismo presidente que habría mostrado un poco de sensatez al otorgarle la batuta a un científico, se mostrara muy despreocupado mordiendo la mejilla de una niña en una de sus visitas en el estado de Guererro. 

Una muestra de cinismo, ignorancia, o ambos, por parte de un mandatario de la segunda economía más grande de América Latina. Esta actitud no es exclusiva a temas discursivos y de propaganda oficial, peor aún, se encuentra la misma actitud en un tema tan importante como el económico. Un tema que, por sí solo, ya cuenta con desaciertos importantes. 

El presidente ha mostrado poca empatía, al menos con acciones específicas, con las personas que estarán más afectadas debido a los efectos negativos de la pandemia en la economía. Poca empatía, hacia esas pequeñas y medianas empresas que no podrán seguir adelante, no podrán pagar a sus empleados, y posiblemente quedarán en quiebra después de la pandemia. 

Recientemente, el presidente Lopez Obrador, presentó un plan económico (un tema para otra ocasión), el cual fue descrito por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) como “decepcionante”. Decepcionante debido al poco cambio a las medidas que ya se venían planeando y realizando desde la toma de la presidencia por parte de AMLO. Es decir, la exposición del plan económico para mitigar los efectos económicos negativos del covid-19, resultó siendo más un informe de lo que este gobierno ha estado planeando implementar desde el día 1. Poco apoyo fiscal a las pequeñas y medianas empresas, aunado a la ausencia de un plan social certero contra el desempleo pos-covid, son las principales razones para pensar que el presidente mexicano no ha alcanzado un acierto -aún- en materia económica pos-covid. 

El manejo tan ineficaz de la pandemia no es exclusivo a México. Mandatarios como Boris Johnson, de Reino Unido, Bolsonaro, de Brasil y -por supuesto- Donald Trump de Estados Unidos, todos han tenido sus episodios de cinismo e ignorancia con sus planes para el control eficaz de la pandemia. Sin embargo, aún y con todos estos personajes en la carrera contra el covid, AMLO no se queda atrás, demostrando que el presidente de México confía más en amuletos protectores, que en políticas públicas tangibles pensadas para la mitigación del contagio del covid 19 y sus repercusiones negativas en la esfera económica y social. 

Fuentes: 

BBC 

Al-jazeera

NY Times