#MartesDeGrilla: La Post-Verdad. Época electoral.

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Los políticos salen a prometer todo con tal de asegurar el tan ansiado voto del ciudadano. Nos prometen la luna y las estrellas para endulzarnos el oído, aunque parte de nosotros ya no crea en sus promesas. Hemos pasado de ser una sociedad que se creía las mentiras de los políticos, a una que les permite mentir aun sabiendo que lo que nos dicen no es verdad.

El economista lo llamó como la “post-verdad”, es decir, que hacen afirmaciones que tienen forma y se sienten como verdad, pero no tienen fondo. En los años recientes dicha “post-verdad” ha sido utilizada cada vez con mayor frecuencia.

Los impulsores del Brexit llamaban a salir del tratado porque existía una amenaza “real” de invasión turca en la Unión Europea (tras la inminente entrada de Turquía). Mentían también con la supuesta cifra que le costaba al Reino Unido permanecer en la UE de casi 500 millones de euros a la semana (Afirmación que ellos mismos después desmintieron).

Donald Trump ha sido otro de los que utilizó la “post-verdad” a su favor. En su campaña afirmaba que Obama no era estadounidense y que también era el creador del Estado Islámico. Decía que Hillary es la mujer más corrupta del mundo, y además una asesina, a quien perseguiría y arrestaría una vez entrando en el poder. También decía que acabaría con ISIS en quince minutos y mentía al decir que construiría un muro completamente financiado por México.

Y aquí no nos quedamos tan atrás. Andrés Manuel promete acabar con la corrupción en el primer segundo en que tome protesta como presidente constitucional, y lo hará fácilmente porque únicamente basta con su ejemplo para que ya no haya más corrupción en el país. También dice que cree en las instituciones, pero no en las existentes. Ah, y admite que aceptara el resultado de la elección presidencial, sea cual sea. Vaya usted a creerle.

La “post-verdad” es esa donde la gente escucha y asimila, pero no cree. Esa donde existe una oculta permisividad que aprueba, pero no concede. Una aceptación sumisa de que todo es parte del espectáculo de las campañas políticas.

Así las cosas. Si no nos vemos, pues nos escribimos.

Guerra Fría: versión 2.0.

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Desde el inicio del conflicto sirio diversas personalidades internacionales, columnistas, politólogos, entre muchos otros, han planteado la idea de un escenario de Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia. Este pensamiento se ha acrecentado ante la presencia militar rusa en territorio sirio, lo cual ha sido causante de muchas diferencias en la esfera internacional. Y es que como recordaremos, Siria es la secuencia de una serie de conflictos en la región de Medio Oriente, en un inicio llamada Primavera Árabe. Reitero, en un inicio, ya que para los sirios la problemática militar y política se ha prolongado por ya 4 años (inició en marzo de 2011). Entre diferentes escenarios, agravamiento de problemáticas, grupos rebeldes y la reciente facción ISIS, no se atisba un fin al conflicto en el corto ni mediano plazo.

Estados Unidos como país “conciliador” ante problemáticas internacionales, presentándose a sí mismo como una nación que busca apoyar a los países en conflicto y apoyarlos para que resurjan, tampoco ha visto fin ni forma de socavarlo. Por otro lado, Rusia, visto como un país de confrontación ante políticas estadounidenses, decidió un par de meses atrás intervenir para apoyar al presidente al-Assad en la estabilidad siria; lo anterior significaba terminar por completo con ISIS.

Ninguno de los dos países desea pasar por desapercibido, ni que su postura ante la situación siria, tan apremiante y prolongada, se deje pasar por alto.

El escenario de Guerra Fría, surge por el hecho de confrontación entre EUA y Rusia. A pesar de que los móviles de ambos países no estriban en lo mismo de décadas atrás, representan la rivalidad entre ambas facciones por ser el país de mayor influencia en el ámbito internacional. Ninguno de los dos países desea pasar por desapercibido, ni que su postura ante la situación siria, tan apremiante y prolongada, se deje pasar por alto. Desean tener injerencia por tres razones: posicionamiento estratégico, riquezas contenidas en la región y sustento de relaciones exteriores con países de Medio Oriente. Hasta el momento, Obama y Putin han ordenado intervenir militarmente en el país en cuestión. El primero de una forma más cautelosa con pocos elementos, y el segundo anunciando abiertamente su apoyo al presidente sirio para atacar a las facciones rebeldes militantes. Los resultados no han sido positivos. Mientras se han dado a conocer la muerte de civiles inocentes ante los errores de ubicación por parte de fuerzas militares rusas y también estadounidenses, ISIS ha demostrado fuerza de contraataque.

Desean tener injerencia por tres razones: posicionamiento estratégico, riquezas contenidas en la región y sustento de relaciones exteriores con países de Medio Oriente.

La lupa internacional, hoy en día, estudia los conflictos con mayor escrutinio. Tenemos acceso a información de primera mano a través de redes sociales. Los errores y aciertos de las entes políticas son puestas a nuestro alcance con mayor frecuencia, y se ha luchado por mantener un periodismo profesional y comprometido, evitando favorecer tal o cual facción. Sin embargo, este escenario de Guerra Fría en la zona de Medio Oriente solamente hace que la situación sea más complicada. La intervención de organismos internacionales, sobre todo la Organización de las Naciones Unidas, ha sido hasta cierto punto limitada, ya que no puede obligar a realizar acciones, sino solamente hacer sugerencias; podrá reprobar hechos ocurridos, poner en tela de juicio al grupo ISIS, al-Assad o a cualquier ente participante del conflicto sirio. Los países, tanto estadounidense como ruso, son los que están incurriendo realmente en la zona (entre otros), dejando en entrevisto el interés político y comercial de Siria y sus alrededores.

Se ha creado conciencia respecto a las miles de personas desplazadas y refugiadas por países vecinos de la región, así como países europeos. Pero esto solamente será como si diéramos una aspirina a una migraña.

Bien se dice que la historia se repite con diferentes personas pero bajo las mismas causas y con las mismas consecuencias. No hemos aprendido lo que la historia mundial nos ha enseñado, y no pareciese que en el corto plazo se haga. ¿Por qué digo esto?… ¿Acaso han visto una mejora en el conflicto?, ¿menos ataques?, ¿menos personas afectadas?, ¿menos muertes?. Sí, se ha creado conciencia respecto a las miles de personas desplazadas y refugiadas por países vecinos de la región, así como países europeos. Pero esto solamente será como si diéramos una aspirina a una migraña. Consecuencias como el choque de culturas, necesidades básicas que no pueden satisfacerse debido a la alta demanda, oportunidades laborales, educación, entre muchas otras consecuencias están empezando a relucir y lo seguirán haciendo. Si bien es cierto, ya no hay vuelta atrás y lo que se debe hacer es buscar la forma para detener el conflicto sirio, no hacer más bombardeos, más muerte, mayor confrontación entre las partes involucradas y las que se quieren añadir. En esta ocasión, si aceptáramos que se trata un escenario de Guerra Fría, el país triunfante debería ser aquel que logrará crear acuerdos de paz y de terminación del conflicto.

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