Trump podrá asistir a eventos públicos

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El Presidente estadounidense, Donald Trump, podrá reincorporarse a realizar eventos públicos desde este sábado, once días después de haber dado positivo al nuevo coronavirus.

Kayleigh McEnany, vocera de la Casa Blanca-quien está aislada tras dar positivo a coronavirus-, difundió un memorando el médico del Presidente, Sean P Coney, donde asegura que éste ha respondido bien al tratamiento.

El sábado cumplirá 10 días desde su diagnóstico, basado en la trayectoria y avance de su diagnóstico, espero que el Presidente pueda regresar a eventos públicos para ese día“, señala el texto.

Este jueves, la comisión para organizar los debates presidenciales señaló que el próximo del 15 de octubre el debate se hará de forma virtual, a lo que el Mandatario se negó.

 

(Con información de Reforma)

Trump intenta desorientar a Biden en un primer debate caótico y agrio

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intentó este martes desorientar a su rival en las elecciones de noviembre, el demócrata Joe Biden, con constantes interrupciones en un debate caótico y agrio, que reforzó la incertidumbre sobre lo que pasará el día después de los comicios.

Trump y Biden se vieron las caras por primera vez en Cleveland, en el estado clave de Ohio, donde discutieron durante más de 90 minutos seguidos sobre algunos de los temas que más preocupan a los votantes, pero todos los conatos de profundizar en esos asuntos acabaron frustrados por interrupciones o ataques personales.

“Es difícil poder pronunciar una sola palabra con este payaso”, llegó a decir en un punto del debate Biden, aunque luego se corrigió: “Disculpen, esta persona”.

MUCHOS ATAQUES, POCA SUSTANCIA

En efecto, Trump no paró de interrumpir a su contrincante a lo largo del intercambio, hasta el punto de que el moderador, el periodista Chris Wallace, tuvo que recordar al menos dos veces al mandatario que su campaña se había comprometido a respetar el tiempo concedido a cada candidato para responder a las preguntas.

Biden se burló de Trump por “cotorrear” mientras él hablaba y en un momento le espetó un “¿puede callarse, hombre?”; pero consiguió completar varios de los argumentos que había preparado y trató de dirigirse directamente a los votantes estadounidenses mirando fijamente a la cámara.

Bajo este presidente, nos hemos vuelto más débiles, más pobres, más enfermos, más vulnerables y más divididos”, opinó el exvicepresidente estadounidense (2009-2017).

Trump tachó al comenzar el debate a Biden de “socialista” y “controlado” por la izquierda de su partido, y no tardó en llevar el debate al plano personal, al repetir su acusación -no demostrada- de que el hijo de su rival, Hunter, incurrió en “corrupción” al trabajar para una empresa gasística en Ucrania mientras su padre era vicepresidente.

Y Biden dirigió todavía más insultos de los que recibió, al calificar al presidente de “mentiroso”, “racista” y de “no tener ni idea de lo que habla”, además de espetarle: “Sal de tu búnker (en la Casa Blanca) y de tu trampa de arena del campo de golf, y haz lo que hay que hacer para salvar vidas (de la pandemia)”.

INCERTIDUMBRE ELECTORAL

El mandatario estadounidense se dedicó más a reaccionar a lo que decía Biden que a intentar enviar mensajes claros a los votantes, y recalcó sus consignas de campaña favoritas: su defensa de todo lo relacionado con la ley y el orden, y su insistencia en que las elecciones de noviembre estarán “amañadas”.

Es un fraude, y es una pena”, subrayó Trump, al insistir en su argumentode que el voto por correo favorece el fraude electoral, algo que múltiples estudios han demostrado que no es cierto.

Trump opinó que, debido a los retrasos derivados de la pandemia por la COVID-19 y el aumento en el voto por correo, el resultado de las elecciones podría tardar “meses” en saberse, pero se negó a contestar con un sí a la pregunta de si se comprometía a apaciguar a sus seguidores en el caso de que el ganador no se conozca el mismo 3 de noviembre.

“A lo que urjo a mis seguidores es a que vayan a los lugares de votación y observen todo muy cuidadosamente, porque es lo que tienen que hacer”, zanjó el presidente.

Mientras, Biden respondió directamente que sí a la pregunta de si llamaría a la calma hasta que se sepa el vencedor de los comicios, y opinó que a su rival “simplemente le da miedo contar los votos”.

TRUMP Y EL RACISMO

El presidente también rehusó responder directamente a la pregunta de si estaba dispuesto a condenar las acciones de los supremacistas blancos y sus milicias en el país, al declarar: “Casi todo lo que veo (de disturbios) viene de la izquierda”.

El candidato demócrata denunció que Trump “vierte constantemente gasolina en el fuego”, y que si esquiva reprender claramente a esos grupos es porque le conviene “generar un odio racista, una división racial” en el país.

Lo que sí aclaró Trump es que sí cree que la actividad humana contribuye “hasta cierto punto” al cambio climático; mientras su rival prometió que, si gana, devolverá a EE.UU. al Acuerdo de París sobre el clima y amenazará a Brasil con “consecuencias económicas significativas” si no deja de “mutilar la selva” amazónica.

(Fuente: EFE)

No, Hillary no ganó

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El pasado 26 de septiembre se llevó a cabo el primer debate presidencial entre el candidato republicano, Donald Trump, y la candidata demócrata, Hillary Clinton. Durante este primer encuentro se abordaron diversos temas, y pudimos oír un poco sobre sus respectivas posturas en economía, seguridad cibernética, defensa nacional, el uso innecesario de violencia por parte de la policía, entre otros.

Inmediatamente después del encuentro, los análisis que buscaban definir al ganador no se hicieron esperar. Los comentaristas de ABC afirmaron que, aunque Trump estuvo a la cabeza durante los primeros 20 minutos, el resto del debate había sido de Clinton. El noticiero The Young Turks llegó a una conclusión similar [1], así como el periodista Jaime Bayly [2]. Por otro lado, Trump presumió su victoria haciendo alusión a varias encuestas ilegítimas de Internet [3].

Durante el debate, Trump no proporcionó soluciones reales a la mayoría de los problemas que se plantearon, por ejemplo: cuando se habló sobre racismo, se limitó a describir lo terrible que es esta situación una y otra vez; y cuando se habló sobre el Estado Islámico, dijo tener un “plan secreto”. Además, contra toda evidencia, negó varias de sus polémicas declaraciones previas, y se dedicó principalmente a interrumpir y descalificar a su contrincante.

Las propuestas y la elocuencia de Clinton fueron contundentes y superiores, pero la verdadera victoria debe reflejarse en un incremento en las encuestas de popularidad generales. Promediando los resultados de varias encuestas, el Huffington Post señala que, un día antes del debate, Clinton lideraba con un 47.3%, mientras que Trump seguía con un 42.5%; al 3 de octubre, la encuesta le daba a Clinton un 47.2%, y a Trump un 41.2% [4]. Cuando se ve desde esta perspectiva, el desempeño de Clinton en el debate no fue suficiente.




La falta de un cambio importante en las tendencias nos lleva a una conclusión deprimente: poco importan las estupideces que salgan de la boca de Trump, porque ante los ojos de quienes lo apoyan, no puede perder. No nos ceguemos ante lo obvio, la popularidad de Trump depende precisamente de ese tipo de actitudes que nos resultan tan reprobables.

Sus partidarios no esperan un argumento inteligente, sino insultos que diviertan y una voz que valide posturas políticamente incorrectas. Partiendo de ahí, para Clinton –quien es percibida como la representación de los políticos de siempre– sería casi imposible disuadir a quien ya se ha decidido por Trump. La buena noticia es que esta misma lógica funciona también en la otra dirección.

El verdadero reto es ganarse los votos de quienes no están seguros, quienes pretenden abstenerse, y quienes se inclinan por el Partido Libertario o el Partido Verde. Estos factores son tan relevantes, que hasta Obama ha declarado que el voto nulo, o un voto para Gary Johnson o Jill Stein, terminarían beneficiando a Donald Trump [5]. Este argumento también había sido expresado previamente por el senador Bernie Sanders [6].




Por ahora nada es seguro, debemos esperar a ver cómo se desenvuelven los candidatos en los debates del 9 y 19 de octubre. Seguramente Trump y Clinton tendrán oportunidad de expresar sus posturas y opiniones sobre otros temas relevantes, y de sacar otros trapitos sucios que inspiren más apoyo.

Pero antes de definir al ganador con base en los mejores y más lógicos argumentos, recordemos que muchos de los votantes no se fijan en eso. Sigamos monitoreando las tendencias en las encuestas de popularidad, y preparémonos para la posibilidad de que este año Halloween caiga en noviembre.

[1] The Young Turks, “Presidential Debate | Who Won?” YouTube. 26 de septiembre del 2016. https://www.youtube.com/watch?v=8OUrNzJI2WI.

[2] Latin Signal, “Jaime Bayly Show 09.26.16” YouTube. 27 de septiembre del 2016. https://www.youtube.com/watch?v=KK1FnFc73wc.

[3] Jessica Taylor, “No, Donald Trump Didn’t Win Post-Debate Polls.” NPR. 28 de septiembre del 2016. http://www.npr.org/2016/09/28/495805190/no-donald-trump-didnt-win-post-debate-polls.

[4] “2016 General Election: Trump vs. Clinton.” The Huffington Post. 29 de septiembre del 2016. http://elections.huffingtonpost.com/pollster/2016-general-election-trump-vs-clinton.

[5] Sam Levine, “A Vote For A Third Party Is A Vote For Trump, Obama Says.” The Huffington Post. 28 de septiembre del 2016. http://www.huffingtonpost.com/entry/obama-third-parties_us_57ebce9be4b0c2407cdaa0a7.

[6] Chris Sanchez, “Bernie Sanders: Don’t vote for a third-party presidential candidate in this election.” Business Insider. 17 de septiembre del 2016. http://www.businessinsider.com/bernie-sanders-dont-vote-third-party-gary-johnson-jill-stein-2016-9.

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