Debo no niego, pago no tengo

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Este lunes 6 falleció en la Ciudad de México, Jesús Silva-Herzog Flores, ex secretario de Hacienda en el sexenio de López Portillo.

Emblemático hombre del priismo de los últimos 40 años, hijo del ideólogo de Lázaro Cárdenas, Jesús Silva Herzog y padre de uno de los intelectuales mexicanos más destacados de este siglo, del igual nombre, Jesús Silva-Herzog Márquez.

Don Jesús fue un político diferente en el priismo, con una personalidad más austera, sin escándalos, ni enredado con ficheras como su jefe López Portillo y otros secretarios de esos tiempos.

Le tocó devaluar la moneda en 1982, una de las devaluaciones más significativas que tuvo el país. Se recuerda aquella frase de “Debo no niego, pago no tengo” que alguna vez profirió don Jesús en un documental referente a aquel sexenio.

Silva-Herzog haciendo uso de los habilidades negociadoras y facilidad de palabra logró re-negociar la deuda, reencausar una economía en plena caída libre y aceptar el papel de “el secretario que devaluó”.




Siempre leal al partido intentó varias veces ser Presidente de la República, pero se quedó con las ganas en dos ocasiones.

En el 2000, en aquella elección que puso a Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno de la capital, Jesús Silva-Herzog logró un tercer lugar con una de las mejores votaciones que ha tenido el PRI en la ciudad.

Asimismo, como embajador en Estados Unidos en la década de los noventas, logró aquel financiamiento del gobierno de Clinton que ayudó a México a salir de la crisis del “Error de diciembre”.

Don Jesús, fue un priista diferente, de una casta distinta, de la verdadera Revolución de la que su padre fue parte. Quizás el legado más grande de Silva-Herzog será la fundación del INFONAVIT, una institución de seguridad social fundamental para este país.

Se fue un líder, uno de los últimos ideólogos históricos del PRI, de los pocos priistas que se salvan de la típica crítica contra el partido. Que en paz descanse.

Lo dicho, dicho está.




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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Razones para el Gasolinazo

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El gasolinazo anunciado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el pasado martes 27 de diciembre y que entró en efecto el 1 de enero de este año, no es una consecuencia directa de la tan famosa Reforma Energética, ni tampoco de la Reforma Hacendaria como lo han presumido muchos partidos. La realidad es que a Petróleos Mexicanos se lo han acabado, los malos gobiernos federales, el sindicato y claro la corrupción que impera en nuestro país.

Las razones detrás del gasolinazo que han estado dando funcionarios federales son huecas y con el fin de engañar a la población en general. Por un lado, tenemos que la motivación del aumento exagerado de la gasolina es con el fin de igualarlo con los precios internacionales. Totalmente falso, los precios internacionales están más bajos que nunca, puesto que el petróleo marca con el 2017, dos años con precios por debajo de los 60 dólares.




Simplemente países como Estados Unidos, tienen precios muy por debajo de los que ha impuesto el gobierno federal. Haciendo una comparativa de precio por litro entre país y país, podemos ver que en Estados Unidos el precio del galón de la gasolina “Premium” es de $2.53 USD*. Mientras tanto en México con los ajustes que se dieron el primer día de este año, la Premium de Pemex está en $3.30 USD**, ¿cuál precio internacional, Enrique Ochoa?

La otra ha sido por el lado ambiental. Muchos ven que con el aumento de la gasolina se podrá combatir los severos problemas ambientales hay en ciudades como Monterrey.

Aunque es cierto que posiblemente, y es solamente una probabilidad, algunas personas opten por dejar de usar su automóvil con tal de no pagar los altos precios de la gasolina; difícilmente solucionará los problemas de movilidad y contaminación en Monterrey y su Área Metropolitana y otras ciudades del país.

Lo que sí provocará el alza de la gasolina es inflación, lo que repercute en los costos del transporte público, simplemente tenemos el ejemplo que ya se está considerando un aumento en la tarifa para viajar en camión, lo mismo sucederá con los taxis verdes y hasta servicios como Uber y Cabify.

El gasolinazo de enero no se da por cuestiones de precios mundiales, tampoco con objetivos de mejorar el medio ambiente en el país, al contrario, se da por qué Pemex está quebrado. El gobierno federal no lo va a admitir, tampoco los líderes sindicales de la petrolera, pero las pruebas son contundentes.

Pemex fue por muchos años la vaca de Presidentes, funcionarios y líderes sindicales como Joaquín Hernández Galicia “La Quina y claro Carlos Romero Deschamps. Todos ellos ordeñaron miles de millones de pesos de la paraestatal, que hoy apenas y puede mantenerse en pie. Hoy por hoy está importando gasolina del extranjero, solamente así se puede explicar los tan elevados precios.

Cabe mencionar que todos los culpables de la quiebra de Pemex viven hoy en la opulencia total. “La Quina” murió siendo rico, mientras que Deschamps hojea catálogos de yates en el Senado de la República para ver cuál será su próxima compra.

De los Presidentes ni que decir, López Portillo y De la Madrid fueron los más beneficiados del llamado “boom petrolero” de México durante los setentas y gran parte de los ochentas.




Lamentablemente tengo que decir que este es solo el principio del fin de Pemex y es apenas el primer golpe fuerte en el bolsillo de los mexicanos. El próximo 3 de febrero habrá un aumento más y a mediados del mismo mes se harán ajustes diarios, probablemente al alza, puesto que en nuestro país nunca nada baja de precio, al contrario, todo sube siempre. Lo peor está por venir.

*Precio del 3 de enero del 2017.

**Calculado con el precio de dólar del Diario Oficial de la Federación: $20.7323.


“Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

 

Peña Nieto, Presidente de caricatura

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En los últimos días hemos visto como la incendiaria ofensiva contra la imagen y figura de Enrique Peña Nieto se ha incrementado. Ya no se ha atacado la figura del Presidente solamente, se ha atacado la figura de Enrique mismo, como persona y hasta como estudiante.

Aquí mismo en Altavoz, un colaborador citaba un chiste que hacían de Adolfo Ruiz Cortines burlándose de su edad, también mencionó que a Díaz Ordaz se le mofaban por feo y a Echeverría por “pendejo” en palabras de Diaz Ordaz.

Más allá de saber si los ataques tienen justificación y sin afán de defender el oficialismo al puro estilo chayotero de Ricardo Alemán, Peña Nieto viene haciendo una sucesión de malas movidas que ya lo hacen ver y caer en un ridículo.

Hacerle renunciar es el deseo de muchos y más allá de las terribles consecuencias económicas que nos traería, el problema en general radica en lo mal manejado que tiene su agenda personal, su figura, su envestidura, nadie lo respeta, ni su propio partido y no estoy proponiendo que se regrese a las viejas épocas donde un presidente actuaba como tlatoani azteca, pero sí sienta un precedente de que la figura de “Presidente de la República” está para cualquier “guey” y ese “guey” es motivo y objeto de cualquier clase de pitorreo sin ton ni son.

Si bien será siempre discutible la manera en que Enrique llegó a Los Pinos, su matrimonio telenovelero y la N cantidad de escándalos, la figura del “Líder de la Nación” está en una crisis inédita.

En lo personal siempre he sido un escéptico del potencial de las redes sociales para generar impactos en la política mexicana que vayan más allá de un “Lord [Inserte personaje]” o que hagan renunciar a gente como Alvarado de Tv UNAM. Sin embargo, las redes sociales si influyen en la opinión pública más y más y en esto en votos.

La actual crisis peñanietista va a permear más allá del 2018 y quien quiera el puesto presidencial tiene que estar consciente del enorme escrutinio del que será objeto y de la burla, la injuria y la ridiculización.

Los asesores también influyen aquí, no se ve un hilo de cordura en Los Pinos, ¿tanto se le teme a Trump que se le quiso suavizar?, ¿Qué fue ese chiste de informe con “jóvenes”?, ¿Qué afán de defender a gente tan torpe como Alfredo Castillo?

Las iniciativas más progresistas y radicales en la historia de la Patria de los últimos 50 años que realizó Peña Nieto como la abierta discusión de la legalización de la mariguana y el matrimonio igualitario han recibido rechiflas hasta desde el mismo PRI.

Muchos dirán que la figura de patetismo que tiene Enrique a nivel nacional y a nivel internacional es por su propia culpa; sin embargo, aunque así lo fuese, ¿que podemos aprender de esto?.

Por aprendizajes yo pondría en la palestra el que los partidos buscaran perfiles menos fotogénicos y más acordes a las ideologías propias del partido aparte de que las candidaturas presidenciales fueran menos objeto de dedazos y más de debates internos.

Fox ha quedado pintado como mandilón y torpe, Calderón como un borracho y beligerante, Salinas como el mayor enemigo de la sociedad después de Satanás, Echeverría como un asesino recluido en su propia casa, López Portillo terminó senil, robado y apodado el “perro”. Al menos Zedillo guarda cierta imagen.

La imagen del Presidente debe ser criticada y cuestionada pero nunca burlada por lo que representa, antes debemos evaluar mejor a los candidatos al votar y al elegir representantes, cuestionarlos desde antes y así evitarnos esta clase de bochornos. Piense por un momento, Enrique Peña fue elegido en las urnas por miles de mexicanos como usted o como yo y es la imagen de México ante el mundo.

Pregúntese ¿Qué pensarán de nosotros en el extranjero?

Lo dicho, dicho está.

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La terrible historia del peso y el dólar

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En los últimos días hemos visto cómo el peso se deprecia frente al dólar, y el mensaje que constantemente transmiten los medios de comunicación comienza a manejar un poco los temas del miedo, la indignación y la preocupación por lo que podría suceder con nuestra divisa en un futuro cercano. Hay quienes consideran que un episodio como el de 1994 podría repetirse y pronostican que la economía mexicana podría afrontar un reajuste negativo para intentar mitigar los estragos que ocasionaría el alza del valor del dólar. Desafortunadamente, el plan no es muy prometedor: en pocas palabras, se piensa nuevamente en una devaluación.

Hay quienes consideran que un episodio como el de 1994 podría repetirse y pronostican que la economía mexicana podría afrontar un reajuste negativo para intentar mitigar los estragos que ocasionaría el alza del valor del dólar.

El 3 de diciembre de 2012, oficialmente el primer día laborable de nuestro presidente Enrique Peña Nieto; y según información del Banco de México, el dólar se cotizaba en $12.93. El día de ayer, martes 19 de enero, el valor registrado fue de $18.19 pesos por dólar, lo que representa un incremento de aproximadamente $5 pesos en poco más de tres años. Podría no sonar tan alarmante, pero si ajustamos el dato, descubrimos parte de la realidad: el dólar se ha encarecido aproximadamente un 40% respecto al inicio del presente sexenio.

El dólar se ha encarecido aproximadamente un 40% respecto al inicio del presente sexenio.

Echando una rápida hojeada a los números nos encontramos con tres datos interesantes: al cierre de la administración de Ernesto Zedillo (1994-2000), el dólar se cotizaba en $9.42. Al final del mandato de Vicente Fox (2000-2006), los billetes verdes valían $10.99 pesos, y para el cierre de labores de Felipe Calderón (2006-2012), el valor era de $12.92 pesos por dólar. Si hacemos las cuentas nos encontramos con que, durante los sexenios panistas, el dólar aumentó aproximadamente $3.5 pesos, lo que equivaldría a un incremento del 37% en doce años de gobierno. Lector, si para este punto consideras que mi intención es decirte que “los panistas juegan mejor a la economía que los del PRI”, déjame decirte que no es así.

Sí, probablemente el precio del dólar tuvo una variación similar a la que Peña Nieto ha presentado en tan sólo tres años, pero naturalmente estas cifras no contemplan los incrementos pronunciados que se registraron a lo largo de estos sexenios donde el dólar alcanzó niveles por encima de los catorce pesos. Además, esta información no es relevante para hablar de los otros tantos temas que aquejaron al país durante este tiempo, tales como la crisis de seguridad, la de derechos humanos, las terribles fallas en política exterior, el incremento de los índices de pobreza a nivel nacional, entre otros. Sobre esto último, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política (CONEVAL) indicó que respecto a la cifra de 2006, en México existen 20 millones más de personas que viven en pobreza (2012), lo que equivale a un poco más del 50% de la población de nuestro país.

Volviendo al tema, y nuevamente verificando algunas cifras, nos encontramos con algunos cambios muy pronunciados. Si hacemos un poco de memoria —y consultamos algunas estadísticas, por qué no— nos encontramos con la sorpresa de que el día 2 de diciembre de 1994 (primer día de trabajo de Zedillo), el valor del dólar era de apenas $3.44 pesos. No obstante, los estragos del mes de diciembre provocaron que rápidamente el valor de la divisa estadounidense aumentara y que incluso llegara a cotizarse en $7.59 pesos para marzo de 1995. Es decir, el valor del dólar se incrementó en un 120% en tan sólo cuatro meses.

¿Crees que esto es preocupante? No hay que olvidar un par de detalles. Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortiari, y con el fin de contrarrestar la monstruosa devaluación del 1442.92% que sufrió el peso mexicano durante el sexenio de José López Portillo, se realizaron reformas estructurales —un término que probablemente nos suena muy familiar hoy en día— y se introdujo la política del ‘nuevo peso’, que en la jerga del ciudadano común, no significa otra cosa más que “quitarle tres ceros al peso” y así, en lugar de decir que algo valía diez mil pesos, ahora sólo costaba diez.

Para evitar confusiones, el circulante mexicano llevaba grabada una letra ‘N’ para indicar que se trataba de esta nueva política económica, y así fue como las monedas de cien y doscientos pesos fueron desapareciendo para darle lugar a las de N$1, N$2, N$5 y sus derivaciones en centavos. Sin embargo, el 1º de enero de 1996, el nombre ‘nuevo peso’ fue eliminado para retomar el viejo nombre de ‘peso’, así “a secas”. ¿Por qué es esto importante? Porque si quisiéramos medir el valor del dólar respecto a nuestra moneda de manera histórica, realmente necesitaríamos pagar aproximadamente $18,000.00 pesos por dólar, lo cual de ninguna forma es equiparable con los $2291.24 que se pagaban en 1988.

La pregunta clave: ¿podría nuevamente devaluarse el peso mexicano? La respuesta: en este país pareciera ser que cada 20 años es lo que sucede.

Nuevamente, lector —y antes de que te alarmes— recuerda que la economía ha sufrido muchos cambios y que en 20 años pueden suceder muchas cosas. La pregunta clave: ¿podría nuevamente devaluarse el peso mexicano? La respuesta: en este país pareciera ser que cada 20 años es lo que sucede. A mediados de los setenta, sufrimos una primera devaluación; a mediados de los noventa, se repite la historia, y ahora a mediados de los 2010, parece que la cosa no pinta diferente.

“Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo” –Jorge Santayana.

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