El éxito de una marca puede generar su cancelación. Recomendaciones para prevenir la vulgarización de marcas.

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El reconocimiento público y la popularidad de una marca, es de los principales objetivos de todo negocio. Hoy en día, gracias a la viralidad que ofrecen las redes sociales, muchos se han posicionado en menos tiempo de lo esperado y, en algunos casos de mayor éxito, los consumidores asocian el nombre real del producto o servicio por el de la marca en cuestión. Lo anterior lo podemos apreciar con los pañuelos de papel “Kleenex” que por años se ha utilizado su denominación en sustitución del nombre real del producto o, actualmente, la autodenominación “TikTokers” a los usuarios de la red social TikTok.

Si bien, estos acontecimientos son considerados positivos por los mercadólogos y titulares marcarios, el permitir que se utilice la denominación de una marca en forma genérica, puede ocasionar la pérdida de su distintividad y, en consecuencia, la cancelación de su registro.  

De los requisitos principales para registrar una marca, así como su permanencia en el tiempo, es contar con distintividad. Por ello, la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial en su artículo 261 establece el supuesto de cancelación del registro de una marca, si su titular ha provocado o tolerado que se transforme en una denominación genérica, de tal modo que, en los medios comerciales y en el uso generalizado por el público, la marca sea utilizada para describir el producto o servicio a ofrecer. 

Como método preventivo, los titulares pueden optar por utilizar la leyenda “Marca Registrada”, las siglas “M.R.” o el símbolo ®, con el fin de comunicar al público la condición de signo distintivo de la denominación en cuestión. Es importante mencionar que, estas leyendas solo podrán usarse en marcas registradas, pues de acuerdo a la Ley, el poner a la venta o en circulación productos u ofrecer servicios, indicando que están protegidos por una marca registrada sin que lo estén, se considerará como una infracción administrativa.  Así que, antes de utilizar cualquiera de estas leyendas, asegúrate de contar con los derechos sobre el signo distintivo. 

También, se recomienda que las empresas implementen estrategias de comunicación y manuales para el uso correcto de las marcas, con el fin de que el personal haga un uso uniforme y adecuado de estas. 

De las herramientas más eficaces para prevenir o combatir la vulgarización de una marca, es creando campañas de marketing que eduquen al consumidor a utilizar el nombre real del producto o servicio, así como recordarles que la marca es solamente el signo que distingue a la empresa, frente a sus competidores directos. 

El éxito de una marca no se limita exclusivamente en estrategias publicitarias, pues resulta indispensable hacer un correcto uso de su propiedad industrial, para su conservación.  Por ello, las empresas deberán de trabajar de la mano de mercadólogos, así como abogados expertos en propiedad intelectual, con el fin de posicionar sus marcas y prevenir un uso genérico, que propicie la cancelación de su registro. 

El brownface, la pigmentocracia y Amazon como promotor

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Uno de los primeros actos de racismo que casi todos hemos cometido sucede en la niñez, cuando al colorear a una persona utilizamos el “color carne”. Es sin duda un acto inconsciente que desde las infancias se normaliza y con el paso del tiempo se perpetúa.

En países latinoamericanos; particularmente en México, si eres blanco es más probable que te dediques a una actividad profesional y tengas niveles más altos de estudios que si eres moreno, ya que tu probabilidad de tener estudios profesionales es menor y los trabajos más comunes son manuales o de oficios.

Esto es la pigmentocracia y es un tipo de racismo que se ha perpetuado, mantenido y normalizado desde la época colonial -en la conquista- donde de acuerdo al sistema de castas se definía la valía de las personas con base en su tono de piel valiendo más quienes tenían un color más claro que aquellos de tonos más oscuros.

Hace unos días recibí un paquete de Amazon que tenía en la caja la publicidad de una de sus últimas series publicadas donde me percaté que un actor blanco, Juan Manuel Bernal, no se veía con su tono de piel natural. Al buscar la serie me percaté de que había una gran controversia respecto a esta nueva serie ambientada en el México revolucionario, ya que se utilizó una práctica conocida como brownface.

¿Y qué es el brownface o blackface?
Es una práctica recurrente en la industria del entretenimiento donde se ocupan actores blancos para representar a personajes morenos o negros y que se ha utilizado desde la época grecolatina donde para burlarse de personajes de raza negra se pintaban los rostros de los actores como un símbolo de gracia.

Tal vez la referencia histórica más emblemática a este tipo de racismo puede ser Otelo, aquella obra de Shakespeare que planteaba la historia de un rey de raza negra pero que siempre fue representado en las obras como un personaje blanco. Es muy probable inclusive que hasta este momento, usted amigo lector, no supiera que esta obra shakesperiana se refiriera a un rey negro.

Volviendo al tema de Amazon Prime y su serie…

Las explicaciones que dieron al respecto de este controversial tema fueron una más ridícula que la otra, llegando al grado de asegurar que las caras no estaban pintadas sino que habían sido tomadas un día que la grabación había levantado demasiado polvo y por eso se veían más oscuros los rostros de los protagonistas.

La pregunta que surge es ¿por qué habiendo tan buenos actores y actrices con piel color bronce no son volteados a ver por la industria? ¿Será acaso que la industria del entretenimiento es racista? ¿Será que en su Pantone de colores solo existe un color carne como cuando nosotros éramos niños?

Activismo encabezado por personajes como Tenoch Huerta y Maya Zapata, entre otros, tienen un movimiento llamado Poder Prieto que busca evidenciar este tipo de prácticas de la industria cinematográfica; que no busca solo mostrar el racismo en su industria sino en toda la sociedad.

No es solo un tema de racismo el que enfrentamos día a día en México y en el mundo, también vivimos en una sociedad clasista que discrimina de manera sistémica con base en prejuicios

morales, religiosos y estéticos y que mantienen estás y otras prácticas que no permiten el pleno desarrollo de todas y todos, las mismas oportunidades y la misma vida.

Capacitismo en las empresas ¿cómo lo evitamos?

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Las personas con discapacidad se han enfrentado históricamente a barreras que les hacen muy complicado alcanzar un desarrollo integral. De acuerdo con el Consejo para Prevenir la Discriminación de la Ciudad de México, el capacitismo es una forma de discriminación que excluye y limita el bienestar de las personas con discapacidad y que, por otro lado, otorga ventajas a aquellas personas sin discapacidad. 

Diversos autores han señalado que el capacitismo se basa en el prejuicio de que las personas con discapacidad tienen menos valor que las personas sin discapacidad, entendiendo a la discapacidad desde un enfoque médico-asistencial. Habría que recordar que Naciones Unidas ha planteado cambiar esa visión de la discapacidad por un nuevo modelo social de la misma, en donde se entienda que las barreras que impiden el desarrollo de las personas no dependen de sus discapacidades, sino de la propia sociedad.  

Lamentablemente, el capacitismo tiene un impacto muy negativo en el acceso y permanencia en el empleo de las personas que viven con alguna discapacidad. La OIT señala que aproximadamente el 60% de las personas con discapacidad tienen edad para trabajar, sin embargo, enfrentan un índice de desempleo de entre 80 y 100%. Incluso, la dificultad se acentúa hacia las mujeres con discapacidad ya que, de acuerdo al INEGI, es aún más difícil que ellas puedan acceder y permanecer en un empleo.

Para incluir efectivamente a las personas con discapacidad en los centros laborales es necesario tener un enfoque integral que, cuando menos, cubra dos frentes: uno que esté centrado en acciones concretas para eliminar las barreras o desventajas impuestas por la sociedad y otro que garantice su inclusión en los servicios y actividades de formación profesional, ascenso en el empleo, seguridad social y reducción de la precariedad económica. 

Además, la OIT señala cuando menos cinco ventajas de contratar a personas con discapacidad: 

  1. Acceso al talento 
  2. Mayor innovación
  3. Mayor sentido de pertenencia y retención 
  4. Mejor imagen
  5. Mejoras en los procesos de producción, lo que hace empresas mas eficientes y efectivas. 

Se ha comprobado que, en la medida en la que las empresas y centros de trabajo vayan dejando de lado los estereotipos, estigmas y prejuicios que rodean a las personas con discapacidad, podrán encontrar a personas con habilidades, aptitudes y competencias extremadamente útiles en el mundo laboral. 

De denuncias digitales y la cancelación en redes sociales

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El caso de la influencer sampetrina que denunció una situación en un antro del municipio más rico de Latinoamérica, donde a una amiga suya la drogaron, es el ejemplo local más reciente de cómo vivimos en una época donde las denuncias ya no son anónimas ni ante las autoridades: se hacen a través de las redes sociales. 

Como personas, hay quienes prefieren guardar silencio ante situaciones de este tipo y hay quienes alzan la voz a través de una denuncia ciudadana en redes sociales. ¿Pero qué tan conveniente o productiva se ha convertido esta plataforma para este tipo de casos?

Hoy es tan común ver que tal artista, influencer, político (a), empresa e incluso ciudadanos comunes y corrientes enfrentan el escrutinio de las redes sociales y la solicitud de “cancelación” por parte de la comunidad digital. 

Esos niveles de presión provocan en muchos casos una respuesta de parte de los acusados. Pululan los Lords y las Ladys, ciudadanos que cometen alguna infracción o ilegalidad o cuyo comportamiento simplemente denota el tipo de personas que son. 

Es tan común que las redes sociales se usen para quejarse, que incluso los gobiernos dedican gran parte de sus esfuerzos para atender una queja digital, antes incluso que una queja personal o telefónica. La razón es muy sencilla, en redes todo es público y todo el mundo puede saber si algo sucede o no. 

Retomando el caso de la influencer sampetrina, y solamente como ejemplo de lo que sucede en muchos otros más. Habría que preguntarse, ¿todo este ruido terminó en una denuncia? ¿En tomar acciones? O solamente se quedó como un evento de alto impacto que se visibilizó. 

Ojo, con esto no busco minimizar que se alce la voz en redes sociales, pero estamos cayendo como sociedad en una trampa, creer que con denunciar de manera digital es suficiente. 

Porque si al escrutinio vamos, la tasa de efectividad de denunciar en redes sociales puede llegar a ser la misma que al poner una denuncia en los canales legales conducentes. 

Nos enfrentamos a la disyuntiva de denuncias de casos graves que no tienen solución versus denuncias de casos mediáticos que provocan mucho ruido, pero pocas nueces. 

Es ahí cuando esta cultura de la cancelación se enfrenta al reto de cómo, como sociedad, podemos conseguir que algo que está mal se modifique, o que alguien que obra mal, enfrente el castigo correcto. 

De lo contrario, la denuncia será muy visible, pero sin lograr algún resultado.

Compra y venta de tesis académicas. Su poca regulación en México.

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En algunas instituciones educativas, como requisito de titulación, solicitan a sus estudiantes la presentación de una tesis. Este documento, además de ser un trabajo de investigación, justifica los conocimientos y criterios de los futuros profesionistas. Por esta razón, resulta indispensable que el proyecto sea elaborado de manera individual y por autoría propia del alumno. 

Con frecuencia, para recibir orientación en el proceso de investigación, los alumnos contratan los servicios de un asesor experto, quien los guiará en la calidad del contenido a presentar. Sin embargo, existe un gran porcentaje de estudiantes que, en virtud de la complejidad e inversión de tiempo que implica redactar una tesis, optan por comprar el proyecto de un tercero, incurriendo en un plagio en materia de derechos de autor. 

Lamentablemente, la poca regulación sobre el plagio académico, principalmente para quienes lucran con su conocimiento, ha propiciado que estos negocios estén al alcance de un clic.  Cada vez resulta más fácil acceder a la contratación de estos servicios y anunciarse, sin responsabilidad alguna, por plataformas digitales. 

De acuerdo a la Ley Federal del Derecho de Autor,  se consideran como obras protegidas aquellas de creación original, susceptibles de ser divulgadas o reproducidas en cualquier forma o medio. Estas obras reciben su protección desde el momento en que hayan sido fijadas en un soporte material, sin necesidad de contar con un registro previo o cumplir con determinados requisitos. Por lo tanto, el autor de la obra, es decir, la persona física que haya realizado una creación original, será el titular de los derechos patrimoniales y morales de ésta, sin necesidad de registrarla ante el INDAUTOR.

Por otro lado, se entiende por plagio al acto de ofrecer o presentar como propia, en su totalidad o en parte, la obra de otra persona. Por lo tanto, el presentar un proyecto de tesis, siendo esta creación de un tercero, incurre en el supuesto de plagio.

Si bien, existen artículos que previenen el uso indebido de obras protegidas, no se encuentra regulado, específicamente, el acto de comercializar obras académicas. Por lo que, no existen sanciones ni responsabilidades para los negocios de compra y venta de trabajos académicos. 

De acuerdo con el Código Penal Federal en su artículo 427,  se impondrá prisión de seis meses a seis años y de trescientos a tres mil días multa, a quien publique a sabiendas una obra sustituyendo el nombre del autor por otro nombre. Sin embargo, en su artículo 429 establece que, los delitos previstos en el Título “De los Delitos en Materia de Derechos de Autor”  se perseguirán de oficio, excepto lo previsto en los artículos 424, fracción II, 424 Bis, fracción III y 427.

Lo anterior quiere decir que, los delitos por uso indebido de una obra protegida sólo serán perseguidos cuando el ofendido presente una querella ante las autoridades competentes. Por lo tanto, resulta incongruente que los comercializadores de tesis ejerzan acciones legales, pues estos se benefician del uso indebido de sus obras. 

De modo que, las consecuencias por plagio académico se limitarán a las impuestas por las instituciones educativas, sus reglamentos internos y estatutos. Dejando sin responsabilidad alguna a quienes lucran con su conocimiento. 

La discriminación laboral: uno de los principales problemas en las empresas mexicanas

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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) hace algunos años lanzó un informe sobre la discriminación en el empleo. En dicho documento la OIT señaló que esta práctica es un problema importante en todo el mundo y que, aunque se han emprendido acciones notables para contrarrestarla, la discriminación sigue siendo un tema preocupante en los centros de trabajo de todo el planeta.

 En México, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) realizó un estudio sobre la discriminación en el empleo, en este se detalla, a través de datos oficiales, como es que ciertos grupos de la población se enfrentan a situaciones acentuadas de discriminación en el empleo. Por ejemplo, las mujeres, personas con discapacidad, personas indígenas, personas afrodescendientes o personas de la comunidad LGBTIQ+ viven situaciones diferenciadas y preocupantes de discriminación para acceder y permanecer al empleo. 

Ante lo anterior se han hecho acciones importantes; por ejemplo, la discriminación está prohibida desde la Constitución, y la Ley Federal del Trabajo, así como la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación contemplan sanciones cuando se comentan actos discriminatorios. Además, tenemos herramientas importantes como la Norma Oficial Mexicana NOM 035 y la Norma Mexicana NMX 025, instrumentos que buscan que las empresas y centros de trabajo mejoren sus condiciones laborales en favor de las personas trabajadoras. 

Desde la Sociedad Civil también se están realizando acciones importantes, por ejemplo, el Centro Eugenio Garza Sada pone a disposición de las empresas el programa “Capitalismo Social Aplicado: Ejemplos para el liderazgo humanista”, Ejemplos para el liderazgo humanista”, el cual consta de siete sesiones en las que se enseñan estrategias para que las empresas contribuyan al bien común y tengan éxito, a través del ejemplo de otras empresas que han implementado exitosamente prácticas en favor de la dignidad humana.

Para alcanzar una eliminación efectiva de la discriminación en los centros de trabajo es indispensable fomentar la igualdad de oportunidades y el respeto a la dignidad humana en las empresas, garantizando que derechos como la jubilación, el salario adecuado, la capacitación y el ascenso en condiciones de igualdad sean un imperativo que no se deje de lado. 

Más allá del registro de marca. Los activos más valiosos en los negocios.

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Las marcas son de los activos más valiosos en los negocios, desde un punto de vista empresarial, pues su imagen, reconocimiento público e influencia, son los factores principales que incitan al consumidor a elegir determinado producto o servicio, frente a competidores directos.

En la actualidad, existen una variedad de empresas que, gracias al reconocimiento de sus marcas, sus ventas se ven afectadas positivamente, posicionándose como los activos intangibles de mayor valor en su patrimonio. Como ejemplo, utilizamos la marca Coca-Cola.

Antes de iniciar con la operación de un negocio, es importante proteger la propiedad intelectual de los signos distintivos o invenciones que sean expuestas, pues en el futuro, podrán ser de los factores principales que generen valor al patrimonio empresarial.

Además, los derechos de propiedad intelectual ofrecen una variedad de beneficios legales, fiscales y contables, que, al ser utilizados, influirá positivamente en el crecimiento de los negocios.

Estos son algunos de los beneficios de registrar una marca:

1. Podrás abrir franquicias y otorgar licencia de uso a terceros a cambio del pago de regalías.

2. Facilita el proceso de exportación de productos al extranjero.

3. Tendrás el derecho de uso exclusivo, dentro del territorio nacional, por un periodo de diez años.

4. Puede ser el activo intangible más importante de tu negocio.

5. Podrás vender tus productos en tiendas online como Amazon y Mercado Libre.

6. Podrás colocar tus productos en cadenas de supermercados como Soriana.

El contar con el registro de un signo distintivo es una forma de prevenir la competencia desleal, pues garantiza su uso exclusivo al titular correspondiente. Por lo que, en caso de omitir este trámite, se puede incurrir a una variedad de riesgos tanto económicos, legales y, en el peor de los casos, hacer un cambio completo a la identidad visual de un negocio ya posicionado.

Estos son algunos de los riesgos de no registrar una marca:

1. Estás expuesto al robo de tu marca. Al no contar con la propiedad de tu marca, existe la posibilidad de que terceros la registren, perdiendo así toda tu inversión en la imagen de tu negocio.

2. Pueden ejercer acciones legales en tu contra. En caso de que tu marca sea registrada por un tercero, podrán ejercer acciones legales contra ti y/o cobrar regalías por el uso indebido de la marca.

3. Tener que hacer un cambio completo de tu branding. En caso de que tu marca no esté disponible, tendrás que hacer cambios a la imagen de tu negocio.

Es importante mencionar que la libre competencia empresarial es un derecho en México. Sin embargo, existen multas y penalidades para las personas que de manera deshonesta realicen actos que afecten comercial, económica y moralmente a sus competidores. En estos casos, la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial prevé multas hasta por el importe aproximado de $20,000,000.00 de pesos mexicanos, así como sanciones que generen la clausura temporal o definitiva de establecimientos.

Es indispensable para los emprendedores y empresarios contar con una correcta asesoría legal, pues de esta manera garantizarán la protección de su propiedad intelectual y, en su caso, prevenir sanciones y/o multas por infringir derechos de terceros.

El PRI más separado que nunca

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No es un secreto a voces o algo que solo se sepa en las cúpulas de la clase política, pero el PRI está viviendo una de sus peores crisis, si no es que la peor en su historia. El partido emanado de la Revolución mexicana hoy ha tenido incluso que recurrir a tácticas risorias para mantenerse en el radar de algunos sectores de la sociedad mexicana junto con algunos de sus líderes, quienes se amalgamaron en sectores o agrupaciones que los mantuvieran en el poder y que son de lo poco que queda vivo del histórico partido que hoy ve en el horizonte la posibilidad de ganar al menos uno de los estados en la contienda electoral del 2023.

En gran parte y como generalmente pasa cuando las cosas no se ven del todo bien, el mal estado del instituto se debe al mal estado del dirigente, y es que Alito Moreno se ha encargado desde que llegó a la presidencia del partido a hacer más mal lo que de por sí ya venía en declive. Un presidente lejano de las bases, un presidente lejano de las leyes y de los órganos rectores del instituto político, que además se ha visto enfrascado en escándalos y en chismes de lavadero con su paisana Layla, y un presidente servil al gobierno que ha votado todo en muchos temas legislativos a favor de los intereses del gobierno en turno hoy se ha, además de todo lo anterior, aferrado a su pequeño trono de Insurgentes, para mantenerse vigente un poco más.

Si bien la declive y el status actual del partido no es solamente gracias a Alito sino también a gestiones de dirigentes pasados y a la propia gestión del hoy soltero, ex presidente, Enrique Peña Nieto, deja mucho que desear el actuar del también diputado Moreno, pues no halla la forma de darse a notar, más que de forma burda, a base de gritos, sombrerazos y de posicionamientos huecos que parecen más sacados de una galleta china de buenos deseos que de un político que dirige al partido más viejo del sistema político nacional.

Quedaron ya atrás las buenas épocas del revolucionario institucional con dirigentes que dictaban la agenda, de dirigentes que encaraban y que daban batallas dignas de recordar para anteponerse inclusive en ocasiones al presidente, gobernadores o a otros líderes, incluso aunque fueran del mismo partido. 

Quedaron ya atrás también las buenas épocas de unidad y de alineación ante las dirigencias. Hoy cada líder, por pequeño que sea, busca solamente llevar agua a su molino y buscar afianzarse lo más que se pueda en la cuota de poder y de dinero que los pequeños huesos aún siguen dando.

La gota que ha derramado el vaso en últimas fechas es la del rompimiento con una parte del Grupo Parlamentario tricolor en el senado, donde, de nuevo y fiel a su costumbre, Alito se ha encargado de menoscabar, confrontar y hasta ofender a quienes lo han cuestionado y han evidenciado su falta de liderazgo. 

Se rumora, ha trascendido, que no solo son los senadores quienes buscan la destitución de Alito como dirigente del PRI y quienes están cada vez conformando un bloque más solido de oposición en el partido que permita mejor comunicación con las bases, reglas claras en los procesos de designación de candidaturas, menos actos que rayan en lo circense para darse a notar y sobre todo, menos autoritarismo y más democracia.

El tiempo podrá darles la razón aunque la que tienen el día de hoy, la de la falta de competitividad electoral del PRI frente a sus contrincantes es tan grande que en un acto de humildad el presidente debería por dignidad irse por los malos resultados. Si bien, en alianza se puede pensar en el triunfo de Coahuila y tal vez del Estado de México, es en gran parte a la aportación de los panistas y no al buen trabajo de Moreno como un generador de más simpatizantes priistas.

Arraigo y prisión preventiva oficiosa violan derechos humanos: Corte IDH

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En el año 2006, Jorge Marcial, Gerardo Tzompaxtle Tecpile y Gustavo Robles López, fueron detenidos por autoridades mexicanas ya que presuntamente habían cometido un delito establecido en la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada. Durante tres meses estuvieron en arraigo, es decir, fueron incomunicados y privados de su libertad mientras se investigaba si realmente había elementos para vincularlos a un proceso penal. Después de eso, estuvieron en prisión preventiva durante dos años y medio sin que existiera una sentencia en su contra. Finalmente, en 2008 un juez resolvió que las personas señaladas no eran culpables del delito que se les acusaba y se les puso en libertad.  

Este asunto fue resuelto el pasado viernes 27 de enero de 2021 por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), una institución judicial de carácter internacional encargada de velar por los derechos de las personas en el continente americano. En su sentencia, la Corte IDH estableció que México violó varios derechos humanos en este caso, por un lado consideró que la figura del arraigo viola el derecho a la libertad personal y la presunción de inocencia; por otro lado, estableció que la prisión preventiva en este caso violó el derecho a no ser privado de la libertad arbitrariamente, al control judicial de la privación de la libertad y a la presunción de inocencia en perjuicio de las víctimas. La Corte también dijo que se había afectado el derecho a la integridad y vida privada debido al aislamiento e incomunicación que vivieron las personas durante el arraigo. 

Por último, la Corte IDH ordenó que el Estado Mexicano dejara sin efecto las normas relativas al arraigo de naturaleza pre-procesal; asimismo, indicó que se debe adecuar nuestra legislación en materia de prisión preventiva. ¿Qué quiere decir esto? Por un lado, esta sentencia es obligatoria para todas las autoridades mexicanas, por lo que implicaría, por ejemplo, que jueces y juezas observen los razonamientos allí planteados en casos sobre arraigo y prisión preventiva. También quiere decir que nuestra Constitución se debe modificar, ya que lamentablemente, tanto el arraigo como la prisión preventiva oficiosa, son figuras jurídicas que se encuentran permitidas desde el marco constitucional. 

Esta sentencia es un paso muy importante en favor del Estado de Derecho y los derechos humanos, representa la oportunidad de remediar décadas de injusticias y de arbitrariedades en la aplicación del derecho penal en México. Es, sin duda, una ventana para que nuestro marco legal se convierta en un instrumento de protección para los derechos de todas las personas.

Furia

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Llevo ya un par de semanas con estas letras atoradas en el pecho. Y no precisamente porque no sepa cómo ponerlas en papel – o más bien en un teclado – sino porque no había logrado una manera de hacerlas entender sin que parezca que contradigo mi tan arraigada y sagrada oposición a la violencia.

Detesto la violencia. Le huyo, le repelo. Me gusta la confrontación, sí. Tengo un temperamento fuerte, también. Pero jamás seré partidaria de la violencia como la respuesta a algo, menos en un contexto histórico. Para mí, la violencia sólo trae más violencia, en cualquiera de sus tantas presentaciones. Tal vez tenga algo que ver con que he pasado toda mi vida en entornos con índices de violencia mayores al promedio mundial (Colombia está en el puesto 144 de 163 en el índice de Paz Global y México, en el 137°).  Durante las protestas de Colombia en 2021, escribí sobre cómo para los colombianos la violencia era siempre la respuesta a todo lo que nos pasaba, precisamente porque era lo único que conocíamos – conocemos-.

No obstante, durante los últimos años me he encontrado con un concepto que ha despertado en mí una serie de emociones y sentimientos que en un principio asociaba con la violencia: la tan hablada feminine rage, la furia femenina. De repente, ver las noticias de mujeres que protestaban en la calle gritando y destrozando resultaban sumamente gratificantes. Películas en dónde un personaje femenino arremetía contra todo lo que encontrara a su paso era liberador, incluso relajante. Y en un principio me asustaba, porque pensaba que el hecho de que este tipo de respuestas me produjera tanta gracia significaba que mi tan sagrada oposición a la violencia estaba perdiendo su carácter divino.

El enojo es tal vez una de las emociones más difíciles de procesar. Y es que incluso en la psicología occidental, la ira o el enojo viene casi siempre acompañado de lo que se conoce como “emociones secundarias”. Detrás de la ira siempre hay algo mucho más vulnerable, como la pena, la frustración o los celos. Y en muchos casos es cierto. ¿Quién no ha tenido un enojo en donde no esconde una pena muy profunda? El enojo no es nunca sólo enojo. 

Viene siempre acompañado de miedo, e inseguridades. Pero así también son las otras emociones. Mi alegría viene acompañada de paz, mi tristeza de pena y melancolía y mi miedo de incertidumbre y pánico. Nunca sentimos sólo una cosa, e incluso nunca sentimos la misma combinación de emociones del mismo modo. Al igual que los colores, las emociones vienen en tonos distintos, que se usan para pinturas y situaciones distintas.

Mi otro problema con el enojo es que soy mujer, y las mujeres no deben expresar enojo, o cualquier otra emoción fuerte que en el imaginario colectivo sea asociada a los hombres. La rabia de las mujeres ha sido desestimada durante generaciones. Mi propia furia ha sido ignorada durante 22 años. Pareciera que el ser mujer y la furia fueran dos universos cuya naturaleza les impide coincidir; mi furia no es sino una muestra de mi ciclo menstrual, cuya carga hormonal me convierte en una bestia feroz por algunos días del mes.

Conforme fui creciendo me di cuenta de los problemas que iba a enfrentar a causa de mostrar mis emociones. Más de una vez fui reprendida por decir lo que pensaba o simplemente por no “actuar como niña”, porque “nadie iba a querer a una mujer así”. Sin embargo, la furia continuaba ahí. Pura.  Recta.  Solitaria.  Enfadada y santa.

Con el tiempo comprendí que se trata de algo más profundo. Ha sido acumulada durante años, y por supuesto que va más allá de una simple descarga hormonal. Mi furia es moral y física al mismo tiempo. Tan joven como mi existencia en este mundo y tan arcaica como la primera mujer de la tierra. Va hasta mis lugares más íntimos y diariamente es provocada, ahogada, presionada, negada y por ende cada vez más caliente y pesada.

Entendí que si eres mujer todo es político, lo quieras o no. Inclusive el declararse apolítico conlleva a consecuencias políticas, más aún si hablamos de género. No tenemos lo que queremos. Tenemos una vida y hacemos con ella lo que podemos. La historia de las mujeres ha estado siempre moldeada por una tradición patriarcal. Todas aquellas que a lo largo de la historia han mostrado un indicio de rabia han sido castigadas; “brujas”, “herejes” les llamaron, porque la desobediencia no está en nuestra naturaleza. Por el contrario, las figuras femeninas que nos fueron impuestas desde pequeñas, aquellas doncellas bien portadas y cuyas emociones fuertes se manifestaron a través de la tristeza y el luto, que se vistieron de colores pasteles y se quedaron como niñas pequeñas bien portadas toda la vida, que por cierto giró alrededor de los hombres que las rodeaban, fueron las que se nos presentaron como modelos a seguir.

Leí hace poco que “la furia femenina es lo que hace la mente del corazón cuando las cosas no están bien en el mundo.  Es la verdad de que algunas cosas no están bien”. Y creo que es aquí donde la diferencio de la violencia. Mi furia no necesita ser curada; es un signo de vida. Es mi respuesta a las injusticias que he presenciado y sigo presenciando día a día. No quiero que sea curada, al menos hasta que pueda estar tranquila cada vez que salgo de casa. No quiero tampoco que alguien sienta lástima, quiero ser escuchada. Quiero gritar, golpear, patear, quemar y hacer lo que sea necesario para que se sepa que sigo aquí, que sigo luchando y no pararé hasta llenar los espacios que me han sido negados por tantos años.

La furia femenina persiste.  Tiene que hacerlo.