Esta semana en el Senado recibimos una histórica reforma a la Constitución, que implica un paso clave para México en la protección de los animales. La reforma, ya aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados, busca modificar los artículos 3, 4 y 73 de nuestra Carta Magna para erradicar el maltrato animal y promover su bienestar.
Esta iniciativa establece que el Estado debe garantizar el respeto, protección, conservación y cuidado de los animales en todos los contextos, incluyendo el trato en la crianza, sacrificio, y uso de animales en espectáculos lucrativos. Además, plantea un cambio significativo en la educación: los planes de estudio deberán incluir contenidos que fomenten el respeto y la protección de los animales desde temprana edad.
¿Por qué es importante?
Desde que en 1970 comenzó el movimiento pro-derechos de los animales, la lucha ha llevado 54 años. Se ha logrado mucho desde ese entonces pero es hasta ahora que México da un gran paso al reconocer en su Constitución que los animales no son objetos o posesiones; son seres vivos que merecen compasión, respeto y una vida libre de abuso.
Las cifras reflejan una realidad devastadora.
Nuestro país ocupa el primer lugar en maltrato animal en América Latina y el tercero a nivel mundial; siete de cada diez animales domésticos sufren alguna forma de maltrato; y el 70% de los perros y gatos en nuestras calles son víctimas de abandono o violencia; cada año, 20% más de animales terminan en las calles; de cada diez perros que ingresan a albergues públicos, nueve son sacrificados; en seis de cada diez zoológicos se encuentran indicios de maltrato o irregularidades; y por último pero no menos importante, México ocupa un lugar alarmante en el tráfico ilegal de vida silvestre, una de las principales actividades del crimen organizado en el mundo.
Nuevo León no es ajeno a esta problemática. En nuestro estado, los casos de maltrato animal han incrementado un 64% en tan solo un año, según datos de la Fiscalía General de Justicia.
Estas cifras reflejan la urgente necesidad de que el Estado, de una vez por todas, tenga las herramientas para responder a esta crisis y prevenir el abuso animal.
A lo largo de la historia, los animales han sido esenciales no sólo para nuestra supervivencia física, sino también emocional. Hoy, las familias multiespecie son una realidad: el 69.8% de los hogares en México tienen mascotas, representando aproximadamente 80 millones de animales domésticos. Es nuestra, entonces, responsabilidad garantizarles una vida digna y respetuosa.
Esta reforma marca el inicio de un cambio positivo en la protección de los animales en México.
La verdadera modernidad de un país no se mide por sus rascacielos o su economía, sino por la manera en que trata a sus seres más vulnerables, sin importar su especie.
Como integrante del Partido Verde Ecologista de México, reafirmo mi compromiso de defender los derechos de los seres sintientes. Desde el Senado trabajaré todos los días para lograr una sociedad más justa, compasiva y respetuosa con todos los seres vivos.