Así como diría la canción que todo mundo conoce, así paso. Las promesas, compromisos o como gusten llamarles del gobernador Jaime Rodríguez Calderón se derrumbaron frente a los ciudadanos, a quienes dio su palabra de cumplir en el ramo de los impuestos en Nuevo León, y con el mismo argumento que además que es muy trillado, es una realidad en las arcas estatales, la falta de recursos, ya que al parecer nunca se imaginaron el desfalco y lo mal administrados que estábamos.
Vayamos directo a los impuestos que el Ejecutivo Estatal defiende y propone, uno de ellos es un aumento en el rubro de los servicios hoteleros de nuestra ciudad, no somos destino turístico, pero ya que somos considerados aun la capital de la economía nacional, siempre seremos un destino predilecto para las cadenas de hospedaje.
Un objetivo más son los casinos, ya que tendrán un aumento este 2017 del 10% en sus contribuciones al Estado, pero los propietarios ya están en negociaciones para no verse afectados en sus ingresos y no resentir este incremento que los toma por sorpresa antes de acabar el año.
Con esos dos ejemplos, el Bronco nos deja claro cuáles serán los sectores a ajustar sus contribuciones este año, por que cuando parecería que sería un asunto netamente de las grandes empresas o transnacionales, llega nuestro nemesis desde aquellas Olimpiadas, aquel impuesto que se creó allá por el sexenio de Adolf Hitler, perdón, de Gustavo Díaz Ordaz, y que Felipe Calderón Hinojosa decreto que dejaría de ser federal para que los estados lo aplicaran si era necesario y que por supuesto a nuestros ex gobernadores tricolores les entro por un oído y les salió por otro, ese impuesto que nos prometieron eliminar, que en otros lados se ha podido y en NL el Gobernador se echo pa’ atrás: la tenencia vehicular.
Desde inicios de su gestión, en el H. Congreso de NL se barajeo la propuesta de su eliminación en beneficio de la ciudadanía, algo que mermaba los ingresos del tambaleante nuevo Gobernador, después de una serie de negociaciones y reestructuraciones, se llego al acuerdo entre el legislativo y el ejecutivo, la eliminación paulatina de este impuesto, prácticamente, bajarle poco a poco para llegar antes de que culminara su administración a su desaparición total de NL.
Empezamos con cobrar 20% menos a los contribuyentes y en distintas etapas bajar más, hasta llegar a la meta como comente. Esto no dejo muy contentos a los seguidores y empáticos del nuevo Gobierno Independiente, pero lo aceptaron, algo es algo después de años de seguir igual, y como se tratara de una costumbre, nuevamente a Rodríguez Calderón se le volvió echar pa’ atrás la carreta (para que me entienda la raza).
Y ahora ese acuerdo lo mandó por la borda para mantener este 2017 la tenencia vehicular, junto las tarifas de refrendo y los adicionales exactamente como este año, faltando a la palabra, al compromiso y a la confianza de los neoleoneses.
“Asumiré el costo político” esa fue su respuesta a los cuestionamientos que se le hicieron a su retrograda decisión, y una razón ya muy quemada del mantener este impuesto, la misma de siempre “vamos a invertirlo en su totalidad en la rehabilitación de las vialidades”, prácticamente lo mismo que Medina y Natividad argumentaban.
Seamos sinceros, es muy inocente creer que se aplicara para sanear nuestras vialidades, cuando esta demostrado y no lo digo yo, ya que desde el 2011, el Instituto de Control Vehicular (ICV) de todo lo que recauda, el 70% se va en gasto corriente.
Es decir, más de la mitad de lo que pagamos de tenencia se va en pagarle a los funcionarios que nos hacen de un trámite tan sencillo todo un calvario, más de la mitad de esos recursos ni siquiera llegan a nuestras calles o obras, más de la mitad de ese dinero no sale de esas oficinas prácticamente.
Creo que el ICV es como un carro viejo, nos cuesta más mantenerlo que lo que nos reditúa, y si pensamos como en los negocios, definitivamente habrá que considerar seguir manteniéndolo. Porque así como el ICV muchas dependencias presentaran estas condiciones y es ahí donde se gesta la deuda para nuestro Estado.
Inocentemente en el Congreso del Estado, el diputado mas fuera de lugar que tenemos y payasito que quiere estar en todas las fiestas, Samuel García, ridículamente se pone a defender esta disposición cuando él fue uno de los impulsores de la derogación de la tenencia.
Jamás será buena opción seguirle cargando la mano a la ciudadanía con impuestos sacados de la manga y manteniendo los que evidentemente estamos cansados.
Señor Jaime, si en vez de faltar a su palabra, aumentar impuestos, mantener otros tantos, le propongo dos cosas en la mesa; ya que es un compromiso que usted hizo, el primero y fue uno de los que siempre se quejo en su campaña en el 2015: el gasto en nomina, porque solo basta ver los números para darnos cuenta que aumento en 25% la nomina estatal.
No hay que ser un genio para saber que eso significa más erogación de recursos en pagos a empleados, y eso que siempre dijo que deberíamos tener menos y mejores funcionarios y hay muchos que llevan aun la camisa tricolor debajo de la morada.
Otra propuesta para ahorrar más de 30 millones de pesos es desaparecer su propio periódico, sí, así como lo leen, como ya no le paga a los medios de comunicación y los medios la agarraron contra el (Que es en parte bueno, ya que eran prácticamente favores con fines electorales).
Y ahora como nadie lo entrevista y como comenta también desde el primer día “todo es culpa de los medios de comunicación” “los medios mienten”, el Gobierno del Estado de Nuevo León lanzó su propio periódico, al estilo del personaje Kiko, saco su propia pelotota para jugar sólo, pero esta pelotota independiente nos cuesta $30mdp para saber la mera verdad de las acciones de nuestro Gobernador y su Administración.
Algo fuera de proporción, ya que si estamos en números críticos, lo lógico es recortar el gasto corriente y de nominas, entrar en una situación de austeridad, para cumplir con las expectativas de los gobernados y ser una administración sustentable con los recursos que se asignen, pero aquí no es así.
Señor Gobernador, analice las acciones que está emprendiendo, porque además de derrumbarse la confianza de los ciudadanos, las aspiraciones también se derrumban y estas se derrumban como castillos de arena, muy fácil y es muy difícil levantarlos de nuevo.
En Nuevo León, la raza paga más, la raza no manda.
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