Hoy por hoy México está en una posición difícil e incómoda con los Estados Unidos. Aunque podemos culpar que lo que actualmente sucede es culpa de los gringos por dejar que Donald “Pelos de Elote” Trump ganará la elección, la realidad es que México está en la posición que esta, por culpa de tantos años de malos gobiernos.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) representó en su momento una oportunidad de crecimiento económico para nuestro país, así como también lo fue el petróleo o “la gallina de los huevos de oro” como lo dijo recientemente el Presidente Enrique “Henry Monster” Peña Nieto.
Es cierto, el TLCAN le daba más ventajas a Estados Unidos, considerando el tamaño de economía que tiene, pero también fue el momento para que el gobierno mexicano se pusiera las pilas y apoyará a las pequeñas y medianas empresas a salir adelante y competir con las empresas estadounidenses, sucedió todo lo contario.
Hace unos días un reconocido comunicador mexicano decía que cómo no queríamos que los estadounidenses nos vieran como corruptos y ladrones, si nuestros políticos era lo que representaban, y en eso tiene razón. La verdad es que el sistema político quebrado que tiene México lo ha llevado a la posición en la que hoy esta.
Si en lugar de desviar dinero para beneficio propio, lo hubieran utilizado en verdad para mejorar la situación económica de nuestro país, otra historia sería.
La corrupción ha carcomido por completo las bases de nuestro país, créanlo o no, México en este momento no tiene una verdadera ruta de escapatoria en la renegociación del TLCAN. La gran parte de la inversión extranjera directa (IED) en nuestro país se debe a nuestra cercanía con los Estados Unidos, al TLC que tenemos con ellos, sin ese tratado millones de trabajos se perderán.
Hacer nuevas relaciones comerciales como lo propone Peña Nieto, no es una solución a corto plazo, es una solución a mediana y hasta largo plazo. En pocas palabras los gringos nos agarraron en curva.
La visión de nuestros políticos tampoco fue a largo plazo. Su enfoque en los últimos años y en especial después de la firma del TLCAN, fue atraer capital golondrina, es decir inversión que hoy está aquí y mañana puede que no este. Esto en lugar de fortalecer el mercado interno, estimulándolo. Ahora, esta falta de visión nos costará caro muy caro.
Pero bueno, sigamos votando por gobernantes que poco les importa la ciudadanía y el bien del país, y que solo les importa sus bolsillos y sus intereses.
¡Ahí Se Leen!
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