La Violencia Digital Contra las Mujeres: Lo Virtual También es Real

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Hace unos días, la senadora Andrea Chávez, del grupo parlamentario MORENA, fue víctima de un ataque de violencia digital cuando se difundió en redes sociales una imagen manipulada que fusionaba su cuerpo con el de otra mujer en una pose degradante. Aunque algunos han intentado justificar su difusión bajo el argumento de la libertad de expresión y la crítica hacia una persona servidora pública, este tipo de ataques trascienden el ámbito político y entran en el terreno de la violencia de género. No importa si no estamos de acuerdo con sus posturas políticas, la violencia y la humillación nunca deben ser toleradas como formas legítimas de crítica.

La libertad de expresión, como bien sabemos, no es un derecho absoluto. Tiene límites cuando atenta contra la dignidad humana, incita a la violencia o fomenta la discriminación, tal como lo establece la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Disfrazar la violencia de género como “crítica política” no es válido ni legítimo.

No caben excusas como “esa imagen ya circulaba por Internet” o “yo solo la subí”. Este tipo de violencia digital es una extensión de la que muchas mujeres enfrentan en su entorno físico. Lo que ocurre en el espacio digital también es real, y aunque los cuerpos o rostros de las víctimas no coincidan con las imágenes manipuladas, estas agresiones afectan profundamente su identidad y dignidad. Las repercusiones son tangibles: desde el daño a su reputación hasta el impacto en su bienestar emocional y profesional. Estos ataques no solo deshumanizan, sino que buscan silenciar las voces femeninas que ocupan espacios de poder o influencia pública.

Más allá de las implicaciones políticas, lo preocupante es cómo se ha normalizado este tipo de agresiones. Según ONU Mujeres, las formas más comunes de violencia en línea incluyen la difamación, el ciberacoso y el discurso de odio. En su estudio de 2022, advirtieron que la violencia digital está creciendo de forma exponencial, afectando especialmente a mujeres que ocupan posiciones de liderazgo político, periodístico y social.

Es un error considerar la violencia digital como algo distante de la violencia estructural que enfrentan las mujeres diariamente. Las agresiones en línea generan estrés, vulnerabilidad y, en muchos casos, fuerzan el alejamiento de las mujeres de los espacios de poder. Con la proliferación de programas de edición digital y la creciente disponibilidad de herramientas impulsadas por inteligencia artificial, las mujeres están expuestas a nuevas y peligrosas formas de violencia. No es solo la imagen distorsionada lo que está en juego; es su dignidad y su derecho a participar plenamente en la sociedad.

Aceptar la difusión de una imagen como esta es aceptar que la violencia puede ser justificada por diferencias de opinión o, peor aún, por ser mujer. Criticar a figuras públicas es legítimo, pero la crítica nunca debe transformarse en violencia de género. Mientras que los ataques hacia políticos hombres suelen centrarse en su desempeño, los dirigidos a mujeres tienden a centrarse en su género, reforzando un patrón de violencia de género.

En México, la Ley Olimpia representa un avance crucial en la protección contra la violencia digital. Sin embargo, muchas mujeres se encuentran con un camino lleno de obstáculos cuando intentan denunciar estos crímenes: desde la falta de conocimiento sobre sus derechos, hasta el miedo a represalias y la ineficacia del sistema de justicia. Aunque figuras públicas como Andrea Chávez cuenten con respaldo institucional para proceder legalmente, muchas otras mujeres en México no tienen el mismo privilegio ni acceso a justicia.

Es crucial que el caso de Andrea Chávez sea investigado y resuelto por las autoridades de justicia penal en México, ya que no solo se trata de su dignidad como servidora pública, sino también de enviar un mensaje claro de que este tipo de violencia no puede quedar impune. Sin embargo, no podemos ignorar que la mayoría de los casos de violencia digital, especialmente aquellos que no alcanzan la visibilidad mediática, rara vez llegan a una resolución favorable para las mujeres que denuncian. El acceso a la justicia para quienes no tienen una plataforma pública sigue siendo limitado, y muchas mujeres enfrentan largos procesos judiciales que a menudo terminan en la revictimización.

La justicia no debería depender de la visibilidad mediática ni del capital político de las víctimas. El caso de Andrea Chávez es solo un reflejo de un problema más amplio: la violencia de género no solo está en los agresores, sino también en la falta de respuesta adecuada por parte del sistema de justicia.

Ella Llegó, Pero Aún Faltamos Nosotras

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Es un hecho histórico. Por primera vez en la historia de México, tenemos una PresidentA. No solo eso, por primera vez, dos mujeres fueron las principales contendientes en una elección presidencial. Dos perfiles completamente diferentes, liderando propuestas políticas aún más divergentes, pero al final, dos mujeres. Y hoy, una de ellas se encuentra al frente del poder ejecutivo. Esto no es un detalle menor, especialmente en un país donde aún nos cuesta trabajo aceptar el uso del género femenino en nuestro lenguaje, mucho menos un lenguaje inclusivo que abarque a todas las personas. Decir “PresidentA” es un acto político, un acto de resistencia, porque nombrar es existir. Y ella es una PresidentA, no una PresidentE.

Pero no confundamos este hito con la llegada de todas las mujeres al poder. El hecho de que una mujer ocupe la silla presidencial no significa que la agenda feminista esté garantizada, ni que los derechos de todas las personas en México, incluyendo las diversidades, estarán automáticamente en el centro de su gobierno. Ser mujer no es sinónimo de ser feminista, ni asegura una perspectiva de derechos humanos. Sin embargo, el simple hecho de que una mujer haya alcanzado el más alto escaño de la política mexicana es histórico, y eso es digno de celebrarse.

Aun así, no debemos dejar de lado nuestras exigencias. Yo quiero una presidenta feminista, una que entienda que la estructura misma del poder que ahora ocupa puede perpetuar las violencias de género. Hemos avanzado un enorme paso, al tener una mujer como PresidentA, pero ese no debe ser nuestro destino final. La verdadera meta es la distribución equitativa del poder y las oportunidades, que no solo Claudia llegue, sino que lleguemos todas. Su llegada es un recordatorio de que el camino hacia la verdadera igualdad de género es mucho más complejo de lo que se nos hace creer.

Es también necesario dejar de replicar discursos violentos que la reducen a ser un simple “títere” de hombres. No importa si no estamos de acuerdo con sus políticas, es innegable que es una mujer que ha llegado por sus propios méritos a la cima de la política mexicana. Criticarla es necesario, como es necesario con cualquiera persona servidora pública, pero no desde la violencia de género. No es adecuado tachar de “dama de hierro” ni que llamarle fría, porque cuando un hombre se comporta de la misma manera, lo llamaríamos líder.

La fuerza de este momento histórico también se refleja en quienes la acompañan. Ifigenia Martínez, líder de la Cámara de Diputados, quien nació 28 años antes de que las mujeres en México pudieran votar, fue quien colocó la banda presidencial a nuestra primera PresidentA, después de que 65 hombres la portaran antes. Este acto, simbólico y poderoso, nos recuerda que, aunque la llegada de una mujer a la presidencia es significativa, no estamos en un momento en el que los derechos humanos y la equidad de género estén asegurados. Vivimos en un país donde la violencia feminicida sigue siendo normalizada, donde 10 mujeres son asesinadas cada día, y donde aún la violencia sexual es ocho veces más común contra niñas y adolescentes que contra sus pares varones.

Tener mujeres al mando de los tres poderes del Estado es un gran logro, pero eso no significa que la lucha por la equidad de género haya terminado. Nos recuerda que ser mujer en el poder no es suficiente; necesitamos más. Queremos una PresidentA que comprenda cómo el poder puede perpetuar las violencias que estamos tratando de erradicar.

Han pasado 203 años desde la consumación de la independencia de México, 108 años desde el primer Congreso Feminista en Yucatán, 71 años desde que las mujeres pudimos votar, y hoy tenemos una PresidentA. Sin embargo, el país que liderará Claudia aún enfrenta enormes desigualdades. Las mujeres seguimos ganando menos por el mismo trabajo, solo 2 de cada 10 empresas tienen mujeres en sus consejos de administración, y la paridad, al ritmo actual, no se alcanzará hasta el 2052.

Claudia dijo que no llegó sola, que llegamos todas, pero la realidad es más compleja. Llegaste tú, Claudia, pero aún faltamos muchas. Y lo que deseo para ti y para México es que uses tu poder para mejorar la vida de todas las personas. Que inviertas en escuelas, en transporte público, en clínicas. Que escuches a las madres buscadoras y no las ignores, que no fortifiques el Palacio Nacional cuando salgamos a protestar, porque seguiremos exigiendo que nos protejas, que nos unas y que nos defiendas.

PresidentA, tu llegada es un paso histórico, pero no el final del camino. Nos recuerda que aún queda mucho por hacer para que realmente lleguemos todas, para que cada mujer y persona en este país tenga acceso a las mismas oportunidades, derechos y libertades. El poder que ahora sostienes debe ser una herramienta para construir un México más justo, donde no solo una mujer pueda alcanzar la cima, sino donde todas las personas podamos caminar hacia adelante sin miedo. No es suficiente haber llegado tú; necesitamos que uses esa fuerza para abrir el camino para las que aún faltamos. Porque solo entonces podremos decir que, verdaderamente, llegamos todas.

Nuevo Gobierno en San Pedro: Retos y Oportunidades

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Inicia una nueva administración en San Pedro Garza García, y con ella, se presenta un conjunto de retos que no pueden ser subestimados. Antes de asumir tan significativa responsabilidad, es fundamental reflexionar sobre el estado actual del municipio y los desafíos que deberán enfrentarse para garantizar su óptimo desarrollo.

San Pedro ha alcanzado su posición de liderazgo nacional en gran medida gracias a sus ciudadanos, quienes se han distinguido por ser participativos, críticos, y propositivos. A lo largo de las últimas tres décadas, bajo la administración de líderes emanados del Partido Acción Nacional, y con una ciudadanía activa y comprometida, San Pedro se consolidó como el mejor municipio de México, fruto de una visión a largo plazo y gobiernos muy profesionales.

No obstante, hace seis años, el electorado decidió optar por un proyecto político distinto. Como en todo gobierno, se pueden identificar ciertos logros, aunque también es evidente que existen áreas de oportunidad significativas. Si bien se avanzó en ciertos aspectos, no podemos ignorar que el municipio se encuentra hoy con puentes colapsados, más de cien parques en condiciones deplorables, obras públicas mal planeadas y peor ejecutadas, y proyectos impuestos sin la consulta y aprobación de los vecinos.

Ante este escenario, el desafío es monumental y exige un enfoque serio y comprometido. Tenemos ante nosotros la oportunidad histórica de liderar desde lo local el cambio que México necesita, demostrando que un gobierno municipal como el de San Pedro puede ser ejemplar en el uso eficiente de los recursos públicos y que las obras y proyectos sean el resultado de un trabajo en equipo con la ciudadanía, que enfrentemos de manera decidida la problemática del tráfico, y que asumamos con determinación el reto de la seguridad.

Quienes estamos en el servicio público tenemos una responsabilidad y obligación: dejar al gobierno y a la ciudad mejor que como la encontramos. Y si existe un perfil capaz de alcanzar estos objetivos, es el de Mauricio Fernández. Su experiencia y visión estratégica son claves para lograr que esta nueva administración sea la mejor en la historia de San Pedro. El objetivo es claro: regresar al municipio a los primeros lugares en todos los indicadores de calidad de vida y gobernanza.

Claudia Sheinbaum adelanta una reestructura completa del Gobierno

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A horas de convertirse en la primera mujer presidenta de México, Claudia Sheinbaum anunció este lunes una reestructura completa del gobierno mexicano en el primer mes de 2025, a fin de disminuir los gastos y se acople a los nuevos programas sociales.

“Vamos a hacer un cambio muy importante a partir de enero en el gobierno (de México), entonces algunos compañeros y compañeras que entran a algún puesto, pues después irán a otro”, dijo a medios al llegar a su denominada casa de transición.
La próxima mandataria mexicana aseveró que estos cambios buscarán ahorros en el presupuesto que año con año aprueba el Congreso mexicano para cada dependencia al interior de la estructura burocrática.
Además, explicó que los cambios también pretenden funcionar mejor con los nuevos programas sociales que prometió durante su campaña presidencial, previo a los comicios del 2 de junio pasado, como un apoyo económico a mujeres adultas de entre 60 y 64 años, a niños de educación básica, entre otros.
“Vamos a disminuir todavía más el gasto del gobierno y también a cambiar su estructura orgánica para que pueda funcionar mejor con los nuevos programas“, expresó.

Sheinbaum, quien asumirá como presidenta de México este 1 de octubre, ya ha delineado algunos ajustes a la administración pública que encabezará por los próximos seis años.

Entre ellos, Alimentación para el Bienestar, que concentrará las actividades de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) y Diconsa. La primera envuelta en acusaciones por corrupción y desfalco del erario.

Además, cambió el nombre del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) y elevó su rango a Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación (SCHTI), institución que estará a cargo de Rosaura Ruiz.

Los cambios anunciados por Sheinbuam se ubican en medio de la discusión de una de las últimas 20 reformas impulsadas por el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) en el Congreso para simplificar la administración del Gobierno mexicano, en la que se incluye la eliminación de siete órganos autónomos.

(Fuente: EFE)

Reconoce Trump que se enojó con Harris por acusación de que “no hizo nada” en migración

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El expresidente Donald Trump se defendió este domingo de las acusaciones hechas por su contrincante, la vicepresidenta Kamala Harris, de que “no hizo nada” para arreglar el sistema migratorio en un discurso en Pensilvania, donde reconoció que la demócrata lo hizo “enojar” e intensificó sus ataques personales contra ella.

Ante un grupo de simpatizantes en la ciudad de Erie, en el noroeste de Pensilvania, el republicano nuevamente usó la migración como su caballo de batalla para desacreditar a la candidata demócrata, que ha logrado rebasarlo en las encuestas, aunque por muy pocos puntos.

Trump aseguró que Harris era responsable de una “invasión” en la frontera sur de EE.UU. y que “debería ser destituida y procesada por sus acciones“.

Además usó el discurso para responder a la vicepresidenta, que el viernes pasado desde la fronteriza Douglas (Arizona) lo acusó de tener un liderazgo fracasado. “En los cuatro años que Donald Trump fue presidente, no hizo nada para arreglar nuestro sistema de migración roto“, subrayó la demócrata.

Las acusaciones lograron impactar a Trump que hoy reconoció que esa era “una de las razones” por las que estaba enojado” este sábado.

“Ella (Harris) hizo un discurso como que va a arreglar la frontera. ¿Viste ese discurso loco?”, recalcó el republicano, que compartió una gráfica en las pantallas para destacar cómo la inmigración indocumentada se había reducido en su gobierno. “Lo arreglamos cien por ciento… Y luego ellos (los demócratas) llegaron, tomaron el control y la destruyeron rápidamente“, afirmó.

La gráfica no incluía el desplome de detenciones de migrantes irregulares en la frontera sur de EE.UU. registrado en los últimos tres meses a niveles del 2019, después que el Gobierno del presidente Joe Biden implantó una orden ejecutiva que restringe el asilo.

Trump también respondió a las acusaciones de no haber logrado “un consenso con los países del hemisferio” para lidiar con el tema migratorio, citando que México había accedido a mantener a los solicitantes de asilo en su territorio cuando se implantó el programa “Permanecer en México” (MPP).

“Le dije al presidente de México… si no lo hacen, les aplicaremos un arancel del 150% a sus autos y eso será el fin de todo”, se vanaglorió el republicano en medio de aplausos de la multitud.

En su diatriba contra los migrantes por tercer día consecutivo, el republicano presentó una serie de datos sacados de contexto sobre indocumentados con un historial delictivo y bajo supervisión del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).

Trump hizo eco de una información entregada por ICE en la que afirma que había 662 mil 566 “no ciudadanos con historiales penales” en su base de datos. El Departamento de Seguridad Interna (DHS) aclaró que la cifra incluía los “datos se remontan a décadas; incluyen a individuos que entraron en el país en los últimos 40 años o más”.

Nuevamente, el republicano avivó sus ataques contra los recién llegados a pequeñas ciudades al mencionar el cambio que supuestamente ha sufrido la ciudad de Charleroi (Pensilvania), donde se han asentado inmigrantes haitianos.

También echó mano del caso del mexicano indocumentado Luis Bracamonte, condenado a la pena de muerte por el asesinato de dos policías en California en 2014.

La campaña usó las imágenes del juicio del 2018 donde el hombre amenazó con matar a sus abogados defensores y al juez para acusar a los demócratas de ser “cómplices” de los asesinatos de agentes del orden por parte de indocumentados.

A poco más de un mes de las elecciones, el expresidente ha intensificado los ataques contra Harris, que también ha elevado el tono de su discurso pero sin entrar en el terreno personal y ofensivo.

Trump volverá a Pensilvania el próximo 5 de octubre, el estado se ha convertido en uno de los siete estados claves más disputados en la actual campaña.

(Fuente: EFE)

El mito del águila

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Propongo la siguiente definición de nación: es una comunidad política imaginada, y se le imagina como inherentemente limitada y soberana.

Es imaginada porque los miembros de la nación más pequeña nunca conocerán a la mayoría de sus conciudadanos, no se encontrarán con ellos, ni siquiera oirán hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión (…) Las comunidades se distinguen no por su falsedad o autenticidad, sino por el estilo en que se las imagina.

Finalmente, [la nación] se imagina como una comunidad porque, independientemente de la desigualdad y la explotación actuales que puedan prevalecer en cada una, se concibe como una camaradería profunda y horizontal. En última instancia, es esta fraternidad la que hace posible, durante los últimos dos siglos, que tantos millones de personas no maten, sino que estén dispuestas a morir por esas imaginaciones limitadas.

— Benedict Anderson, Imagined Communities (1983)

Las historias y los símbolos son fundamentales porque nos permiten dar sentido a nuestra existencia, definir quiénes somos, cómo nos relacionamos con los demás y cómo nos situamos en el mundo. La identidad no se genera en un vacío; surge de la interacción entre nuestras experiencias personales y las narrativas compartidas que nos rodean.

Cuando hablo de narrativas, me refiero a la forma en que se estructura y cuenta la historia de nuestra existencia, aquello que determina el status quo y nos ayuda a entender nuestra realidad. Estas historias no solo definen a los individuos, sino también a las comunidades, los grupos sociales, las naciones y las culturas. Las narrativas colectivas, como las de la familia, la sociedad, la nación o la religión, nos proporcionan una identidad compartida y un sentido de pertenencia. Por ejemplo, las historias de la fundación de una nación, las leyendas populares o los mitos religiosos crean una sensación de continuidad y cohesión dentro de un grupo, conectando nuestras vidas individuales con algo más grande.

El mito del Volk

Völkisch es una palabra alemana que connota tanto lo “folclórico” como lo “populista”. En sus orígenes, era una visión cultural profundamente arraigada en la idea de una identidad nacional compartida y un amor por las tradiciones, la naturaleza y el idioma. Como ocurre con muchos mitos, es difícil rastrear su origen exacto. Sin embargo, se le atribuye gran parte de su desarrollo a Richard Wagner, cuyas óperas y representaciones de la esencia germana a través de mitos y leyendas –como la trilogía del Nibelungo— son parte integral del pensamiento völkisch.

El riesgo de la instrumentalización

Lo que comenzó como una narrativa de identidad para el pueblo germánico terminó convirtiéndose en el mayor catalizador del nacionalismo y el mito de la raza aria. Paradójicamente, Houston Stewart Chamberlain, un británico que se fascinó con Wagner, se casó con su hija y desarrolló las teorías de la raza aria. El resto de esta historia es bien conocido, y lo obviaré…

El nacionalismo

El peligro de las narrativas identitarias en las naciones es la polarización, pues para pertenecer a un grupo, es necesario definir al “otro”. Como bien dice Sartre, “somos conscientes de nosotros mismos en tanto que somos vistos por otros”, y nuestra identidad se configura, en parte, a partir de cómo nos ven. Al diferenciarnos, las narrativas y los símbolos pueden ser manipulados para excluir a otros o justificar ideas peligrosas. El nacionalismo extremo, por ejemplo, puede distorsionar las historias colectivas para construir una identidad que excluye o demoniza a ciertos grupos. Los mismos símbolos que unifican a una nación pueden usarse para fomentar el odio, la xenofobia o el racismo.

Más mexicanos, más… ¿humanos?

La Encuesta Mundial de Valores (EMV) ha revelado una tendencia curiosa: los mexicanos son cada vez más conscientes de su historia y, por ende, se sienten más orgullosos de identificarse como mexicanos. Sin embargo, este orgullo nacional no está necesariamente relacionado con una mayor disposición a “sacrificarse” por el país.

Esta paradoja puede deberse a varios factores que influyen en la identidad nacional y en la relación de los ciudadanos con el Estado y sus instituciones. Los mexicanos sienten un fuerte sentido de identidad basado en elementos culturales como la historia, la música, las tradiciones y la rica herencia cultural. Este orgullo parece estar más vinculado a la comunidad y la cultura que a las instituciones gubernamentales, incluidas el ejército.

Cansados de luchar…

A pesar del orgullo por la capacidad de resistencia y la lucha cotidiana, esta misma lucha puede generar una sensación de agotamiento y una menor disposición a comprometerse con sacrificios extremos, como la lucha por la nación. El aumento del orgullo nacional parece estar más relacionado con la comunidad y la solidaridad ciudadana que con el Estado o sus instituciones.

Los mexicanos pueden sentir satisfacción y orgullo por la capacidad de unirse frente a las adversidades como sociedad civil, mientras que desarrollan un desapego hacia el gobierno o hacia cualquier noción de “lucha” que implique obedecer a las autoridades políticas o militares. Este fenómeno también refleja una mayor conciencia crítica de la historia, lo que lleva a muchos a rechazar las narrativas tradicionales del nacionalismo vinculado a la guerra y los conflictos armados.

Hoy, la comunión con el ser mexicano funciona porque imaginamos a nuestros compatriotas a través de nuestra individualidad, aun sin conocer a la mayoría. Sin embargo, “en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión”, aunque nuestra imaginación está limitada y segmentada por círculos sociales y económicos.

Padres de Ayotzinapa, “sin otra alternativa” que confiar en Sheinbaum

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En el marco del décimo aniversario de la desaparición de sus hijos, EFE visitó Ayotzinapa para conversar con los padres y representantes de los estudiantes desaparecidos sobre sus exigencias, valoración de la gestión del mandatario de MéxicoAndrés Manuel López Obrador, y expectativas ante la llegada de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.

Diez años después de que 43 estudiantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa desapareciesen sin que se haya conseguido encontrar su rastro -ni castigar a los culpables-, los padres, que han visto el paso de dos presidentes sin resultados, siguen en la lucha por encontrar a sus hijos.

“Ella (Sheinbaum) en una reunión que tuvimos previamente ofreció que va a haber un diálogo y que se va a construir una nueva metodología, una nueva ruta, entonces creemos importante esperar eso: que ella tenga ya las riendas de la administración del Gobierno y podamos sentarnos y diseñar esa nueva ruta”, explica el abogado que representa a las familias, Vidulfo Rosales.

Rosales aclara que su esperanza nace de la falta de alternativas, ya que no hay hoy en día ninguna vía legal ni institucional que no pase por la colaboración con las administraciones para conseguir esclarecer los hechos.

(Fuente: EFE)

 

Esta será la delegación que acompañará a Jill Biden a la investidura de Sheinbaum

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La Casa Blanca de Estados Unidos reveló este martes la delegación que acompañará a la primera dama del país, Jill Biden, para participar en la investidura de Claudia Sheinbaum como nueva presidenta de México.

Por medio de un comunicado, la Casa Blanca informó que acompañarán a la primera dama estadounidense:

  • Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México.
  • Xavier Becerra, secretario de Salud.
  • Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Interna.
  • Isabel Casillas, jefa de la Administración de Pequeños Negocios de Estados Unidos.
  • Chris Murphy, senador por Connecticut.
  • Nanette Barragán, representante por California y jefa del Caucus Hispánico.
  • Elizabeth Sherwood-Randall, asistente de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
  • Carlos Elizondo, asistente social de la Casa Blanca.
  • Regina Romero, alcaldesa de Tucson, Arizona.

Cabe recordar que, de acuerdo con la SRE, se remitieron notas diplomáticas a todos los países con los que México tiene relaciones para su participación en la toma de posesión de Sheinbaum Pardo. Los únicos países que no recibieron invitaciones fueron Ecuador y Perú.

Con EcuadorMéxico rompió relaciones tras la irrupción de autoridades en su Embajada en Quito. Por otra parte, la relación con Perú se deterioró tras la llegada de Dina Boluarte al poder.

En el caso de Estados Unidos, aunque se invitó al presidente Joe Biden, la administración de ese país finalmente informó que enviaría una comitiva encabezada por la esposa del mandatario, Jill.

(Fuente: López-Dóriga Digital)

 

Pide AMLO a Morena que apoye a Sheinbaum en su gobierno

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El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió este domingo a su partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) apoyar, como a él, a su sucesora Claudia Sheinbaum en la difícil tarea de gobernar, al tiempo que se retira de la vida pública y política en el país.

“Les pido que la acompañen en la difícil tarea de gobernar, con la misma lealtad, con el mismo cariño y con el mismo entusiasmo que tuvieron para conmigo”, dijo.

“Amigas y amigos de Morena, me retiro de la política, de la vida pública y de la militancia partidaria, con un enorme agradecimiento al pueblo y en particular a ustedes, mis compañeras y compañeros que con tanta convicción me sostuvieron y me ayudaron como dirigente y como gobernante”, abundó.

López Obrador también reconoció que México está por terminar la etapa inicial de lo que ha denominado su cuarta transformación y por empezar un nuevo periodo “para consolidar lo que hemos logrado, que es mucho más de lo que algunas y algunos de ustedes imaginaron cuando empezamos a caminar juntos”.

“Muy pocas veces en la historia, o tal vez nunca antes, un partido político había logrado producir cambios tan profundos, extendidos y perdurables y hacerlo de manera pacífica, democrática y legal, sin romper un solo vidrio y sin perder la dignidad ni traicionar nuestros principios”, leyó Durazo.

López Obrador sostuvo que después de ganar la presidencia en 2018, su gobierno y política ya están en la historia y celebró que su partido Morena “es por mucho la principal fuerza política del país”.

“Gobierna dos tercios de las entidades federativas y en junio volvió a ganar la elección presidencial, incluso con más votos de los que recibimos el 2018”, admitió en su carta.

En este sentido, reconoció la trayectoria de Sheinbaum y afirmó que los resultados electorales del pasado 2 de junio fueron un logro de ella y todo el movimiento.

“México eligió con casi 36 millones de sufragios a nuestra compañera Claudia, a quien en unos días entregaré la banda presidencial. Será la primera presidenta de la historia de México y eso es un logro de ella y de nosotros, retomará nuestra labor transformadora y tengo la certeza de que lo hará con gran capacidad, con absoluta dedicación y con honestidad. Cuánta satisfacción siento con ese relevo”, confesó en su misiva.

Por su parte, admitió que su tarea como dirigente político concluye en unos días, pues su periodo como mandatario termina el último día de septiembre, y ha sostenido que se retirará de la vida pública después de la sucesión del próximo 1 de octubre.

“Mi tarea está por concluir en unos días, pero este gran partido tiene mucho camino por delante”, afirmó.

Por ello, demandó a los militantes y próxima dirigencia de Morena anteponer “siempre el interés de México y las necesidades de la gente a los afanes y las rencillas personales”.

“Fortalezcan la hermandad, el compañerismo y la institucionalidad en el partido. Mantengan siempre la unidad, la humildad y la honestidad. No permitan que los antiguos vicios y perversiones de la política florezcan en nuestras filas”, añadió.

También les solicitó alejarse de la prepotencia, la búsqueda del poder por el poder, la soberbia, la corrupción, el nepotismo y el sectarismo.

“No roben, no mientan, no traicionen nunca al pueblo y sigan construyendo la nación soberana, democrática, justa, libre y amorosa que imaginamos cuando empezamos nuestro caminar, muchas gracias y hasta siempre. (Firma) Andrés Manuel López Obrador”, concluyó.

(Fuente: EFE)