Con profundo desagrado leí en esta semana los hechos acaecidos en la ciudad de Comitán, Chiapas. El grupo de maestros disidentes que pertenecen a la CNTE se encargaron de vejar públicamente a un grupo de 6 profesores (2 mujeres y 4 hombres) los cuales fueron obligado a caminar descalzos sobre la acera, a portar letreros injuriosos y por último a ser rapados públicamente.
Estos maestros cometieron la “grave falta” de pensar diferente que los disidentes, aparentemente no se sumaron a las protestas y pensaban llevar un reporte a la SEP de los maestros que abandonaron las aulas.
Tal vez muchas personas pensarán que, en nuestro país suceden cosas mucho más graves que estos actos, como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa por ejemplo, pero lo que hace imposible de soslayar este acto de barbarie es precisamente que fue perpetrado por profesores. Los profesores tienen un trabajo de gran responsabilidad en sus manos, no sólo se encargan de instruir a las nuevas generaciones de mexicanos, su responsabilidad es formar con el ejemplo.
Tal vez muchas personas pensarán que, en nuestro país suceden cosas mucho más graves que estos actos, como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa por ejemplo, pero lo que hace imposible de soslayar este acto de barbarie es precisamente que fue perpetrado por profesores.
El acto de denigrar públicamente a 6 de sus colegas debe de ser repudiado y condenado por toda la población, no sólo se comportaron como trogloditas sin ningún tipo de respeto por la sociedad y sus leyes, ya que estos individuos cometieron un delito que debe ser castigado con todo rigor, este grupo de maestros usaron su derecho a manifestarse públicamente para violentar con toda la saña posible los derechos humanos de 6 de sus colegas. Con este repugnante acto le han mandado un mensaje muy claro a todos sus alumnos: el total irrespeto por la ley y por la dignidad humana.
Este tipo de actos constituyen un linchamiento moral contra los maestros que no piensen igual que ellos, es una falta de respeto a la sociedad y es un retorno a prácticas fascistas. Independientemente de la validez o invalidez de los argumentos que los llevaron a tomar las calles para protestar, no podemos tolerar nunca este tipo de actos vandálicos.
Lo más grave de todo esto es que la educación de nuestro país está en manos de estos individuos, no podemos permitir que sigan dañando a nuestra ya de por si vulnerable población. Es un hecho conocido por todos que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) es apoyada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y por su partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Este tipo de actos constituyen un linchamiento moral contra los maestros que no piensen igual que ellos, es una falta de respeto a la sociedad y es un retorno a prácticas fascistas. Independientemente de la validez o invalidez de los argumentos que los llevaron a tomar las calles para protestar, no podemos tolerar nunca este tipo de actos vandálicos.
Independientemente de las ideas políticas de cada uno de nosotros, no podemos solapar el comportamiento sectario e irresponsable de estos individuos, los hechos sucedidos en Comitán son un ejemplo claro de la manera en la que se conducen y piensan conducir a este país en caso de resultar electos en 2018. No importa si los argumentos que esgriman sean válidos o correctos, no pueden tratar de esa manera a quienes piensen diferente a ellos. El peligro real que encierra esta situación es que caigamos en una sociedad intolerante y cerrada al diálogo, no podemos permitir que los intransigentes nos gobiernen.
Debemos estar atentos y defender un derecho elemental de los mexicanos, el DERECHO A PENSAR DIFERENTE.
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