La evolución feminista

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Las feministas de hoy juegan un rol controversial en la charla cotidiana. Pero la realidad es que el feminismo es uno de los movimientos de liberación y de búsqueda de igualdad más grandes a nivel mundial, dado que más de la mitad de la población es mujer.

Decirse feminista, es equivalente a pronunciarse a favor de que las mujeres sean merecedoras de Derechos Humanos (resultado de la Primera Ola Feminista en el siglo XVIII), de que las mujeres puedan votar (resultado de la Segunda Ola en el siglo XX), de que puedan usar anticonceptivos (Tercera Ola en 1984), y de que vivan una vida libre de violencia de género (Cuarta Ola en la actualidad). 

La conquista gradual de objetivos, no significa que actualmente las mujeres sean iguales a los hombres en términos de condiciones de acceso a oportunidades. Las barreras no se han derrumbado ni desaparecido por completo, sino que se han transformado, y las mujeres de hoy se enfrentan a retos distintos a los que se enfrentaban las mujeres de hace años atrás.

La desigualdad de géneros es explicada de una manera brillante por la sobresaliente y polémica escritora británica Virginia Woolf en su libro Una habitación propia. Ahí, crea personajes ficticios a los cuales inserta en un contexto social real en Reino Unido. Uno de los personajes es llamado Judith Shakespeare, y es caracterizado por Woolf como la supuesta hermana de William Shakespeare, una mujer que nació en la misma familia adinerada y poderosa que el famoso escritor, en el siglo XVI. No obstante, debido a que era mujer, fue privada de educación, del acceso a la cultura, de viajes, entre otras cosas; y en su lugar, fue encomendada a las tareas del hogar para contraer un matrimonio arreglado y criar alrededor de diez hijos. Virginia Woolf muestra con este personaje ficticio, una situación muy real: la manera en la que el género por sí mismo, impacta enormemente en la capacidad de las mujeres para desarrollarse o incluso, siquiera aspirar a hacerlo. 

Ahora, si bien el libro de Woolf fue publicado en 1928, y puede decirse que las oportunidades para las mujeres han aumentado en el último siglo; los impedimentos para su desarrollo han cambiado de nombre, mas no han desaparecido. Aunque prácticamente la mitad de los matriculados en las universidades de México y del mundo son mujeres, sigue habiendo una brecha salarial que afecta a las egresadas y las vuelve automáticamente más pobres que los hombres. Por otro lado, los estigmas que rodean a las mujeres en puestos de toma de decisiones y de poder, violentan, restan autoridad, y en ocasiones, invalidan el largo camino que tuvieron que recorrer para lograr llegar ahí. 

Cambiar las condiciones de oportunidades solo es posible tras reconocer que éstas son desiguales e injustas y que requieren de una acción afirmativa para que todos, tanto mujeres como hombres, sean capaces de cohabitar y funcionar en sociedad. Conocer la historia y la desigualdad sistemática que ha afectado particularmente a la mujer por siglos, nos permite entender el valor de la lucha feminista, apreciar sus logros y apoyarla hasta lograr una vida plena para todos por igual. 

El progresismo ¿la clave para el boom económico?

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¿Qué es el progresismo? ¿qué busca? Muy seguido, se muestra la batalla entre conservadores y progres en las redes sociales, donde se tiende a olvidar que el progresismo tiene como objetivo buscar el desarrollo social en todo los sentidos, y lo ha sabido hacer bien en América Latina. En la arena demográfica, la reducción de la tasa de fecundidad y el otorgamiento de las herramientas para la planificación familiar, han sido estrategias progresistas que a la larga buscan la economización de los recursos y una mejor calidad de vida para las familias en la región. 

Las políticas progresistas han traído consigo una baja en la tasa de fecundidad en América Latina por medio de la popularización del uso de anticonceptivos. Entre 1950- 1955, se contemplaba un promedio de 5.8 hijos por mujer en la región, mientras que en el periodo de 2010- 2015, este número se redujo a 2.1 hijos. Este drástico cambio en el tamaño de la familia, se debe, entre otros factores, a la popularización de métodos de planificación familiar tras la habilitación de tres filtros. El primero, es su difusión y comercialización en farmacéuticas con el paso de los años. Segundo, la implementación de políticas públicas de salud que los vuelven de acceso gratuito para la población (el caso de países como Argentina, Brasil y México). Y tercero, como factor más importante y retador para la agenda actual; la aceptación cultural de los anticonceptivos como medio de planificación familiar entre las sociedades de América Latina. De esta manera, los esfuerzos de políticas progresistas han logrado su cometido con la constitución de familias más pequeñas que viven mejor. Y aunque la población tenga la última palabra al decidir usar anticonceptivos o no, sigue siendo de vital importancia que los métodos sean accesibles para ejercer una libertad sexual. 

Habiendo dicho lo anterior, respecto a la baja en el número de hijos por mujer durante los últimos años, aún queda mucho por hacer para proteger a los grupos poblacionales más vulnerables; es decir, quienes tienen el menor acceso a la educación. En el año de 2010, solo 6% de las mujeres con más de 13 años de educación, eran madres antes de los 19 años, comparado con el 59% de las mujeres con entre 5 y 8 años de educación, que ya eran madres antes de la misma edad. Esto habla de la correlación entre la falta de acceso a la educación y la creación de madres adolescentes, que en muchos casos llevan a término embarazos no deseados. Además, América Latina tiene las más altas cifras en embarazos adolescentes, únicamente por debajo de África Subsahariana. Es triste y complicado, ver que aunque haya esfuerzo público en pro de la planificación desde el sector salud, estos no son suficientes para contener que las adolescentes latinoamericanas se vuelvan madres en un ambiente donde falta la inversión en la educación, un ambiente falto de información, que no imparte suficiente formación sexual.

Ahora, retomando la importante reducción en la tasa de fecundidad, es importante mencionar que estos cambios en la dinámica demográfica latina, han traído consigo una reducción en la proporción de niños y de adultos mayores, respecto a la de personas en edad adulta. A este fenómeno, se le conoce como el “bono demográfico” y se refiere a la época en que la fuerza laboral es tan grande, que si se aprovecha bien (proporcionándole suficientes oportunidades de trabajo), puede contribuir mucho al desarrollo económico de una nación. Este bono demográfico no habría sido posible de no haberse visto una reducción clara en el número de hijos por mujer, desde varios años atrás. De esta manera, una baja tasa de fecundidad, lleva a la posibilidad de consolidación de una fuerza laboral más grande en número, y a la reducción del volumen de la población infantil que representa un gasto gubernamental puesto que deben proporcionárseles oportunidades educativas.

Es así que, las políticas progresistas en el sector de salud que impactan directamente en la planificación familiar de América Latina, han llevado a la constitución de familias más pequeñas por medio de recursos como el suministro de anticonceptivos. Sin embargo, dichos programas no han logrado reducir el número de embarazos adolescentes de manera considerable, y es que esto se debe a la mencionada falta de educación sexual y a su permeabilidad en la cultura latinoamericana. En la actualidad, es importante reconocer que la región se encuentra en una época clave para el “boom” económico, puesto que cuenta con más fuerza laboral activa que nunca; sin embargo, es cuestión de que la situación se conjugue con posibilidades de otras arenas como el panorama económico mundial y su consecuente inversión en los sectores que generen empleos en abundancia y dignidad.

Los datos son de: UN DESA 2015  y ONU Mujeres, 2017

“Curemos” la ignorancia, no la homosexualidad

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Hace un par de días se volvió penado impartir terapias para “curar” la homosexualidad en la Ciudad de México. 

Me llené de sorpresa al ver que las terapias psicológicas con el objetivo de modificar la orientación sexual, la identidad o la expresión de género, siguen siendo utilizadas en México y en el mundo. Estas terapias causan un daño psicológico al agudizar la falta de aceptación de uno mismo y el sentimiento de culpa al pensar que hay algo mal que debe ser “curado”. 

 La terapia de conversión tiene un pasado interesante, puesto que ha sido históricamente practicada tanto por “profesionales” de la salud mental, como por miembros de comunidades religiosas que no cuentan con una certificación psicológica para realizar ejercicios de modificación de la conducta. En la actualidad, quien pretenda “curar” la homosexualidad o la elección de identidad/expresión de género, así como quien busque forzar a otro a recibirla, será penado con entre 2 y 5 años de prisión o hasta 100 horas de trabajo comunitario en la capital del país. Esto, debido a que quien la realiza o la consciente, se encuentra en proceso de violentar la libertad de identidad y de expresión de quien recibe la -así llamada- terapia de conversión. 

La motivación para impartir esta terapia yace en la convicción moral-religiosa de que la homosexualidad o la identidad/expresión distorsionada del género (identificarse con el género opuesto o considerarse no-binario), es una particularidad rechazada por diferentes religiones alrededor del mundo e incluso digna de castigo. Habiendo dicho esto, es justo que intervenga el Estado en una práctica que se fundamenta en la desaprobación de la identidad humana según diversos sistemas de creencias. 

La penalización de las terapias de conversión en la Cd. de México representa un paso importante en pro del respeto, la inclusión y la aceptación de la comunidad LGBTIQ+, como seres humanos en sociedad, puesto que prohíbe este intento por cambiar quienes son. La penalización debe verse como un puntero que invite a otros estados de la República a reformarse y trabajar por la construcción de una comunidad diversa pero inclusiva; ya que esto genera un ambiente seguro para el desarrollo de personas plenas. 

Explicar la desigualdad racial estructural

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Las protestas en Estados Unidos tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, tienen su fundamento en la historia del país. La lógica detrás de la violencia policial excesiva hacia las personas afrodescendientes se encuentra arraigada a las dinámicas de poder bajo las cuales se construyó lo que hoy es Estados Unidos. Es aquí donde entra en función la historia, que sirve “para entender por sus orígenes los vínculos que prestan cohesión a una comunidad humana y permitirle al individuo asumir una actitud consciente ante ellos.” (Villoro, pág. 46), por lo que la historia proporciona además de contexto para la comprensión, un sentido de responsabilidad entre los individuos en el presente. Al igual que en otros países del continente americano, los conquistadores provenientes de potencias de Europa Occidental, trajeron consigo mano de obra explotada y abusada a través de esclavos africanos desde el siglo XVI y hasta 1860 con el último barco “Clotilde”. Tras el período de varios siglos en los que la esclavitud fue legal en Estados Unidos, se abolió a mediados del siglo XIX, pero siguió una época de segregación en la que los afrodescendientes no podían compartir escuelas, bebederos, bancas, o áreas de convivencia común, con personas blancas. Aún en la actualidad, tras algunas décadas donde la segregación racial ya no forma parte del marco normativo en dicho país, las ideas históricas que denominaban a la persona de piel negra, inferior a la de piel blanca, perduran en el sistema que rige la justicia de este lugar. En diversas protestas se ven carteles con leyendas como “el sistema no puede fallarle a aquellos para los que nunca estuvo diseñado” en referencia a la consolidación de los Estados Unidos como un país que solo consideraba a los habitantes euro descendientes, ciudadanos; y a los afrodescendientes, almas que servían de fuerza de trabajo. De esta manera, la presente coyuntura no puede ser comprendida sin un panorama histórico de la desigualdad racial estructural por la que ha pasado el país norteamericano a lo largo de varios siglos. Entender el origen de la desigualdad permite a los individuos conocer su posición en la sociedad, admitir su privilegio heredado, o luchar por vivir en un ambiente progresivamente más tolerante. 

Fuera de Estados Unidos, los afrodescendientes que habitan en diferentes partes del continente americano, también enfrentan muchos obstáculos. El actual nivel de desarrollo y de calidad de vida de los países en El Caribe donde hay una mayoría de habitantes afrodescendientes, no es muy alto. Haití es un ejemplo de esto, debido a que es, según el Banco Mundial en 2019, el país con el mayor índice de pobreza del continente americano. De manera parcial, su vulnerabilidad se explica con base en las condiciones de la isla en la que se encuentra el país y su propensión a sufrir de terremotos constantes; sin embargo, es importante considerar que República Dominicana se encuentra en la misma isla que Haití y la diferencia en el nivel de vida entre ambos países es importante. La historia muestra que tras el fracaso bélico de España frente a Francia en el siglo XVII, Francia tomó posesión del lado Occidental de la Isla La Española, y con ello, control de lo que hoy es Haití. En un inicio se convirtió en un territorio para el sembradío de productos como el algodón o el café y era trabajado a manos de miles de esclavos africanos, con lo que era una colonia preciada por la ganancia económica que generaba. Tras la independencia de la colonia a comienzos del siglo XIX, Haití inicia su rumbo como un país autónomo y pronto se muestra en un estancamiento de crecimiento económico considerable. Al conocer que el pasado de la población de Haití yace en la explotación laboral de esclavos africanos para la optimización de la producción agrícola, se entiende al abuso como la herramienta fundacional del país que Haití es hoy. ¿Qué tipo de crecimiento económico se puede esperar de una nación que se construyó con el mero fin de proveer de riqueza a una potencia, por medio de la “posesión” de seres humanos?

Ahora, es interesante conocer las acciones del pasado con base en el contexto en el que tomaron lugar. El respeto a la vida y a la dignidad humana no se valoraban por encima de la expansión territorial y la acumulación de riqueza durante el siglo XIX, pero aún así, hay conductas que deben ser condenadas, o al menos reconocidas en su erroneidad y gravedad. La discriminación racial y el rezago en el desarrollo entre afrodescendientes tiene una razón histórica detrás, que se basa en la esclavitud de una raza entera a manos de otra. Las crisis que se viven en la actualidad, como lo dice Villoro, obligan a revisar el pasado, “las situaciones que nos llevan a hacer historia rebasan al individuo, plantean necesidades sociales, colectivas, en las que participa un grupo, una clase, una nación, una colectividad cualquiera” (Villoro, pág. 42); la búsqueda de justicia como una necesidad de la comunidad afrodescendiente, nos obliga como sociedad a hacer historia. 

Villoro explica la relevancia histórica aquí:

Villoro (2005) Historia, ¿para qué? Siglo XXI Editores S.A. de C.V. págs. 35-52

La ultraderecha, enemiga de las ciencias sociales

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Las instituciones educativas en cualquier nivel tienen el objetivo de exponer la mente a perspectivas diversas que generen un rebote de ideas y que estimulen un enriquecimiento en la manera de ver al mundo. Cuando el alcance de la educación integral se ve limitado, se coarta con ello la posibilidad de construir ciudadanos críticos y objetivos que aboguen por la construcción de un mundo más tolerante, y por lo tanto, más pacífico. 

Para fundamentar la iniciativa de reforma de ley en el Congreso de Nuevo León, conocida como el “pin parental”, el Diputado Carlos Leal del PES; anunció que en las escuelas se adoctrina a los niños con “ideología de género”, y con eso refiere a la supuesta imposición de ideas sobre la sexualidad y el género que atentan contra la moral de las familias de los mismos niños. En esencia, el concepto de “ideología de género” ha sido un recurso de la extrema derecha empleado en diferentes países de América Latina para desacreditar la lucha por los derechos de la comunidad LGBTTIQ+ y satanizar la educación sexual integral al exagerar su propósito y establecer que busca homosexualizar a la sociedad. 

Una de las razones por las que sigue habiendo un importante apoyo hacia las iniciativas de reformas que coartan el acceso al conocimiento sobre la sexualidad y el género, es la desinformación entre quienes apoyan estas normas tradicionalistas. A partir del comienzo de los estudios de género, con John Money en 1955, y Robert Stoller en 1968, se estableció la diferencia sociológica entre los conceptos de sexo y de género; para explicar la disimilitud entre el estado biológico del cuerpo y las conductas sociales de las personas. En su libro, Sexo y género, Stoller muestra el sexo como un concepto binario, puesto que solo se puede nacer con uno de dos órganos reproductivos; vulva o pene. Por otro lado, explica el género como el conjunto de conductas aprendidas en sociedad y que rigen la manera de vestir, de comportarse y de seguir los roles de género (las tareas asignadas para cada sexo según la cultura). Con esto, se establece con base en conocimiento científico social que los conceptos de sexo y de género son independientes entre sí y no hay una razón para que cierto sexo empate con un determinado género. Es más, debido a que el género es un constructo social que se desarrolla con base en la formación recibida, éste puede manifestarse de múltiples formas y, por consiguiente, no es binario. De esta manera, las ciencias sociales explican que, en efecto, el género es un concepto abstracto, y que, por lo mismo, no debe ser el objeto de discriminación o de negación de derechos entre las personas. La ciencia debe ser la que rige la formación para construir un mundo tolerante, y no la postura moral de cada padre, que bien se encuentra sesgada por convicciones personales.

El acceso a la educación sexual permite a las personas crecer con la idea de que las diferencias en la elección de la identidad de género, no son un criterio válido para la exclusión social. Censurar la información con base en una moral personal, solo marca brechas entre quienes piensan distinto, en lugar de abrir un espacio para la discusión saludable y la coexistencia pacífica. 

Mente libre, cuerpo en cuarentena

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La cuarentena hace de mantener una mente sana, una tarea difícil; pero no imposible. Es común que las personas extrovertidas obtengan su energía a partir del contacto con otras, de las risas que esto provoca, y de la simple emoción de salir a ver lugares distintos. No obstante, la necesidad de mantenerse en confinamiento obliga a pasar la mayor parte del tiempo en compañía de uno mismo; y es necesario valerse de herramientas de alimento espiritual para que esto no termine siendo una tortura. 

Ahora, el alimento espiritual no refiere a una religión en particular; sino a la inherencia humana para buscar ser mejores personas tras cuestionarse sobre la vida y su sentido. Dichos cuestionamientos provienen de la introspección detallada para hallar lo que se encuentra detrás de la rutina exterior; que en muchos casos consta de -según José Luis Remírez en su libro sobre Espiritualidad laica-, “poseer, consumir, comunicarse y ver televisión”, sin realmente analizar el valor agregado de estas actividades. Las pausas en el apresurado ritmo de vida que llevamos son vitales para establecer o fortalecer una relación con uno mismo, y el tiempo en cuarentena puede aprovecharse para esta introspección.

Con el paso del tiempo se han incorporado a la vida occidental, prácticas de religiones politeístas como el yoga y la meditación, que tienen su origen tanto en el hinduismo como en el budismo y que buscan lograr una satisfacción personal, libre de sufrimiento y de ataduras externas. El budismo es uno de aquellos politeísmos de los que no se oye hablar seguido en las sociedades occidentales donde la moral cristiana es la protagonista; pero que ha generado un aporte importante a la psicología y a la filosofía debido a su manera de percibir el mundo. Cuenta con muchas ramificaciones distintas, y una de ellas es la del Budismo Chamánico, presente en Mongolia y el oriente ruso, que aunque suene esotérico, simplemente busca la desconexión de las causas de dolor presentes en la tierra, para atribuirlas a un plan que toma lugar en el cielo y que es orquestado por el “Caballo de viento” que cada ser humano tiene en su representación. Para el Budismo Chamánico, los asuntos terrenales, son asuntos del plano celestial, y para que uno se encuentre bien en la tierra, debe estar primero en paz espiritual. Suena muy familiar, ¿no?

Y es que podemos valernos de diferentes medios espirituales que sirvan de desahogo y de satisfacción emocional, recordando que esta búsqueda de paz es connatural al hombre. Todas las religiones comparten el fin de hallar un propósito y el de modelar un estilo de vida que permita alcanzarlo; con esto, me atrevo a decir que la variación solo yace en los diferentes caminos para alcanzar la felicidad que todos necesitamos. 

#Desaprendamos: Los roles que matan

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El conflicto de la disparidad de género se ve presente sin importar las condiciones por las que pasen México o el mundo. La violencia doméstica sucede en momentos de crisis o en momentos rutinarios; la discriminación a la mujer en el acceso a las oportunidades sucede también sin respetar circunstancia.

Es así que, a pesar de los momentos difíciles actuales, la discriminación y la violencia contra la mujer continúan. La violencia doméstica se ha agudizado según lo comentó a principios de abril Phumzile Mlambo-Ngcuka, la directora ejecutiva de UN Women. Ella hace referencia a que las líneas de ayuda en Singapur y en Chipre registraron un aumento del 30 por ciento en las llamadas de emergencia, desde el inicio del confinamiento. Este fenómeno respalda uno de los fundamentos de la lucha feminista que sostiene que los autores de crímenes de odio contra las mujeres son en la mayoría de los casos, seres cercanos a la víctima; lo que hace de este tipo de violencia, un problema explícitamente de género. 

¿Pero de dónde viene todo esto?

 La desigualdad y el riesgo de sufrir de violencia de género tienen su origen en los roles fijos que determinan las circunstancias bajo las cuales viven las mujeres, que tienden a asociarse con una sumisión a la figura masculina. Esta disparidad comienza a estudiarse al emplearse por primera vez el concepto de “género” en 1968 en la literatura de Robert Stoller que trata la diferencia entre sexo como carácter biológico y el género como carácter social (por lo tanto, aprendido). A partir de aquí, se entiende el concepto como el resultado de un sistema que la sociedad ha adoptado como parte de la norma, que retrasa y limita los planes que las mujeres tienen para sus vidas, pero que no tiene ningún fundamento irrevocable.

Al hablar de una problemática social tan profunda, cuyas raíces yacen en la desigualdad de acceso a oportunidades educativas, laborales, y de desarrollo general para las mujeres; la desventaja en la que se estas se encuentran las afecta por medio de casi todas las actividades donde podrían involucrarse, incluyendo la arena política. Hay muy pocas mujeres en este ambiente, las mujeres representaron porcentajes menores al 4 por ciento respecto a los hombres, en la función como alcaldesas de diversos municipios de México del año de 1986, al 2006. También, en estudios realizados el año pasado por las Naciones Unidas, se mostró que el 90 por ciento de los Jefes de Estado y de Gobierno, eran hombres. Y es que la desventaja sistémica para el sexo femenino en la política no es solo el resultado de la falta de oportunidad a su disposición, sino de una deliberada traba por parte del sistema en el que se vive. La Dra. Pamela Campa, experta en Economía de Género, y actual profesora de la Stockholm School of Economics, mencionó en una conferencia de la el año pasado en que el hecho de ver rara vez a una mujer resultar victoriosa en contiendas de elección popular, desmotiva a otras mujeres a aspirar a ser contendientes en el futuro. También habló acerca de la trampa visual que se utiliza constantemente en diferentes países y en contiendas a diferentes niveles de gobierno. En algunas boletas para elecciones, los candidatos se acomodan en el orden alfabético de la inicial de su apellido; y conociendo este principio, muchas de las mujeres postuladas tienen -de manera coincidente- un apellido que inicia con las últimas letras del abecedario, lo que las convierte en las candidatas posicionadas en los últimos lugares de la boleta, y sin prioridad visual para quien vota. Situaciones como esta, demuestran la desigualdad estructural que daña y lastima la lucha por igualdad de derechos entre mujeres y hombres. 

Leamos sobre teoría feminista, entendamos la lógica detrás de los comportamientos que la sociedad ha adoptado y que (a pesar de que esta no sea la intención explícita), oprimen y lastiman a las mujeres. Estimulemos el desarrollo y la inclusión, apreciemos los esfuerzos por la preparación profesional de las mujeres, y aceptemos que la relación entre los géneros, debe ser una relación de cooperación y fortaleza, no una relación de poder.

La migración: un problema bilateral

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La migración ilegal es un fenómeno que impacta tanto a los individuos que migran, como a los países emisores y receptores. En algunos casos de migración ilegal de México a los Estados Unidos, el fenómeno se percibe como un medio de escape hacia una mejor calidad de vida donde las oportunidades son abundantes. Sin embargo, en ocasiones no migra la familia completa; y quienes permanecen en el país emisor sufren de una dependencia de la recepción del dinero que envía quien labora en EE.UU. (remesas). 

En cuanto a quienes resultan afectados, las familias que reciben (o viven de) remesas, pueden terminar por estancarse económicamente.  “[L]a dependencia que el país tiene sobre el flujo de remesas es […] profunda al tocar aspectos como la educación, la expectativa de vida y el aumento de su ingreso, situación provocada por la debilidad económica y la falta de creación de empleos bien remunerados en México” (de la Cruz, Núñez, 2013, pág. 119), lo que significa que quienes se quedan en casa, se encuentran sujetos a la satisfacción de necesidades del día a día y no al largo plazo, por medio de este ingreso. Según Delgado y Olvera en su publicación de 2018, 

“[E]l principal destino de las remesas familiares es para gastos de comida, personales y pago de servicios (59.3 por ciento), le sigue su uso para atender enfermedades, emergencia o imprevistos (25.4 por ciento), educación de los hijos (7.1 por ciento) y la compra, reparación, ampliación o remodelación del hogar (4.9 por ciento). Tan solo el 2.5 por ciento se destina a inversión en un negocio y el 2.1 por ciento para comprar algún bien o activo (animales, terrenos, autos, etc.). Otros gastos ocupan el 10.2 por ciento (Cuadro 1).” (pág. 249)

Lo que sustenta la premisa de que las remesas cubren necesidades de una manera superficial y no representan un mecanismo para la movilidad social y constituye una consecuencia importante y negativa de la migración desde el punto de vista del país emisor. 

Pero, ¿Cómo contrarrestar la migración?

Sin duda, la solución a la migración en masa a países desarrollados, es la creación de condiciones formidables en el país emisor de migrantes; para lograrlo, es importante verificar el cumplimiento de políticas públicas que generen mecanismos de captación. Debido a que las remesas no son un mecanismo para erradicar la pobreza, y solamente la atenúan, simbolizando una solución superficial y la apariencia de bienestar, deben existir programas de inclusión social y acción bilateral para reducir los incentivos para migrar, y también los de contratar personas con sueldos muy bajos y en condiciones laborales poco humanas. Debido a que el problema involucra a dos actores nacionales, la solución también debe hacerlo. En el caso de México-EUA, y posiblemente en el de muchos otros países, la creación y regulación de comisiones y compactos globales que capten a las personas en su país y propicien su desarrollo, es vital. En un artículo de Brookings, sobre la construcción del muro fronterizo entre ambos países, se propone la creación de un sistema de información compartida que le permita al gobierno mexicano (y otros gobiernos latinoamericanos) y al estadounidense, detectar los puntos de potencial migración y/o búsqueda de asilo político (Bahar, 2018). Con esto, se puede actuar al respecto y revisar las condiciones de las personas para migrar, reducir su deseo de cruzar una frontera ilegalmente al darles certidumbre de que tendrán los documentos para hacerlo, o incluso, la seguridad de que migrar deja de ser una necesidad, puesto que la vida en el país de origen, puede ser digna también.

Referencias interesantes: 

Bahar, D. (2018) A wall can’t fix what global migration and refugee compacts can. Brookings. Recuperado el 31 de marzo de 2019 de: https://www.brookings.edu/blog/up-front/2019/01/10/a-wall-cant-fix-what-global-migration-and-refugees-compacts-can/

De la Cruz, J. L., & Núñez, J. A. (2013). Remesas, consumo y desarrollo humano: evidencias de la dependencia de México. Análisis Económico, 28(67), 93-121. 

Delgado y Olvera, 2018, “Confrontando el discurso dominante: las remesas bajo el prisma de la experiencia mexicana”, REMHU, Rev. Interdiscip. Mobil. Hum., Brasília, v. 26, n. 52, abr. 2018, p. 243-263, http://www.scielo.br/pdf/remhu/v26n52/2237-9843-remhu-26-52-243.pdf

La figura de AMLO y el porqué de sus numerosos seguidores

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La crítica a la figura de López Obrador es común. Las redes sociales se encuentran saturadas de comentarios negativos hacia su persona y hacia sus seguidores; y es común ver que no se comprenda el origen de su masiva aprobación. Muchas personas lo califican de incompetente, y de ser el reflejo de un electorado incompetente también. Sin embargo, la explicación de su respaldo por parte de los mexicanos, tiene su sustento en que AMLO es un símbolo que agrupa los intereses de diferentes sectores poblacionales; los pertenecientes a la izquierda nacional, a quienes defienden el patrimonio nacional como PEMEX y a los que se ven identificados con la lucha contra los fraudes electorales.

Uno de los grupos de interés que se forman en torno a López Obrador, es sin duda el de los seguidores la izquierda mexicana. Con la fundación del PRD en 1989, líderes sociales izquierdistas crean empatía con el sector mexicano carente de relación para con el PRI o el PAN. A partir de los movimientos estudiantiles y sindicales de protesta emergentes en los años de 1970 y 1980, la izquierda mexicana (por medio del PRD) se vuelve tanto un refugio para los afectados por las represiones priístas, como un contrapeso interesante respecto al PAN en cuanto a la oposición gubernamental. Es así que, Obrador funge como representante desde hace varias décadas, para quienes se identifican con la izquierda nacional y/o aquellos que sufrieron de represión por parte de gestiones priístas. 

Además, y de la mano con la ideología izquierdista, AMLO recolecta seguidores a partir de iniciativas para la preservación de las empresas nacionales. El ejemplo más grande y claro, es el de la búsqueda de la preservación de la soberanía nacional por medio de PEMEX. Y es así que a lo largo de su movilización en pro del petróleo para los mexicanos, él busca crear vínculos entre su propuesta y la clásica narrativa que ilustra a Lázaro Cárdenas como un héroe de la patria que nacionalizó los hidrocarburos mexicanos en la primera mitad del siglo XX. De esta manera, Obrador también ha acogido seguidores bajo una retórica que llama a los mexicanos a preservar los recursos naturales que le pertenecen al país; y esto, lo coloca a él como la figura a seguir al identificarse con la causa. 

Asimismo, Obrador también representa un reclamo a los delitos electorales. En el año de 2006, donde Calderón sube al poder tras un ejercicio electoral controversial, López Obrador se jacta de haber sido el real victorioso de las elecciones, y quien se encarga de tomar protesta de manera pública en el Zócalo de la Ciudad de México como el “presidente legítimo” del país. A pesar de que no se cuenta con evidencia sólida para aseverar que hubo un fraude en aquellas elecciones, este acontecer se convierte en una metáfora para el aborrecimiento de la manipulación electoral. Es así que, los mexicanos ahora cuentan con un actor para representación en contra de las elecciones ilegítimas, características de comicios anteriores.

Ahora, el presente no busca estar de acuerdo o en desacuerdo con el nivel de aceptación a la figura de López Obrador como actual presidente de México, sino que busca comprender el trasfondo de la unión de sus seguidores. Su popularidad es consecuencia de la búsqueda histórica de un contrapeso para la hegemonía priísta, que en el siglo pasado involucró un importante saldo de muertos y desaparecidos por disidencia política, la privatización de empresas nacionales e incluso elecciones poco confiables. Es a partir de estas causas -entre otras-, que se forma cabida para un líder que al recopilar intereses, es la cabeza de diferentes sectores de la población, y en conjunto, obtiene un nivel alto de aprobación y un gran número de seguidores.  

La autorregulación del mercado en tiempos de pandemia

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El COVID-19 y su consecuente efecto en la economía, han orillado a los Estados a tomar acción para responder a las necesidades de su población, puesto que el mercado se ha demostrado incapaz de regularse en esta crisis.

Incluso los países que de manera histórica se han visto en pro de que el mercado decida el futuro de su economía, han estimulado la intervención del Estado por medio de “mecanismos de rescate” para la población que ve su ingreso mermado por el estancamiento económico, consecuencia del COVID-19. En el transcurso de las últimas semanas, se han mostrado acciones del gobierno estadounidense (el Estado de mayor explícito apoyo a la autorregulación del mercado) con el objetivo de dotar a sus ciudadanos con servicios de acceso a la salud, y a bienes básicos como alimentación y servicios públicos en estos tiempos de crisis. El pasado 27 de marzo, el presidente Donald Trump firmó el “Coronavirus Bill” donde se compromete a entregar $1,200 dólares a millones de americanos; de la misma manera, ha invertido en buscar que los hospitales atiendan a pacientes que no cuentan con seguro de gastos médicos mayores, y se compromete a reembolsar los gastos efectuados por el mismo hospital. Es así que en vista de la necesidad de recursos para manutención diaria, así como de espacios en hospitales, se demuestra el valor de la capacidad gubernamental para proveer a sus ciudadanos, sin que cada simple servicio sea “ganado” por el trabajo intensivo de su ciudadanía. 

En cada país, se viven situaciones y niveles de desarrollo diversos; no obstante, la situación sanitaria actual impacta a cualquier ser humano y no discrimina con base en la cuenta bancaria de los pacientes infectados. De esta manera, al verse afectado el planeta entero por la posibilidad de contagio por coronavirus y la obligación ciudadana de mantenerse en resguardo, se perciben las necesidades humanas a flor de piel y sin dejar lugar para debatir respecto a modelos económicos. La vieja argumentación basada en medio siglo XX, de que el acceso gratuito a bienes básicos se acusa de socialismo, y que no es compatible con los principios de “grandes economías”, como las de Norteamérica o Europa Occidental, se vuelve obsoleta e incluso absurda. Al vernos en medio de una crisis de salud, donde lo que se espera es la supervivencia, el Estado se vuelve la autoridad capaz de procurar el bienestar poblacional a pesar de que esto implique una inversión importante que no se han visto dispuestos a realizar en el pasado. 

De esta manera, la realidad que se vive con el COVID-19 ha forzado a los gobiernos de gigantes capitalistas, a “meter mano” en la búsqueda del bienestar y, sin buscarlo así, a contradecirse con su propia crítica hacia la intervención del Estado. En tiempos de crisis, el mercado no puede autorregularse sin afectar la dignidad de las personas, pero está en la autoridad, permitir que esa dignidad se vea violentada, o no.