Hace unos días se conmemoró el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), fecha en la que se recuerdan los constantes esfuerzos que la humanidad ha realizado para que las mujeres vivan en una sociedad más justa, equitativa y con mejores condiciones que les permitan desenvolverse con total tranquilidad y justicia tanto en el ámbito laboral, como en el personal y económico.
La concepción que tenemos respecto a las mujeres claramente ha variado con el paso de los años. Si consideramos que los griegos tenían conceptualizadas a las mujeres como ‘hombres mal formados’ y lo contrastamos con la idea que se tiene hoy en día, evidentemente hay una distancia muy grande entre ambas. Sin embargo, si damos un recorrido por la historia de la humanidad sólo es hasta la época contemporánea cuando finalmente nos encontramos con ligeros tintes de balance, equidad y justicia en las sociedades y la cultura occidental; vaya, la que en México estamos acostumbrados a seguir. Es claro que existen comunidades matriarcales en el mundo pero las que imperan siguen siendo las estructuras comandadas por los hombres.
El Día Internacional de la Mujer, debe servirnos, para de una vez por todas entender que somos ambos –hombres y mujeres– quienes tenemos la responsabilidad de dirigir nuestras vidas y que, nuevamente, nuestra biología no debe ser pretexto para intentar minimizar las acciones de unos u otros
De acuerdo con información de la Deutsche Welle, actualmente en el mundo sólo hay alrededor de 17 mujeres que ostentan un cargo como Presidenta o Jefa de Estado de los 193 posibles que hay de acuerdo a las Naciones Unidas. Es decir, y haciendo una asunción un poco generalista, solamente el 10% del mundo está representado por mujeres. Afortunadamente, para nosotros las mujeres poco a poco han ido escalando en la toma de decisiones y la sociedad misma ve con aprecio el que existan iniciativas que fomenten la igualdad de oportunidades y la equidad de género. Un ejemplo que es bastante tangible es la Ley de Paridad en nuestro Congreso, que aunque ha sido bastante cuestionada y tiene algunos pormenores que son discutibles, es un buen intento para avanzar y tener una proyección en el mundo sobre la sensibilidad que existe en el país con respecto al tema.
A pesar de que en América Latina aún se mantiene fuertemente el estigma de la cultura del machismo, es plausible decir que la situación se ha ido revirtiendo de a poco. Grupos como Las Madres de la Plaza de Mayo de Argentina o Las Patronas en México, son vivos ejemplos de la importancia que tienen las mujeres en nuestra sociedad; pues gracias a las iniciativas que trabajan, la colectividad escucha los reclamos de la sociedad misma. De igual manera, figuras como la de Frida Khalo también son alicientes de la proyección y relevancia que tiene la mujer más allá del rol tradicional con el que se le ha querido identificar a lo largo de la historia.
De acuerdo con información de la Deutsche Welle, actualmente en el mundo sólo hay alrededor de 17 mujeres que ostentan un cargo como Presidenta o Jefa de Estado de los 193 posibles que hay de acuerdo a las Naciones Unidas
¿Qué hubiera sido de Inglaterra sin el thatcherismo? ¿Cómo podríamos entender los derechos de los niños sin la experiencia de Malala Yousafzai? ¿Habría tenido el mismo éxito la campaña ‘He for She’ si hubiera sido dirigida por un hombre? No dudo que los proyectos, las ideas y los programas hubieran trascendido, ni tampoco que hubieran surgido nuevos, pero definitivamente ese folclor y toque que le da el ser dirigido por una mujer marca un poco la diferencia.
Este y todos los 8 de marzo de la historia deben servirnos como momentos de reflexión para concientizarnos cada vez más que para la sociedad es más dañino intentar prescindir de un aproximadamente 50% de la población mundial solamente porque biológicamente somos diferentes. El Día Internacional de la Mujer, debe servirnos, para de una vez por todas entender que somos ambos –hombres y mujeres– quienes tenemos la responsabilidad de dirigir nuestras vidas y que, nuevamente, nuestra biología no debe ser pretexto para intentar minimizar las acciones de unos u otros. El 8 de marzo nos sirve para recordar la constante lucha que la humanidad ha realizado para dar a las mujeres el lugar que les corresponde.
…si la humanidad busca que exista armonía entre las personas, debe haber armonía entre los hombres y las mujeres
Como George R.R. Martin, famoso escritor estadounidense, mayormente reconocido por obras como “Game of Thrones”, dijo en una entrevista cuando le preguntaron acerca de cómo le era posible escribir tan bien los personajes de las mujeres, la respuesta, me parece, es de lo que precisamente el Día de la Mujer trata: “Bueno, yo siempre he considerado que las mujeres son personas”.
Esta idea, por simple que parezca, es la verdadera esencia del tan criticado feminismo y la equidad de género, así como los hombres son personas, las mujeres también lo son; y si la humanidad busca que exista armonía entre las personas, debe haber armonía entre los hombres y las mujeres. Todas aquellas ideas las cuales plantean que los hombres y las mujeres tienen capacidades distintas (fuera de las biológicas, claro está), muy probablemente se encuentran sesgadas por algún tipo de pensamiento o ideología que nubla la visión correcta sobre lo que juntos, como humanidad y sociedad, debemos alcanzar.
El día en el que los hombres y las mujeres ya no se identifiquen como ‘hombre’ o ‘mujer’, sino como personas; ese día la sociedad habrá dado un salto tan grande que no habrá forma de que se pueda dar un paso hacia atrás.
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