El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a atacar el lunes al principal científico del gobierno, Anthony Fauci, sugiriendo que el muy respetado miembro de la célula de crisis de la Casa Blanca sobre el coronavirus es un “idiota”.
“La gente está cansada del covid”, dijo Trump a su equipo de campaña en una llamada telefónica a la que varios medios estadounidenses tuvieron acceso.
“La gente dice: ‘Déjennos en paz’. Están cansados. La gente está cansada de escuchar a Fauci y a todos estos idiotas”, dijo el presidente, según los reportes de prensa.
“Ese tipo es un desastre”, añadió.
La pandemia ha provocado la muerte de casi 220.000 personas en Estados Unidos.
“Lleva aquí unos 500 años”, se quejó Trump sobre Fauci, de 79 años, reconocido mundialmente por su trabajo como director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), ubicado en las afueras de Washington.
“Si lo escucháramos, tendríamos 700.000 (u) 800.000 muertes”, afirmó el mandatario republicano durante la llamada, antes de afirmar que sería contraproducente despedirlo antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
Este último ataque del presidente al muy popular Fauci suscitó una viva reacción del senador republicano Lamar Alexander.
“El Dr. Fauci es uno de los servidores públicos más distinguidos de nuestro país. Ha servido a seis presidentes, comenzando con Ronald Reagan”, tuiteó Alexander.
“Si más estadounidenses prestaran atención a sus consejos, tendríamos menos casos de covid-19 y sería más seguro volver a la escuela, volver al trabajo y salir a comer”.
Hace una semana, Fauci expresó su descontento por el uso de imágenes suyas en un aviso de la campaña de Trump sobre el coronavirus.
“En mis casi cinco décadas de servicio público, nunca he apoyado públicamente a ningún candidato político”, respondió el inmunólogo, diciendo que sus declaraciones en el video fueron sacadas de contexto.
En varios puntos durante la respuesta a la pandemia, Fauci ha aclarado o corregido los comentarios públicos de Trump sobre el desarrollo de tratamientos y vacunas para la covid-19.
El tono entre ellos a veces se ha vuelto tenso, como en abril cuando Trump retuiteó una publicación que contenía la etiqueta #FireFauci (Despedir a Fauci), antes de asegurarle al pueblo estadounidense que “Tony” estaba haciendo un gran trabajo.
A quince días de los comicios del 3 de noviembre, el presidente republicano visitó Arizona, otro estado muy codiciado, en el marco de la maratónica serie de actos que inició una semana después de asegurar que se “curó” de covid-19.
En este territorio donde venció en 2016 -pero en el que los sondeos le sitúan ahora por detrás del demócrata Biden-, Trump se comprometió a rescatar a la golpeada economía por el coronavirus y criticó a su contrincante por pretender “que los socialistas campen en nuestro país”.
“Son afortunados de que sea su presidente”, lanzó el magnate conservador a sus seguidores, la mayoría sin mascarillas y sin guardar distancia social en un mitin al aire libre en Prescott, al norte de Phoenix.
19 de octubre de 2020.-Seguidores de Donald Trump esperan escuchar su discurso en el aeropuerto regional de Prescott en Arizona
En el otro extremo, los demócratas han hecho de su respeto al virus uno de los ejes de su campaña frente a la controvertida gestión de Trump, calificada por la compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, en su mitin en Orlando como “el mayor fracaso de cualquier administración presidencial en la historia de Estados Unidos”.
Biden, quien se enfrentará a Trump el jueves en su debate final, incidió igualmente este lunes en la necesidad de un cambio.
“Juntos podemos acabar con los últimos cuatro años de oscuridad, división y caos”, escribió en su cuenta de Twitter, seguida por más de 11 millones de usuarios. “Podemos unirnos, curar nuestras heridas y empezar a sanar”, añadió.
Este lunes, la comisión de debates presidenciales de Estados Unidos anunció que silenciará los micrófonos del presidente, Donald Trump, y de su rival, el demócrata Joe Biden, cuando no estén respondiendo preguntas durante el debate final del jueves para evitar las interrupciones que perturbaron su último encuentro.
Cada candidato contará con dos minutos para responder las preguntas del moderador, tiempo en el que el micrófono del otro estará apagado.
Una vez que ambos hayan usado ya sus dos minutos, habrá una discusión abierta en la que ninguno de los micrófonos se desconectará.
(Fuente: AFP)