Tras cinco días de la agónica cumbre, los líderes europeos han llegado a un acuerdo para hacer frente a los estragos económicos del coronavirus y auxiliar a los países más golpeados.
Los veintisiete han llegado a un pacto para emitir deuda común de manera extraordinaria por valor de 750,000 millones de euros. De esta cantidad, 390,000 millones de euros se transferirían en subvenciones a fondo perdido y 360,000 a través de créditos reembolsables a bajos tipos de interés.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, felicitó en su comparecencia este paso: “Es un gran acuerdo para Europa y para España. Se ha escrito una de las páginas más brillantes de la historia, un auténtica Plan Marshall con el que Europa ha enviado un mensaje contundente al mundo, diciendo o que está lista para los desafíos. La UE sale mucho más fuerte y los europeos salen ganando. El trabajo ha sido extenuante, pero el resultado ha merecido la pena“.
El acuerdo ha sido posible luego de las discrepancias presentadas durante los cinco días por los países nórdicos y sureños: el tamaño del Fondo de Reconstrucción para hacer frente a los estragos económicos ocasionados por el coronavirus y el porcentaje entre subvenciones a fondo perdido y créditos reembolsables. Al final, se mantiene el tamaño del fondo por valor de 750.000 millones de euros y se deja casi en tablas la relación entre subvenciones y créditos, con una ligera ventaja para los primeros.
Tras el tenso debate, Holanda, Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia han aceptado el máximo de 390.000 millones de euros en transferencias directas con el objetivo de no seguir engordando la deuda de los países más golpeados por la pandemia (la propuesta inicial de la Comisión Europea consistía en 50.000), mientras que los 360.000 millones de euros restantes serán en créditos (frente a los 250.000 del documento presentado por el ejecutivo comunitario). Esto se apoyará en un presupuesto entre 2021-2027 de 1,074 billones de euros.
Los países acreedores a esta subvención habían estado batallando para que la cantidad en subvenciones a fondo perdido ascendiera a 400.000 millones de euros, pero han acabado conformándose con esta cantidad. Este dinero se movilizará a través de los mercados financieros con una emisión excepcional de deuda común europea, en un operación a gran escala sin precedentes en la historia comunitaria. De esta forma, los países que más fondos reciban no son los que tendrán que devolver más dinero.
Ha trascendido que los países no subvencionados y comúnmente denominados como “los cinco países frugales” han pedido a cambio una estrecha vigilancia sobre las reformas a cambio del dinero europeo y engordad los “rebates” o cantidades compensatorias por ser contribuyentes netos al presupuesto comunitario.
Cabe destacar que para que el acuerdo entre en vigor, aún es necesario el visto bueno de la Eurocámara que se espera esta semana inicie la discusión.
Con información de La Razón