Desde hace 20 años, los mexicanos vemos los primeros días del mes de diciembre una intensa campaña de recaudación de fondos para el Teletón. Sabemos que la cuenta que nos mueve lleva puros números nueve. Afuera de los bancos, los supermercados y en las calles hay voluntarios y pequeñas alcancías esperando con ansias el siguiente donativo. Artistas, empresarios, políticos, deportistas y la sociedad en general se unen a esta causa para apoyar a los pequeños que están discapacitados en nuestro país.
Según la OMS, discapacidad es “toda restricción o ausencia debida a una deficiencia, de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen considerado normal para el ser humano”.
En México, el 6% de la población tiene algún tipo de discapacidad, esto equivale a más de 5 millones de personas, de acuerdo con datos del Gobierno Federal del año 2014.
Esta semana, el Teletón cumple 20 años de “Servir a nuestras niñas, niños y adolescentes con discapacidad y cáncer, promoviendo y salvaguardando los valores humanos a través de acciones que promuevan la justicia, verdad, paz, fraternidad y progreso.”
Desde 1996 el Teletón se ha dedicado a la atención, cuidado y rehabilitación de menores con discapacidad. Hoy en día funcionan 24 Centros de Rehabilitación Infantil Teletón, CRIT, en todo el territorio nacional. En 2012, comenzó a operar el primer Centro Autismo Teletón en el Estado de México y el siguiente año abrió sus puertas el Hospital Infantil Teletón de Oncología en Querétaro.
Tan solo en 2015, más de 34,000 niños, niñas y jóvenes fueron atendidos en todos los programas del Teletón, con un costo estimado total de más de $1,500,000,000.*
Se habla mucho acerca de las contribuciones al Teletón. Algunos hacen un donativo con cierta reserva o se abstienen de hacerlo por los señalamientos que existen hacia esta organización. Las empresas hacen aportaciones deducibles de impuestos, lo que genera cierta intranquilidad en algunos sectores de la sociedad. Esto hace despertar debates sobre la ética en estas prácticas y termina muchas veces restándole credibilidad al Teletón. Fomentar el pensamiento crítico y el intercambio de ideas siempre nos va a enriquecer como sociedad.
Aclaro que no pertenezco, no conozco ni tengo relación con algún miembro, empleado o directivo de Televisa, del Teletón ni de su Patronato.
Si no les convence la manera de operar del Teletón, los exhorto a ir más allá de la queja y el sospechosismo. Consulten el portal de transparencia de la página web de la institución, donde podrán encontrar los estados financieros de la organización y datos de contacto.
Necesidades hay muchas, y apoyar una causa tan noble como la de los niños, niñas y jóvenes discapacitados no tiene por qué ser solamente a través del Teletón. Tan solo en Nuevo León existen organizaciones como Asociación Down de Monterrey, Effeta A.B.P., Instituto Nuevo Amanecer, Unidos Somos Iguales, TEDI, entre muchas más que también necesitan de su apoyo económico, en especie, o formando parte de su equipo de voluntarios. Siempre va a haber maneras de ayudar, es cuestión de querer participar y hacerlo para lograr un cambio positivo.
Estar del lado del problema ya no es opción, hay que ser parte de la solución.
Como siempre, soy todo oídos.
* De acuerdo con información obtenida en www.teleton.org
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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”