La Organización Internacional del Trabajo (OIT) hace algunos años lanzó un informe sobre la discriminación en el empleo. En dicho documento la OIT señaló que esta práctica es un problema importante en todo el mundo y que, aunque se han emprendido acciones notables para contrarrestarla, la discriminación sigue siendo un tema preocupante en los centros de trabajo de todo el planeta.
En México, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) realizó un estudio sobre la discriminación en el empleo, en este se detalla, a través de datos oficiales, como es que ciertos grupos de la población se enfrentan a situaciones acentuadas de discriminación en el empleo. Por ejemplo, las mujeres, personas con discapacidad, personas indígenas, personas afrodescendientes o personas de la comunidad LGBTIQ+ viven situaciones diferenciadas y preocupantes de discriminación para acceder y permanecer al empleo.
Ante lo anterior se han hecho acciones importantes; por ejemplo, la discriminación está prohibida desde la Constitución, y la Ley Federal del Trabajo, así como la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación contemplan sanciones cuando se comentan actos discriminatorios. Además, tenemos herramientas importantes como la Norma Oficial Mexicana NOM 035 y la Norma Mexicana NMX 025, instrumentos que buscan que las empresas y centros de trabajo mejoren sus condiciones laborales en favor de las personas trabajadoras.
Desde la Sociedad Civil también se están realizando acciones importantes, por ejemplo, el Centro Eugenio Garza Sada pone a disposición de las empresas el programa “Capitalismo Social Aplicado: Ejemplos para el liderazgo humanista”, Ejemplos para el liderazgo humanista”, el cual consta de siete sesiones en las que se enseñan estrategias para que las empresas contribuyan al bien común y tengan éxito, a través del ejemplo de otras empresas que han implementado exitosamente prácticas en favor de la dignidad humana.
Para alcanzar una eliminación efectiva de la discriminación en los centros de trabajo es indispensable fomentar la igualdad de oportunidades y el respeto a la dignidad humana en las empresas, garantizando que derechos como la jubilación, el salario adecuado, la capacitación y el ascenso en condiciones de igualdad sean un imperativo que no se deje de lado.