Las incongruencias del COVID-19

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Mientras los “Servidores de la Nación” trabajan de puerta en puerta, de llamada en llamada telefónica, para colocar en dos días 200 mil créditos a la palabra en las zonas urbanas del Estado de México, Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y Puebla, las autoridades de diferentes instancias de los tres niveles de gobierno, siguen alegremente con declaraciones contradictorias que no ayudan a entender cual es la verdadera situación de la pandemia en México. 

Mientras la Secretaría de Salud y Asistencia Pública, estima que había 104 mil 562 casos positivos de Covid-19 en el País, hasta la semana 15 de la epidemia, es decir, del 5 al 11 de abril, (¿quien sabe porque hasta hoy sueltan una información vieja de 3 semanas?), la sub secretaria de la misma dependencia, la que está en manos del mago de las proyecciones, reporta que al día 3 de mayo, ayer, había 23,471 contagiados, de los cuales ya fallecieron 2,154. 

El índice de mortalidad resulta bastante distinto según los números de contagiados. Lastima que el número reportado por la SSA resulta de extrapolación estadística y no de pruebas reales aplicadas para detectar los casos de contagio. Pruebas que fueron frenadas por la incapacidad de conseguir los reactivos necesarios, y cuando se había logrado conseguirlos, la autoridad federal la detuvo. ¿Porqué? 

Mientras el Dr. López Gatell anuncia el pico de contagiados para el 6 de mayo, aquí en Nuevo León, el secretario de salud, Dr. Manuel de la O, lo pronostica para final del mes de mayo. ¿3 semanas de diferencia sobre qué bases? Y obviamente, pide que el confinamiento se extienda hasta esta fecha. ¿Habrá medido las consecuencias económicas de tal recomendación? 

A nivel nacional, se incluyeron en las actividades esenciales la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el tren maya. Para esta obras, no se detiene la actividad. Imitando el ganso mayor, el alcalde de San Pedro Garza García, el independiente Miguel Treviño, está a punto de ordenar la reanudación de las obras públicas municipales, básicamente la terminación de los parques públicos. 

¿Será que los albañiles y contratistas de la obra privada en el municipio no comen o no tienen también necesidad apremiante de regularizar su actividad y sus ingresos? Y, el secretario de salud de manifestar su rechazo, sin poder impedir la decisión del alcalde. 

El Covid-19 está exhibiendo una muestra de las incongruencias de la administración pública. Incongruencias que no disminuirán el número de fatalidades de este difícil episodio histórico que vive el país, junto con el resto del planeta. 

#EspacioPúblico: “Te doy la mano, sin miedo”

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“Oye Lalo, tenemos una lista de cosas que necesitamos hacer y ya sabes que el médico nos tiene prohibido salir. ¿Nos podrías dar la mano?”.  Esa fue la llamada que recibí hace unos días.

Mis tíos Güero y Juany viven solos, son adultos mayores, sus hijos viven en otras ciudades y no tienen más familiares en la ciudad. Razones suficientes para salir de mi aislamiento social con las debidas precauciones y regresarles la paz.

Sin preguntar de manera específica cuáles eran sus necesidades por resolver, definimos una hora para mi visita. Llegué a la hora justa y ya mi tío me esperaba afuera de su casa con mascarilla, guantes, un bote de gel antibacterial, otro bote con cloro rebajado en agua y una lista de pendientes que incluían transacciones bancarias, pagos de servicios y, por supuesto, medicamentos y la lista del supermercado. Mi tía permaneció en el interior de la casa siguiendo al pie de la letra las instrucciones de su médico. 

Entre sucursales bancarias cerradas, tener que buscar cajeros multiservicios funcionando, ir a una farmacia específica que surte su arsenal de medicamentos y hacer una lista de supermercado con productos que no son los que habitualmente compro, la tarea me llevó casi tres horas. 

Entregué los pendientes resueltos y me puse a la orden para ayudar en cualquier otra preocupación. Me despedí sin los abrazos habituales, pero viendo que la tranquilidad regresaba a los azules ojos de Güero. 

¿Cuántas personas habrá en la ciudad que requieran ayuda en estos momentos y no lo sabemos?
¿Cuántas personas habrá que estén dispuestas a ayudar y tampoco lo sabemos?

No solo las personas mayores están pasando por momentos difíciles. Hay mucha gente sin empleo, los negocios pequeños sufren la falta de clientes, las familias pueden pasar momentos de ansiedad, la violencia doméstica se pude agravar y la desinformación en la que se vive la pandemia puede llevar a malas decisiones. 

Personas y organizaciones con estas preocupaciones, se han dado a la tarea de enfocar su tiempo y recursos para crear diversas alternativas que mitiguen los efectos de la pandemia.

Por ejemplo, por parte de la sociedad civil,  www.ayudamutuamty.mx surge como una plataforma ciudadana para conectar a quienes necesitan ayuda y a quienes pueden darla, https://apoya.cic.mx/ recibe apoyos en especie y promueve el voluntariado y https://comunidar.org/unirydar/ llega como la respuesta del empresariado regiomontano para afrontar la crisis, apoyando con equipo médico, ayuda económica a personas en situación vulnerable y, en su momento, buscará reactivar la economía lo más pronto posible.

Por el lado de gobierno, el municipio de Escobedo implementa www.escobedoencasa.com como una opción para apoyar el comercio local entre los mismos vecinos del municipio y pone a disposición una herramienta de emergencia para que mujeres que lo requieran estén seguras en casos de violencia doméstica. 

Me pareció muy importante saber de estas iniciativas, pero lo más valioso fue ver que se siga dando valor a lo comunitario independientemente del asilamiento que impide las interacciones en centros de trabajo o en el espacio público cercano como son la cuadra, el barrio o la colonia. 

Este es un buen momento para saber si conocemos a nuestros vecinos, para llamar a quienes tenemos tiempo de no saber de ellos, para buscar alternativas de ayuda y para poner en marcha la creatividad. Las contingencias no se resuelven de manera individual, siempre han sido una labor colectiva. 

Güero y Juany hoy están tranquilos en su casa y yo estoy tranquilo en la mía sabiendo que no les falta nada y que cuando necesiten resolver algo me pueden llamar. Y también estoy tranquilo sabiendo que existe una comunidad que está dispuesta a ayudar y se están creando los medios para hacerlo. Cuando el contacto físico pone en riesgo la salud, dar la mano cobra su verdadero sentido.

El Programa Anticorrupción del Gobierno Federal

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El treinta de agosto del 2019 se publicó en el DOF el Programa Nacional de Combate a la Corrupción y a la Impunidad, y de Mejora de la Gestión Pública 2019-2024 (PNCCI o  Programa Anticorrupción) del Presidente López Obrador. En esta entrega se analizará dicho programa. En primer término, con relación al fundamento jurídico para su expedición; posteriormente, en un aspecto de honestidad intelectual en cuanto a la cita de una fuente; y, finalmente, sobre si el PNCCI cuenta con un enfoque de derechos humanos, de acuerdo con las directrices de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El Programa Anticorrupción se sustenta en la obligación del Ejecutivo Federal de emitir, a más tardar el 30 de agosto del primer año de gobierno, un programa en el que se establezcan “(…) los criterios generales para promover el uso eficiente de los recursos humanos y materiales de la Administración Pública Federal (…)” (art. 61 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria). No obstante, dicha norma no es fundamento para un programa específico de combate a la corrupción. Esto es así, porque con la reforma constitucional de 2015 la facultad de diseñar la política anticorrupción del país corresponde al Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción (arts. 113 CPEUM y 9º, fracción III de la Ley General del SNA). Esperemos que no haya conflictos en la implementación del PNCCI y la Política Nacional Anticorrupción y los programas que de ella se deriven, porque este choque sería el mejor de los escenarios para las redes de corrupción que operan en el país.

Por otro lado, con relación a la honestidad en la cita de las fuentes utilizadas en el Programa Anticorrupción, es de señalarse que en él se parte de conceptualizar a la corrupción como “(…) una forma específica de dominación social sustentada en un diferencial de poder estructural en la que predominan el abuso, la impunidad y la apropiación indebida de los recursos de la ciudadanía” (PNCCI 2019: 3). Este concepto de corrupción se denomina “corrupción estructural” y fue delineado por la actual Secretaria de la Función Pública, Dra. Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, en su artículo From “Institutional” to “Structural” Corruption: Rethinking Accountability in a World of Public-Private Partnerships (2013). En este trabajo la Dra. Sandoval invita a trascender el enfoque micro organizacional de la corrupción, resumido en la fórmula de Klitgaard conocida como “corrupción es igual a monopolio del agente público (o de la acción pública) más discrecionalidad menos rendición de cuentas” (11). La Dra. Sandoval afirma en su investigación: “I define ‘structural corruption‘ as a specific form of social domination characterized by abuse, simulation, and misappropriation of resources arising from a pronounced differential in structural power“. (9). ¿Puede el Ejecutivo Federal usar una idea tomada de un libro de su Secretaria de la Función Pública sin darle crédito? Contundentemente no. No puede hacerlo aunque ella esté jerárquicamente subordinada al Presidente de la República. En cualquier institución educativa esto sería considerado un acto de deshonestidad académica.

Ahora pasemos a estudiar si el PNCCI cuenta con un enfoque de derechos humanos (EDDHH). Ya en mi colaboración anterior había sintetizado las directrices de la CIDH que se derivan de su documento Corrupción y derechos humanos: Estándares interamericanos (2019). Por cuestiones de espacio solamente me centraré en tres aspectos: Primero, en uno meramente formal consistente en el número de veces que se expresan las palabras derechos humanos en el Programa Anticorrupción; segundo, en analizar el PNCCI buscando si las víctimas de la corrupción están colocadas en el centro de dicho programa; y, por último, si el programa cuenta con un enfoque de género.

Muy difícilmente podría afirmarse que un programa anticorrupción cuenta con un EDDHH, si en él se expresan solamente en 3 ocasiones las palabras “derechos humanos”. Más aún, en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, del cual se deriva el PNCCI, se explicitan las palabras “derechos humanos” únicamente 9 veces. Puede aducirse que esto es una mera observación formal, pero considero que evidencia más bien el desdén en el enfoque de derechos humanos que debe tener toda política anticorrupción y, desde luego, los programas que de ella se deriven.

En segundo lugar, “el principio orientador y el punto de partida de toda política pública anticorrupción se asienta en la consideración de la centralidad de las víctimas de la corrupción” (CIDH 2019: 189). Me pregunto, ¿puede decirse que el PNCCI coloca en el centro de sus estrategias a las víctimas de la corrupción cuando no hay una sola mención relacionada con la reparación integral para las víctimas directas, indirectas y para la sociedad en su conjunto como se indica por parte de la CIDH? La respuesta sin duda es negativa. El Programa Anticorrupción no coloca en el centro de su acción a las víctimas de la corrupción. Si bien las tiene en cuenta en sus instrumentos de medición, no considera estrategia prioritaria o actividad puntual alguna en donde se contemple la reparación integral de las víctimas directas e indirectas de la corrupción. De hecho, cuando en el PNCCI se expresan los efectos de la corrupción en la sociedad no hay una sola mención sobre la violación de derechos humanos y, por ende, tampoco considera estrategias o actividades para la reparación integral de las personas víctimas de las diversas expresiones de la corrupción en nuestro país. En resumen, una política integral de reparaciones desde el EDDHH implica, según afirma la CIDH, dos dimensiones: i) “investigar, restituir, rehabilitar e indemnizar a las víctimas directas” y ii) “promover la justicia y fortalecer el estado democrático de derecho” (CIDH 2018: 64). Aunque pudiera contar con lo segundo como un presupuesto metodológico genérico, no tiene una sola estrategia o acción para la restitución, rehabilitación e indemnización de las víctimas de la corrupción.

Finalmente, uno de los principios que debe atender una política anticorrupción con enfoque de derechos humanos es la “inclusión de la perspectiva de género y diversidad” (CIDH 2019). Este enfoque, en cualquier política pública con EDDHH implica tres obligaciones al momento de la definición de las decisiones de política pública: en primer lugar, considerar el impacto diferenciado que puedan tener las medidas adoptadas en hombres y en mujeres; en segundo lugar, la inclusión de la opinión de ambos géneros, particularmente de las mujeres, en todas las etapas del ciclo de política pública; y, en tercer lugar, en qué medida las acciones adoptadas contribuirán a disminuir las brechas entre mujeres y hombres (CIDH 2018: 32). En otras palabras, y concentrado en la inclusión del enfoque de género, este principio debe promover “(…) que los grupos marginados o excluidos del disfrute de sus derechos sean identificados y que se formulen políticas que corrijan positivamente las desigualdades sociales para garantizar la realización universal de los derechos” (IPPDH 2014: 26). En el PNICC no hay una sola estrategia, ni siquiera una consideración de problema público, en donde se tome en cuenta a las mujeres y el impacto diferenciado que tiene la corrupción en ellas (ni siquier se menciona la palabra mujer o mujeres en el documento); en ese sentido, no se considera el análisis, ni aun exploratorio, de una muy preocupante cara de la corrupción que afecta desporporcionadamente a niñas y mujeres: la sextorsión (TI 2020).

En resumen, el Programa Anticorrupción del Ejecutivo Federal (2019-2024) tiene un fundamento jurídico cuestionable, tomando en cuenta la previsión constitucional de una sola política nacional anticorrupción; parte de una falla de honestidad intelectual al no reconocer la fuente del concepto de corrupción estructural del cual parte; y, finalmente, no tiene un enfoque de derechos humanos porque apenas menciona en tres ocasiones las palabras “derechos humanos”; no coloca en su centro a las víctimas directas o indirectas de la corrupción, dado que no propone mecanismos de reparación integral y, por último, no incluye una perpsectiva de género en su definición del problema, conceptualización del problema y tampoco en sus estrategias y sus acciones.

Fuentes consultadas.

CIDH. 2019. Corrupción y derechos humanos: Estándares interamericanos. OEA/Ser. L/V/II, doc. 236, 6 de diciembre, español.

CIDH. 2018. Políticas públicas con enfoque de derechos humanos. OEA/Ser.L/V/II.,

doc. 191, 15 de septiembre, español.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Última reforma publicada DOF 06-03-2020.

Instituto de Políticas Públicas de Derechos Humanos del MERCOSUR (IPPDH). 2014. Ganar derechos. Lineamientos para la formulación de políticas públicas basadas en derechos. Disponible en: http://www.ippdh.mercosur.int/wp-content/uploads/2014/12/GanarDerechos_Lineamientos1.pdf (consultado el 2 de mayo del 2020).

Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. Última reforma publicada DOF 19-11-2019.

Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción. Publicada DOF 18 de julio de 2016.

SANDOVAL-BALLESTEROS Irma E. 2013. “From ‘Institutional’ to ‘Structural’ Corruption: Rethinking Accountability in a World of Public-Private Partnerships”. En Edmond J. Safra Working Papers, No. 33. Disponible en: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2370576 (consultado el 2 de mayo del 2020).

SECRETARÍA DE ECONOMÍA. 2019. Programa Nacional de Combate a la Corrupción y a la Impunidad, y de Mejora de la Gestión Pública 2019-2024. DOF 30-08-2019.

Transparency International (TI). 2020. Breaking the silence around sextortion. The links between power, sex and corruption. Disponible en: https://www.transparency.org/whatwedo/publication/breaking_the_silence_around_sextortion (consultado el 2 de mayo del 2020).

Contrapeso o Mera Formalidad

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Desde el 27 de febrero de 2020, nuestro País se encuentra en una lucha sin cuartel contra un enemigo peligroso, silencioso y a veces letal al que resulta imperativo derrotar denominado COVID-19.

Aunque al día de hoy, el panorama aparentemente es alentador en comparación con lo que experimentaron otros países como Italia, España, Estados Unidos, etc., los mexicanos debemos seguir preparados y no bajar la guardia, pues todavía no ha pasado la peor parte de esta batalla.

Sin embargo, como en todas las batallas, esta situación ha vuelto patente algunas de nuestras fortalezas, como por ejemplo la solidaridad que internacionalmente nos ha sido reconocida y que ha sido pieza fundamental en esta lucha, pues entre todos hemos apoyado siguiendo las recomendaciones de aislamiento voluntario, sana distancia, ayuda entre vecinos, apoyos alimentarios, donaciones de sangre, entre otras.

Por su parte, también se han evidenciado algunas de nuestras flaquezas, dentro de las cuales identifico como la más destacada la fragilidad material de nuestro sistema de división de poderes.

Sobre todo, tratándose del servilismo villano que el poder Legislativo realiza para el poder Ejecutivo en las Entidades federativas y la Federación.

Al respecto, en nuestro País el principio de división de poderes se encuentra en el artículo 49 de la Constitución y esencialmente tutela que el poder público para su ejercicio se dividirá en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Dicho principio, históricamente tiene su base en los postulados de Aristóteles, Locke, y Montesquieu, quienes advirtieron la necesidad de dividir el poder público a fin de impedir su abuso, generando contrapesos pues solo el poder puede detener al poder.

Y es que hoy, al igual que hace 272 años vale la pena preguntarnos “cómo un gobierno puede no ser tiránico si el encargado de hacer ejecutar las leyes es al mismo tiempo el legislador”, “qué protección pueden tener los ciudadanos contra la arbitrariedad si en una sola mano se reúnen confundidos los poderes legislativo, ejecutivo y judicial” (El espíritu de las Leyes – Montesquieu).

Lo anterior, pues si bien es cierto, en nuestro País la separación de poderes obedece a la necesidad de contar con contrapesos, equilibrio y erradicar la arbitrariedad en el ejercicio del poder público y; aunque formalmente cumplimos con el referido principio al contar con un Presidente de la República, Cámara de Diputados (federal) Cámara de Senadores y Juzgadores, así como Gobernadores y Legislaturas Locales, la realidad es que materialmente el poder Legislativo a nivel federal y en las Entidades federativas resultan una mera o insignificante formalidad para la aprobación de determinadas acciones del poder Ejecutivo.

Esto, pues basta observar cómo esta pandemia que hoy nos aqueja ha sido un nicho de oportunidad para el titular del poder Ejecutivo federal proponiendo realizar modificaciones al presupuesto y para los titulares de los Ejecutivos estatales solicitando endeudamientos y ejerciendo acciones que desde su redacción se advierte que no necesariamente servirán para contrarrestar al COVID-19 y que han sido aprobadas, o lo serán, sin debatir, razonar u opinar por los poderes Legislativos.

Evidenciando así, la fragilidad material de nuestro sistema de división de poderes, en tanto el poder Legislativo más que un verdadero contrapeso que sirva para enriquecer las decisiones y el ejercicio del poder público, se ha convertido en un paso más que el Ejecutivo debe realizar antes de ejercer determinada acción.

Siendo oportuno precisar, que tampoco se trata de enfrentar ambos poderes como muchos legisladores de oposición (respectivamente) realizan su función, sino por el contrario, de enriquecer la toma de decisiones.

Ante esto, como ciudadanos resulta válido preguntarnos si verdaderamente nuestros Diputados Locales, Diputados Federales y Senadores ejercen un contrapeso o bien, si únicamente resultan una formalidad necesaria.

Finalmente, los legisladores deben tomar en cuenta que pertenecer a un partido político o grupo parlamentario nunca puede significar renunciar a su indormia o capacidad de razonar.

¿Y mañana qué?

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Bien dijo Pascal que la infelicidad del hombre se basa sólo en una cosa: que es incapaz de quedarse quieto en su habitación. Hoy nos damos cuenta que habemos muchos muy vacíos de alma; alma que explota en un momento tan complejo como este.

Sabemos que esto terminará, probablemente más tarde de lo que creemos, pero reafirmo que las calles que están hoy desiertas volverán a llenarse, abandonaremos nuestras trincheras de guerra quienes vivimos esto como tal, saldremos con los ojos iluminados de nuevo por luz, una luz diferente a la de las pantallas de celular, una luz verdadera, la que se asoma por tu ventana.

Pero, ¿será acaso que los que saldremos ese día seremos los mismos?, ¿qué tan diferente será el mundo? Hoy sabemos qué pasa, qué hay que hacer, pero ¿y mañana qué?

No es ningún engaño decir que inclusive antes de la pandemia existían voces que nos llamaban a pausar un poco, reflexionar sobre qué habíamos hecho mal como sociedad y qué cambios estábamos obligados a hacer desde diversos ámbitos.

Para crisis podemos poner un sinfín de ejemplos, y cada uno aglomera una serie de enseñanzas, desde los sismos, las guerras… hasta las pandemias. Hoy somos parte, desde mi perspectiva, de la posición de víctima y victimario. Durante décadas hemos inclinado la balanza a una estructura que castiga y agrava las consecuencias de dichas crisis teniendo como prácticas la reducción en el gasto dentro de muchas áreas, esto es parte de las políticas mal-llamadas “neoliberales” (la discusión de porqué digo que está mal utilizada esta expresión será para después).

Vivimos en un país que tan solo este año, de acuerdo al Presupuesto de Egresos de la Federación, ha recortado la inversión pública en la educación (-62%), la salud (-35%), el abastecimiento de agua potable (-11.2%), las comunicaciones y transportes (-17.6%); todo esto SOLAMENTE, repito, de un año a otro. Es increíble que contemos con una representación que tenga una cara hipócritamente de izquierda, con un cuerpo y entrañas “neoliberales“, enflacando cada vez más al gobierno.

A todo esto, y sin tratar de desviarme, mi punto regresa a decir que la pandemia nos ha dejado ver el otro lado de la globalización, un mundo tan conectado pero tan distante, tan cercano pero tan ajeno. Hoy queremos un futuro más parecido al pasado que hoy parece tan lejano.

¿Y mañana?

Lo que sucede hoy ya está, ya sucede y ya es nuestra realidad. Muy seguramente permanecerá ahí por los próximos años, será inevitable no traerlo a colación cada que nos veamos, no nos cansaremos de contarlo a nuestros hijos y nietos en el futuro. Mismo futuro que ya referimos hoy sin saber cómo será.

Están por un lado quienes opinan que este será el fin de una era, fin del capitalismo y la globalización como la conocemos; pero por otro lado están quienes creen que sucederá todo lo contrario, que será no menos que el regreso triunfal de la estructura que no ha dejado de funcionar en por lo menos los últimos 100 años.

Están también quienes creen que este será el inicio de regímenes más autoritarios, pero también quienes creen que se retomará la confianza en la democracia. Los que sueñan con un mañana brillante con una definición de ciudadano mucho más empoderado y los que leen los versículos del Apocalipsis en sus historias de Instagram.

Si me preguntan, he leído de todo, he encontrado argumentos muy sólidos desde varios lados, pero no puedo colocarme dentro de una definición correcta de qué es lo que pasará mañana. No lo sé.

Los cuestionamientos

John Stuart Mill, uno de los primeros filósofos ecologistas y economistas, describió en su libro Principios de economía política (1848) lo que llamaba una “economía de Estado estacionario“, esto como respuesta a lo que podría sustituir el aumento del nivel material como fundamento de la sociedad. Es decir, Mill reconoció el peligro de la sobrepoblación, por lo que la producción y el consumo dejarían de ser objetivo prioritario, ocasionando la reducción en la cantidad de seres humanos. “Un mundo lleno de seres humanos carecería de parejas floridos y de una vida salvaje“, decía. Esta es una de las ideas más utópicas que he leído, no obstante, no hay un fin para el crecimiento y las consecuencias del mismo, tal como lo planteaba en la teoría, ¿es la expansión sostenible indefinidamente? No sabremos de las consecuencias en el cambio climático, en las desigualdades, las rivalidades geopolíticas, en fin.

El enemigo silencioso para nuestra sangre, sudor y lágrimas

Bien dicen que los grandes asesinos de la historia de la humanidad son las bacterias, los virus y lo que han provocado a lo largo de nuestra existencia. Desde el sarampión hasta el sida o VIH. En septiembre del año pasado la Organización Mundial de la Salud publicó un informe en el que alertaba del riesgo potencial que se produjera una pandemia, y cuan profetas 2 meses después surgiría este nuevo coronavirus SARS-Cov-2.

La crisis que vivimos no es financiera, aquí no hay una disputa por dinero en los bancos, no hay una gota que derramara el vaso, pero lo que sí hay es una guerra, y hoy la vivimos; así el 2020 tiene un inicio del conflicto pero no habrá el registro de un fin. Y es que cuando un ser humano se encuentra andando por el estrecho camino de la vida y la muerte, su visión, prioridades, principios y su moral pueden cambiar radicalmente. Hoy no existen.

Una guerra es la que vivimos y hoy las palabras que pronunciaría Churchill no serían contra el fascismo, sino contra un virus y una enfermedad, un enemigo letal y silencioso. Más aún, hoy quedarían fuera de lugar estas frases luego de darnos cuenta cuán diminutos y débiles somos, siendo que el camino y pensamiento antropocéntrico ese momento debe quedar en el olvido. Un humano tiene un valor menor al que imaginamos, tal vez. Aunque dudo cambie nuestro pensamiento en el corto plazo.

Por supuesto, habrá quienes sufrirán más o menos de esta situación. Habrá quienes lo pierdan todo y quienes lo ganen en su lugar.

Somos diminutos

Hablando de cómo se ha vivido esta etapa de confinamiento, hemos sido bombardeados de recomendaciones y concursos de productividad, de libros, series, películas, idiomas que aprender, nuevas habilidades. Ignorando la posición desde la que enfrentamos la situación, suponiendo que todos vivimos en la misma burbuja. Esta competencia solo nos ha provocado una especie de preferencia a ese sentimiento provocado por la saturación de productividad, ante el sentimiento de vacío. Es decir, antes muero saturado que sólo.

Entre todas estas recomendaciones deberían existir aquellas que te inviten más al autoconomiento, al autocuidado, al manejo de las emociones para quienes nos arrinconamos en la desesperación y la incertidumbre.

Solo pensemos que tal vez debería ser importante saber en un futuro las consecuencias que tendrá esto en nosotros todo. Los casos de ansiedad y depresión que han aumentado, los lentos suicidios que ocurrirán de un tiempo a otro. Toda una generación que será afectada psicológicamente después de estos meses. ¿Qué cambiará en nosotros a la larga?

Entonces, si queremos un futuro diferente no creo que extrañar el pasado sea la mejor idea, ese pasado que hoy vemos tan lejano. Un pasado en donde la única normalidad era la crisis. Una crisis hoy infinitamente más deseable que otra.

Es difícil augurar un futuro preciso teniendo tantas nubes de emociones y pensamientos poco claros en nuestras mentes y lo digo por todos. Hoy no diferenciamos utopías de distopías, sino pánico y miedo de la realidad. Las divisiones que están en nuestro presente son producto de tantas circunstancias que hoy se han destapado por estas cegueras. No nos queda más que darle nombre a lo que vivimos y al cómo lo vivimos: llorar, gritar, escribir, dibujar. Pero todo esto a la vez de informarse y luchar, cada uno desde su trinchera.

La pandemia nos invita a pensar en que existen salidas, tan heroicas como las queramos, de la mano de una bata y un estetoscopio. Dignas de personajes épicos es que se está librando una batalla donde las armas las tienen quienes están en el frente de batalla. Donde lo único que tenemos nosotros, los no indispensables, es un litro de alcohol en gel, otro de whisky, un rollo de papel de baño y muchas horas de Netflix. Tal vez estamos obligados a pensarnos colectivamente, cooperativa y solidariamenteexigiendo una nueva realidad para todos. Pero no, hoy somos incapaces de quedarnos en casa, cuan ególatras y débiles que somos.

Lo que queda claro es que algo se quebró fuertemente en nuestro modo de existir y emergen así oportunidades para pensar y pensarnos distintos. Por un largo tiempo los abrazos y los besos, tan necesarios como son, tendrán que esperar, tendremos que ser distantes, pero no por ello deberá suceder menos amor.

Entonces… ¿y mañana qué? Supongo que por el mañana nos preocupamos después. Hoy solo queda citar de nuevo a Pascal y señalar lo infelices que somos por ser incapaces de quedarnos quietos en cuatro paredes y esperar que nada vuelva a la normalidad.

#Kleroterion: “¿Patriotas o separatistas?”

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De cara a la elección del 2021 y en plena pandemia algunos actores políticos se van con todo y le suben el tono a la confrontación política.

Distintos actores entre los que se cuentan gobernadores, senadores, diputados federales, diputados locales, militantes de partidos políticos entre otros, no esconden sus deseos y promueven la separación de país. 

Esta clase política piensa que los 30 millones de personas que votaron por este gobierno no estaban preparados para emitir su voto y pretenden imponer su juicio.

Tanto se han envalentonado que ya echaron a andar su maquinaria propagandística y son ya varios los portales y medios de comunicación que han publicado diversos reportajes haciendo eco de sus intentos separatistas.  

Es un momento tan crítico en la historia del país, los herederos de Santa Anna le apuestan a dividirnos en lugar de cerrar filas.

Su ambición los ha llevado incluso a filtrar encuestas que inflan su movimiento y a impulsar tendencias en redes sociales como el llamado “Nortexit”. 

Una parodia que plantea la fantasía política que persiguen: la separación de los estados del norte y sur de México.

Esta es la apuesta sin escrúpulos  de estos actores políticos que en lugar de unirnos en estos momentos difíciles opta por  esparcir odio y hablar de separatismo.

Quienes lo promueven pretenden que tú y yo renunciemos a todo lo que significa México para seguirlos a ellos. 

Porque no hablan por Nuevo León ni por la gente de sus estados, hablan por ellos y por su ambición política.  

¿Te imaginas renunciando a tu identidad y a nuestra cultura milenaria?

¿Estarías dispuesto cambiar de colores, a olvidarte de tu comida y tus raíces?

¿consideras cambiar tu historia y nunca volver a cantar tu himno?

Todo esto por seguirlos a ellos y la locura que representan. 

Esa es la oferta de quienes en medio de esta guerra contra el COVID, el enemigo invisible…

Ellos en lugar de ser patriotas… Prefieren el lado equivocado de la historia y deciden convertirse en separatistas.

¿Y tú de qué lado estás…. Del de los patriotas o del de los separatistas?

Aciertos y desaciertos en la acción política para la mitigación de la Pandemia por Covid-19 del gobierno de Lopez Obrador

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En un contexto de pandemia, los países -y sus jefes de Estado- toman principal importancia, ya que sus decisiones afectarán en el panorama social, económico y de salud de sus respectivos territorios y del mundo. Juzgando por los resultados actuales, muy pocos líderes de la comunidad internacional han atacado la situación de la mejor manera. 

Para determinar si cualquier jefe de Estado estaría haciendo un buen trabajo enfrentando la pandemia, tendrían que estar presentes políticas públicas para mantener estables las esferas principales para el bienestar de cualquier población -durante este contexto-: social, económica y de salud. 

Definitivamente, no podemos calificar las acciones para mitigar los efectos negativos del Covid-19 con una escala arbitraría del 1 al 100, o de una calificación de “bien” o “mal”. 

Los comentarios del mandatario mexicano comenzaron desde antes de que el virus llegara a México. Para principios de marzo, AMLO ya empezaba a abordar el tema del covid-19. Pero no lo hacía de una manera preocupaba, al contrario, el presidente se refería a la -entonces- epidemia como una enfermedad más, una enfermedad que “no era tan letal como dicen“. Inclusive, en contra del consenso científico que ya estaba preocupado por la certera pandemia que se veía venir, el presidente mexicano promovía que nos diéramos abrazos. La actitud del presidente mexicano parecía de burla; casi incrédulo a la veracidad de a pandemia, o incluso apático hacia esta. 

Fue hasta mediados de marzo, cuando la pandemia llegó a México, que el presidente comenzó a tomar el tema -un poco- más serio. Aún contando con cierto repele hacia los científicos y tecnócratas, y a la sorpresa de muchos, AMLO decidió delegar al subsecretario de salud Hugo López-Gatell como máximo vocero del gobierno mexicano ante la llegada de la pandemia a territorio mexicano. Entregarle el poder de acción a un científico como López-Gatell, especializado en epidemiología, parece haber sido un acierto para el plan de acción del presidente. 

Sin embargo, faltaron solo un par de días para que, el mismo presidente que habría mostrado un poco de sensatez al otorgarle la batuta a un científico, se mostrara muy despreocupado mordiendo la mejilla de una niña en una de sus visitas en el estado de Guererro. 

Una muestra de cinismo, ignorancia, o ambos, por parte de un mandatario de la segunda economía más grande de América Latina. Esta actitud no es exclusiva a temas discursivos y de propaganda oficial, peor aún, se encuentra la misma actitud en un tema tan importante como el económico. Un tema que, por sí solo, ya cuenta con desaciertos importantes. 

El presidente ha mostrado poca empatía, al menos con acciones específicas, con las personas que estarán más afectadas debido a los efectos negativos de la pandemia en la economía. Poca empatía, hacia esas pequeñas y medianas empresas que no podrán seguir adelante, no podrán pagar a sus empleados, y posiblemente quedarán en quiebra después de la pandemia. 

Recientemente, el presidente Lopez Obrador, presentó un plan económico (un tema para otra ocasión), el cual fue descrito por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) como “decepcionante”. Decepcionante debido al poco cambio a las medidas que ya se venían planeando y realizando desde la toma de la presidencia por parte de AMLO. Es decir, la exposición del plan económico para mitigar los efectos económicos negativos del covid-19, resultó siendo más un informe de lo que este gobierno ha estado planeando implementar desde el día 1. Poco apoyo fiscal a las pequeñas y medianas empresas, aunado a la ausencia de un plan social certero contra el desempleo pos-covid, son las principales razones para pensar que el presidente mexicano no ha alcanzado un acierto -aún- en materia económica pos-covid. 

El manejo tan ineficaz de la pandemia no es exclusivo a México. Mandatarios como Boris Johnson, de Reino Unido, Bolsonaro, de Brasil y -por supuesto- Donald Trump de Estados Unidos, todos han tenido sus episodios de cinismo e ignorancia con sus planes para el control eficaz de la pandemia. Sin embargo, aún y con todos estos personajes en la carrera contra el covid, AMLO no se queda atrás, demostrando que el presidente de México confía más en amuletos protectores, que en políticas públicas tangibles pensadas para la mitigación del contagio del covid 19 y sus repercusiones negativas en la esfera económica y social. 

Fuentes: 

BBC 

Al-jazeera

NY Times

Los “moditos” de AMLO

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El domingo 26 de abril, se anunció por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un acuerdo para brindar créditos que se pondrán a la disposición de 30 mil MiPyMes mexicanas por hasta 12 mil millones de dólares. Dicho acuerdo fue negociado e impulsado por el Consejo Coordinador empresarial (CCE) y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN). 

El Banco Interamericano de Desarrollo, se dedica a financiar gobiernos y empresas en las Américas. Gracias a dicho acuerdo, A través del BID, se logrará obtener líneas de crédito para hacer factoraje y fortalecer las cadenas de valor e impedir la parálisis económica ante la recesión que se aproxima. 

Cabe señalar que, para dicho acuerdo, no se demanda ningún aval por parte del gobierno mexicano, así que la deuda y las garantías son únicamente de las empresas, y por protocolo solo se busca que el gobierno esté enterado. 

Una excelente noticia para las empresas mexicanas, algo que se debe de aplaudir y reconocer a quienes impulsaron dicha acción. Pero el que no aplaude o mejor dicho no lo entiende, es nada más y nada menos, que nuestro presidente MALO digo… AMLO. 

Cegado por sus ideales de combatir la desigualdad en el país a través de programas sociales (regalando el dinero), que lo único que hacen es satisfacer necesidades momentáneas y NO acabando con la pobreza. 

No ha logrado entender que este tipo de acciones son las que debería de buscar e impulsar el gobierno federal, el ayudar a las empresas mexicanas con estrategias o planes reales. Y como el gobierno federal no ha sido capaz de siquiera imaginar las consecuencias que esta crisis nos puede ocasionar si no hacemos algo, fue la iniciativa privada la que tuvo que buscar una alternativa para blindar y proteger los negocios del país.

La convocatoria siempre será privilegio del presidente, pero si el mandatario se decide a no ejercerla y rehúye a escuchar empresarios, legisladores, gobernadores o a cualquier otro actor que influye, alguien buscará la otra salida y este acuerdo es claro ejemplo. 

El tamaño del reto ante el descalabro sanitario y económico más dramático del último siglo, nunca podrá ser tarea de un solo hombre, el trazar todo un plan de rescate para un país, es imposible tener las respuestas a todos los retos que surgen. Es por ello que AMLO no puede seguir gobernando desde su soledad con ideales prehistóricos. Así que una vez más te lo pedimos ¡Despierta AMLO!

Oposición en tiempos de Coronavirus

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Como cualquier otro asunto público que acapara la discusión y urgencia nacional, las medidas para controlar y mitigar los efectos de la pandemia de Coronavirus COVID-19 en México también han entrado al complejo campo de la política. En todos los Congresos locales, la Cámara de Diputados, el Senado de la República, redes sociales y mensajes en medios de comunicación, la oposición tomó una postura de ataque contra el Gobierno Federal. Durante las primeras semanas, hemos visto a actores políticos de la oposición día con día tomar acciones frontales contra las medidas en materia salud, ya sea sobre los modelos de vigilancia epidemiológica, los datos proporcionados, los mensajes técnicos, las iniciativas en el legislativo con el contexto actual, etc. No me malinterpreten, considero imperativa la obligación de análisis, crítica y propuestas de la oposición, ellos son los que tienen una labor fundamental de estar siempre pendientes y exigentes con las acciones del gobierno en turno contra el COVID-19. Sin embargo, en diversas ocasiones, la información y narrativa que muchas veces utilizaba la oposición parecían provenientes de una actitud colérica en lugar de una labor responsable. 

Ante todo esto, surge una pregunta obligada: ¿Cuál debe ser el papel de la oposición durante esta emergencia? Para poder responder esta pregunta, es importante hacer una lectura sobre Portugal y su situación política en estos días de emergencia. En dicho país, el gobierno en el poder es uno identificado con el socialismo, cuyas medidas de administración y gestión sanitaria han sido calificadas como efectivas, y es interesante el rol de la oposición política portuguesa en esta ecuación, ya que el Partido Social Demócrata y los partidos de derecha, iniciaron una estrategia de colaboración con el gobierno. ¿esto se ha traducido en impunidad y falta de crítica? no, simplemente apostaron a la unidad nacional ante una situación sin precedentes. Esta emergencia esta siendo una oportunidad para que la oposición logre generar mayor legitimidad social en ese país, incluso, el líder opositor Rui Rio en un comunicado mencionó que “No es patriótico criticar en estos momentos al Gobierno”. Como bien retrata la editorial del periódico español “El País” del 25 de abril respecto la situación política de Portugal: “toda la oposición ha adoptado desde el primer momento -incluso antes de que empezaran a producirse fallecidos- una actitud crítica, pero un límite claro y explícito: la necesidad de unidad en torno al Gobierno para superar una potencial situación dramática para el país”. Si hacemos un ejercicio comparativo en México, el comportamiento político de la oposición es completamente distinto, y nos da una sensación de que los diversos sectores opositores han aprovechado la emergencia nacional para intentar  capitalizarse y ante embates de sectores empresariales y partidos, es claro que existe una brecha  muy grande entre el gobierno federal y su oposición, sin abonar al dialogo, apostándole solo a la confrontación, como escribió Lorenzo Meyer: “suponer que hoy en México un líder de la derecha decidiera apelar a la ética y al patriotismo de sus correligionarios para convocarlos a desactivar temporalmente los ataques al gobierno que debe hacer frente a una emergencia nacional, es tanto como suponer que se puede arar en el mar”.

Resulta desconcertante ver que todo el sector opositor es reactivo y no proactivo, ya que pareciera que se oponen por el simple hecho de oponerse, sin mayor consenso o ejercicio político. Considero fundamental e imperativo ver un nuevo papel y desarrollo de aquellos opositores, no podemos esperar que todo  falle para decir “se los dije”, al contrario, su trabajo es contribuir a la buena administración de la crisis sanitaria que vivimos, ello sin menoscabar su papel crítico y de vigilancia. 

Sobre los métodos y aspectos generales de este sector, creo que es importante retomar el análisis que Steven Levitksy y Daniel Ziblatt hicieron respecto a la situación de Estados Unidos en su obra How Democracies Die, que si bien, existen diferencias, podemos vislumbrar similitudes y aprendizajes. En dicho país, el Partido Demócrata ha sido fuertemente criticado por la ausencia de una estrategia agresiva contra el Partido Republicano, a diferencia de México, en nuestro vecino del norte, la oposición no ha utilizado los mismo métodos que el partido en el poder utiliza contra ellos, “deberían luchar como republicanos” dicen algunos. Para Levitsky y Ziblatt, realizar una estrategia política de este tipo es errada, ya que “estarían jugando a favor de los autócratas”, y a esto le denominan “tácticas de tierra arrasada” las cuales tienen una tendencia a beneficiar más al partido en el poder, ya que los indecisos o moderados no encuentran un  atractivo a este tipo de tácticas, solo ven confrontación vacía. Para llegar a esta conclusión, analizaron los casos de Venezuela y Colombia. En el primero, en tiempos de Hugo Chávez, la oposición apoyó un golpe militar que terminó fallando y erosionando su discurso demócrata, posteriormente hicieron un llamado de paro nacional que duró dos meses y le costó a su economía 4 mil quinientos millones de dólares aproximadamente, dejando un panorama aún más difícil, todo esto le dio mayor fuerza al partido en el poder en las elecciones intermedias para el Congreso, dandole la mayoría a Chávez; en el caso colombiano, la situación y estrategia fueron totalmente distintas, durante le presidencia de Álvaro Uribe, quien intentó adjudicarse facultades extraconstitucionales, generó que su oposición utilizara los Congresos y Tribunales para combatirlo, la situación llegó a tal punto, que incluso la Corte Constitucional colombiana declaró como Inconstitucional la postulación de Uribe para un tercer mandato. Como concluyen estos autores que analizaron a Venezuela y Colombia, utilizando el caso de Estados Unidos en contextos de profundo conflicto entre oposición y gobierno, las oposiciones deben ser “firmes, pero destinadas a preservar, en lugar de vulnerar, las reglas y normas democráticas”, para ello es necesario generar legitimidad en el Poder Legislativo y Judicial, y ello no se logra con sólo una confrontación agresiva, si la oposición utiliza los métodos institucionales y constitucionales, con prácticas de dialogo y construcción mutua, es más efectivo insertar en la agenda del gobierno en turno los puntos de vista y sus contrapropuesta, y ello se refleja, indudablemente, en el electorado. 

Las formas son importantes, porque determinan el fondo. Es urgente una reformulación de los ejercicios opositores, vemos pequeños destellos de liderazgo opositor, pero no se puede percibir una agenda conjunta y alternativa, y esto tiene que ver con su desdibujamiento del debate público y un intento desesperado, no por construir un mejor país, sino por ganar poder político. Estamos en un momento de mucha reflexión y acción por parte de los actores públicos, y sería un buen punto de inicio una agenda única nacional de ambos sectores para lograr, no una cuarta transformación, simplemente una cambio y bienestar para todos, sin importar el espectro ideológico. Es hora de que la oposición evolucione a la modernidad, y vea los puntos en común para construir y no para destruir. 

¿Y qué está haciendo México?

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Lo que ahora se le conoce como “El Gran Confinamiento” provocado por la pandemia del COVID-19 ha desatado bastantes alteraciones en el los modelos económicos que se tenían planteados por la enorme caída en el consumo, lo que ha obligado a que tanto los gobiernos como los bancos centrales de todo el mundo apliquen medidas expansivas que se podrían considerar agresivas para poder lograr contrarrestar los efectos recesivos que se han dado por la presente y desfavorable coyuntura económica.

El Banco de México, nuestro banco central, no ha sido la excepción. Este organismo autónomo del gobierno es el que a través de políticas monetarias cumple con su función de mantener una inflación baja y estable con una tasa objetivo del 3%. En lo que va del año, dicho organismo ha recortado en 100 puntos base la tasa de interés con la cual presta su dinero a los bancos centrales, reduciéndola de un 7% a un 6% en lo que va del año, esperando a que se pueda llegar hasta a 4.75% terminando el 2020, para de esta manera aumentar la liquidez en los bancos comerciales y reactivar la economía.

Es importante mencionar que el Banco de México ya venía aplicando recortes en la tasa de interés desde el año pasado por los crecimientos negativos trimestrales en el Producto Interno Bruto del país debido en parte a las medidas económicas tomadas por la nueva administración. Aunado a estos recortes en la tasa de interés, el Banco de México dictó apoyar al sistema financiero con la inyección de 31 mil millones de dólares para sumar a sus políticas monetarias expansivas.

Algo que ha apoyado en cierta manera a poder llevar a cabo estos fuertes recortes es el hecho de que las presiones deflacionarias por parte de la caída en el precio de los energéticos son mayores a las presiones inflacionarias por la depreciación del peso, lo que contrarresta la inflación a corto plazo, que es una consecuencia de tomar políticas expansivas de gran magnitud ya que estas incentivan al gasto e inversión. 

Por otro lado, el gobierno quien es el que toma las políticas fiscales, ha presentado medidas económicas que se han prestado a debate. Las medidas de austeridad presentadas el pasado 23 de abril expresan la suspensión de acciones y gastos del gobierno, salvo 38 programas que, en efecto, incluyen la construcción de Santa Lucía, el Tren Maya y la refinería Dos Bocas. A pesar de que el incremento en el gasto gubernamental es teóricamente una de las maneras de aplicar medidas fiscales expansivas debido a que genera más empleos, la especulación sobre los retornos económicos a corto plazo de las obras mencionadas, junto a otras dudosas acciones del gobierno, ha generado que la calificación sobre la deuda soberana del país se vea recortada dando paso a la salida de capitales. 

Aunado a esto, PEMEX ha generado todavía más especulación sobre su inversión a largo plazo ya que sigue apostando por la refinación, que parece ser algo nada rentable en momentos de tanta incertidumbre en el mercado petrolero, lo que le ha costado también recortes en la calificación de su deuda a largo plazo.

Para algunos parece trivial debatir tanto sobre las medidas económicas que se están tomando cuando estamos viviendo una crisis sanitaria sin precedentes en el mundo globalizado, pero tenemos que recordar que si la economía se logra recuperar, el nivel de vida de la población en cuanto a poder adquisitivo no se verá tan comprometida, pero para esto se deben de tomar medidas con el mayor cuidado y dejando de lado los sentimientos políticos que puedan interferir con las tomas económicas adecuadas.

Referencias

Diario Oficial de la Federación. (2020, abril 23). DECRETO por el que se establecen las medidas de austeridad que deberán observar las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal bajo los criterios que en el mismo se indican. Recuperado 27 de abril de 2020, de https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5592205&fecha=23/04/2020 

Aristegui noticias. (2020, abril 23). Inflación en México se desaceleró en primera mitad de abril a nivel más bajo desde 2015. Recuperado 27 de abril de 2020, de https://aristeguinoticias.com/2304/mexico/inflacion-en-mexico-se-desacelero-en-primera-mitad-abril-a-nivel-mas-bajo-desde-2015/

 Expansión. (2020b, abril 23). La inflación en México pierde fuerza en la primera mitad de abril. Recuperado 27 de abril de 2020, de https://expansion.mx/economia/2020/04/23/inflacion-mexico-pierde-fuerza-primera-mitad-de-abril

Notimex. (2020, abril 23). Dato de inflación permitirá al Banxico seguir recortando su tasa clave. Recuperado 27 de abril de 2020, de https://www.forbes.com.mx/economia-inflacion-permitira-banxico-seguir-recortando-tasa-clave/