Feminismo: Un beneficio para la mujer

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Si de algo me he dado cuenta últimamente, es que la sociedad hoy en día no entiende el significado de feminismo, entonces he decidido hoy explicarlo.

Para comenzar, el feminismo NO es un antonimo del machismo. Este malentendido se ha desarrollado debido a que las personas no saben que es el feminismo y lo confunden con la misandria o el hembrismo

Ahora bien, se tienen que entender los diferentes significados de estas palabras para saber bien de que se está hablando con cada término. La misandria es el odio de la mujer al hombre y el hembrismo es la analogía del machismo. El feminismo NO se conecta de ninguna forma con cualquiera de los términos anteriormente mencionados, este es la lucha por la equidad entre ambos géneros, tanto en el ámbito privado como en el público.

El feminismo no es que una mujer pueda tener pelo en las axilas y que un hombre pueda llorar. El feminismo es el movimiento para que las mujeres tengan los mismos beneficios que los hombres.

Por beneficios me refiero a: el sueldo que reciben, la cantidad de opciones de trabajo, las opciones para subir de puesto en un trabajo, el hecho de que no se les cuestione la razón por la cual trabajan y no están en casa con sus hijos, no ser hostigados con el rol de tener un hijo, poder caminar en la noche sin preocupaciones y no tener miedo de tomar unas copas de más en un lugar público. Entonces sí, el feminismo busca beneficiar a la mujer pero no más que a un hombre, sino darles las mismas oportunidades que tienen ante la sociedad.

Entonces, si después de saber la diferencia de términos que existen y aún no te consideras a ti mismo como feminista, lamento decirte que estas negándole a una persona su derecho humano de igualdad.




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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

100 años de la Constitución

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Felices o no. Pacíficos o no. Estamos cumpliendo 100 años desde aquel 5 de febrero de 1917 cuando el presidente Venustiano Carranza promulgó en el Teatro de la República de Querétaro la constitución que hoy todos conocemos.

Dicha constitución validaba las modificaciones a la carta magna de 1857 resaltando el heroísmo y patriotismo popular que reivindicaba la soberanía contra aquellos que querían apoderarse de nuestras tierras. Marcaba el fin de la lucha armada y el inicio de un orden legal.

¿Pero que nos pasó? ¿Porque hoy tenemos menos orden legal y más lucha armada?

Hoy a la constitución no hay que adorarla, hay que respetarla, ensancharla y aplicarla. ¡Ya es tiempo!
Y es que mientras decimos que hay derecho a la vivienda digna, esta se contrasta con la realidad de miles de personas que viven en una situación de pobreza y que día a día luchan por sobrevivir.




Mientras pregonamos el derecho a la educación gratuita y de calidad, nos damos cuenta que hoy todavía existen miles de niños analfabetas.

Mientras el gobierno aplaude el principio de igualdad, nos damos cuenta que efectivamente en México todos somos iguales, solo que unos son más iguales que otros.

Mientras repasamos el principio de legalidad, diariamente somos testigos que muchos políticos, empresarios y ciudadanos se lo pasan por las patas.

Que mientras no respetemos a todos aquellos que tienen gustos, preferencias e ideas diferentes a nuestra forma de pensar, no podremos cumplir con el principio de no discriminación. Que mientras nuestra libertad de expresión se vea cada vez más coartada, no podremos sentirnos seguros de nuestra palabra.

Y que mientras sigamos teniendo una libertad de prensa inexistente, no habrá medios de comunicación que hablen de la realidad en México sin temor a ser castigados. Y si no, pregúntenle a Aristegui, Brozo o Ferriz de Con.

Mexicanos, tenemos que trabajar por ensanchar la constitución de manera que se contemple a todos. Donde se respete y aplique el derecho al empleo, a la vivienda digna, a la sanidad y la educación. Una constitución donde nuestros derechos no estén solamente escritos, sino que sean reconocibles y palpables en el día a día. Ensanchar para buscar una justicia independiente que garantice la lucha contra la corrupción.

A 100 años el reto de la constitución no está en el establecimiento, sino en poder garantizar que se cumpla por todos y todas.




Si no nos vemos, pues nos escribimos.

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Cuando las palabras matan

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“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”
Antoine de Saint Exupéry

Desde hace algún tiempo he querido abordar un tema: el cómo nos clasificamos constantemente y optamos por separarnos. Creo que existe una tendencia por dejarnos llevar por los estereotipos y prejuicios, y dejamos de lado lo humano de las personas.

Considero que no tomamos en cuenta el daño que nos hacemos como sociedad cuando decidimos dividirnos en vez de unirnos. He podido observar constantemente el rechazo hacia lo diferente y el miedo a cambiar los patrones arcaicos de superioridad que se han sido impuestos durante décadas.

No solamente me refiero a los casos más extremos de discriminación por el color, sexo, género, preferencias sexuales, religión, entre otras; sino a la discriminación simple e invisible, la que no se nota, o más bien no le prestamos atención porque la consideramos normal. Una vez leí que, en nuestra vida diaria estamos acostumbrados a discriminar y la mayoría de las veces no lo hacemos conscientemente.

Siempre he creído que el lenguaje mata, la forma en que nos referimos a las personas, es la primera piedra para construir el muro de la marginación, la “ingenuidad e ignorancia” al usar ciertas palabras para catalogar a los grupos sociales, termina por excluirlos. En ocasiones no nos percatamos que la manera de referimos a alguien la puede llegar a colocar en una plano de vulnerabilidad, del cual es difícil salir. Utilizar estereotipos, conlleva a atascar a las personas en un nido de palabras y referencias que tienen una carga histórica muy fuerte, y considero necesario comenzar a superar.

¿Y sí supiéramos el daño que causamos cuando decidimos alejar a una persona por considerarla diferente a nosotros? ¿Alguna vez nos ponemos a pensar en las oportunidades de las cuales las privamos? La discriminación ha sido el asesino silencioso que ha estado presente en todo momento de la historia, rechazando y empujando a un sinfín de personas a vivir en un mundo sin oportunidades.

Vivimos en un mundo marcado por la diferencia, y si queremos buscar la equidad, entonces tenemos que empezar a aceptar la diversidad. Abrir nuestro corazón a la humanidad, dejar de juzgar los detalles que no nos hacen ser más personas que otras. Mi ropa, piel, gustos, ideologías, no me hacen más o menos que alguien más; debemos construir un mundo libre de estereotipos, donde nuestros gustos o con las cosas que nos identificamos no se interpongan en nuestro camino para lograr lo que queremos. Empezar a escuchar otras ideas, y cuestionar las nuestras, atender a la pluralidad de pensamientos, expandir y compartir nuestro mundo para poder comprender y ser parte de otros.

El lenguaje es el primer paso para transformarnos como sociedad. Yo sé y soy consciente de las críticas que se la realizan al lenguaje inclusivo: “no se entiende”, “no se lee bien”, “los y las no garantizan igualdad”, y efectivamente no garantiza la igualdad, sin embargo es un importante paso para empezar a materializarla.

Los estereotipos, el sexismo, la imposición y los prejuicios nos han matado como sociedad, comencemos a dejar de juzgar por lo que ven nuestros ojos, es un hecho que nos han fallado, y nos siguen fallando cada vez que decidimos que una persona vale menos que otra por como se ve a simple vista. Optemos por conocer, entender que existen otras realidades, dejar de vivir en nuestra burbuja de confort podrá hacernos avanzar pasos gigantescos. Iniciemos con un lenguaje inclusivo, un lenguaje donde no exista más separación. Dejemos de dividirnos, y comencemos a unirnos. Entender que el simple hecho por el cual nos debemos respeto es porque somos personas.

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¿Por qué está mal decir #AllLivesMatter?

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La homofobia [1] , la transfobia y la bifobia son expresiones del miedo a lo diverso. En su nivel más tenue, invisibilizan a las personas queer por medio del lenguaje heteronormativo y de la “neutralidad” [2] ante las situaciones de injusticia que viven. En su nivel moderado, violentan psicológicamente a estas personas, realizando campañas de odio, negándoles derechos, señalándoles y humillándoles. En su nivel más peligroso, les violentan sexual y físicamente o les asesinan.

El 12 de junio del presente año fueron asesinadas 49 personas, en su mayoría homosexuales, y resultaron heridas otras 53 más, también en su mayoría homosexuales, en el Pulse, un bar gay en Orlando, Florida, Estados Unidos, a manos de Omar Mateen, un estadounidense de 29 años de edad. El asesino murió en un enfrentamiento con la policía local ese mismo día.

La tragedia del Pulse dio pie a muchas reacciones homofóbicas, transfóbicas y bifóbicas a lo largo y ancho del globo. Sin embargo, en este texto me referiré exclusivamente a la homofobia.

Los comentarios homofóbicos variaron de lo más violento a lo más o menos moderado. Un ejemplo de comentario excesivamente violento fue el discurso del pastor Roger Jimenez, de una iglesia bautista en Orlando, en el que expresó que la muerte de “50 pedófilos y pervertidos” no era una tragedia, sino algo “genial” y “positivo para la sociedad” [3].

Ejemplos de comentarios moderados son los múltiples tweets que surgieron para condenar los hechos, pero al mismo tiempo negar los derechos de los gays y las lesbianas (decir que no deben contraer matrimonio, adoptar, donar sangre y/o besarse o tomarse de la mano en público).

Sin embargo, se ha demostrado que el amor y la solidaridad vencen al odio y a la violencia homofóbica, ya que hubo mucho apoyo para la comunidad homosexual, el cual se vio materializado en redes sociales a través del hashtag #GayLivesMatter [4].

Pero las personas homofóbicas no pudieron guardarse su homofobia y resurgió [5] el hashtag #AllLivesMatter, utilizado ahora como respuesta al #GayLivesMatter (como si fuera necesario aclarar que las vidas de todas las personas son importantes o como si alguien hubiese dicho lo contrario).

El que se recalque que las vidas de las personas homosexuales son importantes no significa que se piense que las vidas de las personas cis y heterosexuales no lo son. Simplemente significa que se reprueba la homofobia que propaga la idea de que las vidas de homosexuales, en específico, no son importantes.

Aunque se trate de homofobia leve o moderada, el discurso de fondo es el mismo que el de la homofobia más grave: las vidas de homosexuales no valen lo mismo que las vidas de heterosexuales. Esta última les mata y aquéllas dos se burlan y niegan sus derechos, pero todas son violentas.

El #AllLivesMatter conlleva un discurso ignorante y homofóbico. ¿Por qué? Porque la clásica frase “por ser seres humanos somos igual de importantes” lo único que hace es dejar la situación injusta igualmente injusta, ya que no visibiliza las desventajas y los abusos de los que la comunidad homosexual es víctima.

Todo movimiento por la igualdad (como el abolicionismo, el feminismo, etcétera), debe de tomar la bandera del grupo oprimido y sus luchas particulares con la injusticia para lograr la igualdad de dicho grupo oprimido respecto del grupo privilegiado correspondiente.

Así, debemos visibilizar a las personas homosexuales en específico, puesto que vivimos en un sistema patriarcal y heteronormativo que los invisibiliza por default. Visibilizarles y apoyarles es necesario para que puedan posicionarse en un plano de igualdad respecto de las personas cis y heterosexuales.

Hacer esto no significa de ningún modo que se piense que las personas cis y heterosexuales no son importantes o son menos importantes que las personas homosexuales, pero no hacerlo (y utilizar el #AllLivesMatter) es invisibilizarles y, por ende, es un acto homofóbico [6].

La cultura, la religión, el lenguaje, las leyes, la sociedad y las familias repiten constantemente que todas las vidas importan. El problema es que en la práctica no funciona así: institucionalmente, históricamente, culturalmente y socialmente las vidas de las personas homosexuales son minusvaloradas.

El #AllLivesMatter es una forma de silenciar a quienes protestan por ello. Así como en su momento se utilizó para callar a las personas que promovieron el #BlackLivesMatter, ahora se utiliza para contrarrestar el #GayLivesMatter. Pero lo que hacen es lo mismo: callar a quienes señalan un problema social, ignorar este y hacer nada por resolverlo.

Es un hecho que las personas homosexuales son asesinadas, violentadas, ignoradas y humilladas sistemáticamente, por lo que es importante recalcar su situación injusta (el #GayLivesMatter es una forma digital de protestar).

La verdad es que el #AllLivesMatter lo que propaga es el mensaje #My(Privileged)LifeMatters, porque lo único que hace es ignorar y silenciar a quienes protestan por la homofobia en el mundo sin hacer algo por resolver dicho problema, viendo así únicamente por sí mismas y sin estar conscientes de sus propios privilegios como personas cis y heterosexuales.

En resumen, obviamente el #GayLivesMatter no significa que solamente las vidas de personas homosexuales importan y que las de personas heterosexuales no; significa que las vidas de homosexuales también importan. Lamentablemente, es necesario decirlo, puesto que vivimos bajo el yugo de un sistema patriarcal, heteronormativo y homofóbico.

Por lo anterior, decir #AllLivesMatter es ignorar el problema de la homofobia que mata… E ignorar un problema es equivalente a ser parte de él.

[1] No digo lesbofobia también porque la lesbofobia es un subtipo de la homofobia, ya que las mujeres lesbianas también son homosexuales, al igual que los hombres gay.

[2] “Si eres neutral en situaciones de injusticia, haz elegido el lado del opresor.” – Desmond Tutu, al recibir Premio Nobel de la Paz, 1984.

[3] Huffington Post. Preacher gives shockingly repulsive sermon: “Orlando is a little safer”. 2016. Disponible en línea: <http://www.huffingtonpost.com/entry/baptist-preacher-praises-orlando-shooting-says-city-is-safer_us_5762b0f3e4b0df4d586f5d37?>.

[4] En el idioma inglés, la palabra “gay” se utiliza para referirse tanto a los gays como a las lesbianas.

[5] El hashtag #AllLivesMatter se creó originalmente para “combatir” el #BlackLivesMatter.

[6] Una analogía es el #NotAllMen como respuesta al feminismo que visibiliza la violencia de género, los estereotipos y los micromachismos que violentan a las mujeres.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”